PIEDRAS VIVAS
CLE02 22
De La Carne Al Espíritu
Emprendiendo viaje desde Elim, toda la comunidad yisraelita llegó al desierto de Sin, que queda entre Elim y el Sinay, el día quince del segundo mes después de su salida de la tierra de Mitsráyim. En el desierto, toda la comunidad yisraelita se quejó contra Mosheh y Aharón. Los yisraelitas les dijeron: "¡Ojalá hubiéramos muerto a manos de Yahweh en la tierra de Mitsráyim, cuando nos sentábamos junto a las ollas de carne, cuando comíamos pan hasta saciarnos! Porque ustedes nos han sacado a este desierto para matar de hambre a toda esta congregación". Y Yahweh le dijo a Mosheh: "Yo haré llover sobre ustedes pan del cielo, y el pueblo saldrá y recogerá cada día la porción para ese día –para así probarlos, a ver si seguirán o no mis instrucciones. Pero el sexto día, cuando midan lo que hayan traído, resultará ser el doble de la cantidad que recogen cada día"...
Por la tarde aparecieron unas codornices y cubrieron el campamento; por la mañana hubo una caída de rocío alrededor del campamento. Cuando la capa de rocío se evaporó, allí, sobre la superficie del desierto, yacía una substancia fina y escamosa, tan fina como escarcha sobre el suelo. Cuando los yisraelitas la vieron, se preguntaron unos a otros: "¿Qué es eso?" –porque no sabían lo que era. Y Mosheh les dijo: "Ese es el pan que Yahweh les ha dado para comer. Esto es lo que ha mandado Yahweh: Recojan de él todo lo que necesite cada uno de ustedes para comer, un ómer por persona, para todas las personas que haya; cada uno recogerá para los de su carpa". Y así lo hicieron los yisraelitas; unos recogieron mucho, y otros poco. Pero cuando lo midieron con el ómer, el que había recogido mucho no tenía demás, y el que había recogido poco no tenía de menos: habían recogido tanto como necesitaban para comer. Y Mosheh les dijo: "Nadie deje sobrante hasta la mañana". Pero no le hicieron caso a Mosheh; algunos dejaron sobrante hasta la mañana, y se puso infestado de gusanos y mal oliente. Y Mosheh se enojó con ellos. Así lo recogían cada mañana, cada cual lo que necesitaba para comer; porque cuando calentaba el sol se derretía. En el sexto día recogieron una cantidad doble de alimento, dos ómeres para cada uno; y cuando todos los capitanes de la comunidad vinieron y se lo dijeron a Mosheh, él les dijo: "Esto fue lo que dijo Yahweh: Mañana es un día de reposo, un Shabat santo de Yahweh. Asen lo que quieran asar, y hiervan lo que quieran hervir; y todo lo que sobre apártenlo y guárdenlo para mañana". Así que lo guardaron hasta la mañana, como había mandado Mosheh; y no se puso mal oliente, ni tenía gusanos. Entonces dijo Mosheh: "Cómanselo hoy, que hoy es un Shabat de Yahweh; hoy no lo hallarán en la llanura. Seis días lo recogerán; en el séptimo día, el Shabat, no habrá nada". Sin embargo algunos del pueblo salieron a recoger en el séptimo día, pero no hallaron nada. Y Yahweh le dijo a Mosheh: "¿Hasta cuándo se negarán ustedes a obedecer mis mandamientos y mis enseñanzas? Fíjense que Yahweh les ha dado el Shabat; por eso les da alimento para dos días en el sexto día. Que cada uno se quede donde está: que ningún hombre salga de su lugar en el séptimo día". Así que el pueblo permaneció inactivo en el séptimo día. La casa de Yisrael lo llamó maná ¿Qué es eso?; era como semilla de culantro, blanco, y sabía como hojuelas con miel... Y los yisraelitas comieron maná por cuarenta años, hasta que llegaron a un territorio poblado; comieron maná hasta que llegaron a la frontera de la tierra de Kenaán.
Shemot 16:1-5, 13-31, 35
En este mensaje, estudiaremos el cambio de dieta implícito en el capítulo 16. En todo el libro de Shemot nada tiene más importancia que esto. En el pasado, vimos la importancia de Pésaj en el capítulo 12. Pésaj implica redención y regeneración, porque con ésta tenemos la sangre del cordero para la redención y su carne para vida. Por tanto, con Pésaj tenemos redención y vida, los cuales son dos asuntos fundamentales, pero son la puerta de entrada, la llave. Después tuvimos el cruce del Mar de Juncos y el bautismo, lo que nos libra del mundo. No obstante, después vemos los problemas de las aguas amargas y la carne, así que aún permanece sin ser resuelto el problema de la carne. Para eso Yahweh desea cambiar nuestra constitución, es decir, Él quiere reconstituirnos. Pocos creyentes han visto la reconstitución del pueblo de Elohim implícita en el capítulo 16, ese cambio de naturaleza que Yahweh pretende realizar a través de la alimentación. En este capítulo, el punto principal es que Elohim desea reconstituir a su pueblo redimido cambiando su dieta.
Shemot presenta un cuadro claro de la salvación que Elohim efectúa. Este cuadro nos muestra que en la salvación de Elohim, Él desea forjarse a Sí mismo dentro de nosotros para ser nuestro todo. Elohim desea ser nuestro todo para que seamos edificados como Su morada en la tierra. Para describir esto, Shemot concluye con la construcción del tabernáculo como la morada para la gloria de Elohim, porque así Él está describiendo para nosotros
Para cumplir Su propósito, Elohim no desea que Su pueblo redimido sea alguien ni haga nada. Si queremos entrar en Su Reposo, primero tenemos que aprender a no hacer nada, y la carne debe caer en el desierto. A fin de que seamos Su morada, Él desea ser todo para nosotros y hacer todo por nosotros. Esto indica que seremos nadie y no debemos hacer nada. ¿Ustedes están dispuestos a ser nadie? ¿Están también dispuestos a dejar sus actividades? Dudo que muchos creyentes contesten a estas preguntas de manera positiva. Cuando vivíamos en el mundo, no teníamos un corazón para Elohim, y no nos interesaba hacer nada por Él. Pero después de que vinimos a la restauración de Elohim, inmediatamente tuvimos el deseo de llegar a ser alguien o hacer algo por Él. El problema es que queremos hacer estas cosas en la carne, y como no sabemos reconocerla, no comprendemos. Por eso Él nos expone, para que la veamos en toda su fealdad y egoísmo, pero nuestra reacción es enojarnos y creer que otros nos atacan, sean personas o demonios, o hasta el propio Yahweh ("¿Cómo permite que me pase eso?"). Entonces si nos pide que lo dejemos todo por Él, respondemos en la carne "¿Cómo puedo dejar mi trabajo, mi familia y mis cosas? Las necesito para vivir". Esa es la respuesta de todos, y por eso se alejan como el joven rico, sin darse cuenta que para la carne, no es necesario tener mucho oro para ser "rico". La carne es rica en basura, también. La carne es rica en coleccionar cosas, no importa si sirven o no. Por eso el hombre es fácilmente tentado por el consumismo, porque la carne ama las cosas de qué tipo.
