PIEDRAS VIVAS
CLE02 03
La Vida Que Es Útil Para Yahweh
En el capítulo 1 de Shemot, Faraón mantuvo a los hijos de Yisrael en cautiverio y también trató de matar a todos los hijos varones nacidos de mujeres hebreas. En el segundo capítulo, vemos la preparación de un salvador para los hijos de Yisrael. Estos dos capítulos están separados, pero un tema subyacente los une. Este tema es que en tiempos de crisis, Elohim usa la vida femenina para Su propósito. Por ejemplo, en Shemot 1 Elohim usó a las parteras, la vida femenina, para preservar la vida masculina a fin de cumplir el propósito de Elohim. La intención de Faraón era matar a la vida masculina, que representa la vida destinada a cumplir el propósito de Elohim, pero Faraón preservó la vida femenina, que representa la vida que complace al hombre. Sin lugar a dudas, Faraón intentó preservar la vida femenina para su propio placer. Faraón trató de usar a las parteras para llevar a cabo su intención maligna. Pero en la soberanía de Elohim, las parteras rehusaron cooperar con la conspiración de Faraón. Faraón era un príncipe poderoso, un tirano, pero las parteras no le tuvieron miedo, ni escucharon sus palabras. En lugar de matar a los hijos varones, las parteras los preservaron. Por tanto, Elohim usó la vida femenina a fin de mantener la vida masculina para Su propósito.
En el libro de Shemot se nos muestra mucho más claramente el contraste entre la vida masculina y la femenina. Como ya dijimos, no se trata de "la guerra de los sexos", porque como todas las demás cosas, esta división es un tipo más. La vida femenina, las mujeres, representan el alma, mientras que la vida masculina, los hombres, representan el ruaj. Cuando Yahweh sacó a Javá de la costilla de Adam, Él "separó alma y ruaj" proféticamente. Esto simbolizaba la separación que sucedería más adelante con la caída, así como también que más adelante todo se repetiría en Mashíaj, y la Novia saldría de su costado. Esto no quiere decir tampoco que "los hombres son espirituales y las mujeres son almáticas", porque cuando Yahweh los dividió, cada uno tenía alma y ruaj en sí mismo. Esto es sólo un símbolo de que tenemos esas dos partes, que Él ha representado con la polaridad femenino-masculina, en nuestro interior.
Debido a la caída, la "ayuda idónea" fue castigada a tener que vivir sometida a su marido. Esto nos muestra que, originalmente, la mujer fue creada para ser la ayuda ideal, complementaria del hombre, sin competencias ni "uno mandando sobre el otro", sino trabajando juntos en armonía. Pero después de la caída, al quedar el ruaj desconectado del Ruaj de Yahweh, quedó muerto, perdido, sin función, y el alma tuvo que asumir el control, para supervivencia del hombre. Comenzó a tomar todas las decisiones que antes eran función del ruaj, cuando estaba conectado con el Ruaj de Yahweh y hacía las cosas correctas, y acabó ocupando el lugar que no le correspondía, porque ese trono estaba vacío.
En Shemot 2 tenemos un relato histórico, pero en MaAseh Shelijim 7 e Ivrim 11 tenemos un relato espiritual. Por ejemplo, MaAseh Shelijim 7:20 afirma que Moshe fue "hermoso a los ojos de Elohim". Esto significa que a los ojos de Elohim, Moshe era muy preciado. Sus padres deben de haber sido temerosos de Yahweh. Ellos poseían una visión y discernimiento espirituales, y se dieron cuenta de que Moshe era un niño muy prometedor para el propósito de Elohim. Por lo tanto, lo escondieron durante tres meses "porque le vieron niño hermoso" (Ivrim 11:23).
Shemot 2 no recalca el significado espiritual del principio de la vida de Moshe, sino el papel importante que desempeñó la vida femenina sometida. Esto es importante porque Moshe es sombra de Mashíaj, y Él es el cumplimiento de la promesa, la semilla de la mujer. Por eso debía resaltarse la importancia de la vida femenina. Aunque los escritos de Moshe son muy descriptivos en otras partes, en Shemot 2 él nos da un relato muy sencillo a fin de impresionarnos con la manera en que Elohim usa la vida femenina al engendrar. Y los tiempos de engendrar siempre culminan en el parto, en la semilla que rompe la cáscara y brota. Esos son siempre tiempos duros, difíciles, tiempos de grandes dolores. Durante los tiempos difíciles, la única vida que puede ser usada por Elohim es la vida femenina que permanece con Elohim y que depende de Él.
Nosotros vivimos en un tiempo difícil, un tiempo en el cual la vida femenina necesita urgentemente ser sometida a Yahweh. Todo el que presuma ser varón se convertirá en Faraón. Todos nosotros, incluyendo a los hermanos, debemos ser mujeres sometidas. No podemos olvidar que somos la Novia de Mashíaj, y como tal, somos su parte femenina, su ayuda idónea. Eso sólo puede ser si sometemos nuestras almas, nuestra parte femenina individual, al gobierno de la Cabeza en nuestros rujot, para que nuestra vida interior masculina, que es Mashíaj, crezca. Pero individual y corporativamente, seguimos siendo la Novia, la parte femenina, la parte que se somete a la Cabeza. Si tratamos de mandar, nos convertimos en faraones. En este tiempo difícil en que vivimos, la vida masculina que no depende de Elohim no es útil. La vida femenina, la vida del alma sometida que depende de Elohim, es la única que prevalece para hacer crecer la vida masculina, el ruaj. Si vemos eso, nos dispondremos a someter nuestras almas al quebrantamiento, para recibirlas en resurrección y someterlas al ruaj. Ese es el correcto funcionamiento de la vida que depende totalmente de Elohim.
El libro de Shemot revela la clase de gente que Elohim puede usar en Su edificación para cumplir Su propósito. En este libro, vemos que la intención de Elohim consiste en tener un pueblo con el cual edificar una morada en la tierra. A primera vista parece que desea que ese pueblo le edifique morada, pero veremos que en verdad, estas son sólo las sombras; lo que Él desea es una casa humana, un templo hecho de piedras vivas, piedras individuales y Casa corporativa. Pero como la cualidad más visible del Padre es Su paciencia, a lo largo de las Escrituras vemos cómo Él desarrolla su plan, y explica paso a paso cómo desea ejecutarlo.
