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CLE02 33

La Ley De Yahweh

En el capítulo 20, Yahweh entrega las Diez Palabras al pueblo de Yisrael. En el capítulo 4 de Devarim, que recuerda estos hechos, Moshe le dice a Yisrael, y a cualquier otra nación que pueda adoptar las leyes de Elohim, que esto es lo que hace a una nación verdaderamente grande:

 

Miren, yo les he impartido a ustedes leyes y reglamentos, como me ha mandado Yahweh, para que los practiquen en la tierra que están a punto de entrar y ocupar. Obsérvenlos fielmente, que esa será una prueba de su sabiduría y discernimiento para otros pueblos, quienes al oír de todas estas leyes dirán: "Verdaderamente, esa gran nación es un pueblo sabio y de discernimiento". Porque ¿qué gran nación hay que tenga una deidad tan cercana como lo está Yahweh nuestro Elohim siempre que lo invocamos? O ¿qué gran nación tiene leyes y reglas tan perfectas como toda esta Torah que les pongo delante hoy? Devarim 4:5-8

 

Esto debe ser requerido de todas las naciones creyentes cuyas leyes son las leyes de Elohim. Estas leyes promueven la libertad sin degenerar en vicio. Respetan la naturaleza mientras adoran a su Creador. Estas leyes promueven la justicia pero no sin misericordia y gracia. Les dan a los ciudadanos la responsabilidad personal de ser caritativos, sin que el gobierno los obligue a regalar su propiedad ganada con tanto esfuerzo.

 

El sistema babilónico teme a la ley de Elohim, sabiendo que la luz de la Palabra expondrá su "misterio de inquietud" y establecerá una verdadera "transparencia", por eso ha adoctrinado a tantos a creer que el individualismo y el egoísmo son las bases para "crecer en la vida". Pero las leyes de Yahweh son completamente opuestas a todo lo que hemos aprendido.

 

La Constitución estadounidense fue el mejor esfuerzo de los hombres en la historia de las naciones para establecer un gobierno justo, que aprendieron en gran parte mediante el estudio de la ley de Elohim. Desafortunadamente, fue la mejor comprensión de los hombres, y no la ley de Elohim, lo que ellos establecieron. Por esta razón, aunque elevó el mástil muy alto entre las naciones, sólo pudo degenerar desde allí cuando las leyes fueron agregadas por aquellos que no conocían a Elohim ni a Su ley. Ellos hicieron lo mismo que los yisraelitas en su momento: los peregrinos llegaron de Inglaterra a su "Tierra Prometida", y se esforzaron por levantar una nación que estuviera bajo Yahweh, y dijeron "Todo lo que Yahweh ha ese, eso haremos". Y en seguida fueron e hicieron todo lo contrario, demostrando que la carne no puede jamás alcanzar ni agradar a Yahweh.

 

La legislatura estaba facultada para redactar leyes que fueran consistentes con la Constitución. Eso pasó cerca, pero NO ES LO MISMO QUE ESCRIBIR LEYES CONSISTENTES CON LA LEY DE ELOHIM MISMA. Y así, con el paso del tiempo, a medida que se elegían hombres que tenían poco conocimiento de la ley bíblica, los legisladores piadosos finalmente fueron superados en número y vencieron aquellos que ignoraban la ley de Elohim. Y como lamentablemente "América" ha sido el "modelo" del mundo occidental, todo lo que en ella sucedía se reproducía en mayor o menos escala en los demás países, por no mencionar que su influencia se extendía sobre ellos en forma de manipulación a nivel militar y económico, al punto que durante todo el siglo pasado se ocuparía de ir fomentando (a escondidas claro) golpes de estado en todos los países de Latinoamérica, para ir reemplazando los gobiernos con marionetas bajo su control. La presión económica también ha condicionado a los pueblos, que han sido dominados por este medio, y por la fuerza cuando "necesario".

 

 

La Necesidad De La Ley Y El Ruaj haKodesh

 

El Ruaj haKodesh está llamado a escribir la ley en nuestros corazones:

 

Porque ésta es la alianza que haré con la casa de Yisrael después de aquéllos días, dice Yahweh: Pondré mis leyes en la mente de ellos y en su corazón las escribiré. Y yo seré su Elohim, y ellos serán mi pueblo. Ivrim 8:10

 

Esto es una cita de Yahjezkel:

 

Les daré otro corazón, y pondré un ruaj nuevo dentro de ellos. Quitaré del cuerpo de ellos el corazón de piedra y les daré un corazón de carne. Yahjezquel 11:19 (ver también 36:26)

 

Fuera del Ruaj haKodesh, la ley sigue siendo externa, donde sólo se puede imponer como disciplina en la mente carnal. Tenemos que comprender que ninguna ley, sin importar cuán justa sea, logrará que un hombre sea justo. Sólo el Ruaj haKodesh que trabaja desde nuestros corazones puede resolver este problema. Al mismo tiempo, el Ruaj necesita la ley para escribirla en los corazones de los creyentes.

 

Yisrael recibió leyes perfectas, pero vemos lo que les sucedió. La ley de Elohim puede proporcionar a las personas el entorno adecuado, pero cuando abunda la anarquía (anomia, sin-ley), la gente no cumplirá con Su ley, ni la hará cumplir.

 

Por esta razón, necesitamos el Nuevo Pacto, que escribe la ley en nuestros corazones. Si la ley estuviera escrita en el corazón de cada hombre, no habría ningún motivo para hacerla cumplir externamente. Sería una pérdida de tiempo decirle a la gente que no robe o asesine, si nadie quisiera robar o asesinar. Nadie necesita una ley que le ordene respirar, ni tampoco una que le prohíba volar sin otros medios que su propio cuerpo, porque respiramos naturalmente y no volamos de ninguna manera.

