PIEDRAS VIVAS
CLE02 111
El Ojel Moed 43
El Shabat Y El Ojel Moed 01
La Relación Del Shabat Con La Erección Del Tabernáculo
Y Yahweh le dijo a Mosheh: Háblale al pueblo yisraelita y dile: Sin embargo, ustedes deben observar mis shabatot, porque esto es una señal entre ustedes y yo a través de los siglos, para que sepan que yo Yahweh los he consagrado. Observarán el shabat, porque es santo para ustedes. Al que lo profane se le dará muerte: cualquiera que haga trabajo en él, esa persona será cortada de su pueblo. Seis días se podrá trabajar, pero en el séptimo día habrá un shabat de completo reposo, consagrado a Yahweh; a cualquiera que haga trabajo en el shabat se le dará muerte. El pueblo yisraelita guardará el shabat, observando el shabat a través de los siglos como una alianza perpetua: será una señal perpetua entre el pueblo de Yisrael y yo. Porque en seis días hizo Yahweh los cielos y la tierra, y en el séptimo día cesó y fue refrescado. Shemot 31:12-17.
Después de un largo relato acerca de la edificación del Tabernáculo de Elohim, estamos ahora repitiendo el mandamiento acerca de la observancia del shabat. Todos sabemos que la observancia del día de shabat es uno de los diez mandamientos (el cuarto). Analicemos por qué este mandamiento específico viene repetido, después de la plena revelación acerca del Tabernáculo de Elohim.
El pasuk 18, que termina el capítulo 31, nos revela que Elohim entregó a Moshe dos tablas del testimonio, tablas de piedra, que Él escribió con Su dedo. Este pasuk concluye una larga sección que empezó desde el capítulo veinte. Cuando Elohim pidió a Moshe que subiera al monte, Él le dio primeramente la ley. Luego Él le reveló a Moshe la edificación de Su morada en la tierra. Primero le dio una "foto" de Sí Mismo, después le dio las instrucciones para levantar una maqueta de Sí Mismo. Todas estas cosas fueron levantadas para que nosotros, que estamos en los últimos tiempos, pudiéramos verlas y comprenderlas en nuestro nuevo ruaj, y así podamos dar el siguiente paso de este crecimiento del Cuerpo.
Esta sección del capítulo 31 presenta el diseño del tabernáculo, su mobiliario y una plena revelación acerca del sacerdocio, así como un relato con respecto a los constructores del tabernáculo. Después de todo eso el Adón repite el requisito de la observancia del shabat.
Los seis pasukim acerca de la observancia del día de shabat se encuentran en Shemot 31:12-17, y están intercalados entre los pasukim 11 y 18 de este capítulo. ¿Cuál es la razón de esta inserción? En este mensaje, debemos ver primeramente la razón por la que se repite el relato del día de shabat después de la exhortación a erigir el tabernáculo (véase 20:8-11).
Esta inserción acerca del día de shabat sigue inmediatamente después de la exhortación a erigir el tabernáculo. Esto indica que Elohim pide a los constructores, a estos obreros, que aprendan cómo descansar con Él. No debían obrar ni olvidar el descanso con Elohim. Por lo tanto, al exhortarles a edificar Su morada, Él Adón les recordaba que mientras ellos trabajaban, debían aprender cómo descansar con Él. Si sólo sabemos cómo trabajar por Elohim sin saber cómo descansar con Él, estamos actuando de manera opuesta al principio divino.
El día de shabat ha sido el tema de muchos debates entre los creyentes, y particularmente el día en que se debe observar este shabat: ¿el séptimo o el octavo día? Los adventistas del séptimo día insisten en el hecho de observar el shabat el sábado. En realidad, el principio del shabat no tiene nada que ver con la observancia de un día específico, como ya hemos estudiado. El principio del shabat es éste: cuando trabajamos con el Adón debemos aprender a descansar con Él.
Refresco Y Reposo
Es bueno que Shemot 31:17 nos revele que "en el séptimo día, Él descansó y fue refrescado". La mayoría de las traducciones, sin embargo, traducen aquí "reposó, descansó". A pesar de que la palabra también puede indicar un merecido descanso, la misma es NAFÁSH (H5314), que significa literalmente "respirar" o "ser soplado". De esta palabra deriva nuestra ya conocida NÉFESH (H5315), que significa "aliento de vida", y por eso se la traduce muchas veces como "alma".
