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CLE02 02

Esclavos Del Mundo 

Los yisraelitas se originaron en Kenaán. Debido a la escasez de alimentos, se vieron forzados a bajar a Mitzrayim, donde acabaron por ser esclavizados. Así vemos que el pueblo fue esclavizado primeramente por la necesidad de obtener el sustento y de ganarse la vida. La gente mundana aspira a divertirse porque desea vivir mejor. Asimismo, la gente procura una educación más elevada o una formación técnica para poder vivir bien, incluso vivir mejor que todos los demás. En todo el mundo, tanto en países desarrollados como en países del tercer mundo, la gente es esclavizada por la necesidad de ganarse el sustento. Esta también era la situación entre los hijos de Yisrael en Mitzrayim.

 

Las Escrituras enseñan que el mundo tiene por lo menos tres aspectos: el aspecto de rebeldía e idolatría, representado por Bavel; el aspecto pecaminoso, representado por Sodoma; y el aspecto del deleite y el placer, representado por Mitzrayim. La rebeldía se relaciona con la idolatría, la adoración de todo lo que no es Elohim. El culto a los ídolos representa la rebeldía porque aquellos que adoran ídolos están en rebeldía contra Elohim. En las Escrituras, Bavel simboliza el mundo rebelde e idólatra. En la tierra hay ídolos por todas partes, inclusive en los países que se dicen creyentes, y los hay de muchos tipos.

 

Avraham fue llamado a salir de la tierra de Bavel, es decir, a salir del mundo de rebeldía e idolatría. El hecho de que Elohim llamara a Avraham a salir de Bavel representa nuestro llamado a salir del mundo rebelde e idólatra. No obstante, como ya dijimos, el llamamiento de Avraham representa un sólo aspecto de ser salvos del mundo, el primer paso: SALIR DE LAS FALSAS CREENCIAS EN FALSOS DIOSES.

 

El éxodo de los hijos de Yisrael de Mitzrayim representa otro aspecto. Mitzrayim representa el mundo de deleites, el mundo de placer. Los que están relacionados con este aspecto del mundo no están atrapados principalmente por la rebeldía ni la idolatría, sino por el placer, la abundancia de bienes materiales y por el deleite físico del mundo

 

Hubo un hambre en la tierra, y Avram bajó a Mitsráyim a residir como extranjero allí, porque el hambre era severa en la tierra. Bereshit 12:10

 

Cuando Yaakov vio que se podían conseguir raciones de alimento en Mitsráyim, les dijo a sus hijos: "¿Por qué se quedan ahí mirándose?"... Así que diez de los hermanos de Yosef bajaron a buscar raciones de grano en Mitsráyim... Bereshit 42:1,3

 

La chusma que había en su medio sintió un fuerte deseo; y entonces los yisraelitas lloraron y dijeron: "¡Si tuviéramos carne para comer!". ¡Cómo nos acordamos del pescado que comíamos gratis en Mitsráyim, de los pepinos, los melones, los puerros, las cebollas, y el ajo! Bamidbar 11:4-5

 

El Río Nilo, que irriga la tierra de Mitzrayim, enriquece el suelo y lo hace productivo. Cuando los hijos de Yisrael vagaban por el desierto, reclamaron sus verduras perdidas. Todos esos alimentos representan la abundancia material del mundo que proporciona deleite y placer, y como podemos ver, el placer puede ser algo de apariencia tan inocente como una cebolla. ¿Es la cebolla pecaminosa? Ciertamente que no, sino el deseo que sale del interior del hombre:

 

"Lo que entra en la boca no contamina al hombre; sino lo que sale de la boca, eso es lo que contamina al hombre". MattiYah 15:11

 

Antes de ser salvos, no sólo estábamos en el mundo de rebeldía e idolatría, sino también en el mundo de riquezas y de deleites. Avraham fue llamado a salir del mundo rebelde, pero los hijos de Yisrael dieron el segundo paso: emprendieron su éxodo del mundo del deleite. Mitzrayim era rico no solamente en alimentos sino también en oro. Esto queda demostrado por el hecho de que los egipcios dieron oro a los yisraelitas en el momento del Shemot.

 

El mundo representado por Mitzrayim explota a la gente que Elohim creó y escogió para Su propósito (5:6-9). Los hijos de Yisrael fueron esclavizados por este aspecto del mundo, que les proporcionaba el sustento y les permitía obtener deleite. Hoy en día muchos son esclavos del dinero, ya sean ricos o pobres. Trabajan duro para ganar mucho dinero y luego en poco tiempo gastan todo lo que tienen para disfrutar de los placeres del mundo. Por tanto, hoy en día muchos no sirven a Elohim, sino a Mamón, aún muchos creyentes. Esta era la situación de los antiguos yisraelitas en Mitzrayim. Allí, vivían bien y disfrutaban de las riquezas del mundo. Pero Mitzrayim trató de impedirles cumplir el propósito por el cual Elohim les había llamado originalmente.

 

En Mitzrayim, los hijos de Yisrael llegaron a ser fuertes.

 

Pero los yisraelitas fructificaron y proliferaron; se multiplicaron y crecieron poderosamente, de modo que la tierra se llenó de ellos. Shemot 1:7

 

Acá tenemos un comparativo con Bereshit. Dice que los yisraelitas "fructificaron y proliferaron" por un lado, y que "se multiplicaron y crecieron poderosamente" por el otro. Las palabras usadas son PARÁ (H6509) para "fructificar" y RABÁ (H7235) para "multiplicar", las mismas de la orden de Yahweh en Bereshit 1:28: "Sean fructíferos (PARÁ) y multiplíquense (RABÁ)". Como podemos ver, el Plan de Yahweh se desarrollaba según Su deseo.

 

 

Los hijos de Yisrael disfrutaron del aspecto del mundo representado por Mitzrayim. Ellos no se encontraban en el primer aspecto, representado por Bavel, ni en el segundo, representado por Sodoma. Pero fueron esclavizados en el tercer aspecto, representado por Mitzrayim. Es donde la mayoría de los creyentes, aún hoy, tropieza. Por estar ocupados por las riquezas y el deleite del mundo, no podían cumplir el propósito por el cual Elohim los había creado y escogido. Sin embargo, Yahweh había utilizado estas cosas para manifestar a sus hijos que los deleites del mundo, a la larga, sólo nos esclavizan y nos maltratan.

 

Los hijos de Yisrael cayeron en la tiranía egipcia por la necesidad de ganarse el sustento:

 

Actuemos astutamente con ellos, para que no aumenten; de otra manera, si ocurriera una guerra podrían aliarse con nuestros enemigos para pelear contra nosotros e irse del país. Así que pusieron capataces sobre ellos para oprimirlos con trabajo forzoso; y edificaron ciudades de guarnición para el Faraón: Pitom y Raamsés... Los mitsritas impusieron sobre los yisraelitas las diversas labores que los obligaban a realizar. Despiadadamente les hacían la vida amarga con trabajos duros en lodo y ladrillos y con toda clase de tareas en el campo. Shemot 1:10-11,13-14

 

Muchos hoy en día están también bajo tal tiranía, mundanos y creyentes. Aún el hecho de que pasan tiempo divirtiéndose en el mundo es una señal de que se encuentran bajo la tiranía de haSatán. Forzados a seguir un camino que los retiene bajo la tiranía de haSatán y que les impide cumplir el propósito de Elohim, no tienen ninguna libertad, y tampoco pueden tomar las decisiones correctas.

