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CLE02_08_-_Yahweh_vs_Faraón_01_-_El_Prim

CLE02 08

Yahweh vs Faraón

01 - El Primer Conflicto

En este mensaje, comenzaremos a estudiar el asunto de la orden de Elohim y de la resistencia de Faraón. Este conflicto produjo muchos enfrentamientos. En este mensaje llegamos al primero de estos conflictos, que en verdad es la apertura en sí. No se trata de ninguna de las plagas, sino de la primera vez que Moshe se presenta ante Faraón.

 

Más tarde Mosheh y Aharón fueron y le dijeron al Faraón: "Así dice Yahweh, el Elohim de Yisrael: Deja ir a mi pueblo para que me celebren una festividad en el desierto". Shemot 5:1

 

En este pasuk, vemos un título importante de Elohim: Yahweh, el Elohim de Yisrael. En el pasuk 3, Elohim se llama el Elohim de los hebreos. Por lo tanto, la orden para con Faraón fue dada por Yahweh, el Elohim de Yisrael, el Elohim de los hebreos.

 

Hemos señalado que en hebreo, el nombre Yahweh es una forma del verbo ser. Esto indica que Yahweh es el único que existe por Si mismo. Él es Aquel que era, que es, y que será. El verbo ser puede aplicarse solamente a Él en un sentido absoluto. Sólo Elohim es; nosotros y todas las demás cosas no somos.

 

Pero ahora, Elohim es llamado también el Elohim de Yisrael. Este título es diferente del título "el Elohim de Avraham, el Elohim de Yitzjak, el Elohim de Yaakov", un título que implica a Yahweh como el Elohim de resurrección. El título "el Elohim de Yisrael" indica que Yahweh es el Elohim de un pueblo transformado. Yaakov era el nombre de un hombre natural, pero Yisrael era el nombre de un hombre transformado. Yaakov no recibió el nombre Yisrael desde su nacimiento. Por el contrario, él fue llamado Yaakov, que significa alguien que agarra el calcañar, un suplantador. Pero en el transcurso de su vida, Yaakov fue transformado, y finalmente Elohim cambió su nombre a Yisrael. Aún cuando los hijos de Yisrael se encontraban en una situación lamentable en Mitzrayim, Elohim no los consideraba como Yaakov, sino como Yisrael. A los ojos de Elohim, Su pueblo escogido ya había sido transformado en triunfadores y reyes.

 

El mismo principio se aplica a la manera en que Elohim mira a la congregación hoy. A los ojos de Elohim, la congregación ya es gloriosa. No obstante, si ponemos nuestros ojos en nuestra condición espiritual, podríamos considerarnos como algo muy miserable. Podríamos vernos como Yaakov, y no como Yisrael. No obstante, Elohim nos ve como Yisrael. En Sus tratos con haSatán, el perseguidor y el usurpador, Elohim le dijo que Él es el Elohim de un pueblo transformado y victorioso.

 

Todos debemos ver y creer que somos un Yisrael. Quizá ustedes no crean esto ahora, pero si Él lo ha dicho, simplemente será. No debemos esperar a ver para creer, ser hombres de poca fe. En la eternidad, todo el pueblo escogido de Elohim será un Yisrael. No seamos miopes, con una visión limitada por su situación presente. Elohim no nos considera como quienes todavía estamos en cautiverio bajo Faraón. Por el contrario, Él nos ve como quienes hemos sido liberados e introducidos en Mashiaj, representado por la buena tierra.

 

Efectivamente, en el capítulo 5 de Shemot, los hijos de Yisrael todavía estaban en cautiverio en Mitzrayim. No obstante, Elohim sabía que pronto serían liberados de este cautiverio e introducidos en el desierto, llevados al monte, y finalmente al país de Kenaán. En la buena tierra, serían Yisrael, y Elohim sería su Elohim. Por lo tanto, al venir Elohim a Faraón para negociar con él, Él no estaba desilusionado por la condición de Su pueblo.

 

 

Vemos la orden de Elohim para con Faraón en 5:1. Hablando de parte de Elohim, Moshe y Aharón dijeron a Faraón: "Deja ir a Mi pueblo a celebrarme fiesta en el desierto". La fiesta está en contraste con el cautiverio, con el trabajo riguroso. Yahweh pedía a Faraón que liberara a Su pueblo del cautiverio para que le celebraran una fiesta. La palabra "celebrarme" en este pasuk indica que cuando el pueblo de Elohim celebra, Él está feliz. La fiesta es para Él.

 

Esta fiesta para Elohim es una adoración dispensacional, es decir, es adorar a Elohim conforme a lo que ha sido dispensado dentro de nosotros. Mientras comemos, bebemos, alabamos, cantamos, y nos regocijamos en la presencia de Elohim, le celebramos fiesta. Como lo veremos, esta fiesta es también un sacrificio para Elohim. Sacrificar consiste en adorar. La adoración dispensacional es una adoración en la cual Elohim se prodiga dentro de nosotros para nuestro deleite, a fin de que celebremos con Él y para Él en Su presencia. Esta es la adoración que Elohim desea. Esto es revelado en el B'rit Hadashá, y nace en el Tanaj.

 

Podemos considerar esta fiesta como un festival, unas vacaciones o un día kadosh, un tiempo para que el pueblo de Elohim descanse con Él y se deleite de Su provisión con Él. Tres veces al año, Elohim ordenó periodos especiales de fiesta para los Yisraelitas. Los tres festivales principales eran Pésaj, incluyendo la fiesta de los panes sin levadura, la fiesta de las semanas (Shavuot/Pentecostés); y la fiesta de los Tabernáculos, Sukot. En aquellos tiempos, al pueblo no se le permitía hacer ningún trabajo; todo aquel que trabajara en esos días debería ser cortado del pueblo de Elohim (Vayikra 23:30). Esta fiesta le complacía a Elohim porque era una adoración para Él. Según el concepto humano, la gente debe trabajar siempre; pero según el concepto divino, el pueblo de Elohim debía cesar su trabajo en los tiempos de fiesta para descansar de su trabajo y festejar con Elohim en adoración a Él, porque en verdad, el único que trabaja es Él:

 

Pero Yahshúa les respondió: "Mi Padre hasta ahora trabaja; y yo también trabajo". Yahanan 5:17

 

Nosotros tenemos el concepto de que trabajamos, y duramente, pero eso no es trabajo a los ojos de Yahweh. Nosotros somos explotados por haSatán, y es eso lo que Yahweh ve, y le molesta cuando su pueblo se esfuerza por faraón en lugar de clamar a Elohim para ser liberados.

 

Celebrar a Elohim significa adorarle. Según el concepto natural, adorar es arrodillarse, inclinarse, postrarse delante de Elohim. Y si bien esa es una forma de adoración, no es la única forma de expresión. Postrarnos delante de Él es reconocer todo lo que Él es, pero alegrarnos en y con Él es disfrutar de todo lo que Él dispensa en nosotros. No se trata de agradecer por las cosas materiales que nos da (que también debemos agradecer por ellas), porque estas cosas eran sombras de los dones que Mashíaj representa, sino justamente agradecer por el Mashíaj que imparte en nuestro interior, que es la forma de disfrutarlo a Él. Cuanto más Mashíaj tenemos crecido en nosotros, más adoración y alegría tendremos en el Padre.

 

Por eso, según Elohim, la verdadera adoración es nuestro deleite de Él como nuestra provisión y luego nuestro descanso en lo que disfrutamos de Él. Es fiesta y es reposo. Como lo revela Yahanan 4, la adoración que el Padre busca es el beber del agua viva. Cuanto más bebemos de Su Hijo como el Ruaj, más adoración recibe el Padre. La verdadera adoración consiste en beber de la provisión de Elohim, la cual es Elohim mismo preparado para nuestro deleite.

 

La fiesta mencionada en 5:1 debía ser celebrada en el desierto. Ya he dicho que no debemos mirar al desierto en un sentido negativo como siempre lo hemos visto, llamándolo "lugar de pruebas" o "lugar de tentación", porque quien así lo mira habla en su carne. Está diciendo que las pruebas que debemos pasar en la disciplina para transformación son desagradables, y de hecho, muchos se niegan a aceptarlas, rebelándose contra lo que el Padre decide que debemos pasar. Es verdad que las probaciones pueden ser dolorosas en la carne, pero Él asegura que todas producen "fruto apacible de justicia" (Ivrim 12:11). El desierto es nuestra arena de entrenamiento, no un lugar de sufrimiento. Los atletas, cuando son entrenados, saben que se cansarán y que deberán esforzarse, pero no tienen en cuenta el dolor de los calambres del momento sino que miran hacia adelante, a la corona que les está reservada. Así es como debemos ver lo que simboliza el desierto.

 

No debemos decir que Él nos prepara cosas malas, ni que nos saca de la esclavitud para hacernos pasar por más sufrimientos. En el desierto somos purificados de todas las cosas que adquirimos en Mitzrayim, en el mundo, porque no podemos atravesar el Yardén cargando las cosas del mundo. Esas deben caer en el desierto, con nuestro viejo hombre.

 

Vemos aquí que el desierto tiene un sentido positivo. Era el primer destino que Elohim deseaba que Su pueblo alcanzara, así que no podemos insistir en que era algo malo. Él quería que su pueblo le celebrara FIESTA EN EL DESIERTO. Si Faraón hubiera accedido en el primer momento, los yisraelitas habrían ido en caminata de tres días a celebrar fiesta, y eso hubiera sido en el desierto, no en la tierra prometida. Nosotros hoy todavía estamos a camino de entrar en el verdadero reposo de Mashíaj, el milenio del séptimo día, de manera que aún estamos en el desierto (mientras algunos aún están en Egipto), pero Él nos dice que podemos celebrarle fiesta aquí y ahora.

