PIEDRAS VIVAS
CLE02 20
De Las Aguas Amargas A Las Aguas De Vida
JORNADA 4 - LA EXPERIENCIA DE YISRAEL EN MARAH
Entonces Mosheh hizo que Yisrael se alejara del Mar de los Juncos. Se adentraron en el desierto de Shur; viajaron tres días por el desierto y no hallaron agua. Llegaron a Marah, pero no pudieron beber el agua de Marah porque era amarga; por eso fue que la llamaron Marah (Amarga). Y el pueblo se quejó contra Mosheh, diciendo: "¿Qué vamos a beber?". Así que él clamó a Yahweh, y Yahweh le mostró un pedazo de palo; él lo tiró al agua y el agua se volvió dulce. Allí él les puso una norma fija, y allí los puso a prueba. Dijo: "Si ustedes oyen diligentemente a Yahweh su Elohim, haciendo lo que es recto a su vista, prestando oído a sus mandamientos y observando todas sus leyes, entonces no traeré sobre ustedes ninguna de las enfermedades que traje sobre los mitsritas, porque yo Yahweh soy su sanador". Shemot 15:22-26
Según Shemot 15:22, el pueblo caminó 3 días por el desierto. En los escritos de Moshe, el desierto tiene un significado positivo y también negativo. No obstante, la mayoría de los creyentes solamente han oído que tiene un significado negativo. Muchos lectores de Shemot pueden sorprenderse al escuchar que el desierto en este pasuk también simboliza la resurrección, en el sentido que es la salida de las aguas de la muerte. Primero atravesamos el mar, el bautismo, somos sepultados en la muerte de Yahshua, y entonces resucitamos. Somos nuevas criaturas, ahora en Mashíaj, en la nueva humanidad. Si queremos entender esto correctamente, necesitamos el conocimiento adecuado de las Escrituras y también algo de experiencia espiritual.
El Mar de Juncos fue creado por Elohim como un bautisterio para los hijos de Yisrael. Esto significa que aún en Su creación, Elohim hizo algunos preparativos para representar la salvación de Su pueblo. Los lugares geográficos representan cosas espirituales. África se encuentra al lado occidental del Mar de Juncos, y Asia al lado oriental. La palabra Shur significa "una pared" y el nombre Migdol mencionado en 14:2, significa una fortaleza. Según algunos historiadores, había una pared de separación que protegía a Mitzrayim, una pared que empezaba en el mar Mediterráneo y terminaba en Shur (recordemos la Muralla del Príncipe que ya mencionamos existía antiguamente). Después de haber cruzado el Mar de Juncos, los hijos de Yisrael viajaron tres días por el desierto de Shur (15:22). La columna de nube les condujo hacia el sur, hacia Marah.
Si deseamos conocer el significado espiritual de estos datos geográficos, debemos considerar esta porción de la palabra según la revelación del B'rit Hadashá y también según nuestra experiencia. Hemos señalado que el bautismo introduce a los creyentes en la resurrección. También que el Mar de Juncos era el bautisterio en el cual los hijos de Yisrael fueron bautizados. Por tanto, después de ser bautizados en el Mar de Juncos, fueron introducidos en resurrección. Según Shemot 3:18-5:1, Moshe le pidió a Faraón que dejara ir a los hijos de Yisrael para que viajaran tres días por el desierto y que allí presentaran un sacrificio a Su Elohim y le celebraran a Él. Este viaje de tres días representa la resurrección. Esto significa que en resurrección el pueblo de Elohim fue separado de Mitzrayim, y esto se completó exactamente en Shur, a 3 días de viaje a través del desierto. Por ende, el desierto es una esfera de separación.
Ahora debemos continuar para ver que el desierto también representa la esfera de la resurrección. Decimos esto conforme a la revelación del B'rit Hadashá acerca del bautismo y también conforme a nuestra experiencia. Tenemos que comprender que esto ILUSTRA EL PROCESO. El bautismo nos lleva a la resurrección, y aunque entramos en ella así que salimos de las aguas de muerte, esa resurrección, ese desierto, ES UN PROCESO QUE DEBE CULMINAR EN SUKOT, LA GLORIFICACIÓN. Shavuot es un proceso, aunque la resurrección es instantánea, porque Shavuot representa no sólo la resurrección (el nacimiento del nuevo hombre), sino la santificación, que es el crecimiento y desarrollo de ese bebé hasta su plenitud.
Como ya dijimos otras veces, es difícil pintar cuadros en el plano material de las cosas espirituales. En lo espiritual, muchas cosas se superponen y suceden al mismo tiempo, entonces son representadas por dos cosas aparentemente diferentes, pero que van unidas, como en el caso de las dos palomas y las dos cabras de los sacrificios. Aquí también el desierto es como un "túnel" que une Pésaj con Sukot, el túnel de Shavuot podemos llamarlo, que muestra en cámara lenta el proceso de la santificación que debe producirse en el interior de los creyentes. Las personas salen del bautismo de Pésaj, y entran en el desierto, en la resurrección, y atraviesan el desierto de Shavuot haciendo crecer al Mashíaj en ellos, para llegar a la glorificación plena de Sukot. El desierto es como la gestación de un bebé, el nuevo hombre.
En cuanto un creyente es bautizado, él siente que ha sido sacado de la vieja esfera y puesto en una nueva esfera, la esfera de la resurrección. Romaniyim 6:4 afirma que, al ser bautizados en Mashiaj, debemos andar en novedad de vida. Sin lugar a dudas, andar en novedad de vida significa vivir en la esfera de la resurrección. Según la tipología de Shemot, esta esfera comienza en el desierto de Shur.
Es significativo que el viaje desde el Mar de Juncos hasta Marah era exactamente tres días y no dos, ni cuatro, ni siquiera tres días y medio. Según una nota en el texto de la versión ampliada, la distancia desde el Mar de Juncos hasta Marah era de aproximadamente 50 kilómetros. Indudablemente los hijos de Yisrael pudieron haber caminado esta distancia en menos de tres días. Debemos creer que el paso de su viaje se encontraba bajo la dirección y el control soberano de Elohim. El hecho de que viajaran durante tres días describe el caminar en resurrección. Cuando los hijos de Yisrael estaban en el desierto, ciertamente caminaron de una manera distinta de la manera en que caminaban en el mundo. En Goshen no tenían la columna de nube, pero en el desierto caminaban conforme a la guía de esta columna. Eran conducidos por la presencia de Elohim a caminar de una manera que encajara en los tiempos de Yahweh.
Muchos se preguntarán por qué las Escrituras usan el desierto para representar la resurrección, porque nosotros no estamos acostumbrados a pensar que la resurrección es tipificada por un desierto. Para aquellos que han sido bautizados en Mashiaj, la resurrección no es un desierto. Pero es un desierto a los ojos de la gente mundana. Después de nuestro bautismo, nuestros parientes y amigos quizás hayan pensado que hemos entrado en alguna clase de desierto. Antes de ser bautizados, estábamos en Mitzrayim disfrutando de los "ajos", "puerros" y "cebollas", y nuestros parientes y amigos estaban contentos con nosotros. Pero al creer en Yahshua y al ser bautizados, fuimos introducidos en una nueva esfera, la cual nuestros parientes y amigos consideraban ser un desierto. Pero a los ojos de Elohim, este desierto en realidad es una esfera de resurrección. Si tenemos la visión de Yahweh, nos daremos cuenta que la esfera en la cual hemos entrado por el bautismo no es un desierto, sino una esfera de separación y de resurrección.
Al salir de Sukot, finalmente acamparon entre Migdol y el mar (14:2). Elohim no condujo a su pueblo "por el camino de la tierra de los filisteos, que estaba cerca" (13:17). Aunque ese era el camino habitual que tomaba la gente para viajar de Mitzrayim a Kenaán, Elohim condujo a Su pueblo hacia el sur, y luego los llevó hasta el Mar de Juncos para que fuesen bautizados allí. A los ojos de Faraón, los hijos de Yisrael eran insensatos porque tomaron este camino. El pensaba que estaban atrapados cerca del mar y no podrían escaparse. A los ojos del hombre, la manera en que Elohim hace las cosas es una locura. No obstante, Elohim había planeado llevar a Su pueblo a través del Mar de Juncos hasta el desierto de Shur. Además, después de llevarlos a través del mar, Él no los llevó hacia el norte conforme a la geografía. Con todo propósito Él los condujo hacia el sur en un viaje de tres días hasta Marah.
No Hay Agua Natural En El Camino De La Resurrección
Marah fue la primera parada después de entrar en el desierto. En Shemot 12:37, vemos que los hijos de Yisrael viajaron desde Ramesés hasta Sukot, donde Él les mostró un cuadro del premio final. Luego, inmediatamente los bautizó y los introdujo en el desierto, y lo primero que encontraron fueron aguas amargas. Cualquier similitud con la vida real de todo nuevo convertido no es casualidad.
Vemos en Shemot 15:22 que durante este viaje de tres días por el desierto, los hijos de Yisrael no encontraron agua. Esto significa que en la esfera de la resurrección, no hay agua natural, no hay ninguna provisión natural. Después de ser bautizados e introducidos en la esfera de la resurrección, tal vez esperemos recibir cierta clase de ayuda, la ayuda que procede del agua natural. Uno pensaría: "Ahora que me convertí al Adón, desde este momento todo va a ser fácil, ahora voy a ser feliz, ahora no voy a tener ningún sufrimiento, ninguna sequedad"; pero Mashíaj nos conoce y sabe lo que necesitamos. Entonces no siguieron de largo por el llamado camino de Horus (otro de los nombres de la Ruta de los Faraones) a Palestina, sino al desierto.