 

Faraón representa a haSatán, el príncipe del mundo (Yahanan 12:31; Efesiyim 2:2). Él obligó al pueblo de Elohim a trabajar para él. En el pasuk 10, Faraón dijo: "Actuemos astutamente con ellos". La gente no se da cuenta de lo sabio que es haSatán y de la sabiduría que él usa con el pueblo para usurparlos, mantenerlos ocupados, y esclavizarlos. La meta de las acciones sabias de haSatán es el cautiverio de la humanidad. Eso también es sabiduría, pero aplicada al mal, que es frustrar los deseos de Yahweh.

 

Los obligaron a servir con dureza. Esta palabra indica que los hijos de Yisrael no tenían ninguna libertad, ningún derecho, ningún descanso. Cualquiera que fuesen sus circunstancias, tenían que trabajar como esclavos. Tenían que hacer lo que Faraón pedía. No vemos ninguna diferencia hoy día. Nos guste o no, debemos trabajar para el sistema satánico si queremos sobrevivir, y bajo sus condiciones tiránicas, pagar sus impuestos, desarrollar sus industrias, generar su basura para atraer y contaminar a otros... Lamentablemente, muchos lo hacen con agrado, creyendo que todo eso es bueno para la humanidad.

 

El pasuk 14 dice que amargaron la vida de los yisraelitas. Faraón amargó la vida de los yisraelitas con dura servidumbre. Actualmente, a los ojos de Elohim, todo el pueblo trabaja en el "campo", que es el mundo. Algunos quizá trabajen en un hospital, una fábrica o una oficina, pero en realidad están trabajando en el "campo" haciendo "ladrillos" y usando como cemento el "barro" cocido, el barro muerto.

 

Como esclavos en Mitzrayim, los hijos de Yisrael "edificaron para Faraón las ciudades de almacenaje, Pitom y Raamsés" (pasuk 11). Las ciudades de almacenaje de Faraón fueron construidas para el orgullo y la jactancia, así como lo fueron las pirámides, para mostrar el poderío de Faraón. Esto sigue expresándose hoy en el mundo. Cada raza y nación se jacta de sus logros, construyen y levantan cosas para que el mundo las vea y los considere "avanzados", poderosos. Durante miles de años, el mundo se ha jactado de sus logros y ha propagado sus normas. Hoy, la gente mundana sigue construyendo ciudades de almacenaje y pirámides para haSatán, a causa del orgullo que tienen en su integridad y normas.

 

El trabajo de los hijos de Yisrael en Mitzrayim era idéntico a los esfuerzos de los rebeldes en la tierra de Bavel, de la cual fue llamado Avraham a salir. Los habitantes de Bavel hicieron ladrillos y usaron barro como cemento para edificar la ciudad y la torre de Bavel a fin de hacerse un nombre para ellos mismos (Bereshit 11:3-4). En Mitzrayim, Faraón obligó a los hijos de Yisrael a edificar ciudades para él con ladrillos y barro.

 

Algunos papiros antiguos y por lo menos una pintura funeraria describen la fabricación de ladrillos de adobe por esclavos en el segundo o tercer milenio antes de la era común. Los responsables de suministrar los ladrillos dirigían a cientos de esclavos agrupados en cuadrillas de 6 a 18 hombres al mando de un capataz. Tenía que extraerse la arcilla para los ladrillos y transportarse la paja al ladrillar. Trabajadores de diferentes nacionalidades sacaban agua y la mezclaban con la arcilla y la paja utilizando azadas. De los moldes rectangulares salían hilera tras hilera de ladrillos. Luego llevaban con yugos los ladrillos secados al sol al lugar de construcción, al que a veces se accedía mediante una rampa. Los supervisores egipcios, armados con bastones, vigilaban las labores sentados o paseando.

 

Una antigua hoja de contabilidad refiere que 602 trabajadores produjeron 39.118 ladrillos, lo que equivale a un promedio de 65 ladrillos por persona por turno. Y un documento del siglo XIII antes de la era común dice: "Los hombres están cumpliendo (...) con su cuota diaria de ladrillos". Todo ello documenta y respalda la verdad del duro trabajo al que fueron sometidos los israelitas según se describe en Shemot.

 

 

Ahora bien, la pregunta que nos hacemos muchos es: ¿Por qué razón Elohim permitió que Yisrael pasara tanto tiempo en Egipto? ¿Por qué los hizo sufrir y ser tratados tan cruelmente? El propósito de Elohim era que los descendientes de Avraham ocuparan la tierra de Kenaán, que él le había dado a su padre. Pero ¿por qué debería transcurrir un intervalo de más de cuatrocientos años antes de que se realizara este propósito? Esto creo que se puede responder de forma doble. Primero, para preparar a Yisrael para su herencia. La mala experiencia que tuvieron en Egipto sirvió para desarrollar sus músculos y fortalecerlos. También, su amarga suerte en Egipto y sus pruebas en el desierto se calcularon para hacer que la tierra que fluía con leche y miel fuera más apreciada cuando se convirtiera en suya. Además, la tierra de Kenaán era demasiado grande para una sola familia o tribu, y la larga estadía en Egipto les dio tiempo para que se convirtieran en una nación que ha sido calculada en unos dos millones de almas.

 

La segunda respuesta es sugerida por Bereshit 15:16: "Pero en la cuarta generación vendrán de nuevo aquí, porque la iniquidad de los amorreos aún no está completa".

 

Elohim le había dicho a Avraham que su simiente debía permanecer en una tierra extraña durante cuatrocientos años, pero en la cuarta generación deberían regresar a Kenaán, y luego se llenaría la iniquidad de los amorreos. El tiempo para que Elohim juzgara a los amorreos no estaba completamente maduro en los días de Avraham: sus iniquidades no habían alcanzado el límite que Elohim había designado. Así, Elohim ordenó que para cuando las iniquidades de los amorreos estuvieran "colmadas" (Tesaloniyim Alef 2:16), Yisrael estuviera listo, como nación, para ser Su instrumento para destruirlos.

 

Pero ¿por qué permitió Elohim que los descendientes de Avraham sufrieran tales indignidades y pruebas a manos de los egipcios? ¡Ah, el libro de Bereshit nos vuelve a proporcionar la respuesta! ¿El impío trato de Yósef por parte de sus hermanos quedaría sin castigo? No, eso no podría ser, y este es el eterno problema de aquellos que creen que porque Yahweh perdona, "barre bajo la alfombra" las consecuencias de sus actos. No, los hermanos de Yósef, como todos los demás (y eso nos incluye), DEBEN COSECHAR LO QUE HAN SEMBRADO; cosechar la amarga cosecha, no sólo ellos mismos sino también en su descendencia, ya que los pecados de los padres son visitados por los niños hasta la tercera y cuarta generación. Así se demostró aquí, porque fue la "cuarta generación" (Bereshit 13:15) la que salió de Egipto. Cuatro generaciones, entonces, cosecharon los frutos, y cosecharon precisamente "lo que había sido sembrado": ¡Así como Yósef fue vendido como esclavo y llevado a Mitzrayim, así sufrieron en la esclavitud egipcia sus hermanos y sus descendientes! ¡Y qué presagio fue esto de las amargas experiencias de Yisrael durante los últimos siglos, por su malvado trato a Mashíaj! Ellos también han cosechado lo que sembraron. Yisrael entregó a Mashiaj en manos del mundo, y así en sus manos también fueron entregados.

