PIEDRAS VIVAS
CLE02 11
Yahweh vs Faraón
04 - El Segundo Grupo De Plagas
Ya dije que las plagas pueden dividirse de varias formas. Hemos estudiado las plagas de advertencia, las tres primeras, ahora veremos las siguientes tres. Estas forman un grupo que afecta únicamente al mundo pero protege a los salvos, y también son advertencias y oportunidades para arrepentimiento, pero son más graves y dolorosas que las tres primeras. Aquellas exponían las partes del mundo que debían ser juzgadas; éstas comienzan el juicio con una aplicación parcial de la sentencia. Muestran que estas cosas deben y serán condenadas, pero aún dan al mundo la oportunidad de despertar y aceptar la salvación que Yahweh provee a través de Mashíaj.
La Cuarta Plaga: Los Tábanos
Y Yahweh le dijo a Mosheh: "Temprano en la mañana preséntate al Faraón, cuando venga al agua, y dile: "Así dice Yahweh: Deja ir a mi pueblo para que me adoren. Porque si no dejas ir a mi pueblo, soltaré enjambres de insectos contra ti, tus cortesanos y tu gente y tus casas; las casas de los mitsritas, y el mismo suelo en el que se paran, se llenará de enjambres de insectos. (Pero en ese día pondré aparte la región de Goshen, donde habita mi pueblo, de modo que no habrá allí ningún enjambre de insectos, para que sepas que yo, Yahweh, estoy en medio de la tierra. Y haré distinción entre mi pueblo y tu pueblo. Mañana ocurrirá esta señal". Shemot 8:20-23
En el sexto conflicto entre Elohim y Faraón, Elohim mandó sobre Faraón y sobre todos los egipcios enjambres de insectos. La palabra "arob" (H6157) es una palabra de significado dudoso. Puede relacionarse con la palabra asiria urubatu, que significa "insectos variados, nocivos". Los traductores de la LXX, que vivían ellos mismos en Egipto, la interpretaron como tábano, no como una simple mosca. Este insecto, grande y venenoso, es descrito por autores antiguos y modernos como una plaga terrible, porque cuando se enfurece con frecuencia se prende del cuerpo humano, particularmente de los bordes de los párpados. Esto explica, parcialmente, por qué son tan comunes las enfermedades oculares en Egipto.
Estos tábanos cayeron como enjambres sobre Faraón, su pueblo y sus siervos. Todas las casas de los egipcios estaban llenas de enjambres de tábanos.
Y así lo hizo Yahweh. Espesos enjambres de insectos invadieron el palacio del Faraón y las casas de sus cortesanos; por todo el país de Mitsráyim la tierra quedó arruinada por causa de los enjambres de insectos. Shemot 8:24
Esta plaga es muy similar a la anterior, aunque agravada. Los tábanos son muy peores a los jejenes, y el ataque de enjambres puede llegar a matar, si pensamos en enjambres que pueden cubrir a una persona de picaduras.
"Y haré distinción entre mi pueblo y tu pueblo". Aquí comienza otra división de las plagas: de aquí en adelante, sólo afectarán a los egipcios, simbolizando en ese sentido las 7 plagas finales, las Copas de la Ira. Los jejenes de la plaga anterior picaban y producían hinchazones dolorosas, pero las de los tábanos eran mucho peores. Pero el pueblo escogido es guardado en medio de los grandes juicios del Eterno, porque la diferencia entre Shemot y Hitgalut es que uno es la presentación de los cargos y la "simulación" (la sombra), y el otro será la realidad concreta de las mismas. EN EL PRIMERO, EL PUEBLO NO ESTABA SIENDO JUZGADO PORQUE YA HABÍA PAGADO SUS DEUDAS EN LOS 400 AÑOS DE ESCLAVITUD, PERO EN HITGALUT, TODO EL MUNDO SERÁ JUZGADO.
Sabemos, por las señales, que estamos en los últimos tiempos. Ya han empezado los dolores de parto para el nacimiento del siglo venidero con falsos predicadores "ungidos", guerras, terrorismo, hambre, plagas, señales en los cielos, terremotos y grandes olas del mar. El aire está plagado de tábanos, y el aire es el reino del príncipe de este mundo. Estos tábanos representan toda la corrupción del mundo afectando la vida humana, no sólo física sino también mental y espiritualmente.
Entonces el Faraón convocó a Mosheh y Aharón y les dijo: "Vayan y sacrifiquen a su Elohim dentro del país". Pero Mosheh respondió: "No estaría bien hacer eso, porque lo que nosotros le sacrificamos a Yahweh nuestro Elohim es aborrecible para los mitsritas. Si sacrificamos lo que es aborrecible para los mitsritas a su propia vista, ¿no nos apedrearían? Así que debemos ir a una distancia de tres días por el desierto y sacrificarle a Yahweh nuestro Elohim como Él nos ordene". El Faraón dijo: "Los dejaré ir a sacrificarle a Yahweh su Elohim en el desierto; pero no vayan muy lejos. Intercedan entonces por mí". Y Mosheh dijo: "Cuando salga de su presencia, intercederé ante Yahweh para que los enjambres de insectos se aparten mañana del Faraón y de sus cortesanos y de su gente; pero no actúe otra vez el Faraón con engaño, negándose a dejar ir al pueblo para sacrificarle a Yahweh". Así que Mosheh salió de delante del Faraón e intercedió ante Yahweh. Y Yahweh hizo como le pidió Mosheh: Quitó los enjambres de insectos del Faraón, de sus cortesanos, y de su gente; no quedó ni uno. Pero el Faraón se puso obstinado también esta vez, y no dejó ir al pueblo. Shemot 8:25-32
Esa es la verdadera actitud de un hombre de fe. La maldad siempre presentará algún compromiso. Escucharla significa permanecer esclavo. La única salida hacia la libertad es dejar la tierra malvada; el ir acompañado de las mujeres y los niños; y llevarse todas las pertenencias también. Aquí es donde esa actitud se asume: que los hombres dejen la servidumbre, y encuentren la libertad, que es el propósito de Elohim para ellos.
Moshe se rehusó diciendo que sacrificar en Egipto sería como matar un cerdo en una mezquita musulmana, o matar a una vaca en un templo hindú, en el sentido de que los egipcios considerarían al sacrificio o al animal sagrado como blasfemia. Moshe explica a Faraón que Yisrael no ofrecería sacrificio en Egipto porque el sacrificio de los hebreos sería así una "abominación para los egipcios".
A causa de que los egipcios rendían culto a las ovejas, todos los pastores (los cuales crían ovejas para sacrificarlas) resultaban ser una abominación para los egipcios:
Así que cuando el Faraón los llame y les pregunte cuál es su ocupación, le responderán: "Sus servidores han sido criadores de ganado desde el principio hasta ahora, tanto nosotros como nuestro padre" –para que se puedan quedar en la región de Goshen. Porque los mitsritas aborrecen a todos los pastores". Bereshit 46:33-34
El "Directorio de Antiguos Dioses Egipcios" registra lo siguiente sobre el dios-oveja:
"Khnum (Jnum): Es uno de los cuatro principales dioses creadores de los egipcios, los otros son Amon-Ra, Atum y Ptah. A Khnum se le mostraba como a un alfarero que moldeaba dioses, seres humanos y animales de arcilla en su torno de barro, y luego insuflaba vida en ellos. A él normalmente se le pintaba como a un hombre con la cabeza de carnero, símbolo de su poder creativo masculino y animal sagrado. Se creía que Khnum controlaba la subida de las aguas del Nilo, un fenómeno anual crucial para la fertilidad de la tierra y la vida".
Este es el dios-carnero de Egipto, que ya vimos fue juzgado en la plaga de la sangre. Que los yisraelitas sacrificasen ovejas a Yahweh sería una ofensa a su culto.