Antes de ser salvos, y cuando vivíamos en la vieja esfera del mundo, teníamos un provisión más o menos abundante de aguas naturales procedente del Nilo. Pero en la esfera de la resurrección, esta agua no existe, y apenas salimos del bautismo, esa provisión es cortada. La verdad es que lo primero que queremos recibir es aquella visión que nos fue presentada de Sukot, esa promesa, ese premio, pero lo primero que encontramos son las aguas amargas.
Ellos tenían sed, pero no encontraban satisfacción. ¿Por qué? Porque esas aguas no eran puras. Lo primero que el Padre nos muestra en el desierto es que las aguas que antes bebíamos ahora nos resultan amargas. Antes las bebíamos y ni nos dábamos cuenta. Pero ahora fuimos bautizados y nacimos de nuevo de lo alto, y de repente, lo que antes era dulce, ahora se vuelve amargo, y andamos con sed. Es cuando en nuestra vida creyente empezamos a ver nuestras aguas interiores, cómo eran de amargas y no nos habíamos dado cuenta. Están llenas de errores, cosas mundanas, todo lo que agrada a la carne y al alma. Las aguas del viejo hombre son impuras. Pero gloria a Mashíaj, que en el nuevo nacimiento recibimos el madero para aplicarlo a nuestras aguas impuras de la carne, para llevar nuestro viejo hombre al madero y ahora sí, recibir aguas dulces, aguas que podemos beber. Antes bebíamos inmundicias, ahora bebemos aguas dulces. Este es el primer paso, todavía no llegamos a Jorev, donde vamos a beber del agua de la Roca, para ríos de agua viva broten de nuestro interior. Acá vemos todas las partes del proceso detalladas, pero en cada uno de nosotros, puede ser todo junto o separado, más rápido o más lento, eso depende de nuestra sed.
Elohim guió al pueblo hasta Marah, que significa amargura. Shemot 15:23 dice: "Y llegaron a Marah, y no pudieron beber las aguas de Marah porque eran amargas; por eso le pusieron el nombre de Marah". El hecho de que Elohim llevara a Su pueblo hasta Marah indica que mientras caminamos en la esfera de la resurrección, Él nos conducirá a un lugar de amargura, a Marah.
Uno pensaría que Yahweh lo haría todo fácil desde el principio. Al principio uno empieza a buscar al Adón y tiene momentos de gran gozo, pero tiene también momentos de sequedad, y uno dice por qué no me siento tan bien. A veces, cuando estamos en la reunión me siento tan hermoso, pero parece que salgo de la reunión y se me apaga todo; llego a la casa y se me forma un problema, o en otra parte, puede ser en el trabajo, y después estoy buscando otra vez ese momento de paz, ese momento de alegría, y Elohim sabe que así sería nuestra experiencia. Antes de Elim, que sí son fuentes y palmeras, está Marah. Marah es una experiencia anterior a la experiencia de Elim que viene después; por eso tenemos que detenernos en Marah. Yo creo que todos recordamos el primer amor, cuando el Adón nos salvó y estábamos llenos de amor, de alegría, y esa felicidad que sentimos en la presencia del Adón, cantamos y saltamos y exultamos, pero de pronto como que algo falta, como que tenemos sed y es que sólo el Adón calma la sed. Pero al principio uno no entiende que es sólo el Adón el que lo puede hacer; al principio uno piensa que son los cánticos, o las reuniones, o esto o aquello, entonces la carne propone "¿Por qué no vuelvo a cantar este cántico que me gustó tanto la vez pasada?". Y lo cantamos de nuevo, solos o acompañados, pero ya no es lo mismo, la vez pasada fue del Ruaj, esta vez es como un pozo seco, es como una experiencia de sequedad, parece que las cosas están sin vida, y Elohim nos está enseñando esto con un propósito, que la carne no puede repetir en sí misma las experiencias del Ruaj, por eso debemos cortar con la carne.
La Murmuración
Cuando el pueblo descubrió que las aguas eran amargas, "murmuraron contra Moshe y dijeron: ¿Qué vamos a beber?". (pasuk 24). Tal como los hijos de Yisrael, nosotros también nos hemos quejado, hemos murmurado acerca de nuestras circunstancias amargas. A menudo hemos dicho en tono de queja: "¿Qué haré? ¿Qué comeré? ¿Qué clase de ayuda es ésta?". Pero como verdadero siervo de Elohim, en lugar de luchar contra las murmuraciones y las quejas del pueblo, Moshe clamó a Elohim (pasuk 25). No tenemos que enfrentar estas reclamaciones que nuestra propia alma nos hace, ni enfrentar la situación en nosotros mismos, sino que debemos acudir a Yahweh, no reclamando, sino clamando.
Habían murmurado una vez antes, en la orilla occidental del Mar de Cañas, antes de cruzarlo (Shemot 14:11-12), y murmurarían muchas veces más antes de que terminara su peregrinación (Shemot 16:2; Bamidbar 14:2; 16:41; etc.). La "murmuración" iba a ser su manera usual de desahogar la amargura de su alma ante las dificultades que encontraron regularmente. Como Moshe era responsable por su salida de Egipto y era, además, su dirigente, sus murmuraciones iban dirigidas en primer lugar contra él. La gente siempre tiende a acusar "al que ve", pero no se dan cuenta de que de esa forma están también acusando AL QUE COLOCÓ AL QUE VEN. La primera reacción de la carne es siempre REBELIÓN. La carne se rebela, discute, reclama "derechos" (aunque tiene memoria corta para sus responsabilidades), se queja, llora, representa el papel de víctima. Como en su interior siempre persiste el MIEDO A SER CASTIGADO, el alma es cuidadosa (a nivel inconsciente) y culpa a la mano en vez de al Dueño de la mano, pero es exactamente lo mismo. Cuando nos rebelamos contra aquellos que Él ha colocado para guiarnos, SEAN BUENOS O MALOS, nos rebelamos contra Él. A veces también nos rebelamos contra sus disciplinas, cuando somos colocados bajo yugo, tanto de madera como de hierro. Nos hemos alejado tanto de las Escrituras y de Su ley que no tenemos ni la menor idea de la cantidad de transgresiones que hemos acumulado y que debemos pagar PORQUE NO NOS HEMOS ARREPENTIDO CORRECTAMENTE DE CADA UNA NI HEMOS HECHO RESTITUCIÓN. Yisrael muchas veces se rebeló y trató de escapar de los castigos y disciplinas que Yahweh le imponía, y siempre empeoró su situación.
Murmurar contra nuestras circunstancias es lo primero que nuestra carne hace. Debemos someterla al madero y encarar la situación en nuestro ruaj, de la mano de Mashíaj. No debemos murmurar, debemos clamar a Él. Como haría Yahoshúa más adelante después de la derrota de Hai, debemos tomar nuestro urim y turim (hoy vamos directamente al Ruaj, el urim y el tumin eran simbólicos), y preguntarle qué es lo que ha provocado esa situación, para que corrijamos lo que deba ser corregido, cuando es el caso. A veces se trata de algo que debemos corregir, a veces simplemente se trata de exponer un comportamiento equivocado, como en este caso. Yahweh les dio aguas amargas para exponer sus corazones, para que ellos murmuraran y así fuera expuesto ese ruaj de murmuración. Lamentablemente, muchos actúan como los yisraelitas: ellos no comprendieron que estaban siendo disciplinados y creyeron que estaban siendo maltratados, y se quejaron UNA Y OTRA VEZ, sin aprender nunca, por eso Yahweh terminó diciendo que eran "pueblo de dura cerviz".
Ellos estaban representando la carne, por supuesto. Por eso no podían aprender nada. No tenían al Ruaj en su interior, que es la Ley en nuestro corazón, por lo tanto sus respuestas no podían jamás ser las correctas. Yahweh estaba mostrándonos, a través de ellos, de ese cuadro vivo, que la carne nunca puede agradar a Elohim. La carne es rebelde, es murmuradora, es egoísta y es contenciosa. La carne siempre reclama y reivindica "sus derechos", y no comprende que, en única instancia, ella misma atrae sobre sí su propio mal.
La amargura siempre produce murmuración, descontento. Al principio de nuestra experiencia espiritual buscamos saciarnos a nosotros mismos; al principio buscamos estar felices, tener experiencias de paz, éste es el comportamiento del bebé espiritual. Al principio, aunque creemos que sí, en verdad no buscamos al Adón, buscamos nuestra propia satisfacción; buscamos deshacernos del estrés; no buscamos adorarle, buscamos la emoción tan agradable que sentimos cuando cantamos; pero es muy distinto buscar al Adón y buscar la emoción, una cosa alimenta al ruaj, la otra agrada a la carne. No que sentir esa sensación sea malo; ciertamente si adoramos en el ruaj, experimentaremos gozo y también el cuerpo lo experimentará, y el alma. Pero la motivación es siempre lo primero, no lo secundario. No es cantar para sentirnos bien, sino adorar porque lo amamos, entonces nos sentiremos bien. Los frutos son lo secundario, no lo primario. No debemos esforzarnos por dar el fruto sino por hacer crecer la semilla interior; ella sola producirá los frutos. Pero si no hacemos crecer la semilla y pretendemos dar frutos, esos serán frutos de la carne, de la vieja planta que aún está en nuestro interior. Ella puede producir frutos falsos, bastante parecidos a los verdaderos, lo suficiente para engañarnos a nosotros mismos y al mundo, inclusive. Pero los frutos de la Semilla de Mashíaj que crece en nuestro interior BROTAN ESPONTÁNEAMENTE, no necesitamos forzarlos.
Al principio nuestras búsquedas son impuras, hay mezcla, buscamos sentimientos, buscamos emociones, somos egoístas, somos psicológicamente egoístas, buscamos agua para saciarnos, pero como hay impurezas no quedamos saciados. Pero veamos, cuando dejamos todo en las manos de Yahweh y nos humillamos, parece que todo se endulza, ¿saben por qué? Porque nos hemos negado a nosotros mismos y hemos aplicado el madero a las aguas amargas.
