PIEDRAS VIVAS
CLE02 118
Festejar Y Descansar
Festejar Y Descansar
Los pasukim 18 a 35 de Shemot 34 abarcan tres asuntos importantes: la carga que sentía Elohim por Su pueblo en Su deseo de que festejaran y descansaran con Él, las cinco condiciones para disfrutar a Elohim, y la impartición de Elohim en Moshe. Primero, estudiaremos acerca de la carga relacionada con el festejo y el descanso con Elohim.
Celebrarán la Fiesta de los Ácimos –comiendo panes sin levadura por siete días, como les he ordenado– al tiempo establecido del mes de Aviv, porque en el mes de Aviv salieron ustedes de Mitsráyim. (...) Seis días trabajarás, pero en el séptimo día cesarás de tu labor; cesarás de tu labor aun en tiempo de arar y en tiempo de cosechar. Observarás la Fiesta de Shavuot (Semanas), de los primeros frutos de la cosecha del trigo; y la Fiesta de la Recolección a fin de año. Tres veces al año se presentarán todos tus varones delante de ha'Adón Yahweh, el Elohim de Yisrael. Shemot 34:18,21-23
En estos pasukim, Elohim mandó a Su pueblo que festejaran y descansaran con Él. Estas fiestas serán estudiadas a fondo con detalles en breve, en la serie dedicada a Vayikra, pero debemos recordar que estos pasukim son una repetición casi exacta de Shemot 23, que ya estudiamos en CLE02 65 - Los Mishpatim de Yahweh 05 - "Porque La Ley Es Espiritual...". Parte 2:
Tres veces al año me celebrarán una festividad: Observarán la Fiesta de los Ácimos –comiendo pan ácimo por siete días como te he mandado– al tiempo establecido en el mes de Aviv, porque en él salieron ustedes de Mitsráyim; y nadie aparecerá delante de mí con las manos vacías; y la Fiesta de la Cosecha, de los primeros frutos de tu trabajo, de lo que sembraste en el campo; y la Fiesta de la Recolección al fin del año, cuando recolectes los resultados de tu trabajo del campo. Tres veces al año aparecerán todos tus varones delante de ha'Adón Yahweh. Shemot 23:14-17
Elohim no deseaba que Su pueblo procurara guardar los diez mandamientos en sus propias fuerzas. En verdad, Él deseaba que ellos se dieran cuenta de que no podían, no tenían la capacidad, y que ese descubrimiento les hiciera comprender QUE DEBÍAN SOMETERSE A YAHWEH SI QUERÍAN QUE ÉL LOS SALVARA. El anhelaba que Su pueblo lo disfrutara a Él, que festejaran en Él y descansaran con Él, pero para todas estas cosas, PRIMERO EL HOMBRE DEBE VER SU VERDADERA CONDICIÓN.
Consideremos la parábola del hijo pródigo en Luka 15. Cuando el hijo pródigo volvió con su padre, le dijo: "Hazme como a uno de tus jornaleros" (Luka 15-19). Esto indica que a su regreso el hijo pródigo deseaba hacer algo por su padre, pero éste no tenía en su corazón el deseo de escuchar esta clase de hablar. Él dijo inmediatamente a los siervos: "Traigan el becerro gordo y mátenlo, y comamos y regocijémonos" (pasuk 23). El padre deseaba que todos tuviesen una fiesta. Al festejar todos juntos, se regocijarían y descansarían.
Moshe probablemente no sospechaba que Elohim no deseaba que Su pueblo guardara Sus mandamientos. A pesar de que Moshe representaba tipológicamente a Yahshua, de cualquier manera era un hombre, y ninguno de nosotros ha conocido la plenitud de los Planes del Padre, porque a Él le complace revelarlos a Su Pueblo de a poco, por etapas. Por el contrario, la observancia de los mandamientos debe ser el resultado del festejo y del descanso con Elohim, y eso también, únicamente a través de nuestro nuevo Ruaj, por lo que los antiguos yisraelitas no tenían forma de hacer nada, sino esperar en Sus promesas. Pero en principio, si los hijos de Yisrael hubieran festejado con Elohim de una manera adecuada y hubieran descansado continuamente con Él, no habrían tenido ningún problema en observar los diez mandamientos.