 

En el día en que fui salva, comenzó la lucha con Faraón. Él no permitió antes, ni permite ahora que el pueblo de Elohim vaya a servirlo y hacerle fiesta, él desea amargar sus vidas. Muchos están aún en esa fase, no hay salido aún de Egipto. No crean que salir de Egipto significa que serán súbitamente arrebatados o que les será permitido vivir en un rincón, separados tal vez aparentemente, pero aún dentro del mundo. Yo también pensaba que eso era separarnos, creía que sería suficiente conseguir los recursos para vivir alejados, pero eso no es salir de Egipto. Salir de Egipto es sacar nuestros corazones de los intereses materiales. Las cosas del mundo (y no me refiero a las superfluas como los placeres, que todos consideran en primer lugar aunque pocos dejan del todo, y que tampoco constituyen el centro del asunto, sino sólo la punta del iceberg, sino a las básicas y necesarias para nuestra supervivencia, como alimento, techo y abrigo) no pueden ser nuestra prioridad. Esto es muy difícil de comprender y mucho más de aceptar por nuestra carne y nuestra alma, siempre buscando salvarse a sí mismas, pero esas cosas son completamente secundarias a todo lo que es del Padre. Si ponemos el trabajo que sustenta a nuestra familia en primer lugar, ESTAMOS DANDO LAS PRIMICIAS A HASATÁN, NO A YAHWEH.

 

Yo sé lo difícil que es invertir ese orden de pensamiento. Es como pararse en una montaña y lanzarse de espaldas. A nuestros ojos es locura, pero eso es fe, la verdadera emunah de confianza absoluta en que ÉL SE OCUPA DE TODO. Mashíaj dijo:

 

Por tanto, no se afanen diciendo: "¿Qué comeremos?" o "¿Qué beberemos?" o "¿Con qué nos cubriremos?". Porque los gentiles buscan todas esas cosas, pero su Padre que está en el cielo sabe que ustedes tienen necesidad de todas estas cosas. Más bien, busquen primeramente el reino de Elohim y su justicia, y todas estas cosas se les darán por añadidura. Así que, no se afanen por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su propio afán. Basta a cada día su propio mal. MattiYah 6:31-34

 

Sin embargo, todos hacemos exactamente lo contrario. Pero esta es la postura que el Padre desea que tengamos con las cosas: QUE NOS OCUPEMOS DE SU REINO EN PRIMER LUGAR Y CONSIDEREMOS LAS COSAS DEL MUNDO, INCLUIDAS LAS BÁSICAS, COMO SECUNDARIAS PORQUE Él SE OCUPARÁ DE ELLAS. Esto es "vende todo", no se trata de convertirnos en miserables sin sustento, SINO DE QUITAR ESAS COSAS DEL CENTRO DE NUESTRO INTERÉS. ¿Será que Él quiere que los suyos vendan todos sus bienes para convertirse en miserables sin sustento? Si decimos eso (y realmente lo pensamos en nuestro inconsciente cuando nos aferramos a las cosas de este mundo), estamos afirmando que Él busca nuestro mal. Porque eso es lo que pensamos cuando leemos la historia del joven rico (siempre diciéndonos a nosotros mismos menos mal que no somos ricos, o nos pediría lo poco que creemos que tenemos). Pero Él dice que al que no produce para el Reino, hasta lo poco que tiene se le quitará:

 

Porque a todo el que tiene se le dará más, y tendrá en abundancia; pero al que no tiene, aún lo poco que tiene se le quitará. Y al sirviente inútil échenlo a las tinieblas de afuera". Allí será el llanto y el crujir de dientes". MattiYah 25:29-30

 

Muchos creen que el joven tenía problemas porque era rico, pero no perciben que aún los pobres tienen EXACTAMENTE EL MISMO PROBLEMA. Únicamente aquel que no tiene nada de nada ha desistido ya de colocar su confianza en las cosas materiales sabe que "no sólo de pan vivirá el hombre".

 

Ciertamente su interés no está en que seamos pobres y nos muramos de hambre, sino en que aprendamos que todo sustento proviene de Él, tanto si el maná cae del cielo como si recibimos el producto de la buena tierra, y más aún, TAMBIÉN EL SUSTENTO QUE RECIBIMOS EN EGIPTO PROVIENE DE ÉL, PORQUE ÉL ES QUIEN LO PERMITE. De manera que todo lo que obtenemos del mundo no lo ganamos con nuestro propio esfuerzo, sino por Su gracia, de manera que si nos lo pide de vuelta, no nos sorprendamos. Sabemos que cuando estamos en mala posición con respecto a alguna cosa, ÉL NOS LA PIDE PARA QUE LA ENTREGUEMOS, APRENDAMOS, Y NOS SEA DEVUELTA EN RESURRECCIÓN. Con las cosas del mundo, todos debemos entregárselas para aprender a no importarnos si tenemos o si no tenemos, porque Él es quien provee para todos. Si insistimos en ser nosotros mismos los que resolvemos nuestras necesidades, trabajando o lo que sea, Él providenciará un Faraón que nos explote y nos disminuya el sustento al punto de pasar necesidad, para que comprendamos que en nuestra fuerza y en el mundo nada conseguiremos. Pero si le entregamos todo, Él providenciará que despojemos a los mitsritas y nos dará no sólo todas las cosas que necesitamos para nuestra subsistencia, sino además, TODO LO QUE NECESITAMOS PARA LEVANTAR EL OJEL MOED.

 

Esta es la comprensión del desierto. En él deben caer todas nuestras creencias terrenales, todo aquello que nos ata al mundo, al sistema, tanto aquellas creencias erradas como las cosas en las que nos apoyamos. Para salir del desierto, deberemos aprender a subsistir únicamente del maná y del agua de la roca hendida.

 

El desierto está en contraste con Mitzrayim. En Mitzrayim, un país lleno de cultura del mundo, había ciudades de almacenamiento. Elohim deseaba rescatar a Su pueblo de las ciudades de almacenamiento y de la cultura humana y llevarlos a un lugar de separación en el desierto. Antes de ser salvos, nosotros nos encontrábamos en una de las ciudades en la orilla del Nilo. Pero, en la salvación de Elohim, debemos ser sacados de estas ciudades al desierto, donde no hay ni cultura humana ni edificio mundano. Ruego al Padre que abra los ojos de todos a la necesidad de salir verdaderamente del poder de Faraón, no físicamente, sino mucho más aún mentalmente, porque aquellas eran las sombras, las representaciones físicas de lo que hoy estamos aprendiendo a vivir en nuestro interior.

 

 

En el pasuk 3, Moshe y Aharón dijeron a Faraón: "Permítenos ir una distancia de tres días en el desierto". El hecho de que este pasuk habla de tres días, y no de dos, ni cuatro, ni cualquier otro número, es algo bastante significativo. En las Escrituras, el número tres, particularmente tres días, representa la resurrección. El Adón Yahshua resucitó en el tercer día. Después de caminar tres días, los hijos de Yisrael pasaron a través del Mar de Juncos, en el cual fueron sepultadas las fuerzas egipcias, exactamente como sucedió en el Diluvio (ver CLE01 16 - Noaj, El Arca Y El Diluvio y CLE01 17 - Salvos A Través Del Agua). Después de pasar a través del mar, el pueblo de Elohim estaba en resurrección. Ellos habían pasado a través de la muerte en la noche de Pésaj, y fueron sepultados en el Mar de Juncos. Por lo tanto, después de un viaje de tres días, el pueblo escogido por Elohim y rescatado por Él estaba en resurrección.

 

Algunos se preguntarán cómo los hijos de Yisrael pudieron ser sepultados tanto en el Mar de Juncos como en el río Yardén, y muchos confunden las cosas. Eso no es difícil de entender si lo vemos a la luz de nuestra experiencia de creyentes. El día en que fuimos salvos, fuimos salvos dentro de la muerte de Mashiaj. Desde aquel momento, hemos sido sujetos a la eficacia de la muerte de Mashiaj. Esto significa que en nuestra experiencia, somos sacrificados y sepultados continuamente. Yo no les puedo decir cuántas veces he pasado por esta muerte en el madero y sepultura, de forma subjetiva, claro, porque de forma objetiva fue una única vez. Esto indica que nuestra experiencia de creyentes inicial y básica es igual en naturaleza que nuestra experiencia más adelantada. Todo lo que experimentemos en la madurez de nuestra vida espiritual será lo mismo en principio que nuestra experiencia inicial, en el día de nuestra salvación. Cuando fuimos salvos, fuimos colocados dentro de la muerte de Mashiaj. Fuimos sepultados, y fuimos resucitados. No podemos agotar la experiencia de esta muerte, sepultura y resurrección, PORQUE NECESITAMOS APLICARLA A CADA ÁMBITO DE NUESTRA VIDA. Este es el punto donde muchos fallan, creyendo que ya está todo consumado, Y CIERTAMENTE LO ESTÁ, PERO FALTA QUE ELLOS LO APLIQUEN Y MANIFIESTEN. No alcanza con recibir un gran regalo, es necesario abrirlo y usarlo, o no producirá frutos. Si lo dejamos en el paquete de regalo, hasta lo que poco que tenemos nos será quitado.

