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CLE02_09_-_Yahweh_vs_Faraón_02_-_El_Adie

CLE02 09

Yahweh vs Faraón

02 - El Adiestramiento Del Líder

En este mensaje, estudiaremos en primer lugar el adiestramiento suplementario que recibió Moshe de parte de Elohim (6:1—7:7), porque durante todos los siguientes capítulos tendremos un enfrentamiento de cuatro partes, que son dos "pares": Faraón y haSatán por un lado y Moshe y Yahweh por el otro. Después del primer conflicto con Faraón, Moshe se sentía fracasado. Elohim lo había enviado para dar Su palabra a Faraón. No obstante, en lugar de obedecer a esta palabra, Faraón se hizo aún más maligno en su trato para con los hijos de Yisrael, y el pueblo daba quejas a Moshe. Moshe, sintiéndose vencido, se quejó a Elohim, diciendo:

 

Entonces Mosheh volvió donde Yahweh y dijo: "Oh Yahweh, ¿por qué perjudicas a tu pueblo? ¿Por qué me enviaste? Desde que vine al Faraón para hablarle en tu nombre, ha estado tratando peor a este pueblo; y todavía tú no has librado a tu pueblo". Shemot 5:22-23

 

La reacción de Moshe indicaba que él necesitaba más adiestramiento. No olvidemos que, 40 años antes, Moshe había tomado las cosas por su propia mano y le había ido mal. Pero 40 años después, Yahweh le había asegurado que esta vez Él iría con Moshe. Moshe había hecho exactamente lo que Yahweh le había ordenado, pero Faraón tuvo una reacción muy negativa y perjudicial. Si bien Yahweh había advertido que Faraón se resistiría, tal vez Moshe haya pensado que sería resistencia de negarse, no de traer mayores males sobre los yisraelitas. Él debe haber pensado que se había equivocado por segunda vez.

 

Elohim no lo enviaría nuevamente a Faraón antes de adiestrarlo más.

 

Luego le dijo Yahweh a Mosheh: "Pronto verás lo que voy hacerle al Faraón: los dejará ir a causa de mi mano fuerte; de hecho, por causa de mi mano fuerte los expulsará de su país". Elohim le habló a Mosheh y le dijo: "Yo soy Yahweh. Me le aparecí a Avraham, a Yitzjak, y a Yaakov como 'El-Shaday, no me di a conocer a ellos en mi nombre Yahweh. También establecí mi alianza con ellos, para darles la tierra de Kenaán, la tierra en que vivieron como peregrinos. Ahora he escuchado el lamento de los yisraelitas porque los mitsritas los están manteniendo en servidumbre, y me he acordado de mi alianza. Dile, por lo tanto, al pueblo yisraelita: "Yo soy Yahweh, yo los libraré de las labores de los mitsritas y los libertaré de su servidumbre. Los redimiré con brazo extendido, y mediante grandes juicios. Y los tomaré para que sean mi pueblo, y yo seré su Elohim. Y ustedes sabrán que yo, Yahweh, soy su Elohim que los libró de las labores de los mitsritas. Los llevaré a la tierra que juré darles a Avraham, Yitzjak, y Yaakov, y se la daré a ustedes por posesión, yo Yahweh". Shemot 6:1-8

 

Por el lado positivo, el adiestramiento adicional que Moshe recibió de parte de Elohim se basó en la Palabra infalible de Elohim, que abarca tres cosas:

 

  1. La Palabra Infalible De Elohim

  2. La Ordenación De Elohim

  3. La Mano Fuerte De Elohim

 

Por el lado negativo, este adiestramiento abarcó tres asuntos:

 

  1. La Incredulidad De Los Hijos De Yisrael

  2. La Terquedad De Faraón

  3. El Concepto Natural De Moshe

 

Como enviados, todos debemos conocer estos cinco puntos positivos y estas tres cosas negativas. Debemos aprender que el pueblo escogido de Elohim está lleno de incredulidad, que el enemigo es terco, y que nosotros somos naturales. No obstante, tenemos el nombre de Elohim, el pacto de Elohim, la palabra infalible de Elohim, la ordenación de Elohim y la mano fuerte de Elohim.

 

 

1. La Palabra Infalible De Elohim

 

Debemos prestar atención a la palabra infalible de Elohim, la palabra que Él nos habla continuamente. Si actualmente deseamos seguir a Elohim para llevar Su testimonio en Su restauración, debemos aprender a considerar la palabra infalible y constante de Elohim. Pero pocos siervos de Elohim reconocen esta palabra cuando llega, y a veces dudan ante el primer revés. Esta fe que desea ir confirmándose a cada momento no es verdadera fe. En todo el camino del desierto rumbo a la Tierra Prometida, no fue el pueblo el único en ser adiestrado y disciplinado. En este camino podemos ver la preparación de las ovejas, pero también la preparación y capacitación del líder. Aquellos que han sido llamados a liderar pueden aprender mucho aquí, y aquellos que envidian ese puesto, también aprenderán que no sólo requiere de mayor disciplina que el resto, sino que además no se trata de algo que podamos elegir, sino de algo que el propio Yahweh determina, como veremos en las rebeliones más adelante.

 

Elohim aseguró a Moshe varias veces que los hijos de Yisrael serían liberados del cautiverio egipcio (6:1, 6-7; 7:5). Esta era una palabra infalible, superior incluso a una palabra de promesa. Yahweh hace aquí más que prometer: ÉL AFIRMA LO QUE HARÁ. Mientras Elohim caminaba con Avraham, Yitzjak y Yaakov, les recordaba siempre Sus promesas. Pero aquí Él ha venido a cumplirlas, y eso nada ni nadie puede mudarlo. En este sentido, una promesa de Yahweh es tan firme como toda Su palabra, ya que si Él lo dice, SUCEDERÁ. Es mucho más firme que la palabra de cualquier hombre, por muy buenas intenciones que tenga de cumplir lo que promete.

 

Al fortalecer así a Moshe, parece que Él estaba diciendo: "Moshe, olvídate de la incredulidad del pueblo, olvídate de Faraón, y olvídate de la condición de tus labios. Ninguna de esas cosas tiene el menor poder o utilidad delante de Mí. Más bien, sé impresionado por Mi palabra infalible. Yo soy Yahweh, y Yo recuerdo el pacto que Yo he establecido. Según Mi pacto, ciertamente libraré a los hijos de Yisrael del país de Mitzrayim. Moshe, cree en esta palabra infalible y ocúpate en ella. Te aseguro que Mi pueblo escogido será liberado". Él repite lo mismo hoy, porque aquella sombra se está comenzando a repetir hoy, a las puertas de salir del mundo y entrar en el reposo de Mashíaj. Debemos recordar que por muy negras que puedan parecer las circunstancias, LO QUE ÉL HA HABLADO SUCEDERÁ. Si nos espantamos por la falta de un poco de paja, ¿qué sucederá cuando los carros del Faraón nos persigan, cuando suceda la tribulación prometida? ¿Tendremos fe suficiente para mantenernos firmes en circunstancias más graves? Quiera el Padre fortalecernos en Su Hijo.