 

No obstante, la ley de Elohim debe ser seguida de una manera u otra. O una persona está de acuerdo con Elohim y su estándar justo, o no. No olvidemos que basta transgredir una ordenanza de la ley para transgredirla toda (Yaakov/Santiago 2:10). Para que esto no suceda, los ciudadanos deben ser enseñados, entrenados y hasta disciplinados para cumplirla. Si los que no tienen ley se multiplican en la tierra, no hay una forma viable de hacer cumplir la ley de Elohim hasta que un derramamiento del Ruaj traiga un cambio importante en las personas mismas.

 

POR ESO HOY YO ENSEÑO LA LEY

Y ORO POR EL DERRAMAMIENTO DEL RUAJ

Y LA VENIDA DEL REINO, QUE ES LA ERA DE SHAVUOT.

 

Necesitamos conocer el punto de vista de Elohim, como se expresa en Devarim 4:5-8. Nuestra grandeza en realidad se mide por nuestro conocimiento de Su ley y cómo nos adaptamos a Su sabiduría y comprensión.

 

Así es como nos convertimos en hacedores de la palabra y no sólo en oyentes. Así es como se manifiesta nuestra fe en el Legislador y cómo la mostramos al mundo, y así el mundo nos seguirá, en lugar de nosotros seguir al mundo. Eso fue lo que sucedió con EUA en el comienzo. Podemos hablar de nuestra fe en Elohim, pero esa fe está muerta a menos que esté acompañada de obediencia.

 

Algún día, cuando Yahweh verdaderamente nos libere de este sistema babilónico, tendremos legisladores cuya autoridad se limitará a aplicar la ley bíblica por la revelación del Ruaj haKodesh, en lugar de crear tradiciones de hombres. De hecho, los ancianos y los capitanes que fueron levantados debían seguir esta norma. Los capitanes aprendían la ley, pero los ancianos habían recibido del Ruaj, de manera que la comprendían internamente. Por eso los casos más difíciles eran llevados a ellos (y en última instancia, al propio Moshe). Sin el Ruaj, no hay verdadera comprensión de la Torah, y se convierte en letra muerta, y que mata.

 

Cuando llegue ese día, muchas naciones necesitarán líderes entrenados y experimentados tanto en la nación (aspecto gubernamental, civil y social) como en la Congregación (aspecto sacerdotal). Por lo tanto, debemos prepararnos para reinar con Mashiaj (Hitgalut 20:4) en la tierra (Hitgalut 5:10). Hay muchas maneras en que podemos "reinar" aquí y ahora, pero éstas son sólo ejercicios de entrenamiento para una mayor autoridad que aún no se han dado. Sin embargo, no por ser entrenamiento debemos dejar de realizarlas.

 

A medida que escuchamos Su voz, aprendemos la Palabra y experimentamos la guía del Ruaj haKodesh en la aplicación de la Palabra, debemos ver cada ejercicio como una carrera de entrenamiento para cosas mayores que están por venir. Las naciones no están del todo listas para un gobierno justo, porque aún tienen restos de fe en el sistema babilónico. Pero Elohim está en el proceso de desacreditar ese sistema, y ​​cuando las personas se desilusionen con él, buscarán soluciones alternativas.

 

Ese será el momento en que el pueblo de Elohim pueda acercarse a la gente y presentar su sabiduría y entendimiento, que proviene de una revelación de Elohim. Cuando llegue ese día, veremos que, de hecho, Yahweh ha levantado a hombres y mujeres de todas las naciones de la tierra, quienes podrán brindar las soluciones tan necesarias a los problemas abrumadores de la tierra. Serán hombres y mujeres llenos del Ruaj, en cuyos corazones se ha escrito la ley de Elohim.

 

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Pero ten mucho cuidado y cuídate escrupulosamente, para que no olvides lo que viste con tus propios ojos y para que no se te vaya de la mente mientras vivas. Y dalo a conocer a tus hijos y a los hijos de tus hijos. Devarim 4:9 dice:

 

Yahweh había hecho muchos grandes milagros durante la estancia de Yisrael en el desierto. El hecho de que a la gente se le dijera que no olvidara esto implica que estos milagros no se repetirían necesariamente en generaciones posteriores. Por lo tanto, tenían la necesidad de mantener un registro de estos eventos y relacionarlos con las generaciones futuras.

 

La separación del Mar de Juncos se repitió de manera parcial, 40 años después, cuando Elohim hizo que Yisrael cruzara el Yardén en tierra seca, pero una vez que entraron en la Tierra Prometida, el maná cesó (Yahoshúa 5:12). Nunca más Elohim sacó agua de la roca. Las serpientes ardientes no se vieron más, y Elohim nunca le dijo a Yisrael que construyera una serpiente de bronce nuevamente. Nunca más descendió Elohim sobre una montaña en fuego y humo para hablar directamente a la gente.

 

Yahweh sigue haciendo cosas nuevas de acuerdo con las necesidades actuales. Los milagros no cesan, sino que cambian. Cuando Yisrael peleó una batalla contra los amorreos en Kenaán, Elohim hizo que el sol se detuviera por un día (Yahoshúa 10:13).

 

Siempre podemos esperar que Elohim haga milagros, pero no podemos esperar que Él haga los mismos milagros en cada generación. DEBEMOS TENER UNA RELACIÓN NUEVA CON ELOHIM, EN LUGAR DE TRATAR DE IMITAR A LOS SANTOS DEL PASADO. Los ejemplos milagrosos que fueron registrados para nosotros están diseñados para inspirarnos a ver que Elohim puede enfrentar cada desafío nuevo y diferente que encaramos a medida que avanza el tiempo.