 

 

Yahweh también exigía de Faraón que permitiera a los hijos de Yisrael hacer sacrificio a Yahweh su Elohim (pasuk 3). Sacrificar es semejante a festejar. Para los hijos de Yisrael, la fiesta era una fiesta, pero para Elohim era un sacrificio. Sin un sacrificio, no se puede festejar nada. Lo que los hijos de Yisrael debían festejar era el sacrificio que ofrecerían a Elohim. Un ejemplo de esto es Pésaj. El cordero sacrificado a Elohim era alimento para los hijos de Yisrael. Esto revela que la fiesta y el sacrificio son dos aspectos de una sola cosa. Todo lo que sacrificamos a Elohim se convierte espontáneamente en nuestra fiesta. PERO SIN SACRIFICIO NO HAY FIESTA. Es inútil intentar entrar en Su presencia con las manos vacías. Debemos llevar nuestros sacrificios y, que no son corderos y becerros, sino el Mashíaj que crece en nuestro interior. El único cordero que Yahweh acepta es Su Hijo, y si no tenemos Mashíaj creciendo dentro nuestro, no tendremos nada que ofrecer. Además, debemos también comer del sacrificio que hagamos. Esto significa que debemos alimentarnos del propio Mashíaj que ofrecemos. Si no nos alimentamos de Mashíaj, no tendremos cordero que ofrecer, y pasaremos hambre y nuestra adoración no será aceptada. Muchos creen que adorar a Elohim es guardar sus fiestas y seguir ciertas reglas, pero lo único que Él desea es que le ofrezcamos, día tras día, la prueba de que Mashíaj está creciendo en nuestro interior. Mashíaj es el único sacrificio que Yahweh espera que le entreguemos.

 

Esta es, entonces, una adoración dispensacional. Esta clase de adoración no exige que nos postremos delante de Elohim. Elohim no dijo: "Deja que Mi pueblo vaya al desierto para que allí se postren delante de Mi". Elohim no quiere que Su pueblo haga eso. Él desea que ellos le ofrezcan un sacrificio, se alimenten de Él y lo festejen. Y como podemos ver, esta fiesta no es algo personal, sino una fiesta corporativa.

 

Para nosotros los creyentes, el reunirse es un asunto muy serio. Cuando nos reunimos según la disposición de Elohim, celebramos una fiesta a Elohim y presentamos sacrificio a nuestro Elohim. Supongamos que nosotros los creyentes no tuviésemos una reunión adecuada. ¿Qué podría hacer Elohim en esta tierra? Él Adón no podría hacer nada y Él no recibiría ninguna adoración verdadera. Así vemos que la reunión adecuada entre los creyentes es de vital importancia.

 

Quizá algunos hijos de Yisrael hayan pensado que siempre que fueran liberados de las manos de Faraón y de Mitzrayim, todo estaría bien. Pero eso no era correcto. El pueblo escogido de Elohim no sólo debía salir de Mitzrayim, sino que también debía celebrar una fiesta a Elohim en el desierto y presentarle sacrificio. Por su naturaleza, una fiesta es un asunto corporativo. Nadie puede celebrar una fiesta por sí mismo. Para celebrar una fiesta, debemos estar juntos con muchos otros. Cuanta más gente haya, mejor. Supongamos que alguien prepara una cena con muchos platos y los presenta sobre la mesa, y después se sienta para comer solo. ¿Es ésa una fiesta? ¡Ciertamente no! Para que sea una fiesta, se debe invitar a mucha gente a comer. Si hay pocas personas, esta comida todavía no es una fiesta. Se necesita muchas personas, por eso Yahweh esperó pacientemente hasta que Su pueblo hubiera crecido numerosamente. Del mismo modo, ningún creyente puede celebrar una fiesta para Elohim estando sólo o únicamente con unos pocos creyentes. Debemos trabajar para levantar la Novia y tener una reunión apropiada de creyentes.

 

Perderse una reunión de la congregación significa perderse una fiesta y perder el deleite. La pérdida que sufrimos de esta manera no es tan grave como la pérdida que Elohim sufre. Si no asistimos a la fiesta, Elohim no tiene ninguna fiesta y no recibe el sacrificio. Que todos quedemos impresionados profundamente por la importancia de esto.

 

 

Ahora llegamos a la resistencia de Faraón:

 

Pero el Faraón dijo: "¿Y quién es Yahweh para que yo le haga caso y deje ir a Yisrael? No conozco a Yahweh ni dejaré ir a Yisrael". Ellos respondieron: "El Elohim de los hebreos se nos ha manifestado. Permítenos ir una distancia de tres días en el desierto para sacrificarle a Yahweh nuestro Elohim, no vaya a ser que nos hiera con pestilencia o espada". Pero el rey de Mitsráyim les dijo: "Mosheh y Aharón, ¿por qué distraen al pueblo de sus tareas? ¡Váyanse a sus labores!" Y el Faraón continuó: "El pueblo del país es ya tan numeroso, ¿y quieres que cesen de sus labores?" Shemot 5:2-5

 

Faraón representa al haSatán usurpador, y a nuestro ego poseído y usurpado por haSatán. Ya que el yo es Faraón de una manera práctica, podemos ser un Faraón tanto para nosotros mismos como para los demás. Un marido y una esposa pueden ser un Faraón el uno para el otro, y los padres pueden ser un Faraón para sus hijos, pero también podemos ser nuestros propios Faraones cuando priorizamos las cosas del mundo encima de las del Reino.

 

Un Faraón es una persona que impide que el pueblo de Elohim festeje a Elohim. Por ejemplo, cuántas veces decidimos ir a leer la Palabra o reunirnos con hermanos, y entonces aparecen otros convidándonos a hacer otras cosas, siempre insistiendo para que los acompañemos, en lugar de ir a reunirnos con Yahweh. Esas personas son Faraones para nosotros, y todos hemos tenido este tipo de experiencias. Pero también puede invertirse la situación. Cada vez que impedimos a los demás que le ofrezcan sacrificio a Elohim o que lo festejen, somos un faraón. Por ejemplo, los padres pueden priorizar la educación de sus hijos y prohibirles asistir a las reuniones de la congregación y requerir que dediquen un tiempo exagerado al estudio. Cuando los padres se comportan de esta manera, son Faraones para sus hijos. Hay muchas formas en que las personas pueden convertirse en Faraones.

 

A veces culpamos demasiado a haSatán. Resulta cómodo acusar al acusador, pero eso no coloca la culpa en él. A pesar de que ciertamente nos tienta, NADIE NOS OBLIGA A CAER EN LA TENTACIÓN. Efectivamente, el Satán usurpador es Faraón... de una manera objetiva. Pero nosotros somos Faraón de una manera práctica y subjetiva. Podemos ser un Faraón para nosotros mismos, impidiéndonos mismos ir al desierto para festejar a Elohim. Si consideramos nuestra experiencia, veremos que a menudo nos hemos frustrado a nosotros mismos y nos hemos impedido celebrar a Elohim. Nos hemos mantenido alejados de las reuniones de la congregación, quizá con el pretexto del cansancio o de las ocupaciones, para no asistir a la fiesta de la congregación. Muchos pretenden estar muy cansados para no asistir a la reunión, pero están llenos de energía para usar el celular o asistir TV, o estar en internet. No piensen que en la actualidad solamente haSatán es Faraón. Todos podemos ser un Faraón. Cuando el ego es poseído por haSatán y usurpado por él, el ego se convierte en un Faraón subjetivo.

 

El pasuk 2 relata la resistencia de Faraón de una manera detallada: "¿Y quién es Yahweh para que yo le haga caso y deje ir a Yisrael? No conozco a Yahweh ni dejaré ir a Yisrael". Aquí vemos que Faraón negó a Yahweh Elohim, ignoró Su exigencia y rehusó dejar ir a Yisrael. Faraón se negó aún a reconocer a Yahweh, negando prácticamente Su existencia. A menudo cuando frustramos a otros y les impedimos celebrar a Elohim, negamos a Elohim e ignoramos Su exigencia. Pasa lo mismo cuando nos impedimos a nosotros mismos festejar a Elohim. De una manera muy práctica, esto significa que si nos alejamos de las reuniones de la congregación, somos como Faraón negando a Elohim.

 

 

La Respuesta De Faraón

 

Aquel mismo día el Faraón les ordenó a los capataces y supervisores del pueblo, y dijo: "No le provean más al pueblo la paja para hacer ladrillos como antes; que vayan ellos mismos a recoger la paja. Pero impónganles la misma cuota de ladrillos que han estado haciendo hasta ahora; no se la reduzcan, porque están ociosos; por eso es que claman: "¡Déjennos ir a sacrificarle a nuestro Elohim!". Que les den trabajo más pesado; que se ocupen en eso y no presten atención a promesas engañosas". Shemot 5:6-9

 

En lugar de dejar ir a Yisrael, Faraón en realidad incrementó su trabajo con mucho rigor. El aún pidió que no se les diera más paja. Pasa lo mismo en nuestra experiencia. Cuando Elohim está a punto de rescatar cierta persona del mundo actual, haSatán retira la "paja" de esta persona, es decir, lo despoja de la provisión del mundo. Esto obliga a esta persona a trabajar con más rigor para poder vivir. También sucede a nivel corporativo. Cuando haSatán ve que Yahweh se mueve para levantar a la Novia, hace lo imposible para que los hermanos no se unan: complica sus vidas, aumenta sus problemas, crea disensiones, los convence de que primero deben ir a ocuparse de resolver las cosas del mundo que las de Yahweh, etc.