Pero dejar todas las cosas no quiere decir dejar trabajo, familia, etc., SINO SACARLAS DEL CORAZÓN. No es necesario abandonarlas, sino colocarlas en el correcto lugar. ¿El hombre debe trabajar? Ciertamente, fue la orden dada a Adam después de la caída que labrara la tierra para obtener su sustento. Los yisraelitas tendrían que hacer lo mismo al entrar en la Tierra Prometida, lo cual indica que su reposo va más allá de los conceptos visibles de las sombras, porque si su Reposo es el séptimo milenio, el shabat de la semana, vemos que en él aún trabajamos, PERO TRABAJAMOS EN SU OBRA, LABRAMOS SU TIERRA, QUE ES NUESTRA TIERRA INTERIOR, MASHÍAJ EN NOSOTROS. No hacemos las tareas del mundo ya, porque finalmente, acepte la carne o no, deberá curvarse a no trabajar en el séptimo día. Como se puede ver, esto va mucho más allá de quedarse quieto un día o hacer algunos rituales. Se trata de DESCANSAR EN ÉL EN TODO. Y eso mismo es lo implica la muerte de la carne, porque la carne es activa y cree que debe cuidarse a sí misma en todo, o que morirá. La carne no tiene fe, y no comprende las cosas espirituales, y es nuestra peor enemiga en nuestro interior. Esa carne caída es fácilmente activada por las circunstancias externas y las influencias demoníacas.
Pasa lo mismo tanto con los jóvenes como con los mayores. Los mayores tienen muchos planes para sus familias, muchas ocupaciones y problemas (inexistentes, si los analizaran realmente a fondo), y los jóvenes disponen de mucho deseo y energía. Aunque nosotros deseamos ser alguien y hacer cuanto sea posible, y aún cuando ese deseo sea dirigió a Él, Yahweh nos dice: "No quiero que seas nada en ti mismo, no quiero que hagas nada. Déjame hacerlo todo por ti y serlo todo para ti".
Al analizar el cuadro de la salvación de Elohim presentado en Shemot, vemos que los hijos de Yisrael no debían ser alguien ni hacer nada. Cuando hacían algo, Elohim estaba ofendido, aún cuando hacían algo bueno. El Adón quiere simplemente que Su pueblo esté en Sus manos para que Él pueda forjarse a Sí mismo dentro de ellos. Pero nosotros nos retorcemos y somos como un barro movedizo en sus manos, Él trata de modelar un poco y nosotros nos sacudimos y estropeamos lo moldeado, y Él debe recomenzar una y otra vez, ¡paciencia kadosh del tres veces kadosh! Si entendemos claramente eso, tendremos una base sólida para entender el libro de Shemot, y también para quedarnos quietos y ver Su Obra.
Cuando llegamos al capítulo 16, vemos la importancia de ser reconstituidos. En el capítulo 12, el pueblo de Elohim fue redimido, y en el capítulo 14 fue liberado. A pesar de ser redimidos, salvos, rescatados, liberados, y de que sus necesidades fueron satisfechas, ellos todavía necesitaban ser reconstituidos. El pueblo de Elohim necesita una nueva constitución, porque la que tiene es carnal y no sirve. En el capítulo 16, el punto principal no es la redención, la liberación, y ni siquiera la provisión, aunque tenga esa apariencia y superficialmente es lo que todos han visto. Todos hablan de la maravillosa provisión de Yahweh, cómo Él nos alimenta y nos cuida, y todo eso los maravilla y les agrada PORQUE ESTÁN CENTRADOS EN SUS BARRIGAS. Lo siguen, porque los alimenta, como dijo Mashíaj:
Yahshúa les respondió: "En verdad, en verdad les digo que ustedes me buscan, no porque hayan visto los milagros, sino porque comieron de los panes y se saciaron". Yahanan 6:26
Era verdad en la época de los yisraelitas, lo seguía siendo en la época de Yahshua, y ya vemos que en nada la humanidad ha avanzado, porque siguen buscándolo por los beneficios que pueden obtener. Y la prueba de que lo buscan con las barrigas y no con el corazón, como aseguran, es que se niegan a abandonar sus "cosas", y se retiran entristecidos, pobre ricos de basuras. Aman más su carne que a Su Salvador, por mucho que de la boca para afuera digan cosas, y por mucho que traten (como los fariseos trataban antiguamente y los yisraelitas mismos antes que los fariseos) de esconder su falsedad detrás de muchas "acciones", muchos rituales, mucha justicia aparente. Pero Yahweh no se agrada con esas cosas, por eso les dice:
Cuando ustedes vienen a presentarse delante de mí, ¿quién pidió eso de ustedes? No pisoteen más mis atrios. Traer oblaciones es en vano, el incienso me es ofensivo. Los novilunios, los Shabatot, la proclamación de solemnidades, asambleas con iniquidad, no puedo soportarlas. Sus novilunios y festividades las aborrezco; han venido a ser una carga para mí; no puedo soportarlas. Y cuando ustedes extienden sus manos, yo apartaré de ustedes mis ojos; aunque oren extensamente, yo no escucharé. Sus manos están llenas de crimen. Lávense y límpiense, aparten sus malas acciones de mi vista. Dejen de hacer el mal; aprendan a hacer el bien. Dedíquense a la justicia; ayuden al oprimido, apoyen los derechos del huérfano, defiendan la causa de la viuda. "Vengan, lleguemos a un entendimiento –dice Yahweh. Aunque sus pecados sean como la grana, pueden volverse blancos como la nieve; aunque sean rojos como el carmesí, pueden volverse como blanca lana". Si ustedes están de acuerdo y obedecen, comerán de lo mejor de la tierra; pero si rehúsan y desobedecen, serán devorados por la espada. –Porque fue Yahweh quien habló". YeshaYah 1:12-20
Y Mashíaj lo revalida:
Trabajen, no por la comida que perece, sino por la comida que permanece para vida eterna, que el Hijo del Hombre les dará; porque en éste, el Padre Elohim ha puesto su sello. Yahanan 6:27
Es tan triste que la humanidad no consiga librarse de su peor enemigo: su propia carne. Es un enemigo mucho peor que haSatán, a quien siempre quieren acusar, pero él es sólo su tentador: LA QUE CAE SIEMPRE ES LA CARNE. Para decirlo de otra manera, el arma no dispara sola, necesita de una mano que la empuñe, y echarle la culpa "al que dejó el arma a mano" es rebeldía y rechazo del justo juicio por lo que cometemos, todas cosas propias de la carne, para variar.
Así que como puede verse, AYER COMO HOY YAHWEH NO QUIERE LOS RITUALES. Él está pintando un cuadro para personas que no saben leer, y en vez de mirar las figuras para tratar de entender, la gente agarra los lápices y quiere jugar a pintar también. Pero el cuadro es Suyo, no nuestro, y nosotros sólo hacemos mamarrachos. Guardar las ordenanzas es PARA APRENDER A CONOCER LA REALIDAD QUE PROVOCA ESAS SOMBRAS, o seguiremos en tinieblas. Las sombras no son la luz. Pero a la carne le gusta andar en la penumbra.
Entonces, una vez que descubrimos que aunque hemos sido salvos del pecado y de los pecados, AÚN MANTENEMOS EN NOSOTROS LA CARNE, deberíamos gritar:
¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte? Romaniyim 7:24
Interesante, porque cuando Shaúl gritó esto ÉL YA ERA SALVO. De manera que la postura de buena parte del cristianismo que dice que cuando somos salvos (Pésaj) somos completamente limpiados, CONTRADICE ABSOLUTAMENTE AL APÓSTOL. Él ya era salvo, y sin embargo había descubierto su carne:
...pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros. Romaniyim 7:23
Así que sólo sabemos estas cosas SI RECORREMOS EL CAMINO DE YAHWEH EN ORDEN. Pero si andamos como cabritos (que es nuestra carne) saltando de un lado para el otro, NOS SALTAMOS PARTES. Normalmente, saltaremos las partes que no nos agradan, las que incomodan a nuestra carne, pero si hacemos eso, no alcanzaremos la plenitud y no entraremos en Su Reposo, la Tierra Prometida.
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Entonces, el punto central de este capítulo es la reconstitución por medio de un cambio de dieta.