Podemos aplicar este principio a nosotros hoy en día. Si festejamos con Elohim a diario y descansamos con Él durante el día, todo irá bien en nuestro diario vivir. No obstante, un hermano puede intentar ser un buen esposo sin festejar con Elohim ni descansar en Él. Del mismo modo, una hermana puede intentar ser una buena esposa sin disfrutar de este festejo y descanso. Si no festejamos con Elohim y no descansamos en Él, seremos maridos o esposas lamentables, esforzándonos por arrempujar nuestros verdaderos sentimientos a algún rincón oscuro.
Si deseamos cumplir con Efesiyim 5, que comienza diciendo: "Por lo tanto, sean imitadores de Elohim como hijos amados" y continúa dándonos muchos ejemplos que son imposibles de realizar en la carne (no porque no se puedan cumplir exactamente, sino porque la carne NO SIENTE el deseo de esas cosas, por lo tanto, es una escenificación en el mejor de los casos, una postura), deberíamos simplemente festejar con Elohim varias veces al día. Por la mañana, disfrutaremos de la fiesta de los panes sin levadura, preparándonos para salir a enfrentar las cosas que este mundo nos depara; durante el día, disfrutaremos de la fiesta de Shavuot, llenándonos del Ruaj; y por la tarde, de las fiestas de los tabernáculos, Sukot, manifestando que somos peregrinos en este mundo, y que hemos "salido del campamento".
Los hijos de Yisrael disfrutaban de estas fiestas cada año, pero nosotros deberíamos disfrutarlas a diario. Las cosas que Yahweh ha prometido no son pequeños disfrutes semanales o anuales, sino una situación permanente y continua para nuestra eternidad. Por eso, en la etapa del crecimiento, no podemos contentarnos con una práctica externa una vez por semana o una vez por año; debemos disfrutas de las fiestas todos los días, porque ellas nos reúnen con nuestro Padre. Además, deberíamos descansar con Elohim varias veces en el transcurso del día. Los hijos de Yisrael observaban el shabat una vez por semana, pero nosotros deberíamos tener el descanso del shabat muchas veces durante el día, porque ya debemos estar preparados para entrar en Su Reposo. Esto será a tiempo completo, ¿qué estamos esperando? Debemos vivir eso ya hoy, aún cuando no sea en la plenitud con que lo viviremos cuando entremos en el Reino. Si festejamos y descansamos con Elohim de esta manera, ciertamente experimentaremos Efesiyim 5.
Tres Fiestas Anuales 01
01 - Jag ha Matzah
El Tanaj nos enseña que Elohim mandó que los hijos de Yisrael observaran siete fiestas cada año: Pésaj, Jag ha Matzah (la fiesta de los panes sin levadura), Bikkurim (la fiesta de las primicias), Shavuot (la fiesta de las semanas o Pentecostés), Yom Teruaj (la fiesta de las trompetas, NO ROSH HASHANÁ, festejo J-U-D-Í-O, no yisraelita), Yom Kippur (el día de la expiación), y Sukot (la fiesta de los tabernáculos).
Sin embargo, las tres primeras fiestas forman un conjunto (llamadas Pésaj); en el medio tenemos Shavuot, y las 3 últimas fiestas forman otro conjunto (llamadas Sukot), por eso Yahweh las resume en 3 fiestas, como aquí menciona:
Tres veces al año se presentarán todos tus varones delante de ha'Adón Yahweh, el Elohim de Yisrael. Shemot 34:23
Sin embargo, Shemot 34:18 no menciona la fiesta de Pésaj, sino la fiesta de los Panes Sin Levadura. La razón es sencilla: aquí no se trata de la salvación, sino de nuestra comunión con Elohim. Ya hemos sido salvos (hemos comido nuestro Pésaj), pero ¿cuál es nuestra situación en cuanto a nuestra comunión con Elohim? Si deseamos mantener comunión con Elohim, debemos eliminar toda levadura de nuestras vidas. Esto significa guardar la fiesta de los panes sin levadura, mucho más que un día o varios al año, una forma de vida constante.