 

El día que te presentaste delante de Yahweh tu Elohim en Jorev, Yahweh me dijo: "Reúneme al pueblo para hacerles oír mis palabras, para que aprendan a respetarme mientras vivan en la tierra, y así enseñen a sus hijos". Devarim 4:10

 

Aunque Elohim nunca volvió a hacer esto, podemos aprender mucho de ese evento al ver que era un tipo y patrón profético de Shavuot en MaAseh 2. La diferencia era que el monte ahora estaba en una nueva ubicación (dentro de la Tierra Prometida), y el fuego llegó a las cabezas de los discípulos, en lugar de estar en la cima de la montaña. De esto podemos ver que el propósito de Shavuot era hacernos escuchar la voz de Elohim. Al escuchar Su voz, la ley debía ser escrita en nuestros corazones por el poder de su Ruaj.

 

 

El Fuego Insaciable De La Naturaleza De Elohim

 

Yahweh les habló desde el fuego; ustedes oyeron el sonido de las palabras pero no percibieron ninguna forma; nada sino una voz. Devarim 4:12

 

¿Por qué Elohim se manifestó a sí mismo como fuego? El fuego no tiene una forma específica, ya que cambia constantemente su apariencia. El fuego también quema la carne, así que retrata el propósito del "bautismo de fuego" que Yahanan profetizó:

 

Yo, en verdad, los sumerjo en agua por su arrepentimiento; pero el que viene después de mí, cuyo calzado no soy digno de llevar, es más poderoso que yo. El los sumergirá en el Ruaj HaKodesh y fuego. Tiene su aventador en la mano, y limpiará su era; recogerá su trigo en el granero y quemará la paja en el fuego inextinguible. MattiYah 3:11-12

 

El trigo debe trillarse para eliminar su paja, la cubierta exterior protectora. La paja es quemada por el fuego. En otras palabras, el "trigo" representa a aquellos que experimentan Shavuot, y el fuego está diseñado para quemar la "paja" (obras carnales) de los creyentes pentecostales.

 

Esto se logra mediante la "ley de fuego" de Elohim (Devarim 33:2), como está escrito en sus corazones. Yahanan el Inmersor lo llama "fuego insaciable", porque ningún hombre puede impedir que la naturaleza de Elohim cumpla su propósito, y ninguna carne puede apagarlo por pura voluntad.

 

El verdadero Shavuot no es un lugar de confort carnal. Es un lugar donde la carne es quemada y clavada en el madero con Mashiaj, día tras día. Si no se quema ninguna carne, entonces no hay un verdadero Shavuot en la vida de uno. Si escapamos del fuego, no somos diferentes de los yisraelitas en los días de Moshe, que también corrieron y se negaron a escuchar el resto de la ley (Shemot 20:18-21). Si los hombres se niegan a escuchar la ley, entonces la ley no se escribe en el corazón, y Shavuot es en gran parte una ilusión.

 

 

Tablas De Piedra

 

Moshe continúa:

 

El proclamó su Pacto a ustedes, el cual El ordenó a ustedes obedecer, las Diez Palabras; y El las escribió en dos tablas de piedra. Devarim 4:13

 

Cuando las Diez Palabras se pronunciaron por primera vez en Shemot 20, Elohim no dijo nada acerca de escribirlas en tablas de piedra. Las tablas fueron necesarias sólo después de que la gente se negó a escuchar la voz de Elohim directamente:

 

Le dijeron a Mosheh: "Háblanos tú, que no nos hable Elohim, no sea que muramos". Mosheh le respondió al pueblo: "No teman; ha’Elohim ha venido solamente para probarlos, y para que el respeto a él esté siempre con ustedes, para que no se descarríen". De modo que el pueblo se mantuvo a la distancia, mientras Mosheh se acercó a la espesa nube donde estaba ha’Elohim. Shemot 20:19-21

 

Su negativa a escuchar indica que fue el miedo lo que los indujo a resistir en lugar de aceptar la ley. Por esta razón, necesitaban un registro escrito de la ley, para que la ley pudiera restringir sus impulsos carnales hasta que pudieran escuchar Su voz y ser cambiados internamente.

 

Así que vemos que Elohim pronunció las Diez Palabras en Shemot 20, pero las tablas de piedra se ordenaron más tarde:

 

Yahweh le dijo a Mosheh: "Sube a mí en el monte y espera allí, y te daré las tablas de piedra con las enseñanzas y mandamientos que he escrito para instruirlos". Shemot 24:12

 

Y finalmente fueron dadas a Moshe, después de darle todas las instrucciones para la construcción del Tabernáculo:

 

Cuando terminó de hablar con él en el Monte Sinay, le dio a Mosheh las dos tablas de la Alianza, tablas de piedra escritas con el dedo de Elohim. Shemot 31:18

 

Esas primeras tablas se rompieron:

 

Tan pronto como Mosheh se acercó al campamento y vio el becerro y el baile, se llenó de ira; y lanzó las tablas de sus manos y las quebró al pie del monte. Shemot 32:19

 

Y se hicieron nuevas tablas:

 

Yahweh le dijo a Mosheh: "Labra tú mismo dos tablas de piedra como las primeras, y yo escribiré sobre estas tablas las mismas palabras que había en las primeras tablas que quebraste. Prepárate para mañana, y por la mañana sube al Monte Sinay y preséntateme allí, en la cumbre del monte. Nadie más subirá contigo, y a nadie más deberá verse en alguna parte del monte; ni rebaños ni las manadas pastarán al pie del monte". Así que Mosheh labró dos tablas de piedra, como las primeras, y temprano en la mañana subió al Monte Sinay, como Yahweh le había ordenado, llevando consigo las dos tablas de piedra. Shemot 34:1-4

 