A pesar de haber sido redimidos y liberados, los hijos de Yisrael eran todavía egipcios en su constitución. Las células y las fibras de su ser eran egipcias por naturaleza. En cuanto a la constitución, no había ninguna diferencia entre ellos y los egipcios. Los hijos de Yisrael habían sido salvos, redimidos, rescatados y suministrados, pero su constitución en todo era igual a la de los egipcios. Elohim jamás podía usar este material para su morada celestial.
Elohim desea usar a Su pueblo como el material para la edificación de su habitación en la tierra. Sin embargo, a pesar de que el pueblo ya no estaba en Mitzrayim, seguían siendo egipcios en su constitución. Eran una composición del elemento egipcio, porque crecieron en Mitzrayim y fueron criados con la dieta egipcia de pepinos, melones, puerros, cebollas y ajos, y carne, mucha carne. Todo lo que comían era egipcio. La intención de Elohim no consiste en llevar a muchos egipcios redimidos al Reino. ÉL PUEDE LIBERAR DE MITZRAYIM A LOS QUE TIENEN UNA CONSTITUCIÓN EGIPCIA, PERO ÉL NO LLEVARÁ A ESTA GENTE A SU MORADA. Para ser el material de Su habitación, Su pueblo debe ser reconstituido. Así como los hijos de Yisrael, nosotros hoy en día hemos sido liberados de Mitzrayim, del mundo, pero en nuestra naturaleza y constitución, seguimos siendo mundanos. Por lo tanto, es necesario que captemos el punto crucial del capítulo 16 acerca del cambio de constitución, o nos quedaremos afuera.
Cuando Elohim llevó a Su pueblo al desierto, Él estaba listo para cambiarles su constitución. Por esta razón, Él no les suministró alimentos inmediatamente. Cuando salieron de Mitzrayim, llevaron con ellos una cantidad de alimentos egipcios. Estos alimentos los sostuvieron durante un mes aproximadamente. Cuando se les acabó la comida egipcia, tuvieron hambre. Aunque Elohim conocía su necesidad, Él no actuó inmediatamente para satisfacerlos. A menudo Elohim nos disciplina de esta manera. El sabe que debe hacer algo por nosotros. Pero Él no hace nada porque se da cuenta de que si Él actúa prematuramente, no quedaríamos expuestos. Por lo tanto, en Shemot 16, Elohim esperó tranquilamente, detrás del telón hasta que los hijos de Yisrael quedasen expuestos. Después de comer los últimos alimentos egipcios y cuando ya no tenían nada que comer, el pueblo se agitó. Se molestaron hasta el punto de olvidar los milagros que Elohim había hecho, murmuraron y se quejaron con Moshe y Aharón. Como hemos mencionado, sus murmuraciones eran muy elocuentes. Mientras murmuraban y se quejaban, quedaban expuestos. En cuanto a ellos, dos cosas quedaron expuestas: que ellos estaban constituidos del elemento egipcio, y que su apetito, hambre, sed y deseo seguían siendo egipcios. En sus murmuraciones, expresaban su deseo de tener alimento egipcio: "Ojalá hubiéramos muerto por manos de Yahweh en la tierra de Mitzrayim, cuando nos sentábamos a las ollas de carne, cuando comíamos pan hasta saciarnos" (16:3). Esto demuestra que su apetito era egipcio.
Supongamos que Elohim hubiese mandado maná antes de que los hijos de Yisrael llegasen al desierto de Sin y que estuviese ahí esperándoles. En ese caso, el pueblo no habría quedado expuesto. La carne habría seguido escondida. Ellos habrían comido simplemente el maná, y no se habría notado el problema de su constitución y apetito egipcios. Por tanto, en Su sabiduría, Elohim no mandó la provisión celestial del maná hasta que el pueblo quedase expuesto por la falta de alimentos.
Cuando nos faltan alimentos, quedamos expuestos. Si tenemos siempre una alimentación adecuada, muchas cosas quedarán cubiertas. Pero cuando carecemos del alimento apropiado, quedamos expuestos continuamente. La mayoría de las personas no pensaría en robar, pero si hay una gran falta de alimentos, mucha gente refinada y culta se convierte en ladrones, por lo menos, ladrones mentales. Ya sabemos que la codicia empieza en la mente, en el deseo. Así que esas personas quedarán expuestas por la falta de alimentos. Según el relato de Shemot 16, Elohim no dio a Su pueblo nada de comer hasta que fueron expuestos. Era necesario que salieran a la luz el hambre, apetito, deseos y constitución egipcios. Pero no para ellos, como dice, porque esas cosas "se registraron como una advertencia para nosotros, que vivimos en el fin de los siglos" (Qorintiyim Alef 10:11). Ellos eran realmente los bebés en la historia de la humanidad, no podían comprender, pero sí podían pasar por las etapas por mostrarnos a nosotros, que estamos más adelante, los errores que ellos cometieron, para que "no codiciemos lo malo, como lo codiciaron ellos" (Qorintiyim Alef 10:6). Así que ellos pintaron el cuadro, pero la advertencia es para nosotros.
Después de exponer al pueblo, Elohim vino y satisfizo sus deseos al mandar codornices por la tarde.
"He oído la queja de los yisraelitas. Háblales y diles: A la tarde comerán carne, y por la mañana se saciarán de pan; y ustedes sabrán que yo Yahweh soy su Elohim". Shemot 16:12
Debemos ver el significado de las codornices y del maná que mandó Elohim. Elohim mandó codornices para satisfacer el apetito egipcio del pueblo, pero Él mandó el maná para reconstituirlos. Además, con las codornices, no hubo ninguna regulación ni restricción. Elohim no dijo al pueblo en qué momento debían juntar las codornices ni de qué manera debían hacerlo. Las codornices fueron enviadas sin restricción porque la carne no quiere ninguna restricción. En otras palabras, ya que la dieta egipcia no estaba restringida, se envió las codornices de una manera que correspondía a esa dieta, sin restricción ni regulación, y las codornices "cubrieron el campamento" (Shemot 16:13). Los que comían codornices no fueron restringidos ni regulados en absoluto. Al contrario, el maná venía con muchas regulaciones.
Algunos se sorprenderán al oír las regulaciones acerca del maná que Elohim mandó. Para ellos, con la gracia no hay ninguna regulación (tal vez sea ese excesivo libertinaje en el que el cristianismo ha navegado en los últimos siglos lo que ha empujado a tantos a buscar regulaciones donde no deben, e insistir en levantar templos para sí mismos, templos que no tienen la gloria de Yahweh). En realidad, existen más regulaciones con la gracia que con la ley. Si una persona vive apartada de la vida divina, es salvaje y no está restringida. No obstante, la vida de Elohim regula y restringe. Cuanto más vivamos correctamente, más regulados seremos. Tomemos el ejemplo del manejo de un automóvil. Si conducimos un automóvil sin regulaciones, corremos el riesgo de tener un grave accidente. Hasta podemos morir o matar, y no por nada la humanidad está en las condiciones en las que está, y siempre buscando a su alrededor a otro para echarle la culpa. Los humanos son como trompitos ciegos chocándose unos con otros, hiriéndose unos a otros y buscando a quien culpar.
Otro ejemplo de las regulaciones acerca del envío del maná y del comer maná son los buenos modales en la mesa. He aprendido que personas de ciertas nacionalidades: los británicos y los alemanes por ejemplo, prestan mucha atención a los buenos modales durante las comidas. Otros son muy dejados en sus maneras. Aunque no prestemos atención a las buenas maneras como fin en sí, podemos tener algunas regulaciones para comer apropiadamente. Es muy difícil disfrutar de nuestra comida si no comemos correctamente. Por ejemplo, ¿podemos disfrutar plenamente de un churrasco, una carne, si intentamos cortarlo con una cuchara? Cuanto más comamos adecuadamente el bistec, más lo disfrutaremos. No debemos tener la actitud de descartar las regulaciones del comer y de preocuparnos únicamente por los alimentos, y ya veremos esto un poco más a fondo.