El Madero De Mashiaj Endulza Las Aguas
Así que él clamó a Yahweh, y Yahweh le mostró un pedazo de palo; él lo tiró al agua y el agua se volvió dulce. Allí Él les dio un estatuto y una ordenanza, y allí los puso a prueba. Shemot 15:25
Estatuto es JOC (H2706) en hebreo, que viene de la raíz JACÁC (H2710), que significa "grabar", aplicada a grabar en la piedra, tatuar. En Shoftim 5:14 se usa como "legislador" (mal traducido como jefe, porque es "grabador de leyes" la implicación). Para establecer diferencias entre unas y otras, las traducciones usan diferentes palabras, como estatutos, normas, ordenanzas, etc, pero nosotros debemos tratar de recuperar ese significado intrínseco de la propia palabra original al leerla. De esta manera, un estatuto es una palabra grabada, una ley firme, que ha sido escrita, grabada. JOC es singular y masculino, su plural es JOQUIM. Aquí aparece en singular, porque se refiere a una cosa única, como veremos.
La palabra traducida como ordenanza es MISHPÁT (H4941), que también es traducida de diferentes formas, como justicia, ley, etc. Propiamente es "sentencia", en cuanto a que es la emisión final de la aplicación de una ley. La sentencia o veredicto es la parte práctica de la ley teórica, lo que se aplica.
Entonces Yahweh aquí está diciendo que ÉSTA ES UNA ORDENANZA QUE DEBE SER APLICADA SIEMPRE. ¿Será que esto quiere decir que la gente debía lanzar maderas a las aguas para endulzarlas? La verdad como TODAS LAS ORDENANZAS DE YAHWEH, tienen una aplicación espiritual, como ya comprendemos hoy. De manera que aquí encontramos la primera de las Leyes de Yahweh, que nadie parece haber registrado como tal: DEBEMOS APLICAR EL MADERO A LAS AGUAS AMARGAS.
Es bastante lógico que hayan pasado por alto esta ley antiguamente, ya que ni apariencia de ley tiene (y además faltaba su cumplimiento cabal por Mashíaj), pero ahí está escrito de forma bien clara que ESTO ES UN ESTATUTO (LEY GRABADA) Y UNA ORDENANZA (SENTENCIA APLICADA), de manera que es una cosa que debemos hacer obligatoriamente. El error de muchos ha sido, como ya sabemos, dejar de lado partes de las Escrituras, porque ellas son un todo, y muy claro cuando las miramos de forma completa y ordenada, no picoteando un poco aquí, otro poco allá, y barremos debajo de la alfombra lo que no nos gusta o lo que no entendemos. Si está escrito, ES IMPORTANTE, así que pidamos luz para ver las cosas que nos están aún ocultas a nuestro entendimiento.
En respuesta a su clamor, Elohim le mostró un árbol (pasuk 25). Cuando Moshe echó el árbol en las aguas, éstas se endulzaron. Ese árbol simboliza el madero de Mashiaj. Por tanto, el árbol que sanó a las aguas amargas denota el madero sobre el cual fue clavado Mashíaj. Esto no quiere decir que miremos a Mashíaj como cuando la serpiente de bronce fue levantada. Aquí se habla de otra cosa, es APLICAR EL MADERO A LAS AGUAS AMARGAS. ¿Qué hizo Yahweh cuando Moshe le clamó? Le dijo que lanzara un madero en las aguas. Miren y vean con claridad lo que soluciona el problema de la amargura: el árbol, el madero; este árbol representa el madero. Mashiaj entró en las aguas de la muerte y las endulzó.
Aquí dice que Moshe clamó a Yahweh, y Yahweh le mostró ese árbol. Si no hubiera ese problema de la sequedad, de la amargura, nosotros no buscaríamos al Adón, y cuando lo buscamos en medio de la amargura, Él nos muestra el madero. Él nos dice: "Esa es la solución que te di, y la que deberás usar para todas las cosas. En todo deberás aplicar el madero, porque el madero no es sólo la salvación, esa es únicamente la primera parte, la puerta de entrada, la punta del iceberg. No dejes debajo de las aguas el resto de las riquezas del madero, ÚSALAS EN TU DESIERTO, porque es el arma que te he dado, no para que la entierres, sino para que la apliques a toda amargura".
Es el madero el que va a endulzar las aguas amargas. ¿Y cómo aplicamos ese madero en nuestra vida real? Como está escrito:
"Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su madero y sígame". MattiYah 16:24
Así que aplicar el madero es NEGARNOS A NOSOTROS MISMOS. Listo, eso es todo. Era simple, ¿verdad? ¿Era simple? No, la verdad es que no lo es, porque nuestra carne no acepta ser negada, y por eso el desierto es un camino a través de la sequedad, es el camino de la santificación, que no agrada a nadie, pero que con cada paso nos acerca más y más al premio de la Tierra Prometida, la glorificación.
Si al principio uno no se niega a sí mismo, no hay nada, tenemos amargura, tenemos luchas y ahí nos vamos a quedar, ahí en medio de la amargura, hasta que metamos el árbol en el agua, hasta que nos humillemos y nos neguemos a nosotros mismos. Moshe echó al árbol en las aguas, y las aguas se endulzaron. ¡HalleluYah!
Entonces, hermanos, uno en el camino encuentra amarguras, y esas amarguras no van a ser endulzadas hasta que no metamos el madero en la amargura. Solamente cuando nos negamos a nosotros mismos, rechazamos nuestras reclamaciones, nuestros derechos, nuestro resentimiento, nuestra rabia, etc., etc., etc., sólo entonces terminaremos con las aguas amargas, serán dulces y las beberemos hasta el final, porque esa es la copa que el Padre nos ha dado para que la bebamos, ¿y no hemos de beberla hasta el final? Y por Su gracia, la beberemos con alegría, porque su madero la habrá endulzado.
Podemos también tratar de apretar los dientes y tragarla toda, pero estaremos bebiendo aguas amargas, no aguas endulzadas. Muchos fingen y disimulan, asumen posturas y barren debajo de la alfombra la amargura, tratando de fingir delante del mundo y de ellos mismos que han superado las cosas, que son "buenos creyentes", pero han fallado porque sus aguas continúan siendo amargas, porque nunca aplicaron el madero a su carne. Aplicar el madero a una situación es APLICARLO A NUESTRA PROPIA CARNE, no a la carne del vecino, como tantos hacen, y le dan palos a los demás. El madero es personal, pero los resultados son siempre corporativos, para el bien del Cuerpo.
Yahweh estaba empezando a enseñar a su pueblo a tomar el madero, y por eso no hace las cosas fáciles. Prestemos mucha atención que aquí dice que Él lo hizo a propósito. Dice: "Allí Él les dio un estatuto y una ordenanza, y allí los puso a prueba". Eso nos dice que cuando estamos en amargura, nos está probando, PARA VER SI APLICAMOS EL ESTATUTO QUE NOS ORDENÓ.
Yahweh Es Nuestro Sanador
Inmediatamente después de que las aguas fueron endulzadas, Elohim dijo:
"Si ustedes oyen diligentemente a Yahweh su Elohim, haciendo lo que es recto a su vista, prestando oído a sus mandamientos y observando todas sus leyes, entonces no traeré sobre ustedes ninguna de las enfermedades que traje sobre los mitsritas, porque yo Yahweh soy su sanador". Shemot 15:26
Si leemos todo esto de corrido, tal vez no consigamos comprender por qué se menciona esto inmediatamente después de la sanidad de las aguas amargas. Pero si consideramos esto a la luz de nuestra experiencia, nos daremos cuenta de que el madero de Mashiaj no sólo sana nuestra situación amarga, sino que nos sana también a nosotros y evita las consecuencias de nuestras acciones. Cuando no aplicamos el madero a nuestras circunstancias amargas, la amargura nos corroe por dentro. Bebemos aguas impuras, amargas, que no han sido endulzadas por la negación de la carne, y eso produce lo inevitable: UNA RAÍZ DE AMARGURA. De lo amargo sólo puede salir amargura, y la amargura trae sus propios frutos: resentimientos, venganzas, odios, disensiones, etc. Estas cosas evidentemente no son del Ruaj, sino de la carne. Y estos frutos son la consecuencia directa de no aplicar el madero, éstas son las maldiciones de quien NO OBEDECE SUS ESTATUTOS Y ORDENANZAS, y acabamos de ver cuál es el primero de todos.
Las aguas en nuestras circunstancias no son lo único amargo, nosotros mismos también somos amargos y necesitamos sanidad. Nuestro mismo yo es amargo. En otras palabras, el yo está enfermo. Estamos enfermos física, psicológica y también espiritualmente. Hay amargura en nuestro cuerpo, alma y ruaj.
Cuando me he encontrado en circunstancias amargas, a menudo Elohim me ha mostrado el madero de Mashiaj. Me he dado cuenta que necesitaba tomar el madero y llevar una vida clavada en el madero. Esto no es fácil de aplicar, pero tampoco es imposible, Él nunca nos ordena algo que no podamos hacer, aún cuando precisemos de sacrificio. Aplicar el madero siempre nos salva de nuestras situaciones amargas, y además somos sanados. La mayoría cree que el madero de Yahshua es sólo la salvación, pero esa es sólo la primera parte, ya dije. Y lo que la mayoría jamás hace DE FACTO, EN PLENITUD, es aplicar el madero a su carne. A veces lo hacen en alguna ocasión, a las perdidas, cuando se acuerdan, y después su carne se felicita porque "aplicó el madero". Eso no es en verdad aplicar el madero. El madero debe ser aplicado A TODAS LAS CIRCUNSTANCIAS AMARGAS, no a una que otra, cuando me acuerdo. Sólo en la continuidad nace la costumbre, y finalmente llega a ser parte de nuestra propia naturaleza. Hacer de vez en cuando una cosa no es ser esa cosa. Aplicar el madero de vez en cuando sólo nos muestra que ESO FUNCIONA, de hecho, y que deberíamos usarlo todas las veces. Pero nuestra carne dice "no", y le obedecemos.