Por lo tanto, al final de Shemot, se levanta el tabernáculo como la morada de Elohim. Además, se necesita también un ejército que combata por los intereses de Elohim a fin de cumplir Su propósito. Los hijos de Yisrael salieron de Mitzrayim como un pueblo, y enseguida formaron un ejército. Desde el tiempo en que fueron redimidos hasta la conquista de la buena tierra, ellos tuvieron que vencer a los enemigos, particularmente a los que habían ocupado y poseído totalmente la tierra prometida a ellos. Si los hijos de Yisrael querían disfrutar de la buena tierra, cumplir el propósito de Elohim y edificar un templo como testimonio de Elohim en la tierra, debían luchar para liberar la tierra de la mano usurpadora del enemigo. Por tanto, el ser útil a Elohim está relacionado con la edificación de Su morada y con la lucha por Sus intereses en la tierra.
Pocos lectores de Shemot 1 y 2 han visto el tema subyacente que une estos capítulos. El capítulo 1 muestra que el pueblo de Elohim se encontraba bajo cautiverio. El 2 revela la manera en que Elohim preparó a una persona para salvar a Su pueblo del cautiverio. El tema subyacente es el siguiente: Elohim necesita cierta clase de vida tanto para preservar a Su pueblo como para preparar un salvador que los libere del cautiverio.
En las Escrituras, el concepto de un "varón" tiene mucho significado. Por supuesto, se refiere a un hombre, pero indica también una vida independiente, porque el varón simboliza al ruaj, y es la semejanza de Yahweh. Además, se refiere a Mashiaj como el único varón en el universo. Todos los hermanos casados deben darse cuenta de que son simplemente maridos en sombra y que el verdadero marido es Mashiaj. Elohim es el único marido; ésta es la razón por la cual leemos en YeshaYah 54:5: "porque tu marido es tu Creador". En el Tanaj, Elohim consideró a Su pueblo como Su esposa ("Y te desposaré conmigo para siempre; te desposaré conmigo en justicia, juicio, benignidad y misericordia", Hoshea 2:19). Un yisraelita formaba parte de la esposa corporativa de Elohim, fuese varón o mujer.
En las Escrituras, la palabra "marido" indica la autoridad, y también una vida independiente. Cuando hablamos de un varón en sentido positivo, nos referimos a un sólo marido que es la cabeza y que tiene una vida independiente. Por ser el único marido en el universo, Elohim es la única Cabeza y Él tiene la única vida independiente. Decir que Elohim necesita depender de alguien o de algo constituye una blasfemia. También lo es pretender que nosotros nos podemos independizar de Él.
Como mujeres, las hermanas casadas no deberían usurpar la autoridad, ni vivir de una manera independiente. Por el contrario, deben llevar una vida que depende de sus maridos, los cuales no son más que sombras de Elohim como el verdadero marido. Los hermanos casados son maridos en sombra con respecto a sus esposas, pero en realidad son esposas con respecto a Elohim. Por tanto, ellos no deben usurpar la autoridad de Elohim ni llevar una vida independiente. Ellos también deben ser sumisos y llevar una vida de dependencia.
Pero quiero que entiendan que el Mashíaj es la cabeza de todo hombre, y el hombre es la cabeza de la mujer, y Elohim es la cabeza de Mashíaj. Qorintiyim Alef 11:3
Yahweh es la cabeza de Mashiaj. No es correcto decir que Elohim es nuestra cabeza, porque Mashiaj es cabeza del hombre. Nosotros sólo llegamos a Yahweh a través de Mashíaj. Mashiaj es la cabeza de todos los hombres bajo la autoridad de Elohim. Y así como Mashiaj es la cabeza de todo varón, "el varón es la cabeza de la mujer". No obstante, el hombre no debe ser la cabeza de la mujer en sí mismo. Él sólo puede la cabeza cuando él mismo está bajo la autoridad de Mashiaj.
Por una parte, Mashiaj se encuentra bajo la autoridad de Elohim, y por otra, Él es la cabeza de todo varón. Del mismo modo, el hombre, por una parte, debe estar bajo la autoridad de Mashiaj, y por otra, debe ser la cabeza de la mujer. Estar bajo la autoridad y ser la cabeza de otros al mismo tiempo no es un asunto fácil. Pero en la vida de Mashiaj, vemos un ejemplo excelente de la manera en que funciona esto. Los cuatro evangelios revelan que Mashiaj se encontraba siempre bajo la autoridad de Elohim. No obstante, Él era simultáneamente la cabeza de todos Sus discípulos. Mashiaj jamás fue independiente del Padre. En Yahanan 5:30, Él dijo: "no puedo Yo hacer nada por Mi mismo", y en Yahanan 5:19, Él dijo: "En verdad, en verdad les digo que el Hijo no puede hacer nada de su propia iniciativa, sino lo que ve hacer al Padre. Porque todo lo que él hace, lo hace también el Hijo de igual manera". El Hijo está siempre bajo la autoridad de Elohim el Padre. No obstante, Él también ejerció autoridad sobre otros. Por ejemplo, Él disciplinó a Kefá de manera muy estricta cada vez que éste actuaba como si él fuese la cabeza y vivía de una manera independiente. El Adón corrigió a Kefá mostrándole la autoridad de Mashiaj. Así como Mashiaj se encontraba bajo la autoridad de Elohim el Padre, Kefá tenía que estar bajo la autoridad de Mashiaj. Así vemos que Elohim es la cabeza de Mashiaj y que Él, bajo la autoridad de Elohim es la cabeza de todo hombre. Del mismo modo, el hombre, bajo la autoridad de Mashiaj, es la cabeza de la mujer.
La Vida Femenina, La Masculina, El Alma Y El Ruaj
Como un cuadro de la relación entre Elohim y el hombre, el hombre representa a Elohim, y la mujer representa al hombre. En este sentido, el hombre, que representa a Mashiaj, simboliza la vida independiente. En cuanto a estar bajo la autoridad de Elohim, Mashiaj tiene una vida dependiente. Pero en cuanto a ser la cabeza de todo varón, Mashiaj tiene una vida independiente. Esto significa que Mashiaj depende de Elohim, pero es independiente de nosotros. En cuanto a Elohim, la vida de Mashiaj es una vida dependiente. Pero en cuanto a nosotros, Su vida es independiente. El hombre representa a Mashiaj como aquel que tiene una vida independiente. En cuanto a Mashiaj, los hermanos casados llevan una vida dependiente, pero en cuanto a sus esposas, llevan una vida independiente.
Así como el hombre representa a Elohim, la mujer representa al hombre en su relación con Elohim. En este sentido, la mujer que representa al hombre simboliza la vida dependiente. Vemos dos aspectos en el hombre: la dependencia y la independencia. Pero en la mujer sólo vemos la dependencia. El que no ha permitido a la mujer llevar una vida independiente es Elohim, y no el hombre.
El hombre no debe ser un varón, sino una "mujer", alguien que lleva una vida de dependencia hacia Elohim. Esta vida "femenina" es la única que es útil para Elohim. Es por esto que tanto hombre como mujer, ambos, deben aprender a someter su alma a la Cabeza.