Hemos visto que las codornices fueron mandadas sin regulaciones. Las codornices cubrían el campamento, y los hijos de Yisrael las recogían como quisieran. No obstante, el envío del maná fue distinto. Para juntar el maná, el pueblo tenía que levantarse temprano por la mañana y recogerlo antes de que el sol se levantara. Además, en lugar de recoger el maná con avidez, el pueblo era restringido en la manera en que debía recogerlo. En 16:16, vemos que Elohim mandó: "Recojan de él todo lo que necesite cada uno de ustedes para comer, un ómer por persona, para todas las personas que haya; cada uno recogerá para los de su carpa". Esto indica que Elohim desea que cooperemos con sus regulaciones. Cuando hacemos esto, en realidad cooperamos con Elohim mismo y somos uno con Él. Obedecer las regulaciones de Elohim significa que somos como Él y conforme a Él. Pero también Él desea que COMPRENDAMOS EL MOTIVO POR DETRÁS DE SUS REGULACIONES, o estaremos solamente comiendo maná pero sin cambiar nuestra constitución interna. No alcanza con hacer las cosas "de la forma correcta", es necesario crecer, salir de la etapa de las sombras y reconocer la realidad que las provocaba. No se trata de comer maná, sino de NUTRIRNOS DE MANÁ. Podemos comer mucho y ser desnutridos, como tantos creyentes demuestran.
Vemos otra regulación acerca del maná en Shemot 16:19, donde Moshe mandó al pueblo que no dejara ningún maná hasta la mañana. Los que desobedecieron a esta regulación, encontraron que el maná "crió gusanos, y hedió" (pasuk 20). Además los hijos de Yisrael debían recoger en el sexto día "doble porción de comida, dos ómeres para cada uno" (pasuk 22); no debían recogerlo en el shabat. Estas regulaciones indican también que comer el maná es conformarse a Elohim.
Comer codornices hace al pueblo salvaje y sin restricción, pero comer maná los regula y conforma a imagen y semejanza de Elohim. Los que son reconstituidos serán regulados. Se levantarán para juntar maná según el tiempo de Elohim y lo recogerán según la manera de Elohim, y no según su avidez. Elohim no nos permite ser perezosos ni ávidos. Debemos ser diligentes, pero no debemos recoger maná según nuestra avidez. Entre los hijos de Yisrael, los que recogían más no recibían más que un sólo ómer.
Espero que todos captemos este punto: comer el maná nos hace corresponder con Mashíaj, porque Él es el Pan del Cielo. Cuanto más maná comemos, más correspondemos con Él y nos identificamos con Él, más crece nuestro Mashíaj interior. Si el mundo no ve ese crecimiento, entonces no estamos comiendo maná, probablemente estemos comiendo codornices. Pero si comemos maná, entonces nuestro comportamiento y todas nuestras acciones estarán conformes con la regulación de Elohim. De esta manera, llegamos a ser los que viven, actúan, se comportan y andan conforme a lo que Elohim es. En contraste, el comer codornices corresponde con el estilo, la moda y las maneras egipcias, del mundo. Es salvaje, es egoísta, es peleador, se ocupa sólo de su mundito (YO y las cosas de las que YO me importo, el resto no existe) y no tiene regulaciones, por mucho que realice rituales. Se pueden hacer muchos rituales en la carne, como ya vimos que Yahweh les echaba en cara. Pero comer el maná hace que nuestro comportamiento sea idéntico al comportamiento de Elohim. Nos hace actuar de la misma manera que Elohim actúa, porque nos regula.
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Así que, para continuar con su trabajo de redención (ya vemos que no es como nos contaron, sólo la salvación; no, el trabajo de redención de lo perdido incluye la salvación, la restauración, la reconstitución, perdón de los pecados, liberación del poder del pecado, liberación del dominio del mundo, eliminación de la carne...), Elohim cambiará nuestra dieta a fin de cambiar nuestra constitución. Su propósito es eliminar toda huella de constitución egipcia. Los nutricionistas saben que una nueva dieta puede cambiar gradualmente nuestras células y fibras. Sabemos que la pésima alimentación del actual sistema lleva a la acidificación de nuestros cuerpos (al final de cuentas, somos laboratorios químicos, comemos químicos, y químicos con químicos provocan REACCIONES), y que basta con modificar nuestra alimentación para alcalinizar nuestro interior, nuestras células, y llevarlas nuevamente a un estado de balance (tampoco es alcalinizar de más, o se empuja el péndulo al otro extremo). Esto demuestra el deseo de Elohim de reconstituir a Su pueblo cambiándoles su dieta. Mediante un cambio de dieta, sus tejidos y fibras son reconstituidos, pasan de la carne al espíritu.
En varias ocasiones hemos hablado acerca de la dieta egipcia. Ahora llegamos a un asunto importante: qué es la dieta egipcia y qué incluye. La dieta egipcia denota todas las cosas que deseamos en nuestra alimentación a fin de encontrar satisfacción. Esta dieta puede incluir la televisión, los deportes, la música, las revistas, los periódicos, u otras formas de entretenimiento mundano. Algunas personas no pueden vivir sin televisión ni periódicos. Esto indica que estas cosas forman parte de su dieta egipcia. Otros se alimentan mirando las vitrinas. Quizás no quieran comprar nada, pero disfrutan mirando las cosas en las vitrinas. Esto es el deseo de los ojos. Con estos ejemplos, podemos comprender que los Estados Unidos es el país que lleva la delantera en cuanto a la dieta egipcia, y que lamentablemente es el país que regula la "moda" del mundo, mayormente hablando, porque hasta ha conseguido influenciar grandemente países que son muy diferentes y hasta que se le oponen, como Rusia y china, los cuales han terminado por entrar en la misma carrera. Tal vez con diferencias, pero es más de lo mismo. En este mundo, en todas las naciones "globalizadas", hay un río Nilo moderno que lleva toda clase de provisión mundana. Cada nación tiene una adaptación a sus gustos, pero no difieren demasiado, aunque muchos no perciban.
Antes de ser salvos, todos nosotros llevábamos una dieta egipcia. Pero después de ser salvos, debemos cambiar nuestra dieta. Sin embargo, muchos creyentes, después de ser salvos, siguen viviendo conforme a su antigua dieta. Esto significa que siguen con hambre y sed por las cosas del mundo. ¿Reconocemos alguna situación?
Algunos pensarán que al hablar de la dieta egipcia estoy hablando del asunto de amar al mundo. Esta es una manera muy superficial de ver lo que involucra el cambio de dieta. Aquí el punto es el siguiente: TODO LO QUE DESEAMOS, DE LO QUE TENEMOS HAMBRE Y SED, ES LA DIETA DE LA CUAL SE CONSTITUYE NUESTRO SER. Es mucho más que el mundo. Si fuera sólo eso, bastaría salir del mundo para resolver las cosas, pero no es así porque la carne continúa en el interior. Por más que los yisraelitas fueron sacados del mundo y llevados al desierto, TODA ESA GENERACIÓN CONTINUÓ AMANDO LAS COSAS DEL MUNDO, por eso cayeron allí. Muy pocos creyentes hoy han sido reconstituidos por medio de un cambio de dieta. Podemos ver algunos SUELTOS, rarísimamente congregaciones enteras, y esta falla de la congregación de Shavuot le costará el premio a muchos, por eso es un asunto que no podemos dejar de alertar. Conozco constantemente hermanos nuevos, y antes o después se nota que su apetito sigue enfocado en las cosas de Mitzrayim. Pocos tienen hambre y sed genuinas de Mashiaj, y ni siquiera se dan cuenta de ello, porque su carne los convence de que están en el camino correcto.