La fiesta de los panes sin levadura (Jag ha Matzah) seguía inmediatamente a la fiesta de Pésaj, en el mes de Aviv, al principio del año. Aviv, el primer mes del año, indica un nuevo comienzo. La palabra Aviv significa "un brote tierno". La fiesta de Pésaj y la fiesta de los panes sin levadura eran verdaderamente una sola fiesta, o mejor, un festival, como una serie de días de fiesta, que iniciaban el 14 de Aviv con Pésaj, continuaban el día después, o sea el 15 de Aviv, con la fiesta de los panes sin levadura, y culminaban con la fiesta de las primicias. De hecho, con el tiempo "Pésaj" llegó a ser el nombre de esta festividad completa, incluyendo los días de los panes sin levadura y las primicias (y causando no pocas confusiones a los que no manejábamos los tiempos hebreos), pero en verdad, técnicamente, Pésaj es sólo el primero de esos días. Esto indica que inmediatamente después de disfrutar Pésaj, debemos purificarnos de toda levadura y así observar la fiesta de los panes sin levadura (esta fiesta simboliza el desierto de la Era de Pésaj, el camino de los que hemos sido salvos para salir de Egipto, del mundo, y comenzar a encaminarnos hacia la buena tierra). Hoy, que ya estamos CRONOLÓGICAMENTE (es decir, históricamente) en la Era de Shavuot, podemos y debemos guardar ambos aspectos, tanto el material (lo externo) como el espiritual (lo interno), con una comprensión superior del cumplimiento de las sombras, aunque como aún no hemos alcanzado la culminación de la tercera etapa (Era de Sukot), nuestra comprensión es limitada, todavía andamos con "las rueditas de apoyo" de la bicicleta.
Observar la fiesta de los panes sin levadura significa llevar una vida pura, una vida sin pecado, sin levadura, mucho más que no comer panes leudados o eliminar toda levadura literal de nuestras casas, acciones que por sí solas, no quitan ningún pecado. Este es un símbolo muy claro de un aspecto espiritual, hacer "subastas de levadura" para esta fiesta es no comprender realmente la importancia del mandamiento.
Como podemos comprender, esto también debemos observarlo TODOS LOS DÍAS, no sólo una vez al año, y es siempre un símbolo de nuestro andar espiritual, no rituales alimenticios. Con todo, NO RECHAZO EL RITUAL, PORQUE ES UN CUADRO PARA QUE LOS QUE AÚN NO VEN, VEAN. Tal vez una vez al año sirva como "expresión externa", para que el mundo sepa que somos separados para Yahweh, pero ciertamente eso debe ser vivido todos los días, o no pasará de más posturas muertas.
02 - Shavuot
La segunda fiesta mencionada en el capítulo 34 es la fiesta de las semanas o Shavuot, también llamada "de los primeros frutos de la cosecha del trigo". A veces podemos encontrar que la llaman también Fiesta de las Primicias, pero es necesario hacer la distinción entre Bikkurim, que es la fiesta de las primicias de la cebada, y Shavuot, de las primicias del trigo. También es llamada fiesta de las semanas, porque debían contar 7 semanas completas y un día (49 + 1 = 50 días, un jubileo), como explica Vayikra:
Y desde el día en que traigan el manojo de la ofrenda de elevación –el día después del Shabat– contarán siete semanas. Tienen que ser completas: deben contar hasta el día después de la séptima semana– cincuenta días; entonces traerán una ofrenda de grano nuevo a Yahweh. Vayikra 23:15-16
La fiesta de Shavuot o Pentecostés es el pleno resultado de la vida de resurrección. Sabemos que la fiesta de las semanas se observan siete semanas después de la fiesta de las primicias de la cebada. Esta es la razón por la cual decimos que la fiesta de Shavuot es el pleno resultado de la fiesta de las primicias. Las primicias de la cebada (Mashíaj en resurrección) cierran la Era de Pésaj (la era de la muerte) e inauguran la Era de Shavuot (el derramamiento del Ruaj haKodesh). Lo vemos tanto en la tipología del Tanaj como en el cumplimiento de la tipología en el B'rit Hadashá.