Entonces podemos ver que el reposo después del trabajo es algo que refresca porque contiene aliento de vida, soplo de vida. Yahweh no se cansa y no necesita descansar, pero el hombre sí necesitaba entrar en ese séptimo día y recibir el aliento completo de la vida eterna. El hombre fue creado para que comiera del Árbol de la Vida, no del otro árbol, y de esa manera "entrar en el reposo", entrar en el Yom Shebihí (séptimo día), en el shabat.
La palabra SHABAT (H7676) significa literalmente "reposo, descanso", y deriva de la raíz hebrea SHABAT (H7673), reposar, descansar, dejar de trabajar, estar quieto. Entonces, cuando Yahweh terminó la creación, Bereshit nos dice que Él REPOSÓ (SHABAT), pero Shemot nos amplía y nos dice que Él, además de descansar, fue refrescado.
...y en el séptimo día cesó y fue refrescado. Shemot 31:17
Esto indica que el shabat no fue solamente un descanso para Elohim, un cesar de hacer lo que venía haciendo, es decir, su obra de creación, sino también un tiempo de refrigerio. Bereshit y Shemot declaran que Elohim descansó en el séptimo día, pero Shemot 31:17 añade las palabras "y fue refrescado" (en el original hebreo). Esto revela que aún Elohim necesita ser refrescado.
Por otra parte, resulta interesante notar que dice que Yahweh descansó en el séptimo día, pero la historia humana se detiene en el sexto. El hombre no entró en el séptimo día, por lo que esa cuenta quedó truncada. Yahweh entró en Su séptimo día, pero el hombre murió antes de poder entrar. Allí es donde Yahweh inserta la "burbuja" de tiempo en la cual vivimos nosotros. El hombre debía comenzar su primer día en el séptimo día de Yahweh, PORQUE EL HOMBRE ESTABA DESTINADO A SER EL VASO DE HONRA QUE CONTUVIERA AL PADRE SOBRE LA TIERRA. Ese propósito quedó truncado por la caída, pero Yahweh no ha desistido de alcanzarlo, aunque ha tenido que dar una larga vuelta, que aún está siendo recorrida en el espacio-tiempo en el que vivimos. En breve, cuando hayamos terminado de andar los primeros seis días del hombre, podremos decidir entre entrar en el séptimo día humano o en el séptimo día de Yahweh: el Reino. Ese "poder elegir" es una expresión, claro, porque no se trata de una opción que podremos elegir a último momento, sino de si recibiremos o no el galardón, según cómo hayamos corrido la carrera. Las coronas se entregan a los vencedores, esas coronas son un galardón, un premio porque se han esforzado por forjar a Mashíaj en su interior. Lamentablemente, la mayoría se ha conformado con la simple aceptación de la salvación y han despreciado la corona de la santificación, por lo que están "eligiendo" no entrar en el Reino.
Una cosa es descansar y otra cosa más profunda es ser refrescado. Nuestro descanso no involucra nada particular. Podemos sentarnos o acostarnos, pero el refrigerio requiere algo de comer o de beber. A menudo nos referimos a los alimentos o a las bebidas como algo que nos refresca. El punto es éste: si deseamos ser refrescados, necesitamos algo refrescante. Pasa lo mismo con Elohim. Elohim necesita que algo lo refresque. ¿Sabemos lo que refresca al Padre? ¿Qué podría refrescar a Elohim? Probablemente hayamos pasado una vida leyendo leído Shemot 31 muchas veces sin quedar impresionados por el hecho de que Elohim debe ser refrescado.
Las Escrituras revelan que después de terminar Su obra de creación, Elohim descansó y fue refrescado. ¿Sobre qué descansó Elohim? Él descansó sobre Su creación. Ilustremos eso y supongamos que un artesano pase mucho tiempo haciendo una silla muy especial. Cuando termina el trabajo, él quizá descanse sobre la silla que Él hizo, disfrutándola y meditando al respecto. A menudo he experimentado esta clase de descanso después de completar mis escritos. Cuando el Ruaj me muestra cosas, me trae las piezas que debo unir y pulir en este rompecabezas, cuando acabo de escribir algo, a veces miro lo que escribí y lo disfruto. Disfruto particularmente la luz que recibo de Elohim a través de Su palabra. Sin envanecimiento, debemos disfrutar de las buenas obras que nos permite realizar, no para enorgullecernos de lo que hacemos, sino porque SON DISFRUTABLES. Las hacemos porque Él lo permite, no hay nada en nosotros para centrarnos en nuestro ego, pero ciertamente debemos ver la belleza de las obras que Él nos hace realizar, por pequeñas que puedan parecernos.