 

En 6:7, Elohim dijo: "Y los tomaré para que sean mi pueblo, y yo seré su Elohim". Esto es una declaración matrimonial, confirmada por el propio Yahweh más tarde:

 

Y en cuanto a tu nacimiento, el día en que naciste no cortaron tu ombligo, ni te lavaron con agua por higiene. No te frotaron con sal, ni te envolvieron en pañales. Nadie se compadeció de ti para hacer por ti alguna de estas cosas por compasión de ti. Al contrario, el día en que naciste, te echaron sobre la superficie del campo con repulsión por tu vida. Cuando yo pasé junto a ti y te vi revolcándote en tu sangre. Y estando tú en tu sangre, te dije: ¡Vive! ¡Sí, vive en tu sangre! Te hice crecer como la hierba del campo; creciste, te desarrollaste y llegaste a ser muy hermosa. Tus pechos se afirmaron, y tu cabello creció; pero estabas desnuda y descubierta. Pasé junto a ti (otra vez) y te miré, y vi que estabas en tu tiempo de amar. Entonces extendí sobre ti mi manto y cubrí tu desnudez. Te hice juramento y entré en pacto contigo; y llegaste a ser mía, dice Adonay Yahweh. Yahjezquel 16:4-8

 

Yahweh habla de su relación con Yisrael como una historia de amor. En su nacimiento, no tenía nada de hermosura y nadie cuidó de ella, pero Yahweh la vio en su muerte, y le dio vida, la hizo crecer y finalmente, cuando estaba pronta, la desposó. Cubrir a la mujer con un manto simbolizaba que el hombre la cubría como su futura cabeza.

 

 

Finalmente Elohim dijo:

 

"Los llevaré a la tierra que juré darles a Avraham, Yitzjak, y Yaakov, y se la daré a ustedes por posesión, yo Yahweh". Shemot 6:8

 

Yahweh tomaría al pueblo para Sí mismo, Él sería su Elohim, ellos serían su ejército, los libraría de la mano opresora de Faraón y de Egipto, y los llevaría a la Tierra Prometida. Esta es Su Palabra infalible. No eran promesas. Él estaba diciendo lo que iba a suceder. Él estaba profetizando, porque ésta es la verdadera profecía: decir lo que sucederá y que se cumpla. Cuando hablamos de las cosas de Yahweh y de Sus promesas, estamos profetizando, estamos hablando de las cosas que ciertamente sucederán, porque Su Palabra es infalible.

 

Estos son los mismos Aharón y Mosheh a quienes Yahweh dijo que sacaran a los yisraelitas de la tierra de Mitsráyim, según sus ejércitos. Shemot 6:26

 

Cuando el Faraón no te haga caso, yo pondré mi mano sobre Mitsráyim y libraré a mis ejércitos, a mi pueblo –los yisraelitas, de la tierra de Mitsráyim con grandes juicios. Shemot 7:4

 

Él estaba asegurando que ese pueblo de esclavos era Su ejército. Podría parecer increíble en aquellos momentos, pero ya sabemos que Él lo hizo.

 

 

La palabra infalible que dirigió Elohim a Moshe debería alentarnos en la restauración de Elohim. Algunos dicen que es imposible tener la restauración de la vida de congregación hoy. No obstante, si esto no fuera posible, Yahshua no encontraría a Su Novia al regresar. No nos olvidemos de la parábola de las 10 vírgenes, para no correr el riesgo de quedar afuera.

 

Sin embargo, cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la Tierra? Luka 18:8

 

Como atalaya, es mi deber advertir acerca de las promesas y profecías de Yahweh a todos. Cada uno tiene derecho de hacer su propia elección, hasta los incrédulos pueden. De manera que tener libertad de elección no garantiza la salvación. No perdamos el tiempo en ser edificados en la Novia y trabajemos para levantar Su Casa, traer Su Reino, en el día que es llamado "hoy". Él necesita que la congregación sea edificada. Sólo la congregación edificada según el deseo de Elohim puede ser el escalón que nos llevará a la era del Reino, los que no sean encontrados trabajando en ella no entrarán. En MattiYah 16:18, Elohim dijo: "Edificaré Mi congregación". Por lo tanto, creemos que es totalmente posible tener la restauración de la vida apropiada de congregación hoy. No será perfecta, pero si nos esforzamos, será lo mejor para la etapa en que nos encontramos. La perfección llegará al final. Tenemos la promesa de Elohim y Su palabra infalible.

 

Debemos recordar que la restauración de Elohim no se originó con nosotros. Lo que estamos haciendo en la restauración actualmente no es conforme a nuestro plan, sino según el pacto de Elohim y Su palabra infalible. El Adón Yahshua dijo que Él edificaría Su congregación. Esto se está produciendo hoy en día, no según nuestro plan, sino conforme a la palabra de Elohim. No crean en el entorno ni en las circunstancias, no miren a la gran confusión o serán confundidos; crean en la palabra infalible de Elohim. El mundo está lleno de voces que gritan todas las cosas que se puedan imaginar, y entre todas esas cosas siempre hay alguna que nos afectará. NO ESCUCHEMOS AL MUNDO. CENTRÉMONOS EN LA PALABRA INFALIBLE DE YAHWEH. Ustedes han sido llamados por Elohim para encajar en un lugar particular de la Novia, no crean en las cosas negativas del entorno. Esta es la ordenación de Elohim. Él llama a los Suyos y los capacita para la tarea que les encomienda. No sean rebeldes ni digan que son "de labios incircuncisos", porque sus disculpas no serán aceptadas. Él no envía a nadie solo, siempre va adelante, y Él coloca Sus palabras en nuestra boca, no debemos creer que es nuestra capacidad natural ni su ausencia lo que es útil. Sólo somos útiles si nos disponemos en Sus Manos para ser utilizados. Todos necesitamos adiestramiento en estos asuntos, como veremos a continuación.

 

 

2. La ordenación de Elohim

 

Estos son los mismos Aharón y Mosheh a quienes Yahweh dijo que sacaran a los yisraelitas de la tierra de Mitsráyim, según sus ejércitos. Fueron ellos los que le hablaron al Faraón rey de Mitsráyim para libertar a los yisraelitas de los mitsritas; estos son los mismos Mosheh y Aharón. Yahweh le habló a Mosheh en la tierra de Mitsráyim y Yahweh le dijo a Mosheh: "Yo soy Yahweh; háblale al Faraón rey de Mitsráyim todo lo que yo te diga". Shemot 6:26-29

 

Aquí vemos la ordenación de Elohim. Esta ordenación está relacionada con la genealogía en 6:16-25, que menciona a las personas escogidas por Elohim, desde Yaakov hasta Moshe. Estos escogidos incluyen a Leví, Coat, Amram y Moshe. Por lo tanto, esto en realidad es un relato, y no una genealogía, de la elección de Elohim, de lo que Elohim escogió. Amram, uno de los elegidos, fue el padre de Moshe y de Aharón.