"Los dejaré ir a sacrificarle a Yahweh su Elohim en el desierto...". Esta era una promesa muy clara, y una que Faraón no mantuvo. No podemos decir si Faraón deliberadamente mintió a Moshe o simplemente cambió de parecer una vez que la plaga de moscas se había ido. Muchas personas se vuelven a Elohim en un tiempo de calamidad, y cuando las cosas se ponen mejor, ellos casi inmediatamente cambian su corazón de nuevo endureciéndolo hacia Elohim.
Lamentablemente, esto lo hacen tanto incrédulos como creyentes. Faraón no fue un ejemplo inusual de la humanidad; él fue como muchos o la mayoría de la gente, modernos o antiguos.
Por medio de la exposición producida por las cuatro primeras plagas, vemos la sangre, las ranas, los piojos, y las tábanos. ¡Qué cuadro tan detallado del vivir del hombre caído en el mundo! No obstante, la gente en el mundo actual no se da cuenta de la verdadera situación de su vida en el mundo. Para que ellos se den cuenta de esto, Elohim debe venir y exponerla completamente a ellos, así como lo hizo con los egipcios por medio de las plagas.
La Quinta Plaga: El Ganado
La siguiente plaga fue una pestilencia que cayó sobre el ganado de los egipcios. Es probable que esta pestilencia fuera causada por gérmenes esparcidos por los enjambres de tábanos y jejenes, e inclusive por la contaminación y corrupción causada por los montones de ranas muertas.
Yahweh le dijo a Mosheh: Ve al Faraón y dile: "Así dice Yahweh, el Elohim de los hebreos: Deja ir a mi pueblo para que me adore. Porque si rehúsas dejarlos ir, y continúas reteniéndolos, entonces la mano de Yahweh golpeará tu crianza de animales en los campos –los caballos, los asnos, los camellos, el ganado, y las ovejas– con una plaga gravísima. Pero Yahweh hará una distinción entre los animales de Yisrael y los animales de los mitsritas, de manera que no morirá nada de lo que le pertenece a los yisraelitas. Yahweh ha fijado el tiempo: mañana Yahweh hará esto en la tierra". Y Yahweh lo hizo así al día siguiente: todos los animales de crianza de los mitsritas murieron, pero de los animales de los yisraelitas ni una bestia murió. Cuando el Faraón indagó, encontró que ni una sola cabeza de ganado de los yisraelitas había muerto; sin embargo el Faraón siguió obstinado, y no dejó ir al pueblo. Shemot 9:1-7
En misericordia, Elohim le dijo a Moshe que diera otra advertencia, para que Faraón tuviera la oportunidad de arrepentirse: "Deja ir a mi pueblo, para que me sirva". En esta petición Yahweh afirmaba dos cosas: 1) El pueblo de Yisrael le pertenecía a Elohim, no a Faraón. Y 2) Era claro que Elohim quería que Faraón dejara ir a los hijos de Yisrael por el bien de Yahweh mismo, siendo el bien de los hijos de Yisrael un asunto secundario, derivado directamente del bien de Yahweh.
Es decir, Faraón era el responsable de tratar bien a Yisrael por el bien de Elohim, no tanto por el bien de Yisrael. Yisrael había sido colocado en sus manos justamente para pagar sus deudas, pero Faraón había ido más allá del castigo permitido. Sin embargo, el pueblo de Yisrael era propiedad de Yahweh, de manera que maltratarlo más allá de lo permitido era actuar sobre la propiedad de Yahweh. Además de ser usado como sombra del juicio del mundo, Faraón también sería juzgado por sus propias acciones y las de sus antepasados.
En este sentido, y de la misma manera, nosotros debemos de tratar a los demás de buena manera, no solamente por el bien de nuestros hermanos o hermanas, sino también por el bien del Adón. Se lo debemos a Él mucho más de lo que se lo debemos a los demás. Si hacemos un bien a un hermano o hermana, a Él se lo hacemos:
'El que los recibe a ustedes, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió". MattiYah 10:40
¿Cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y fuimos a verte?". Y en respuesta el Rey les dirá: "En verdad les digo que en cuanto lo hicieron a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí me lo hicieron". MattiYah 25:38-40
El que es generoso con el pobre le presta a Yahweh; él le pagará a su debido tiempo. Mishlei 19:17
Debemos tratar a los demás como si estuviéramos tratando con el propio Creador, porque como dice Shaúl: "No olviden la hospitalidad, que por ésta algunos hospedaron malajim sin saberlo" Ivrim 13:2. Lo que hacemos por los demás lo hacemos a Él, y eso siempre nos será pagado. Abstenernos de hacer el bien o directamente hacer el mal también será cobrado. Él busca adoradores que lo adoren en Ruaj y en verdad, que lo representen como lo que Él es, y tratar a los demás exactamente como a nosotros mismos es representarlo en fidelidad.
Hasta aquí las plagas habían sido dirigidas contra los egipcios mismos y no contra sus propiedades. Las propiedades pueden haber sufrido algo durante las plagas precedentes, pero fueron consecuencias de las mismas. Además, las diversas aflicciones sólo habían causado alguna molestia y dolor. Pero ahora las propiedades iban a ser afectadas. Estaba por verse si Faraón quedaría más impresionado por las calamidades que empobrecieran a sus súbditos que por las que sólo les causaran sufrimiento personal. Teniendo esto en cuenta, la mano de Elohim hirió todos sus animales domésticos.
Según Vayikra 11, los caballos, asnos y camellos son animales impuros. Podían ser usados para el transporte, pero no como alimento. No obstante, las vacas y las ovejas eran consideradas limpias y buenas para la comida de los hijos de Yisrael. Para Yahweh, por tanto, los animales que padecieron la plaga era de dos categorías: los que se usaban para el transporte y los que se usaban para la comida. Elohim juzgó tanto al transporte como la comida en Mitzrayim.
Una vez más vemos que Elohim juzgó a los egipcios de una manera muy fina, destruyendo sus medios de vida uno por uno. Los egipcios dependían del Nilo, pero el Nilo fue juzgado. Ellos dependían de la tierra y del aire, pero la tierra y el aire también fueron juzgados. Además, los egipcios dependían de su ganado para el transporte y la comida, pero en la quinta plaga, aún el ganado fue juzgado. Veremos que después también sus cultivos caerían.
Como en la mayoría de las sociedades paganas, los bueyes tuvieron una fuerte relación con las deidades en Egipto. Apis, el dios toro, era la personificación viviente del dios creador Ptah. Los dioses creadores Atum y Re, unidos en una deidad única, estaban representados por el toro negro Mnevis o Merur de Heliópolis. Nut y Neith eran representadas como la gran vaca celestial que dio nacimiento al cosmos y a otras deidades. Mehet-Weret (Meheturet, Mehetueret, Mehurt, Mehetweret o Mehurit), otra diosa asociada con la creación, era representada como una vaca.
Las diosas madres Hathor y Hesat eran representadas con la forma de una vaca, y fueron invocadas como protectoras del ganado –una plegaria que ahora nada valía en la faz del poder del Elohim Verdadero.
Los dioses carneros figuran prominentemente en el panteón egipcio: Banebdejedet, la primitiva Heryshaf, y el dios del Nilo Khnum. Aún el dios supremo Amon era simbolizado por un carnero con cuernos curvos.
La declaración de que "todo el ganado de Egipto murió" (9:6) debe significar que la vasta mayoría de sus animales murió, ya que el ganado aún estaba vivo en los pasukim 19-21 y había caballos en 14:7-9. Aún así, podemos imaginarnos que esto fue un grave ataque a la economía y fuerza militar de Egipto. Una vez más, Yahweh protege a los israelitas, como Faraón descubre. Pero aún así se rehúsa a permitir que el pueblo de Yisrael se vaya.