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En el desierto, Elohim sólo dio a los hijos de Yisrael maná. Según Bamidbar 11:6, el pueblo se quejaba: "Y ahora nuestra alma se seca; porque nada sino este maná ven nuestros ojos". ¡Cuán maravilloso era el hecho de que Elohim solamente le dio al pueblo maná que comer! ESTO INDICA QUE ELOHIM NO LES DIO NADA MÁS QUE MASHIAJ. Pero la carne protesta PORQUE SE ABURRE. La carne odia las cosas del Espíritu, la carne se opone a él, porque si cambiamos nuestra dieta, LA CARNE VA MURIENDO POCO A POCO. Ese cambio de dieta no es leer todos los días, es COMER LA PALABRA todos los días, es bastante diferente de una actitud mental. Cualquiera puede, en verdad, seguir una vida organizada, levantarse temprano todos los días y en vez de hacer yoga, leer la Biblia, PERO SIN COMER A MASHÍAJ, LAS DOS COSAS SON LO MISMO. Tienen la misma relevancia, porque ninguna de las dos muda su constitución interna. Adoptar regulaciones y leer la Biblia NO ALCANZAN, NI SON COMER A Mashíaj, EL MANÁ. En un próximo post aprenderemos cómo hacer eso.
Puedo testificar que dependo de Yahshua ha Mashiaj, y no de otra cosa. Antes miraba mucho cine sobre todo, leía muchos libros del mundo, revistas (TV nunca me gustó así que no costó eliminarla del todo), comics, juegos, entretenimientos, música (mucha música), todo tipo de alimentos mundanos, hasta que Él comenzó a mudar mi dieta. Y cualquiera que realmente avance en el cambio de dieta puede testificar que HA DEJADO DE AGRADARSE DE LAS COSAS ANTIGUAS. No es una postura como en los primeros días, en que no queremos hacer esas cosas porque hemos percibido que son malas, PERO AÚN NOS AGRADAN. En esos comienzos, hacemos las cosas con comprensión mental, pero aún estamos en la carne. Aún nos agradan aquellas cosas, y necesitamos evitar los lugares donde están para no caer en la tentación de volver atrás. Pero cuando Él nos cambia la dieta, aquellas cosas simplemente YA NO TIENEN EL MISMO GUSTO. No es que su sabor haya cambiado, sino que nuestro paladar mudó. Ahora comemos Pan del Cielo, y ya no nos agradan las codornices, no las extrañamos más, y hasta llegamos a preguntarnos cómo alguna vez pudimos desearlas tanto.
Es importante entender correctamente este mensaje. Mi carga no consiste en amonestar a los santos acerca del amor por el mundo, sino en señalar LA NECESIDAD DE CAMBIAR NUESTRA DIETA. Comprender que las cosas del mundo nos apartan de Yahweh es sólo la punta del iceberg, el comienzo, la forma en que Él expone esa carne en nosotros. Pero eso no es la solución al problema. Ver el problema no lo resuelve. La única solución a nuestro problema con la carne es CAMBIAR NUESTRA CONSTITUCIÓN INTERIOR, CAMBIAR LA DIETA. Si decimos que nuestra dieta egipcia es todas las cosas que deseamos del mundo, TODAS (incluyan todo lo que puedan pensar), entonces un cambio de dieta tiene que ser RADICAL. Ese cambio de dieta tiene que afectar todos y cada uno de nuestros deseos, redireccionándolos al punto focal verdadero: nuestro Padre. Cuando dejamos de desear las cosas para nosotros mismos, para nuestra carne y comenzamos a desear las cosas para nuestro Padre, estamos empezando realmente a amarlo, porque el que ama PIENSA PRIMERO EN SU AMOR, NO EN SÍ MISMO.
Todos pedimos que Elohim quite de nosotros el deseo y hambre por lo que no es Mashiaj, pero pocos se disponen a recoger el maná y comerlo cada día. Necesitamos vestirnos y tener un lugar adecuado para morar. Sin embargo, nuestro apetito, nuestro deseo, no debe enfocarse en estas cosas. Existen sí, PERO SIGUEN SIENDO SECUNDARIAS. Nuestro apetito debe centrarse en Mashiaj. No debemos buscar satisfacción en la ropa o en una casa mejor, en mejorar nuestra situación para que "cuando estemos bien podamos hacer cosas para la obra". Ese momento nunca llegará porque los poderes de este mundo lo impedirán, y porque nuestra carne nunca está satisfecha NI PUEDE ESTARLO SIN EL ALIMENTO VERDADERO, pero no comprende eso e insiste en buscar satisfacción antes de acercarse a Elohim.
Esto no significa que debamos vivir como si fuésemos monjes o ermitaños. No debemos ser como algunos grupos conservadores, que sólo pueden vestir ciertos colores, ni como otros que creen que ciertos rituales los mantienen a salvo de una cierta ira. Todos debemos vestirnos, y es justo que sea apropiadamente, no sólo de forma decente y simple, sino también que a nadie le falte la cobertura, pero mucho más importante que eso es que nuestra hambre, sed, deseo y apetito sean por Mashiaj como el maná celestial.
Por cuarenta años, Elohim sólo les dio a comer maná a los hijos de Yisrael. Como ya mencionamos, nadie conoce la esencia ni el elemento del maná. Sólo sabemos que descendía cada día del cielo. Yahanan 6 nos revela también que este maná celestial tipifica a Mashiaj. Mashiaj vino de Elohim para ser nuestra dieta. Debemos comerlo, beberlo y respirarlo. NECESITAMOS UN CAMBIO EN NUESTRA CONSTITUCIÓN INTERIOR, Y NO SOLAMENTE UN CAMBIO EN NUESTRO COMPORTAMIENTO EXTERIOR. Si deseamos experimentar este cambio interior, debemos tener un cambio en nuestra provisión de alimento, ya que ésta es la fuente de nuestra constitución. Los nutricionistas nos dicen que somos lo que comemos. Los alimentos que comemos entran en nosotros orgánicamente y llegan a ser nuestra constitución, y lo mismo es con la Palabra de Yahweh, por eso Él ordenaba a sus profetas que "comas este libro". Como pueblo de Elohim hoy, debemos ser reconstituidos con Mashiaj como nuestro elemento. De esta manera, llegaremos a ser Mashiaj, en lo que se refiere a nuestra constitución. Mediante el cambio de dieta, recibimos la esencia celestial que nos reconstituye en Mashiaj. Este cambio de constitución por medio de un cambio de dieta es totalmente distinto de los métodos de mejoramiento propio como se practica en la religión, que pueden producir mudanzas aparentes en el comportamiento, pero son incapaces de producir a Mashíaj en nosotros.
La Dieta Egipcia vs La Dieta Celestial
La dieta egipcia produce egipcios. Por ejemplo, si la gente sólo se dedica a mirar la televisión, llegan a ser televisión. ¿Qué quiere decir esto exactamente? Que sus pensamientos van a estar regulados por las cosas que dice la televisión. Apliquemos esto a qué otra cosa del sistema. Hay personas que sólo saben repetir las cosas que el sistema les enseñó en la escuela, son regulados por la educación condicionada que recibieron. Otros, por la política, otros por las leyes, otros por los entretenimientos, los jóvenes sobre todo, existe una burbuja para cada uno sumergirse y ser regulado con sus reglas, PERO NADA DE ESO ES MASHÍAJ. Inclusive existen muchas burbujas con apariencia religiosa, de muchos colores para todos los gustos, pero tampoco esas regulan el ruaj, sólo modifican la apariencia externa, son un disfraz para la carne. Estos ejemplos indican que la dieta egipcia constituye a la gente con el elemento egipcio y los hace egipcios en composición.