 

Moshe y Aharón no fueron presuntuosos sino que habían sido escogidos por Elohim. Ellos habían sido elegidos y ordenados por Elohim mucho antes de su nacimiento. Esto debe haber dado a Moshe la seguridad y la confianza de que todo lo que Elohim le pidió que hiciera se cumpliría, y sabemos que a la larga lo hizo, aunque tantas veces él dudó. Necesitamos la misma seguridad hoy en día. Si estamos empeñados en un trabajo que Elohim no ha iniciado, debemos parar todo lo que estamos haciendo. La restauración de Elohim ha sido ordenada por Elohim, y no iniciada por nosotros. En la restauración de Elohim, no hay lugar para el orgullo. Mientras llevamos el testimonio de la restauración de Elohim, nunca deberíamos ser orgullosos. Por el contrario, debemos hacer simplemente lo que Elohim ha determinado y ordenado que hagamos. Pero no ser orgullosos no quiere decir tolerar la rebeldía. Yahweh no toleró las rebeliones contra su enviado, ni siquiera la de su hermano Aharón con Miriam. Moshe era el más manso de los hombres, pero era el enviado de Yahweh. Oponerse al enviado es oponerse al propio Yahweh, y así sigue siendo hoy.

 

Los pasukim 28 y 29 revelan que Moshe recibió la comisión de Elohim, cuando lo envió a Faraón. El pasuk 27 indica también que Moshe y Aharón fueron comisionados por Elohim para sacar a los hijos de Yisrael de Mitzrayim.

 

Así como Moshe y Aharón recibieron la comisión, nosotros en la restauración de Elohim también hemos recibido la comisión. Tengo la plena certeza de que somos un pueblo que ha recibido la comisión de Elohim. Elohim nos ha confiado la comisión de llevar a cabo Su restauración hoy en día.

 

Moshe también representó a Elohim:

 

Yahweh le contestó a Mosheh: "Mira, yo te hago Elohim para el Faraón, con tu hermano Aharón como tu profeta. Shemot 7:1

 

Cuando recibimos una comisión de alguien, también representamos a esa persona. Ya que Moshe recibió la comisión de Elohim, él también lo representó. En el mismo principio, nosotros en la restauración de Elohim hemos recibido la comisión de Elohim, y por esta razón lo representamos a Él, cada uno en la función para la que ha sido llamado. Existe un líder y un sacerdote, y existe un ejército, un pueblo, y un sacerdocio. No hay una parte más importante que otra. Un líder no es nada sin un pueblo para liderar, y un Sumo Sacerdote no puede ministrar sin la ayuda de los demás sacerdotes. El pueblo no tiene defensa sin el ejército y el comandante, pero tampoco sin la ayuda del sacerdote que le sostiene las manos. NO HAY NADIE MÁS IMPORTANTE QUE OTRO EN LA NOVIA. A nuestra carne siempre le impresionan los cargos de liderazgo, y todos quieren ser Moshe y Aharón. Sin embargo, ellos nada podrían hacer sin el pueblo, el ejército y el cuerpo de sacerdotes. Tal vez digamos que un soldado o un sacerdote es más impresionante o especial que un panadero de pueblo o un ama de casa, pero sin ellos faltarían cosas. Debemos empezar a comprender que SOMOS CUERPO. No puede faltar ninguna célula para el perfecto funcionamiento, y por eso ninguna es más importante que otra. A sus ojos, TODOS SOMOS PIEDRAS PRECIOSAS, comportémonos como si ya lo fuéramos, y sobre todo, como si los demás también.

 

Tengamos mucho cuidado de la manera en que tratamos a los representantes de Elohim. Si el mundo es advertido a este respecto, porque quien toca a Su pueblo, toca a la niña de los ojos de Yahweh, también todos somos advertidos de rebelarnos acerca de los "cargos" o posiciones que otros ocupan, ya que en la Novia verdadera las funciones son determinadas por la Cabeza. Es posible tocar la restauración de Elohim de una manera que no es provechosa. Más adelante estudiaremos dos rebeliones: la de Kóraj y la de Aharón y Miriam. La primera era de incrédulos (para que quede muy claro que no todos los que dicen "Adón, Adón" son aceptados por Yahweh) que fueron destruidos, y la segunda fue de miembros del pueblo. Ninguna de las dos fue tolerada por Yahweh, a pesar de que vemos que Aharón y Miriam fueron castigados pero restaurados.

 

Ninguna persona que ha tocado a la congregación en la restauración de Elohim de una manera negativa ha seguido adelante y ha recibido bendiciones. Ya que los que recibieron la comisión de Elohim son Sus representantes, el hecho de tocarlos de una manera inadecuada es un asunto grave. En las Escrituras vemos muchas rebeliones contra los enviados, y ninguna prosperó nunca, Yahweh siempre interviene a favor de los Suyos. Entre los que tomaron contacto con la congregación y que luego se hicieron negativos, no conozco a ninguno cuya condición espiritual haya seguido avanzando. Sin ninguna excepción, ha habido una pérdida de bendición espiritual. En cada caso se ha producido una degradación espiritual. Esto indica que involucrarnos de manera negativa con los que han recibido la comisión de Elohim y que por lo tanto lo representan, es algo grave.

 

Esto debe fortalecernos porque, como miembros del Cuerpo, ninguno de los ataques externos prosperará contra nosotros. Pero también es una advertencia a que, como miembros de la Novia, no envidiemos ni nos rebelemos contra los que Él coloca en ciertas posiciones. No olvidemos que nosotros estamos en una etapa diferente, la de la expansión, y eso implica que en algún momento podemos llegar a ser llamados para ocupar cargos de liderazgo en nuevos lugares, si somos encontrados aceptables a Sus ojos.

 

 

Por una parte, Moshe representaba a Elohim; por otra parte, Moshe fue representado por Aharón:

 

Yahweh le contestó a Mosheh: "Mira, yo te pongo en el papel de Elohim para el Faraón, con tu hermano Aharón como tu profeta. Tú hablarás todo lo que yo te ordene, y tu hermano Aharón le hablará al Faraón para que deje salir a los yisraelitas de su país". Shemot 7:1-2

 

La representación difiere de la presentación. No es lo mismo representar que presentar. La diferencia es que la representación involucra la autoridad, mientras que la presentación no. La comisión de Elohim incluye siempre el asunto de autoridad. Esta autoridad está relacionada tanto con la representación de Elohim como con el hecho de ser representado por otros.