 

Faraón cortó la provisión de paja, y aún requería de ellos el mismo número de ladrillos. Esto indica que al pueblo de Elohim le resultaba mucho más difícil cumplir su trabajo cotidiano.

 

Así que los capataces y los supervisores del pueblo salieron y le dijeron al pueblo: "Así dice el Faraón: No les daré ninguna paja. Ustedes mismos deben ir a conseguirla dondequiera que puedan encontrarla; pero no habrá reducción alguna en su trabajo". El pueblo se dispersó por la tierra de Mitsráyim para buscar rastrojo en lugar de paja. Y los capataces los apremiaban, diciendo: "Deben completar cada día la misma asignación de trabajo que cuando tenían paja". Y los supervisores de los yisraelitas, a quienes los capataces del Faraón habían puesto sobre ellos, recibían golpes, y les preguntaban: "¿Por qué no completaron, ni ayer ni hoy, la cantidad prescrita de ladrillos, como lo hacían antes?" Entonces los supervisores de los yisraelitas vinieron al Faraón y clamaron: "¿Por qué trata usted así a sus servidores? No se les da paja a sus servidores, sin embargo nos exigen que hagamos ladrillos. Y a sus servidores los han estado golpeando, cuando la culpa es de su propio pueblo". Él respondió: "Ustedes están ociosos, ¡sí, ociosos! Por eso es que dicen: "Vayamos a sacrificar a Yahweh". ¡Váyanse ahora a su trabajo! No se les dará ninguna paja, ¡pero tienen que rendir su cuota de ladrillos!" Shemot 5:10-18

 

Muchos creyentes han experimentado algo parecido. Después de ser llamados por Elohim, les cuesta más trabajo ganarse la vida que antes de ser salvos. Por el sólo hecho de que fueron tocados por Mashiaj, haSatán les quitó su "paja" sin disminuir sus exigencias. Por lo tanto, les resultó más difícil ganarse la vida. Esta es la forma en que haSatán trata de eliminar a los enviados de Yahweh, a los que trabajan por su Reino: les quita la paja pero mantiene las exigencias; les quita el trabajo pero no resuelve sus necesidades básicas, y la persona aún tiene que comer, vestirse y tener techo. De esta forma trata de evitar que trabajen para Yahweh. Esa es la forma de haSatán impedir que el Reino avance, y nosotros no podemos permitir que eso suceda, pero tampoco debemos ir a tratar de negociar con Faraón. HaSatán no es justo ni nos tratará con justicia, es inútil exponerle la injusticia de retirar la paja y exigir el mismo resultado que antes. Pero muchos, en vez de clamar a Yahweh y colocar las cosas del sistema en su correcto lugar, tratan de negociar con Faraón. Jamás obtienen justicia, y terminan obedeciendo al príncipe de este mundo, y cediéndole más de lo que ya exigía. Los yisraelitas ciertamente tuvieron que disponer de tiempo extra para salir a buscar la paja, para no ser castigados con latigazos.

 

Los hijos de Yahweh no podemos permitir que las presiones de haSatán afecten al trabajo de la Casa de Yahweh. En este cuadro de Shemot, el Padre nos muestra que ciertamente haSatán se opondrá a que trabajemos en Su Obra y Lo sirvamos, pero también nos asegura que despojaremos a los egipcios y obtendremos de ellos —del mundo—, lo necesario para poder levantar la Casa de Yahweh, el Ojel Moed. Si desistimos y volvemos al mundo, simplemente tendremos menos que antes y estaremos fuera de la Casa de Yahweh.

 

 

Además, Faraón dijo de los hijos de Yisrael: "Porque están ociosos, por eso levantan la voz diciendo: vamos y ofrezcamos sacrificios a nuestro Elohim" (pasuk 8). Según Faraón, los yisraelitas querían ir al desierto a ofrecer sacrificio a su Elohim porque estaban ociosos. A los ojos de los Faraones de hoy, particularmente a los ojos de los que se oponen a nosotros y de los incrédulos, nosotros en la restauración de Elohim estamos ociosos. Nos acusan de ocio porque nos reunimos muy seguido o por asistir a las reuniones del ministerio de la Palabra. Nos condenan diciendo que no queremos trabajar, estudiar ni cuidar nuestros hogares y familias. Según su manera de entender, usamos las reuniones como pretexto para estar ociosos. El mundo siempre dirá que las cosas del Eterno son fútiles, vanas y secundarias, ¿será que nosotros diremos lo mismo con nuestras acciones? Porque cuando aceptamos eso y le damos la espalda a Su Obra, estamos diciendo que es más importante trabajar para el mundo que para Yahweh.

 

En el pasuk 9, Faraón dijo más: "Que les den trabajo más pesado; que se ocupen en eso y no presten atención a promesas engañosas". Faraón no quería que el pueblo de Elohim pusiera atención a lo que él consideraba "palabras vanas". No obstante, estas "promesas engañosas" eran en realidad la Palabra de Elohim. Pasa lo mismo en la actualidad. Los Faraones actuales consideran la palabra de Elohim como palabras vanas. En cuanto a ellos, los que escuchamos la palabra de Elohim como es proclamada en las reuniones de la congregación y en las reuniones del ministerio estamos escuchando palabras vanas. Si los escuchamos y retrocedemos, dejaremos de alimentarnos.

 

Lo que hacemos en la vida de congregación puede parecer ocio a los ojos de la gente mundana, pero lo que ellos hacen es vanidad a los ojos de Elohim. Mitzrayim está lleno de ocupaciones. Cualquier persona que se encuentra todavía bajo el cautiverio de Mitzrayim está muy ocupada. Si los creyentes andan muy ocupados, es porque aún no han salido de Mitzrayim. Como ya he mencionado, no se trata de que renuncien al trabajo y se conviertan en una carga para otros (cosa que sucedió entre los primeros creyentes, como ya veremos), creyendo que "Yahweh proveerá". Él ciertamente provee, pero Él es quien decide el cómo, no nosotros. Esperar milagros no es confiar en Yahweh, es negarse a trabajar en Su Obra. Nosotros somos Sus milagros, si hacemos crecer a Mashíaj en nuestro interior y trabajamos para Su Reino. así que no se trata de dejar las cosas sino de COLOCARLAS EN SU CORRECTO LUGAR: SON MEDIOS Y NO FINALIDADES. Trabajamos para poder trabajar en Su Obra, porque Él se ocupa de nosotros cuando nosotros nos ocupamos de lo Suyo, como ya citamos antes. Despojamos a los mitsritas mientras Él se ocupa de nosotros.

 

Para el mundo, en cuanto alguien es llamado, él se hará ocioso. ¿Qué prefieren ustedes: estar ocupados en las cosas del mundo o "estar ociosos", ocupándose de las cosas de Yahweh? Yo prefiero esta clase de "ocio". Ciertamente yo no soy una persona perezosa, y trabajo mucho más ahora de lo que trabajaba antes en el mundo, porque dedico mucho más tiempo y esfuerzo que antes. Para el mundo entregaba 8hs por día, y después gastaba las otras 8 en cosas que creía eran "para mí", mi derecho después de haber trabajado, entretenimiento, descanso, paseos, compras, etc. Pero ahora que estoy a Su Servicio ocupo esas 16hs en Él, porque trabajo para preparar las cosas para edificar a otros, mientras Lo disfruto como mi alimento diario y mi provisión de Vida. Estoy mucho más ocupada que antes, Y ESTE TRABAJO PRODUCE FRUTOS DURADEROS.

 

Hay momentos en que todos nosotros debemos decir: "HaSatán, basta. Ahora es tiempo de que yo esté ocioso". Despojemos al mundo, pero no le permitamos que nos esclavice al punto de no poder acercarnos al Padre. Prepárense, hermanos, porque el tiempo de Su venida está próximo, más de lo que muchos creen, y de nada nos servirán entonces las "inversiones mundanas" que podamos hacer, como mejorar nuestras casas y cosas similares. No busquemos "vivir mejor", con vivir dignamente nos basta si eso nos permite trabajar para Él.

 

Estar ocioso en este sentido entonces significará realmente festejar a Elohim y presentarle sacrificio. A los ojos de la gente mundana, la vida de congregación es una vida de ocio. En realidad, no estamos ni ociosos ni ocupados: estamos festejando y presentando sacrificios. Delante de Elohim, ésta es la clase de vida humana apropiada.

 

Nuestra existencia tiene como propósito vivir para Mashiaj. Sin nuestra existencia humana, no podemos vivir a Mashiaj. Pero actualmente los que están en el mundo caído sólo cuidan de su existencia; no se preocupan por el propósito de su existencia. Existir es una cosa, pero existir para el propósito divino es otra. El propósito ordenado por Elohim para nuestra existencia es vivir a Mashiaj, expresar a Elohim, y tener el testimonio de Yahweh. Pero la gente de este mundo tiene solamente su existencia; no tiene ningún propósito. Finalmente, HACEN DE SU PROPIA EXISTENCIA EL PROPÓSITO DE SU EXISTENCIA. No conocen nada más que la existencia. HaSatán aprovecha la existencia de los seres humanos o del vivir humano y usa esta existencia para usurpar a la gente para que hoy el mundo entero cuide solamente la existencia, y no el propósito de Elohim en la existencia.