La independencia del hombre (o la mujer) hacia Elohim es una rebelión. En el momento en que nos independizamos, nos rebelamos en contra de Elohim. La vida masculina es independiente y rebelde, y por esta razón, Elohim no la puede usar para cumplir Su propósito. Por este motivo, cuando la caída, la "vida masculina" del hombre murió, el ruaj.
Si una mujer lleva una vida independiente, ella se convierte en un "varón". Actualmente muchas mujeres se han convertido en "varones". Esta es la razón principal por la cual muchos se separan y divorcian, porque pretenden condiciones "de igualdad", sin aceptar la decisión de Yahweh de que el hombre es la cabeza de la mujer. La vida femenina ya dijimos que representa también al alma, y ésta se acostumbró a estar en el control de su vida. Pero cuando nacemos de nuevo y recibimos el ruaj de Mashíaj, YA TENEMOS EN NOSOTROS LA VIDA MASCULINA QUE DEBE GOBERNAR, y el alma debe aprender a someterse.
Todos nosotros, hermanos y hermanas, debemos ser "mujeres" y vivir por la única vida que es útil para Elohim. Si queremos ser la Novia y llegar a ser la Esposa, debemos depender de Elohim. Somos la Novia, no el Novio, independientemente de nuestro género. En Bereshit 2, el árbol de la vida representa la dependencia, y el árbol del conocimiento del bien y el mal representa la independencia. La vida nos hace siempre dependientes, mientras que el conocimiento siempre nos independiza. Por ejemplo, antes de enseñar algo a un niño, éste depende de nosotros en cuanto a ese asunto. Pero en cuanto él aprende ese punto particular, se enorgullece, "sabe", y se independiza. Por el contrario, la vida nos hace dependientes de Elohim. Elohim desea que escojamos la vida en lugar del conocimiento. Esto significa que Él quiere que escojamos la dependencia en lugar de la independencia. Y creo que la humanidad ya debería haber visto cuál es el resultado de vivir en independencia.
Llevar una vida independiente significa vivir por el árbol del conocimiento, pero llevar una vida dependiente significa vivir por el árbol de la vida. El vivir por el árbol de la vida es en realidad vivir por Elohim mismo. En Yahanan 15, la vid es un ejemplo excelente de una vida dependiente.
Yo soy la vid, ustedes las ramas. El que permanece en mí y yo en él, éste produce mucho fruto. Pero separados de mí, nada pueden hacer. Yahanan 15:5
Todas las ramas dependen de la vid. Permanecer en la vid significa depender de ella. Por tanto, en cuanto a permanecer, no puede haber ninguna independencia.
A la edad de cuarenta años, Moshe llevaba una vida independiente y "masculina". El actuaba independientemente de Elohim, y ejercitó su fuerza natural para matar a un egipcio. Moshe era verdaderamente un "varón" independiente. No obstante, durante los cuarenta años en los cuales Moshe fue descartado, Elohim le enseñó que no debía usar su vida masculina. Moshe pasó 40 años aprendiendo a ser alguien, y Yahweh lo hizo pasar otros 40 años aprendiendo a ser nadie. Adiestrar a un varón para que lleve una vida femenina no es nada fácil. Es decir, adiestrarnos para someter a nuestra alma dominadora, acostumbrada a mandar y decidir por sí misma, al control de nuestro ruaj, que está sometido a Mashíaj, quien está sometido a Yahweh. Para los varones siempre fue más difícil, pero en el último siglo haSatán consiguió dar una vuelta de tuerca a la situación femenina en el mundo, con sus movimientos feministas, Y LLEVAR A LAS MUJERES AL MISMO GRADO DE DIFICULTAD PARA SOMETERSE.
No obstante, en los cuarenta años siguientes, Moshe aprendió a ser una mujer. Durante el tercer periodo de cuarenta años, de los ochenta años a los ciento veinte, Moshe llevó la vida de una mujer, una vida sometida. En un único caso, cuando golpeó la roca por segunda vez, él se independizó de Elohim (Bamidbar 20:7-13). Por actuar como varón en esta ocasión, Moshe ofendió a Elohim, por tanto se le negó el privilegio de entrar a la buena tierra.
Generalmente los lectores de las Escrituras consideran a Moshe como el líder de los hijos de Yisrael. No obstante, Moshe no tenía este concepto de sí mismo; él nunca tomó la posición de líder. Cuando los hijos de Yisrael se rebelaron contra Moshe, él consideró eso como una rebelión en contra de Elohim y no en contra de sí mismo. Moshe fue simplemente ante Elohim y le presentó los problemas. Al hacer eso, Moshe honró a Elohim como la cabeza, como el único varón. Esto indica que Moshe llevaba una vida femenina, una vida que dependía de Elohim. Al llevar esta vida femenina sometida, manifestaba su vida masculina de forma correcta.
Vemos la vida femenina no solamente en los capítulos 1 y 2 de Shemot, sino también en todos los capítulos siguientes. Hemos señalado que Moshe fue adiestrado para llevar una vida femenina. Pero también todos los guerreros llevaban esta vida que dependía de Elohim. Si alguno no ha aprendido a ser "mujer", no podrá luchar por el reino de Elohim. Elohim usa solamente guerreros "femeninos", sometidos. Esto significa que si llevamos una vida masculina independiente, no seremos útiles en cuanto a la guerra espiritual.
Deseo recalcar una vez más el siguiente punto: ser varón significa ser independiente de Elohim, en un sentido carnal y humano. También simboliza al ruaj, pero en un sentido positivo, cuando la vida masculina ha sido engendrada desde la semilla que recibimos. No quiero que se generen confusiones a este respecto: TODOS LOS CREYENTES TENEMOS DOS "VIDAS MASCULINAS", por así decir. Tenemos una vida masculina natural, en la carne, junto con una vida femenina natural, también en la carne. La caída trastornó todas las cosas, de manera que lo que hoy consideramos "normal" no lo es para nada. Al morir nuestro ruaj, EL ALMA TUVO QUE REALIZAR LAS DOS FUNCIONES, la femenina y la masculina. No es que el alma abandonó sus funciones para ir a usurpar el gobierno que debería haber sido ejecutado por el ruaj, sino que mantuvo ambos puestos. Por eso, someter al alma es que ella entregue las dos "vidas", las dos funciones, al madero, para ser quebrantada, y que le sean devueltas las funciones que sí le corresponden.