Las primicias de la cebada representan al Mashiaj resucitado. Mashiaj fue el primero en levantarse de entre los muertos como primicias de la resurrección:
Pero el caso es que el Mashíaj sí resucitó de entre los muertos, como primicias de los que durmieron. Qorintiyim Alef 15:20
Esto fue tipificado por las primicias de Bikkurim, ofrendadas a Elohim el día después del shabat, el día de resurrección:
"Háblale al pueblo yisraelita y dile: Cuando ustedes entren a la tierra que les estoy dando y cosechen su producto, deberán traer el primer manojo de su cosecha al sacerdote. Él elevará el manojo delante de Yahweh para que sea aceptado en favor de ustedes; el sacerdote lo elevará en el día después del shabat". Vayikra 23:10-11
Después del Shabat, cuando despuntaba el primer día de la semana, Miriam la Magdalena y la otra Miriam fueron a ver el sepulcro. MattiYah 28:1
Desde el día de la resurrección de Mashiaj hasta el día de Shavuot transcurrieron exactamente cincuenta días. Después de Su resurrección, Yahshua permaneció con Sus discípulos durante cuarenta días. Luego Él los dejó y ascendió a los cielos. Después de eso, los discípulos oraron durante diez días. Luego, en el día de Shavuot (Pentecostés significa "cincuenta", y Shavuot significa "semanas"), cincuenta días después de la resurrección de Mashiaj, se produjo un derramamiento del Ruaj haKodesh. Este derramamiento del Ruaj haKodesh fue la plena consecuencia del Mashiaj resucitado. El Mashiaj resucitado fue las primicias, la gravilla de cebada, en el día de resurrección, y luego se convirtió en el Ruaj derramado sobre Sus creyentes para el pleno deleite de ellos.
En cuanto a la tipología de las fiestas y su cumplimiento, vemos que el B'rit Hadashá y el Tanaj corresponden uno con otro. Pésaj nos da la entrada, la fiesta de los panes ácimos nos purifica. Debemos desechar toda la levadura, todas las cosas pecaminosas, de nuestro diario vivir para disfrutar a Mashiaj. Esto significa que si tenemos la fiesta de los panes sin levadura, tendremos también la fiesta de Shavuot para el deleite de Mashiaj. Hemos visto que debemos tomar a Mashiaj cada día como sacrificio por el pecado y sacrificio por la culpa. Si aplicamos a Mashiaj de esta manera cada mañana, desecharemos la levadura de nuestro diario vivir. Esto nos llevará a un Pentecostés diario, una verdadera llenura del Ruaj, y al deleite diario de Mashiaj. Al final del día tendremos un tiempo de primicias de la siega del trigo, un tiempo de cosecha de granos de trigo en nosotros. Shavuot significa cosechar el trigo, que es Mashíaj en nuestro interior para nuestro alimento como pan, a fin de disfrutarlo plenamente, pero ese es sólo el aspecto personal. En cuanto al aspecto corporativo, se trata de la siembra de los muchos granos, ahora para crecimiento y expresión.
Sin embargo, muchos santos no festejan la fiesta de los panes sin levadura por la mañana. Tampoco disfrutan de la fiesta de Shavuot durante el día. El resultado es éste: al final del día, no han disfrutado la fiesta de las primicias de la siega del trigo, y tampoco festejarán la fiesta de los tabernáculos. A menudo pasa lo mismo con nosotros. Vemos ahora que debemos festejar y descansar con Elohim a diario. Cada día debemos disfrutar a Mashiaj como la fiesta con los panes sin levadura, la fiesta de las semanas, y la fiesta de las primicias de la siega del trigo, y a diario debemos tener muchos shabatot para recordar a Elohim y descansar en Él.
Uno debe ir más allá de Egipto y más allá del Mar de Juncos (el bautismo), hasta el Sinay, donde Shavuot es experimentado. Éste es el lugar de la llenura del Ruaj haKodesh. Es el lugar donde nosotros aprendemos la obediencia y donde la Ley de Elohim es escrita en nuestros corazones. La primera vez, en la Era de Pésaj, fue escrita en tablas de piedra, pero la segunda vez, en la Era de Shavuot, en corazones de carne. Es el lugar donde nosotros venimos no sólo conocer a Elohim como Salvador, sino también como Rey que debe ser obedecido.
