PIEDRAS VIVAS
CLE02 24
Mashíaj, Nuestro Pan Del Cielo 02
Confianza En Elohim Y No En Mamón
Y Mosheh les dijo: "Nadie deje sobrante hasta la mañana". Shemot 16:19
Ésta es una política de seguridad social bien distinta a la que estamos acostumbrados, ¿verdad? Nosotros aquí estamos pensando siempre en función de mañana, pero Yahweh quería que aprendiéramos a avanzar en la fe. ¿Entonces qué pasó?
Pero no le hicieron caso a Mosheh; algunos dejaron sobrante hasta la mañana, y se puso infestado de gusanos y mal oliente. Y Mosheh se enojó con ellos. Shemot 16:20
La confianza no debe ser en Mamón, sino en Elohim, y para eso es que Él lleva a Su pueblo al desierto, para enseñarle a vivir diariamente en comunión y en confianza en Él. No estoy diciendo que seamos despilfarradores, no, sino que no seamos ansiosos. Guardar las cosas para mañana es como contar los propios recursos, como creernos nuestros propios proveedores y salvadores:
Entonces les refirió una parábola, diciendo: "Las tierras de un hombre rico habían producido mucho. Y él cavilaba diciéndose a sí mismo: "¿Qué haré? Porque ya no tengo dónde almacenar mis productos". Entonces dijo: "Esto es lo que voy a hacer: voy a derribar mis graneros para edificar otros más grandes: allí almacenaré todo mi grano y mis bienes. Luego podré decirme: Hombre, tienes muchos bienes almacenados para muchos años: descansa, come, bebe, alégrate". Pero Elohim le dijo: "Necio, esta noche vienen a reclamar tu vida; y lo que has amontonado, ¿para quién será?". Así pasa con el que acumula tesoro para sí mismo pero no es rico para con Elohim". Luka 12:16-21
Mashíaj nos dice que sólo podemos recoger lo de cada día, porque no podemos prever nada de nuestro futuro, ni hacer previsiones. Para eso tenemos a nuestro Padre, Él nos cuida. Por eso sigue diciendo después de esa parábola:
Dijo también a sus discípulos: "Por tanto les digo: No se afanen por su vida, qué habrán de comer; ni por su cuerpo, qué habrán de vestir. Porque la vida es más que la comida, y el cuerpo es más que la ropa. Fíjense en los cuervos, que ni siembran, ni cosechan, ni tienen almacenes ni graneros; y Elohim los alimenta. ¡Cuánto más valen ustedes que las aves! ¿Y quién de ustedes, por más ansioso que se ponga, podrá añadir un codo a su estatura? Pues si no pueden hacer lo que es menos, ¿por qué se ponen ansiosos por lo demás? "Fíjense en los lirios, cómo crecen. No trabajan, ni hilan; sin embargo les digo que ni aun Shlomó, con toda su gloria, se vistió como uno de ellos. Si Elohim viste así la hierba, que hoy está en el campo y mañana la echan en el horno, ¡cuánto más hará por ustedes, hombres de poca fe!". Así que ustedes no estén pendientes de qué van a comer o qué van a beber, ni se desesperen. Porque la gente del mundo busca ansiosamente todas estas cosas; pero su Padre sabe que tienen necesidad de ellas. Ustedes más bien, busquen Su reino, y estas cosas se les darán por añadidura. No teman, rebaño pequeño, porque su Padre se complace en darles el reino. "Vendan sus bienes y hagan obras de caridad. Hagan bolsas que no se envejecen, un tesoro inagotable en los cielos, donde no llega el ladrón, ni destruye la polilla. Porque donde esté su tesoro, allí también estará su corazón. Luka 12:22-34
Algunos no confiaron y recogieron más y guardaron para el día siguiente. Puede que haya sido para darse el trabajo una sola vez y evitarse recoger al día siguiente, o porque no creyeron que caería de nuevo; "por las dudas", ¿no decimos siempre? Pero entonces, crió gusanos. ESTO INDICA QUE GUARDAR CUALQUIER COSA, AÚN UNA COSA SANTA, PERO SEGÚN EL CONCEPTO NATURAL, NO ES ALGO ESPIRITUAL.
Yahshua nos exhorta a no preocuparnos por el día de mañana. Que mañana sea mañana. No nos preocupemos por eso. Los que se preocupan por el día de mañana intentan guardar lo más que pueden. Guardar de esta manera nunca sirve para el día de hoy, sólo siempre para mañana, pero cuando mañana vamos a buscar eso que guardamos, está podrido, crió gusanos. No se lo comieron ellos, sino que se lo comieron los gusanos. Así también con el hombre que quería guardar su cosecha para el futuro: él murió y no la disfrutó. Tenemos solamente el día de hoy; no tenemos un mañana. Nadie puede vivir mañana. Cada día temprano simplemente debemos recoger el maná. No debemos ser ni glotones ni perezosos, sino recoger el maná conforme a la Palabra de Elohim. Elohim nos pide que recojamos el maná por la mañana, y que lo hagamos según Su voluntad. Luego después de moler, amasar y hervir el maná, lo comemos. ¡Cuánta paz y descanso trae comer el maná de esta manera, día tras día! Llevamos una vida tranquila y de descanso sin preocupaciones ni problemas. Cada día comemos nuestra porción cotidiana de maná y vivimos un día a la vez, no como el mundo nos manda, que planifiquemos y que nos preocupemos por cosas que no han sucedido aún (el futuro) y que tal vez nunca sucedan (los seguros para el futuro). El mundo nos pide no sólo proveer para la necesidad de mañana, sino también para la probabilidad de mañana. Y si no sucede no importa, "estamos cubiertos", tenemos un seguro de vida, cree la gente mundana. Pero no es así con los verdaderos creyentes, que avanzan por la fe, atraviesan el desierto y día a día reciben su pan y esperan en Su Creador.
Así lo recogían cada mañana, cada cual lo que necesitaba para comer; porque cuando calentaba el sol se derretía. Shemot 16:21
Esto es muy interesante, quiere decir que Elohim quiere que desde temprano confiemos en Él y desde temprano actuemos en fe, pero que no dejemos las cosas para después. Yahweh va a proveer hoy, pero quiere que nos levantemos temprano a recoger; ahora, si dejamos que pase el día y no recogemos del pan del cielo se nos derrite. Interesante, porque el maná era tan duro que había que molerlo, amasarlo y cocerlo para comerlo, pero también se derretía cuando quedaba expuesto al sol caliente. Esto simboliza el tiempo de la gracia:
La senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto. Mishlei 4:18
El día es perfecto cuando la luz brilla en toda su plenitud. Así también será la senda de los justos, porque esa senda es Mashíaj, el Camino, cuando lleguemos al final: cuando Su Luz brille en plenitud, habrá terminado el tiempo de la gloria, el tiempo del maná. Lo que es en parte permanece hasta que llega la plenitud, como Shaúl bien sabía:
Ahora conocemos parcialmente, y parcialmente profetizamos; pero cuando venga lo que es perfecto, entonces lo que es parcial se acabará. Qorintiyim Alef 13:9-10
Apresurémonos, entonces, a recoger nuestro maná diario, no sea que nos alcance Su Venida sin ser hallado de pie en Su Presencia.