Vemos entonces todo el paso: primero, Yahweh HABLA las Diez Palabras; entonces, la gente se niega a escuchar directamente. Moshe sube al monte y recibe las tablas de mano de Yahweh. Yahweh hizo las tablas y las escribió. Pero el pueblo construye el becerro de oro y Moshe quiebra las tablas, mostrando que antes de firmarlo, ya habían quebrantado el pacto. Yahweh le dice a Moshe:

 

Yahweh le habló a Mosheh: "Apresúrate a bajar, que tu pueblo que sacaste de la tierra de Mitsráyim, se ha corrompido. Han sido prontos en apartarse del camino que les ordené. Se han hecho un becerro fundido y se han postrado ante él y le han hecho sacrificios, diciendo: "¡Este es tu Elohim, oh Yisrael, que te sacó de la tierra de Mitsráyim!". Yahweh le dijo además a Mosheh: "Veo que este es un pueblo testarudo. Ahora, deja que se encienda mi ira contra ellos y que los destruya, y haga de ti una gran nación". Shemot 32:7-10

 

Vemos aquí la "sugerencia" que Yahweh hace a Moshe: "deja que se encienda mi ira". ¿Estaba acaso Yahweh pidiendo permiso a Moshe para actuar? CIERTAMENTE QUE NO. Simplemente lo estaba induciendo a INTERCEDER. Y eso fue lo que Moshe hizo. El verdadero deseo del corazón de Yahweh no era destruir al pueblo sino salvarlos, pero quebrantar un pacto implica la muerte. Él tenía el derecho legal de eliminarlos, y el deber también, para mantener Su justicia, pero no tenía el deseo. De manera que le pidió a Moshe, su contraparte en la tierra, QUE INTERCEDIERA MANIFESTANDO SU VERDADERO DESEO, A FIN DE PODER ÉL EN LOS CIELOS DESATAR LO QUE LA TIERRA ESTABA DESATANDO.

 

Así también actúa hoy nuestro intercesor, Mashíaj. Muchas veces quebrantamos la alianza, pero Él intercede por nosotros para que Yahweh no nos destruya como es justo. Él nos compra una y otra vez (el precio fue pagado una única vez, pero nosotros siempre estamos aumentando nuestra lista de transgresiones) porque Él es nuestro goel redentor. Él intercede para que no muramos, y nos disciplina para que nos arrepintamos. Sólo entonces podemos tener acceso a su perdón. Para ser perdonados, necesitamos primero arrepentirnos y pedir perdón. Una vez hecho eso, simplemente "pagamos la deuda" porque concordamos con los cielos, y ahora estamos en una posición correcta para ser justificados. Si no nos arrepentimos, la justificación está ahí, al alcance de nosotros, pero no podemos aplicarla cabalmente, por lo que continuaremos esclavizados hasta pagar la deuda o hasta "reunir el dinero necesario para liberarnos", lo cual no implica nuestra justicia propia, sino alcanzar la comprensión del asunto y arrepentirnos. Caso contrario, no saldremos hasta pagar el último centavo.

 

Moshe entonces intervino e intercedió por ellos, y Yahweh desistió de destruirlos. Entonces sería preparado un nuevo pacto, pero ahora el "garante" sería Moshe representando la Ley. Por eso este segundo pacto (el primero ni siquiera llegó a ser firmado aunque sí fue aceptado de palabra: "¡Todo lo que Yahweh ha hablado lo haremos!". (Shemot 19:8) es CONDICIONAL, subordinado a la obediencia del pueblo. El primero, si hubieran aceptado escuchar, habría sido INCONDICIONAL, es decir, Yahweh les habría derramado Su Ruaj para tener comprensión de Su Palabra. En parcialidad, como en Pentecostés, el segundo Shavuot, pero habría sido suficiente para que ellos hubieran tenido la fortaleza espiritual necesaria para entrar en la Tierra Prometida después de haber levantado el Tabernáculo, y no 40 años después.

 

Nuestras negativas a obedecer siempre terminan siendo contrarias para nosotros mismos. Si obedeciéramos de primera a Sus órdenes, sufriríamos menos, pero como nos resistimos, somos disciplinados. Cuanto más nos resistimos y ponemos excusas del tipo "no tengo tiempo (dinero, o ganas), esperaré a que mi situación mejore para servir a Yahweh", estamos siendo rebeldes. Y la rebeldía es castigada siempre. Por eso tantos andan mal, y siguen pobres, cada día más, porque "no saben pedir". Decir que esperaremos a que nuestra situación mejore para hacer lo correcto equivale a pedirle a Yahweh que les dé garantías. La fe no actúa de esta forma, la fe levanta el brazo y empieza a marchar y sólo entonces el mar se abre. Pero si nos quedamos parados esperando que el mar se abra, no lo hará y los egipcios nos alcanzarán y seremos esclavizados nuevamente, y regresaremos al mundo. Cuántos hoy están en esa triste situación. Sin embargo, TENGAN ÁNIMO, hasta eso puede ser revertido. Basta que se arrepientan de corazón ante Mashíaj, y que ACEPTEN SU CORRECCIÓN, disponiéndose no a hacer lo que quieren SINO LO QUE ÉL LES ORDENE.

 

Luego de estas cosas, Yahweh ordenó a Moshe:

 

Yahweh le dijo a Mosheh: "Labra tú mismo dos tablas de piedra como las primeras, y yo escribiré sobre estas tablas las mismas palabras que había en las primeras tablas que quebraste...". Shemot 34:1

 

Podemos ver que la primera vez, YAHWEH MISMO TRAJO LAS TABLAS Y LAS ESCRIBIÓ (éstas son las que Moshe quebró), pero como ellos rechazaron escucharlo, la segunda vez le ordenó a Moshe que él preparara las tablas. Esto simboliza el hecho de que el pueblo rechazó recibir al Ruaj, por lo que tuvo que ser escrita en tablas de piedra hechas por mano humana, simbolizando los corazones de piedra. Pero la intención original había sido escribirlas en corazones de carne, en tablas celestiales.