 

Mashiaj fue tratado vergonzosamente por los romanos, y esas mismas personas fueron empleadas por Elohim para castigar a los judíos. Mashiaj fue "separado" de la tierra de los vivos, y desde el 70 EC, Yisrael también ha sido "separado" de la tierra de sus padres. Así vemos nuevamente lo inexorable que es el resultado de esta ley de siembra y cosecha.

 

La liberación de Yisrael de la esclavitud egipcia presagia la redención de los pecadores por Mashiaj. La tierra ocupada por los Ivrim esclavizados retrata adecuadamente el lugar donde están los no regenerados. Egipto simboliza el mundo, el mundo como un sistema, lejos de Elohim y opuesto a él.

 

 

Faraón no solamente esclavizó a los hijos de Yisrael, sino que también intentó matar a todos los niños varones que nacieron de mujeres hebreas:

 

El rey de Mitsráyim les habló a las comadronas hebreas, una de las cuales se llamaba Shifrah y la otra Puah, diciéndoles: "Cuando atiendan a las mujeres hebreas, miren en el banco de parto; si es un hijo, mátenlo; si es una hija, déjenla viva". Las comadronas, por respeto a ha'Elohim, no hicieron lo que el rey de Mitsráyim les había dicho; dejaban vivir a los varoncitos. Así que el rey de Mitsráyim convocó a las comadronas y les dijo: "¿Por qué han hecho esto, dejando vivir a los niños?" Las comadronas le dijeron al Faraón: "Es que las mujeres hebreas no son como las mujeres mitsritas: son vigorosas. Antes de que la comadrona llegue donde ellas, ya ellas han dado a luz". Shemot 1:15-19

 

Supongamos que este esfuerzo hubiera tenido éxito, ¿entonces qué? El canal a través del cual vendría el prometido Redentor había sido destruido. Si todos los hijos varones de los hebreos fueran destruidos, no habría habido David, y si no hubiera David, no habría Hijo de David. Así como Hitgalut 12:4 nos hace a contemplar a haSatán trabajando detrás y por medio del edicto de Herodes, así podemos discernirlo aquí trabajando detrás ya través del Faraón. Al principio, Elohim declaró que pondría "enemistad" entre la mujer y su Simiente (Bereshit 3:15), y a la luz de las escrituras subsiguientes está muy claro que "la mujer" es Yisrael, la que debía llevar el Mashíaj. Aquí, en el pasaje que tenemos ante nosotros, tenemos una ilustración contundente de la "enemistad" de la Serpiente.

 

 

Las Escrituras indican que la vida del varón sirve para el propósito de Elohim; y especialmente entre la gente caída, la vida de la mujer sirve para el placer del hombre. Lo que hizo Faraón en Mitzrayim es exactamente lo que está haciendo haSatán hoy en día: está matando la vida que sirve para el propósito de Elohim y preserva la vida que sirve para el placer del hombre. Como creyentes en Mashiaj, aún nosotros podemos ser usados por haSatán para matar al varón, una vida que es para el propósito de Elohim, y preservar a la mujer, la vida para el placer del hombre. Todo creyente tiene ambas clases de vida. Si no tenemos la gracia de Elohim, a diario seremos un Faraón que mata la vida para el propósito de Elohim y conserva la vida para el placer del hombre. Por ejemplo, muchos creyentes no tienen deseos de asistir a las charlas. Andan cansados del trabajo o el estudio, pero siempre tienen tiempo para "relajarse" disfrutando de deportes, entretenimientos y diversiones. Muchos no hacen de la lectura de la palabra su prioridad al levantarse, y eso equivale a "salir sin desayunar espiritualmente". Así, muchos creyentes matan la vida del varón, pero conservan la vida de la mujer. Matan al ruaj, pero miman al alma. Pueden estar cansados para leer, asistir a charlas o estudiar la palabra, pero nunca lo suficiente para las diversiones del mundo.

 

HaSatán siempre busca oportunidades para matar la vida que sirve para el propósito de Elohim y preservar la vida que sirve para el placer del hombre. Esto equivale a exaltar el alma y matar al ruaj. ¿No se han dado cuenta ya por qué resulta mucho más fácil murmurar que orar? Orar consiste en ejercitar la vida masculina, el ruaj, pero murmurar es ejercitar la vida femenina, el alma. Cuando Elohim nos incita a orar y en lugar de eso murmuramos, somos usados por haSatán para matar la vida masculina y preservar la vida femenina. Esto indica que hoy en día estamos obedeciendo las órdenes de Faraón, igual que en el capítulo uno de Shemot. ¿Vivimos por la vida que sirve para el propósito de Elohim o por la que sirve para el placer del hombre? Preservar la vida es decir la carne (obedecer por miedo a las represalias de Faraón), también es una forma de matar la vida masculina. Es posible que gran parte del tiempo muchos sean Faraones, entronizando el ego de la carne y matando la vida que sirve para el propósito de Elohim, pero preservando la vida que sirve para el placer propio.

 

 

En Bereshit 3:1-6, vemos que haSatán usó a Javá, la vida femenina, para aniquilar la vida masculina. Esto significa que haSatán usa la vida que le proporciona placer al hombre, a fin de matar la vida destinada al propósito de Elohim, es una constante. No obstante, Elohim también usa la vida femenina para cumplir algo para sus propios intereses, porque Su promesa es que la salvación vendría "por la semilla de la mujer". Al principio del Tanaj, haSatán visitó a una mujer, Javá, y la usó para matar la vida masculina. Pero al principio del B'rit Hadashá, Elohim visitó a la virgen Miriam y la utilizó para introducir Su salvación. La visita que hizo haSatán a Javá provocó la caída, pero la visita de Elohim a Miriam introdujo Su salvación. En el mismo principio, en Shemot 1 Faraón quiso usar a las parteras para matar la vida masculina, pero Elohim las usó para conservar y preservar la vida que le sirve para Su propósito. Esta es la diferencia entre el alma que se somete a Yahweh, a Su Propósito, y que colabora para el crecimiento del ruaj, la vida masculina que es la plenitud de Mashíaj en nosotros, y el alma no quebrantada, que únicamente sigue detrás de sus propias necesidades y placeres.

 

Esto no es en sí una cuestión de "hombres vs mujeres", sino de las dos partes que luchan en nuestro interior. No olvidemos que las cosas del Tanaj son imágenes, representaciones visibles PARA QUE NOSOTROS COMPRENDAMOS. Triste es cuando nos quedamos con la imagen y no llegamos al mensaje que pretende transmitir el cuadro, que es lo que hacen los religiosos, porque no han crecido en su vida masculina.