Esto es así porque la dieta egipcia se ajusta a los apetitos de la carne, como las codornices satisficieron a los yisraelitas. Era lo que ellos querían, y así también las cosas del mundo satisfacen los deseos de la carne. Pero el deseo del pueblo por la dieta egipcia provocó la ira santa de Elohim (Bamidbar 11:1), porque aún después de un año completo de comer maná, ellos seguían estando en la carne, como veremos en la jornada de Kibrot-Hataava en su momento.
Finalmente, la dieta egipcia causa muerte (Bamidbar 11:33-34). El resultado de la dieta egipcia es siempre muerte espiritual. Por desear todavía las cosas de Mitzrayim, muchos creyentes sufren la muerte espiritual, al ser heridos por la ira santa de Elohim. ¿Cómo se recibe muerte espiritual? PERMANECIENDO EN LA CARNE. El ruaj nunca recibe muerte espiritual porque ya es espíritu. Pero la carne, cuando entra en contacto con el espíritu, muere. Esa es la muerte espiritual. Esta es también la verdad de la muerte final.
Por el contrario, la dieta celestial hace a la gente celestial. En realidad, esta dieta celestial es Mashiaj mismo. Él es el alimento, el maná. Por lo tanto, al comer a Mashiaj, llegamos a ser Mashiaj, es decir, Mashiaj se convierte en nuestro constituyente.
Esta dieta cumple el propósito de Elohim. Los que construyeron el tabernáculo no eran egipcios. Fueron personas con una constitución celestial. Transcurrieron por lo menos cuatro meses después de la salida de los hijos de Yisrael de Mitzrayim, cuando empezaron a construir el tabernáculo. Durante estos meses, su dieta fue cambiada y su constitución estaba por lo menos en el proceso de cambiar y de ser reemplazada por el elemento del maná. Sabemos que eran sombras, pero el cuadro empezaba a ser pintado. Vemos que para Yahweh TODO ES UN PROCESO, y que trabaja con nosotros aún cuando ese proceso está incompleto, pero que no tenemos disculpas para decir que, porque no estamos aún completos, no podemos ser usados, no podemos trabajar, pero tampoco podemos rebelarnos y no aceptar el proceso.
Al alimentarse del maná, el pueblo de Elohim finalmente se convirtió en maná. Sólo al ser constituidos del maná pudieron construir el tabernáculo como morada de Elohim. Este cuadro muestra que sólo aquellos que han sido reconstituidos con Mashiaj son calificados para edificar a la congregación como la morada de Elohim hoy en día. La Novia sólo puede ser levantada por los que en verdad se alimentan de maná todos los días, Y ESTO ES UN TRABAJO CORPORATIVO. Eso es lo que significa decir que la dieta celestial cumple el propósito de Elohim.
El ajo, los puerros, las cebollas, los melones y las codornices sólo sirven para convertir al pueblo de Elohim en egipcios en su constitución. Estas cosas podían satisfacer sus deseos, pero no les permitían cumplir el propósito de Elohim. A fin de cumplir el propósito de Elohim, Su pueblo debía ser reconstituido con el maná. Para la edificación de la congregación, todos debemos ser reconstituidos con Mashiaj, Él debe reemplazar la dieta egipcia. Así que aquellos que construyeron el tabernáculo habían experimentado un cambio de dieta y comenzaban a ser reconstituidos con el alimento del maná. Sólo estas personas pueden construir la morada de Elohim, ayer y hoy.
La dieta celestial nos prueba también con respecto a la voluntad de Elohim y examina donde estamos (16:4-5, 16-30) ¿Somos uno con Elohim e idénticos a Él? Donde nos encontramos será comprobado por las regulaciones detalladas acerca de la recolección del maná. Estas regulaciones indican si nos correspondemos con Elohim o no.
La vida celestial también mantiene viva a la gente para cumplir Su propósito (16:35; Yahanan 6:57). Mediante la dieta celestial, somos mantenidos vivos por el beneficio de la morada de Elohim, y no para otro propósito, mucho menos nuestros propios propósitos mundanos.
Junto con el cambio de dieta, necesitamos un cambio de apetito. Cuando empezamos una dieta nueva, extrañamos el sabor de las cosas antiguas, pero si por eso desistimos y dejamos la dieta, no recibiremos sus beneficios. Sólo con el uso de la nueva dieta llegamos a adquirir un nuevo paladar, que nos hace apreciar las cosas nuevas y olvidar las viejas. Es notable que los hijos de Yisrael no experimentaron realmente un cambio de apetito. Ellos comieron el maná simplemente porque se vieron obligados a hacerlo. No tenían nada más que comer, pero el simple hecho de que un año después pidieran nuevamente carne muestra que ellos estaban aún en la carne, y el hecho de que esa generación debía caer en el desierto lo confirma aún más.
Como ya dijimos, Yahshua dijo: "Trabajen, no por la comida que perece, sino por la comida que permanece para vida eterna" (Yahanan 6:27). Hoy en día toda la gente del mundo trabaja por la comida que perece. Esta comida que perece incluye cosas como la televisión, los deportes, la música y los entretenimientos. Todas las satisfacciones de esta clase perecerán. Sólo Mashiaj es la comida que no perece. Este alimento permanece para vida eterna. El resto de las cosas deben ser colocadas en su lugar correcto. Necesitamos comer, es cierto, pero más que comida para el cuerpo necesitamos la comida para el ruaj, o continuaremos siendo muertos en vida.
Cuando hablamos de alimentos, nos referimos a algo que tomamos dentro de nosotros para nuestra satisfacción. Si entendemos este principio, nos daremos cuenta de que los alimentos mundanos de hoy consisten no solamente de alimentos físicos, sino también de otras cosas que anhela la gente, incluyendo la educación, el dinero, las posiciones, la promoción, los deportes y el entretenimiento. La gente mundana tiene comida física y comida psicológica pero no tiene comida espiritual. En lugar de trabajar por la comida que permanece para la vida eterna, trabajan por la comida que perece, LE DAN IMPORTANCIA A ESAS COSAS, y no se dan cuenta de que son basura. Y esto que digo no es una simple afirmación retórica, no. Cualquiera que haya vivido un poco sabe que hasta no hace mucho tiempo atrás, una persona estudiaba una carrera y vivía de lo que había aprendido el resto de su vida. Hoy, la gente necesita constantes "perfeccionamientos", doctorados, licenciaturas, cursos para no quedar "fuera de la carrera", cosas que hacen que su entrenamiento no acabe nunca, y que si se alejan demasiado, queden fuera del sistema. De esta forma son obligados a fabricar ladrillos para Faraón la vida entera, PERO NO SE DAN CUENTA DE QUE SON ESCLAVOS, y están convencidos de que hacen todo lo que deben hacer y de que sus vidas están en el camino correcto. La mayoría no entiende que hoy entregar a nuestros hijos a la escolaridad y a la universidad es SACRIFICARLOS AL ALTAR DE MOLOC, para que sean devorados por el sistema por el resto de sus vidas. Claro, la opción contraria es no buscar "un futuro brillante" y ni siquiera "un futuro seguro", sino priorizar las cosas de Yahweh, aprenderlo solamente a Él y conformarnos con un presente en Sus Manos. Las diferencias son tan obvias en cuanto al "beneficio" aparente, que todos corren al mundo para buscar comida para su hambre. Pocos están dispuestos a vender y dar todo a los "pobres" del mundo y seguir a Mashíaj plenamente, aunque eso implique realizar trabajos más pesados, menos remunerados, y probablemente sin un futuro promisorio. La verdad es que todos están en la carrera del mundo, afanándose por alcanzar una meta que se desvanece como un espejismo en el desierto, y por eso caerán en él, porque no desean recibir el pan del cielo y el agua de la vida.