Descansar En Él
En el sexto día recogieron una cantidad doble de alimento, dos omeres para cada uno; y cuando todos los capitanes de la comunidad vinieron y se lo dijeron a Mosheh, él les dijo: "Esto fue lo que dijo Yahweh: Mañana es un día de reposo, un Shabat santo de Yahweh. Asen lo que quieran asar, y hiervan lo que quieran hervir; y todo lo que sobre apártenlo y guárdenlo para mañana". Así que lo guardaron hasta la mañana, como había mandado Mosheh; y no se puso mal oliente, ni tenía gusanos. Entonces dijo Mosheh: "Cómanselo hoy, que hoy es un Shabat de Yahweh; hoy no lo hallarán en la llanura. Seis días lo recogerán; en el séptimo día, el Shabat, no habrá nada". Shemot 16:22-26
Eso quiere decir que, aunque todavía no les había dado los diez mandamientos, ellos iban a descansar el shabat; es decir, que ya les está enseñando el descanso, el reposo, la confianza, el vivir para Elohim, teniendo en cuenta que Elohim existe y no sólo este mundo. Ya estamos encontrando tres órdenes dadas por Yahweh, implícitas (después Él las va a hacer explícitas): aplicar el madero a nuestra carne, comer a Mashíaj cada día, y descansar en Él. Las tres cosas se representaron con acciones físicas (tirar un palo de madera en el agua, recoger el maná todos los días y no salir a recoger el séptimo). Son tres providencias que requieren tres obediencias.
Si ellos guardaban en su carne para el día siguiente, se agusanaba, pero Yahweh les dio el doble el sexto día, Y NO PASÓ NADA. El septimo comieron y no había gusanos. Esta es la provisión del cielo, no la de la tierra, no la humana. Nosotros hacemos planes y se nos agujerea todo, pero Él dice "el sexto día te daré el doble, para que el séptimo no te muevas", y eso se realiza.
Elohim primero los guía a confiar en Él, a descansar en Él; no ha llegado todavía el Sinay, no ha dicho los diez mandamientos y ya les está enseñando a descansar en Elohim, a confiar en Elohim. Notemos que no se trata de un reposo con irresponsabilidad; es un reposo consagrado a Yahweh; es decir: Adón, descanso en Ti, estoy aquí para Ti, para lo Tuyo, aprendo a confiar en Ti por Tu causa. No es un reposo de irresponsabilidad, vacaciones, para hacer nuestro buen placer, el de nuestra carne. Había que guardar, sí, pero para el reposo. Es decir, Elohim quiere que descansemos de nuestras obras, de nuestros afanes para que estemos delante de Él y le sirvamos a Él; lo que impide que la semilla dé fruto son los afanes de este siglo; esa es la parábola del sembrador. Sembró y alguna cayó en buena tierra, pero otra cayó entre espinos y abrojos; estos son los afanes de este siglo que ahogan la semilla. Entonces Elohim nos conduce a la fe y nos conduce al descanso en Él para Yahweh, reposo consagrado a Yahweh, es reposo para Yahweh, no es vacaciones, no es vagancia, no es irresponsabilidad, no; es estar dispuesto para Elohim, no somos solamente animalitos, ni esclavos hacedores de ladrillos para Faraón, no; somos sacerdotes para el Elohim del cielo.
Y esto tampoco es un día a la semana, aquí está sembrando la idea base del jubileo, de la semana de siete años para dar el descanso de la tierra, y de las siete semanas de años que forman el jubileo. Pero ellos, ayer y hoy, no salieron de esta primera sombra. Guardar un día ya demostró ser mucho, porque ellos decían que era cansativo:
"Ustedes dicen: "¡Oh qué fastidio!". Y así lo degradan –dijo Yahweh de los Ejércitos" MalajiYah 1:13
Yahweh estaba refiriéndose a Su servicio. Y por no salir de las sombras no han aprendido lo que ellas representan, el perdón del jubileo, y no consiguen levantarse del suelo.
Sin embargo algunos del pueblo salieron a recoger en el séptimo día, pero no hallaron nada. Y Yahweh le dijo a Mosheh: "¿Hasta cuándo se negarán ustedes a obedecer mis mandamientos y mis enseñanzas? Shemot 16:27-28
Cuántas veces la gente dice: "No hermana, no puedo ocuparme en las cosas del Adón porque tengo que hacer esto primero". Así sacrificamos todo lo del Adón a cambio de lo que no tiene valor; a quien sacrificamos es a Mashíaj mismo, y entonces, después tampoco hay bendición en esas cosas. Dejamos al Adón de lado para ocuparnos en cosas que considerábamos muy importantes, y no nos salieron bien, así que nos quedamos sin el pan y sin la torta. Pero cuando ponemos al Adón primero, todas las demás cosas son añadidas. ¡Amén!
Fíjense que Yahweh les ha dado el Shabat; por eso les da alimento para dos días en el sexto día. Que cada uno se quede donde está: que ningún hombre salga de su lugar en el séptimo día. Shemot 16:29
Yahweh les ha dado, les dio, es un regalo. Yahweh piensa en nosotros, nosotros no fuimos creados para el día de reposo, sino que Yahweh hizo el reposo para nosotros.
También les dijo: "El Shabat fue hecho para el hombre, y no el hombre para el Shabat. Así que el Hijo del Hombre es dueño también del Shabat". Mordejai 2:27-28
Yahweh nos dio el séptimo día para representar nuestro descanso en Él. El hombre debia aprender a reposar una vez a la semana, y después también un vez cada siete años:
Por seis años ustedes podrán sembrar su campo y por seis años pueden podar su viña y recoger el fruto. Pero en el séptimo año la tierra tendrá un shabat de completo reposo, un Shabat de Yahweh: no sembrarán su campo ni podarán su viña. No cosecharán lo que crezca después de la cosecha ni recogerán las uvas de sus viñas no podadas; será un año de completo reposo para la tierra... Y si preguntas: "¿Qué vamos a comer en el año séptimo, si no podemos sembrar ni recoger nuestras cosechas?". Yo ordenaré mi bendición para ti en el año sexto, de manera que rendirá una cosecha suficiente para tres años. Cuando siembres el año octavo, todavía estarás comiendo grano viejo de esa cosecha; estarás comiendo del viejo hasta el año noveno, hasta que llegue su cosecha. Vayikra 25:3-5, 20-22
Primero una vez cada siete días, ahora que ya aprendieron un poquito, vamos a extender la comprensión y ampliar la fe, ahora van a tener que confiar durante un año entero, porque esto es lo que Yo les prometo si ustedes andan en mis caminos. Y después lo va a agrandar más y va a traer el jubileo y va a explicar que ese es el perdón de todas las transgresiones, que un día todos van a ser librados pero que primero necesitan creer en Él.