En el mismo principio, Elohim descansó después de crear al hombre. El pudo contemplar Su obra: los cielos, la tierra, y todas esas cosas vivientes, particularmente el hombre, y decir: "¡Bien hecho!". Entonces Elohim pudo descansar y ser refrescado.
¿Qué pudo refrescar a Elohim? Elohim fue refrescado por la consumación de su obra. Él no fue refrescado ni en el segundo, ni en el tercer ni en ninguno de los primeros seis días, sino en el séptimo... UN DÍA EN EL QUE NINGÚN HOMBRE HA ENTRADO AÚN. Es decir, en la eternidad, siendo perfecta y llena de Yahweh mismo, Él está reposando sobre su obra CONSUMADA, la cual ya incluye la obra perfecta y completa de Yahshua ha Mashíaj, porque el Plan de las Eras fue diseñado desde antes de la fundación del mundo. De manera que el Padre y el Hijo están esperando que termine este "tiempo insertado" en el cual está la humanidad. Para dar una ilustración que se comprenda, la semana (o el Jubileo, que está formado de semanas también), es como una calesita (carrusel o tiovivo). Si por nuestro mal comportamiento somos bajados de ella, DEBEREMOS ESPERAR A QUE DÉ POR LO MENOS UNA VUELTA COMPLETA PARA SUBIR EXACTAMENTE EN EL MISMO LUGAR. Podemos suponer que todos los otros espacios (caballitos, barcos y coches) están ocupados, por lo que tenemos que esperar a volver al lugar del cual caímos. No podemos subir ni antes ni después, porque se rompería el equilibrio.
El hombre debía haber sido el refrigerio de Elohim. Elohim amaba al hombre. Él lo creó a Su imagen con un ruaj para que el hombre pudiese tener comunión con Él. Por lo tanto, el hombre estaba destinado a ser el refresco de Elohim. Creado al sexto día, estaba siendo "entrenado" por Su Creador, quien lo visitaba en el huerto todos los días, preparándolo para que se alimentara finalmente del árbol correcto, lo que sería, literalmente, la entrada al séptimo día. Pero sabemos que esto no sucedió y que aún nadie ha entrado en Su Reposo, que está únicamente destinado a los que realmente cargan con la imagen y semejanza del Padre.
Pero los que hemos creído sí entramos en el reposo, según ha dicho: "Como juré en mi ira: "¡Jamás entrarán en mi reposo!", aunque sus obras quedaron terminadas desde la fundación del mundo. Ivrim 4:3
Shaúl aquí esta citando el Tanaj:
Por eso juré indignado que no entrarían en mi reposo. Mizmor 95:11
Sin embargo, la palabra aquí traducida en prácticamente todas las versiones como reposo o descanso es MENUJÁ (H4496), que se usa como reposo en un sentido concreto. La traducción de la VINE es la más correcta: "lugar de descanso", y en ese sentido se utiliza también como morada, habitación:
El rey David se puso de pie y dijo: "Óiganme, hermanos míos, pueblo mío: Yo anhelaba edificar un lugar de descanso para el Arca de la Alianza de Yahweh, para estrado de los pies de nuestro Elohim, e hice los preparativos para edificar...". Dibrey ha Yamim Alef 28:2
"¡Yahweh les conceda que cada una halle seguridad en la casa de un esposo!"... Rut 1:9a
Y Yahweh declara:
Porque Yahweh ha escogido a Tsiyón; la ha deseado para su asiento. "Este es mi lugar de reposo para siempre; aquí habitaré, porque la deseo". Mizmor 132:13-14
Tsiyón no es un pedazo de tierra, es un monte espiritual, es el monte de Yahweh que ha sido espiritualmente levantado sobre la Roca, el Hijo, por todos los verdaderos creyentes y vencedores de todas las épocas, es el Cuerpo de Mashíaj. Tsiyón es el centro administrativo espiritual de Yahweh. No podemos hablar en espacios geográficos cuando hablamos del plano espiritual.
Esta es la verdadera Tsiyón que está siendo edificada desde hace siglos, la Novia de Mashíaj, el Reino de Yahweh levantado sobre la tierra, EL SÉPTIMO DÍA EN EL CUAL LA HUMANIDAD DEBE ENTRAR.