Desgraciadamente, muchos que afirman haber tenido una experiencia de Shavuot parecen tratarla puramente como un fenómeno del B'rit Hadashá, sin saber que esta fiesta tiene sus raíces en la entrega de la Ley en el monte Sinay. La realidad de las sombras de la entrega de la ley en el Tanaj es que hoy el Ruaj la graba en nuestro interior. Como resultado, muchos que se juzgan pentecostales por la experiencia piensan que ellos han recibido una licencia para actuar en maldad (sin ley, anomia) y pueden violar cualquiera de las Leyes divinas con inmunidad, siempre que sus transgresiones de la Ley se hacen "en amor". A menudo ellos han recibido enseñanzas de que el amor, de una manera u otra, ha reemplazado a la Ley de Elohim, en vez de ver que el amor es definido por la Ley y que se expresa en la Ley.
Yahshua se dirigió a ellos así:
"No todo el que me dice "Adón, Adón" entrará en el reino del Cielo, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo. Muchos me dirán en aquel día: "Adón, Adón, nosotros profetizamos en tu nombre, en tu nombre expulsamos demonios, y en tu nombre hicimos muchas obras poderosas!". Entonces yo les declararé: "Nunca los conocí. ¡Apártense de mí, obreros sin ley!". MattiYah 7:21-23
¿De qué vale la experiencia de Shavuot si el creyente se niega a ser guiado por el Ruaj y no aprende la obediencia? ¿De qué vale la experiencia "pentecostal" si el creyente se niega a tener la ley de Elohim escrita en su corazón? Yahshua dice que si el creyente permanece sin la Torah de Elohim escrita en su corazón, Él les dirá en el fin, "apártense de mí". Habrá muchos creyentes sorprendidos en ese día, muchos más de los que se cree. Esto no significa que esos creyentes perderán su salvación. Pero claro que sí ellos perderán la bendición de la primera resurrección y tendrán que esperar a la segunda resurrección del Gran Trono Blanco.
Además, muchos que han ido de verdad más allá del Mar de Juncos y han experimentado Shavuot dicen que ellos han logrado "El evangelio completo". Esta opinión es comparable a Yisrael negándose a moverse fuera de Monte Sinay para ir a la Tierra Prometida. No hay realmente ningún "evangelio completo" hasta que uno va más allá de Shavuot y aprende los principios de la fiesta de Sukot.
Tres Fiestas Anuales 02
03 - Sukot
Finalmente, tenemos el tercer conjunto de fiestas: Yom Teruah (Trompetas), Yom Kippur (Expiación) y Sukot (Tabernáculos). Sin embargo, aquí únicamente se menciona "la Fiesta de la Cosecha" (o Recolección):
...y la Fiesta de la Recolección a fin de año. Shemot 34:22
Antes de llegar a esta fiesta tenemos las dos primeras, pero Yahweh no las menciona aquí. A pesar de todo, fueron guardadas como un conjunto y los yisraelitas subían al templo tres veces al año.
La fiesta de las cabañas celebraba la recolección de los frutos del suelo, el grano, el aceite y el vino: "el producto de la tierra" (Vayikra 23:39). Se hace referencia a ella como "la fiesta de la recolección al término del año". La convocación santa, en el octavo día, clausuraba solemnemente el ciclo anual de fiestas.
La fiesta de las cabañas señalaba para los yisraelitas el fin de la parte principal del año agrícola. Por lo tanto, era un tiempo de alegría y agradecimiento debido a la bendición de Yahweh sobre el fruto de todas las cosechas. Asimismo, ya que el Día de Expiación se habría observado tan sólo cinco días antes, el pueblo tendría un sentimiento de estar en paz con Yahweh. Aunque sólo los varones estaban obligados a asistir a esta fiesta, había familias enteras que lo hacían. Durante los siete días de la fiesta, todos los asistentes tenían que morar en cabañas (Sukot, plural de Sukah). Por lo general, había una cabaña para cada familia (Shemot 34:23; Vayikra 23:42). Estas cabañas se levantaban en los patios de las casas, en los techos de las moradas, en los atrios del templo, en las plazas públicas y en los caminos, a una distancia de la ciudad que no excediera el camino de un shabat. Tenían que hacerlas del "fruto de árboles espléndidos", frondas de palmeras, ramas mayores de árboles frondosos y álamos (Vayikra 23:40). En los días de Ezrah las cabañas se hicieron con hojas de olivo y de árboles olíferos, hojas de mirto (muy aromáticas), hojas de palma y de árboles ramosos. El hecho de que todo el pueblo, ricos y pobres por igual, morasen en cabañas y hasta comiesen durante siete días en ellas, y el que todas estuviesen hechas de los mismos materiales, llevados de los valles y montañas del país, realzaba la absoluta igualdad que todos compartían en la fiesta (NehemYah 8:14-16).