Ya que el ganado no era pecaminoso, la gente puede preguntarse por qué fue juzgado por Elohim. Según Bereshit 3, la tierra fue involucrada con el pecado de Adam, aún cuando la tierra misma no era pecaminosa. Después del pecado de Adam, la tierra cayó en maldición:
A Adam le dijo: "Como hiciste lo que te dijo tu esposa y comiste del árbol del que te ordené que no comieras, el suelo queda degradado por tu culpa; con duro trabajo comerás de él todos los días de tu vida: espinos y abrojos te producirá. Pero tu alimento serán las plantas del campo..." Bereshit 3:17-18
Por tanto, la caída de Adam involucró a toda la tierra. En el mismo principio, el ganado de los egipcios fue juzgado, no porque fuera pecaminoso, sino porque estaba involucrado en el pecado de Faraón y los egipcios. Ya que este ganado pertenecía a los egipcios, estaba involucrado en el pecado de los egipcios. Este principio lo vamos a ver aplicado muchas veces en las Escrituras. Muchas veces Yahweh ha sido acusado de vengativo y cruel porque ordenaba a su pueblo a matar no sólo a los hombres de un lugar, sino también mujeres, niños y hasta ganado, pero ahora estamos comenzando a comprender el principio legal del asunto. El juicio justo de Elohim también se aplica a las repercusiones de una situación pecaminosa. La familia y el ganado son parte de la responsabilidad del hombre como cabeza, y en ese sentido, reciben los mismos males o bienes que él. Por estar relacionado con Faraón y servirle a él, el ganado en Mitzrayim fue sometido al juicio justo de Elohim sobre Faraón. De la misma manera que permitió a haSatán tocar los bienes y los hijos de Iyov, Yahweh también ejerció Su derecho de hacer lo mismo con Faraón.
Este principio se aplica hoy en día. Si amamos a Elohim y le servimos bajo Su bendición, todo lo que se relaciona con nosotros también será bendecido. Todas nuestras cosas están bajo nuestra cabeza. Aún en el caso de una viuda o de una esposa con marido incrédulo, hay ciertas cosas que son colocadas bajo su "cabeza", no para control como si fuera cabeza de hombre, sino para protección, como cuando Shaúl explica:
Porque el esposo no creyente se santifica mediante la esposa, y la esposa no creyente mediante el creyente. De otra manera sus hijos serían impuros, pero ahora son santos. Qorintiyim Alef 7:14
Aún cosas como animales o posesiones materiales serán bendecidas. Si amamos a Elohim, aún todo lo que nos rodea será bendecido. Nuestros parientes, amigos y vecinos estarán involucrados positivamente en la bendición que reposa sobre nosotros, pero mucho más importante, nuestros hermanos y hermanas en la Novia. Bajo la justicia de Elohim, nosotros los que amamos a Elohim llegamos a ser un factor de bendición para los demás, aún para la sociedad en conjunto. Podemos ver el ejemplo de Yósef sin ir más lejos. Los que no conocen a Elohim pueden disfrutar de los beneficios de esta bendición, por eso es necesario que mostremos nuestras obras al mundo. No palabras, no predicaciones, sino FRUTOS, ministrarles al Padre y al Hijo en nuestras vidas. Pero si no nos ven en las acciones, no verán a Yahshua. En este sentido lo representamos, lo que hagamos a otros, lo hacemos a Él, por Él, para Él y a través de Él.
En el caso de Faraón y de los egipcios, vemos que el ganado fue implicado en su situación negativa. Cuanto más no serán implicados los ganados del actual sistema, todos modificados genéticamente, rellenados de antibióticos, alimentados con transgénicos y demás. Todas estas cosas están bajo el control y la mano de los hombres que sirven a haSatán como su cabeza, y todos estos animales serán destruidos en el juicio de sus "criadores". Esta situación provocó pérdidas y hambre en la tierra.
Por el bien de Su pueblo, Elohim todavía se preocupa por él, a fin de que éste cumpla Su deseo de tener una morada en la tierra. Hemos visto que en la plaga de los tábanos, Elohim puso una redención entre Su pueblo y el pueblo de Faraón. Del mismo modo, en la plaga gravísima sobre el ganado, 9:4 afirma nuevamente: "Y Yahweh hará separación entre los ganados de Yisrael y los de Mitzrayim, de modo que nada muera de todo lo de los hijos de Yisrael". Según el pasuk 6, no pereció ningún ganado de los hijos de Yisrael. Los mensajeros mandados por Faraón vieron que ninguno de su ganado había muerto (pasuk 7).
Debido a los impedimentos causados por la gente del mundo al pueblo de Elohim en cuanto a cumplir con Su propósito, Elohim vino y juzgó la manera de vivir en Mitzrayim. Ni siquiera los hijos de Yisrael entendieron la verdadera naturaleza de la vida egipcia. Ellos también necesitaban una revelación de la naturaleza, del vivir y del resultado de la vida en Mitzrayim. Cuanto más eran juzgados los egipcios, más los hijos de Yisrael eran iluminados en cuanto al vivir de Mitzrayim. Por lo tanto, Elohim usó las plagas para cumplir dos cosas: castigar a los egipcios para que liberasen a Su pueblo y abrir los ojos de los hijos de Yisrael en cuanto a la naturaleza de la vida de usurpación en Mitzrayim. Finalmente comprendieron que todas las cosas de este mundo y su sistema están bajo condenación, y que serán destruidas. La iluminación que recibieron por medio de las plagas hizo que estuviesen dispuestos a huir de Mitzrayim y a entrar en el desierto donde pudieron recibir, en el monte de Elohim, la revelación de Elohim acerca de Su morada.
La Sexta Plaga: Las Úlceras
La sexta plaga, al igual que la tercera, vino sin anuncio previo, aunque el milagro había de ser efectuado en presencia del rey. Quizá esto ocurrió cuando él estaba yendo hacia el río para los ritos diarios que allí realizaba – (caps. 7: 15; 8: 20).
La idea detrás de la palabra hebrea para sarpullido es SHEJÍN (H7822), que significa "quemar". También ha sido traducida como sarpullido, aunque en este sentido parece mejor realmente úlceras. No piensen que se trata de una úlcera estomacal o algo así, las úlceras son llagas, son lesiones abiertas de la piel o mucosas. Quizá un "absceso" o un "forúnculo que se abría formando ampollas". Da la idea de una hinchazón, inflamación de la piel. Este sarpullido doloroso y úlceras afectaron a personas y animales. No es clara la naturaleza exacta de esta enfermedad.
Algunos han pensado que se trata de los así llamados forúnculos del Nilo, de los cuales sufría mucho el pueblo de Egipto hacia el fin de la inundación anual y que provocaba una picazón casi insoportable. Puesto que esta dolencia es común en Egipto, difícilmente podría haber sido considerada como sobrenatural a menos que se presentara con una gravedad sin precedentes. Algunos han pensado que la plaga fue viruela o una enfermedad de la piel similar a la lepra.
Entonces Yahweh les dijo a Mosheh y Aharón: "Cada uno de ustedes tome un puñado de hollín del horno, y que Mosheh lo lance hacia el cielo a la vista del Faraón. Se convertirá en un fino polvo por sobre toda la tierra de Mitsráyim, y causará una inflamación que reventará en ampollas sobre hombres y bestias por toda la tierra de Mitsráyim". Así que ellos tomaron el hollín y comparecieron ante el Faraón; Mosheh lo lanzó hacia el cielo, y causó una inflamación que reventó en ampollas sobre hombres y bestias. Los magos fueron incapaces de confrontar a Mosheh a causa de la inflamación, porque la inflamación afectó a los magos tanto como a todos los demás mitsritas. Pero Yahweh endureció el corazón del Faraón, y no les hizo caso, tal como Yahweh le había dicho a Mosheh. Shemot 9:8-12
Las cenizas son lo que queda después de que algo es quemado. Al final de la quinta plaga, casi todos los recursos de Mitzrayim habían sido juzgados; el agua, la tierra, el aire y el ganado. No obstante, las cenizas, lo que quedaba de las cosas quemadas, todavía debían ser atacadas. Esto indica que todo lo que queda de nuestra vida humana caída debe recibir la disciplina de Elohim. Hasta las cenizas de lo que produce Mitzrayim (hasta cuando creemos que ha sido completamente destruido) pueden aún provocar dolor y heridas. Podemos pensar que cierta cosa ha sido totalmente acabada. Puede realmente que creamos que la hemos encerrado, que fue acabada, pero quedan todavía algunas cenizas, algún restante. Y esas cenizas, lanzadas al cielo (el ámbito del príncipe de este mundo), provocan graves y dolorosas heridas.