Algunos Principios Divinos
Vemos un principio divino: Elohim no pide que trabajemos antes de disfrutarlo. Primero Elohim nos proporciona el deleite, y después de disfrutar plenamente Su presencia, podemos trabajar juntamente con Él. Si no sabemos cómo tener deleite con Elohim y disfrutarlo a Él mismo, no sabremos cómo trabajar con Él. No sabremos cómo ser uno con Elohim en Su obra divina.
Enfatizamos el asunto de "trabajar CON Elohim", y no "trabajar PARA Elohim", con nuestros propios esfuerzos. Definitivamente debemos trabajar para Elohim y aún por Elohim, pero las Escrituras revelan que el trabajo debe ser CON Elohim. Debemos ser uno con Él en Su obra. Esto requiere que lo disfrutemos a Él. Si no sabemos cómo disfrutar a Elohim y ser llenos de Elohim, no sabremos cómo trabajar con Él, cómo ser uno con Él en Su trabajo.
Podremos encontrar una buena ilustración de este principio en el B'rit Hadashá. El ministerio de los apóstoles en el B'rit Hadashá empezó con el deleite que recibieron el día de Pentecostés. Los discípulos dejaron de trabajar y luego disfrutaron a Elohim el día de Pentecostés. El Adón les había pedido que esperasen la venida del Ruaj sobre ellos para llenarlos. Junto con el Ruaj, ¿qué llenó a los discípulos? Sin duda, estuvieron llenos del deleite de Elohim. Al ver este deleite, algunas personas pensaban que estaban embriagados con vino. En realidad estaban llenos del deleite del vino celestial. Una vez llenos de este deleite, empezaron a obrar CON Elohim. Esta es la manera de obrar con Elohim, en unidad con Él. Cuando Kefá se levantó con los apóstoles para predicar la Besorah y trabajar por Elohim, todos eran uno con Elohim en Su obra.
Tenemos que entender que Yahweh es perfecto y el universo que El ha creado también lo es, de manera que, ante la aparición de uno o más punto de conflicto, se genera un desfasaje con el alineamiento con la perfección. Yahweh puede resolver estos problemas, pero deben ser resueltos dentro de los patrones predeterminados por el propio Yahweh, siguiendo Sus leyes. Entonces, el segundo punto a tener en cuenta, algo de lo que también hemos hablado antes, es la FRACTALIDAD (les ruego pesquisar en Google acerca de "fractales" para tener una idea general, si no saben aún de lo que se trata). La definición oficial es que un fractal es "un objeto geométrico cuya estructura básica, fragmentada o aparentemente irregular, se repite a diferentes escalas". Es decir, básicamente, un mismo diseño repetido ad infinitum, en diferentes tamaños, para mayor o menor. Este principio lo vemos a lo largo de todas las Escrituras, en las que la tierra es un "fractal" menor del cielo. Todo lo que Yahweh hace refleja en mayor o menor medida Sus atributos, por eso dice:
Porque sus atributos invisibles –su eterno poder y su divinidad– se dejan ver desde la creación del mundo, y se perciben en las cosas creadas; de modo que no tienen excusa. Romaniyim 1:20
Todo lo que fue hecho por orden de Yahweh en la tierra, acerca del Ojel Moed, fue hecho según este principio:
Exactamente como te muestro – el modelo del Tabernáculo y el modelo de todos sus muebles– así lo harás. Shemot 25:9
Y también, hablando de la Menorah:
...según el modelo que Yahweh le había mostrado a Mosheh, así se hizo la Menorah. Bamidbar 8:4
En cierta forma que nosotros no comprendemos del todo porque somos caídos y hasta que "la calesita no complete la vuelta necesaria" para que volvamos a "entrar" (es decir, seamos glorificados con nuevos cuerpos que tengan la capacidad de comprensión y absorción de todas esas cosas), toda la creación es un fractal del propio Yahweh, una réplica menor que debe reflejar a la mayor. El hombre se negó a reflejarlo (y antes que él, haSatán se negó, dando a luz al principio espiritual de la rebelión y todos sus "hijos", los pecados), por lo que fue puesto "en cuarentena", hasta que fuera curado por completo.
Esta creación de Yahweh es un poco más compleja que un fractal geométrico, ya que estamos hablando de un "fractal orgánico", lleno de vida. Eso es "imagen y semejanza" para el hombre, y también el hecho de que Sus atributos se perciben en el resto de la creación. No hay nada en esta creación que, individualmente, no describa al Creador, y tampoco podemos ser tan necios de creer que la perfección de la interacción de todas sus partes es debida a un estornudo espacial.