Así que el pueblo permaneció inactivo en el séptimo día. Shemot 16:30
Ahora, ¿saben cómo aprendía el pueblo a reposar? Porque salían a hacer las cosas por sí mismos, desobedecían, y les iban mal la cosas; querían guardar y se les pudría, entonces no guardaban ni para el séptimo día y cuando salian a buscar no habia nada, y se quedaban sin comer. Cuando no quieren aprender a descansar, cuando en los afanes no salen bien las cosas, entonces hay que aprender a reposar en Elohim y para Elohim.
El Maná Guardado
Ahora llegamos a un asunto muy profundo con respecto al maná: guardar un ómer de maná en una vasija delante de Elohim para las futuras generaciones:
La casa de Yisrael lo llamó maná ¿Qué es eso?; era como semilla de culantro, blanco, y sabía como hojuelas con miel. Mosheh dijo: "Esto es lo que ha mandado Yahweh: "Que se guarde un ómer de esto para sus descendientes, para que vean el pan con que te alimenté en el desierto cuando te saqué de la tierra de Mitsráyim". Y Mosheh le dijo a Aharón: "Toma una vasija, pon un ómer de maná en ella, y colócala delante de Yahweh, para que se conserve para sus descendientes". Como Yahweh le había ordenado a Mosheh, Aharón la colocó delante de la Alianza, para conservarla. Y los yisraelitas comieron maná por cuarenta años, hasta que llegaron a un territorio poblado; comieron maná hasta que llegaron a la frontera de la tierra de Kenaán. Shemot 16:31-35
El mandamiento de recoger esta porción de maná delante de Elohim era algo extraño. En ninguna otra parte de las Escrituras leemos que Elohim mandara a Su pueblo que reservara un alimento delante de Él para las generaciones venideras. Pero después de que los hijos de Yisrael empezaron a disfrutar el maná, Elohim les mandó "tomar una vasija y poner en ella un ómer de maná, y colocarlo delante de Yahweh" (16:33). Más adelante, veremos que el maná fue colocado en una vasija de oro.
¿Cuál es el significado de guardar un ómer de maná, el alimento celestial, para el pueblo de Elohim? ¿Por qué el maná fue colocado en una vasija de oro, y fue puesto dentro del arca junto con las tablas del pacto? El maná estaba en la vasija, la cual estaba en el arca, y ésta a su vez se encontraba en el Lugar Santísimo, que estaba dentro del Ojel Moed, que estaba rodeado por las tablas del atrio exterior.
Aparentemente el arca era el punto de enfoque del tabernáculo. En realidad, el maná preservado en la vasija colocada dentro del arca era el punto central. El maná en la vasija estaba escondido y cubierto bajo cinco capas. Por lo tanto, el verdadero punto de enfoque era el maná en la vasija de oro.
Haríamos bien en preguntarnos cuál es el punto de enfoque de nuestra vida creyente. Así como el maná en la vasija de oro era el punto de enfoque de la morada de Elohim, también Mashiaj como el maná que comemos debería ser el punto de enfoque de nuestro ser, el tesoro más escondido en nuestro interior. El tabernáculo era la morada de Elohim en el Tanaj, y nosotros somos la morada de Elohim hoy. Desde la perspectiva de la experiencia, podemos considerarnos idénticos al tabernáculo, como ya estudiaremos, porque éste era el edificio de Elohim, y nosotros también somos Su edificio. Actualmente la congregación es el tabernáculo de Elohim. Corporativamente somos idénticos al tabernáculo porque formamos parte de la congregación. Como parte de la congregación, nuestro punto de enfoque debe ser el maná. Para describirlo de una manera completa, podemos decir que este maná es el Mashiaj que alimenta y nutre a su congregación. Por tanto, el punto de enfoque del edificio de Elohim hoy, es el Mashiaj comido, digerido y asimilado por Su pueblo.
Ahora podemos entender por qué Elohim mandó que se conservara una porción del maná en una vasija de oro delante de Él. Esto indica que el Mashiaj que hemos comido, digerido y asimilado es nuestro centro, nuestro núcleo. Por decirlo de forma bíblica, el maná estaba en el corazón del Ojel Moed, porque estaba en el lugar más kadosh, más central. ¿Cuál es el centro de nuestro ser hoy en día? Decir que nuestro centro es el maná sería usar un término de la Era de Pésaj. En la terminología de la Era de Shavuot, debemos contestar que el centro de nuestro ser es Mashiaj.
El maná que se conservaba en la vasija fue preservado como memorial delante de Elohim para las generaciones venideras. Shemot 16:32: dice: "Que se guarde un ómer de esto para sus descendientes, para que vean el pan con que te alimenté en el desierto cuando te saqué de la tierra de Mitsráyim". Al considerar este relato desde la perspectiva de nuestra experiencia, vemos que al participar de Mashiaj día tras día, también lo preservamos en nuestra arca interior. No obstante, muchos creyentes no preservan mucho de Mashiaj. Todos debemos guardar a Mashiaj. La cantidad de Mashiaj que preservamos depende de cuánto le comemos. Cuanto más comemos de Mashiaj, más maná preservamos en nuestro Tabernáculo interior.
En el Tanaj, el maná se preservaba al recogerlo y al comerlo, porque todo lo que no se recogía se derretía, y si trataban de guardarlo en la carne, se pudría. Sólo el maná del séptimo día no se agusanaba, como ya vimos, y eso sólo durante ese día, tampoco se lo podía dejar para el día siguiente. De manera que lo único que preserva al maná con vida es QUE ESTÉ DELANTE DE YAHWEH. Esa era la única forma de que no se arruinara, porque si dejamos hasta lo más santo, la Palabra Kadosh, fuera de la presencia del Padre, hasta eso se llena de gusanos, como tantas religiones y denominaciones muestras atestiguan de forma terrible. El mundo está lleno de creyentes-zombies, que se alimentan de maná agusanado, palabra muerta, tradiciones de hombres. Y todos ellos creen que están vivos.
En la recogida y en la comida del maná, algunos hijos de Yisrael quizás eran exagerados, mientras que otros eran perezosos. Según nuestra medida, el maná que recogemos puede medir mucho más que un ómer. Pero según la medida de Elohim, éste mide exactamente un ómer. Los que recogieron mucho, al final tenían un ómer. Lo mismo pasó con los que habían recogido poco. En las cosas espirituales, no debemos ser glotones. Por mucha capacidad que tengamos al recoger el maná, finalmente todos recibiremos un sólo ómer.
Hemos visto que la cantidad de maná recogida cada mañana siempre rendía un sólo ómer por cabeza. La cantidad de maná comido cada día también era un sólo ómer por persona. Por mucho apetito o capacidad que tuviese una persona, sólo comía un ómer de maná. Por otra parte, una persona cuyo apetito y capacidad eran pequeños también comía un sólo ómer.