Por ejemplo, un marido que trate a su esposa independientemente de Mashíaj, sin la Cabeza, su esposa lo tratará de la misma manera. Esto significa que tanto el marido como la mujer pueden ser "varones" en sentido negativo. Pero nosotros no debemos ser estos "varones", los que son independientes de Elohim. Tanto si somos de género masculino como femenino, debemos ser "mujeres", aquellos que dependen de Elohim y que no hacen nada aparte de Él. En todo lo que decimos o hacemos, debemos depender de Él. Si tal es el caso, entonces somos verdaderas "mujeres" llevando una vida dependiente.
En las Escrituras, el pueblo de Elohim es comparado con una mujer. En el Tanaj, Elohim dijo a Su pueblo que Él era el marido y que ellos eran Su esposa. Aún el rey David, un guerrero poderoso, formaba parte de esta mujer corporativa. El marido de los hijos de Yisrael no fue David, sino Elohim.
Cuando los yisraelitas se rebelaron contra Elohim, tomaron la posición de marido, lo cual fue como si se divorciaran de Elohim. Al separarse de Elohim de esta manera, actuaron independientemente de Él. Pero Elohim fue misericordioso y los volvió a llamar a Sí mismo como el verdadero marido.
En el B'rit Hadashá, los creyentes de Mashiaj son considerados vírgenes. En MattiYah 25:1, Shaúl compara a Sus discípulos con unas vírgenes.
Porque tengo un celo muy fuerte por ustedes, porque los he desposado con un sólo marido, para presentarlos como una virgen pura al Mashíaj. Qorintiyim Bet 11:2
Como creyentes, nuestra posición y nuestra vida deben ser la de una virgen. Mashiaj es el único marido, y ante Sus ojos, todos somos vírgenes.
Esposos, amen a sus esposas, así como también el Mashíaj amó a la congregación y se entregó a sí mismo por ella, a fin de santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua con la palabra, para presentársela a sí mismo como una comunidad gloriosa que no tenga mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que sea santa y sin falta. Efesiyim 5:25
Aquí vemos que Mashiaj ama a la congregación como Su complemento, Su esposa. Por tanto, la congregación nunca debe independizarse, nunca debe ser un "varón", sino una "mujer". La congregación debe siempre llevar una vida que depende de Mashiaj.
Gocémonos, alegrémonos y démosle gloria, porque han llegado las bodas del Cordero, y su novia se ha preparado. Hitgalut 19:7
Esto se refiere al casamiento de Mashiaj con la Nueva Yahrushalayim como Su novia en el milenio. Cuando vuelva Mashiaj, Él no se casará con un "varón", sino con una mujer, una novia. Por la eternidad, la Nueva Yahrushalayim será la esposa de Elohim:
Y a la santa ciudad, la nueva Yahrushalayim, la vi descender del cielo de parte de Yahweh, preparada como una novia adornada para su esposo. Oí una gran voz que procedía del trono diciendo: "Esta es la Morada de Yahweh con los hombres, y él habitará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Yahweh mismo estará con ellos como su Elohim... "Ven acá; yo te mostraré la novia, la esposa del Cordero". Me llevó en el ruaj sobre un monte grande y alto, y me mostró la santa ciudad de Yahrushalayim, que descendía del cielo de parte de Yahweh. Hitgalut 21:2-3,9
Esto indica que por la eternidad en el cielo nuevo y la tierra nueva llevaremos una vida dependiente.
Todos debemos llevar esta vida dependiente en las congregaciones locales hoy en día. Ninguno de nosotros debe comportarse como "varón". Esta es la vida que veremos será desarrollada en Shemot, y también más adelante. Los problemas existentes entre los creyentes y en las congregaciones se deben a hermanos y hermanas que llevan una vida independiente y "varonil", es decir, a sus comportamientos almáticos. Cada vez que hermanos o hermanas en las congregaciones locales vivan como "varones", habrá problemas.
Como lo vimos, cuando Moshe se enfrentó a Faraón, Moshe no era un "varón". En sus tratos con Faraón, él era una "mujer", que dependía de Elohim, porque Yahweh mismo lo hizo enviado en ese sentido:
Yahweh le contestó a Mosheh: "Mira, yo te pongo en el papel de Elohim para el Faraón, con tu hermano Aharón como tu profeta". Shemot 7:1
Moshe no tomó ninguna decisión ni propuso nada. Todo lo que él hizo fue iniciado por Elohim. Moshe honró a Elohim como el único iniciador, porque Yahweh así lo había determinado:
Tú hablarás todo lo que yo te ordene, y tu hermano Aharón le hablará al Faraón para que deje salir a los yisraelitas de su país. Shemot 7:2
Vemos muy claramente la obra iniciadora de Elohim en la construcción del tabernáculo. Moshe no se despertó una mañana con la idea de construir un tabernáculo para Elohim. Por el contrario, él fue llamado por Elohim a subir al monte, donde Yahweh le reveló lo que se encontraba en Su corazón y entonces le encargó construir el tabernáculo conforme al modelo que Él le había mostrado en el monte (25:40). Elohim no le dio ninguna oportunidad a Moshe para tomar decisiones independientes. Moshe debía depender de Elohim en todos los detalles. Esta es la vida que Elohim puede usar para Su propósito, y esta es la vida que veremos en Shemot.
Hemos hablado mucho acerca del perfeccionamiento de los kadoshim para la edificación del Cuerpo de Mashiaj. Si queremos ser usados para perfeccionar a los demás, nosotros mismos debemos llevar una vida dependiente. La única vida que Elohim desea ver perfeccionada es la vida dependiente. Si vivimos u obramos de manera independiente de Elohim, el resultado de nuestro trabajo será que otras vidas sean perfeccionadas para ser independientes. Una vida dependiente es la única que puede producir una vida dependiente. Sólo una vida que depende de Elohim en todas las cosas puede perfeccionar a los demás para ser "mujeres".
Supongamos que cierta persona es muy fuerte en sí misma, confiando en sus habilidades, propuestas y decisiones. Esta persona puede producir únicamente vidas independientes, personas capaces e independientes de Elohim. Esa es la única semilla que tiene, el único fruto que produce. Ese fruto no es Mashíaj. El resultado de este trabajo no será la Nueva Yahrushalayim, sino Bavel la Grande, una ciudad independiente de Elohim y que se rebela en contra de Él. No obstante, la Novia es una mujer. Como mujer, ella no tiene la autoridad, ni lleva una vida independiente. Su cabeza es Mashiaj, y su vida es una vida dependiente. Esa debe ser la situación de la congregación hoy en día. Si deseamos perfeccionar a los demás correctamente y edificar a la congregación, necesitamos esta vida "femenina".