De manera que, cuando esta perfección es quebrantada, es necesario repararla. Pero la reparación no puede ser un parche, ni un "quitar un pedazo" o "agregar otro". Como dijimos, hay reglas establecidas, y una ellas, la que nos interesa de momento, es la regla de la semana, o la regla del 7. El transcurso del tiempo (entender que en la eternidad existe el tiempo infinito, no el finito que tenemos ahora) no puede ser alterado, supongamos, agregando un día para resolver el error de Adam, porque eso quebrantaría el orden séptuple; por lo tanto, fue necesario agregar una semana entera. Vamos a ver que los patrones referidos al 7 se repiten en las Escrituras, sobre todo relacionados a asuntos de "juicio". Sin ir más lejos, nuestro viejo sistema de "70 veces 7", implica un patrón que puede ser de 490 días, meses o años. Explico esto sólo para que se comprenda la importancia de completar la semana.
El séptimo día, por lo tanto, se nos dice que Yahweh descansó y que el hombre debería haber también entrado en ese reposo. Repito, esto hubiera sucedido después de Adam haber aprendido lo que debía aprender (pasando tiempo con Su Creador, a quien debía tomar como modelo, de la misma forma en que un hijo que pasa tiempo con su padre se conforma a la semejanza del mismo), y también sólo después de que Adam hubiera comido del Árbol de la Vida. Entonces habría entrado en el Reino, y habría sido preparado como rey y sacerdote, formando parte del Concilio de Yahweh, aprendiendo a ejercer sus funciones de dominio sobre la tierra... y todo continuaría recomenzando (pero sin re-creación) "semana tras semana", pero siempre dentro de un tiempo infinito y perfecto, que no tiene el fin de la muerte. A esa vida es a la que entraremos DESPUÉS del Milenio, cuando desciende de lo alto la Nueva Yahrushalayim ya terminada de edificar. No vivimos en el cielo, la ciudad baja a la tierra, para que brille en la tierra, llena de hombres y mujeres que representan plenamente a Elohim.
Menciono estas cosas porque ellas nos explican el por qué de los tiempos que deben ser aplicados para los juicios. No son tiempos aleatorios como los aplicados por las leyes humanas, esos tiempos siempre se corresponden con los ciclos de todo el universo, porque se repiten en micro y en macro. Esta es, por así decir, la unidad de medida con la que Yahweh decidió realizar su edificación universal.
El Séptimo Día
Algunos piensan que el shabat significa simplemente dejar de trabajar. Este no es el verdadero significado del shabat en las Escrituras. Las Escrituras enfatizan el hecho de que Elohim reposó en el séptimo día:
"Y acabó Elohim en el séptimo día la obra que hizo, y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo". Bereshit 2:2
Pero Shemot nos amplía:
...y en el séptimo día cesó y fue refrescado. Shemot 31: 17.
Como ya vimos, ese "reposo" incluye ser refrescado, que en el caso de Yahweh es "descansar en el hombre", literalmente, RESPIRAR A TRAVÉS DEL HOMBRE. O debería haber sido, aunque llegará a ser, por Su Gracia. Ese "NÁFASH" que ya vimos, que significa "ser refrescado", no es una acción unilateral sino una "conexión", por decirlo de alguna manera, entre el Creador y su hombre-recipiente. El séptimo día era el momento en el cual, después de haber comido del Árbol de la Vida, el hombre sería llenado no sólo del Ruaj de Yahweh, sino que además TENDRÍA LA EXPERIENCIA PRÁCTICA. Si el hombre fuera únicamente llenado, sería como un autómata, por eso y para eso tenemos el séptimo día: para aprender a funcionar de manera real y concreta a través del ruaj, conectados con Yahweh por Su Ruaj. Por supuesto, ésta era la idea original, lo que debería haber sido, un simple paso directo siempre hacia arriba, pero el hombre eligió ir hacia abajo, y desde entonces, la humanidad no ha hecho sino caer más y más.
Entonces, el reposo es un respirar de Yahweh a través del hombre. El hombre fue creado para ser la manifestación del Creador sobre la tierra, exactamente lo que hizo Mashíaj cuando encarnó, convirtiéndose en el "Adam" de la nueva creación que sí obedeció y sí recibió la vida eterna, por lo que adquirió el derecho de pasarla espiritualmente a todos los que son "engendrados" de Él, de lo alto. Ese es el verdadero reposo, una comunión perfecta con el Padre.