 

Todas las cosas necesarias a nuestra existencia humana deben estar bajo una limitación divina. Todo lo que exceda nuestra necesidad se convierte en algo mundano, algo "egipcio", algo de Faraón, y nos impide cumplir la edificación del propósito de Elohim, y muchas veces permitimos que inclusive lo básico se convierta en algo satánico. En todas las cosas, la edificación de Elohim debe ser el factor decisivo. Nuestro vivir no debe parecerse al de los "egipcios", la gente mundana. Necesitamos un lugar para vivir, y debemos mantener nuestra casa limpia, pero si seguimos con nuestra limpieza cuando es tiempo de ir a la reunión, nuestra limpieza se hace "egipcia", algo fuera de la edificación del propósito de Elohim. No estamos en la tierra para limpiar sino para festejar a Elohim. Reemplacen "limpieza" por "trabajo", o "estudio", o "recreación", o cualquier excusa que se les ocurra. Aún el tiempo que pasemos con nuestros hijos debe ser decidido por la edificación de Elohim. OTROS CREYENTES PUEDEN ACTUAR COMO LA GENTE DEL MUNDO, PERO LOS QUE ASPIRAMOS A SER REYES Y SACERDOTES DEBEMOS SER UN PUEBLO KADOSH, UN PUEBLO SEPARADO. No todos obtendrán el galardón, no debemos olvidarlo.

 

Nuestro vivir y nuestra existencia dependen de nuestra provisión de la fuente celestial, y no del provisión del mundo. Por esta razón, necesitamos la visión y el ejercicio de nuestra fe. Moshe fue un hombre de mucha fe que sacó a dos millones de personas de Mitzrayim y las llevó al desierto, donde no había ninguna provisión terrenal para su existencia humana. Hoy no tenemos un Moshe sino muchos. No estamos en el período de la formación sino en el de la cosecha, después de la expansión, no podemos insistir en hacer las cosas como en los estadios anteriores. El Tanaj era el crecimiento, y el B'rit Hadashá fue la expansión, pero hoy estamos en la etapa de la cosecha, y eso implica que, aunque somos un único pueblo, existen muchos "núcleos". Hoy no tenemos un árbol, sino un bosque; no un grano de trigo, sino un campo ya blanco pronto para la cosecha. De esta manera, Yahweh levanta en cada lugar a sus enviados, que ayudarán a los demás a salir. Estos enviados, por su vez, son guiados por la Nube y la Columna de Fuego, no avanzan por sí mismos. ¿Qué hubiera sucedido si el pueblo no hubiera querido seguir a Moshe? No crean que él tuvo la aprobación del todo el pueblo. "¿No son todos santos?", dirán algunos, y la respuesta es que TODOS LOS SUYOS SON KADOSHIM, PERO NO TODOS TIENEN LA MISMA FUNCIÓN, que no determinamos las piedras sino el Constructor. Si la mano quiere ser ojo, el Cuerpo se descontrola. Obedezcamos a lo que se nos ordena a cada uno, porque es la única forma en que hacemos crecer a Mashíaj en nuestro interior. Si nos rebelamos, Mashíaj no crece. Mashíaj jamás se rebela a la orden del Padre, que Él sea quien nos guíe y nos dé discernimiento para obedecer lo que el Padre desea.

 

 

El Resultado Del Conflicto

 

Ahora llegamos al resultado del conflicto causado por la orden de Elohim y la resistencia de Faraón. El primer aspecto del resultado fue que Yisrael sufrió más crueldad (5:10-21). Cuanto más grande era el conflicto, más sufría el pueblo escogido de Elohim. Esta es siempre la estrategia del enemigo, porque procura que desistan. No obstante, no se imaginen que el sufrimiento aumentado es una señal negativa. EN REALIDAD, ES UNA SEÑAL POSITIVA, PORQUE INDICA QUE LA NEGOCIACIÓN DE ELOHIM CON EL ENEMIGO SE ESTÁ PRODUCIENDO Y QUE SOMOS AFECTADOS POR ELLA. NUESTRO SUFRIMIENTO ES UNA SEÑAL DE QUE ELOHIM ESTÁ EN PROCESO DE LIBERARNOS.

 

Ahora los supervisores de los yisraelitas se encontraban en problemas, porque la orden decía: "No pueden reducir su cuota diaria de ladrillos". Cuando salieron de la presencia del Faraón, se encontraron con Mosheh y Aharón en el camino, y les dijeron: "Que Yahweh los mire y los castigue por hacernos despreciables para el Faraón y sus cortesanos –poniendo una espada en sus manos para que nos destruyan". Shemot 5:19-21

 

La primera confrontación entre Yahweh y Faraón dio como resultado que Faraón empeorara la situación de los explotados yisraelitas, y que éstos se quejaron a Moshe y Aharón de ser los culpables. Ellos no culparon al propio Yahweh, vean bien que dijeron "Que Yahweh los castigue", siendo que ya habían visto las tres señales y los habían aceptado como enviados de Yahweh. Pero así reacciona el pueblo siempre que las cosas empeoran. Nosotros hoy, que estamos el final y conocemos no sólo las sombras sino también la realidad y la expansión de las mismas, deberíamos tener un comportamiento superior al de los yisraelitas. Pero la reacción es siempre la misma. Así que haSatán percibe que la Novia está comenzando a ser edificada, él retira la paja de los creyentes y los carga de presiones, entonces ellos se vuelven y culpan a los enviados, en los que hasta ayer creían. Sin embargo, Yahweh había advertido desde el comienzo que Faraón se resistiría a dejarlos partir, porque el asunto no era únicamente la liberación del pueblo sino también el juicio a haSatán. Si dejáramos de creer que somos el ombligo del mundo, percibiríamos que ciertamente somos una parte esencial del plan de Yahweh, pero que en el camino Él debe ejecutar otras acciones igualmente importantes, y que además haSatán siempre intentará presionarnos. Acusando a los enviados de Yahweh únicamente estamos diciendo que haSatán ha vencido.

 

 

Entonces Mosheh volvió donde Yahweh y dijo: "Oh Yahweh, ¿por qué perjudicas a tu pueblo? ¿Por qué me enviaste? Desde que vine al Faraón para hablarle en tu nombre, ha estado tratando peor a este pueblo; y todavía Tú no has librado a Tu pueblo". Shemot 5:22-23

 

Estos pasukim indican que Moshe estaba perturbado y desanimado. Moshe hasta le preguntó a Elohim porque Él lo había mandado. Él no estaba afectado por la acción de Faraón, pero sí por las acusaciones de los yisraelitas. Además le dijo: "Todavía Tú no has librado a Tu pueblo". Muchos de nosotros tuvimos experiencias similares. Cuanto más ministramos Mashiaj a los demás, más sufren ellos. Y sabemos que no alcanza con advertirles que así sucederá, porque las recriminaciones llegan, como si el maltrato de haSatán fuera culpa del que predica salvación, y no del que pretenden mantenerlos esclavos, pero esta reacción es parte de nuestra naturaleza humana, y realmente nos produce desánimo ver cuando los santos son así maltratados. Esto nos perturba y nos desanima, muchas veces. Nuestro concepto natural es que si ministramos de una manera correcta, los demás serán bendecidos. Esperamos que los muertos sean resucitados, los enfermos sanados, los débiles fortalecidos y los pobres enriquecidos. No obstante, la situación a menudo es lo opuesto de lo que anticipamos, porque lo primero que debe suceder con los salvos es que sean sacados del mundo. HaSatán sabe que ya no tiene poder una vez que la persona es salva, PERO CON ESTAS PRESIONES LOS CONVENCE DE QUE SÍ LO TIENE. Y Yahweh lo permite, para que Su gloria sea manifiesta en una liberación tanto más magnifica, y nosotros debemos colocarnos del lado de Yahweh y no del de haSatán, esperando el fin de Sus promesas. Aquí vemos que cuando los santos corren a decir "No se cumplió lo que prometió: falso profeta", están simplemente repitiendo las posturas del pueblo incrédulo de todas las épocas. Eso era lo que los capataces estaban diciendo al lanzarles su maldición y pidiendo a Yahweh (quien los había enviado), que los castigara. ¡Qué equivocados estaban en su juicio acelerado! Ellos lo hicieron con Moshe (y nosotros sí sabemos que Yahweh cumplió cabalmente lo que había prometido), y también con todos los profetas. Yahweh nunca se apresura pero sí es fiel. Si nosotros desistimos ante la primera respuesta de haSatán, estaremos renegando de Yahweh, y eso no será de Su agrado.

 

Puedo testificar firmemente de esto con mi propia experiencia. A menudo he estado desanimada, así como lo estuvo Moshe. Muchas veces me sentí rechazada, agredida y culpada por las palabras de aquellos que me envía a ayudar. Y a veces fui a Elohim y dije: "Abba, ¿qué pasó? Me pediste que ministrara este asunto a Tu pueblo. Me parece que deberías bendecirlos y poner Tu sello sobre mi ministerio, para que ellos crean en Ti a través de mí, que me enviaste. Nada de lo que dije ha sido mío, sino Tuyo. Pero cuanto más ministro a la gente, más dificultades tienen. ¿En qué estoy mal? No entiendo lo que está pasando". Pero entonces me recordó que el que decide es Él, no nosotros ni haSatán siquiera, y que nada de lo que ha dicho dejará de suceder. No creamos en las mentiras de haSatán, y no nos ataquemos entre nosotros, que es lo que el Enemigo más desea.