 

Estos dos juegos de tablas profetizan los dos pactos que Elohim haría con nosotros. Bajo el primer pacto, la ley fue quebrantada; pero bajo el segundo pacto, la ley fue guardada perfectamente por Yahshua ha Mashiaj mismo. A nosotros, como creyentes, se nos dice que "caminemos de la misma manera que él anduvo" (1 Yahanan 2:6), y ciertamente Él no estuvo sirviendo al amo de este mundo, sino que se colocó en las manos de Su Padre.

 

 

El Resto De La Ley

 

Moshe continúa en Devarim 4:14:

 

Y el Adón me ordenó en ese momento que te enseñara los estatutos y los juicios, para que pudieras cumplirlos en la tierra donde vas a poseerlos.

 

Los Diez Palabras sólo resumen las diez categorías principales de la ley de Elohim. Comprender los mandamientos requiere una revelación adicional que se encuentra en los estatutos y en los juicios. Esta enseñanza más detallada fue necesaria debido a la negativa de Yisrael a escuchar la voz de Elohim directamente. Ya que no quisieron escuchar, rechazaron al Ruaj que les habría dado verdadera comprensión (como la que ya habían alcanzado los 72 ancianos). En Shemot 20:19, la gente le dijo a Moshe: "Habla con nosotros y escucharemos; Pero que Elohim no nos hable, no sea que muramos".

 

Si Yisrael se negó a escuchar a Elohim directamente, ¿cómo podrían escuchar la voz de Elohim a través de Moshe? La fe viene por el oír. Desafortunadamente, la gente no tenía oídos para oír, por lo que sólo podían escuchar a Moshe mismo (como hombre). Escuchar a Elohim produce fe; escuchar a un hombre sólo puede persuadir a la gente. La fe y la persuasión son dos cosas diferentes. Nosotros podemos ir a los incrédulos y persuadirlos de aceptar la Salvador, entonces recibirán el Ruaj que les dará la fe que necesitan para alcanzar la comprensión. El verdadero Shavuot, que Yisrael no pudo recibir en ese momento, nos da la capacidad de escuchar la voz de Elohim, ya sea por revelación directa o por medio de un mediador como Moshe, los profetas o cualquier otro que esté inspirado por el Ruaj haKodesh. Todo lo que proviene del Ruaj fluye hasta que se corta porque el "canal de conexión" que sigue no ha sido abierto. Es como hablar con las personas un mensaje y todas escuchan y entienden, pero el sordo, porque no puede escuchar, no comprende nada. El canal está cortado.

 

Y así el salmista escribe:

 

Tú me has hecho comprender que no quieres sacrificio ni ofrendas, no quieres holocausto ni ofrenda por el pecado. Por eso dije: "Mira, traeré un rollo que relata lo que me sucedió. Hacer tu voluntad, Elohim mío, es mi deseo; tu Torah está en mis entrañas". Mizmor 40:6-8

 

Si Elohim abre nuestros oídos, encontramos que la ley es un deleite, porque está dentro de nuestros corazones.

 

 

Las Diez Palabras

 

Muchas personas no han entendido correctamente Shemot 20. Generalmente piensan que este capítulo nos cuenta cómo fue dada la ley. Esto está correcto, pero no es el concepto básico y primario. El concepto fundamental en este capítulo es que Elohim se revela a Sí mismo a Su pueblo y entonces les permite conocer la clase de Elohim que Él es. Él deseaba que los hijos de Yisrael supieran a qué clase de Elohim se estaban acercando, con qué clase de Elohim tenían comunión. Era importante que los yisraelitas conocieran estos atributos divinos, los cuales son la gracia y la santidad, y también que conocieran a Elohim mismo. En Shemot 20:4, se usan las palabras imagen y semejanza. Bereshit 1:26, un pasuk que habla de la creación del hombre, usa también las palabras imagen y semejanza. Elohim creó al hombre a Su imagen y conforme a Su semejanza. Las palabras imagen y semejanza, tal como se usan en Bereshit 1:26, se refieren a la persona de Elohim, y a lo que Él es. Por lo tanto, el hombre fue hecho conforme a Elohim. No obstante, en 20:4, se usan estas palabras en una advertencia: "No te harás imagen, ni ninguna semejanza, de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra". En el pasuk 3, Elohim declara: "No tendrás dioses ajenos delante de Mí". La palabra "delante" significa en realidad aparte de, además de. Por tanto, Elohim estaba diciendo: "Yo soy el Elohim único. Aparte de Mí, además de Mí, no deben tener ningún otro Elohim. No deben tener ninguna otra imagen ni semejanza. La única imagen y semejanza que deben tener es la Mía. Yo soy único y celoso. No se hagan para sí mismos otra imagen u otra semejanza".

 

Veremos más adelante en Devarim, que Moshe se esfuerza por indicarles que ellos NO VIERON NINGUNA FIGURA EN EL FUEGO, de manera que no tienen forma de crear ningún tipo de imagen representativa. Estos pasukim que hemos citado, entonces, indican que las Diez Palabras hablan primeramente de la imagen y semejanza de Elohim. En otras palabras, estas palabras se refieren a Elohim mismo. Esto indica que la ley no consiste simplemente en mandamientos que debemos guardar. La palabra que aquí aparece y siempre traducida como "mandamientos" es DAVAR, que significa justamente PALABRA. Primeramente, la ley es un testimonio que revela la clase de Elohim que e Yahweh.