Después de edificar el tabernáculo, pasaron mucho tiempo en el cuidado del mismo, siendo adiestrados. Tenían que desmontarlo, llevarlo, y volver a levantarlo. Durante los años en el desierto, los hijos de Yisrael no hicieron otra cosa que comer maná y cuidar del tabernáculo. No se empeñaron en otra industria ni otras cosas. No se nos dice que sembraran, ni que levantaran edificios, ni nada por el estilo. Eso demuestra que Elohim no les pidió hacer nada, ni siquiera labrar la tierra. Él los alimentó al mandarles maná del cielo. La gente simplemente lo juntó, lo preparó y lo comió, y tomó cuidado del tabernáculo.
Al estudiar este cuadro, vemos que Elohim sólo desea que comamos a Mashiaj y que cuidemos de la congregación, Su morada. Nosotros somos Tabernáculo solamente cuando estamos en la congregación. Una piedra no es un edificio, y los yisraelitas tuvieron que aprender a marchar como un ejército en torno al Ojel Moed. No debemos permitirnos perder interés en estas cosas. Día tras día, simplemente debemos comer a Mashiaj y practicar la vida de la congregación. Insistir en hacer las cosas solos, no es comer el maná. Estamos aquí por y para Mashiaj y la congregación, y nada más. Según la opinión de los que están afuera, nosotros en la restauración de Elohim pasamos nuestro tiempo sin hacer nada. Algunos aún nos condenan porque aparentemente no llevamos a cabo ninguna obra para Elohim. Algunos quieren HACER COSAS, y cada uno tiene su propia idea de lo que eso significa. No obstante, así como los hijos de Yisrael juntaban cada día el maná y cuidaban la morada de Elohim, nosotros comemos a Mashiaj cada día y cuidamos la vida de congregación apropiada, porque esa es Su orden.
El Comer En Las Escrituras
El concepto de comer en las Escrituras es básico y fundamental. Al repasar la importancia de la comida en las Escrituras, debemos recordar un principio: la primera mención. Según este principio, la primera vez que se menciona algo en las Escrituras gobierna su significado. Después de crear al hombre, Elohim le dio un mandamiento y una advertencia acerca del comer:
Y Yahweh Elohim le ordenó al hombre: "De todo árbol del huerto tienes libertad de comer; pero en cuanto al árbol del conocimiento del bien y del mal, no debes comer de él; porque el día que comas de él, ciertamente morirás". Bereshit 2:16-17
Comer es un concepto fundamental en la palabra divina porque concierne a la relación del hombre con Elohim. Por lo tanto, después de describir la creación del hombre, las Escrituras hablan de la vida del hombre, la cual se relaciona con el comer. El hombre fue hecho para comer.
En Bereshit 1:26, vemos que el hombre fue creado a la imagen y semejanza de Elohim. Las palabras "imagen" y "semejanza" indican que el hombre debe ser la expresión de Elohim. No obstante, la imagen y la semejanza son algo exterior. No implican un contenido interior, porque el hombre fue creado como un vaso para contener un tesoro:
Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que se vea que la excelencia de este poder viene de Elohim, y no de nosotros. Qorintiyim Bet 4:7
Por esta razón, Bereshit 2 muestra la importancia del alimento para el hombre. Este capítulo revela la intención de Elohim para con el hombre: el hombre debía comer del árbol de la vida. Exteriormente el hombre poseía la imagen y semejanza de Elohim, pero interiormente, el hombre debía comer el fruto del árbol de la vida para que fuese su contenido. Sin lugar a dudas, el árbol de la vida simboliza a Elohim como vida para el hombre.
Al final de las Escrituras, en Hitgalut 22, vemos una vez más el árbol de la vida. El pasuk 2 afirma que a ambos lados del río que fluye desde el trono de Elohim y del Cordero, está el árbol de la vida. El pasuk 14 dice que aquellos que lavaron sus ropas tienen derecho al árbol de la vida. El pasuk 19 hace referencia a nuestra porción del árbol de la vida. Estas referencias en Hitgalut 22 indican que en aquel momento el pueblo redimido de Elohim comerá de este árbol. Además Hitgalut 2:7 afirma que los que venzan comerán del árbol de la vida, el cual está en el jardín de Elohim.
Por eso, el punto principal en Shemot 16 es comer el maná. Este capítulo no habla del comportamiento, la conducta, o el mejoramiento de uno mismo, sino del comer. Comer para transformarnos en otra cosa, no sólo comer para llenar la barriga, comer para no morir, que es lo que la carne cree. En Yahanan 6, Yahshua afirma claramente que Él es el verdadero maná enviado del cielo por el Padre para ser la comida de Su pueblo escogido:
Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: "Pan del cielo les dio a comer". Así que Yahshúa les dijo: "En verdad, en verdad les digo que no fue Mosheh quien les dio el pan del cielo; no, mi Padre es quien les da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Elohim es Aquel que desciende del cielo y le da vida al mundo. Ellos le dijeron: "Maestro, danos siempre ese pan". Yahshúa les dijo: "Yo soy el pan de vida. El que viene a mí nunca tendrá hambre, y el que cree en mí no tendrá sed jamás...
Yo soy el pan de vida. Sus padres comieron el maná en el desierto y murieron. Este es el pan que desciende del cielo, para que el que coma de él no muera. Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno come de este pan, vivirá para siempre. El pan que yo daré por la vida del mundo es mi carne".
Yo soy el pan de vida. Sus padres comieron el maná en el desierto y murieron. Este es el pan que desciende del cielo, para que el que coma de él no muera. Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno come de este pan, vivirá para siempre. El pan que yo daré por la vida del mundo es mi carne". Entonces los (dirigentes) yahuditas discutían entre ellos, diciendo: "¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?". Y Yahshúa les dijo: "En verdad, en verdad les digo que si no comen la carne del Hijo del Hombre y no beben su sangre, no tienen vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el día final. Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. "El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí, y yo en él. Así como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, así mismo el que me come también vivirá por mí. Este es el pan que descendió del cielo. No como el que comieron los padres y murieron; el que coma de este pan vivirá para siempre".
Yahanan 6:27, 31-35, 48-58.
Por lo tanto, es vital que aprendamos a comerlo. En el pasuk 32, Yahshua afirmó que no era Moshe quien les había dado el pan del cielo, sino que el propio Padre les daba el verdadero. Al decir esto, estaba afirmando que aquel maná no era el verdadero pan del cielo, sino sólo una sombra. Luego Mashíaj dijo que aquel que lo comiera a Él viviría por Él (pasuk 57). Hitgalut 2:17 también menciona el maná y afirma que Elohim dará "del maná escondido" a aquel que venza. Estos pasukim nos ayudan a ver que en las Escrituras comer es básico y central.
Todos estamos conscientes de que debemos comer apropiadamente para vivir correctamente. La dieta de una persona no afecta únicamente a nuestro cuerpo físico, sino también nuestro comportamiento. Hoy sabemos que, por ejemplo, el exceso de azúcar provoca depresión. Muchas personas que andan tomando antidepresivos se verían muy ayudadas si dejaran de lado esas basuras químicas y disminuyeran la ingesta de azúcar de sus dietas. La dieta de una persona puede afectar su temperamento, realmente. Esto muestra la importancia de la comida espiritual apropiada. Indudablemente si tomamos a Mashiaj como el verdadero maná, será más difícil que perdamos la calma. Este alimento celestial restringe nuestros apetitos y deseos carnales, y también nuestros comportamientos. También termina con nuestra ambición personal. Por una parte, el maná celestial nos nutre y nos sana. Por otra, elimina las cosas negativas en nosotros. Ya que la comida es un asunto tan vital, la regulación de la dieta humana es otro concepto fundamental en las Escrituras.