 

Ninguno de nosotros debe asumir autoridad. Deberíamos dejar simplemente que la autoridad esté presente con la ordenación y la comisión de Elohim. Si deseamos ser los enviados de hoy, debemos estar seguros de que hemos sido escogidos, ordenados y que hemos recibido la comisión. Entonces sabremos que somos los representantes de Elohim.

 

 

3. La Mano Fuerte De Elohim

 

El último punto en el adiestramiento adicional que recibió Moshe por parte de Elohim concierne a la mano fuerte del gran juicio de Elohim. Moshe se había quejado a Elohim, y por esta razón Elohim tuvo que hablar a Moshe acerca de Su mano.

 

Mosheh apeló a Yahweh y dijo: "Mira, yo soy torpe del habla; ¿cómo va el Faraón a hacerme caso?" Shemot 6:30

 

Este es el último pasuk del capítulo 6 (a veces me pregunto cómo se puede cortar un capítulo en medio de una conversación), y Yahweh responde comisionando a Moshe y Aharón, como ya vimos:

 

Yahweh le contestó a Mosheh: "Mira, yo te pongo en el papel de Elohim para el Faraón, con tu hermano Aharón como tu profeta. Tú hablarás todo lo que yo te ordene, y tu hermano Aharón le hablará al Faraón para que deje salir a los yisraelitas de su país. Pero yo endureceré el corazón del Faraón, para multiplicar mis señales y maravillas en la tierra de Mitsráyim. Shemot 7:1-3

 

Parece que Elohim estaba diciendo: "Moshe, no sólo tengo una boca, sino también una mano fuerte. Ve y habla con Faraón. Lo endureceré para que Mi mano se manifieste. Habla Mi palabra a Faraón. Mi mano respaldará Mi palabra. Extenderé Mi mano para cumplir todo lo que digas a Faraón de Mi parte". Por tanto, la mano de Elohim fue una confirmación firme de que Moshe había sido enviado por Elohim. Todo lo que Moshe dijo que sucedería, sucedió, porque la mano fuerte de Yahweh lo respaldó. Este es un verdadero profeta.

 

Cuando el Faraón no te haga caso, yo pondré mi mano sobre Mitsráyim y libraré a mis ejércitos, a mi pueblo –los yisraelitas, de la tierra de Mitsráyim con grandes juicios. Shemot 7:4

 

En 6:1, Elohim ya había dicho a Moshe lo que Elohim haría a Faraón:

 

"Pronto verás lo que voy hacerle al Faraón: los dejará ir a causa de mi mano fuerte; de hecho, por causa de mi mano fuerte los expulsará de su país". Shemot 6:1

 

Sin una mano fuerte, es en vano conversar. Lo vemos en las negociaciones diplomáticas entre las naciones actualmente. Estas negociaciones dependen del respaldo del poder militar. En sus negociaciones con Faraón, la palabra de Moshe debía ser respaldada por la mano fuerte y los juicios poderosos de Elohim. La mano fuerte de Elohim sería una prueba para Faraón de que Elohim no habla palabras vanas. Por la mano de Elohim, los egipcios sabrían que Él es Yahweh. Como lo afirma 7:5:

 

Y los mitsritas sabrán que yo soy Yahweh, cuando tienda mi mano sobre Mitsráyim y saque a los yisraelitas de entre ellos.

 

En el transcurso de los años, hemos visto la mano de Elohim respaldar Su palabra. Cuando había oposición a la palabra de Elohim, Su mano finalmente se manifestó. Elohim nunca habla en vano. Su palabra es siempre respaldada por Su mano fuerte. Si profetizamos Sus verdades, ciertamente podemos esperar Su respaldo.

 

Faraón pudo resistir a la palabra de Elohim, pero él no pudo resistir a la mano de Elohim. Los hombres pueden resistir a los hombres, a los enviados, pero no podrán resistir a la Mano de Yahweh. Lo que Él ha dicho, sucederá. Lo que confunde a muchos es que, en Su misericordia, muchas veces demora en ejecutar los castigos, y muchos toman su demora para afirmar que se trataba de falsos profetas, o para decir:

 

"¿Dónde está la promesa de su venida? Porque desde el día en que nuestros padres durmieron todas las cosas siguen igual, así como desde el principio de la creación" Kefá Bet 3:4.

 

No seamos incrédulos porque no vemos. Nuestros tiempos no son sus tiempos, como Kefá continúa:

 

Pero, amados, una cosa no pasen por alto: que delante de Yahweh un día es como mil años y mil años como un día. Kefá Bet 3:8

 

En los mensajes siguientes, veremos que los conflictos entre Elohim y Faraón se hicieron cada vez más intensos hasta que culminaron en el hecho de que Faraón dejó ir a los hijos de Yisrael. Faraón finalmente fue obligado a dejar que los hijos de Yisrael salieran de la tierra de Mitzrayim porque la mano fuerte del gran juicio de Elohim respaldaba Su palabra. Que todos aprendamos la lección acerca de la mano de Elohim y todas las lecciones acerca del adiestramiento adicional que recibió Moshe por parte de Elohim.

 

 

Veremos ahora los tres puntos negativos:

 

1. La Incredulidad De Los Hijos De Yisrael

 

Según nuestro concepto natural, las personas a las cuales somos enviados deberían ser como la casa de Cornelio, preparados apropiadamente y listos para recibir nuestra palabra. Creo que ese es el sueño de todo enviado. Pensamos que si Elohim nos manda a hablar a la gente en cierto lugar, sus corazones se abrirán y recibirán todo lo que digamos. No obstante, debido a su incredulidad, los hijos de Yisrael no escucharon a Moshe, y esa incredulidad se contagió también al líder. El pueblo no le creyó al enviado, y el enviado dudó del que envía, de Yahweh. En lugar de ser alentado por los hijos de Yisrael, él fue desalentado y desanimado por ellos.

 

Esta es una lección para nosotros. Si Elohim nos designa para dirigir a cierta gente, no debemos esperar que ellos nos reciban de manera positiva. Supongamos que Elohim nos coloca en un ministerio para liderar a otros hermanos (existen muchas formas de liderazgo, que ya estudiaremos). No se imaginen que aquellos que están en esa congregación nos apoyarán o creerán todo lo que digamos. Por el contrario, prepárense a enfrentar la incredulidad de las personas a las cuales somos enviados y que eso no se transforme en nuestra propia incredulidad.