En cierto sentido, lo restante es peor que la cosa misma, ya que puede provocar úlceras. El resto de algo que alguien hizo o tuvo alguna vez puede causar daños graves. Por lo tanto, Elohim no sólo disciplina las cosas mismas, sino lo que queda de estas cosas. Al esparcir las cenizas del horno en el aire, las cenizas quedaron expuestas.
Después de que Elohim había juzgado el agua, la tierra, el polvo y el aire parecía que no quedaba nada de los recursos para el sustento egipcio. Aún los animales usados para el transporte fueron matados. Pero todavía había cenizas que quedaban de las cosas que fueron atacadas y quemadas. Elohim no podía tolerar ni siquiera las cenizas. Esto indica cuan finos y completos eran el juicio de Elohim y Su manera de exponer, y también muestra que Elohim hizo un buen trabajo al educar a Su pueblo a conocer la verdadera naturaleza de la vida en este mundo, la cual está en contra de Su edificación. El aspecto educacional del juicio de Elohim sobre Mitzrayim fue verdaderamente muy fino.
Las cenizas generalmente no contienen ningún germen, porque todos los gérmenes han sido quemados. Pero las cenizas esparcidas en el aire por Moshe y Aharón estaban llenas de gérmenes porque se convirtieron en polvo que provocó úlceras. Tal vez piensen que sus antiguas prácticas pecaminosas han sido totalmente terminadas y que lo restante son cenizas limpias, cenizas que no contienen ningún germen. Pero Elohim no está satisfecho con esto. Por tanto, Él viene y juzga el resto de las cosas pecaminosas. No imaginemos que en nuestra vida personal no queda nada que juzgar después de que los pecados hayan sido juzgados. Por el contrario, todavía quedan muchas cosas en nuestro interior, o Shaúl no diría que aún "golpeo mi cuerpo y lo someto a esclavitud". Si nuestro viejo hombre no estuviera aún "vivo" y moviéndose, TODOS SERÍAMOS PERFECTOS YA HOY. El hecho de que no lo somos debería bastar para entender que aún cuando todos los pecados han sido perdonados, debemos trabajar sobre ellos ELIMINÁNDOLOS UNO POR UNO, es decir, llevándolos al madero con la ayuda del Ruaj a medida que nos los muestra, para dejar espacio al Mashíaj que debemos hacer crecer en nuestro interior. Aún lo que pueda parecer, a nuestros ojos, cenizas, aún tiene el poder de producir llagas dolorosas.
No nos jactemos de la manera en que hemos "terminado" con nuestros pecados pasados o prácticas mundanas. En lo profundo de nuestro ser, todos tenemos aún cenizas. Por ejemplo, un hermano puede haber sido un músico extraordinario o un gran amante de la música mundana antes de ser creyente. Él puede pensar que su amor por la música mundana ha sido terminado, porque realmente ha dejado de escucharla. Quizá haya dejado esa práctica de lado, pero las cenizas no han sido terminadas. Ciertamente él no puede decir que la música HA DEJADO DE GUSTARLE. Su carne aún se siente atraída por ella, aunque haya dejado de escucharla. Eso es someter al cuerpo, una tarea que debemos realizar hasta que seamos perfeccionados en Su venida.
El verdadero significado de esta plaga es que indica lo fino y lo completo que era el juicio de Elohim, aún al aniquilar el resto de las cosas quemadas, y también lo extensa y profunda que era y es la educación de Elohim para con Su pueblo. Debemos quedar profundamente impresionados por el hecho de que aún los restos de las cosas pecaminosas deben ser juzgados. Muchos creen que todo ha sido pagado por Mashíaj, Y ESO ES VERDAD. Con todo, todavía debemos apropiarnos de ese hecho y aplicarlo a nuestras vidas. No alcanza recibir un regalo. Si no lo abrimos y no lo usamos, seguirá en su caja, un talento enterrado. Esta es la forma de hacer crecer a Mashíaj. Recibimos su ruaj en semilla, y debemos hacerlo crecer, con oración y con trabajo. El duro labrado de nuestro interior produce frutos porque elimina hasta las cenizas. A los ojos de Elohim, en Mitzrayim no hay nada bueno. Todo lo relacionado con el vivir egipcio, con el vivir del mundo, debe ser expuesto y juzgado totalmente. Y eso también incluye nuestra carne, que es mundana. Que Elohim exponga cada aspecto del vivir del mundo y de nuestra carne, para que entreguemos hasta las cenizas.
La plaga de las úlceras afectó a los egipcios, pero no a los hijos de Yisrael. En la simbología corporativa (que es diferente de la individual, en la cual nos aplicamos todas las sombras), estas cenizas que producen llagas son símbolo de la corrupción tanto física como espiritual que produce el sistema. Tanto la plaga anterior como ésta hablan de enfermedad y pestilencia, de epidemias que afectan a todos. Aunque podemos llegar a comprender una epidemia física al ver sus síntomas, la mayoría no tiene conciencia de la epidemia espiritual satánica que afecta al mundo. Todo lo que proviene del mundo produce cosas mundanas y demoníacas, hasta sus cenizas. Y el mundo es el que ha estado ocupándose de nosotros en todos los aspectos, produciendo nuestros alimentos, nuestros "remedios" y demás cosas, con las cuales en verdad la raza descendiente de los nefilim ha estado tratado de "terraformar" al hombre, modificando nuestros cuerpos físicos para hacerlos más adecuados a su supervivencia.
Todas las referencias a posesiones demoníacas (inclusive las registradas por el mundo) indican que ese estado deteriora gravemente la salud de los poseídos. También las Escrituras mencionan el hecho de que los malos espíritus siempre intentan destruir al cuerpo del poseído, lo cual es hasta cierto punto ilógico, ya que al destruirlo, quedan sin "cuerpo", sin casa. Sin embargo, debemos comprender que eso sucede así porque provocan una reacción de rechazo interna, una lucha que se manifiesta de forma física. La presencia de demonios en el interior de una persona corroe su cuerpo no sólo en lo espiritual, sino también en lo físico, provocando dolor y deterioro.