El hecho de que se conservara un ómer de maná en la vasija indica que la cantidad que se debía preservar era la misma que la cantidad que se recogía y que se comía. Esto indica que no podemos guardar más de Mashiaj que lo que recogemos y comemos. Al contrario, recogemos y comemos una cantidad, y preservamos esta misma cantidad. Usando la terminología del Tanaj, lo que recogemos y comemos mide un ómer y lo que preservamos también mide un ómer, PORQUE SÓLO PRESERVAMOS LO DEL DÍA. No importa cuánto recojamos, seguimos teniendo un sólo ómer. Del mismo modo, por mucho que podamos comer, seguimos comiendo un sólo ómer. Eso no quiere decir que el Mashíaj que asimilamos ayer no sirve de nada, ciertamente ayer nos nutrió, pero para la nutrición de hoy necesitamos el nuevo ómer diario de Mashíaj. Por eso, en nuestro interior, en nuestra arca interior, sólo tenemos un ómer de maná por día, si es que lo hemos recogido, molido, horneado y comido. Si no, ni eso tendremos. El maná, como Mashíaj, está siempre vivo, y para eso debemos comerlo diariamente, para renovarlo en nuestro interior. Elohim no nos pide que guardemos otra clase de alimento delante de Él. Pero Él sí nos exige que llevemos a Su presencia la cantidad de Mashiaj que hemos comido de Él.
Esto es en nuestra experiencia individual. Ya en lo corporativo, el guardar a Mashíaj es un memorial para las generaciones futuras. El hecho de que el Mashiaj que comemos es el que guardamos indica que todo lo que comemos de Él será un memorial para los que vendrán después. Por ejemplo, a través de las epístolas de Shaúl nosotros tenemos acceso a Mashíaj, al Mashíaj que Shaúl comió y asimiló. Sólo el Mashiaj que hemos comido y experimentado es digno de ser recordado y compartido con otros hermanos. En nuestra vida individual, compartimos nuestro maná diario, pero si somos diligentes, también dejaremos este maná para las generaciones futuras, como Shaúl y tantos otros han hecho.
El Mashiaj que disfrutamos será una conmemoración eterna, porque éste llega a ser nuestra misma constitución. En realidad, es el elemento reconstituyente para el pueblo de Elohim, el elemento que nos reconstituye, como ya vimos. Nada de lo que somos, tenemos, ni podemos hacer es digno de ser recordado. Sólo el Mashiaj que se ha convertido en nuestra constitución es digno de ser un memorial eterno. Generación tras generación, Mashiaj debe ser nuestro memorial.
Algunos creyentes no tienen mucho Mashiaj que recordar. Muchos lo han reemplazado por tradiciones humanas, otros por falsos ídolos, otros por los afanes del mundo. Por no haber comido mucho de Mashiaj hoy en día, sus arcas están vacías, y todo lo que dicen y hacen está muerto, lleno de gusanos. Por eso es necesario alimentarnos siempre y alimentar a otros. Es mucho más importante el que recoge el ómer de maná "para los de su carpa", que el que se fue al campo a hacer sus tareas. Recojamos entonces el maná no sólo para nosotros mismos, sino también para nuestra familia espiritual, la Novia, para que nos alimentemos unos a otros y todos puedan tener su maná diario, para que cada uno lo digiera y lo lleve al Lugar Santísimo, a la presencia de nuestro Abba Kadosh. Todo lo que disfrutamos de Mashiaj en la congregación hoy llegará a ser un memorial eterno. Este memorial será preservado en la presencia de Elohim, aún en su mismo ser.
Como el verdadero maná, Mashiaj es la fuente de la provisión para la morada de Elohim. Mashiaj es la provisión celestial para el pueblo de Elohim, para ser Su morada en la tierra. Veremos que con este maná como su provisión, los hijos de Yisrael construyeron el tabernáculo. El tabernáculo simbolizaba a los hijos de Yisrael, los cuales eran la verdadera morada de Elohim, al ser suministrados con maná y reconstituidos con Él. En este sentido, la provisión del maná llegó a ser el tabernáculo. Ellos no comieron otra cosa durante todo el tiempo en que levantaron el Ojel Moed, ni tampoco durante los 40 años del desierto.
Lo que recordemos acerca de Mashiaj en la eternidad tendrá dos aspectos: el aspecto del deleite de Mashiaj como nuestro elemento reconstituyente y el de Mashiaj como la provisión para hacer de nosotros la morada de Elohim en el universo. Estos dos aspectos se relacionan claramente con nuestra experiencia en la restauración de Elohim hoy. Al tomar a Mashiaj como nuestra provisión de vida, en cada reunión le disfrutamos como nuestro constituyente, y edificamos la morada de Elohim. Estos aspectos de nuestra experiencia de Mashiaj llegarán a ser un memorial por la eternidad.
El Maná Escondido
Ahora veremos el asunto del maná escondido. El memorial es el maná escondido.
Al que venza le daré a comer del maná escondido. Hitgalut 2:17
El maná tipifica a Mashiaj como el alimento celestial que permite al pueblo de Elohim seguir Su camino. Una porción de este maná fue guardada en una vasija de oro dentro del arca. El maná visible servía para el deleite del pueblo de Elohim de una manera pública, individualmente y corporativamente en lo diario, en el día a día compartido; el maná escondido, representando al Mashiaj escondido, es una porción especial reservada a los creyentes vencedores. Vemos que son dos formas de interpretar, para dos aspectos diferentes.
Anteriormente hemos señalado que el maná visible era el maná que los hijos de Yisrael recogían cada mañana, el maná público por así decir. No obstante, el ómer de maná colocado en la vasija y conservado dentro del arca en el Lugar Santísimo estaba escondido. Este maná no era para la congregación de una manera pública, era un símbolo "para sus descendientes". No obstante, desde el punto de vista de nuestra experiencia, también es posible decir que el maná visible es maná que no se ha comido, ha sido recogido pero no fue molido ni amasado ni horneado ni digerido, mientras que el maná escondido se refiere al maná que hemos comido, digerido y asimilado, que está ya guardado en nuestro interior, nos ha nutrido y ha modificado nuestra constitución interna. Pero cuando comemos individualmente el maná, éste se convierte espontáneamente en el maná escondido corporativo, eso que todos podemos compartir unos con otros, tanto en nuestra época histórica como a través de los escritos, como el caso de Shaúl que ya mencionamos. Lo que cada uno ha asimilado de Mashíaj pasa a ser parte del crecimiento corporativo de la Novia.
Debemos recordar que somos idénticos al tabernáculo del Tanaj. Nuestro ruaj es el Lugar Santísimo. En nuestro ruaj, tenemos a Mashiaj como el arca de Elohim. El maná que no comemos queda visible, debajo del cielo, en el atrio exterior. Pero el maná que comemos se esconde dentro de nosotros, en el lugar donde tenemos nuestro tesoro. Muchos creyentes sólo conocen el maná visible. Por no comer a Mashiaj como su maná, no tienen el maná escondido. Para los que comemos el maná cada día, el maná visible se hace el maná escondido.