 

En la historia, vemos que haSatán viene para usurpar a las mujeres y dañar la situación cuando las condiciones relacionadas con Elohim son maravillosas: en el jardín del Edén, en el tiempo de avivamiento, en un tiempo glorioso y de mucha elevación. Rara vez él puede usar a un hombre de esta manera. No obstante, en tiempo de degradación, de necesidad desesperada, Elohim viene y usa la vida femenina para rescatar la situación y traer Su salvación. Ese fue el caso en Shemot 1. HaSatán se presenta a las mujeres en tiempos elevados porque él sabe que son los vasos más frágiles. ESTO SIGNIFICA QUE EL ALMA ES NUESTRO LADO MÁS DÉBIL, EL QUE HASATÁN SIEMPRE ATACARÁ. Pero al presentarse también Él a las mujeres, Elohim avergüenza a haSatán. Tanto por el lado positivo como por el lado negativo, la historia presenta este principio. Por tanto, todos debemos tener cuidado en los momentos maravillosos, pero también estar listos para permanecer al lado de Elohim, como lo hicieron las parteras, y ser usados por Él en tiempo de degradación y de urgente necesidad para rescatar la situación y cumplir Su propósito, muy a pesar de los riesgos que podamos correr por desafiar la orden directa del Faraón.

 

La clave de la segunda parte de Shemot 1 no se encuentra en la vida masculina, sino en la vida femenina. Faraón, la corporificación de haSatán, buscó usar la vida femenina, las parteras, para destruir la vida masculina, pero Elohim vino y usó a estas parteras para conservar la vida masculina. El principio es el mismo tanto en el caso de las parteras como en el caso de la virgen Miriam. Todas fueron usadas por Elohim para traer salvación. Este principio se aplica también a la vida de congregación actualmente. Cuando haSatán use la parte almática de los hermanos y hermanas, habrá corrupción en la congregación, habrá disensiones y peleas. Pero cuando Elohim la use, después de haberla quebrantado (las parteras tenían temor de Yahweh, eso es quebrantamiento), habrá salvación. ¡Le pedimos a Elohim que Él use nuevamente la vida femenina para rescatar la situación en la vida de congregación hoy!

 

 

Faraón esclavizó a los hijos de Yisrael e hizo todo lo posible para matar la vida masculina, pero Elohim seguía siendo soberano sobre toda la situación. La soberanía de Yahweh hizo que los hijos de Yisrael "fructificaran y se multiplicaran, y fueran aumentados y fortalecidos en extremo". Hoy en día la congregación a menudo se fortalece sin razón aparente. No por fuerza, sino por gracia. Lo podemos explicar solamente por la soberanía de Elohim. En el transcurso de los años, he aprendido que no debemos confiar en nuestro trabajo. Sólo debemos confiar en la bendición de la soberanía de Elohim. Cuando Elohim nos bendice, hasta nuestros errores resultan para nuestro bien (no obstante, esto no significa que debemos hacer el mal para que venga el bien). Pero si no viene ninguna bendición por parte de Elohim, por muy correctos o buenos que seamos, no veremos mucho resultado positivo. Nunca deberíamos poner nuestra confianza en lo que somos ni en lo que podemos hacer. Nuestra confianza debe centrarse totalmente en Elohim.

 

Vemos también la soberanía de Elohim en el hecho de que fortaleció a las mujeres hebreas (1:19). Cuando Faraón preguntó a las parteras por qué los niños varones seguían viviendo, las parteras contestaron: "porque las mujeres hebreas no son como las egipcias, porque son robustas, y dan a luz antes que la partera venga a ellas". Al contestar de esta manera a Faraón, las parteras no mentían. Era cierto que las mujeres hebreas eran más robustas que las egipcias. Esto fue conforme a la soberanía de Elohim. Las mujeres hebreas eran robustas porque Elohim en Su soberanía las hizo así.

 

Pasa lo mismo con la congregación hoy. El hecho de que la congregación sea robusta o débil no depende de lo que hacemos. Depende totalmente de la soberanía de Elohim. Pero eso no significa que debemos ser perezosos ni ociosos. Por una parte, no debemos pensar que nuestro trabajo traerá la bendición de Elohim. Pero por otra parte, no debemos pensar que no debemos hacer nada porque todo depende de la bendición de Elohim. Debemos trabajar, cumplir nuestro deber, conscientes de que mientras estemos haciendo eso, la condición de la congregación y de los santos es por completo un asunto de la soberanía de Elohim.

 

Y Elohim trató bien a las comadronas; y el pueblo se multiplicaba y aumentaba grandemente. Y como las comadronas respetaban a ha'Elohim, él les levantó familias. Shemot 1:20-21

 

Al hacer bien a las parteras, Elohim prosperó sus familias para cumplir Su propósito. Eso significa que Él usó la vida que sirve para el placer del hombre a fin de producir la que sirve para el propósito de Elohim. En este cuadro, vemos que si nos negamos a permanecer con Faraón y en cambio permanecemos con Elohim, Él nos hará bien para que produzcamos vida a fin de cumplir Su propósito. Si sometemos el alma al quebrantamiento del Ruaj, Él hará crecer a Mashíaj en nuestro interior, nuestra vida masculina útil. Además, cuando permanezcamos con Elohim y no con haSatán, Yahweh "nos levantará familias". Eso significa que Elohim establecerá unidades que producen vida para cumplir Su propósito.

 

Por medio de este mensaje, podemos concluir que por mucho que haSatán intente esclavizarnos o aniquilarnos, Elohim es soberano y Él nos puede usar para ser las parteras de hoy. Todos podemos ser aquellos que convierten la vida femenina del placer en una vida para el propósito de Elohim. Si somos estas parteras, Elohim establecerá casas para nosotros, llenas de gente que producen vida con miras al cumplimiento del propósito de Elohim.

 

 

Levantando Un Salvador

 

Cierto hombre de la tribu de Leví fue y se casó con una mujer levita. La mujer concibió y tuvo un hijo; y cuando vio cuán hermoso era, lo ocultó por tres meses. Cuando ya no lo podía ocultar más, consiguió una canasta de mimbre para él y la selló con asfalto y brea. Puso al niño en ella y la colocó entre los juncos a la ribera del Río. Y su hermana se quedó esperando a la distancia, para ver qué le pasaría. La hija del Faraón se fue a bañar al río, mientras sus doncellas caminaban a lo largo del río. Ella divisó la canasta entre los juncos y mandó a su esclava a alcanzarla. Cuando la abrió, vio que era un bebé, un niño que lloraba. Ella se compadeció de él y dijo: "Este debe ser un niño hebreo". Entonces la hermana del niño le dijo a la hija del Faraón: "¿Quiere que vaya y le busque una niñera hebrea para que le amamante al niño?". Y la hija del Faraón respondió: "Sí". De modo que la niña fue y llamó a la madre del niño. Y la hija del Faraón le dijo: "Toma este niño y críamelo, que yo te pagaré tu salario". Así la mujer se llevó al niño y lo crió. Shemot 2:1-9

 