Elohim me ha mostrado a menudo que hay amargura dentro de mí. Amargura por tantas cosas que uno guarda en su costal de papas podridas, resentimientos por maltratos imaginarios, porque no fuimos reconocidos, porque no nos trataron bien, porque nos trataron mal, porque no nos trataros, por blanco y por negro, por cada cosa que se nos pueda ocurrir y que guardamos y usamos cada vez que volvemos a ver aguas amargas, en vez de usar el madero. Cuando en vez de aplicar el madero aplicamos nuestros viejos frutos amargos, sólo obtenemos más amargura, obviamente.
Él me mostró tantas veces que había amargura en mi yo y también en mis circunstancias, y que era porque yo misma lo permitía, aferrándome a esas viejas aguas amargas en vez de aplicarles el madero. Me hizo ver que había amargura en todo mi ser completo, y que necesitaba aplicar el madero de Mashiaj a cada aspecto de mi ser. Espiritual, psicológica y físicamente, necesitaba aplicar el madero de Mashiaj. He experimentado continuamente la sanidad de Elohim de esta manera, y he "superado" (esa sería la palabra que el mundo utilizaría y la uso para que se me entienda) muchas cosas que antes me mantenían amarrada, como a la mujer que tenía el espíritu de enfermedad que la mantenía encorvada. Tenemos que comprender la verdadera naturaleza de nuestras enfermedades, QUE NO ES FÍSICA SINO ESPIRITUAL. Nuestras enfermedades son consecuencia de nuestras acciones, como Él mismo advirtió que sucedería en las bendiciones y maldiciones de Devarim 28. ¿Y cómo podemos pensar que no nos alcanzarán estas cosas hoy a nosotros, CUANDO ACABAMOS DE COMPRENDER QUE ESTAMOS DESCUIDADO OBEDECER LA PRIMERA DE SUS LEYES, QUE NI SIQUIERA HA SIDO RECONOCIDA COMO TAL NI POR LOS CREYENTES DE PÉSAJ NI LOS DE SHAVUOT?
Cuando aplicamos el madero, no sólo sanamos nuestra situación, también somos sanados interiormente. Tanto en nuestras circunstancias como en nuestro ser, la amargura será cambiada en dulzura, y esa es la única manera de producir los verdaderos frutos del Ruaj.
Tal vez algunos piensen que no tienen necesidad de ser sanados en su mente, su parte emotiva o su voluntad y mucho menos en su forma de sentir. O algunos lo admiten, pero ya que los vemos siempre iguales, es evidente que no están aplicando el madero, por lo menos no de la forma correcta que Yahweh nos indica. Permítanme decirles que todos tenemos problemas con estas partes de nuestro de ser. Seamos viejos o jóvenes, hombres o mujeres, estamos enfermos todos en nuestra mente, parte emotiva, y voluntad, que es nuestro viejo hombre, y a través del cual nos manifestamos mayormente. Estamos enfermos aún en nuestro ruaj, porque no le permitimos manifestarse en plenitud, lo atrofiamos. Antes de ser salvos, nada en nosotros funcionaba adecuadamente. Pero después de ser salvos, vemos que la mayoría continúa igual. Algunos, con un poco de maquillaje, pero básicamente igual que antes. Para resolver estas cosas, necesitamos endulzar esas amarguras, llevar al viejo hombre amargado al madero y hacer crecer nuestro nuevo hombre al negarnos a nosotros mismos, entonces las aguas se endulzarán y podremos beberlas con alegría, y seremos una luz brillando en medio de las tinieblas, para gloria del Padre y del Hijo.
Mientras caminemos en la esfera de la resurrección, seremos conducidos a Marah continuamente. Cada vez que experimentamos el árbol de sanidad lanzado en nuestras circunstancias, el madero del Árbol de la Vida, espontáneamente nos damos cuenta de que algo en nuestro ser debe ser sanado. Tal vez sintamos la necesidad de sanidad en la mente, o nos demos cuenta de que nuestra voluntad debe ser ajustada, o veamos que nuestra parte emotiva deben estar equilibradas. En otras ocasiones, podemos ser conscientes de que nuestra alma está amargada hacia los demás y debe ser sanada. No rechacemos el llamado del Ruaj cuando nos muestra estas cosas, a veces a nosotros mismos, a veces a través de otros hermanos. Él no nos está acusando por nuestra amargura, NOS ESTÁ MOSTRANDO CÓMO SANARLA. Muchos han buscado por siglos los dones de sanación, sin comprender que la sanidad es uno de los dones que viene con la semilla de Mashíaj, uno de esos dones que aún están dentro del paquete cerrado que aún no hemos abierto.
Así como Elohim probó a los hijos de Yisrael en Marah, Él usa nuestra experiencia de Su madero en circunstancias amargas para probarnos. Al probarnos, Él nos muestra dónde estamos y lo que somos. El expone nuestros motivos, intenciones y deseos. No hay nada que nos pruebe más que la experiencia del madero. La experiencia del madero en circunstancias amargas nos prueba y expone cada aspecto de nuestro ser. Cuando estamos expuestos de esta manera debemos orar pidiendo su apoyo y su presencia para que nos acompañe a través de esa experiencia, para que no rechacemos su disciplina y no perdamos su enseñanza.
Esta clase de sanidad difiere mucho de las llamadas sanidades que se producen en las campañas de sanidad. He asistido a muchos videos de estas campañas, y lamento decir ni una sola vez vi una sanidad verdadera. No digo que no sea posible, pero sí afirmo de manera categórica que LA SANIDAD VIENE DE APLICAR EL MADERO DE MASHIAJ A NUESTRAS AMARGURAS. La verdadera sanidad se produce cuando recibimos la disciplina del madero. Somos sanados cuando somos sometidos y cuando prestamos atención a la voz de Elohim, escuchamos Sus estatutos y obedecemos Sus mandamientos. Entonces la vida de resurrección de Mashiaj se convierte en nuestro poder de sanidad, y Elohim se convierte en nuestro sanador.
Cuanto más somos sanados por Elohim, más tenemos un oído que escucha Su voz, un corazón que guarda Sus estatutos, y tenemos la disposición de obedecerle. Como resultado, esas partes se harán uno con Elohim de una manera práctica. Si no somos sanados, permaneceremos rebeldes en todos los aspectos de nuestro ser. Nuestro ser natural está constituido de rebeldía, porque el elemento de la misma está en todas nuestras partes interiores. Mientras se aplica el madero a nuestro ser, nuestras partes interiores serán sanadas y sometidas. Que todos experimentemos esta sanidad día tras día.
JORNADA 5 - LA EXPERIENCIA DE YISRAEL EN ELIM
Y llegaron a Elim, donde había doce manantiales de agua y setenta palmeras; y acamparon allí junto al agua. Shemot 15:27
Después de que los hijos de Yisrael cruzaron el Mar de Juncos, la columna de nube los llevó a Marah y luego a Elim. Si miramos un mapa, veremos que la ruta de su viaje no fue conforme al concepto humano, sino conforme al concepto divino. Elohim deliberadamente los llevó hacia el sur para que pudiesen ser bautizados en el Mar de Juncos, el bautisterio que Él había preparado para ellos en Su creación. Después de cruzar el Mar de Juncos, no viajaron hacia el norte hasta a la tierra de Kenaán. Yahweh los condujo hacia el sur hasta Marah.
Recordemos que era Elohim mismo, en la columna y la nube, Mashíaj, el que condujo al pueblo en su viaje. El los hizo tomar un camino totalmente diferente al concepto natural. Si nosotros hubiésemos estado allí, probablemente habríamos dicho: "Moshe, ¿adónde adónde estamos yendo? ¿No es para el otro lado?". A estas preguntas, Moshe quizás hubiese contestado: "Yo no escojo el camino que tomamos. La columna nos guía". Y después habría agregado: "Hace apenas tres días, esta columna nos protegió del ejército de Faraón. ¿No creen que deberíamos confiar en la nube y seguir su dirección?". Lo más probable es que los hijos de Yisrael y el resto de la multitud mixta esperaran ser conducidos hacia el norte, hacia la buena tierra, como prometido. Esto con seguridad fue una de las fuentes de murmuración entre la gente, que debía andar hablando entre ellos si era verdad o no que iban a Kenaán, si Moshe sabía lo que hacía, si era quien decía que era, etc., etc. Sabemos cómo es la gente cuando creen que están siendo mal conducidos, la carne siempre determina que ella lo haría mejor y, así normalmente todo termina en rebeliones, discusiones y contiendas, y todo eso porque la carne nunca comprende las cosas del Ruaj. No obstante la lógica del mundo, que dice que Kenaán está al norte, Elohim los condujo hacia el sur, hasta Marah y Elim. En esto vemos que el camino de Elohim es siempre diferente al nuestro, normalmente, literalmente opuesto, y haríamos bien en empezar a "pensar al revés", lo que nos ubicaría un poco más en Su Camino.
Pero por fin llegaron a Elim, después de Marah. ¿Ustedes creen que Elohim no había predestinado ese oasis antes de la fundación del mundo? Yo creo que sí. Llegaron a Elim donde había doce fuentes de aguas, y setenta palmeras; y acamparon allí. En Elim estuvieron bastante tiempo, y sin embargo, Elohim lo dijo todo en un sólo pasuk. Cuando hay que aprender unas grandes lecciones hay que emplear hasta dos capítulos para explicar la lección, pero aquí se trataba de un oasis, de un descanso. Trabajamos seis días y el shabat descansamos. Ellos habían demorado un día en Sukot, un día en Etam, un día en Pi-Hahirot y tres días por el desierto buscando agua; son seis días cuando llegaron a Marah y las aguas eran amargas y no las podían beber, pero el número siete, es el de descanso.