Apenas salió él de la barca, le salió enseguida al encuentro, de entre los sepulcros, un hombre con un espíritu inmundo... Continuamente, de día y de noche, andaba entre los sepulcros y por las montañas, gritando y golpeándose con piedras. Mordejai 5:2,5
Uno de la multitud le respondió: "Rabí, te traje a mi hijo porque tiene un espíritu mudo, y dondequiera que se apodera de él, lo derriba. Echa espumarajos y cruje los dientes, y se está consumiendo. Les hablé a tus discípulos para que lo expulsaran, pero no pudieron"... Y se lo trajeron; y cuando el espíritu lo vio, enseguida convulsionó al muchacho, quien cayó en tierra revolcándose y echando espumarajos. Mordejai 9:17-18,20
De manera que queda claro que los espíritus inmundos, los demonios, provocan reacciones negativas en las personas, que destruyen sus cuerpos y que acaban en su muerte. Pero también vemos que en las Escrituras las enfermedades y los endemoniados aparecen relacionados:
Al atardecer, cuando se puso el sol, le traían todos los enfermos y los endemoniados. Mordejai 1:32
Y aun de las ciudades alrededor de Yahrushalayim concurría la multitud trayendo a los enfermos y los atormentados por espíritus inmundos; y todos se sanaban. MaAseh Shelijim 5:16
Una vez estaba echando fuera un demonio que era mudo; y sucedió que, cuando salió el demonio, el mudo habló; y las muchedumbres quedaron asombradas. Luka 11:14
Y él sanó a muchos que padecían de diversas enfermedades y expulsó muchos demonios; y no dejaba hablar a los demonios, porque lo conocían. Mordejai 1:34
En las Escrituras, las enfermedades son consecuencia directa de nuestra desobediencia:
Si fallas en observar fielmente todos los términos de esta Torah que está escrita en este libro, para reverenciar este honorable y respetable Nombre, Yahweh tu Elohim, Yahweh te infligirá plagas extraordinarias a ti y a tu linaje, plagas extrañas y duraderas, enfermedades malignas y crónicas. Volverá a traer sobre ti todas las dolencias de Mitsráyim que tanto temías, y se te pegarán. Además, Yahweh traerá sobre ti todas las otras enfermedades y plagas que no se mencionan en este libro de la Torah, hasta que quedes eliminado. Deuteronomio 28:58-61
Cualquier parecido con la realidad actual NO ES COINCIDENCIA. Hemos pecado contra Él, hemos transgredido su Palabra, lo hemos ignorado y aún hoy continuamos haciéndolo al negarnos a salir del sistema, al insistir en que las cosas del sistema son prioritarias antes que las cosas del Eterno. De manera que no lloremos si hoy todas esas plagas y las que no estaban mencionadas en la Torah también nos han alcanzado y nos están destruyendo. Hemos confiado (y seguimos haciéndolo) en que Egipto es el único que puede satisfacernos y resolver el problema del hambre, cubrir nuestras necesidades, hemos aceptado esclavizarnos y servir a Faraón, y edificar su Gran Bavel en lugar de aceptar salir al desierto y levantar la Casa de Yahweh. De manera que hoy es justo que suframos lo que los descendientes de los nefilim nos dan: contaminación ambiental de metales pesados y nanotecnología, contaminación alimentaria, vacunas, remedios que no curan sino que enferman: TERRAFORMACIÓN. Eso altera nuestro interior y nos convierte en mejores "vasos" para contenerlos, y esto es un castigo permitido por Yahweh. Esta alteración física no sólo nos enferma, sino que modifica nuestras respuestas emocionales y espirituales. Somos laboratorios químicos ambulantes, y modificar químicamente nuestro interior altera también las reacciones químicas: nuestras emociones y pensamientos. Por ejemplo, una depresión siempre estuvo asociada a un mal momento, una pérdida, un problema, etc. Sin embargo, también puede ser causada por una alteración grave en el consumo de azúcar, y ya sabemos cómo el azúcar y la sal aparecen en todos nuestros alimentos (aún en los salados) y en qué cantidades superiores al uso mínimo.
La plaga de la pestilencia del ganado y la de las úlceras, ambas enfermedades, afectaron únicamente a los egipcios en Shemot. Sin embargo, en la actualidad todos en el mundo las padecemos, porque los creyentes continúan en Mitzrayim. Estamos en la etapa de la expansión, de "llevar la bendición a todas las familias de la tierra", por lo tanto, en ese aspecto estamos todos en el mundo, pero también ha llegado el momento de ser reunidos y sacados, corporativamente hablando, y para salvación del mundo también, no sólo de un grupo esta vez. La primera vez era necesario sacar a Yisrael porque esa planta debía producir aún su fruto, Mashíaj. Pero ahora ya somos los muchos frutos, las muchas plantas de la misma especie. El mundo es hoy un campo pronto para la cosecha, es en este sentido que decimos que estamos en el mundo. En la representación de las sombras, Egipto era el mundo, pero era un lugar físico específico. Hoy el mundo (el mundo satánico, la Gran Bavel), ha crecido hasta ocuparlo todo, y nosotros estamos en su interior. El desierto es el lugar adonde el Ruaj nos conduce para prepararnos, disciplinarnos, quebrantarnos y hacer crecer a Mashíaj. Pero para los últimos tiempos no tenemos una sombra en maqueta, en tamaño pequeño, representada por un país. El mundo es completo. El desierto no es un lugar, ES UNA CONDICIÓN ESPIRITUAL. El camino que cada uno haya recorrido INDIVIDUALMENTE en el desierto se prueba por sus frutos, se ve EN QUÉ PUNTO CADA INDIVIDUO ESTÁ.
Cuando recibimos la salvación, YA ESTÁBAMOS EN EL MUNDO. En verdad, nacimos dentro del sistema, dentro del peor de los sistemas babilónicos de la historia, nosotros que estamos en los últimos tiempos. El plan de control del mundo completo no es fácil de ser resistido, y hemos demorado varios siglos desde que comenzó a ser implementado, hasta comenzar a descubrirlo, y en cierto sentido es tarde PORQUE YA ESTAMOS ADENTRO, como dije, nacimos dentro. Sin embargo, sabemos que para Él nada es imposible, y que volverá a sacarnos. Ya he dicho que corporativamente, la experiencia de la Novia es que está en el desierto, en cuanto a en qué "estadio" del plan se encuentra; estamos a las puertas de entrar en la Tierra Prometida, de manera que estamos en el desierto si es que hemos sido salvos. Y aún estamos en el mundo porque es nuestra experiencia física y concreta (y porque en este juicio al mundo así debe ser para que se cumpla lo que está escrito), pero no debería ser nuestra experiencia espiritual. Sin embargo, a nivel individual, la mayoría está aún en Mitzrayim inclusive en su corazón.
Aún cuando muchos están despertando, la mayoría aún no ha comprendido la profundidad de lo que significa "pertenecer al sistema", o estar en Egipto. No se trata únicamente de una condición física, de vivir en una ciudad y depender de un trabajo, un sistema de transporte y un sistema alimenticio. Esto se solucionaría simplemente con irse a vivir al campo y producir el propio alimento. Pero por dentro estamos llenos de conceptos satánicos y creemos que la mayoría "son correctos". Vivimos completamente al revés y no nos damos cuenta. Cuanto antes profundicemos en estas cosas, más rápidamente saldremos espiritualmente de Mitzrayim y viviremos más en el desierto, aún cuando permanezcamos físicamente en el mundo. Por ahora.
"Los magos fueron incapaces de confrontar a Mosheh a causa de la inflamación...." Esta plaga probablemente estaba dirigida al dios egipcio Imhotep, quien se dice que era el dios de la medicina. Incluso aquellos pensaban estar más cerca de los dioses egipcios (los hechiceros de la corte) fueron golpeados con esta plaga.
Parece que hasta entonces los magos siempre pudieron estar presentes cuando se efectuaban los milagros, aunque a veces no habían podido falsificarlos. En esta ocasión la plaga cayó sobre ellos con tal gravedad que no pudieron siquiera comparecer en presencia del rey, sino que huyeron a sus hogares en procura de protección y tratamiento. Hemos señalado que algunos filósofos del mundo pueden enseñar cosas similares a lo que enseñamos al predicar la Besorah. Sin embargo, llega el momento en que estos "magos" actuales no pueden hacer nada. Los filósofos del mundo no pueden salvar a la gente de los tábanos, la pestilencia ni las úlceras. No pueden rescatar a nadie de la contaminación moral y espiritual. Sólo la salvación de Elohim puede liberar al pueblo de todas estas cosas. Tarde o temprano, aún los "magos" se encontrarán sin poder delante de la mano de Elohim, esto será completamente expuesto en las Trompetas y las Copas de Hitgalut.
A través de todos estos cuadros con todas las plagas, podemos ver la verdadera situación de nuestra vida humana caída. Ninguna otra porción de las Escrituras nos muestra un cuadro tan detallado de la vida mundana en oposición al edificio de Elohim. El mundo está en contra del edificio de Elohim, y el edificio de Elohim se opone al mundo. El pueblo escogido de Elohim es un factor crucial entre estas dos fuerzas opuestas. Si el pueblo de Elohim permanece en el mundo, Elohim no puede hacer nada. Pero si están dispuestos a ser rescatados del mundo para Elohim, Él puede llevar a cabo Su propósito en la tierra, es decir, tener Su morada. Por lo tanto, Elohim debe venir y aniquilar al mundo usurpador y educar a Su pueblo para que se de cuenta de lo que es el mundo, a fin de que abandonen al mundo y ya no permanezcan allí. Las diez plagas enseñaron a los hijos de Yisrael lo que es la verdadera naturaleza de Mitzrayim y lo que les usurpaba, los ocupaba y los poseía.