 

En Shemot 2 vemos la necesidad de preparar un salvador que librara al pueblo de Elohim de la tiranía de Faraón. Al preparar al salvador, Elohim no usó primeramente la vida masculina sino la vida femenina (pasukim 1-10). Moshe también, como tantos otros, es un tipo de Mashíaj, y como tal, responde a los parámetros de la vida del verdadero Salvador. La mujer que Elohim usó en Su estrategia estaba en la misma casa de Faraón: era su propia hija. Esto nos recuerda las palabras de Shaúl en Filipiyim acerca de los de la casa del César (4:22). Los romanos había encarcelado al apóstol Shaúl, pero algunas personas que pertenecían a la casa del César se hicieron creyentes. En el mismo principio, aunque Faraón intentó matar a todos los hijos varones nacidos de las hebreas, Elohim usó en Su soberanía a la propia hija de Faraón para preservar el varón más importante nacido de los hijos de Yisrael en Mitzrayim, el que el Faraón más habría deseado eliminar. Así también podemos ver que Yahweh usa muchas veces al alma humana, aún la caída (la hija de Faraón ciertamente no era del pueblo de Yahweh) para servir a Sus propósitos, porque sabe que "Faraón" (o sea, haSatán), no sospechará de los suyos. Esta es una constante que podemos ver a través de la historia del Pueblo de Yahweh. Él siempre utilizó a los siervos de haSatán para "podar" y "abonar con estiércol" a sus hijos. Usó su propia rebeldía para otorgar el derecho legal a haSatán sobre ellos, porque sabía que esos sufrimientos no sólo disciplinarían, sino también harían crecer, fortalecerían y al mismo tiempo, al tenerlos como prisioneros, haSatán no buscaría destruirlos.

 

Ivrim 11:23 afirma que Moshe "fue escondido por sus padres por tres meses", pero Shemot 2:2 menciona solamente que su madre lo escondió tres meses. La razón por la cual Shemot 2 menciona solamente a la madre es para dar énfasis en el hecho de que la generación de la vida pasa siempre a través de la vida femenina, es la vida femenina la que es útil para Elohim en ese aspecto. Cuando se trata de generar y preservar la vida, siempre utiliza la vida femenina. Si no hubiera sido por las parteras en el capítulo uno, Yisrael habría sido exterminado. Del mismo modo, sin la vida femenina en el capítulo dos, Elohim no habría podido obtener a un salvador que rescatara a los hijos de Yisrael. En Shemot 1, Elohim usó a la vida femenina para preservar a Su pueblo, y en Shemot 2, Él usó la vida femenina a fin de preparar un salvador para Su pueblo, el pueblo que Él había preservado a fin de cumplir Su plan. En nosotros esto también se mantiene; cuando es necesario generar algún aspecto de Mashíaj en nosotros, es necesario que el alma sea quebrantada a fin de dar paso a esa vida masculina en nuestro interior. Así como las mujeres usadas por Yahweh como sombras y tipos en la historia se sometieron a Su voluntad, así también nosotros debemos someter nuestras almas para ser usados y permitir que Mashíaj crezca en nuestro interior.

 

En el capítulo 2, Elohim usó varias mujeres. La primera fue la madre de Moshe, una hija de Leví (2:1). El nombre del padre de Moshe era Amram, y el nombre de su madre era Yojavad (Jocabed) (Bamidbar 26:58-59). Bamidbar 26 pone énfasis en los nombres, pero Shemot 2 recalca la vida femenina. Por esta razón y con la excepción de Tsiporah, la esposa de Moshe, este capítulo no menciona el nombre de ninguna mujer.

 

Después del nacimiento de Moshe, su madre lo escondió durante tres meses. Cuando ella no pudo esconderlo más, lo puso en un arca de papiro y lo depositó entre las cañas cerca de la orilla del Nilo. No obstante, más adelante ella fue contratada por la hija de Faraón para amamantarlo por cierto tiempo. Por lo tanto, la primera mujer mencionada en Shemot 2 era la madre de Moshe, la vida que lo engendró y que lo amamantó.

 

 

La segunda mujer fue la hermana de Moshe, Miriam. El padre de Moshe, su madre y su hermana quizá se reunieron en consejo de familia para decidir lo que debían hacer con Moshe cuando ya no lo podían esconder. Creo que Elohim los condujo a hacer esa arca de papiro. La misma palabra hebrea (TEBÁ, H8392) es usada para esta arca y para el arca que construyó Noaj. Esta era mucha más pequeña que la que construyó Noaj, pero la función de ambas arcas era la misma: preservar la vida de los que se refugiaban en ellas al pasar a través del agua. Quizá la familia de Moshe sabía que la hija de Faraón acostumbraba bañarse en cierta parte del río, y tal vez hayan esperado que Moshe fuese descubierto por ella y criado por ella. Con el padre de Moshe en un segundo plano, la madre y la hija colaboraron para llevar a cabo el plan.

 

Cuando ya no lo podía ocultar más, consiguió una canasta de mimbre para él y la selló con asfalto y brea. Puso al niño en ella y la colocó entre los juncos a la ribera del Río. Y su hermana se quedó esperando a la distancia, para ver qué le pasaría. La hija del Faraón se fue a bañar al río, mientras sus doncellas caminaban a lo largo del río. Ella divisó la canasta entre los juncos y mandó a su esclava a alcanzarla. Cuando la abrió, vio que era un bebé, un niño que lloraba. Ella se compadeció de él y dijo: "Este debe ser un niño hebreo". Shemot 2:3-6

 

Cuando la hija de Faraón vio al niño y tuvo compasión de él, la hermana de Moshe recomendó que se contratara a su madre para amamantarlo:

 

Entonces la hermana del niño le dijo a la hija del Faraón: "¿Quiere que vaya y le busque una niñera hebrea para que le amamante al niño?" Y la hija del Faraón respondió: "Sí". De modo que la niña fue y llamó a la madre del niño. Y la hija del Faraón le dijo: "Toma este niño y críamelo, que yo te pagaré tu salario". Así la mujer se llevó al niño y lo crió. Shemot 2:7-9

 

La hermana de Moshe cuidó así la vida masculina y estableció la conexión entre la hija de Faraón y la madre de Moshe.

 

 

La hija de Faraón, la tercera mujer en este capítulo, tenía también su función. Primero ella rescató a Moshe, y luego encargó a la madre de Moshe que lo amamantara. Más adelante, cuando el niño fue llevado a la hija de Faraón, "ella lo adoptó, y le puso por nombre Moshe, diciendo: porque de las aguas lo saqué" (pasuk 10). MaAseh Shelijim 7:21 nos enseña que "la hija de Faraón le recogió y le crió como hijo suyo". Si ella lo llamó "salvado de las aguas" en egipcio y no en hebreo (lo cual es bastante lógico, dado que ella era egipcia), no tiene la menor importancia, ya que a raíz de ese SIGNIFICADO surgió el hebreo "Moshe". Nosotros estamos acostumbrados a nuestros nombres sin significado, pero en aquella época todos recibían nombres con significado, el cual conocían bien. De manera que si la princesa egipcia le dio un nombre egipcio, ciertamente los yisraelitas lo traducirían al hebreo según su significado, siguiendo las costumbres de las épocas antiguas.