La razón por la cual la congregación en todos estos años ha sido derribada en lugar de edificada es que los llamados edificadores han sido demasiado independientes. Han sido varones en lugar de mujeres. El mundo "creyente" está llenos de "varones", y cada uno manda y determina sus propias creencias. Y los que se someten, no se someten a la Cabeza, que es Mashíaj, sino que se someten al control de otros hombres. Esto sólo da como resultado más vidas almáticas, pero nada de crecimiento del ruaj. No obstante, damos gracias a Elohim porque ha habido un pequeño número de personas dispuestas a llevar una vida "femenina", una vida que depende de Elohim.
Este es el punto crucial: no se trata de cuánto podamos hacer, sino de cuánto dependemos de Elohim. Hemos señalado que en Yahanan 15:5, Yahshua afirma que separados de Él no podemos hacer nada. Nosotros conocemos estas palabras, pero en nuestro diario vivir las olvidamos a menudo y las dejamos a un lado. Sin embargo, el apóstol Shaúl las practicaba. En Qorintiyim Alef 2:3, Shaúl dijo "Y estuve entre ustedes con debilidad, y temor y mucho temblor". Shaúl tenía miedo de hacer algo por sí mismo, sin depender de Elohim. Que Elohim nos tenga misericordia y nos conceda esta clase apropiada de temor. Si lo tenemos, tendremos miedo de decir o de hacer algo por nosotros mismos, algo que no dependa de Elohim, y Le preguntaremos antes de hablar, para no arrepentirnos después.
Todo lo que hacemos independientemente de Elohim es rebelión. Aún nuestra predicación de la Besorah o la ayuda que proporcionamos a los santos puede ser una forma de rebelión. Podemos hacer muchas cosas para ayudar a las congregaciones, pero todo lo que hacemos puede ser una rebelión porque está hecho de manera independiente de Elohim.
Yahweh Llama Al Que Ha Preparado
En el capítulo 1 de Shemot, vimos a los hijos de Yisrael bajo cautiverio, en el 2 vemos la preparación de un salvador. Ahora llegamos a Shemot 3, donde vamos a estudiar el llamamiento a la persona que Elohim preparó.
La motivación del llamamiento de Elohim fue el llanto de los hijos de Yisrael.
En algún momento durante esos muchos años el rey de Mitzrayim murió, pero los hijos de Yisrael aún gemían bajo el yugo de la esclavitud, y ellos clamaron, y su clamor para rescate de la esclavitud subió a Elohim. Elohim oyó el gemido de ellos, y Elohim recordó su Pacto con Avraham, Yitzjak y Yaakov. Shemot 2:23-24
Y Yahweh continuó: "He notado bien los aprietos de mi pueblo en Mitsráyim y he prestado atención a su clamor a causa de sus capataces; sí, estoy al tanto de sus sufrimientos... Ahora el clamor de los yisraelitas ha llegado a mí; además, he visto cómo los mitsritas los oprimen". Shemot 3:7
Elohim no solamente oyó el clamor de ellos, sino que también los visitó en el lugar de sus aflicciones. Por lo tanto, el conocía plenamente su situación y anhelaba rescatarlos de ella, pero la paciencia es la generadora de los mejores frutos. Él tuvo que esperar que Moshe fuese plenamente preparado. Estos capítulos de Shemot revelan que Elohim es muy paciente. Aún antes del nacimiento de Moshe, los hijos de Yisrael sufrían en Mitzrayim. Pero Elohim esperó por lo menos ochenta años. Resulta fácil ser paciente si no tenemos la fuerza ni la habilidad para hacer algo acerca de la situación. En este caso, uno no tiene otra elección que esperar. No obstante, al que es capaz y calificado, le resulta difícil ser paciente. Por eso la paciencia es virtud de viejos y no de jóvenes, porque cuando somos jóvenes contamos con nuestra fuerza, nuestra energía nos impide quedarnos quietos, y la impaciencia nos causa ansiedad. Elohim ciertamente era capaz de liberar a los hijos de Yisrael; Su poder era suficiente. No obstante, Él esperó con paciencia.
A veces estamos agotados por la paciencia de Elohim y preguntamos: "¿Cuánto tiempo más, Abba? ¿Escuchaste nuestras oraciones? Adón, ¿Dónde estás? ¿No te preocupas por nosotros? ¿Cuánto tiempo vamos a esperar todavía antes de que hagas algo por nosotros? ¿Acaso no ves cómo sufrimos, cómo el sistema nos oprime, que no tenemos paz ni sosiego, y pasamos hambre del cuerpo y del alma?". En esos momentos, parece como si no hubiera Elohim en este universo, como si se escondiera. Los Mizmorim (Tehilim) plantean estas preguntas muchas veces, porque los salmistas eran iguales que nosotros, ellos también desfallecían y se desanimaban por tiempos.
Es bueno ser agotado por la paciencia de Elohim porque después de esto, descansamos. Podemos estar tan agotados que abandonamos la oración. Sabemos que Elohim es verdadero y real y que Él tiene Su tiempo. Por lo tanto, aprendemos a confiar en Él. Entonces descansamos.
Después de cuarenta años, Moshe ya no podía esperar más para liberar a los hijos de Yisrael. Él había recibido la educación más elevada y se había convertido en un hombre poderoso en palabras y en hechos (MaAseh Shlijim 7:22). No cabe duda de que a sus propios ojos él estaba calificado y listo para actuar por el bien de su pueblo. Pero Elohim dejó a Moshe a un lado por cuarenta años más, hasta que fuese plenamente preparado conforme a las normas de Elohim. En eso vemos la paciencia de nuestro Elohim.
¿Por qué Elohim tuvo que esperar estos ochenta años? Ninguno de nosotros estaría dispuesto a esperar tanto tiempo. Ciertamente Elohim deseaba tener la manera de intervenir antes, pero entre los hijos de Yisrael no había nadie a quien Él podía presentarse. Por tanto, Elohim tuvo que esperar hasta el nacimiento de Moshe. Cuarenta años más tarde Moshe estaba allí y había crecido, pero Elohim todavía tuvo que esperar porque Moshe era muy natural. Elohim tuvo que esperar porque faltaba una persona preparada.
Aquí vemos un principio. En cada edad, Elohim ha deseado hacer algo. El problema no estaba de su lado, sino siempre del lado de Su pueblo. Esta ha sido siempre la pregunta: ¿Dónde está la persona lista para recibir el llamamiento de Elohim? En nuestra era también Elohim anhela hacer ciertas cosas. ¿Pero quién está listo para Su llamamiento?