 

En cuanto a la ley, existe un principio importante: la clase de ley que promulga una persona expresa la clase de persona que es. Por ejemplo, si los criminales pudieran promulgar leyes, legalizarían el crimen. Este principio se aplica también a Elohim mismo. Yahweh es el dador de la ley. Al dar la ley, Él jamás legalizaría el crimen ni el pecado. El no legalizaría el robo ni el adulterio, porque Él no es esta clase de Elohim. Sólo el dios de la brujería legalizaría estas cosas. Una ley es siempre una revelación de la clase de persona que la ha promulgado, de manera que por sus leyes podemos ver qué ruaj está detrás de ciertos gobiernos.

 

La primera función de la ley no consiste en exponernos, sino en revelarnos a Elohim. Como ya dijimos, esas Diez Palabras fueron primeramente HABLADAS por Yahweh, pero el pueblo sólo pudo recibirlas ESCRITAS en tablas de piedra hechas por manos humanas. La ley entonces permaneció fuera de sus corazones, una ley externa que jamás podrían guardar porque no tenían el Ruaj para alcanzar la comprensión y la fe necesarias para cumplirlas.

 

A pesar de esto, aún así Él les dio Su ley, porque al promulgarla, Yahweh se dio a conocer a Su pueblo. Mediante la ley, pudieron entender la clase de Elohim que Él es. La legislación divina es una revelación de Elohim mismo. Si deseamos entender correctamente esta porción de la Palabra, debemos recordar firmemente este concepto, o caeremos en el legalismo.

 

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La expresión "Diez Palabras" es bastante significativa. Elohim considera a las Diez Palabras, las diez leyes, como Su Palabra. Esta expresión indica también que la ley es la revelación de Elohim mismo, ya que las palabras que pronuncia una persona constituyen una revelación de esa persona.

 

Shemot 20 no dice claramente cuál mandamiento es el primero, el segundo, etc. Podemos identificar claramente del cuarto mandamiento hasta el décimo, pero resulta difícil determinar cuál es el primero, segundo y tercero. Los judíos entienden eso de una manera, los católicos de otra, y los protestantes de otra. Si queremos entender correctamente las Diez Palabras, debemos ver que en realidad comienzan con el pasuk 2. El pasuk 1 es la introducción, y luego los pasukim 2-3 continúan: "Yo soy Yahweh Tu Elohim, que te saqué de la tierra de Mitzrayim, de casa de servidumbre. No tendrás dioses ajenos delante de Mí". Los pasukim 2-3 incluyen el primer mandamiento.

 

Observemos que en este primer mandamiento se usa el título "Yahweh tu Elohim". PASA LO MISMO CON CADA UNO DE LOS CUATRO MANDAMIENTOS SIGUIENTES. No obstante, a pesar de que la expresión "Yahweh tu Elohim" es usada en cada uno de los cinco primeros mandamientos, no es usada en ninguno de los últimos cinco. El uso del título Yahweh en los pasukim 2 al 11 nos permite unir el pasuk 3 con el pasuk 2 y considerar entonces al pasuk 2 como parte del primer mandamiento:

 

Yo YAHWEH SOY TU ELOHIM que te sacó de la tierra de Mitsráyim, la casa de servidumbre: No tendrás otros elohim aparte de mí. Shemot 20:2-3

 

Encontramos el segundo mandamiento en los pasukim 4 al 6:

 

No te harás escultura, ni figura alguna de lo que hay en el cielo arriba, ni en la tierra abajo, ni en las aguas debajo de la tierra. No te postrarás ante ellas ni les servirás. Porque YO YAHWEH TU ELOHIM soy un Elohim celoso, que castigo la culpa de los padres sobre los hijos, sobre la tercera y la cuarta generación de los que me rechazan, pero que muestro bondad por mil generaciones a los que me aman y observan mis mandamientos. Shemot 20:4-6

 

Aquí se nos manda a no hacer imagen ni semejanza de nada que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra y no inclinarnos a ellas, porque Elohim es un Elohim celoso. El tercer mandamiento, acerca de no tomar el nombre de Elohim en vano, es mencionado en el pasuk 7:

 

No tomarás en vano el nombre de YAHWEH TU ELOHIM; porque Yahweh no tendrá por inocente al que tome en vano su nombre. Shemot 20:7

 

Y el cuarto, acerca del día del reposo, es mencionado en los pasukim 8 al 11:

 

Recuerda el Shabat para santificarlo. Seis días trabajarás y harás toda tu obra, pero el séptimo día es un día de reposo para YAHWEH TU ELOHIM: no hagas ningún trabajo –tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu bestia, ni el extranjero que está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo Yahweh el cielo y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, y reposó en el séptimo día; por eso bendijo Yahweh el día del Shabat y lo declaró sagrado. Shemot 20:8-11

 

El quinto mandamiento se trata de honrar a nuestro padre y madre:

 

Honra a tu padre y a tu madre, para que se alargue tu vida en la tierra que YAHWEH TU ELOHIM te da. Shemot 20:12

 

Los otros cinco mandamientos se encuentran en los pasukim 13 al 17:

 

No asesinarás. No adulterarás. No hurtarás. No darás falso testimonio contra tu prójimo. No desearás la casa de tu prójimo: no desearás la esposa de tu prójimo, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey ni su asno, ni nada que sea de tu prójimo. Shemot 20:13-17

 

 

Si leemos detenidamente el relato de las Diez Palabras, veremos que se dividen en dos grupos de cinco. Como lo hemos indicado, en el primer grupo, se usa el título sagrado "Yahweh tu Elohim" en cada mandamiento. Pero con el segundo grupo de cinco, el nombre de Yahweh no se menciona ni siquiera una sola vez. Por lo tanto, el uso del nombre de Elohim es un factor determinante al considerar el arreglo de las Diez Palabras.

 

Los primeros cinco nos dicen brevemente cómo amar a Elohim, mientras que los últimos cinco nos dicen brevemente cómo amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos.