 

No fue por casualidad ni por accidente que la hija de Faraón bajara al río ese día, porque no hay accidentes ni sucesos casuales en un mundo presidido por el Elohim vivo. Todo lo que sucede en el tiempo no es más que el resultado de sus decretos eternos. Fue Yahweh quien lo puso en el corazón de esta princesa egipcia para ir al río a bañarse, y a ese lugar en particular donde estaba el arca en medio de los juncos; y fue Él quien hizo que se conmoviera con compasión (en lugar de con indignación ante el desafío de la autoridad de su padre) cuando ella vio al niño llorando. Y fue Elohim quien hizo que esta hija del altivo monarca cediera sumisamente a la sugerencia de Miriam, e hizo también que la princesa quisiera que su propia madre cuidara del niño.

 

Sólo aquí puede reposar la fe en paz inquebrantable. Saber que "de Él, y por medio de Él, y para Él, son todas las cosas. ¡A Él sea la gloria por siempre!" (Romaniyim 11:36).

 

El Faraón propuso "tratar sabiamente" con los israelitas, y esto, para que no pudieran "sacarlos de la tierra" (v. 10); ¡Y, sin embargo, al final, ¡Elohim lo obliga a dar alojamiento, manutención y educación al hombre que logró exactamente lo que el Faraón estaba tratando de prevenir!

 

Así fue como la sabiduría de Faraón se convirtió en una tontería, y los dispositivos de haSatán fueron derrotados.

 

MaAseh Shelijim 7:22 dice: "De esa manera Mosheh se instruyó en toda la sabiduría de los mitsritas, y llegó a ser poderoso en palabra y en acción".

 

Al ser el hijo adoptivo de la hija de Faraón, Moshe pertenecía a la familia real. El historiador Flavio Josefo escribió que Moshe era heredero al trono de Egipto y que mientras fue un hombre joven condujo a los ejércitos de Egipto en victoriosas batallas en contra de los etíopes.

 

Ciertamente él fue criado con la ciencia y aprendizaje de Egipto. Egipto tenía una de las sociedades académicas y científicas más destacadas entre las culturas antiguas. Es razonable el pensar que Moshe fuera instruido en geografía, historia, gramática, escritura, literatura, filosofía y música.

 

Por la fe Mosheh, cuando llegó a ser grande, rehusó llamarse hijo de la hija del Faraón. Prefirió, más bien, recibir maltrato junto con el pueblo de Elohim que gozar por un tiempo de los placeres del pecado. Consideró el oprobio por el Mashíaj como riquezas superiores a los tesoros de los mitsritas, porque fijaba la mirada en la recompensa. Por la fe abandonó Mitsráyim, sin temer la ira del rey, porque se mantuvo como quien ve al Invisible. Ivrim 11:24-27

 

Los sufrimientos que padecemos por causa de Mashíaj en este mundo, producen un eterno peso de gloria en el mundo venidero. La manera de aguantar el dolor y el sufrimiento es pensar en lo que produce. Habrá una gran recompensa para los que sufren por causa del Reino.

 

Felices ustedes cuando la gente los aborrezca, cuando los excluyan y los insulten, y desprecien su nombre como malo, por causa del Hijo del Hombre. Gócense en ese día y salten de alegría, porque, miren, es grande la recompensa que hay para ustedes en el cielo; pues así hacían los padres de ellos con los profetas. Luka 6:22-23

 

Hermanos míos, cuando se encuentren en diversas pruebas, estímenlo como motivo de gran gozo, sabiendo que la prueba de su fe produce paciencia. Yaakov 1:2-3

 

 

Bajo la soberanía de Elohim, Moshe aprendió toda la sabiduría egipcia mientras vivía en el palacio real como el hijo de la hija de Faraón. Mediante su educación egipcia, él llegó a ser muy culto y recibió el aprendizaje más elevado del mundo. Por lo tanto, él se hizo poderoso en palabras y obras. No obstante, esto era solamente la preparación por el lado natural; él todavía necesitaba la preparación por el lado espiritual. Por eso aquí él era "poderoso en palabras" pero después admitió que era "lento de habla y torpe de lengua". Sólo el alma que ya ha sido quebrantada admite que todo lo que para el mundo es sabiduría es en realidad basura, y puede desprenderse de todas las cosas que antes apreciaba como importantes:

 

Y aún más: Considero como pérdida todas las cosas, en comparación con lo incomparable que es conocer al Mashíaj Yahshúa mi Adón. Por su causa lo he perdido todo y lo tengo por basura, a fin de ganar al Mashíaj Filipiyim 3:8

 

Moshe fue quebrantado ANTES que sus hermanos, porque todo líder es separado antes y quebrantado para ser preparado para lo que deberá realizar. Él sólo puede utilizarnos cuando ya hemos sido completamente quebrantados y no nos apoyamos más en nuestra fuerza natural, sino que sólo nos apoyamos en Elohim. Veamos las historias de los patriarcas: Avraham fue usado hasta que su fuerza natural acabó, Yaakov luchó hasta ser descoyuntado, Moshe era "poderoso en palabras y acciones" y fue quebrantado... Y para lograr Su propósito, Yahweh SIEMPRE USA EL EXILIO. Avraham fue llamado a salir de su tierra y parentela, Yaakov pasó 20 años siendo explotado por su tío Labán, Yósef fue vendido como esclavo a Mitzrayim, Moshe tuvo que huir de Egipto... Los yisraelitas no serían la excepción, ellos pasarían sus 40 años en el desierto, esta experiencia de exilio es una constante en las Escrituras, y si prestamos atención, es también una constante en la vida de los verdaderos creyentes. Todos somos exiliados y esclavos en un mundo al que no pertenecemos, "somos peregrinos en esta tierra" y "esperamos por una patria celestial". De manera que no busquemos "pasarla bien", "acomodarnos", "hacernos una vida" en un lugar al que no pertenecemos, porque eso es lo que hacen los incrédulos, pero los creyentes nos preparamos para Su venida y trabajamos para edificar Su Casa.

 

 

Rechazado Por Los Hermanos

 

Una constante que vemos en los tipos de Mashíaj es el ser rechazado por sus hermanos. Tuvo que repetirlo tantas veces, Y AÚN HOY LA MAYORÍA NO LO HA TERMINADO DE COMPRENDER. De hecho, sus "hermanos", aquellos representados en las tipologías, aún hoy no lo han visto. Tantos hacen simbólicas las cosas que son señales y no ven las señales más evidentes, porque todo, absolutamente todo en las Escrituras señala a Mashíaj.

 

Cuando cumplió los cuarenta años, se le vino a la mente la idea de visitar a sus hermanos, los hijos de Yisrael. MaAseh Shelijim 7:23

 

En las Escrituras, el número cuarenta representa las pruebas, los sufrimientos y aflicciones. Los hijos de Yisrael fueron probados por Elohim en el desierto durante cuarenta años, Moshe estuvo en el monte durante cuarenta días y Yahshua en el desierto durante cuarenta días. Los primeros cuarenta años de Moshe fueron años de pruebas y sufrimientos. Al final de estos años, Moshe tenía confianza en que él había sido plenamente equipado y preparado, y estaba calificado y perfeccionado para salvar a los hijos de Yisrael.