 

 

Después de que Moshe expresara su desaliento y desconcierto a Elohim, Yahweh Elohim vino y volvió a confirmar Su nombre y Su pacto:

 

Luego le dijo Yahweh a Mosheh: "Pronto verás lo que voy hacerle al Faraón: los dejará ir a causa de mi mano fuerte; de hecho, por causa de mi mano fuerte los expulsará de su país". Elohim le habló a Mosheh y le dijo: "Yo soy Yahweh. Me le aparecí a Avraham, a Yitzjak, y a Yaakov como "El-Shaday, no me di a conocer a ellos en mi nombre Yahweh. También establecí mi alianza con ellos, para darles la tierra de Kenaán, la tierra en que vivieron como peregrinos. Ahora he escuchado el lamento de los yisraelitas porque los mitsritas los están manteniendo en servidumbre, y me he acordado de mi alianza. Dile, por lo tanto, al pueblo yisraelita: "Yo soy Yahweh, yo los libraré de las labores de los mitsritas y los libertaré de su servidumbre. Los redimiré con brazo extendido, y mediante grandes juicios. Y los tomaré para que sean mi pueblo, y yo seré su Elohim. Y ustedes sabrán que yo, Yahweh, soy su Elohim que los libró de las labores de los mitsritas. Los llevaré a la tierra que juré darles a Avraham, Yitzjak, y Yaakov, y se la daré a ustedes por posesión, yo Yahweh". Shemot 6:1-8

 

 

¿Qué es más precioso que la reconfirmación del nombre de Elohim y de Su pacto? Con esto, Moshe fue fortalecido y alentado a volver a Faraón y hablar nuevamente a los hijos de Yisrael. En la actualidad podemos experimentar el hecho de que Elohim vuelve a confirmar Su nombre y Su pacto. A veces, después de que yo me he quejado a Elohim, Él me ha confirmado Su nombre recordándome que Él es el Yo soy, el único que existe por Sí mismo. En aquellos tiempos de reconfirmación, Elohim parece decir: "Nunca podría fracasar. Todo lo que digo, lo digo en serio. Yo soy, pero los sufrimientos no son. No creas en tu situación. Cree en lo que Yo soy y afírmate en las promesas que he realizado a tus antepasados. ELLOS TAMPOCO LAS VIERON CUMPLIDAS PERO NUNCA DEJARON DE CREER EN ELLAS. No desmayes, porque a su tiempo todo será cumplido, y entonces levantaré a todos Mis hijos que creyeron en Mí para que disfruten el fruto de su emunah". En ese momento, Elohim también reconfirma Su Alianza con nosotros.

 

Pero si bien Moshe sí estaba fortalecido, los yisraelitas no lo estaban:

 

Pero cuando Mosheh les dijo esto a los yisraelitas, no quisieron hacerle caso a Mosheh, porque tenían el ruaj abatido por la cruel servidumbre. Shemot 6:9

 

Aquí vemos una de las diferencias entre el enviado y el pueblo, una que establece el propio Yahweh. El pueblo siempre desiste en seguida, por eso las ovejas siempre necesitan ser guiadas, y para eso Yahweh levanta a sus enviados y los capacita duramente para que puedan enfrentar esas situaciones e impedir que los demás caigan en el desaliento. Sin embargo, recordemos que si ayer hubo un único líder, hoy hay muchos (no compitiendo entre sí, sino trabajando donde Él los coloca), y para eso debemos prepararnos todos.

 

Yahweh ciertamente podría haber sacado a los yisraelitas de Mitzrayim el primer día, pero de esa manera el pueblo no habría sido educado. Faraón debía ser completamente expuesto en su maldad, terquedad y rebeldía, para que los yisraelitas vieran su verdadera cara. Hoy también es necesario que Él exponga a todos el verdadero lado negro del sistema, a fondo y en toda su maldad, para que nadie desee regresar allá. Aún así, veremos que más adelante muchos yisraelitas reclamaron de las cosas perdidas en Egipto, y lo mismo se repetirá en los últimos tiempos. No por nada tendremos la batalla de Gog y Magog en el final del milenio:

 

Cuando se cumplan los mil años, al Satán lo soltarán de su prisión y saldrá para engañar a las naciones que están sobre los cuatro puntos cardinales de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de congregarlos para la batalla. El número de ellos es como la arena del mar. Hitgalut 20:7-8

 

Como se lee, Gog y Magog saldrán a la lucha en el final del milenio. Los acontecimientos se repiten, pero nosotros debemos evitar repetir el mal comportamiento de aquellos que han sido colocados como ejemplo para nosotros:

 

Estas cosas sucedieron como ejemplos para nosotros, para que no codiciemos lo malo, como lo codiciaron ellos. Qorintiyim Alef 10:6

 

Sin embargo, Moshe aún estaba en período de aprendizaje, como vemos:

 

Yahweh le habló a Mosheh, y le dijo: "Ve y dile al Faraón rey de Mitsráyim que deje salir a los yisraelitas de su país". Pero Mosheh apeló a Yahweh, y le dijo: "Los yisraelitas no me quisieron hacer caso; ¿cómo entonces me va a hacer caso el Faraón, yo que soy de labios incircuncisos". Shemot 6:10-12

 

Yahweh deseaba que Moshe le dijera al pueblo que Él los sacaría del yugo de los egipcios, y los redimiría con Su brazo extendido, que los tomaría por pueblo, y que los llevaría a la tierra que Él había prometido a Avraham, Yitzjak, y Yaakov. No obstante, sus espíritus estaban agotados por los sufrimientos. Por lo tanto, no querían siquiera considerar la palabra que Elohim dio a Moshe. Ellos habían sufrido por mucho tiempo, Moshe había llegado a traerles esperanza, y entonces, como si eso pudiera ser posible, su situación empeoraba aún más en vez de ser liberados. En su carencia de ruaj, el pueblo de Elohim se parecía a un carro sin gasolina. Cuando nosotros no andamos en el ruaj, no podemos soportar ninguna clase de cautiverio ni de sufrimiento. Entonces, nuestra alma grita y llora. Por tanto, debemos orar para que nuestro ruaj sea preservado y suministrado en esos momentos de presión, y debemos calmar y someter al alma.

 

En este mensaje, hemos visto el conflicto entre Elohim y el enemigo de Elohim, Faraón, que representa a haSatán objetivamente y el yo poseído y usurpado por haSatán de manera subjetiva. Elohim desea que caminemos tres días por el desierto para que le celebremos una fiesta y le presentemos un sacrificio. Pero haSatán y el yo se levantan para negar a Elohim y rehusar dejarnos ir. No obstante, debido a la plena salvación de Elohim, muchos de nosotros hemos sido liberados del cautiverio en Mitzrayim y estamos ahora en el desierto disfrutando de la fiesta y ofreciendo un sacrificio a nuestro Elohim.

El Endurecimiento Del Corazón De Faraón

 

En esa parte, tocaremos un asunto muy difícil: el endurecimiento del corazón de Faraón. El punto es éste: ¿el corazón de Faraón fue endurecido por Elohim o por él mismo? En cuanto al endurecimiento del corazón de Faraón, Moshe usa varias expresiones. En 4:21, Elohim dice "Yo endureceré su corazón". No obstante, en 8:15, Moshe dice que Faraón "endureció su corazón". Además, en 9:7, vemos que "el corazón de Faraón se endureció" y lo mismo en 9:35. Según el significado en hebreo, el corazón de Faraón no sólo se endureció, sino que se hizo terco y obstinado. El hecho de que Moshe usa diferentes palabras para describir el endurecimiento del corazón de Faraón indica la gravedad de este asunto.

 

Hay tres verbos hebreos usados:

 

  • CASHÁ (H7185)

  • JAZÁC (H2388)

  • KABÁD (H3513)

 

Los tres pueden correctamente ser traducidos como endurecer, pero existen sutiles diferencias entre ellos.

 

Cashá significa endurecer en el sentido de hacer algo más difícil. Por ejemplo, es usada para describir el "trabajo" de parto de Rajel (Bereshit 35:16-17), Yaakov la usa para describir la ira "dura" de Shimon y Leví (Bereshit 49:7) y cuando Elishá pide una doble porción del Ruaj a EliYah (Melajim Bet 2:10), "cosa difícil has pedido...", y muchos ejemplos más.

 

Jazák es endurecer en el sentido de hacer más firme. Por ejemplo, es usada para describir que los malajim asieron "con firmeza" las manos de la familia de Lot para sacarlos de Sodoma (Bereshit 19:16), cuando Moshe toma la serpiente por la cola y la vara se endurece (Shemot 4:4), y traducido muchas veces como "esforzarse" como orden, por ejemplo, dada a Yahoshúa y también al pueblo (Devarim 3:28; 11:8, 31:6), y otros.

 

Kabád es endurecer en el sentido de hacer más pesado, agravar, recargar. A veces es traducido como superlativo de lo que describe: si riquezas, como "muy rico", si honra, "muy distinguido", cuando debería ser traducido literalmente como "pesado en riquezas" o "pesado en honra". En este sentido de aumento de peso es traducido como una situación "agravada", algo negativo.

 

Como podemos ver, aquí tenemos todos los ángulos de la rebeldía y la resistencia. Corazones endurecidos en dureza de intransigencia, en firmeza de oposición y en peso de opresión.