 

El más breve de todos los estudios de leyes, por supuesto, se encuentra en la declaración de Yahshua sobre el mandamiento más grande, a la que Él le atribuye un segundo mandamiento que es similar.

 

Uno de ellos, maestro de la Torah, le preguntó para probarlo: "Adón, ¿cuál es el mayor mandamiento de la Torah?". Yahshúa le contestó. "Amarás a Yahweh tu Elohim con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente. Este es el mayor y el principal mandamiento. Y el segundo es semejante a él: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. En estos dos mandamientos se basa toda la Torah, y los Profetas". MattiYah 22:35-40

 

El mayor mandamiento se encuentra en Devarim 6:5:

 

Amarás a Yahweh tu Elohim con todo tu corazón y con todo tu ser y con todas tus fuerzas.

 

Mientras que el segundo mandamiento se encuentra en Vayikra 19:18:

 

No tomarás venganza ni guardarás rencor contra tus hermanos. Ama a tu prójimo como a ti mismo; Yo soy Yahweh.

 

En estos dos, las Diez Palabras están perfectamente resumidas. Cualquier pregunta sobre cómo cumplir esos dos grandes mandamientos se ve primero en los cinco principios que se le atribuyen a cada uno en las Diez Palabras.

 

También podemos notar que en el Decálogo los mandamientos son expresados de forma negativa: "no harás esto, no harás aquello". Este es el aprendizaje en el nivel infantil, de Pésaj, cuando el Padre enseña a sus hijos lo que NO deben hacer. Por el contrario, cuando vino Mashíaj a dar por terminada aquella fase infantil y dar comienzo a la etapa de la "adolescencia y juventud", explicó los principios espirituales que estaban por detrás, expresándolos de forma positiva: "amarás y amarás". Por eso los judíos tienen como refrán "No le hagas a tu prójimo lo que no quieres que te haga", que muestra el crecimiento del niño del amor eros al amor phileo; aquí se expresa un amor "justo", equitativo, equilibrado. A contrario, Mashíaj vino a elevar la norma para que los adolescentes trabajaran durante su Era y maduraran: "Amarás al prójimo como a ti mismo", lo que implica que le harás a los demás lo que quieres que te hagan. Esto es mucho más que no hacer lo que no queremos que nos sea hecho, esta es la expresión del amor ágape, que da sin pensar en recibir. Esta es la base sobre la cual puede comenzar a construirse el Reino que llegará en pleno en la Era de Sukot.

 

Entonces, podemos entender el arreglo de las Diez Palabras según la manera judía, católica, protestante... o la bíblica. Según la manera judía, el pasuk 2 ("Yo Yahweh soy tu Elohim...") es considerado como el primer mandamiento y los pasukim 3 al 6 ("No tendrás otros elohim aparte de mí...") como el segundo. Según los católicos, el pasuk 2 no es considerado como parte del primer mandamiento; lo son solamente los pasukim 3 al 6. Además, como han eliminado el asunto "incómodo" de los ídolos, para compensar la falta de un mandamiento dividieron el pasuk 17 en dos: "No consentirás pensamientos ni deseos impuros" y "No codiciarás los bienes ajenos". Según la manera que siguen la mayoría de los protestantes, la cual se acerca más de la manera bíblica, el pasuk 3 es considerado como el primer mandamiento, y los pasukim 4 al 6 como el segundo. Finalmente, el pasuk 17 entero es considerado como el décimo mandamiento, "No codiciarás". No obstante, como lo hemos señalado, el pasuk 2 debe ser incluido con el pasuk 3 como parte del primer mandamiento. ES NECESARIO TENER EL TÍTULO SAGRADO, YAHWEH, INCLUIDO EN CADA UNO DE LOS PRIMEROS CINCO MANDAMIENTOS.

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Nuestra visión de las Diez Palabras también es muy importante. Cuando los vemos a través de los ojos del Antiguo Pacto, los entendemos como órdenes. "No matarás". "No cometerás adulterio". "No robarás". Estos son mandatos divinos que la humanidad debe obedecer.

 

Sin embargo, cuando vemos las Diez Palabras desde una perspectiva del Nuevo Pacto, los vemos como DIEZ PROMESAS. "No matarás" es la promesa de Elohim para nosotros. "No cometerás adulterio" es otra promesa. "No robarás" es otra promesa más. En otras palabras, el día se acerca, dice Elohim, cuando el Ruaj Santo de Mashiaj nos transformará por completo para que no asesinemos ni odiemos a nuestros hermanos, para que los mandamientos pasen de tratar muy malamente de guardarlos en su aspecto negativo (no hacer) para pasar a ejercitarlos plenamente en su aspecto positivo (hacer). No cometeremos más adulterio, ni siquiera con una mirada lujuriosa. Tampoco volveremos a robar, ni siquiera tendremos el deseo. Ni de mentir, ni de darle la espalda a los demás, ni de nada. Seremos tan perfectos como Yahshua ha Mashiaj, quien también estuvo sin pecado (Ivrim 9:28).

 

LOS MANDAMIENTOS SE TRANSFORMAN EN PROMESAS, PORQUE ES EL RUAJ DE ELOHIM EL QUE OBRA DENTRO DE NUESTROS CORAZONES PARA LLEVAR A MASHIAJ A LA PLENA MADUREZ PARA QUE PUEDA NACER Y MANIFESTARSE EN EL MUNDO. Bajo el Antiguo Pacto (acuerdo o contrato), el hombre fue ordenado a ser obediente. Bajo el Nuevo Pacto, Elohim ha asumido la responsabilidad de cambiarnos a su imagen.