Elim es un oasis de descanso; pero es solamente un oasis, no es todavía la tierra de Kenaán, no es todavía la posesión completa de la tierra, ni del reino, pero sí es un oasis, gracias a Yahweh. Él prepara estos oasis cuando son necesarios. Seis días caminando por el desierto y tres semanas descansando en Elim. En el siguiente pasuk (Shemot 16:1), vemos que dice: "Partió luego de Elim toda la congregación de los hijos de Yisrael, y vino al desierto de Sin, que está entre Elim y Sinay, a los quince días del segundo mes". Ellos salieron a los quince días del primer mes de Mitzrayim, quiere decir que estuvieron en Elim hasta la mitad del siguiente mes, o sea que se demoraron tres semanas. Qué bueno es Elohim, ¿verdad? A veces parece que la prueba es difícil y pareciera que es tan dura y tan larga, y entonces llegamos a Elim y Él nos prepara un banquete, aunque tampoco es una cosa que durará para siempre, todavía no hemos llegado a casa.
Y estos tiempos los determina el propio Yahweh, eso no lo determina el pueblo. Es Elohim el que con la nube dirigía al pueblo cuando había que quedarse en un lugar, y hasta que la nube no se levantaba no continuaban. Él es tan paciente, y nosotros estamos siempre quejándonos y reclamando, y en seguida que aparecen las nubes de lluvia nos olvidamos de los oasis y las palmeras y las fuentes y todo, y allá salimos con el chubasco de reclamaciones. Pero Él A veces nos deja por bastante tiempo en situaciones agradables, en situaciones fáciles, normalmente después de atravesar situaciones difíciles. Elim es una situación fácil y es agradable, pero también tiene su aprendizaje.
En hebreo Elim es un sustantivo en plural que significa los poderosos o los fuertes. "Elim" es el plural de "El", mientras que "Elohim", es la forma plural de "Elóaj". En este sentido, para buscarla en las Escrituras necesitamos algo más que la Strong, ya que ella no establece diferencia entre plurales de una misma palabra, de manera que tanto El como Elim son la H410. Pero otras biblias interlineales ayudan a establecer la diferencia.
A pesar de la similitud de significados, El y Eloah (y sus plurales) son palabras diferentes e independientes. Además, a diferencia de "elohim" que puede aparecer tanto en plural como con singular (determinado por los verbos que lo acompañan, y no por las inquietudes de los traductores), el plural de "El", o sea, "Elim", debe traducirse en plural, y no en singular, como ocurre por lo general con "elohim"; el plural "Elim" debe ser traducido en plural.
Como sustantivo, El significa "fortaleza", y como adjetivo, "poderoso". Deriva de AYIL (H352), que significa "fuerza", "poder". Puede traducirse como "Elohim", pero puede aplicarse a otros dioses, como veremos.
Esta palabra casi es la misma que el nombre de esta jornada, Elim, sería mejor transliterar este local como Eilim para esa diferencia pequeña de una vocal, y significa palmeras en el sentido de algo firme, como columnas (por eso se relaciona con elim, poderosos). Las palmeras son como columnas, y antiguamente se las utilizaba como tales en las construcciones simples de tiendas y cabañas, porque son altas, fuertes, firmes.
Los Números En La Tipología Del Reino
En las Escrituras, los números doce y setenta tienen un significado espiritual. El número 12 representa el gobierno perfecto de Yahweh, el 12 es un número relacionado con el gobierno.
Las Escrituras enseñan que el doce se compone de cuatro por tres. Por ejemplo la Nueva Yahrushalayim tiene doce puertas, tres a cada uno de los cuatro lados de la ciudad. El número cuatro representa a las criaturas, la creación, relacionado con los 4 puntos cardinales del mundo (los 4 vientos), y especialmente a la humanidad, como corona de la creación, y el número tres representa la perfección de Elohim, que no sólo ha elegido hacerse conocido a los hombres de tres formas (Padre, Hijo y Ruaj, pero no 3 personas), sino que ha determinado que el camino de redención de la creación (incluyendo a la humanidad) sea realizado en tres etapas, simbolizadas por sus tres fiestas: Pésaj, Shavuot y Sukot.
Tenemos las 12 tribus de Yisrael (y también los 12 hijos de Yishmael formaron su nación), los 12 bueyes del Mar de Bronce, los 12 apóstoles, las 12 puertas de la Nueva Yahrushalayim con sus 12 malajim y sus 12 perlas, los 12 fundamentos del muro de la Nueva Yahrushalayim con los nombres de los 12 apóstoles, los 12 frutos del Árbol de la Vida, por citar algunos.
El hecho de que haya tres puertas a cada lado de la Nueva Yahrushalayim indica que entramos en esta ciudad a través de Elohim, es decir, a través del Hijo que manifiesta al Padre y nos conecta por Su Ruaj. Ya que el cuatro representa la humanidad y el tres a Elohim, cuatro por tres representa la mezcla de Elohim con la humanidad. Por lo tanto, el significado del número doce es la mezcla de la divinidad con la humanidad para el gobierno del Reino de Yahweh en la tierra. Es la restauración de todas las cosas perdidas, la recuperación del dominio que fue entregado al hombre Adam y fue perdido.
Esta mezcla no es temporal sino eterna. Al considerar la descripción de la Nueva Yahrushalayim en Hitgalut 21-22, vemos que el número doce es un número eterno, un número usado más allá de la semana de milenios de la creación. Además, en la Nueva Yahrushalayim vemos que la mezcla de la divinidad con la humanidad está relacionada con la administración de Elohim, porque la Nueva Yahrushalayim es el centro de la administración universal y eterna de Yahweh, es el núcleo central del gobierno del Reino de los cielos. El número doce representa entonces la perfección y culminación del gobierno de Yahweh, recuperado para el uso para el cual fue creado: el dominio sobre toda la tierra. Por lo tanto, el número doce representa la mezcla de la divinidad con la humanidad para llevar a cabo la administración, de manera completa y perfecta, la administración de Elohim por la eternidad.
Si consideramos la Nueva Yahrushalayim, veremos el significado extenso del número doce. Es Elohim mezclado con el hombre para llevar a cabo Su administración eterna de una manera completa. En esta administración eterna no hay carencia alguna. Por el contrario, todo es completo y perfecto. En el Tanaj, los hijos de Yisrael, la planta escogida de Elohim, pertenecían a las doce tribus. En el B'rit Hadashá, Yahshua eligió a doce apóstoles. Estas doce tribus y doce apóstoles son los fundamentos de la Nueva Yahrushalayim. Dice que las doce tribus son las doce puertas de la ciudad y los doce apóstoles son los doce fundamentos del muro. Esto indica que las doce tribus y los doce apóstoles son las bases para la administración eterna de Yahweh. Esto no en cuanto a personas individuales, sino a los principios que ellas representan.
Ahora podemos entender el significado de las doce fuentes de agua en Elim. Estas fuentes representan la intención de Yahweh de mezclar Su divinidad con la humanidad para recuperar lo perdido. Representan a Elohim como el agua viva que fluye dentro de Su pueblo escogido para mezclarse con ellos a fin de cumplir Su administración. Las fuentes no son el agua, el agua es Mashíaj, el Agua Viva, pero ella fluye y brota a través de los 12 manantiales, a través del gobierno de Yahweh establecido en la tierra en el Cuerpo de Mashíaj.
Las 12 fuentes de Elim simbolizaban a las 12 tribus que eran la base de la planta Yisrael, de la que saldría no sólo Mashíaj, sino también los doce apóstoles, que en el B'rit Hadashá fueron las 12 fuentes que fluían con agua viva. El agua viva del Ruaj sólo fue derramada en el interior de los hombres en Pentecostés, así que esas fuentes sólo comenzaron a manar desde el comienzo de esa Era. Elohim fluía desde sí mismo, pasando por los apóstoles hasta dentro de los creyentes. Esto simboliza el gobierno de Yahweh sobre la humanidad. Tenían que ser 12, porque 12 es el número del gobierno.
Por eso, el fluir de las aguas vivas no se limita a los apóstoles, todos los que creen en Mashiaj pueden y deben ser fuentes vivas. Yahanan 7:38 habla de ríos de aguas vivas que fluyen de nuestro ser interior. Los ríos en Yahanan 7 son las mismas fuentes mencionadas en Shemot 15. Tanto los ríos como las fuentes representan la vida divina en la resurrección.
Esto dijo acerca del ruaj que iban a recibir los que creyeran en él, pues todavía no se había dado el espíritu, porque Yahshúa aún no había sido glorificado. Yahanan 7:39
Yahshua fue glorificado en Su resurrección (Luka 24:26). Inmediatamente después de la glorificación de Mashiaj en la resurrección, los discípulos recibieron el Ruaj (Yahanan 20:22). El Ruaj es la vida divina en resurrección descrita por las doce fuentes de Shemot 15 y los ríos de agua viva en Yahanan 7. La vida divina en resurrección fluye desde Elohim y entra en Su pueblo para mezclar la divinidad con la humanidad. Esta mezcla lleva a cabo la administración eterna de Yahweh.