También dijimos que el maná conservado como memorial medía un ómer, y Shemot 16:36 nos informa que "un ómer es la décima parte de un efah". Un ómer es una gavilla, referida a la recolección de granos, específicamente una cantidad de grano suficiente para agruparse en fardos. Así que 10 gavillas conformaban un ómer. Actualmente nos informan que un ómer equivale a unos 1300g, aproximadamente, y eso corresponde a la comida diaria para una persona. También es el nombre de ciertos recipientes en los que se medían las cosas, justamente aquí vemos que después lo que cada uno había juntado "lo midieron con el ómer" (Shemot 16:18), todos medían lo mismo.
"Háblales a los levitas y diles: Cuando reciban de los yisraelitas sus diezmos, que yo te he asignado como tu parte, tú apartarás de ellos una décima parte del diezmo de Yahweh. Esto se te contará como tu contribución. Como con el grano nuevo de la era o el producto del lagar, así tú por tu parte apartarás una contribución para Yahweh de todos los diezmos que recibas de los yisraelitas; y de ellos le traerás la contribución para Yahweh a Aharón. Apartarás todas las contribuciones debidas a Yahweh de todo lo que se te dona, de cada cosa la mejor porción, la parte que se va a consagrar. Diles además: Cuando le hayan quitado la mejor parte, ustedes los levitas pueden considerarlo lo mismo que el producto de la era o del lagar". Bamidbar 18:26-30
El diezmo es un ómer. Aquí vemos que la décima parte denota una porción especial que era reservada para el sacerdocio. Esto indica que el maná escondido no está destinado a la congregación en general, sino a los sacerdotes que servían de forma particular. El maná sólo es consumido por aquellos que no sólo recogen, sino también lo muelen, amasan, cocinan y consumen en sus vidas. Esto va mucho más allá de aprender la receta de matzá. No hablamos de tortas físicas sino del maná espiritual que es nuestra Roca, Mashíaj, que es molido en nuestras circunstancias, amasado en nuestros dolores, horneado en el fuego de las probaciones y comido en la presencia del Padre, y que pasa a formar parte de nuestra experiencia cotidiana DE FORMA REAL, NO DE LA BOCA PARA AFUERA. Los que no realizan todo este proceso espiritual CADA DÍA DE SUS VIDAS, simplemente no han comido. Habrán recogido, pero ni molieron, ni amasaron, ni cocinaron, y por eso no fueron nutridos. No por nada vemos tantos rujot muertos de hambre.
Si como los hijos de Elohim no comemos el maná, sólo tendremos maná visible, público, y no maná escondido. Será maná recogido, pero no consumido. Pero sin el maná escondido, no podremos funcionar como sacerdotes. Es por esto que la mayoría de los creyentes que vemos NO FUNCIONAN COMO SACERDOTES. Ellos no tienen maná escondido, con suerte tienen algo de maná púbico (y bastante público en general, para que todos los vean y les den su salario de fama), pero sus arcas están vacías. Eso se ve en sus vidas muertas. De esta manera, si sólo recogemos el mana público, seremos simplemente el público en general, una parte de la congregación del trigo. Pero si comemos el maná, lo digerimos y lo asimilamos, tendremos maná escondido. Espontáneamente, el maná que comemos causa la transformación que nos traslada de la congregación del trigo a la congregación de la cebada, los vencedores del sacerdocio.
Cuando los santos no funcionan en la vida de congregación, tampoco viven como sacerdotes. Por haber recogido maná, simplemente forman parte de la congregación, pero porque no lo han asimilado en plenitud, no son sacerdotes. Sin embargo, si cada uno de nosotros come del maná visible, si lo molemos, amasamos, cocinamos y lo comemos, éste se convertirá en el maná escondido que nos permitirá funcionar en la vida de congregación y también en el mundo. Por lo tanto, cuanto más comemos de Mashiaj, más ejerceremos nuestra función. De esta manera, todos llegaremos a ser un sacerdote en la teoría y en la práctica. Si comemos, pasamos de formar simplemente parte de la congregación general a comenzar a ser sacerdotes que funcionan, que tienen la verdadera esencia interior de Mashíaj para ministrar a otros. Antes estábamos fuera del tabernáculo; ahora vimos en el Lugar Santísimo. Esa es una gran diferencia que se ve más allá del hablar, se ve en los frutos. Comer el maná verdaderamente hace la diferencia. El maná nos hace otra clase de persona. Si no comemos el maná, si sólo lo recogemos, estaremos simplemente entre la congregación. Pero si lo comemos, seremos transformados en sacerdotes con el maná escondido como nuestra porción específica. El Mashiaj que disfrutamos y experimentamos espontáneamente llega a ser nuestra porción específica. El es el maná escondido dentro de nosotros.
En este mensaje, estoy hablando conforme a la experiencia, y no según la doctrina. Resulta bastante fácil hablar del maná visible, hay muchos sermones y artículos a ese respecto. No obstante, es difícil entender lo que significa el maná escondido. Pero si lo consideramos desde la perspectiva de nuestra experiencia, obtendremos una comprensión correcta de éste. Cuando comemos a Mashiaj como el maná visible, éste se esconde dentro de nosotros. Esto nos convierte en una clase distinta de gente. Antes formábamos parte de la congregación en general, los que recogen pero no pasan ese maná por sus vidas, pero ahora estamos en el sacerdocio, estamos en el camino de los vencedores. Como sacerdotes que funcionan, servimos a Elohim al disfrutar a Mashiaj como nuestra porción específica.
En Una Vasija De Oro
En Shemot 16:33, vemos que se colocaba un ómer de maná en una vasija y se presentaba delante de Elohim para ser recordado por las generaciones futuras. Pero en Ivrim se nos informa que esa vasija era de oro:
Tras el segundo velo estaba la parte de la Morada que se llama el Santísimo. Allí estaba el incensario de oro y el arca de la alianza enteramente cubierta de oro. En ella estaban una vasija de oro que contenía el maná, la vara de Aharón que reverdeció y las tablas de la Alianza. Ivrim 9:3-4
Por tanto, el maná escondido estaba en una urna de oro. El maná escondido en la urna de oro significa que nuestra vida está escondida con Mashiaj en Elohim. En Qolasiyim 3:3, Shaúl nos dice que nuestra "vida está escondida con Mashiaj en Elohim". El Mashiaj escondido en Elohim es el maná escondido en la urna.