 

"Él suponía que sus hermanos habrían de entender que por su mano Elohim les daría salvación..." MaAseh Shelijim 7:25

 

A la edad de cuarenta años, Moshe se consideró plenamente educado y calificado. Por lo tanto, él actuó de una manera valiente. Pero su fuerza y su valor eran totalmente naturales. Elohim no deseaba usar la habilidad natural de Moshe, su fuerza natural, ni su valor natural. Este es el punto que los judíos jamás han comprendido. Ellos insisten en tratar de salvarse y justificarse a sí mismos por su justicia propia, por sus obras. No son demasiado diferentes de muchos creyentes que se apoyan en sus propias fuerzas, sean católicos que creen en las obras, o sean creyentes que dicen confiar en la salvación por gracia pero que no siguen sus caminos de santificación. Todos insisten en querer servir a Yahweh en su hombre natural, y por eso "muchos duermen":

 

Por tanto, examínese cada uno a sí mismo, y coma así del pan y beba de la copa. Porque el que come y bebe, sin discernir la realidad, come y bebe juicio para sí mismo. Por eso hay entre ustedes muchos enfermos y debilitados, y muchos duermen. Qorintiyim Alef 11:28-30

 

Los judíos y los que confían en las obras deben ser alertados por nosotros los que comprendemos, somos sus atalayas y es nuestra obligación advertirles. Pero no alcanza con simplemente hablar, es necesario mostrar con nuestras vidas y así, MINISTRAR A MASHÍAJ. Si sólo vamos a "explicarles sus errores", ciertamente se cerrarán en sí mismos, todos los humanos tenemos el mismo comportamiento padrón de autodefensa. Por eso debemos prepararnos a fondo para poder explicarles todo relacionado, y no ser "creyentes que sólo citan el B'rit Hadashá".

 

Algún tiempo después de eso, cuando Mosheh estaba ya crecido, salió a ver a sus hermanos y se dio cuenta de sus trabajos. Vio a un mitsrita golpear a un hebreo, a uno de sus hermanos. Miró alrededor y, al ver que no había nadie por allí, derribó al mitsrita y lo escondió en la arena. Shemot 2:11-12

 

Aquí vemos a Moshe actuando como primogénito redentor. Él se levantó y vengó a su hermano que estaba siendo oprimido. Sin embargo, actuó en su carne y fuerza naturales, y no obtuvo el apoyo de Yahweh.

 

Cuando salió al día siguiente, encontró a dos hebreos que peleaban; de modo que le dijo al agresor: "¿Por qué golpeas a tu compañero?". Él replicó: "¿Quién te hizo jefe y gobernante sobre nosotros? ¿Quieres matarme como mataste al mitsrita?". Mosheh se asustó, y pensó: ¡Así que el asunto se sabe! Cuando el Faraón se enteró del asunto, trató de matar a Mosheh; pero Mosheh huyó del Faraón. Shemot 2:13-15

 

Cada vez que intentamos servir a Yahweh en nuestras propias fuerzas, Él permitirá que lo hagamos, PERO NO NOS DEFENDERÁ SI HAY CONSECUENCIAS. Al contrario, usará nuestra impulsividad para dejarnos en manos de nuestro "disciplinador", el Adversario. Él cree que es nuestro castigador, pero en verdad es nuestro disciplinador, porque nuestro Yahweh Soberano lo usa para disciplinarnos, no para castigarnos.

 

No era la hora aún, por eso sus hermanos lo rechazaron.

 

Él suponía que sus hermanos habrían de entender que por su mano Elohim les daría salvación, pero ellos no lo entendieron así, porque al otro día se acercó a unos que estaban peleando y trató de que hicieran las paces, diciendo: "Hombres, ustedes son hermanos, ¿por qué se maltratan uno al otro?" Pero el que maltrataba a su prójimo lo rechazó diciendo: "¿Quién te nombró a ti como príncipe y juez sobre nosotros? ¿Acaso quieres matarme como mataste ayer al mitsrita". MaAseh Shelijim 7:25-28

 

Yahweh debía preparar a su líder durante más 40 años de disciplina, y al mismo tiempo los yisraelitas mismos debían aún ser disciplinados y oprimidos por ese tiempo, hasta que llegara el momento determinado por las cuentas de la justicia, esto es, el momento en el que los yisraelitas hubieran terminado de pagar todas las transgresiones que sus padres habían cometido, y por las cuales fueron "encarcelados" en Mitzrayim por 430 años. No es únicamente el líder quien está siendo preparado, sino también el pueblo, para estar "a punto" en el momento determinado. Aún así, veremos que muchas y muchas veces el pueblo volvió a rechazar a Moshe, ya que el líder es siempre el receptor que Yahweh ha determinado usar como intermediario, y a través de Él enseñará las cosas al pueblo, PORQUE EL LÍDER ES SIEMPRE UN TIPO DE MASHÍAJ. La persona no es especial en sí misma, sino por Aquel a quien representa. Así también nosotros hoy, que tenemos al Ruaj de Mashíaj en nuestro interior, no somos especiales por nosotros mismos sino porque lo representamos, si es que lo hacemos. Somos lámparas de vidrio transparente (si permitimos ser limpiados) que contenemos una Luz que no somos nosotros mismos, y si brillamos, es por Su Luz, que solamente así llega al mundo. Esto no hace de todos líderes, porque cada uno recibe dones de acuerdo a como Él determina, para las funciones que Él decide, y si nuestras almas han sido quebrantadas y sometidas, no trataremos de ser lo que no debemos, es decir, no mataremos egipcios y los enterraremos en la arena. Si hacemos estas cosas, es señal clara de que aún debemos ser quebrantados. Pero ciertamente los más avanzados siempre serán, hasta cierto punto, "líderes" de los menos avanzados, en el sentido de que por tener más Mashíaj desarrollado en su interior, pueden ayudar a los más nuevos. El liderazgo en el Cuerpo de Mashíaj no es poder sino servicio.

 

 

Para acabar con la fuerza natural de Moshe, Elohim lo hizo trabajar como pastor en la tierra de Midián. Por tanto, la persona que fue criada en la familia real egipcia y que había logrado el nivel más elevado de cultura llegó a ser un culto pastor. Para el mundo, ciertamente Moshe era un fracasado, pero para Yahweh era exactamente el material necesario para trabajarlo. Él no puede trabajar con vasos enteros, deben ser quebrantados, y Moshe estaba quebrantado, después de haberlo perdido todo en Mitzrayim. Moshe era un montón de fragmentos de barro rotos, y Yahweh sólo tenía que agregarles su agua viva para comenzar a hacer un vaso nuevo.