 

 

La Soberanía De Yahweh

 

Las Escrituras afirman claramente que Elohim endureció el corazón de Faraón y también que él mismo endureció su corazón. Los incrédulos han argumentado que si los crímenes subsiguientes de Faraón fueron el resultado de un endurecimiento de su corazón por parte de Yahweh, eso convierte a Elohim en el autor de sus pecados; y que, por eso, Elohim debe ser muy injusto al castigarle por ellos. Lo triste es que muchos de los siervos de Elohim, en lugar de mantener fielmente la integridad de la Palabra de Elohim, han intentado reducir su filo para hacerlo más aceptable para la mente carnal. En lugar de reconocer con temor y temblor que la Palabra de Elohim realmente enseña que el Adón endureció el corazón de Faraón, la mayoría de los comentaristas argumentan que no hizo nada de eso, que simplemente permitió que el monarca egipcio endureciera su propio corazón.

 

Cuando Shaúl escribió la epístola a los romanos, estos argumentos poniendo en duda la soberanía de Yahweh ya habían empezado, y muchos hablaban de injusticia:

 

Y no sólo esto, sino que también cuando Rivkah concibió de un hombre, de Yitzjak nuestro padre, y aunque todavía no habían nacido sus hijos ni habían hecho bien ni mal –para que el propósito de Yahweh dependiera de su elección, no de las obras sino del que llama– a ella se le dijo: "El mayor servirá al menor". Por eso está escrito: "Amé a Yaakov más que a Esaú". ¿Qué podemos decir, entonces? ¿Que hay injusticia en Elohim? ¡De ninguna manera! Porque le dice a Mosheh: "Tendré misericordia de quien yo quiera tener misericordia, y me compadeceré de quien yo quiera compadecerme". Así que no depende de que uno quiera ni de que se esfuerce, sino de que Elohim tenga misericordia. Romaniyim 9:10-16

 

Y luego pone el caso de Faraón como ejemplo:

 

Por ejemplo, en la Escritura se le dice al Faraón: "Precisamente para esto te levanté, para mostrar en ti mi poder y para que mi nombre se proclame por toda la tierra". De manera que él tiene misericordia de quien quiera; pero endurece a quien quiera. Entonces me dirás: "¿Y por qué le echa la culpa a alguien, si uno no puede resistirse a su voluntad?" Romaniyim 9:17-19

 

Y entonces explota:

 

¡Hombre, antes que nada!: ¿Quién eres tú para cuestionar a Elohim? ¿Le dirá la vasija formada al que la formó: "¿Por qué me hiciste así?"? ¿No tiene derecho el alfarero sobre el barro para hacer de la misma masa un vaso para uso honroso y otro para uso común? ¿Y qué si Elohim, queriendo mostrar su ira y dar a conocer su poder, soportó con mucha paciencia a los que eran objeto de reprobación designados ya para destrucción? ¿Y qué si él hizo esto, para dar a conocer la grandeza de su gloria sobre los objetos de misericordia que había preparado de antemano para gloria? Romaniyim 9:20-23

 

Aquí Shaúl afirma que como Creador, Elohim tiene la autoridad soberana de hacer lo que quiera. Esa comprensión es básica, y normalmente los humanos, pequeños gusanitos, olvidamos que existimos por Su gracia. ¿Quiénes somos nosotros para argumentar con Él? Debemos reconocer que somos barro y que Elohim es el alfarero. El tiene autoridad de hacer del mismo barro un vaso para honra y otro para deshonra. Más aún, El tiene EL DERECHO de hacer vasos de ira así como de misericordia.

 

Sin embargo, Shaúl ya había respondido antes al asunto, y la cuestión está en leer todo el contexto. La "discusión" comienza acerca de la situación de los yahuditas que han sido desgarrados, que se consideran a sí mismos como pueblo de Yahweh porque a ellos les fueron entregadas todas las sombras:

 

Ellos son yisraelitas y a ellos pertenecen la adopción, la gloria, las alianzas, la promulgación de la Torah, el culto y las promesas; de ellos son los patriarcas; y del linaje de ellos proviene el Mashíaj, quien está sobre todas las cosas. Bendito sea Elohim por los siglos. Amén. Romaniyim 9:4-5

 

Pero que no son Sus hijos a los ojos de Yahweh:

 

No es que haya fallado la palabra de Elohim; es que no todos los nacidos de Yisrael son de Yisrael, ni por ser descendientes de Avraham son todos hijos suyos, sino que: "En Yitzjak se te contará tu descendencia". Esto quiere decir que no son los hijos naturales los que se cuentan como hijos de Elohim; más bien, los que son hijos como resultado de la promesa son los que se cuentan como descendencia. Romaniyim 9:6-8

 

Shaúl no sólo defendió el derecho del Creador Supremo del Universo de hacer lo que bien le parezca, porque todo le pertenece, sino que inclusive dio la explicación acerca de la supuesta "acepción de personas" de que Lo acusan, indicando que la diferencia que Él establece entre unos y otros PROVIENE DE LA FE DE LA PERSONA. Yahweh amó a Yaakov pero aborreció a Esaú, porque uno era de la semilla de la mujer y el otro, de la serpiente. Esta diferencia está incrustada en nuestro código genético, a nivel espiritual. No se trata de un alelo que determine un factor físico como el color de los ojos o de la piel, sino de un factor que determina la inclinación espiritual de la persona, algo que los humanos no vemos pero Yahweh sí. Por miles de años los creyentes no han sabido explicar este punto y lo aceptaron simplemente por la fe, asumiendo la soberanía y misericordia de Yahweh en Sus decisiones. Hoy sabemos que las diferencias han sido colocadas en el interior de cada ser humano como una marca, y aún así, ÉL NO HA LIMITADO SU MISERICORDIA A LOS QUE TIENEN SU MARCA, EXCLUYENDO A LOS QUE LLEVAN LA MARCA DE LA SERPIENTE. Aún a estos que se inclinan en Su contra les es dada la oportunidad de ir en contra de su propia naturaleza y aceptarlo para salvación. Sin embargo, Yahweh sabe de la dureza (cashá), la firmeza (jazác) y el peso (kabád) de esos corazones que sólo consiguen endurecerse más y más hasta hacerse de piedra, y este es el punto para comprender el asunto de Faraón.

 

En el universo, existen tres cosas que no pueden ser negadas: la soberanía de Elohim, la misericordia de Elohim y el libre albedrío del hombre. La soberanía y la misericordia de Elohim son divinas y también eternas, sin comienzo ni fin. Por el contrario, el libre albedrío del hombre es algo creado por Elohim, otorgado por Él. Al crear al hombre con un libre albedrío, Elohim exhibió Su grandeza. Por esto Él no nos obliga a escogerle. Por el contrario, Él nos da la libertad para tomar nuestra propia decisión.

 

El hecho de que Elohim concedió al hombre el libre albedrío revela también Su sabiduría y Su amor. Ninguna persona grande, sabia y cariñosa, obliga a los demás a hacer algo. Por el contrario, esta persona siempre respetará el libre albedrío de los demás y dirá: "Tú tomas tu decisión. Si quieres hacer eso, puedes hacerlo. Tú debes tomar la decisión". El tomar a Elohim o rechazarlo depende de nuestra elección. El ayudar, ignorar o hacer daño a sus hijos y enviados, también. Bereshit 2 demuestra que el hombre tiene un libre albedrío. Este capítulo enseña que Elohim colocó al hombre que Él creó al frente de dos árboles; el árbol de la vida y el árbol del conocimiento del bien y del mal, y el hombre es libre de escoger uno de los dos. Cuando yo era joven, pensaba que Elohim se había equivocado al permitir que el segundo árbol estuviera en el jardín. Me parecía que si hubiera un sólo árbol, el árbol de la vida, no hubiese habido ningún problema. Pero en Su grandeza, sabiduría y amor, Elohim le dio al hombre la oportunidad de escogerle al ponerlo frente a los dos árboles. Yahweh estaba enseñando al hombre a conocerLo en su magnitud, cuando haSatán metió la cola.

 

Pero ya sabemos que esto no sólo no tomó por sorpresa al Creador, sino que Él mismo providenció que sucediera. Esto puede asustarnos un poco, pero no debería. Hemos hablado muchas veces que Su disciplina es para nuestro bien, desarrollo y crecimiento, aunque al momento nunca parece agradable. Para darnos el libre albedrío, era necesario crearnos en un estado de neutralidad, es decir, sin inclinación ni para un lado ni para el otro, y eso implica quedarse con el 50% de las probabilidades. Si hubiera dejado así las cosas, con la caída del hombre ambos habrían perdido sus posibilidades. Se podría argumentar que entonces surge el plan de salvación, PERO EL PLAN DE SALVACIÓN NO ES UN "PLAN B". No tenemos un Supremo Creador que no sea capaz de analizar todas las probabilidades, ya que asegura que Él siempre está en el gobierno de todo.

 

Para tener el 100% de las posibilidades, Él debía desarrollar un plan donde utilizara al enemigo como "aliado". Siendo Él el Creador y el enemigo la criatura, ciertamente entendemos Quién lleva la ventaja y Quién puede desafiar a todos los falsos dioses a hacer profecías que se cumplan.

 

De manera que haSatán forma parte del plan de Yahweh desde el comienzo. Esto no es leche para niños, es alimento sólido para creyentes adultos. Los niños pueden resultar espantados y confundidos, claro caso el de los incrédulos. No existe nadie más "niño" que uno que nunca ha nacido... en este caso, nacido de nuevo.