En las Escrituras, el oro representa la naturaleza divina. Según Kefá Bet 1:4, somos participantes de esta naturaleza divina. SÓLO LA NATURALEZA DE ELOHIM, LA NATURALEZA DIVINA, PUEDE PRESERVAR A MASHIAJ COMO NUESTRO MANÁ ESCONDIDO. Esto es "colocar el maná en la presencia de Yahweh". Alabado sea Elohim porque dentro de nosotros tenemos una urna de oro, es decir, tenemos la naturaleza divina. No podemos preservar a Mashiaj en nuestra mente ni en nuestras emociones, eso es lo que hacen tantos que sólo recogen el maná, pero no lo muelen y por eso no pueden digerirlo. Como tantas cosas, las dejan "afuera", como cuando los creyentes de la Era de Pésaj tenían la ley de forma externa. Pero nosotros tenemos el Ruaj interior, no tenemos excusa.
Podemos preservar el maná únicamente en la naturaleza divina que obtuvimos por medio de la regeneración, y eso significa USARLA. En realidad, la naturaleza divina en nosotros es Elohim mismo, es Mashíaj en nosotros. El maná en la urna de oro indica que el Mashiaj que disfrutamos como nuestro provisión de vida está preservado en la naturaleza divina que se encuentra ahora en lo más profundo de nuestro ser. Mashiaj es nuestra porción especial del alimento escondido en la naturaleza divina. Cuando tocamos la naturaleza divina, la urna de oro, disfrutamos a Mashiaj como el maná escondido dentro de ella. De manera que ya vemos, todas estas cosas necesitan ser desembaladas de la caja de regalo Y UTILIZADAS A PLENO para que podamos disfrutar de estas riquezas.
La urna de oro con el maná escondido se encontraba dentro del arca del testimonio en el Lugar Santísimo (Ivrim 9:3-4). La mayoría de nosotros nos damos cuenta de que el arca tipifica a Mashiaj. Mashiaj como el maná está preservado en la naturaleza divina, y la naturaleza divina está en Mashiaj tipificado por el arca. Este Mashiaj está en nuestro ruaj, el cual es el Lugar Santísimo en nuestra experiencia.
Una vez más vemos que esto es difícil de entender doctrinalmente, y por eso pocos lo enseñan y menos lo practican. Claro, es mucho más fácil dar indicaciones de qué postura debemos adoptar para hacer tal o cual cosa, agregar un par de pasukim para "espiritualizar" el asunto y listo. Pero eso seguirá siendo MANÁ RECOGIDO SIN MOLER, SIN AMASAR, SIN COCINAR, SIN COMER, SIN NUTRIR, SIN PRESERVAR. No obstante, si aplicamos este cuadro del maná, de la urna de oro, y del arca a nuestra experiencia espiritual, creo que cualquiera puede verlo y entenderlo. Todos podemos testificar que ciertamente hemos disfrutado a Mashiaj, en mayor o menor medida. Y si nos decidimos a perder el miedo de cortar nuestra carne y aplicar el madero a nuestras circunstancias amargas, y comer de verdad el maná de Mashíaj cada día, a través de los molinos, morteros y hornos de fuego que atravesamos, podremos testificar también que el Mashiaj que disfrutamos se convierte en el Mashiaj que preservamos.
Nuestro ruaj está destinado a la congregación, no a nosotros de forma individual. El ruaj tiene un funcionamiento vertical pero también uno horizontal, ese que normalmente la mayoría deja de lado (cuando no dejan de lado el otro también). El ruaj ha sido creado para que funcionemos conectados con los cielos pero también con la tierra a través de la Novia, la congregación. Sólo así podremos ser la expresión de los cielos en la tierra, trayendo la voluntad del Padre y ejerciendo el cargo de reyes y sacerdotes. Efesiyim 2:22 declara que la morada de Elohim está en nuestro ruaj. Aún podemos afirmar que nuestro ruaj mezclado con el Ruaj divino es el fundamento de la congregación, la base sobre la cual ella es edificada. Cuando disfrutamos a Mashiaj, preservamos la naturaleza divina que está en Mashiaj, quien a su vez está en nuestro ruaj. Ya que nuestro ruaj es para la congregación, con ella y en ella, en experiencia, somos en realidad el tabernáculo de Elohim hoy.
Así como Yahweh ordenó a Moshe, Aharón la apartó delante del Testimonio para ser guardado. Shemot 16:34
Algunos traductores de las Escrituras consideran que este testimonio se refiere al arca. Yo me opongo firmemente a esta interpretación. En el Tanaj, el testimonio no se refiere al arca, sino a la ley de Elohim, los Diez Mandamientos, que estaban DENTRO del arca. El arca era llamada el Arca del Testimonio porque las dos tablas de la ley estaban colocadas dentro del arca, leamos de nuevo:
Tras el segundo velo estaba la parte de la Morada que se llama el Santísimo. Allí estaba el incensario de oro y el arca de la alianza enteramente cubierta de oro. En ella estaban una vasija de oro que contenía el maná, la vara de Aharón que reverdeció y las tablas de la Alianza. Ivrim 9:3-4
Entonces, DENTRO del arca estaban la vasija de oro del maná, las tablas de la Ley y la vara de Aharón. El tabernáculo fue llamado el Tabernáculo del Testimonio PORQUE CONTENÍA EL TESTIMONIO QUE ESTABA DENTRO DEL ARCA. La palabra para testimonio es EDUT (H5715), que significa TESTIGO. Algo que da testimonio es un testigo, no sólo porque ha visto aquello de lo que da testimonio, sino también porque testifica de la veracidad de ello. Por lo tanto, el arca era el Arca del Testimonio, y el tabernáculo, el Tabernáculo del Testimonio. Dentro del arca, dentro del Tabernáculo, se hallaba el testimonio de Elohim. Si decimos que el testimonio mencionado en Shemot 16:34 se refiere al arca, entonces la urna de oro con el maná escondido debería haber estado fuera del arca, porque este pasuk afirma que la urna estaba colocada DELANTE del Testimonio. Pero al leer las Escrituras detenidamente, vemos que la urna de oro se encontraba DENTRO DEL ARCA junto con la vara y las tablas. La urna de oro debe haber estado directamente en frente de las dos tablas dentro del arca. Entonces, ¿qué es el testimonio? El maná no es, porque ESTABA DELANTE DE ÉL. Y como nos quedan las tablas y la vara de Aharón, comprendemos que EL TESTIMONIO SON LAS TABLAS DE LA LEY.
Este cuadro de la urna de oro delante de las Tablas del Testimonio indica que el maná escondido en la urna corresponde a los Diez Mandamientos. Esto significa que el maná se corresponde con la ley de Elohim. Sabemos que la ley, la Davar, es Mashíaj, y que el maná también, aunque son dos aspectos de Mashíaj diferentes. El maná contenido en la naturaleza de Elohim corresponde con el testimonio de Yahweh, el cual describe la naturaleza de Elohim y testifica de ella en nuestro interior, cuando lo comemos. La ley es un testimonio de lo que es Elohim. Este es un cuadro de la tarea de Yahweh de escribir Su Ley en nuestros corazones. Como hemos mencionado muchas veces, la ley testifica que Yahweh es santo y justo, y que Él es luz y amor. Estos cuatro atributos son los principales aspectos de la descripción de la naturaleza de Elohim proporcionados por la ley. Los Diez Mandamientos describen estos atributos y testifican de ellos, y a través del maná aprendemos a aplicarlos a nuestra naturaleza y nuestra vida. El hecho de que el maná escondido en la urna de oro esté colocado delante del testimonio indica que el maná corresponde al testimonio de Elohim y satisface sus requisitos.