EL REGATEO SUTIL DE FARAÓN
Antes de que comencemos a considerar el conflicto final entre Elohim y Faraón, debemos considerar el regateo sutil de Faraón. Faraón no representa solamente a haSatán, sino también el yo y el hombre natural. Además, ya dijimos que también nuestros parientes y amigos también pueden ser un Faraón para nosotros hoy en día. No sólo esto, nuestra mente natural, voluntad y parte emotiva pueden ser un Faraón que se rebela en contra de Elohim o que regatea sutilmente con Él.
1. Las Exigencias De Yahweh
La exigencia de Elohim para con Faraón se menciona en 5:1. Según este pasuk, el Adón habló a Faraón por medio de Moshe y de Aharón: "Deja ir a Mi pueblo a celebrarme fiesta en el desierto". Además, Yahweh exigía que Su pueblo viajara tres días por el desierto para celebrarle fiesta (5:3). Este viaje de tres días no sólo representa una distancia importante, sino también la sepultura y la resurrección. En las Escrituras, el tercer día representa la resurrección. Él Adón Yahshua fue resucitado en el tercer día, y según Bereshit 1, la tierra seca, que tipifica a Mashiaj en resurrección, apareció al tercer día. Por lo tanto, el viaje de tres días aquí representa la sepultura y la resurrección. Él hombre natural debía ser sepultado para que el pueblo de Elohim pudiera ser levantado de la muerte e introducido en la resurrección. Él cruce del Mar de Juncos representaba el proceso de sepultura. Erróneamente se ha interpretado que los yisraelitas salieron al otro lado del Mar de Juncos ya en resurrección, pero no es exactamente así. A medida que las señales se repiten (el bautismo ya fue "representado" en el diluvio y el arca), las mismas se vuelven cada vez más completas y precisas; en Bereshit no se ve, pero aquí en Shemot ya podemos apreciar el proceso en sus tres fases: sepultura, muerte y resurrección. Ellos debían CAMINAR TRES DÍAS DENTRO DEL DESIERTO PARA CELEBRARLE FIESTA A YAHWEH, como está escrito. De manera que atravesar el mar fue el bautismo, es decir, la sepultura, pero el desierto representa los tres días de muerte (donde debe caer el viejo hombre), y finalmente, la entrada a la Tierra Prometida representa la resurrección. El viejo hombre con su carne no puede entrar en la Tierra Prometida, y por eso pasamos por el desierto.
A los ojos de Elohim y de haSatán, los hijos de Yisrael pasaron por la sepultura del Mar de Juncos y entraron en el desierto. Sin embargo, para ellos también ya estamos en resurrección. Como ya dijimos, en el plano espiritual las cosas que no son se ven como si ya fueran, si son cosas decretadas por Yahweh. Nosotros los que hemos sido llamados por Elohim y somos Su pueblo escogido, debemos pasar también por este proceso de sepultura, muerte y resurrección. Esto significa que debemos ser sepultados, viajar durante tres días en el desierto y ser resucitados. Esto sucederá literalmente en Su Segunda Venida. Por medio de este viaje, el pueblo de Elohim no sólo sale de Mitzrayim, sino que también atraviesa la muerte y entra en la resurrección en promesa, dentro de un nuevo entorno. Por eso los creyentes somos personas que estamos con un pie en cada mundo: en el mundo material estamos en promesa, aguardando el cumplimiento final de nuestras promesas, pero en el ámbito espiritual ya hemos sido resucitados: tenemos esas dos vidas en nuestro interior luchando entre sí.
Para el viejo hombre, el desierto representa un lugar de destrucción, porque es donde caerá; pero para el nuevo hombre, es el atravesar la muerte avanzando hacia la resurrección, y en ese sentido representa una esfera de separación. Cuando los hijos de Yisrael entraron en el desierto, fueron separados de todo lo que es egipcio, de todo lo que es mundano. Esta separación está relacionada con la sepultura, la muerte y la resurrección. Antes estábamos en Mitzrayim, es decir, en el mundo. Pero mediante la sepultura hemos salido del mundo y hemos entrado en el desierto, donde estamos separados para el Adón. Al disciplinar a Faraón, Elohim exigía esta separación para Su pueblo.
Sin embargo, la separación no era la meta final, sino únicamente un paso intermedio. La meta de Elohim era que los hijos de Yisrael le celebraran fiesta. Él deseaba que ellos estuvieran felices con Él en Su presencia. Celebrar una fiesta para Elohim consiste en disfrutar a Yahweh en Su presencia, una que no podemos alcanzar en Mitzrayim. Todo aquel que ha sido verdaderamente salvo ha experimentado tiempos de reboso de alegría en la presencia del Adón, y sin embargo, estos momentos no pasan de meras sombras de la verdadera alegría que alcanzaremos cuando seamos resucitados. Aún nosotros, que estamos en el final de los tiempos y ya hemos visto la realización de las sombras, continuamos en promesa, somos también sombras, no aún la realidad perfecta que seremos. Por eso el Padre pedía a sus hijos que guardaran Sus fiestas, como recordatorio de que Sus promesas son firmes, pero también para que obtengamos un adelanto del gozo de estar en Su presencia, como estaremos en la Tierra Prometida. Aunque celebrarle en la tierra es mucho más pleno, ÉL PRIMERO ESTABLECIÓ QUE SU PUEBLO LE CELEBRARA FIESTA EN EL DESIERTO.
Además, los hijos de Yisrael debían presentar un sacrificio al Adón. Según nuestra experiencia, cuando celebramos una fiesta al Adón, disfrutándole en Su presencia, nuestro corazón es profundamente tocado por el Adón Yahshua. Él se vuelve muy querido y precioso para nosotros, muy vívido, y sentimos un amor fresco por Él. Simplemente no encontramos las palabras para describir lo dulce que Él es para nosotros. Él toca lo profundo de nuestro ser, y respondemos agradeciendo al Padre por Su querido Hijo. Este es el significado de ofrecer un sacrificio a Elohim, presentar a Elohim el precioso Mashiaj como sacrificio. Cuando ofrecemos Mashiaj al Padre, el Padre está complacido, feliz y satisfecho con nosotros por medio de nuestro sacrificio de Mashiaj. Por lo tanto, la exigencia que hizo Elohim a Faraón era que dejara ir a Su pueblo tres días por el desierto para que ellos le celebraran una fiesta y le presentaran un sacrificio. Este es el deleite de la salvación de Elohim. ¿Quiénes son los que saldrán del desierto? AQUELLOS QUE TENGAN MASHÍAJ PARA OFRECER EN SUS SACRIFICIOS. Esto no habla de palabras o acciones, sino del Mashíaj que cada uno desenvuelva en su interior, para que el malaj de la muerte no tenga poder sobre nosotros y no pueda retenernos. Esforcémonos para hacerlo crecer y para no caer nosotros mismos en el desierto.
2. El Regateo De Faraón
Al principio, Faraón rechazó la exigencia de Elohim y dijo: "¿Quién es Yahweh, para que yo oiga Su voz y deje ir a Yisrael? Yo no conozco a Yahweh, ni tampoco dejaré ir a Yisrael" (5:2). HaSatán es sutil. El yo y el hombre natural también son sutiles. Además, también nuestra mente, voluntad, y emociones naturales, son sutiles. De hecho, todo lo natural es sutil. Así vemos que Faraón se encuentra en todas partes. Faraón no reconoce a Elohim e ignora Su exigencia de dejar ir a los hijos de Yisrael.