La característica más notable y singular de la fiesta de las cabañas era la acción de gracias jubilosa. Yahweh deseaba que el pueblo se regocijara en Él: "Tienen que regocijarse delante de Yahweh su Elohim" (Vayikra 23:40). Esta fiesta era de acción de gracias por la recolección, en especial en vista de que para ese tiempo no sólo se había recogido el grano, sino también el aceite y el vino, y el resto de las frutas, como las granadas y los higos, lo que contribuía en gran manera al disfrute de la vida. Durante el transcurso de esta fiesta, los israelitas podían reflexionar en que su prosperidad y la abundancia de que disfrutaban no era gracias a su propio esfuerzo, sino al cuidado de Yahweh su Elohim. Por lo tanto, tenían que meditar profundamente en estas cosas por temor a que, como había dicho Moshe, "su corazón realmente se elevara y realmente olvidaran a Yahweh su Elohim, que los había sacado de la tierra de Egipto, de la casa de esclavos". Moshe también había dicho:
"Y tienes que acordarte de Yahweh tu Elohim, porque Él es para ti el dador de poder para hacer riqueza; a fin de realizar Su pacto que Él juró a tus antepasados, como sucede el día de hoy". Devarim 8:14,18
A Yisrael se le mandó morar durante toda una semana en cabañas por la siguiente razón:
"A fin de que sepan las generaciones de ustedes que fue en las cabañas donde hice yo morar a los hijos de Yisrael cuando estaba sacándolos de la tierra de Egipto. Yo soy Yahweh el Elohim de ustedes". Vayikra 23:42-43
Ellos podían rememorar con gozo y agradecimiento el cuidado que Elohim les había prodigado, proveyéndoles cobijo a través de un
"...desierto grande y espantoso, lleno de serpientes ardientes, y de escorpiones, y de sed, donde no había agua, y él te sacó agua de la roca del pedernal; que te sustentó con maná en el desierto, comida que tus padres no habían conocido, afligiéndote y probándote, para a la postre hacerte bien..." Devarim 8:15-16
Todas estas provisiones les darían sobrados motivos para regocijarse por el cuidado constante de Yahweh y por su generosidad.
Elohim guardó para el final de la Era de Shavuot, en el siglo veinte, la revelación de la fiesta de Sukot, época en que comenzó la Restauración. La Restauración es el mover del ruaj para traer de regreso muchas cosas perdidas pero por sobre todo, para limpiar las toneladas de levaduras que tanto la casa de Efrayim como la de Yahudá han coleccionado por siglos. Esta limpieza es equivalente a la limpieza de la levadura de la primera fiesta, con vistas a su futura unión.
En profecía, Sukot simboliza el Milenio, la última de las tres eras, en las cuales el pueblo de Yahweh habitará "en cabañas". Estas cabañas son también llamadas tabernáculos, y no sólo apuntan al trato que los yisraelitas recibieron cuando fueron sacados de Mitzrayim para andar en el desierto en sus tiendas, sino mucho más, a que nosotros somos peregrinos sobre esta tierra, habitando en tabernáculos temporales:
Porque sabemos que si se deshace nuestra casa terrenal, que es una carpa temporal, recibiremos de Yahweh un edificio, una casa eterna hecha en los cielos, no por manos humanas. Por eso en esta carpa gemimos deseando revestirnos de nuestra habitación que viene del cielo; si es que nos hallamos vestidos en ese día, y no desnudos. Porque los que estamos en esta carpa suspiramos agobiados, no porque deseemos ser desvestidos, sino más bien revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida. Pues el que nos preparó para esto es Elohim, quien nos ha dado el anticipo del ruaj. Así vivimos siempre confiados; y sabemos que durante nuestra estancia en este cuerpo peregrinamos ausentes del Adón. Porque andamos por fe, no por vista. Qorintiyim Bet 5:1-7
Durante la Era de Sukot viviremos en tabernáculos, es decir, el pueblo de Yahweh estará haciendo crecer sus tabernáculos personales a fin de edificar el Cuerpo, de manera muchos más plena, ya que esperamos un gran derramamiento del Ruaj, además del levantamiento de los vencedores, quienes serán una conexión entre el cielo y la tierra, para ayudar a todos los que aún deban estar aprendiendo y creciendo. Éste será el Reino de Yahweh en la tierra.