Debemos aplicar esto a nuestra experiencia personal. La revelación en las Escrituras indica que nosotros, como quienes hemos regenerados, tenemos el testimonio de Elohim en nuestro interior. Tenemos la ley de vida (Romaniyim 8:2), y tenemos una conciencia. En nuestra experiencia, hemos aprendido que nuestros esfuerzos en la vida natural para cumplir los requisitos de Elohim siempre resultan ser un fracaso, y hemos abandonado el camino de las tradiciones humanas y el esfuerzo de la carne. En la vida natural, no hay nada que se corresponda con el testimonio de Elohim, por mucho que algunos se esfuercen por producir copias de baja calidad. No obstante, cuando compartimos del maná como nuestra provisión de vida, éste llega a ser el maná escondido, el reflejo de la Ley que comienza a ser grabado en nuestros corazones. Este maná escondido, preservado en la naturaleza divina dentro de nosotros corresponde a la Ley de Vida y satisface Sus requisitos. En las palabras de Shaúl, los justos requisitos de la ley se cumplen en aquellos que andan conforme al ruaj:
...para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Romaniyim 8:4
Y sólo podemos andar conforme al Ruaj si somos alimentados por Él en nuestros rujot, no en nuestra carne. Shaúl lo dice y lo repite muchas veces en diferentes lugares, pero la mayoría quiere siempre pensar que "la carne" se refiere al vecino, no a ellos mismos, y cada uno insiste en que está en la posición correcta. Pero la carne nunca puede dar los frutos de espíritu, y en eso se la reconoce como impostora, por mucho que grite y amenace a los que la exponen.
Las tablas del pacto en el arca indican que el Testimonio de Elohim está en Mashiaj. Este Testimonio nos exige y requiere de nosotros ciertas cosas. Por nosotros mismos, no podemos cumplir estas exigencias y requisitos, porque no tenemos nada dentro de nosotros que se corresponda con el testimonio de Elohim. Sin embargo, cuando tomamos a Mashiaj en nuestro interior como nuestro alimento y nuestra provisión de vida, Mashiaj como el maná escondido, nos pone a la par del testimonio de Elohim, está grabando Su Ley en nuestros corazones. Hoy en parcialidad, como sabemos, porque también nosotros somos cuadros que estamos siendo pintados.
El Mashiaj que disfrutamos ahora ya no está fuera de nosotros, correspondiendo a la ley de Elohim de forma externa. Por el contrario, está dentro de nosotros. Este Mashiaj interior corresponde a la ley que también está dentro de nosotros, porque el maná que nos alimenta está cambiando nuestra constitución interior, nuestros corazones de piedra en corazones de carne donde esa Ley puede ser grabada.
Esta ley pone exigencias, pero tenemos a Mashiaj como el maná interior y escondido para corresponder al testimonio de Elohim y satisfacer Sus requisitos. El Mashiaj que comemos y asimilamos nos hace coincidir con la ley interna de vida. Por lo tanto, tenemos tres puntos cruciales: el alimento, el testimonio, y la correspondencia del alimento con el testimonio. Debido a esta correspondencia maravillosa, podemos ser liberados de todo esfuerzo, lucha y combate interno. Podemos estar en paz. Por una parte, tenemos la ley con sus exigencias; por otra parte, tenemos a Mashiaj como nuestra provisión de vida que se corresponde a la ley. Como resultado, podemos estar en shalom.
En este punto, debemos recordar que esta experiencia está relacionada con la congregación y se produce en ella misma. Ya vimos que la congregación es el tabernáculo actual corporativo. Nosotros podemos ser tabernáculos individuales, pero sin la conexión corporativa no funcionamos tampoco. Dentro de la congregación como tabernáculo de Elohim, morada de Elohim, tenemos entonces tres asuntos internos: el maná escondido, el testimonio y la paz correspondiente. Al experimentar estas cosas en el Ojel Moed, servimos a Elohim, y Él acepta nuestro servicio. Además, éste es el lugar del hablar de Elohim, el lugar de Su oráculo.
Los diferentes aspectos de la experiencia del maná escondido van más allá de lo que puede decir el hombre. Es mejor no hablar demasiado al respecto, no se pueden andar haciendo "manuales y tratados" de las cosas vivas. La vida fluye, no puede ser grabada en piedra. Es suficiente tener un guía que nos conduzca en nuestra experiencia espiritual, el Ruaj, nuestra nube de fuego.
El Alimento De Los Vencedores
Vamos a analizar otro simbolismo del maná escondido, pero ahora en lo histórico, en el tiempo que nos corresponde vivir. Según Hitgalut 2:17, el maná escondido está destinado a los vencedores. El maná visible servía para el deleite público del pueblo de Elohim; el maná escondido es una porción especial reservada a los buscadores vencedores que vencen la degradación de la congregación mundana. Mientras la congregación sigue el camino del mundo, estos vencedores siguen adelante y moran en la presencia de Elohim en el Lugar Santísimo, donde disfrutan del Mashiaj escondido como porción especial para su provisión cotidiana.
Cada sacerdote apropiado es un vencedor. No piensen que ese es un cargo reservado para "los elegidos". Cualquiera de nosotros puede ser un vencedor al disfrutar a Mashiaj como el maná, con todos sus requisitos. Comamos del maná visible, y Mashiaj se convertirá en el maná escondido. Este nos constituirá en un vencedor. También cumplirá los requisitos de la ley interior de vida y nos traerá shalom. Como resultado, seremos vencedores conforme a Hitgalut 2:17.
El Tanaj enseña que los hijos de Yisrael comieron del maná en el desierto por un período de cuarenta años. Pero 1600 años más tarde Elohim habló a la congregación en Pérgamo, y a las siete congregaciones en Asia, acerca del maná escondido. Después de todos esos siglos, Elohim trajo a Su pueblo de nuevo al maná. La intención de Yahweh es que todas las congregaciones coman del maná. No obstante, en las congregaciones no debemos comer simplemente del maná visible, sino también del maná escondido, que nos hace sacerdotes y vencedores, y eso sólo podemos hacerlo SI TENEMOS MANÁ ESCONDIDO QUE COMPARTIR UNOS CON OTROS.
Al que venza le daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y escrito en la piedrecita un nombre nuevo que nadie conoce sino el que lo recibe. Hitgalut 2:17
Al comer del maná escondido, recibiremos también una piedra blanca. En las Escrituras, una piedra representa el material de edificación. Si comemos del maná escondido, nos convertiremos en sacerdotes y en vencedores. Finalmente, el maná escondido nos transformará en piedras para la edificación de la morada de Elohim.