Yo no creo que Faraón en realidad ignorara que existía un Elohim como Yahweh. Al contrario, Faraón debe haber conocido la existencia de Yahweh, pero él la negaba a propósito. Con insolencia, preguntó por qué debía escuchar la palabra de Elohim, despreciándolo en su soberbia. En realidad, fue haSatán en Faraón el que negó a Elohim. HaSatán sabía muy bien quién era Yahweh. No obstante, obró en Faraón para negar a Elohim y para rehusar escucharlo. Esta fue la primera etapa del regateo sutil de Faraón.
Muchos salvos (y muchos incrédulos) regateaban con el Adón de esta manera cuando oyeron por primera vez la Besorah. En lo profundo de ellos mismos, se preguntaron: "¿Quién es Elohim? ¿Por qué debería escucharlo? ¿Por qué Él no me escucha a mí? ¿Por qué lo necesito a Él? Él es Aquel que me necesita". Muchos han razonado con Elohim de esta manera.
La respuesta de Elohim a este regateo sutil consiste en mandar una plaga. La persona tal vez argumente y exponga sus justificativas delante de Yahweh, pretenda "tomarse un tiempo para pensar" o cosas por el estilo, PERO ÉL ES EL QUE LLAMA Y LO HACE EN SUS TIEMPOS, y para el que no obedezca, sólo habrá pez, como para Yonah. En lugar de argumentar, Elohim manda alguna clase de plaga, desde una enfermedad hasta algún tipo de traba, contratiempo, presión, circunstancia negativa, que harán que la persona no tenga otra alternativa sino obedecer. Parece que esto altera nuestro libre albedrío, pero no es así en realidad. Todos hemos sido predestinados de antemano, como ya expliqué muchas veces, en cuanto a que Él estableció las condiciones que debían tener los que serían salvos, y no permitirá que ninguno de los que tienen estas características se pierda por su propia estupidez. Menos mal que no estamos librados a nosotros mismos, porque ni siquiera esa decisión conseguiríamos tomar sin Su ayuda.
Al mandar esta plaga, Elohim usa Su dedo, no Su Mano. Los magos egipcios reconocieron que una de las plagas fue provocada por el dedo de Elohim (8:19). Faraón argumentó con Elohim hasta que las plagas empezaron a llegar. No obstante, en cuanto se acababa cada plaga, Faraón volvía a argumentar con el Adón. Por lo tanto, Elohim mandó plaga tras plaga. Muy poca gente recibe la Besorah sin vacilar o sin pensarlo dos veces. Entonces, Elohim manda plaga tras plaga para acabar con esta clase de regateo.
Vemos la segunda etapa del regateo de Faraón cuando les dijo a Moshe y a Aharón: "Vayan y sacrifiquen a su Elohim dentro del país" (8:25). Aquí Faraón les decía que ellos podían presentar un sacrificio a su Elohim a condición de quedarse en el país de Mitzrayim. Ellos no necesitaban viajar por el desierto. Faraón reconoció que había un Elohim y que Su pueblo debía servirle y presentarle un sacrificio. Pero él no estaba dispuesto a que dejaran el país. Ellos podían presentar un sacrificio a Elohim, a condición de quedarse en Mitzrayim.
La respuesta de Moshe a esta propuesta sutil fue rechazarla argumentando que lo que ellos sacrificaran sería abominación a los egipcios, por lo que no convenía que permanecieran dentro de su tierra; debían ir al desierto. Lo que Elohim aceptara, los egipcios lo rechazarían. Por tanto, ellos no podían presentar un sacrificio a Elohim en Mitzrayim. Hoy también es exactamente lo mismo: TODA NUESTRA ADORACIÓN A YAHWEH EN MITZRAYIM ES ABOMINACIÓN A LOS EGIPCIOS DEL MUNDO. Todo lo que hacemos es criticado, censurado, reprochado, rechazado, resistido por la cultura en la que vivimos. ¿Y cómo podría ser de otra forma, si cuando intentamos adorar en Mitzrayim estamos desobedeciendo la orden directa de Yahweh de SALIR TRES DÍAS AL DESIERTO? Esto no quiere decir que nos subamos al auto y manejemos hasta llegar a alguna zona desierta para adorar. Esto significa que debemos SALIR DE MITZRAYIM EN NUESTRO INTERIOR (mañana seremos sacados físicamente), debemos quitar sus cosas de nuestros corazones y debemos caminar 3 días en el desierto, atravesar la muerte para ofrecer sacrificios NO EN NUESTRO VIEJO HOMBRE SINO EN NUESTRA NUEVA CRIATURA, MASHÍAJ EN NOSOTROS.
Pero Faraón endureció su corazón y rehusó escuchar a Moshe. Entonces Elohim mandó otra plaga. ¡Ciertamente haSatán y el hombre natural deberían ver cuán inútil es argumentar con Elohim! Él es grande, y Él tiene la manera de disciplinarnos. Cuando acabamos de argumentar con Elohim, Él simplemente usa Su dedo para disciplinarnos por medio de otra plaga.
En la tercera etapa de su regateo sutil, Faraón dijo: "Los dejaré ir a sacrificarle a Yahweh su Elohim en el desierto; pero no vayan muy lejos. Intercedan entonces por mí" (8:28). Si los hijos de Yisrael hubieran aceptado no ir muy lejos, Faraón los habría alcanzado cuando quisiese. A veces los Faraones de hoy nos permitirán creer en el Adón Yahshua, mientras no lleguemos a lo que ellos consideran ser un extremo. Nos alientan a ser equilibrados y a no ir muy lejos. Por ejemplo, los padres pueden decir a sus hijos: "Cuando yo era joven, yo también creía en Yahshua, pero tú eres demasiado extremista al seguir al Adón. No necesitas ir a las reuniones varias veces por semana. ¿Acaso una hora el domingo por la mañana no es suficiente? Está bien creer en Yahshua, pero no seas fanático". Ellos no quieren que nos alejemos los 3 días completos que Yahweh requiere, porque temen perder sus hijos. Ellos temen que ellos se transformen en alguna otra cosa si completan el proceso de atravesar la muerte, y de hecho es así, pero es un cambio beneficioso, PORQUE VIENE DEL PADRE A TRAVÉS DEL HIJO. Pero Faraón siempre argumentará que no seamos "fanáticos", "radicales" o "fundamentalistas" (algo que él es en su postura de oposición a Yahweh, aunque muchas veces la gente no se dé cuenta). La carne debe morir, el viejo hombre debe caer en el desierto, y no debemos oponernos a la Mano Fuerte de Yahweh que está determinada a llevar a Sus Hijos a la Tierra Prometida, no sea cosa que, como dijo el sabio Gamaliel (maestro de Shaúl), "sean encontrados luchando contra Elohim" (MaAseh Shlijim 5:39, leer desde el pasuk 35). Este relatado en MaAseh Shelijim es un claro ejemplo de cómo la gente puede tornarse un Faraón y ser piedra de tropiezo para muchos, como los fariseos los han sido y continúan siéndolo en la actualidad.
Cuanto más nos oponemos o argumentamos con Yahweh, Él envía otra plaga. Él hace lo mismo con los Faraones de hoy. Cuando el hombre natural se esfuerza en contra de Elohim, Él le manda una plaga.
Pero las plagas eran dolorosas, por no mencionar que exponían la impotencia e inutilidad de Faraón para enfrentarlas, de manera que él estuvo dispuesto a dejar que los hombres de Yisrael fueran a servir a su Elohim, pero sin los jóvenes ni los ancianos. Cuando Faraón preguntó quién iría a servir al Adón, Moshe contestó que irían todos (Shemot 10:9), pero Faraón se opuso:
Pero él les dijo: "¡Que Yahweh esté contigo si yo tengo intenciones de dejar ir a los niños contigo! Claramente, tienes malas intenciones". Shemot 10:10
Desde el punto de vista de Faraón, que los esclavos pretendieran salir con todas sus familias era un declaración de independencia (veremos que se agravará cuando además ellos aseguran que deberán llevar también su ganado). El ladrón siempre desconfía de la honestidad de los demás, de manera que los acusa de pretender escapar, y les niega una vez más la salida.