El libro de Bereshit revela que el shabat es el séptimo día para Elohim, PERO EL PRIMER DÍA PARA EL HOMBRE. En seis días Elohim creó los cielos, la tierra y todo lo que el hombre necesitaba para su existencia a fin de cumplir el propósito de Elohim. El hombre fue creado en el sexto día, después de que fueron hechas todas las cosas. Esto significa que al salir de la mano creadora de Elohim, el hombre iba a ser preparado para empezar su primer día, el cual era el séptimo día de Elohim. Por tanto, el séptimo día para Elohim fue el primero para el hombre. Esto significa que Elohim consideraba el shabat como un descanso después del trabajo, en el cual Él mismo se depositaría dentro de su hombre creado, y a través del cual podría gobernar la tierra y disfrutar de ella, viéndola crecer y multiplicarse.
Entonces, primero Elohim trabajó seis días y luego descansó el séptimo día. Éste es el camino de Yahweh hacia el hombre, pero el camino del hombre hacia Yahweh es exactamente al revés: el hombre descansó en su primer día hasta que cayó, y luego empezó a trabajar (cosa que no debería haber sido como nosotros lo conocemos, "trabajar por nuestras propias fuerzas"). En verdad, entrar en el reposo de Yahweh, shabat o séptimo día, implica vivir DESDE Elohim para el resto de la eternidad, vivir CON Él, A TRAVÉS de Él. Eso es lo que debería haber sucedido de manera directa y simple.
El día de Pentecostés o Shavuot era el primer día de la semana. Pentecostés denota el cincuentavo día después de un período de siete semanas, o de cuarenta y nueve días. Vayikra 23 nos enseña que el día de Shavuot venía cincuenta días después de la fiesta de las primicias. Esto significa que Shavuot era el primer día de la octava semana. Por lo tanto, en el día de Pentecostés vemos el principio del primer día, y esto incluye el ruaj dentro del hombre.
Pentecostés o Shavuot es el derramamiento del Ruaj, es el pasaje de la etapa de Era de Pésaj a la etapa de Shavuot, de las sombras a la realidad de esas sombras. Cuando decimos "realidad de esas sombras", la mayoría piensa algo así como "Claro, la realidad de las sombras es Mashíaj", y lo relacionan con todos los pasos de Su Obra, en mayor o menor medida. Eso es correcto, PERO AÚN ES UNA SOMBRA. Esta es una explicación EXTERNA de algo que debe ser INTERNO. Pasar de la fase 1 a las fase 2 no es un cambio de aula en la escuela, es una cuestión de EXPERIENCIA. Ahora tenemos en nuestro interior ese nuevo ruaj con el cual debemos empezar a vivir. ESE ES EL RUAJ DE MASHÍAJ CON TODA LA OBEDIENCIA CONSUMADA DE SU OBRA. Pero no está ahí para que lo contemplemos y alabemos únicamente, SINO PARA QUE LO USEMOS. Sólo así podremos decir que hemos pasado de la Era de Pésaj a la Era de Shavuot. Si seguimos comportándonos en la carne y tratando de cumplir rituales externamente como cualquier yisraelita de la Era de Pésaj, entonces NOSOTROS TAMBIÉN ESTAMOS AÚN EN ESA ETAPA, espiritualmente hablando. No porque estemos 3000 años más adelante y hayamos recibido algunas revelaciones podemos decir que hemos sido transformados. SI NO USAMOS ESE NUEVO RUAJ NO TENDREMOS LOS FRUTOS NECESARIOS PARA ENTRAR EN LA ERA DE SUKOT.
Sukot es la fiesta de los frutos, es la entrada al Milenio, el séptimo día que tanto anhelan sin comprender exactamente de qué se trata. Algunos creen que eso será un Eden sobre la tierra, pero las Escrituras dicen que será un tiempo en el que se establecerá el Reino de Yahweh pero en el que también se gobernará CON VARA DE HIERRO. Esto implica quebrar vasijas para moldearlas a nuevo. Esto no habla de dominio y castigo, sino de un derramamiento del Ruaj "sobre toda carne", de manera que los nuevos sean capaces, entonces, de recorrer el camino de la santificación (el quebrantamiento por la vara de hierro). Será un tiempo en el que EL HOMBRE CESARÁ DE PRETENDER HACER LAS COSAS DEL PADRE EN SUS PROPIAS FUERZAS, Y REPOSARÁ EN LA OBRA CONSUMADA DE MASHÍAJ. Éste será el verdadero reposo milenial, de esta semana de milenios. Bienaventurados los que entren en él, y más bienaventurados aún los que entren en él en plenitud, los vencedores.