¿Recordamos qué ocasionó la caída del hombre? EL HOMBRE CAYÓ POR COMER DE MANERA INADECUADA, por comer el fruto equivocado. PARA REVERTIR ESA SITUACIÓN, DEBEMOS ALIMENTARNOS CORRECTAMENTE. O sea que somos salvos y sanados AL COMER CORRECTAMENTE. El hombre cayó al comer del fruto del árbol del conocimiento, pero somos salvos y recobrados al comer del árbol de la vida.
El maná tipifica a Mashiaj, como acabamos de leer en Yahanan. Como el verdadero maná, Mashiaj fue enviado por el Padre (pasuk 32) para que el pueblo escogido de Elohim viviera por Él (pasuk 57). Quizás reconozcamos en seguida que el maná tipifica a Mashiaj, es más que probable que ya nos hayan dicho esto, pero no lo debemos hacer de una manera natural ni superficial. Al considerar el relato del envío del maná en Shemot 16, es importante que veamos la relación entre nuestra comida y nuestro vivir. Debemos comer para vivir. Este es otro concepto básico en las Escrituras. Por lo tanto, en Yahanan 6:57, Elohim Yahshua dijo: "El que me come, él también vivirá por causa de Mí". Sin comida, es imposible vivir, así que si seguimos con la vieja comida egipcia, SEGUIMOS MUERTOS. Tal vez sea ese el problema de los zombis religiosos.
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Ahora debemos continuar para ver que nuestra manera de vivir depende de lo que comemos. Si comemos mucho pescado, estaremos constituidos con el elemento del pescado, porque absorberemos la vida y naturaleza de éste. Ciertamente no nos constituiremos del pescado si nuestra dieta sólo incluye carne de pollo o vaca. LA CLASE DE VIDA QUE LLEVAMOS DEPENDE DE LA CLASE DE COMIDA QUE INGERIMOS.
Según el cuadro presentado en el libro de Shemot, los hijos de Yisrael estaban destinados a vivir de manera celestial. Cuando se agotó la provisión de alimento, el pueblo se molestó y empezó a murmurar y a quejarse. Aunque la falta de alimentos era un problema para el pueblo, era motivo de regocijo para Elohim, era exactamente lo que Él estaba esperando, porque esto le brindó una excelente oportunidad de cambiarles su vida. La intención de Elohim era cambiar su vida de una vida egipcia a una celestial. Él no quería simplemente ajustar, cambiar, ni regular a Su pueblo exteriormente. El deseaba cambiarlos orgánicamente, y para eso necesitaba cambiar su dieta.
En Bereshit 2, la intención de Elohim era que el árbol de la vida se convirtiera en la única dieta del hombre. Hitgalut 22 indica que el árbol de la vida será nuestra única dieta por la eternidad. Este árbol producirá 12 clases de frutos, pero no habrá muchos árboles en la Nueva Yahrushalayim, hay uno solo. Por el contrario, en el mundo religioso de hoy, existen miles de árboles, es decir, miles de fuentes de alimento. Pero en la edificación de Elohim existe un sólo árbol: el árbol de la vida. Este árbol estaba en el jardín y estará en la Nueva Yahrushalayim.
En Shemot 16 y Yahanan 6, el árbol de la vida aparece con el nombre de maná. Si leemos detenidamente las Escrituras y con entendimiento, veremos que el maná y el árbol de la vida son intercambiables, como tantas otras figuras de Mashíaj en las Escrituras. El maná es el árbol de la vida, y el árbol de la vida es el maná. Ambos son alimento que dan Vida. Esto significa que el maná en Shemot 16 era el árbol de la vida en Bereshit 2, y que el maná en Yahanan 6 será el árbol de la vida en Hitgalut 22. El maná y el árbol de la vida son términos distintos que describen una misma cosa. Yahweh no tiene dos clases de alimentos para Su pueblo escogido. Hay un sólo Elohim, y también hay una sola clase de alimento. Mashiaj es nuestro maná y también nuestro árbol de la vida por la eternidad. Tenemos un sólo Elohim, un sólo Mashiaj, un sólo Ruaj. Tenemos también un sólo alimento, una sola dieta.
Según la edificación de Elohim, debemos depender de Mashiaj y sólo de Él. Mashiaj debe ser nuestra única dieta, y debemos vivir por Él. No debemos depender de ningún otro alimento. Nuestra comida es todo lo que nos satisface, nos fortalece y nos sostiene. La única comida que tomamos para nuestro sustento, fuerza y satisfacción debe ser Mashiaj. No podemos comer Mashíaj y fútbol, Mashíaj y televisión, Mashíaj y gnosticismo, porque:
¿Qué armonía hay entre el Mashíaj y Belial? ¿Qué tienen en común el creyente y el no creyente? ¿Qué acuerdo puede haber entre el templo de Yahweh y los ídolos? Qorintiyim Bet 6:15-16a
No obstante, muchos creyentes no toman a Mashiaj como su única fuente de satisfacción, fortaleza y sustento. Al contrario, intentan satisfacerse, sostenerse y fortalecerse con otras cosas, y ocasionalmente "picotean" algo de Mashíaj. Ya que Elohim desea que dependamos de Mashiaj, debemos ser sostenidos, fortalecidos y satisfechos por Él solamente, no puede haber "comida extraña".
¿De qué está viviendo cada uno día tras día? ¿Qué es lo que digieren para quedar satisfechos, fortalecidos y ser sostenidos? Todos debemos hacernos estas preguntas, y comprender que si la respuesta es Mashíaj, deberíamos estar viendo los resultados. Y que si no somos fortalecidos y no vemos el crecimiento, estamos mezclando comida. Esto es bastante común, sobre todo en los comienzos, pero debemos ir dejando las comidas del mundo de lado y nutrirnos únicamente de Mashíaj, todo el resto de nuestras vidas. Todos debemos ser capaces de decir: "Elohim es el único que me satisface. Fuera de Él no tengo ninguna satisfacción. Cada día soy fortalecido y sostenido por Mashiaj. Dependo de Él como mi único alimento".
Mashiaj, quien es nuestro alimento, se ha hecho subjetivo para nosotros. El es el Elohim procesado que mora en nuestro ruaj como el Ruaj que lo incluye todo. Por un lado, Mashiaj está en el cielo sentado a la diestra del Padre, y por otro, Él mora en nuestro ruaj como el Ruaj que nos da vida. Miramos a Elohim en los cielos, y tenemos comunión con el Ruaj en nuestro ruaj. Él propósito principal de que Él sea tan subjetivo es que pueda ser nuestra comida, nuestra provisión de vida. La comida y el suplir de vida tienen que ser algo que pueda entrar en nosotros y ser asimilado por nosotros. Debe ser ingerido y formar parte del tejido mismo y de la fibra de nuestro ser. Mashiaj es subjetivo para nosotros precisamente de esta manera. En Qorintiyim Alef 6:17, Shaúl nos dice: "Pero el que se une a Elohim, es un sólo ruaj con Él". Cuando comemos ciertos alimentos, nos unimos a ellos. En el mismo principio, cuando comemos a Mashiaj como nuestro verdadero alimento, nos unimos a Él y llegamos a ser un sólo ruaj con Él. Por lo tanto, el Mashiaj que es subjetivo para nosotros, al cual estamos unidos y con el cual somos un sólo ruaj, es nuestro alimento, nuestro maná celestial. Es crucial que veamos esto, porque este es el alimento para nuestro ruaj, y la carne no tiene parte en estas cosas.
Muchos creyentes saben que el maná tipifica a Mashiaj. Pero conocerlo simplemente en la doctrina no significa gran cosa. La intención de Elohim es que VIVAMOS de Mashiaj durante todo el día, todos los días, no sólo un día en la semana. Necesitamos algunas cosas para nuestro vivir, es cierto, pero no deben transformarse en nuestro alimento. Mashiaj es nuestra única dieta, y debemos solamente vivir por Él y de Él solamente. Que nuestros ojos sean abiertos para ver este asunto crucial.