En las Escrituras, el número 70 se compone de 7 x 10. Así como el número 12, 7 significa también perfección y culminación. El 3, el 7 y el 12, todos significan perfección, pero cada uno en un ámbito diferente. El 3 es en la manifestación divina, el 7 en lo espiritual y temporal y el 12 en el gobierno divino en la tierra (la combinación de Yahshua con sus hijos). Además, el 7 representa perfección y culminación en el tiempo de la creación, no del tiempo eterno. El siete es la base del sistema de calendario de Yahweh para este tiempo que vivimos, el sistema de sietes que forman una unidad, la semana, y tenemos la semana de días, la semana de años, la semana de semanas de años, que es el jubileo, la semana de milenios, y todas sus combinaciones.
Las Escrituras mencionan el número 7 por primera vez en Bereshit 2:2, donde vemos que Elohim "reposó el día séptimo de toda la obra que hizo". El uso del siete se relaciona claramente con el tiempo de la creación, no con lo que llamamos eternidad. Daniyel 9:24 habla de setenta semanas de años que han sido determinados para los hijos de Yisrael. Estas semanas también están relacionadas con la edificación temporal de Elohim, y no con la eternidad. Además, las congregaciones locales son representadas por el número siete porque las congregaciones hoy en día sirven para la edificación de Elohim en el tiempo. Todos estos ejemplos indican que el número siete representa la perfección y la culminación de manera aiónica (por las eras) y temporal.
El libro del Hitgalut habla de 7 congregaciones, 7 candeleros de oro, 7 rujot, 7 lámparas de fuego, 7 cuernos y 7 ojos, 7 sellos, 7 trompetas y 7 copas, 7 truenos, 7 cabezas de la bestia, que son 7 montes y 7 reyes. Todos estos sietes están relacionados con la edificación de Elohim en el tiempo determinado de esta creación. Pero también tenemos muchos otros 7 en las Escrituras: la venganza de 7 veces, los 7 pares de animales puros del arca, los sueños del Faraón de 7 vacas y 7 espigas, la semana de 7 días de los panes ácimos y la semana de 7 días de Sukot, las 7 lámparas de la menorah, y muchas más. Todas estas cosas hablan de la perfección cuando es completada en el tiempo de la creación.
En las Escrituras, el número 7 se compone de 6 + 1 o de 4 + 3. En Bereshit 2, 7 se compone de 6 + 1: los seis días de la obra de Elohim más el día del descanso.
El número 6 representa al hombre, quien fue creado el sexto día. Cuando Yahweh, el único Creador (representado por el número 1 como en el Shemá) es añadido al hombre, el resultado es la culminación, la satisfacción y el reposo, el hombre en plenitud, en imagen y semejanza de Su Creador. Pero también tenemos la mezcla del Elohim manifestado mezclado con el hombre, su criatura, en el 4 + 3. Yahweh manifestado a los hombres (representado por el número 3) y el hombre como su criatura (representada por el número 4). En las dos formas, el Creador es añadido al hombre para producir el número 7, pero en los dos casos ese 7 representa a Elohim JUNTO con el hombre y no la mezcla de Elohim con el hombre. La mezcla de Elohim con el hombre se ve en el 4 x 3 = 12, que es el resultado final en el que el gobierno de Yahweh fluye a través del hombre, porque los dos están finalmente mezclados.
El número 10 representa la plenitud y el orden divino, en el sentido de la ley. Ya que siete representa la culminación y la perfección espiritual en el tiempo y diez la plenitud del orden divino, el 70, compuesto de 7 x 10, representa la culminación y la perfección en el tiempo de la ley aplicada para la plena edificación de Elohim. El hecho de que había setenta palmeras en Elim en lugar de siete indica esta plenitud de la edificación de Elohim en el tiempo. Este es el orden legislativo, mientras el 12 es el orden gubernamental.
Entonces, en Elim, las doce fuentes y las setenta palmeras están en resurrección. Esta es una representación de la perfección final a la que somos llamados a participar, hoy temporal y parcialmente, pero con vistas a la culminación a lo que llamamos eternidad, que comenzará al terminar esta semana de milenios en la que estamos, al final del Milenio. Ese será entonces el comienzo del octavo día o milenio, que también será el primer milenio de la siguiente semana de milenios, y el número 8 es la resurrección, los nuevos comienzos. En la resurrección tenemos el fluir de las doce fuentes por la eternidad. Este es un cuadro que Yahweh pintó para que los yisraelitas comprendieran cuál era la meta final, pero mucho más para que lo comprendiéramos nosotros, que tenemos la garantía del Ruaj que nos muestra estas cosas. En la resurrección también tenemos, en el tiempo, el crecimiento de las setenta palmeras para la edificación de Elohim, porque el 70 representa también a las naciones de la tierra, que Yahweh las repartió en Bereshit 10.
En Bamidbar vemos las indicaciones para guardar la celebración de la Fiesta de las Cabañas o Sukot. Históricamente, Sukot conmemora los días en el desierto de Sinay, luego de haber salido de Egipto. De acuerdo con las leyes naturales, ellos (los yisraelitas) debieron haber muerto; en cambio, Yahweh les brindó su protección divina. Proféticamente, Sukot es la fiesta que nos enseña sobre el Reino y el gozo de entrar en ese reino. Pero lo interesante es que, como nos dice YeshaYah, Yahweh considera que SU CASA ES CASA DE ORACIÓN PARA TODAS LAS NACIONES, no sólo para los yisraelitas, sino para todos los que deseen acercarse a servirlo. Por eso establece una serie de sacrificios en Bamidbar 29:12-35, donde cada día, por 7 días, sacrificaban toros o novillos; el primer día 13, el segundo 12, el tercero 11, y así hasta el séptimo día, que eran 7 toros, y todos esos toros sumados eran 70 toros, y 70 x 7 es 490, el tiempo de perdón de Yahweh, por eso esto aquí habla también del Gran Jubileo de la Creación.
El servicio en el Templo presentaba 70 sacrificios animales correspondientes a las 70 naciones del mundo, Y DE ESTA MANERA YISRAEL ERA UN INTERCESOR POR TODAS LAS NACIONES DEL MUNDO. Esta era la forma en que las 12 fuentes debían ministrar vida para las 70 palmeras.
Las 12 fuentes representan a las 12 tribus de Yisrael que estaban saliendo de Mitzrayim (el mundo), y las 70 palmeras representan las 70 naciones de la tierra (Bereshit 10). Todos ellos estaban en el desierto, y esto nos muestra cómo las 12 tribus son la bendición de Yahweh entre las 70 naciones mientras están a camino de la tierra prometida, porque ¿cómo podrían sobrevivir las palmeras en el desierto, sin el agua de las fuentes? Yahweh preparó un oasis en el desierto para simbolizar el gobierno del Reino sobre las naciones, donde los gentiles también pueden descansar y crecer en él, mientras aprenden justicia. Este gobierno, este ministerio (porque el gobierno y el ministerio son la misma cosa), ha sido planificado para ser una bendición a todas las naciones de la tierra, pero de forma real y profunda, llegando al fondo de los corazones y saneando todo.
Esta es la intención de Yahweh desde el primer día, y aparece en todas partes en las Escrituras, no es un invento cristiano. Shlomó rogó a Yahweh que escuchara las oraciones de los gentiles cuando ellos escucharan acerca de las bendiciones que Él daba a sus hijos:
"También el extranjero que no pertenece a tu pueblo Yisrael, cuando él venga de un país distante a causa de Tu Nombre —porque ellos oirán de Tu Nombre, Tu mano fuerte y Tu brazo extendido—, cuando él venga y ore hacia esta casa; entonces oye en el cielo donde Tú habitas, y actúa de acuerdo con todo lo referente que el extranjero está clamando a ti; para que todos los pueblos de la tierra conozcan Tu Nombre y te teman, como lo hace tu pueblo Yisrael, y para que ellos sepan que esta casa que yo he edificado lleva Tu Nombre. Melajim Alef 8:41-43
Y YeshaYah nos informa:
"A los extranjeros que se adhieren a Yahweh, para ministrarle y para amar el nombre de Yahweh, para ser sus siervos, a todos los que guardan el Shabat y no lo profanan, y que abrazan mi Alianza, yo los traeré a mi monte sagrado y los dejaré gozarse en mi casa de oración. Sus ofrendas quemadas y sus sacrificios serán bienvenidos en mi altar; porque mi Casa será llamada casa de oración para todos los pueblos". YeshaYah 56:6-7
Así que la intención de Yahweh siempre fue la de restaurar todas las cosas y ser el todo en todos. Para eso, Él trabaja para levantar su Reino, y para eso debemos trabajar también los que nos llamamos sus hijos, ya que un hijo debe ocuparse de las cosas de su padre.
Ahora bien, ¿por qué en la fiesta de Sukot se harían expiaciones por las naciones gentiles?
El Templo de Shlomó fue inaugurado en el séptimo mes, a los 15 días, durante la fiesta de Sukot, y la fiesta finaliza, según la Torah, en el día 23 (Dibrey ha Yamim Bet 7:9-10 y Bamidbar 29:12). Como ya dijimos antes, Yahweh dice que "mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos", palabras que serán confirmadas por el propio Mashiaj: "y les dijo: "Está escrito: Mi casa se llamará Casa de Oración..." (MattiYah 21:13).
Este era el servicio que Yisrael, como sacerdotes de Yahweh, debía prestar A LAS NACIONES. El Pueblo de Yisrael fue levantado NO PARA SÍ MISMOS, sino para ser un pueblo de sacerdotes de Yahweh para las naciones, de la misma forma en que los Levitas, dentro de las 12 tribus, fueron SEPARADOS para ser sacerdotes para la nación de Yisrael. Los levitas eran a Yisrael lo que Yisrael debió haber sido a las naciones, y lo que hoy los creyentes también deberíamos ser para el mundo, sal y luz, INTERCESORES.