En Shemot, Elohim no pudo venir cuando Moshe era un niño o cuando todavía confiaba en su fuerza y habilidad naturales. Elohim tuvo que esperar hasta que Moshe cumpliera los ochenta años. Entonces, después de preparar a Moshe, Elohim vino y lo llamó. Los hijos de Yisrael clamaron por causa de la tiranía, la persecución y la opresión, pero Elohim todavía tenía que esperar por la preparación de Moshe, el quebrantamiento completo e los yisraelitas, el pago de sus transgresiones, y que todo estuviera dentro de las fechas, porque Él, que todo lo sabe, ya sabía que los yisraelitas fallarían y deberían vagar 40 años en el desierto, y eso completaría la diferencia de tiempo hasta el colmo de la maldad de los amorreos. Los yisraelitas tampoco podían estar prontos antes del tiempo designado para su entrada a la Tierra Prometida. En el mismo principio, lo que a nosotros nos parecen "reparaciones" de un plano original que falla, en verdad es el acomodar las cosas al desarrollo de los acontecimientos que Él ya sabe sucederán. ESTA ES LA FORMA EN QUE YAHWEH SABE LAS COSAS QUE SUCEDERÁN, y por esto Su Palabra es firme y Sus Profecías siempre se cumplen como escritas, y en su tiempo determinado, y desafía a los falsos dioses que no consiguen hacer lo mismo, ni ellos ni sus falsos profetas.
No pensemos que Yahweh estaba esperando a un Moshe que crecía lentamente, ni a que los amorreos completaran su maldad SIN SABER EXACTAMENTE CUÁNDO SUCEDERÍAN ESTAS COSAS. Él combina las cosas de manera que unas coincidan con las otras. Yahweh tiene paciencia, pero Él no espera "porque los demás no se mueven más rápido". Él no está condicionado a las acciones de los hombres y los tiempos han sido predeterminados desde la eternidad, y las cosas se cumplirán, ESTÉN LOS HOMBRES PREPARADOS O NO. De manera que mejor correr para ser hallados en condiciones de entrar a las Bodas y no ser dejados fuera porque nuestras lámparas están apagadas.
Le tomó a Elohim cuarenta años más para llevar a este hombre capaz pero desilusionado hasta el final. No resulta fácil aniquilar esa clase de persona. Se necesitó cuarenta años de disciplina para que Moshe se diera cuenta de que él no estaba calificado para liberar el pueblo de Elohim, sacarlo de Mitzrayim e introducirlo en la buena tierra.
Durante sus primeros años en el desierto, Moshe pudo haberse quejado de su compañero hebreo que se había negado a reconocerlo a él como el liberador de Yisrael. Moshe pudo haber dicho: "¡Cuán ciego estaba! No se dio cuenta de que yo era aquel que le iba a liberar. Por su culpa, me vi obligado a huir. Entre los hijos de Yisrael, nadie pudo haber hecho lo que yo hice. Pero ahora todo está arruinado". Creo que en el transcurso de los años, la actitud de Moshe empezó a cambiar; finalmente él dejó de echar la culpa a los demás por su situación.
Resulta fácil educar a una persona, pero es muy difícil acabar con ella. No obstante, después de esos años en el desierto, Moshe fue plenamente aniquilado. Cuando Elohim se le apareció en la zarza ardiente, Moshe se consideraba a sí mismo como una persona que no servía para otra cosa que la muerte. Sin embargo, cuando Moshe pensaba estar aniquilado, Elohim vino y lo llamó.
Elohim disciplinó a Moshe y lo preparó durante un período de cuarenta años (MaAseh Shlijim 7:30). Sabemos que Moshe fue disciplinado por el simple hecho de que él tuvo que vivir en el desierto después de haber sido criado en el palacio real. Sin lugar a dudas, Moshe tuvo este sentimiento en el desierto mientras trabajaba como pastor cuidando a un rebaño que ni siquiera le pertenecía, porque era de su suegro. Mediante esta disciplina, Moshe fue preparado gradualmente.
Después de aquellos años en el desierto, Moshe perdió toda confianza en sí mismo. En el capítulo 2 saltó para salvar a un hebreo y mató a un egipcio, pero en el capítulo 3, 40 años de desierto después, dijo "¿Quién soy yo para ir donde el Faraón y libertar a los yisraelitas de Mitsráyim?".
Pocos creyentes conocen realmente la manera que Elohim usa al disciplinar a la gente. Me he encontrado con muchos hermanos que tenían muchísima confianza en que habían recibido de parte de Elohim la carga de hacer una obra particular para Él. No obstante, sin ninguna excepción, en cuanto empezaron a hacer algo, Elohim intervino para disciplinarlos. Y también he conocido muchísimas personas que aseguraban lo mismo, pero no eran hermanos, por eso siguieron en sus planes en los que Elohim jamás intervino, pero haSatán sí. Cuando estamos tan seguros de que somos llamados y tenemos carga, debemos esperar la disciplina de Elohim. Puede que esperemos que otros nos apoyen, pero en lugar de eso se oponen a nosotros. Desanimados por este rechazo, quizá decidamos abandonar totalmente la carga. PERO NO PODEMOS ABANDONAR NINGUNA CARGA QUE PROCEDE VERDADERAMENTE DE ELOHIM. Si alguien puede abandonar una carga, esto indica que no venía de Elohim desde un principio. Cuando hemos recibido la carga por parte de Elohim, no podemos desechar esa carga por mucho que se opongan los demás a nosotros, por más que no veamos resultados, por más que parezca que caminamos solos. Podemos estar muy desilusionados, pero la carga permanece con nosotros. Podremos desistir por unos días, pero tarde o temprano se levanta nuevamente en nosotros.
Sin lugar a dudas, cuando Moshe tenía cuarenta años de edad le vino una carga de Elohim. Estoy convencida de que los padres de Moshe, particularmente su madre, lo había consagrado a Elohim. Indudablemente, Moshe aceptó voluntariamente la carga de Elohim. No obstante y por confiar tanto en que tenía la habilidad y el poder de llevar a cabo esta carga, Elohim arregló las cosas para que él fuese rechazado. Moshe debió haber estado profundamente desilusionado. Año tras año, Elohim operó en Moshe, NO PARA ELIMINAR LA CARGA, SINO PARA TERMINAR LA HABILIDAD NATURAL DE MOSHE Y HACER QUE ÉL NO TUVIESE NINGUNA CONFIANZA EN SÍ MISMO.
Nuestro problema es éste: si recibimos una carga de Elohim, tenemos la tendencia a usar nuestra fuerza natural para llevarla a cabo. Pero si nuestra fuerza natural es aniquilada, entonces tenemos la tendencia a desechar la carga. No separamos la carga de Elohim de nuestra fuerza natural. Nos gusta combinar estas dos cosas, pero Elohim quiere separarlas, es decir, guardar la carga Suya y desechar nuestra fuerza natural. Por lo tanto, a Elohim le tomó cuarenta años aniquilar la fuerza natural de Moshe. ÉL HARÁ LO MISMO CON NOSOTROS.