 

Y así como el mensaje al que es enviado es no desanimar, el mensaje a las ovejas es que no desanimen a los enviados. No deben ser incrédulos y rebeldes, si quieren permanecer bajo la mano protectora de Yahweh. Él nos salva, pero bajo Sus condiciones, no a la manera que se nos antoja. Esta es la postura de los incrédulos y de los que aún andan en la rebeldía de su carne. El alma, recordemos nunca quiere someterse. Una cosa es salir de Bavel, y otra es insistir en la independencia. Yahweh nos llama a una relación de dependencia, y eso no es únicamente individual, sino corporativo. Nos llama a ser dependientes de Él pero para ser parte de la Novia, el Cuerpo de Mashíaj, no para vivir vidas individuales. Y dentro de la Novia, existen diferentes funciones, niveles y posiciones que Él mismo determina. Todos tenemos alguien arriba y alguien abajo, pero en una relación de servicio, no de poder. Hasta los que hoy no tienen a nadie abajo aún, por no haber sido completamente capacitados, mañana tendrán. No se comporten hoy como no les gustaría que los demás se comporten con ustedes mañana, enseñen eso siempre, y la armonía guiará a la Novia.

 

Por muy malo que sea nuestro entorno, no debemos creer en él. El entorno fluctúa, pero la palabra de Elohim no cambia. El pueblo siempre tiende a andar por vista, y no por la fe. Ellos creen en lo que ven, no recuerdan las promesas de Yahweh ni lo que Él es. No somos demasiado diferentes de ellos. Cuando alguna situación externa nos afecta, gritamos y lloramos como si el mundo se fuera a acabar.

 

Por una parte, el entorno es una mentira porque cambiará; es solamente temporal. Por otra parte, ya que todo lo que está en nuestro entorno nos dice algo de parte de Elohim, la incredulidad de los hijos de Yisrael debía de haberle indicado algo a Moshe. Mediante la incredulidad y terquedad de Faraón, Moshe debía haber visto sus propias carencias expuestas, y él debía haber ido a Elohim y confiar más en Él. Por el contrario, Moshe fue a Elohim con un ruaj de queja. Sin la incredulidad y la terquedad, Moshe hubiera pensado que todo estaba bien. En realidad, Moshe tenía algún problema interior que necesitaba quedar expuesto, y él necesitaba algún adiestramiento adicional.

 

Moshe terminó aprendiendo la lección, y en los tiempos más adelante veremos que mientras todos gritaban asustados, él simplemente esperaba en Yahweh. Se aproximaba a Él, pero esperando que resolviera la situación, no ya reclamando por sus miedos. Ese es el carácter de un enviado de Yahweh que ya ha sido convenientemente adiestrado, y ese es el carácter que debemos desarrollar.

 

 

2. La Terquedad De Faraón

 

Faraón no fue sometido fácilmente. Si hubiésemos sido Moshe en esa situación y hubiéramos tenido que enfrentarnos a la terquedad de Faraón, sin lugar a dudas habríamos estado muy desanimados. Yahweh había advertido que Faraón se resistiría, ¿PERO 10 VECES? No por nada no mencionó este detalle al principio, Moshe se habría espantado. Sin embargo, ¿no vemos ese mismo principio en nuestras vidas? ¿Acaso no somos atacados UNA Y OTRA VEZ EN LOS MISMOS PUNTOS DÉBILES? Cada uno tiene sus puntos, haSatán los conoce bien y es allí donde ataca. Se repite una y otra vez, y siempre nuestro Padre nos rescata. Y siempre volvemos a caer presas del miedo la siguiente vez. Para salir de la incredulidad del pueblo, la masa, debemos aprender a adquirir la fortaleza y la fe del líder, y así pasaremos por encima de la terquedad de haSatán.

 

Todas estas plagas fueron juicio para Faraón y haSatán, al tiempo que eran confirmación del poder y la fidelidad de Yahweh para los yisraelitas, que se sentaron como espectadores a observar cómo Yahweh cumplía Su promesa señal tras señal. No debemos ver la resistencia de haSatán y su oposición como algo completamente negativo. Ciertamente no eran cosas positivas, pero no debemos confundir las batallas con las que a veces parece que haSatán ha vencido, con la guerra. Él puede vencer algunas batallas, pero ya ha perdido la guerra. Luego vendrá la revirada, cuando Yahweh da vuelta la situación, levanta a los Suyos y vence a haSatán.

 

 

3. El Concepto Natural De Moshe

 

Lo vemos en el hecho de que él estaba apegado a sus labios incircuncisos y en que descuidaba la palabra infalible de Elohim. El confiaba más en sus labios que en la Palabra e Yahweh, ya que consideraba que su torpeza de habla lo impediría de comunicar las cosas. Él dijo: "Los yisraelitas no me quisieron hacer caso; ¿cómo entonces me va a hacer caso el Faraón, yo que soy torpe del habla" (pasuk 12). Al echar la culpa de su fracaso a su propia torpeza, implicaba que si tuviera el poder de hablar, habría tenido éxito. Muchas veces no nos damos cuenta de estas cosas que decimos o pensamos, pero cuanto más nos observemos a nosotros mismos, más rápido percibiremos que estamos confiando en nosotros. Todas las veces que ponemos nuestra confianza en nosotros mismos (muchas veces sin darnos cuenta), estamos diciendo que no confiamos en Él. Moshe estaba apegado a sus facultades naturales y descuidaba la palabra infalible de Elohim. Hemos visto que ni los hijos de Yisrael ni Faraón escucharon a Elohim. Aquí vemos que ni siquiera Moshe lo escuchó inicialmente.

 

Al adiestrar más a Moshe, Elohim también le habló con firmeza acerca de su ordenación. Moshe había sido escogido por Elohim y había recibido la comisión de ser Su representante. Tal vez el pueblo pueda olvidar que ellos han sido también llamados, pero un líder jamás puede olvidarse de ello: después de todo, ha sido llamado como líder para ocuparse de que el pueblo no retroceda en los malos momentos, sino que se apoye en su Elohim con mayor fuerza que nunca, y por eso el líder es siempre mucho más duramente disciplinado y adiestrado.

 

En dos ocasiones en el capítulo seis, Moshe dijo a Elohim que él era de labios incircuncisos, repasemos:

 

Pero Mosheh apeló a Yahweh, y le dijo: "Los yisraelitas no me quisieron hacer caso; ¿cómo entonces me va a hacer caso el Faraón, yo que soy de labios incircuncisos". Shemot 6:12

 

Mosheh apeló a Yahweh y dijo: "Mira, yo soy de labios incircuncisos; ¿cómo va el Faraón a hacerme caso?" Shemot 6:30

 

Al principio, yo pensaba que él hacía una simple confesión como hizo YeshaYah:

 

"¡Pobre de mí, estoy perdido! Porque soy un hombre de labios impuros y habito en medio de un pueblo de labios impuros; sin embargo mis propios ojos han visto al Rey Yahweh de los Ejércitos". YeshaYah 6:5

 

Sin embargo, la diferencia también consiste en que Moshe indica ser de labios INCIRCUNCISOS (AREL, H6189) mientras YeshaYah dice ser de labios INMUNDOS, contaminados (TAMÉ, H2931). Pero después de mucho estudio, he llegado a entender este asunto de manera distinta. En 4:10, Moshe dijo a Elohim:

 