El día de descanso siempre debió ser, entonces, el primer día "eterno" para el hombre, el día en el que debería haber entrado en una vida en perfecta comunión y conexión con Él, sirviéndole y representándolo dignamente, dominando sobre la tierra y, en primer lugar y como primer trabajo, venciendo al enemigo por medio de declararle absoluta obediencia al Padre. Sin embargo, el hombre se dejó tentar por haSatán y se hizo obediente al pecado...
El shabat del Tanaj muestra que el día de descanso del hombre era su primer día, justamente, EL DÍA EN EL QUE EL PADRE DEBÍA HABER DESCANSADO EN SUS NUEVOS VASOS. Para el Padre el séptimo día, para el hombre, el primer día. En verdad, el hombre nunca debería haber "trabajado" con el sudor de su frente (su mente, su decisión), sino que debía actuar conducido por el Creador.
Según el principio del Tanaj, el día de descanso del hombre viene después del fin de la obra de Elohim. Ese descanso es conjunto: Elohim descansa en el hombre y el hombre descansa en Elohim. El hombre no descansa después de terminar su propia obra; él descansa después del fin de la obra de Elohim, y la disfruta. Elohim obra, y el hombre disfruta. El hombre disfruta lo que Elohim ha cumplido en Su obra.
Un Pacto Eterno
La observancia del shabat es también un acuerdo o un pacto. Al observar el shabat, mostramos que hemos firmado un acuerdo, un contrato, asegurando a Elohim que seremos uno con Él. Seremos uno con Él disfrutándole primeramente y luego trabajando por Él, con Él, y en unidad con Él. Este es un pacto eterno. No se aplica a una sola era, edificación o generación, porque el shabat al que somos llamados a guardar es una sombra del verdadero Reposo al que debía haber entrado Adam y se negó. Esa es la verdad de la promesa, y hoy guardamos la sombra para que la tierra y los cielos vean. Por eso se trata de un acuerdo por todas las eras entre Elohim y nosotros, que se convertirá en pacto eterno en su realidad.
Ya hemos hablado antes de los términos "olam" (hebreo) y "aionian" (griego). La palabra hebrea, a menudo traducida como "eterno" o "propósito", en realidad significa "un período de tiempo oculto, desconocido o indefinido". La palabra olam proviene de la palabra raíz alam, que no significa "esperar para siempre", sino más bien "esconderse, oscurecerse". La palabra griega aionian, es simplemente el equivalente griego de olam, y significa "permanente", también un período de tiempo indefinido. Por lo tanto, el pacto que hoy guardamos contiene la promesa de recibir la plenitud de todas las cosas dadas por Yahshua, y una de esas es el correcto deleite del shabat de Yahweh, que, como estamos entendiendo, es una cosa "invertida" a como la percibimos hoy.
Un pacto compromete más que un acuerdo, un acuerdo compromete más que una promesa, y una promesa compromete más que unas cuantas palabras. Elohim desea que firmemos un contrato con Él, asegurándole que a partir de ahora lo disfrutaremos a Él y nos llenaremos de Él antes de obrar por Él, con Él, y en unidad con Él. Cuando firmamos este contrato con Elohim y le damos a Él la seguridad de que procuraremos observarlo, no debemos romper el contrato. Si quebrantamos nuestro acuerdo con Elohim, Él nos puede llevar a la corte celestial y reprendernos por no respetar nuestro contrato. Es importante que veamos el punto siguiente: LA RELACIÓN DEL SHABAT CON LA EDIFICACIÓN DEL TABERNÁCULO ES UNA SEÑAL Y TAMBIÉN UN PACTO ETERNO, un pacto que no puede cambiar. Obrar por Elohim con nuestros propios esfuerzos, sin orarle, sin confiar en Él, es algo muy grave. En realidad, necesitamos confiar en Elohim, y también tomarlo a Él y disfrutarlo a Él comiéndole. En el día de Pentecostés, Kefá no solamente confiaba en Elohim; él estaba lleno de Elohim. Esto significa que mientras Kefá predicaba a Yahshua, participaba interiormente de Él. De hecho, Él predicaba lo que había comido. El testificaba de lo que había disfrutado. Kefá había firmado el acuerdo con el Adón. Había hecho un pacto con Él. Ambas partes, Elohim y Kefá, debían cumplir su parte del contrato. Si Kefá hubiera respetado su parte comiendo a Elohim y Elohim lo hubiera dejado, Elohim habría quebrantado el contrato. Por el contrario, si Elohim supliera las necesidades de Kefá, y Kefá se hubiera apartado de Elohim, Kefá habría quebrantado el contrato. El punto crucial es éste: el shabat es una señal, y también un pacto, un contrato, un acuerdo.