Todas esas fiestas mencionadas en Shemot 34 tienen como fin nuestro deleite, pero debemos recordar un asunto BÁSICO: NO PODEMOS TENER LAS FIESTAS MIENTRAS NO HAYAMOS ENTRADO EN LA TIERRA PROMETIDA. Las fiestas son el resultado de CULTIVAR LA TIERRA. Si estamos aún andando por el desierto, sólo recibiremos el maná que nos mantiene vivos, pero no produce frutos. Hay un tiempo de desierto, al principio de nuestra caminada, cuando debemos dejar caer nuestra carne allí, pero luego debemos entrar en la Tierra Prometida. No podemos ser rebeldes como los yisraelitas y negarnos a entrar, O PASAREMOS 40 LARGOS AÑOS DE DESIERTO. La decisión es nuestra, pero ya deberíamos haber aprendido que, si nos negamos a obedecer, estamos dejando pasar de largo la oportunidad de responder correctamente a nuestro Padre, y una vez pasada, ya no hay vuelta atrás hasta que Él lo determina. Si pasamos tiempo en el desierto una y otra vez, ES SÓLO A CAUSA DE QUE NOS NEGAMOS A ENTRAR EN LA BUENA TIERRA, Y PRESTAMOS OÍDOS A LOS INFORMES FALSOS DE LOS ESPÍAS (NUESTRA CARNE).
Pero si ya hemos entrado en la buena tierra, deberíamos estar cultivándola. Al principio, podemos decir que estamos sembrando y cultivando, y luego empezamos a disfrutar de los productos, de nuestras primicias, en la presencia del Padre, pero al final tenemos la plena cosecha para nuestro pleno deleite y el del Cuerpo también. En esta etapa, ya no hay tribus individuales, hay un único Reino, nuevamente unido en Mashíaj. Todavía no está en plenitud, pero lo estará, por Su Gracia.
Aparte de las fiestas, los hijos de Yisrael debían observar el shabat cada semana. Por muy ocupados que estuviesen, debían apartar un día por semana para dejar de trabajar y descansar con Elohim. El shabat significa apartar un tiempo para recordar a Elohim, un tiempo para recordar a nuestro Creador. Si no apartamos un tiempo para el descanso del shabat, eso significa que nos olvidamos de Elohim, pero cada vez que tenemos un shabat, lo recordamos a Él. Iniciemos esta práctica de recordar a Elohim y de descansar en Él continuamente durante el día.
En estos pasukim, entonces, vemos el festejo y el descanso. Hoy debemos disfrutar dos cosas. Cada día debemos festejar y descansar. No podemos festejar todo el día, pero sí podemos disfrutar de una fiesta tres veces al día, por la mañana, a mediodía, y por la tarde. Además, debemos descansar con Elohim a menudo durante el día, a fin de no estar haciendo las cosas en nosotros mismos. Esta práctica puede ayudarnos mucho a aprender a reposar en Él. Deberíamos hacer una pausa repetidas veces para recordar a Elohim y descansar con Él.
Derribar Al Enemigo, Disfrutando A Elohim
Tres veces al año se presentarán todos tus varones delante de ha'Adón Yahweh, el Elohim de Yisrael. Porque Yo expulsaré naciones de tu camino y ensancharé tu territorio; nadie codiciará tu tierra cuando subas a presentarte delante de Yahweh tu Elohim tres veces al año. Shemot 34:23-24
En estos pasukim, vemos algo crucial indicado por la palabra "porque" al principio del pasuk 24 (que algunas versiones omiten, pero que aparece en los manuscritos). Esta palabra muestra la razón por la cual debemos disfrutar a Elohim como la fiesta de los panes sin levadura, la fiesta de las semanas, y la fiesta de la recolección. Los pasukim 23 y 24 enseñan que todo varón debía presentarse tres veces al año delante de Elohim, porque Él Adón arrojaría a las naciones y ensancharía el territorio de los hijos de Yisrael. Las naciones poseían el país, pero Elohim prometió que Él los arrojaría, los echaría fuera. Además, Elohim prometió ensanchar el territorio de los hijos de Yisrael. Esto representa el agrandamiento de nuestra capacidad de disfrutar a Mashiaj, y el crecimiento de nuestro Mashíaj interior. Esta promesa no se refiere a una tierra exterior, sino a nuestra lucha con nuestra carne y con los enemigos del Reino,
Algunos hijos de Yisrael habrán pensado: "Si pasamos siete días en la fiesta de los panes sin levadura, ningún varón quedará disponible para montar guardia contra el enemigo. Supongamos que los filisteos ataquen nuestras tierras durante la fiesta ¿Cómo podremos defendernos?". Aquí Elohim parece decir: "Quédense todos en paz. Si ustedes suben para festejar conmigo tres veces al año, este festejo mantendrá lejos al enemigo codicioso. Cuando ustedes me obedecen y se alinean a Mí, haSatán no tiene terreno legal para acusarlos, y Yo no permitiré que nada ni nadie los ataque".