"Por favor, Yahweh, nunca he sido un hombre de palabras, ni en el pasado ni ahora que le has hablado a tu servidor; soy lento de habla y torpe de lengua". Shemot 4:10

 

Esta fue la respuesta de Moshe al llamado original de Elohim. Sin embargo, Elohim insistió en mandar a Moshe ante Faraón, y también le aseguró que lo acompañaría. Por esta insistencia, es probable que Moshe pensara que su lengua se convertiría en un instrumento poderoso y que todo lo que dijera a Faraón estaría lleno de autoridad. Quizá haya pensado que sus palabras se harían tan poderosas que todos, incluyendo Faraón, obedecerían a su palabra. El resultado del primer conflicto con Faraón fue totalmente diferente. Faraón no lo escuchó, y los hijos de Yisrael se volvieron en su contra. Por lo tanto, Moshe se quejó a Elohim, pero Elohim le ordenó una vez más que fuera a hablar a Faraón (pasuk 11), y Moshe argumentó acerca de sus labios incircuncisos (pasuk 12). Estas palabras implican una queja. Moshe se quejaba de que Elohim no había hecho nada para hacer que su boca fuese poderosa. Él no estaba contento porque sus labios seguían iguales.

 

Los que han sido llamados por Elohim hoy en día pueden orar y esperar que Él llene el hablar de ellos con poder milagroso. Pero finalmente nos damos cuenta de que nuestros labios permanecen iguales. Nuestros labios todavía son incircuncisos, es decir, siguen siendo naturales.

 

Cuando Moshe le dijo a Elohim que sus labios eran incircuncisos, estaba diciendo: "Elohim, Tú me pides ir a hablar con Faraón. Ya lo he hecho, y eso no funciona. Ni Faraón ni los hijos de Yisrael quieren escucharme. Yo pensaba que mis labios serían cambiados, pero veo que siguen incircuncisos. Tú no has hecho nada para cambiar mis labios. A menos que Tú hagas esto, no volveré a hablar con Faraón. Con mis labios naturales, no puedo hacer nada. Nadie me escucha. Adón, debes hacer que mis labios sean poderosos. Entonces solamente podré hablar de una manera tal que la gente me escuche".

 

Indudablemente Moshe esperaba que Elohim usara sus labios para emitir unas palabras poderosas a Faraón de una manera milagrosa. Por el contrario, la palabra que pronunció la boca de Moshe era común, y no tenía nada extraordinario. Pero lo que finalmente salió de este hablar común fue la acción de Elohim, y no la del hombre. El resultado depende del hecho de que somos enviados por Elohim y que tenemos la comisión de Él y lo representamos, y no por nuestro esfuerzo, nuestra capacidad, o el buen trabajo que hagamos. El vaso de barro sigue siendo barro, pero contiene un tesoro. La zarza sigue siendo una zarza, pero el fuego santo está ardiendo sobre ella. La zarza no debe esperar ser cambiada, ni debe esperar que la gloria venga a ella. La gloria siempre debe ir a Elohim.

 

Supongamos que alguien es enviado por Elohim a cierto lugar. Esa persona puede orar y creer que Elohim fortalecerá sus labios. No obstante, cuando habla, se da cuenta de que sus labios no han cambiado. Inclusive puede darse el caso de que su hablar sea peor que nunca. Lo he experimentado muchas veces antes. Después de escribir un post, tiempo después veía que había cosas equivocadas en él, entonces iba al Padre y le decía: "Abba, oré para que me dieras palabras poderosas y me orientaras lo que estaba escribiendo, pero Tú no me ayudaste en nada. Si voy a estar escribiendo cosas que no son correctas, prefiero no escribir más nada. Todavía tengo labios incircuncisos".

 

Esta actitud denota que dependemos de lo que somos y de lo que podemos hacer, y no de lo que Elohim es y de lo que Él puede hacer. El Adón no intenta cambiar nuestros labios. Por el contrario, Él los dejará iguales. El Adón le dijo a Moshe que Él le había hecho elohim para Faraón (7:1), pero Él no dijo que haría nada acerca de los labios de Moshe. Pero Moshe no quería ir a menos que Elohim hiciera algo milagroso con sus labios. La respuesta de Elohim implica que Él haría de Moshe un elohim para Faraón y proveería a Aharón para que fuera el profeta de Moshe. Parece como si Elohim estuviera diciendo: "Moshe, no haré las cosas según tu manera. Más bien, tú debes obedecer lo que Yo digo. Lo que sientes acerca de tus labios incircuncisos no hace ninguna diferencia. En realidad, tú no necesitas hablar a Faraón, porque Aharón será tu portavoz. Así que olvídate de tus labios".

 

Esta es una lección muy importante para nosotros. Deseamos que Elohim cambie milagrosamente nuestros labios. Pero Elohim no quiere hacer eso. El éxito al llevar a cabo el llamado de Elohim no depende de nuestra sabiduría ni de lo que nos proponemos. Elohim siempre tiene Su propia manera de hacer las cosas. Moshe pensaba que todo dependía de la condición de sus labios. Eso implica que creemos que hemos sido elegidos por alguna capacidad que tenemos. Siempre pensamos que es así, incluso cuando pensamos que Él mismo nos capacitó para ello. Pensamos "Él me está llamando porque yo tengo tal cualidad que puede ser útil. Ciertamente Él me dio esa capacidad y ahora Él desea que la use para Su Obra". Pero esa cualidad aún debe pasar por el quebrantamiento, debemos lanzarla por tierra y tomarla por la cola nuevamente, para recibirla en resurrección. No podemos usar eso en nuestra carne natural.

 

La manera de Elohim consistía en dejar que los labios de Moshe siguiesen iguales y que Aharón fuese su profeta. Eso ya se lo había indicado antes, desde la primera vez que Moshe se resistió a ser enviado. En la vida de congregación actual debemos abandonar nuestras propuestas y nuestros conceptos y disponernos a olvidarnos de nosotros mismos y de lo que podemos o no hacer. En verdad, es bueno que comprendamos que NO HAY NADA QUE PODAMOS HACER FUERA DE ÉL, de manera que si Él nos ha enviado, ÉL PROVEERÁ. Olvidémonos de nuestros labios incircuncisos, es decir, olvidémonos de lo que somos en naturaleza.

 

Por estar aferrado a su situación natural, Moshe descuidó la palabra infalible de Elohim. Elohim había pronunciado palabras infalibles maravillosas, pero Moshe no prestó atención a ellas debido a su concepto natural. Nosotros somos iguales hoy. Por aferrarnos a nuestra insistencia natural, a nuestra tendencia natural, y nuestra comprensión natural, podemos leer las Escrituras sin recibir ninguna luz. El aferrarnos a nuestros conceptos naturales constituye una barrera que nos impide ser iluminados a través de la Palabra. Debemos aprender, como lo hizo Moshe, que Elohim no hace las cosas según nuestros conceptos naturales ni nuestra insistencia natural. Moshe fue disciplinado de manera estricta por Elohim en este asunto, y nosotros necesitamos la misma clase de disciplina hoy en día.