Cuando Elohim llamó a Moshe, Moshe dijo que él era tardo de habla. Parecía que Moshe estaba diciendo: "Adonai, ahora que has aniquilado mi habilidad, ya no puedo aceptar Tu carga, quiero renunciar. No soy la persona adecuada para ser enviada a Faraón y liberar a los hijos de Yisrael de sus manos. Soy tardo de habla. ¿Cómo podré hablar a Faraón?". Al hablar de esta manera a Elohim, Moshe en apariencia era sincero. No obstante, Elohim se enojó con él (4:14). Esto indica que por parte de Moshe había algún problema. Elohim deseaba usar a Moshe, pero él se negaba a aceptar el trabajo. MOSHE TENÍA MIEDO. Mientras Moshe estaba negociando con Elohim, Elohim sabía lo que estaba en su corazón. Interiormente Moshe pensaba: "Adonai, hace cuarenta años, hice todo lo posible para rescatar a los hijos de Yisrael, pero no me permitiste tener éxito. Fui rechazado, y tuve que huir a este desierto, donde he sufrido durante cuarenta años. He olvidado todo lo que aprendí en el palacio real, he llegado a ser nada. Ahora Tú me pides que vaya a Faraón. Cuando yo era calificado, Tú me despediste. Pero ahora que no estoy calificado ni soy capaz, quieres usarme. AHORA CIERTAMENTE FALLARÉ". Secretamente, Moshe culpaba a Elohim de no haberlo apoyado, y tenía miedo de que las cosas se repitieran. Esta fue la razón por la cual Elohim no estaba contento con él. El miedo siempre se opone a la fe. SI TENEMOS MIEDO DE ALGO, ES PORQUE NO ESTAMOS CONFIANDO EN ÉL. Moshe creía que Yahweh le había fallado la primera vez, y no quería arriesgarse una segunda. Su falta de comprensión del hecho de que aunque Yahweh lo había llamado, NO LE HABÍA ORDENADO NADA AÚN CUANDO ÉL SE LANZÓ EN SU PAPEL DE REDENTOR, le estaba haciendo creer que Yahweh no era confiable. Él no había comprendido aún que Yahweh ciertamente lo había llamado, pero que él debía hacer todo lo que Él le ordenara, y no lo que se le ocurría.
Esto vale también para nosotros. Muchos creen que Yahweh los ha llamado para hacer algo. Y ES ABSOLUTAMENTE VERDAD. Si somos salvos, hemos sido llamados a trabajar para Su obra. El problema es que todos, sin excepción, en el comienzo imaginamos que vamos a servirLo con nuestras fuerzas y habilidades naturales. Entonces, SEREMOS ENVIADOS AL DESIERTO, hasta que nuestra fuerza natural sea quebrantada. Por eso tantos andan en sus almas y discuten y se pelean. Pero si anduvieran en sus rujot, sometidos a la Cabeza, simplemente harían la voluntad del Padre y serían todos uno con Él. Necesitamos comprender el punto de que PARA SERVIRLO DEBEMOS PERDER NUESTRO YO NATURAL, y eso exige una larga disciplina, porque somos duros de cerviz, y porque siempre que podemos nos inclinamos a usarnos a nosotros mismos... hasta que aprendemos, y entonces Él puede usarnos. El problema es que, como Moshe, muchos de nosotros arrancamos con fuerza en el momento en que recibimos el llamado (y repito, TODOS lo recibimos, porque somos llamados a prepararnos para ser reyes y sacerdotes en Su Reino, aunque hoy y aquí cada uno reciba una tarea diferente y específica), y como Él no nos acompaña, fallamos. Él permite que fallemos para que comprendamos que NO SOMOS NOSOTROS LOS QUE VAMOS AL FRENTE. No era Moshe el que guiaba al pueblo, era la Columna y la Nube. Moshe era el intermediario, no el Pastor. Pero la primera vez que intentamos y fallamos, lo primero que pensamos es "ME EQUIVOQUÉ. Creía que me había llamado, pero evidentemente me equivoqué, porque Él no fue conmigo". ÉL NO VA CON NOSOTROS. NOSOTROS VAMOS CON ÉL. Me he acostumbrado a mudar mi forma de hablar, de pedirle que me ayude a hacer Sus cosas, a transmitir un mensaje o lo que sea, por pedirle QUE ME PERMITA AYUDARLE COMO ÉL DESEA. Antes le pedía que me ayudara, ahora le pido que me permita ayudarLe.
Después que fallamos, retrocedemos y nos retiramos. Estamos avergonzados porque a todos el sistema nos ha enseñado que fallar es una vergüenza, un fracaso. Nos sentimos fracasados, y tenemos vergüenza, así que nos escondemos, y nos encerramos hasta de Él. Como no nos atrevemos a echarle la culpa a Él es decir manera directa (aunque por dentro es lo que estamos haciendo, lo veamos o no), nos culpamos a nosotros mismos. Pero la prueba de que en verdad lo culpamos a Él está en que NO LE PEDIMOS QUE NOS MUESTRE CÓMO HACERLO, porque no lo intentamos nuevamente. Lo intentamos en nuestras fuerzas y fallamos, pero no queremos pedirle cómo hacerlo en Sus fuerzas. No intentamos más. Esa es la prueba de que lo estamos culpando a Él. Si fuera algo para lograr en nosotros mismos, nos esforzaríamos, como en cualquier cosa que hacemos en la vida: trabajar más, estudiar más, esforzarnos más, hasta alcanzar la meta que deseamos. Siempre en nuestras fuerzas, claro. Pero con Sus cosas no, simplemente desistimos creyendo que nos abandonó, que entendimos mal y "no éramos los elegidos". Entonces entramos en el desierto, y comenzará la verdadera disciplina. El tiempo que dure dependerá de nosotros.