Ya que Faraón rehusó dejar ir a todos los hijos de Yisrael, cayó sobre los egipcios una plaga más grave, la de las langostas, que hizo que Faraón regateara una vez más con el Adón. Esta vez, él dijo que podían ir todos (iba cediendo pero sólo a los golpes), pero sin el ganado. Sin embargo, Moshe le contestó a Faraón de manera excelente:
Pero Mosheh dijo: "Usted debe proveernos sacrificios y ofrendas quemadas para ofrecer a Yahweh nuestro Elohim; nuestros animales irán también con nosotros –ni una pezuña se quedará atrás; porque de ellos tenemos que escoger para la adoración a Yahweh nuestro Elohim; y no sabremos con qué vamos a adorar a Yahweh hasta que lleguemos allá". Shemot 10:25-26
Moshe no dijo que el pueblo necesitaba vacas para su vivir; se necesitaba el ganado para proveer sacrificio al Adón. Esto indica que Moshe no estaba preocupado por el vivir del pueblo, sino por tener algo que ofrecer a Elohim. Ellos se preocupaban por la necesidad de Elohim, y no por la suya. Por tanto, no podían aceptar que sus ovejas y sus vacas permanecieran en Mitzrayim. Faraón se enojó por la respuesta de Moshe, les negó la salida y les prohibió regresar.
Muchos de nosotros hemos pasado por las cinco etapas del regateo con el Adón. Primero negábamos al Adón, y luego creímos pero queríamos permanecer en Mitzrayim. Luego estábamos dispuestos a dejar Mitzrayim, pero sin ir demasiado lejos. Después de eso siguió la negociación acerca de lo que quedaría en Mitzrayim. Faraón sabe que donde se hallan las riquezas de uno, allí está su corazón (MattiYah 6:21). Si Faraón puede guardar nuestros bienes, nuestros corazones estarán en su mano.
Muchos creyentes hoy en día creen en el Adón Yahshua, pero lo hacen sin cambiar de posición. Permanecen en Mitzrayim, en el mundo. No obstante, si permanecemos en Mitzrayim después de creer en el Adón, nuestros pecados pueden ser perdonados, pero no seremos rescatados de la tiranía de haSatán. Permanecer en Mitzrayim significa permanecer bajo la tiranía de haSatán, y nuestros sacrificios no serán completamente aceptables.
Otros creyentes están dispuestos a alejarse un poco de Mitzrayim. Al hacer eso, pueden jactarse de su inteligencia, pensando que son sabios y equilibrados. Se complacen en señalar que no son extremistas, pero a la verdad están "subidos al muro", y terminan siempre en una posición tan tibia que corren peligro de ser vomitados.
Otros se encuentran en la tercera, cuarta, o quinta etapa del regateo con Elohim. HaSatán está dispuesto a dejarlos ir, pero sin sus niños. Muchísimos creyentes todavía tienen sus "posesiones y bienes" en el mundo. Esto indica que todavía no han emprendido ningún éxodo. Su bautismo debió haber sido el cruce del Mar de Juncos, pero fue para ellos solamente un ritual que llegó a formar parte de la religión. Agradecemos al Adón porque la mayoría de los que están en la restauración del Adón han emprendido el éxodo fuera de Mitzrayim.
Estas cinco etapas del regateo se repiten cuando se predica la Besorah. Es raro que alguien se salve la primera vez que oye la Besorah. La mayoría de la gente lucha, vacila y regatea. Podemos usar nuestra mente para regatear con el Adón y argumentar con Él. Pero Elohim no presta ninguna atención a nuestros argumentos. Cuando terminamos nuestro regateo, Él ejerce una vez más Su poder sobre nuestra situación.
3. La Insistencia De Yahweh
Por mucho que Faraón haya regateado con Elohim, Él es persistente. Nada puede cambiarle. Cuando Él exige algo de nosotros, Él no se dará por vencido. Al contrario, Él insistirá en que Su exigencia se cumpla. Es inútil argumentar con Él. Él es paciente, y a veces espera años hasta que estemos dispuestos a someternos a Sus requisitos. Podemos pensar que después de mucho tiempo, el Adón cambiará de opinión, o que "se olvidó", pero descubrimos que Él persiste más que nunca. Los cielos y la tierra pueden pasar, pero Su voluntad permanece. Faraón debe reconocer el hecho de que Elohim existe y de que no retirará Su exigencia absoluta.
Al insistir en que Su exigencia se cumpla, el Adón usó la última plaga, la matanza de los primogénitos, para obligar a Faraón a sacar a Yisrael fuera de Mitzrayim (12:29-33). Por muy terco que haya sido Faraón, él no pudo resistir a esta plaga, y finalmente los dejó partir bajo las condiciones de Yahweh.
Shemot 12:35 y 36 dice:
Los yisraelitas habían cumplido la orden de Mosheh y habían tomado prestado de los mitsritas objetos de plata y oro, y ropa. Y Yahweh había dispuesto a los mitsritas favorablemente hacia el pueblo, y les permitieron obtener lo que pedían; así despojaron a los mitsritas.
Elohim hizo que los egipcios estuviesen dispuestos a dar a Yisrael estas alhajas y estos vestidos. Los mitsritas estaban hartos de ver a los yisraelitas, sólo querían que se fueran y ya no les interesaba nada, puesto que habían perdido todo lo que en verdad importaba, hasta sus primogénitos. De esta manera, los hijos de Yisrael despojaron a los egipcios, recibiendo el pago por sus duros trabajos, que les había sido negado por años. Por lo tanto, cuando llegó el tiempo de edificar el tabernáculo, ellos tenían los materiales necesarios.
Es indispensable comprender correctamente este punto. El despojo no implica una forma de enriquecimiento, ni siquiera se trata de recibir el justo salario por los servicios ofrecidos. ESTE DESPOJO PERTENECE A YAHWEH, ÉL LO GANÓ Y A ÉL LE FUE DEVUELTO EN EL TABERNÁCULO. Espiritualmente hablando, estas cosas, el oro y las riquezas, representan los dones que los creyentes sacan del mundo, sus dones naturales. Todavía, ya sabemos que no podemos usar nuestros dones naturales directamente, sino que tenemos que entregarlos a Yahweh para que Él nos los devuelva en resurrección. Por eso los yisraelitas entregaron las riquezas en el desierto para levantar el Ojel Moed. Este representa la Casa de Yahweh que comienza a ser edificada a Su manera, y la primera lección es que esa casa es levantada con los despojos que Él ha ganado del mundo, en su lucha con haSatán. Nosotros somos esos despojos, y atravesando el desierto seremos levantados en resurrección y recibiremos dones perfectos para continuar levantando Su Casa en el Milenio. Esta es la interpretación del despojo a nivel corporativo.
A nivel individual, cada uno de nosotros debe también despojar al mundo en ambos aspectos: tanto material como espiritual. No podemos priorizar uno por encima del otro. Debemos retirar nuestros dones y entregarlos en el desierto, y también debemos despojar al mundo de sus riquezas y usarlas correctamente. Cuando estemos en el milenio continuaremos viviendo en la tierra, continuaremos sembrando, cuidando del ganado, construyendo casas, preparando ropa, realizando diferentes tareas, pero eso será de una nueva manera, una manera "resucitada". No crean que no trabajaremos, pero lo haremos de una forma diferente, aún cuando en muchos casos realicemos las mismas tareas. Por eso hoy no se trata de "tirar todo a la basura", sino de entregarlo al Padre para que Él nos los devuelva en resurrección, una vez que aprendamos a hacer las cosas de la forma correcta, esto es, no sólo en la manera de actuar, sino mucho más en la manera en que encaramos el trabajo no como un fin sino como un medio, y no como un fin para nuestro bienestar, sino como un medio para realizar Su Obra. De nosotros se ocupa Él... DESPUÉS que nos ocupemos de Su Obra.