Pero Yisrael no entendió eso. Creyó que era "especial" y se negó a ministrar a las naciones paganas, a mostrarles los beneficios de servir a Yahweh por encima de servir a falsos dioses, se negó a ser luz y sal para un mundo podrido y en tinieblas, y por ese motivo, entre sus muchas otras transgresiones, fue castigada con un velo que les fue colocado y hasta el día de hoy permanece sobre ellos. Ellos debían haber atraído a las naciones a Yahweh, y sin embargo aún hoy pretenden mantenerlas alejadas, cuanto mucho usarlas como esclavos convirtiéndolas en "noájidas", queriendo la "bendición" sólo para sí mismos, sin entender que ese egoísmo sólo les causa maldición, no bendición.
En las Escrituras se mencionan dos casos importantes donde los números 12 y el 70 se usan juntos, y son justamente la forma aplicada de este cuadro pintado que vemos en Elim. En primer lugar, en Shemot 24:1-4, se habla acerca de los 70 ancianos y de las 12 tribus de Yisrael. Cuando Moshe estaba a punto de hablar con Elohim para llevar a cabo Su administración en la tierra, Yahweh le pidió que llevara a setenta ancianos de Yisrael. Las doce tribus pueden ser comparadas con las doce fuentes, y los setenta ancianos con las setenta palmeras, y esto muestra el sistema de gobierno aplicado en el mundo, ministrado al mundo entero. Vemos otro caso en el B'rit Hadashá. En segundo lugar entonces, Luka 9:1, Elohim "convocó a los doce" y en Luka 10:1 "Elohim designó a otros setenta". El uso de los números es significativo en cada caso. Cuando se usan juntos, los números 12 y 70 indican que el pueblo de Elohim debía llevar a cabo Su ministerio gubernamental y sacerdotal, el ministerio completo. El principio es el mismo en Shemot 24 con las doce tribus y los setenta ancianos y también en la Besorah de Luka, con los doce apóstoles y los setenta discípulos. En cada caso, el pueblo de Elohim había de llevar a cabo Su ministerio. Elohim tiene un ministerio que debe ser llevado a cabo por la vida que fluye y que es representada por las doce fuentes y por la vida que crece, representada por las setenta palmeras. Sólo la vida que fluye y que crece puede cumplir el ministerio de Elohim.
ZejarYah profetiza para un tiempo que aún hoy es futuro (pero falta bien poco):
Todos los sobrevivientes de todas aquellas naciones que vinieron contra Yahrushalayim harán un peregrinaje año por año para postrarse ante el Rey Yahweh de los Ejércitos y para observar la Fiesta de las Cabañas. Cualquiera de las comunidades de la tierra que no haga el peregrinaje a Yahrushalayim para postrarse ante el Rey Yahweh de los Ejércitos no recibirá lluvia. Sin embargo, si la comunidad de Mitsráyim no hace ese peregrinaje, será visitada por la misma aflicción con la que golpeará Yahweh a las otras naciones que no suban para observar la Fiesta de las Cabañas. Tal será el castigo de Mitsráyim y de todas las demás naciones que no suban a celebrar la Fiesta de las Cabañas. ZejarYah 14:16-19
Esto se refiere al tiempo del Milenio, la Era de Sukot, cuando los vencedores, después de su resurrección y de haber recibido sus nuevos cuerpos que los capacitarán para ministrar en el plano espiritual y en el material, fluirán literalmente esos ríos de agua viva para todas las naciones. Esa será la semana final para el perfeccionamiento de todos los que hayan quedado, y todos los que nazcan durante el Milenio, a espera del Gran Juicio Final, donde los justos recibirán vida eterna y los injustos, juicio para la etapa siguiente. Esta será la recolección de los frutos de todas las naciones a través de Yahshua ha Mashiaj.
Ahora, con la ayuda del cuadro de los hijos de Yisrael en Elim, vemos que la vida de resurrección incluye doce fuentes y setenta palmeras. Incluye la vida que fluye de una manera perfecta y completa para llevar a cabo la administración de Elohim con vistas a la perfección para la eternidad. También incluye la vida que crece para llevar a cabo la administración de Elohim y expresar la vida que florece:
El justo florecerá como la palmera, crecerá como cedro en el Líbano... Mizmor 92:12
La vida que se regocija en satisfacción:
El primer día ustedes tomarán el producto de árboles hermosos, ramas de palmas, ganchos de árboles frondosos, y sauces del arroyo, y se gozarán delante de Yahweh su Elohim por siete días. Vayikra 23:40
"¡Salgan al monte y traigan ramas de olivo, ramas de olivo silvestre, ramas de mirto, ramas de palmeras y ramas de árboles frondosos, para hacer cabañas, como está escrito!". NehemYah 8:15
La vida que es victoriosa en las tribulaciones:
...(la multitud) tomó ramas de palmera y salió a recibirlo, y lo aclamaban a gritos: "¡Hoshía-na! ¡Bendito el que viene en el nombre de Yahweh, el Rey de Yisrael!". Yahanan 12:13
Después de esto miré, y vi una gran multitud de todas las naciones y razas y pueblos y lenguas, cuyo número nadie podía contar. Están de pie delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y llevando palmas en sus manos. Hitgalut 7:9
En las Escrituras, las palmeras representan la vida que florece. También representan el regocijo en la satisfacción de la vida y la victoria sobre las tribulaciones. Finalmente, la vida de resurrección lleva a cabo el ministerio de Elohim de una manera temporal, en el tiempo de esta semana, y para lo que llamamos eternidad, el tiempo que se seguirá.
Como congregación corporativamente y también como creyentes individualmente, debemos experimentar la vida de resurrección en Elim, una vida de resurrección que fluye y ministra para crecimiento. Fluye de Elohim hasta dentro de nosotros, y por medio de este fluir crece hacia el mundo para expresar las riquezas y la victoria de la vida divina.
El Ministerio Del Reino
Ahora que ya vimos las representaciones históricas en las Escrituras, necesitamos comprender cómo aplicar esto a nuestro tiempo. Si queremos entender a qué se refieren las doce fuentes y las setenta palmeras en términos de aplicación personal y corporativa (no puede ser jamás individualmente sólo, ya que como vimos, esto representa el gobierno del Reino, y eso es corporativo), entonces debemos buscar en las Escrituras desde el principio, cada vez que aparece el doce y el setenta, porque no aparecen en muchas situaciones, pero siempre aparecen en el mismo contexto.
El número doce y el número setenta son números del ministerio. Cuando digo ministerio, no me refiero a lo que se le pueda cruzar por la cabeza al pastor que quiere "fundar su propia iglesia", sea lo que fuere que se le cruza, sino muy específicamente a todo lo que se refiere a LA EDIFICACIÓN DE LAS PIEDRAS PARA EL FUNCIONAMIENTO DEL CUERPO PARA LA OBRA DE YAHWEH, y ni siquiera para predicar la salvación, que ha sido el foco de la mayoría de los cristianos sobre todo durante los últimos siglos, descuidando enormemente la santificación. El otro día me pasaron un video de un vivo, y me dio por mirarlo, era un grupo de hermanos (yo los considero hermanos en la fe sin lugar a dudas, no por su cualidad sino porque creen en Mashíaj y eso basta para hacernos miembros de la misma familia), mesiánicos al parecer, ya que usaban palabras hebreas donde podían meterlas, pero provenientes del cristianismo, también sin duda. Entonces arrancaron cantando una canción de alabanza, y ahí alguien leyó un pasaje de las Escrituras, entonces otra vez a cantar, y todo muy rociado de "halleluYahs" y gritos que no se entendían, y de repente estaban todos hablando al mismo tiempo, pero no hablaban no, se suponía que eso era orar (o eso pensé yo por lo menos), una confusión muy... evangélica, típicamente, lamento decir. Entonces yo me pregunté, ¿qué tiene esto de diferente con lo que hacían antes, cuando eran cristianos, si están repitiendo exactamente el mismo ritual, paso por paso, sólo le han cambiado el maquillaje para que parezca hebreo? ¿Y en qué se diferencia esto de una misa católica o de cualquier otro rito de cualquier religión, cuando se cambia el envase pero no el contenido? No estoy diciendo esto para criticar, sino para edificar, porque el Cuerpo necesita desesperadamente que sus miembros despierten para vida, no para continuar muertos. Yo no dudo de las buenas intenciones de los hermanos, pero realmente ESTO NO ES UN MINISTERIO. Lamentablemente, esto no es ministrar a Yahweh, no hubo ninguna palabra de edificación, ni de exhortación ni nada, y por supuesto, así no hubo profecía, que es ministrar la Palabra de Yahweh, ministrar a Yahweh para Él y para los demás. En cuanto a las oraciones, ni idea, no se puede entender en medio de una Bavel. Sinceramente, YO NO ENCONTRÉ NINGUNA OTRA DIFERENCIA CON UN CULTO EVANGÉLICO QUE NO FUERA EL USO DE ALGUNAS PALABRAS HEBREAS.
Entonces me dije, "Pero entonces, ¿qué estamos haciendo? ¿Otra vez lo mismo que en el principio, en la época primitiva, cuando nació y creció la católica que tanto criticamos pero no nos sacamos del alma, porque seguimos haciendo las mismas cosas, en aquella época los cristianos limpiaban las estatuas paganas, las disfrazaban de santos y seguían usando lo que traían del mundo. Y hoy disfrazamos otros rituales que traemos del cristianismo, les lavamos la cara y listo, que siga el show". Eso fue lo que vi, y lamento decir que eso era lo que ya veía mucho antes en el evangelismo, y ahora lo veo trasladado y nada más. Y este no es un ejemplo aislado. Ahora no es evangelismo, ahora somos "mesiánicos", ahora dejé de lado los ídolos, viste, no tengo más santos pero sigo rituales judíos, guardo fiestas y días y comidas, y me convertí en todo eso que Shaúl siempre dijo que no debía convertirme, y en el fondo sigo en las mismas cosas en las que estaba antes, no he crecido, no he sido edificado, no tengo idea de lo que se espera de un vencedor, ni sabía que Yahweh pretendía alguna cosa para mí, yo pensaba que me estaba edificando una casa en el cielo, yo estoy acá feliz esperando el avión del arrebatamiento, que ese no lo sacamos ni a palos ni si nos hacemos budistas.