Antiguamente, comer el maná se relacionaba con la edificación del tabernáculo como morada de Elohim. En la actualidad, comer a Mashiaj como el maná escondido, también se relaciona con la edificación de la morada de Elohim. Las Escrituras revelan consistentemente que COMER EL MANÁ SIRVE PARA EDIFICAR LA MORADA DE ELOHIM.
Nuestra comprensión del maná escondido es limitada por nuestra experiencia. En cuanto a eso, no puedo ministrar más de lo que yo he experimentado. Por lo menos hemos visto que hoy en día estamos comiendo a Mashiaj y lo preservamos a Él. Simultáneamente, Él nos transforma en sacerdotes y vencedores. Él ha estado abriendo puertas y revelando comprensiones por mucho tiempo perdidas y ocultadas, lo cual es consistente con tiempos de transición, ya que está llegando a su fin la Era de Shavuot y vamos a dar comienzo al Milenio, la Era de Sukot. Este es el tiempo final de la carrera de los vencedores. Él nos hace también piedras blancas para la edificación de la morada de Elohim en el ruaj.
En la actualidad muchos creyentes buscan milagros sin darse cuenta de que todos estos puntos relacionados con el maná son milagros genuinos. El verdadero milagro no está en explosiones de luces de colores, sino en lo que el Ruaj trabaja en nuestro interior, si se lo permitimos. Los vencedores serán el verdadero milagro, el primero de muchos, ya que al final de la próxima Era también tendremos la compañía del trigo alcanzando las mismas cosas. Mientras muchos buscan milagros superficiales, nosotros disfrutamos de los milagros más profundos que se encuentran en el maná. Día tras día comemos a Mashiaj y lo disfrutamos, nos nutrimos y crecemos en Él. ¿No es esto un milagro? Si el hecho de que los hijos de Yisrael comieran del maná era un milagro, ciertamente el hecho de que comamos a Mashiaj hoy también lo es. En cuanto al maná, hay milagro sobre milagro.
Aún la cantidad de nuestra porción cotidiana de maná es algo milagroso. Por muy diligentes y aún glotones que seamos al recoger el maná, al fin y al cabo sólo comeremos un ómer. Tomar conciencia de eso nos dará paz y hará que vivamos un día a la vez. No intentemos guardar maná para el día de mañana. Por el contrario, vivamos por la provisión milagrosa de Elohim hoy. Ese es un verdadero desafío que sólo pueden aceptar los más valientes y fuertes, no los que el mundo admira, sino los que se someten en plenitud. Lo que disfrutamos de Mashiaj será lo que es preservado con Mashiaj en la naturaleza divina. Eso se produce totalmente en nuestro ruaj y está relacionado con la congregación y su edificación. El Mashiaj que disfrutamos en la congregación está escondido en Elohim y preservado en la naturaleza de Elohim. La medida de Mashiaj que preservamos en la urna de oro está en el arca y se corresponde con la ley de Elohim. Todo eso se encuentra en el Lugar Santísimo, que está en el tabernáculo.
Los glotones tienden a almacenar maná para el día de mañana, pero lo que guarden no los llenará; por el contrario, criará gusanos. Aún así, vemos a tantos que andan por ahí comiendo gusanos, cosas podridas, rancias, envejecidas, y gritando que están vivas. No obstante, el ómer del maná preservado en la urna de oro no se echa a perder ni se pudre, sino que permanece para siempre. Sólo el Mashíaj que vivimos en nuestro Tabernáculo interior, para la congregación, permanece para siempre y nos nutre y vivifica.
La intención de Elohim consiste en darnos a cada uno de nosotros un ómer de maná, sin importar si recogemos más o menos. La cantidad de maná que recibimos depende de Elohim y no de nosotros. La medida está en Su mano. Además, con respecto al maná, de todos modos sólo podemos comer un ómer. Esto indica que la cantidad de maná que comemos no se conforma a nuestro apetito, sino al arreglo de Yahweh.
Cuando algunos oigan que recoger y comer el maná depende de Elohim, y no de nosotros, dirán: "No tenemos ninguna razón entonces para salir a recoger el maná. Ya sea que lo recojamos o no, Elohim tendrá misericordia de nosotros". No obstante, si ésta es nuestra actitud, Él no tendrá misericordia de nosotros. Debemos poner de nuestra parte para recoger el maná. El se encarga de lo demás. Él abre el mar, pero sólo si nosotros levantamos el brazo porque Él divida las aguas y empezamos a marchar. Por mucho que recojamos, recibiremos un sólo ómer. Del mismo modo, por mucho que podamos comer, finalmente comeremos un sólo ómer.
Todo lo relativo al maná depende únicamente de Yahweh. Él es quien determina cómo el maná debe ser recogido, comido y preservado. Si intentamos almacenar el maná, criará gusanos. Pero si Elohim nos pide recoger una porción extra, el maná permanecerá fresco. Luego, si Elohim requiere que preservemos un ómer en una urna de oro, esta porción de maná durará para siempre. Esto simboliza la obra de Mashíaj en el interior de cada uno de los que lo siguen de verdad.
Así que, en cuanto al maná, las regulaciones no se conforman a nuestro concepto natural. Esto indica que el deleite de Mashiaj no se conforma a la manera humana ni a la estima humana, ni siquiera al esfuerzo humano. Nuestro deleite de Mashiaj debe conformarse a Elohim. La manera de disfrutar a Mashiaj depende totalmente de las regulaciones de Elohim. No podemos expresar claramente esto con palabras, pero lo podemos apreciar conforme a nuestra experiencia.
Pero como todas las cosas que son sombras, este milagro no duró mucho tiempo. El envío del maná fue un milagro que continuó por aproximadamente cuarenta años. Mañana tras mañana, el maná venía de una manera milagrosa. Dondequiera que estuviesen los hijos de Yisrael en sus viajes, el maná venía cada mañana. El tiempo de la Era de Shavuot es de 40 jubileos. El maná en el desierto fue un milagro que duró mucho tiempo, pero no fue tan duradero como lo es Mashiaj para nosotros, porque las sombras nunca pueden ser superiores a su realidad. Una vez que lo hemos digerido y que está guardado en nuestro interior, como el maná escondido, Él se hace parte de nuestra naturaleza. En los tiempos por venir, los vencedores ya no necesitarán recoger el maná visible, porque tendrán todo lo que necesitan en su interior, el maná escondido. Luego también lo recibirá la compañía del trigo, cada uno a su tiempo. El maná dejó de caer en el mismo día en que los hijos de Yisrael entraron en la Tierra Prometida, que prefigura el Milenio. Cuando ellos entraron, comenzaron a comer del fruto de la tierra que ellos mismos debían producir, y esto es lo que sucederá en breve, cuando entremos en la Era de Sukot.