 

Una vez adiestrado, Moshe podía continuar adelante.

 

 

 

Yahweh vs haSatán - Shemot y Hitgalut

 

En el libro de Shemot vemos muchos cuadros y nada de filosofía. En la primera parte de Shemot, los cuadros describen la vida en el mundo bajo la usurpación de haSatán. Mediante estos cuadros, la naturaleza de esa vida queda expuesta. En este libro, los cuadros revelan también el deseo del corazón de Elohim acerca de Su pueblo escogido. Elohim dijo a Faraón: "Deja ir a Mi pueblo a celebrarme fiesta en el desierto" (5:1). El pueblo de Elohim había caído en una vida mundana bajo la usurpación de haSatán. Como lo revela el libro de Shemot, Elohim los liberó de esto y los llevó al desierto y al monte, donde recibieron una visión celestial del modelo de la morada de Elohim en la tierra. Elohim quería que el tabernáculo fuese Su morada. Esto fue el deseo de Su corazón.

 

El libro de Shemot describe trece conflictos entre Yahweh y Faraón para exponer la verdadera situación de la vida en el mundo bajo la usurpación de Faraón. En el primer conflicto no hubo ningún milagro, plaga, ni juicio. Por el contrario, hubo solamente una negociación entre Yahweh y Faraón, el planteo de las exigencias de Yahweh y la resistencia de Faraón. Elohim exigía que Faraón dejara ir a Su pueblo al desierto en un viaje de tres días para celebrarle fiesta. Sin embargo, Faraón rehusó reconocer a Yahweh y obedecer Su exigencia.

 

En el segundo conflicto hubo un milagro, pero ninguna plaga; algo quedó expuesto, pero sin juicio. En verdad, este fue el inicio del proceso judicial contra Mitzrayim, que se extenderá a lo largo de las 10 plagas y hasta la culminación, el cruce del Mar de Juncos.

 

Después de los primeros dos conflictos, las plagas empezaron a caer sobre Faraón y su pueblo. En Shemot, vemos dos grupos de diez cosas: las diez plagas que cayeron sobre los egipcios, y los diez mandamientos que fueron dados al pueblo de Elohim. Podemos clasificar las diez plagas en cuatro categorías. El primer grupo incluye las plagas de sangre, ranas, y piojos; el segundo grupo, las moscas, muerte del ganado, y úlceras; el tercer grupo, el granizo, langostas, y tinieblas; y finalmente, la plaga de la muerte de los primogénitos. Cada plaga era más grave que la anterior. Las plagas del primer grupo molestaban, pero no lastimaban. Las plagas del segundo grupo causaron daños tanto a los animales como a los hombres. Las plagas del tercer grupo destruyeron gravemente el entorno, y la última plaga acabó con la vida mundana. En la última plaga, todos los primogénitos de Mitzrayim murieron, desde el primogénito de Faraón hasta el primogénito de sus siervos (11:5).

 

En muchos aspectos, las plagas de Hitgalut se parecen a las diez plagas de Shemot. Mediante las diez plagas, Elohim obtuvo el éxodo de Su pueblo escogido fuera de Mitzrayim. Durante la gran tribulación, las plagas permitirán al pueblo de Elohim emprender su "éxodo" final del mundo. Pero este éxodo no será de movimiento, sino de plano y en expansión, como ya estudiaremos. Los creyentes serán sacados del mundo porque el mundo como sistema será destruido junto con su cabeza, la Gran Bavel. Al final de esta era, la mayor parte del pueblo de Elohim todavía está en Mitzrayim, es decir, en el mundo. En los tiempos de Avraham, Yitzjak y Yaakov no era necesario el éxodo. Del mismo modo, los vencedores en los tiempos del fin no lo necesitarán tampoco, no de forma física porque estamos al fin de la etapa de la expansión y esa era justamente la finalidad: llevar la bendición a toda la tierra. Toda la tierra será bendecida nuevamente durante el milenio, y comenzará el proceso de "gobernar sobre toda la tierra", ahora de forma práctica y concreta. Como podemos confirmar, este conflicto con Faraón no es un simple éxodo, sino una sombra del juicio de esta tierra.

 

Cuando Yahanan escribe su profecía, la naciente congregación de creyentes está siendo ferozmente perseguida. La intención del Ruaj al dar esta profecía es confortarla, fortalecerla y exhortarla a permanecer en su fe. Los creyentes creen que están a las puertas del juicio final, pero en verdad apenas si acaba de dar comienzo al proceso de éxodo del mundo, que como sabemos, apenas se terminará en breve, en Su segunda venida, cuando podamos entrar en la Tierra Prometida. En este momento estamos aún en el desierto (muchos siguen en Mitzrayim), y pronto llegará nuestro Yahshua, el continuador de Moshe, para hacernos entrar en ella, donde todavía deberemos pasar el Milenio perfeccionando a la Novia para el tiempo del fin, para entrar en la eternidad.

 

Esta situación de la congregación de los primeros creyentes perseguida tiene un obvio paralelo con el pueblo perseguido y oprimido en Egipto. Si Roma personifica aquí una oposición radical a los planes salvadores de Elohim en cuanto se opone a los cristianos y los persigue, antes fue el faraón quien se opuso a Elohim negando la libertad a su pueblo. En la consideración del autor, la historia universal nos ofrece la perspectiva siguiente: los hombres rehúsan dar a Elohim el culto debido; se rinden ante los ídolos:

 

Los demás hombres que no fueron muertos con estas plagas ni aun así se arrepintieron de las obras de sus manos, para dejar de adorar a los demonios y a las imágenes de oro, y de plata, y de bronce, y de piedra, y de madera, las cuales no pueden ver, ni oír, ni caminar. Tampoco se arrepintieron de sus homicidios, ni de sus hechicerías, ni de su fornicación, ni de sus robos. Hitgalut 9:20-­21

 

Y además persiguen a la comunidad primitiva. El contrapunto es el juicio divino, expuesto en una serie de catástrofes o plagas, que culminará en el juicio final definitivo. Se diferencia con el libro del Shemot en que éste no tiene un juicio final definitivo, porque de la misma manera es sombra de la victoria de Yahshua ha Mashíaj en el madero y en su resurrección, cuando vence a la propia muerte y recibe el poder de dar vida a muchos, y de que esos muchos tengan también el poder de vencer a la muerte. Ese es el inicio del "viaje en el desierto" de la congregación toda, la Novia, a lo largo del resto de la historia hasta la actualidad, en que nos estamos ya preparando para salir del desierto y entrar en Su Reposo.