 

Durante cuarenta años más, Moshe guardó el rebaño de su suegro en el desierto. Esta fue la mejor "escuela" en la cual se pudo graduar Moshe. En esta "escuela", él fue adiestrado a no confiar en su habilidad natural. El era naturalmente elocuente, valiente, poderoso, y fuerte. Pero espiritualmente, él fue disciplinado hasta que se dio cuenta de que no era nada. Muchos creen que han sido llamados, y ciertamente muchos lo han sido en verdad, pero aún no han visto que continúan avanzando en su fuerza natural, y no serán útiles mientras no permitan ser quebrantados. También es necesario aceptar el quebrantamiento, pero muchos lo rechazan. Veamos que, en la época de las sombras, los líderes FUERON TODOS OBLIGADOS A ACEPTAR LA DISCIPLINA, porque siendo tipos de Mashíaj, debían sí o sí representarlo, y esa es la Voluntad del Padre. Si no van por las buenas (y nunca vamos), Él permitirá que sus actos los lleven a "perderlo todo".

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Hoy todos tenemos a Mashíaj en nuestro interior, de manera que todos deberíamos estar en la carrera para convertirnos en reyes y sacerdotes. ¿Aceptaremos la disciplina para convertirnos en líderes en el Milenio o resistiremos y correremos el riesgo de "ser lanzados a las tinieblas de afuera"?

 

 

Aceptado Por Los Paganos

 

Como tipo de Mashíaj, Moshe no sólo fue rechazado por sus hermanos, sino que también fue aceptado por los gentiles. Después de que Moshe huyó al país de Midián, él ayudó a las mujeres que eran maltratadas por los pastores (pasukim 16-17). Las mujeres, las hijas del sacerdote de Midián, eran débiles. Cuando algunos hombres se apoderaron del pozo, ellas no pudieron hacer nada al respecto. Pero "Moshe se levantó y las defendió, y dio de beber a sus ovejas" (pasuk 17). Como resultado, recibieron a Moshe y hablaron bien de él a su padre.

 

De entre estas hijas, Moshe obtuvo una esposa, Tsiporah, una hija del sacerdote de Midián. Ella le engendró un hijo y Moshe le puso por nombre Gershom, porque dijo: "Forastero soy en tierra ajena" (pasuk 22).

 

Moshe permaneció en Midián durante cuarenta años (MaAseh Shelijim 7:30). Durante estos años, Elohim obró para perfeccionarlo. Cuando algunos escuchen eso, quizá se desanimen, pensando que no pueden esperar tanto tiempo para ser perfeccionados. Si queremos ser perfeccionados durante un periodo de tiempo extenso, debemos tener el corazón, la actitud y el comportamiento apropiados. ¿Dónde está nuestro corazón y cuál es nuestra posición? Nuestro corazón debe ser para Elohim, y nuestra posición debe estar con la congregación, la Novia. Si tenemos este corazón y esta posición, estaremos dispuestos a aceptar el adiestramiento de Elohim, por mucho que dure.

 

 

La Necesidad De Un Salvador

 

Al final del capítulo 2, vemos que entre los hijos de Yisrael se necesitaba urgentemente un salvador:

 

Mucho tiempo después, murió el rey de Mitsráyim. Los yisraelitas gemían bajo la esclavitud y clamaban; y su clamor por liberación de la esclavitud subió hasta ha'Elohim. Shemot 2:23

 

El tiempo necesario para el crecimiento de la semilla plantada había pasado y Yahweh sabía que ya era la hora de trasplantar la planta y cumplir Su promesa.

 

Elohim oyó su queja, y se acordó de su alianza con Avraham, Yitzjak, y Yaakov. Elohim miró a los yisraelitas, y tomó nota de ellos. Shemot 2:24-25

 

Eso indica que Elohim conocía la situación de ellos y comprendía sus problemas, y que aunque pudiera parecer a los ojos humanos, en ningún momento se había olvidado de Su pueblo, como ya vimos, Él había estado preparando a Moshe por años. En las Escrituras leemos muchas veces expresiones como "y se acordó Yahweh", que pueden dar la expresión errónea de que por un tiempo se hubiera olvidado. Debemos entender que nuestra comprensión de Yahweh es limitada y demasiado humana, y que sólo podemos aprehenderlo con nuestros pensamientos y nuestro lenguaje limitados. La expresión "se acordó" significa "llegó el momento de actuar". Implica el momento en el que el Eterno continúa con Su acción porque el tiempo determinado se ha cumplido. Para nosotros puede parecer que se había olvidado porque estaba quieto esperando, y porque nuestros tiempos no son los Suyos, pero Él no es hombre para olvidarse de nada.

 

Los últimos pasukim de Shemot 2 revelan que todos los acontecimientos de este capítulo sucedieron para preparar al salvador y librar al pueblo de Elohim del cautiverio. La situación actual es idéntica. Si tenemos la vida femenina sometida y la masculina en crecimiento, el alma sometida al gobierno del ruaj y el ruaj sometido a la Cabeza, Elohim podrá levantar algo y perfeccionar lo que Él ha levantado para rescatar a Su pueblo y ganarlos para cumplir Su propósito. De esta manera, Él podrá cambiar la era.

 

Estas mismas cosas están repitiéndose hoy día, en esta etapa de transición de una era a la otra. Estamos gimiendo y clamando desde Egipto, pidiéndole a Yahweh que se acuerde de Sus promesas y venga a rescatarnos. Y en verdad ya vemos que Él no se ha olvidado, que nunca olvidó, y que el Ruaj está ya empezando a levantar a los Suyos desde los cuatro vientos, para reunirlos y volver a ser uno en Su mano. Necesitamos cuanto antes aprender a someter nuestras almas al gobierno de nuestro ruaj, para hacer crecer al Mashíaj en nuestro interior, esa es la forma de someternos a Él como nuestra Cabeza, y este es el proceso de ser labrados como piedras vivas para la Casa del Padre, el Tabernáculo que vamos a aprender a levantar para tener Su Presencia siempre con nosotros.

 

Faraón ciertamente se opondrá y nos impondrá tareas difíciles para presionarnos, asustarnos y mantenernos preocupados. ¿Acaso no han notado ya que cada vez que sentimos que estamos en el buen camino, el mundo comienza a complicarse a nuestro alrededor? Comienzan los problemas económicos, de salud, familiares, de trabajo, de estudio, de miles y miles de cosas, porque haSatán lanza todo su ejército demoníaco en nuestra contra, para que desistamos de ir a servir y adorar a nuestro Elohim. Pero ¿qué diremos? ¿Se ha acortado Su brazo y ya no puede salvar? ¡De ninguna manera! Hoy como ayer Él saca a su pueblo de Egipto, de Bavel, con mano fuerte y brazo extendido, ¿en quién confiaremos? ¿A quién creeremos? ¿A haSatán, que quiere hacernos creer que tiene el poder de tocarnos y hacernos el mal que desea, o al Padre, que es quien le pone los límites y dice "el que la toca, toca a la niña de mis ojos"?

 

No desistan, no desmayen, y ciertamente no esperen un camino de rosas, porque no sería una guerra si el enemigo no presentara batalla, pero jamás dejen de confiar en Aquel que nos guía. Mientras, preparémonos para estar listos a obedecer y no caer en el desierto, porque estamos siendo conducidos, esta vez en realidad, a la Tierra Prometida, al reposo que es nuestro Mashíaj.

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