Miren bien que esas cosas no son nuevas, que no hay nada nuevo bajo el sol, y ya las Escrituras describen situaciones parecidas, y el lenguaje es muy fuerte:
Pero también éstos están aturdidos por el vino y han divagado por el licor: el sacerdote y el profeta están aturdidos por el licor; están confundidos por el vino; han divagado por el licor; están aturdidos en su visión, y han titubeado en sus decisiones. Todas las mesas están llenas de vómito y suciedad, hasta no quedar lugar limpio. "¿A quién le dará instrucción? ¿A quién le expondrá un mensaje? ¿A los recién destetados, que recién los han quitado de los pechos? Ese mismo murmullo tras murmullo, balbuceo tras balbuceo; ahora aquí, después allá". Ciertamente, como uno que le habla a la gente en una jeringonza tartamuda y en un idioma extranjero es aquel que les declara: "Este es el lugar de reposo; que repose el cansado; éste es el lugar de reposo". Pero ellos no quisieron escuchar. YeshaYah 28:7-12
Entonces, a lo que me refiero cuando digo ministerio es a dejar de lado todas esas cosas que malamente aprendimos por ahí dando vueltas en este mundo y dejar de creer que nuestro Creador puede agradarse de cosas tan fuera de Su propósito. Si hemos descubierto cosas, y si el Ruaj en su misericordia nos ha abierto los ojos a tantas cosas equivocadas, LIMPIEMOS A FONDO, no una barridita y ya. Dejemos de buscar esa religión que promete que nos va a traer el beneficio que queremos y si no nos lo da nos vamos a otra, "ahora aquí, después allá". Y no alcanza con las buenas intenciones, ya vemos que a los fariseos tampoco les alcanzó, y se empeñaron mucho más que otros.
Así que hay mucho que Efrayim necesita limpiar, pero porque está acostumbrado a hacer las cosas así nomás, y cree que todo lo que trae está bien y lo puede usar, basta que le cambie los nombres y listo. Así hizo siempre y así pretende seguir, según parece. Y no es así, no es la cáscara la que tenemos que cambiar sino el interior, que sigue tan verde y duro como el primer día, con el regalo de Mashíaj ahí guardado juntando polvo, sin abrir.
Pero otro asunto, otra cosa muy diferente es el ministerio de Mashíaj, el del Cuerpo de verdad, aquel que sí busca la edificación, y que normalmente lo vemos fuera de las estructuras conocidas, tratando de limpiarnos las levaduras mientras recuperamos lo perdido, tratando de edificarnos en Cuerpo y de ser sal y luz y no morir en el intento, corriendo la carrera para ser hallados dignos en el día de Su venida y poder estar en pie en Su presencia, y para todo eso es necesario SACRIFICIO, morir día a día, como decía Shaúl.
Entonces, Elohim le da a la congregación unos regalos, y esos regalos son personas, y esas personas son la comunión de los apóstoles y la comunión del ministerio. Es interesante que una sola palmera no puede hacer un oasis; se necesitan todas las doce fuentes y las setenta palmeras para que un pueblo como de dos millones pueda realmente acampar por un rato, descansar de sus pruebas y luego empezar a caminar de nuevo, para aprender otras cosas un poco más adelante, mucho más con vistas al Milenio. Va a llegar un momento en que "no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Adón, porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande"; pero mientras tanto, Él establece Su sistema de servicio, y eso es el ministerio. Al revés del concepto humano de ministerio, donde todos roban, en el sistema de Yahweh todos sirven. Así que cuidado con los que quieran usar "títulos", como apóstol, o lo que sea, porque la cosa trae más responsabilidades que estatus, a menos que realmente estemos en la falsa religión.
Y él mismo constituyó a unos enviados, a otros profetas, a otros proclamadores de la Buena Noticia, y a otros pastores y maestros, a fin de capacitar a los consagrados para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo del Mashíaj, hasta que todos alcancemos la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Elohim, hasta ser un hombre de plena madurez, hasta la medida de la estatura plena del Mashíaj. Esto, para que ya no seamos niños, sacudidos a la deriva y llevados a dondequiera por todo viento de enseñanza, por estratagema de hombres que para engañar, emplean con astucia las artimañas del error; sino que, siguiendo la verdad con amor, crezcamos en todo hacia aquel que es la cabeza: el Mashíaj. Efesiyim 4:11-15
Él le dio esas personas a la congregación para perfeccionarla; la congregación necesita ese perfeccionamiento. Aunque ese perfeccionamiento es sólo temporal, ese servicio es sólo temporal, porque cuando se complete el Milenio, ya todos lo conocerán y nadie necesitará enseñar a otros. Digamos que ese ministerio es como una especie de andamio. El andamio se coloca no para vivir en el andamio; el andamio dura por un momento, se coloca para poner las tablas, para poder levantar y edificar, pero una vez que todo ya está firme, las columnas ya están firmes, ya no se necesita el andamio, se quita el andamio y entramos en el nuevo milenio, el octavo, lo que llamamos eternidad.
Por eso cuando Yahanan hablaba, él no hablaba como si él tuviera la última palabra, no, él hablaba diciendo que el Ruaj mismo enseñaba toda la verdad, "y Él los guiará a toda la verdad", decía, y sin embargo él enseñaba y decía que si alguien no escuchaba lo que decían los apóstoles era porque estaba bajo la operación de un ruaj de error. Entonces, él atribuía la verdadera enseñanza al Ruaj ha Kodesh, pero él mismo enseñaba por mandato del Ruaj ha Kodesh. Así que vemos el guante y la mano, y eso también necesitamos aprender a reconocerlo y aceptarlo como un orden que Yahweh ha establecido, cada uno para su propio tiempo.
Yahshua dijo: El Ruaj ha Kodesh dará testimonio de Mí y ustedes también; es decir, que el Ruaj ha Kodesh da testimonio, pero le pareció bien al Ruaj ha Kodesh en nombre del Adón Yahshua regalarle a la congregación unos apóstoles para hacer algunos trabajos, como por ejemplo, evangelizar, discipular a los evangelizados, armar las congregaciones (no denominaciones), enseñar a esas congregaciones, instruirlas, poner en orden las cosas que están desordenadas, corregir lo que es deficiente, nombrar ancianos si es necesario (o el cargo que sea necesario para cada eventualidad, porque no es copiar al pie de la letra sino fluir en el Ruaj), ocuparse de las necesidades en las congregaciones, oír y tomar medidas, si es necesario, reunirse en concilio y tratar los asuntos que tienen que ser esclarecidos en conjunto, no andar cada uno discutiendo y separándose y levantando su propia congregación porque no consiguen llegar a un acuerdo, porque la carne los manda y se manejan por resentimientos y emocionalidades que no unen ni edifican, sino que separan y dividen.
Porque quiere decir que las cosas que se presentan en el camino, es voluntad de Elohim que sean tratadas, y para eso Elohim le da a la congregación apóstoles (que quiere decir simplemente "enviados"), le da también profetas para que proclamen las revelaciones del Ruaj acerca de los misterios de Mashiaj y de Yahweh, para que sepamos las cosas de Su Plan y no andemos siempre perdidos; da también evangelistas para que lleven las Buenas Nuevas a las personas y las conduzcan a unirse al Cuerpo, no sólo para que se salven, sino para que sean edificadas de verdad; y los pastores que sí existen en las Escrituras son para apacentar las ovejas, oír sus dificultades, llevarlas en los hombros, apacentarlas, llevarlas a la paz, a la tranquilidad, resolver sus conflictos momentáneos, y también maestros para que enseñen a los nuevos. Y vemos que todos estos forman parte de una misma congregación local, no que cada uno montó la suya y se separaron, al principio todos se reunían en casas, pero aunque la congregación iba creciendo y tenían que reunirse en varias casas, siempre eran "la congregación de tal lugar", no la congregación del apóstol fulano o la congregación del pastor mengano. En la verdadera congregación, EL RUAJ LEVANTA TODOS LOS ENVIADOS PARA QUE SE SIRVAN UNOS A OTROS, pero el ministerio es uno solo. Esta es la forma de gobierno/servicio que Él levanta para Su Reino, para trabajar a los Suyos mientras estamos aún en el camino.
Entonces, existen, según la voluntad de Elohim, 12 fuentes y 70 palmeras, y todas ellas en conjunto forman el oasis, y eso representa el ministerio del Reino que primero fue, históricamente, el ministerio del Tanaj, de las 12 tribus, durante la Era de Pésaj, y después el ministerio del B'rit Hadashá, en la Era de Shavuot que está terminando, y será levantado (y por eso el Ruaj está moviendo hoy todas las cosas) el gobierno que funcionará en el Milenio a través de los vencedores, una cosa nueva que vamos a ver.
En nuestra experiencia, no sólo necesitamos las aguas dulces, sino también las aguas que fluyen. Esto significa que necesitamos el agua que fue cambiada y pasó de amarga a dulce y también el agua que fluye desde las doce fuentes en Elim. Para tener el agua que fluye, debemos seguir adelante desde Marah, la experiencia del madero, hasta Elim, la experiencia de resurrección, pero tampoco ese es el final del camino, porque nosotros todavía estamos andando, todavía no llegamos a casa, ese era un cuadro que Yahweh nos mostraba de cómo será cuando lleguemos, pero mientras tanto descansamos y nos fortalecemos porque hay que seguir avanzando.