Este principio es muy significativo. El hecho de que Elohim arrojará a las naciones y ensanchará el territorio indica que si descuidamos el deleite de Elohim, los enemigos vendrán y nos atacarán. Por ejemplo, si no disfrutamos a Elohim cada día, podemos ser atacados y vencidos por nuestro mal genio, o nuestro orgullo, nuestra rebeldía, etc. Además, se presentarán muchas cosas más que nos vencerán. No obstante, si cuidamos del deleite de Elohim, este deleite mantendrá lejos de nosotros toda influencia maligna. El mejor repelente contra demonios es dedicarnos a hacer crecer nuestro Mashíaj interior y estar llenos del Ruaj.
Quisiera llamarles la atención sobre la palabra "codiciar" en el pasuk 24. Muchas cosas negativas quisieran apoderarse de nosotros y poseernos. No obstante, nuestra falta de comprensión nos induce a esperar que los enemigos permanezcan lejos de nosotros, aún cuando no disfrutemos a Elohim, pero la experiencia nos enseña que si no disfrutamos a Elohim, nos atacarán muchos "gérmenes". Podemos usar nuestro cuerpo físico como ilustración. Si deseamos tener un cuerpo sano, debemos comer adecuadamente y llevar una buena dieta. Si comemos sano, muchas "larvas" serán matadas y muchos gérmenes quedarán alejados de nosotros. Esto ilustra el hecho de que la mejor manera de combatir el enemigo consiste en disfrutar a Elohim, "vacunarnos" de Él, no de las falsas vacunas humanas.
Puedo dar testimonio que el deleite de Elohim es el verdadero combate contra el enemigo. Siempre hemos estado haciendo las cosas al revés, por lo que creemos que en primer lugar debemos resolver todos esos conflictos externos, esos ataques, para tener la paz necesaria para dedicarnos a Elohim, pero la realidad es la inversa. La shalom viene de disfrutarlo a Él en primer lugar, y entonces también viene la posición correcta y legal por la cual el propio Yahweh es quien "lucha por nosotros". Si ponemos el reposo en Él en primer lugar, el resto de las bendiciones simplemente vendrán, no como un premio, sino como consecuencia lógica e inevitable de nuestra obediencia al primer mandamiento.
Luchamos acertadamente cuando festejamos, cuando alabamos y glorificamos su Nombre Kadosh. Cada día combatimos gérmenes malignos comiendo saludablemente, y eso nos fortalece para hacerles frente. Del mismo modo, debemos disfrutar a Elohim cada día festejando con Él. Si cuidamos el deleite de Elohim, los enemigos se mantendrán alejados de nosotros.
No debemos temer que el enemigo venga y nos ataque mientras tomemos el tiempo de disfrutar a Elohim. Según la promesa de Elohim en Shemot 34:23-24, podemos estar en paz. Si tomamos cuidado de festejar con Elohim, Él cuidará de los enemigos codiciosos. En realidad, nuestro deleite de Elohim alejará al enemigo.
Elohim ha prometido arrojar al enemigo, y ensanchar el territorio de la buena tierra, y alejar a los enemigos codiciosos lejos de la buena tierra. Esto significa que Él anulará todas nuestras preocupaciones y lo que nos usurpa, ensanchará el territorio de Mashiaj, y guardará el deleite de Mashiaj.