 

Las plagas en Shemot pueden organizarse de la siguiente manera: una introducción o presentación, el primer conflicto como ya estudiamos (ver 08 - Yahweh vs Faraón 01 - El Primer Conflicto), en el cual no hay ni plaga ni milagro porque es la "queja" formal, viene antes del juicio. Como la queja no es resuelta, comienza el juicio. Entonces viene el segundo encuentro, donde la vara es transformada en serpiente, el inicio legal del juicio. Tal vez los hombres no comprendan estas señales, pero haSatán entendió muy bien la implicación de las varas y las serpientes. Luego se da comienzo a las llamadas 10 plagas, que ya son el juicio en andamiento, y para encerrar tenemos el tema del Mar de Juncos, la sentencia final.

 

Entonces podemos ver el proceso del juicio:

 

  • Presentación de la queja (del caso por las partes)

  • Inicio del juicio (la vara convertida en serpiente, juicio al pecado)

  • Ejecución del Juicio (las 10 plagas, que se dividen en juicio para arrepentimiento y juicio para condenación)

  • Encerramiento del proceso (Mar de Juncos)

 

En todas estas partes vamos a ver la utilización de un elemento muy significativo: la vara. Esa vara que representa la autoridad de Yahweh, es utilizada como apoyo por Moshe en la Presentación de la Queja, y luego será usada por Aharón en la primer señal (la vara convirtiéndose en serpiente), y en las tres primeras plagas. A partir de ese momento, la vara será usada únicamente por Moshe, indicando que ha terminado el tiempo de la advertencia de palabra. Aharón es el sacerdote que ministra a Yahweh, y por eso es quien ejecuta la plaga de sangre, que pone de manifiesto los pecados, y la de las ranas. Las ranas representan a los demonios que viven tanto en el mar como en la tierra, como anfibios son representación de los híbridos. Esto se confirma en Hitgalut, con los tres espíritus como ranas que incitarán a los reyes de la tierra. Ninguna de estas acciones lastima a los hombres; más que advertencias, son parte de la presentación formal del juicio al mundo: juicio por la sangre derramada y juicio a los demonios.

 

Luego será Moshe quien ejecutará el resto de las plagas con la vara, porque Moshe representa la justicia. A partir de la tercera plaga, la de los piojos, los magos ya no podrán imitar las plagas porque éste es el Juicio de Elohim. Aquí se cumplirá lo advertido por Yahweh, que pondría a Moshe por Elohim ante Faraón. En este doble enfrentamiento de Yahweh vs haSatán, en la tierra sería representado por Moshe vs Faraón.

 

 

Hitgalut presenta tres series de siete plagas que se producen al abrir los siete sellos, al hacer sonar siete trompetas y al derramar las siete copas. Cada una de estas series aventaja a la anterior en intensidad, pero aun dentro de cada serie, es evidente que se da cierto progreso. Las tres series están conectadas unas a otras, dado que la apertura del séptimo sello señala el momento de tocar las trompetas, y el toque de la séptima trompeta es la señal para empezar a derramar las copas de la ira de Elohim. Estas plagas de las copas representan el juicio de Elohim sobre la naturaleza y la humanidad, y son a la vez una expresión y reflejo de aquellas plagas del Shemot con las que se intentaba ablandar el corazón del faraón. Ahora, en el libro del Hitgalut, las plagas buscan mover a los hombres al arrepentimiento y conversión:

 

Decía a gran voz: "¡Respeten a Yahweh y denle gloria, porque ha llegado la hora de su juicio! Adoren al que hizo los cielos y la tierra y el mar y las fuentes de las aguas". Hitgalut 14:7

 

Mientras que los sellos son la parte legal, presentación de las partes implicadas, las trompetas y copas reproducen de cerca las diez plagas de Egipto, las cuales atacaron sólo a los egipcios que oprimían al pueblo de Elohim hasta casi llegar a exterminarlo (aquí Egipto es una sombra del mundo completo, como sucederá en Hitgalut), pero ningún daño causaron a los israelitas. De la misma forma, las plagas de Hitgalut hieren a los paganos sumidos en la idolatría, incluso la quinta y la sexta trompeta alcanzan sólo a los hombres que no llevan en la frente el sello de Elohim, haciendo diferenciación entre creyentes e incrédulos, una constante que veremos a partir de la cuarta plaga de Shemot en adelante. Los siervos de Elohim, como los israelitas en Egipto, quedan protegidos aquí por el sello antes de la siguiente serie de plagas.

 

 

Como toda sombra, no es una copia exacta, sin embargo los paralelos y repeticiones son notables. Podemos ver un proceso en esto, en paralelo con Hitgalut: desde el comienzo de las advertencias (los sellos), pasando a la destrucción de una parte de las cosas, incluyendo bestias, hombres y medio ambiente (trompetas). Hasta este punto, todos los incrédulos continúan teniendo la oportunidad de arrepentirse, en ambos casos. Luego vienen las últimas plagas antes de la final, que traen destrucción a toda la tierra de Egipto en Shemot, y al mundo en Hitgalut. En esta parte ya no hay espacio para el arrepentimiento, esta es la terminación de la ejecución del juicio. Todos los santos quedarán protegidos por la Sangre, en ambos casos, y en Shemot morirán los primogénitos, mientras que en Hitgalut será el Armagedón. No vamos a estudiar a fondo estas cosas ahora, porque vamos a ir viendo que existen muchos otros paralelos en las Escrituras que necesitamos ver antes, si Abba permite que lleguemos al final.

 

La parte más importante para no caer en el temor ni en el amarillismo al ver estas cosas, la descubriremos cuando estudiemos las bendiciones y maldiciones, porque allí encontraremos la explicación al por qué los juicios son como son, y qué cosas exactamente juzgan, y la importancia de "resolver nuestros asuntos antes de ser entregados al verdugo", como dijo Mashíaj, eufemísticamente refiriéndose al juicio.

 

En Shemot, Moshe es una sombra de Mashíaj. En Hitgalut, es Mashíaj mismo quien dio comienzo al "éxodo", hace más de 2000 años. Él confrontó a Faraón, haSatán, en su trono y con Su muerte nos liberó:

 

Por esto dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad y dio dones a los hombres. Efesios 4:8

 

Cuando Él resucitó, venció a la muerte y ganó el derecho de abrir los sellos. Esa fue la primera señal, la vara hecha serpiente, el Hijo del Hombre hecho pecado y Cordero. Entonces Él se hizo Ruaj (el sello de nuestra herencia) para salvar de la mano opresora de Faraón/haSatán y de la tiranía de Egipto/el mundo a todos los que Lo siguen, para sacarlos de Egipto y llevarlos al desierto, donde hemos pasado los últimos 2000 años, corporativamente hablando. Está llegando la hora en que las plagas serán lanzadas sobre el mundo como lo fueron en sombra sobre Mitzrayim: primero las advertencias y luego el juicio. Este juicio será ejecutado sobre toda la creación, como veremos.

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