 

Los que reclaman de la supuesta injusticia de Yahweh no han captado las profundidades del asunto con todas sus implicaciones. Uno de los pasukim que más aman los ateos y que más espanto causa en los creyentes (los que lo conocen, que son pocos) es el que sigue:

 

Yo soy Él, formo la luz, Yo creo las tinieblas, Yo hago la paz, Yo creo el mal; Yo, Yahweh, hago todas estas cosas. YeshaYah 45:7

 

Aquí Yahweh se declara tanto el que crea la luz como las tinieblas, el bien como el mal. Esto es bastante simple si entendemos que TODO FUE CREADO POR ÉL, Y FUERA DE ÉL NADA EXISTE. Si nos atenemos a ese principio, no habrá dudas a este respecto, pero entonces surgirá la pregunta: ¿Puede el mal salir de Yahweh? Y la respuesta es un rotundo NO.

 

Así como las tinieblas son la ausencia de la luz (motivo por el cual estaban ANTES de haber llamado a la luz a ser en Bereshit 1:3), así también el mal es la ausencia del bien. Pero así como las tinieblas no subsisten ante la luz, el mal no subsiste ante el bien. No sólo al hombre Yahweh ha dotado de libre albedrío, sino a todas sus creaciones, y eso incluye a los malajim y al propio haSatán. En el principio, Yahweh creó el cielo y la tierra, y dice que la tierra llegó a estar "informe y vacía", cosas que ya estudiamos en los primeros capítulos de la Serie CLE 01 - BERESHIT. Por lo tanto, Yahweh no la creó informe y vacía, sino que hubo un proceso que la condujo a tal estado. Un proceso que incluyó al mal y las tinieblas, como una deformación del estado ideal perfecto original de las mismas. El mal no fue creado sino que surgió porque es una de las consecuencias del libre albedrío. Pero Yahweh programó todo para que ese mal fuera de utilidad para el desarrollo de la humanidad, y que finalmente fuera condenado por sus malas acciones y destruido.

 

Algunos pensarán que la situación en el universo sería maravillosa si haSatán no existiera. No obstante, es un hecho que tanto Elohim como haSatán, tanto la vida como la muerte, están presentes y que debemos escoger entre los dos, y es un hecho mucho más poderoso aún que todo el Plan de Yahweh se trata de CREAR VIDA A TRAVÉS DE LA MUERTE. La vida es lo único que puede vencer la muerte, y para eso la muerte debe ser atravesada.

 

 

Faraón Endurece Su Corazón

 

Entonces, ¿endureció Elohim primeramente el corazón de Faraón o Faraón tomó la iniciativa de endurecer su propio corazón? Para contestar a esta pregunta, es de ayuda reflexionar en nuestra experiencia cuando creímos en Yahshua. ¿Esta relación fue iniciada por nosotros o por Elohim? Ciertamente fue iniciada por Elohim, porque todos hemos sido predestinados desde la eternidad, y como ya he explicado antes en la serie citada, esta selección no es arbitraria sino espiritual. La condición es que la semilla de la mujer tendría la capacidad de elegir a Yahweh, mientras que la semilla de la serpiente no. Aquellos que se inclinan para el mal fortalecen su genética serpentina, no de una forma física como muchos creen que algunos son reptiles asumiendo formas humanas, sino de una forma espiritual: LA SERPIENTE SE OPONE A ELOHIM Y TODO LO QUE ES DE ELOHIM, y eso es una actitud y no una cuestión física.

 

Aunque Él nos predestinó poniendo esta condición, no obstante, cada uno de nosotros creyó por su parte y aceptó a Mashíaj, porque aún es necesario ejercer el libre albedrío. No alcanza con creer que Mashíaj es el Salvador enviado por el Padre, hasta los demonios lo saben y tiemblan, pero no por eso son salvos. Aún así, mi creencia en Mashiaj no fue planeada ni iniciada por mí.

 

En él también recibimos herencia, habiendo sido predestinados según el propósito de aquel que realiza todas las cosas conforme al consejo de su voluntad... Efesiyim 1:11

 

Esta parte siempre se les hace un poco difícil de entender, pero una simple comparación bastará para esclarecer el asunto. Para ganar una carrera, es necesario llegar en primer lugar. Esa es la CONDICIÓN PREESTABLECIDA. Esa condición está establecida de antemano, y aunque todos saben de qué se trata, nadie sabe quién vencerá hasta que la carrera finalice. De la misma forma, en el Plan de Yahweh la condición preestablecida es que EL QUE CREA SERÁ SALVO. Así también, hoy no sabemos quién cree (y mucho menos quién cree verdaderamente y quién miente) ni quiénes llegarán a la meta final, sólo lo sabremos cuando finalice la carrera, pero esta condición ya ha predeterminado a los vencedores.

 

La fuente de nuestra salvación fue Elohim mismo hasta en el aspecto de la predestinación, depositado en esa genética que los Suyos cargamos. Él lo planificó, lo inició y lo planeó, especificando cómo esa condición espiritual necesaria para ejercitar la fe pasaría de una generación a otra... de la misma manera en que pasaría la condición inclinada al mal de los descendientes de la serpiente. Así permitió que la serpiente tuviera su 50% de posibilidad... aparentemente. En verdad, la soberbia de haSatán y su terrible ambición de poder ha sido siempre su perdición; ese es el comportamiento que incita a los hombres: buscar las cosas que parecen ventajosas, pero ya sabemos por muchos casos, como el de Lot por ejemplo, que ese no es el caso... al final.

 

Así también sucede con las cosas aún hoy. Puede que a muchos permanecer en el mundo les parezca ventajoso y seguro, mucho más que seguir el camino del madero y a Mashíaj, porque para seguirlo a Él es necesario perderlo todo. Por eso cuando dice que "difícilmente los ricos entrarán en el Reino de los cielos", muchos creen que eso aplica al vecino, porque están ciegos a su propia condición. Ser "rico" no es sólo tener muchos bienes materiales, esa es sólo la acepción más evidente. Ser "rico" es aferrarse a cualquier cosa de este mundo para no seguir a Mashíaj plenamente. Estos ricos tal vez no lo sean tanto en comparación con la élite, pero todos somos más ricos que otros que tienen menos. Nuestra carencia o abundancia no puede determinar el lugar donde depositamos nuestro corazón. Absolutamente contraria es la posición de la viuda que dio dos moneditas, como dijo Mashíaj, "dio de su sustento". Esa es la verdadera confianza en que Yahweh proveerá, compartir lo poco y no lo mucho, y ella demostró dónde estaba su corazón, y cuál era su genética. Todos los que insistan en apoyarse en las serpientes del mundo, descubrirán un día que ellas se soltarán de sus manos, se volverán en su contra y los morderán. 

 

Entonces, ya que el asunto es cuestión de ejercer nuestro libre albedrío a cada paso que damos (el paso de salvación es uno sólo, pero la santificación es una carrera que requiere muchos pasos), NO ENDUREZCAMOS NUESTROS CORAZONES. No pensemos que Faraón es más poderoso que Yahweh, que nuestra subsistencia depende de él. Desde siempre, dentro o fuera del sistema, nuestra subsistencia depende de nuestro Padre, hagamos Su obra en primer lugar.

 

 

Pero volviendo a nuestro Faraón, aunque todas estas cosas explican la postura completamente justa de Yahweh, no nos explican del todo aún la divergencia entre "Yahweh endureció" y "Faraón endureció", porque aunque muchos acepten que Faraón ejerció su libre albedrío al endurecerse, permanece el hecho desconfortable de que YAHWEH ENDURECIÓ EL CORAZÓN DE FARAÓN. Sin embargo, si leemos todos los capítulos del 9 al 14 veremos que Yahweh nunca hizo nada de forma directa, aunque sí indirectamente, en el mejor estilo de un jugador de ajedrez magistral. Para endurecer el corazón de Faraón simplemente necesitó PROVOCARLO.

 

Eso era todo lo que necesitaba hacer. La soberbia de Faraón haría el resto. Es una acción-reacción perfectamente lógica y esperable. Como frotar un fósforo y esperar que encienda. CIERTAMENTE ENCENDERÁ. Y nosotros sabemos que esto es bastante simple de realizar. Todos sabemos manipular a otros, "qué cuerdas tocar" para que el otro baile. ¿Habrá alguna cosa más justa que aplicar al acusador y tentador de los hermanos, al que vive provocándonos para tropezar y caer en tentación, su misma medicina? Siendo que haSatán hace eso con los hombres, justo es que Yahweh lo haga con sus seguidores.

 

De esta manera, antes de que Moshe se enfrentara por primera vez con Faraón, Elohim le dijo que Él endurecería el corazón de Faraón (4:21). ¿Y cómo lo hizo? SIMPLEMENTE LE DIO UNA ORDEN. No hay nada que la soberbia rechace más que una orden directa, cuánto más en el caso de los poderosos. Yahweh hizo que Moshe le ordenara dejar salir al pueblo para que Lo adorara, eso fue todo. A partir de ahí, sólo necesitó continuar apretando la tuerca que el propio Faraón podría haber aflojado con sólo desistir de su soberbia, más aún siendo evidente su incapacidad de vencer. De esta manera, al responder en su soberbia, FARAÓN ENDURECIÓ SU CORAZÓN. Pero dado que Él fue provocado, debemos dar la gloria del hecho a Quien es debido: a Yahweh, que determinó endurecer el corazón de Faraón.

 

Tampoco debemos olvidar que esta no es una situación cualquiera, sino que se trata de un juicio, y nadie puede decir nada del Juez, si con Sus acciones ("provocaciones" para el otro lado) expone lo que está dentro del acusado.

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