Hasta que no comprendamos que no somos los que hacemos las cosas sino que OBEDECEMOS LO QUE ÉL ORDENA, no seremos de utilidad en Sus manos. En verdad, si en vez de huir y no dirigirle la palabra a Él para comprender nuestro error, nos volviéramos y le preguntáramos, Él nos respondería que todo lo que debemos hacer es MANIFESTARLO A ÉL. Y que eso no es una cuestión externa, de palabras, sino de, en primer lugar, permitirle formarse en nuestro interior. Todo lo que Él desea es que lo manifestemos a Él, QUE SEAMOS HECHOS A SU SEMEJANZA. Por eso nos pide que no rechacemos nuestra carga, sino que nos rechacemos a nosotros mismos. Eso es lo que Mashíaj nos pide cuando dice:
"Si alguno quiere seguirme, niéguese a sí mismo, tome su madero cada día y sígame". Luka 9:23
No es fácil hacer algo por Elohim sin usar nuestra propia fuerza o habilidad. En el transcurso de los años he aprendido esta lección, principalmente por medio de sufrimientos y fallas. A menudo la gente tiene la siguiente actitud: si les piden hacer algo, deben ser capaces de hacerlo por su propia manera sin interferencia ni consejo de los demás. Aún los ancianos en la congregación a veces tienen esta actitud. Nuestro sentir natural es: "Si quieres que haga eso, entonces apártate y déjame hacerlo". Eso lo aplicamos en nuestras vidas siempre. No obstante, cuando Elohim nos llama a hacer algo, Él quiere que lo hagamos pero no por nosotros mismos. Cuando Él nos llama, parece que dice: "Sí, quiero que hagas eso, pero quiero que lo hagas a través de Mi, y no por ti". Nuestro problema reside en el hecho de que si no podemos hacer cierta cosa por nosotros mismos, entonces nos negamos a hacerla. Esta actitud ha sido un gran impedimento para la obra de la restauración de Elohim.
Muchos santos saben que necesitamos la vida de congregación; no obstante, por estar desilusionados, son renuentes a ir a las reuniones. O van, pero no hablan, no intervienen (y es como si no fueran). Se parecen a Moshe desilusionado en el desierto y disciplinado por Elohim hasta que perdió su confianza. No obstante, todavía estaba dispuesto a tomar la carga de Elohim. Moshe recibió la carga de Elohim antes de la edad de los cuarenta años, pero tuvo que aprender a cooperar con Elohim sin usar su habilidad ni fuerza natural. Elohim no pudo llamar a Moshe hasta que éste hubiese perdido toda la confianza en sí mismo. Sólo cuando nos damos cuenta de que nada, absolutamente nada en nosotros sirve si lo usamos nosotros mismos (Él sí puede usarlo, nosotros no), sólo entonces Él puede usarnos. Cuando dejamos de confiar en nosotros mismos, Él viene y nos llama para comenzar a actuar.
Moshe también tenía que estar consciente de su incapacidad (4:10-13). El llegó a darse cuenta plenamente de que en sí mismo, no era la persona adecuada para contestar al llamamiento de Elohim. Quizá durante los cuarenta años en el desierto él hasta experimentó fracaso al apacentar al rebaño, y entonces se diría "Si no consigo manejar unas cuantas ovejas, ¿cómo podría guiar a todo un pueblo?". En Su soberanía, Elohim pudo haber creado ciertas circunstancias que Moshe no pudo vencer. Todo esto fue designado para ayudar a Moshe a ser consciente de su incapacidad, y esto mismo hace con nosotros. Crea situaciones en las cuales no podemos vencer por mucho que luchemos, HASTA QUE NOS DESCOYUNTA EL MUSLO Y NOS DEJA COJOS.
Cuando Elohim lo llamó, Moshe se consideró a sí mismo como digno sólo de muerte. Recordemos que cuando Elohim apareció a Moshe en el capítulo 3, Moshe tenía ochenta años de edad. En el Mizmor 90, escrito por Moshe, él dijo:
El lapso de nuestra vida es de setenta años, y quizás los más robustos lleguen a ochenta; pero todo lo que nos dejan es afán y trabajo, porque pronto pasan y quedamos en tinieblas. Tehilim 90:10
Esto indica que a la edad de ochenta años, Moshe pensaba que estaba ya a punto de morir, que no servía para nada. Cuando Elohim llamó a Moshe, éste debe haber razonado en su corazón: "Adonai, ¿por qué no me usaste cuando yo tenía cuarenta años? En aquel entonces yo era capaz, activo, y audaz. Pero ahora estoy cansado, desilusionado y listo para morir. Tengo ochenta años de edad, y mi muerte se acerca. No obstante, vienes a mí y me pides que haga algo. Me parece que te equivocaste de tiempo. Adonai, ya he dejado de ser capaz o útil. No soy más que un viejo a punto de morir". Este fue el sentir de Moshe acerca de sí mismo cuando Elohim vino a él para llamarlo y liberar a los hijos de Yisrael de Mitzrayim.
Un día, todos llegamos a considerarnos dignos sólo de muerte. Todo aquel que es llamado por Elohim debe pasar por un período de tiempo en el cual él pierda su confianza, tome conciencia de su incapacidad, y se considere a sí mismo digno sólo de muerte. Finalmente, tendremos la misma conciencia acerca de nosotros mismos que tuvo Moshe a la edad de ochenta años.
Pero en el tiempo en que Moshe se consideraba a sí mismo listo para morir, Elohim vino y le encargó ser un enviado (3:10,15). Elohim era el que enviaba, era el iniciador y Moshe había de ser el enviado para cumplir los deseos de aquel que lo envió. Para poner más énfasis en este punto, la palabra "enviar" (SHALÁJ, H7971) se usa muchas veces en los capítulos 3 y 4, 14 veces. Al llamar a Moshe, Elohim estaba diciendo: "Moshe, Yo, Yahweh Elohim, te mando. No vas a ser ni el que envía ni el iniciador. Serás el enviado para llevar a cabo Mi voluntad. TODA LA RESPONSABILIDAD ES MÍA, NO TUYA". En un próximo mensaje, veremos que cuando Moshe se enfrentó con Faraón, él no hizo nada por su cuenta. Por el contrario, él actuó como el enviado de Elohim, haciendo todo lo que Elohim le pedía.
Ser un enviado significa que no hacemos nada por nosotros mismos. Por el contrario, llevamos a cabo simplemente los deseos de quien nos manda. Por eso no podemos hablar cuando otros nos preguntan, SI ÉL NO NOS HA DADO AÚN UNA PALABRA. Ser un enviado es una bendición y nos introduce plenamente en el descanso. Para ser un enviado, debemos pasar por mucho adiestramiento y disciplina. Muchas veces he enviado a la gente para hacer alguna tarea para mí. Aunque pretendían entender lo que yo quería de ellos, finalmente hicieron cosas conforme a su opinión. Esto indica que necesitamos adiestramiento para ser un enviado.
Que el Adón tenga misericordia de nosotros y nos discipline para ser preparados para Su servicio, y que no nos resistamos a Su disciplina. Ciertamente en el momento en que pasamos por el desierto todo nos parece doloroso y terrible, pero les aseguro por experiencia propia que cuando miramos atrás hacia aquel desierto por el que pasamos y vemos el resultado que Él obtuvo en nosotros a través de aquellas experiencias, todos aquellos dolores desaparecen, y sólo nos queda maravillarnos ante Su sabiduría. Los sufrimientos ya no nos interesan porque ahora comprendemos que no eran castigos sino que estábamos siendo moldeados a Su Imagen y Semejanza, que es Mashíaj en nosotros.