El shabat nos santifica, nos designa, nos marca. Cuando disfrutamos a Elohim y trabajamos luego con Él, por Él, en unidad con Él, somos santificados espontáneamente. Llegamos a ser kadoshim, separados de lo que es común.
Observarán el shabat, porque es santo para ustedes. Al que lo profane se le dará muerte: cualquiera que haga trabajo en él, esa persona será cortada de su pueblo. Seis días se podrá trabajar, pero en el séptimo día habrá un shabat de completo reposo, consagrado a Yahweh; a cualquiera que haga trabajo en el shabat se le dará muerte. Shemot 31:14-15
Estos pasukim afirman claramente que todo aquél que no guardara el shabat, que no llevara la señal, ni honrara el pacto para santificarlo, sería muerto. Esto equivale a sufrir la muerte espiritual. Este principio se aplica a nuestra experiencia hoy en día. Si yo no hablo en unidad con el Adón, sufriré la muerte en mi hablar y seré apartada del pueblo de Elohim. ¿Pueden imaginar CUÁNTAS VECES ESTAMOS MUERTOS ESPIRITUALMENTE, APARTADOS DEL CUERPO Y DE YAHWEH, por semana, por día? Ser apartado del pueblo de Elohim significa ser cortado de la comunión. En la vida de congregación, hacemos muchas cosas sin disfrutar primeramente a Elohim, sin servir con el Adón, o ser uno con Él. Esa clase de servicio hace que suframos la muerte espiritual. Cualquier servicio a la congregación sin el deleite de Elohim, y sin la unidad con Él trae muerte espiritual. Cuando servimos de esta manera, nos cortamos de la comunión en el Cuerpo.
El tabernáculo y su mobiliario conducen al shabat de Elohim. Todas esas cosas conducen al deleite de lo que Elohim se ha propuesto y ha hecho. Eso significa que el tabernáculo y su mobiliario nos conducen al descanso. Las ofrendas son destinadas a nuestro descanso. Todo nuestro caminar en Mashíaj es para llevarnos de regreso al punto desde el cual caímos, darnos vuelta y colocarnos nuevamente en la posición correcta, MIRANDO PARA EL OTRO LADO. Cuando nos alejamos, le dimos la espalda al Padre, y todo lo hicimos literalmente al revés, por eso a todos los que verdaderamente caminamos este camino de regreso nos parece que hemos vivido invertidos en todo. En este sentido, el shabat debía haber sido nuestro primer día y no el último. Como en un tablero de mesa, perdimos y "retrocedimos 6 pasos", pero encima, empezamos a jugar al revés, alejándonos más y más.
Si no nos presentamos al altar del holocausto para experimentar a Mashiaj como las ofrendas, no tendremos descanso. Por el contrario, seremos acusados y condenados. Del mismo modo, si no nos presentamos a la mesa de los panes de proposición, tendremos hambre, y no satisfacción. Esto indica también que no descansamos. Si no llegamos a la menorah, no tendremos ninguna luz, estaremos en tinieblas, y las tinieblas no nos proporcionarán descanso. En el mismo principio, si no nos presentamos delante del arca, y delante del altar del incienso, no descansaremos. Todo lo relacionado con el Tabernáculo de Elohim tiene un sólo propósito: CONDUCIRNOS AL SHABAT CON SU DESCANSO Y REFRIGERIO EN ELOHIM. Por tanto, el tabernáculo y su mobiliario nos conducen al deleite de lo que Elohim ha planeado y ha hecho. ¡HalleluYah, en la vida de congregación estamos en el tabernáculo, y el tabernáculo nos proporciona el descanso y el deleite de lo que Elohim ha planeado y ha hecho!
Este mensaje no es una simple explicación de las Escrituras. Yo creo que en este mensaje hemos visto el verdadero contenido de Shemot 31 acerca del shabat.