 

El Antiguo Pacto fracasó, porque dependía de la obediencia de los hombres. Fue hecho así para mostrar a través de ellos lo que la rebeldía de nuestra carne consigue: la muerte. Al tiempo que eran disciplinados, se pintaba un cuadro para nosotros, para que "no deseemos las cosas malas como ellos las desearon"; es decir, para que no caigamos en las mismas trampas. Sería muy útil que esto se pusiera en práctica.

 

El Nuevo Pacto no puede fallar, porque depende de la acción de Elohim dentro de nosotros. Y así, mientras el Antiguo Pacto dijo en Shemot 19:5, "Si realmente obedeces mi voz y mantienes mi pacto", dice el Nuevo Pacto en YirmeYah 31:33, "Pondré mi ley dentro de ellos, y en su corazón la escribiré".

 

El Antiguo Pacto dice "si quieres", pero el Nuevo Pacto promete "Yo lo haré". Por esta razón, las Diez Palabras del Antiguo Pacto son también las Diez Promesas del Nuevo Pacto, porque Su Palabra no regresará a Él vacía.

 

Para obtener una mayor comprensión de cada mandamiento, debemos estudiar el resto de las leyes, estatutos y juicios. También es necesario ser guiados por el Ruaj haKodesh, el único que puede dar la revelación necesaria para comprender la mente completa de Elohim.

 

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El pueblo de Yisrael iba a estar rodeado de naciones que adoraban a "otros dioses". Dagón, con un cuerpo mitad pez y mitad hombre, era la deidad preferida de los filisteos, una nación que colindaba con Yisrael por el lado oeste. Ellos esperaban de él buenas cosechas y abundantes pescas, que significaban prosperidad. Los fenicios, vecinos de Yisrael por el norte, preferían a Astoret, diosa de la fertilidad. Su culto era especialmente popular porque se celebraba con borracheras y orgías. Al oriente de Yisrael los moabitas adoraban a Quemoz y los amonitas a Moloc. Ambas eran deidades que exigían sacrificios humanos, pero la gente las adoraba con todo fervor, entregando hasta sus propios hijos para ser quemados en sus altares. Estaban dispuestos a hacer esto porque pensaban así asegurarse el poder de estos dioses para resolver sus problemas.

 

Hoy en día las cosas han cambiado... en apariencia. La cultura popular ya no presta atención a figuritas de barro, pero el dinero, el sexo y el poder siguen ocupando el lugar supremo en los afectos de millones. Podemos ver cuáles son los temas más populares en revistas, TV, publicidad, cine, etc. Si observamos también cómo vive la gente, cómo se viste, qué escucha, de qué conversa, a qué dedica su tiempo y su energía, fácilmente podremos comprobar que hoy hay tantos ídolos como antaño.

 

Entonces, preguntémonos cuál ha sido el resultado, hasta la fecha, de la adoración de estos "dioses ajenos". Como los de ayer, son deidades que se vuelven contra sus adoradores y los devoran.

 

El ferviente culto rendido al dios Sexo ha dado como fruto muchas enfermedades de transmisión sexual, además de un libertinaje que ha abierto la puerta a diferentes aberraciones como la homosexualidad, la pedofilia, bestialismo, etc. De esta manera les ha resultado muy fácil inventar enfermedades y crear pandemias como el SIDA, por ejemplo, o tantas otras como el cáncer y las "intolerancias" a uno u otro tipo de alimentos, para disfrazar el hecho de que nos están envenenando, mientras nos cobran por los remedios que nos terminan de matar. Estas no son enfermedades sino CONDICIONES DE INMUNODEFICIENCIA A LAS QUE ESTAMOS SOMETIDOS TODOS Y CADA UNO porque hemos elegido creerles a estos falsos dioses que a nuestra mente son infalibles aún cuando los vemos fallar todo el tiempo.

 

¿Por qué será que nadie ve la solución más sencilla y más obvia? No es que sea tan difícil descubrirla, pero la gente odia a Yahweh, y de ninguna manera quiere volverse a Él para pedir perdón por todas las transgresiones que cometimos nosotros y nuestros padres, para cortar con la cuenta de las visitaciones sobre generaciones que nunca se arrepienten. No sólo nos hacemos daño a nosotros mismos, sino que traemos maldición sobre nuestros hijos y nietos.

 

La decisión más clara y efectiva es que demos la espalda a estos dioses asesinos y volvamos a respetar la integridad de la familia y la obediencia a Yahweh.

 

El terrorismo ha llegado a ser la espada de los débiles, el recurso desesperado de los impotentes. Se alimenta del fanatismo y la ignorancia y obtiene sus reclutas de los campamentos de refugiados donde jóvenes infelices son bombardeados diariamente con la retórica del odio. Esto, cuando no son secuestrados desde niños para ser adoctrinados. A muchos se les promete una libertad que en seguida se transforma en esclavitud, mientras son usados para mantener un estado de violencia constante sobre la población, manteniéndonos en estado de shock continuo, presionándonos con el miedo de "lo que puede pasar" si no hacemos lo que se nos ordena: agachar la cabeza como buenos esclavos, aceptar las condiciones cada día más duras de Faraón, entregar a nuestros hijos al Moloc de la adoctrinación "educativa" y al Quemós de la moda, la superficialidad, los entretenimientos y demás basura que vende el sistema, entregando nuestro tiempo, dinero y esfuerzo al sistema antes que adorar plenamente a Yahweh y trabajar para Su obra.

 

¿Y cuál es la solución que proponen los que se encuentran bajo el ataque de estos fanáticos? Claman al dios Poder y a su hija la Fuerza. "Vamos a hacer bombas más poderosas, aviones y cohetes más veloces. Vamos a privar de sus derechos civiles a miles de personas más". Claro, si éste es el negocio por detrás de estos falsos dioses. Por eso financian a los dos lados, y crean e inventan los conflictos con los que asustan a los ciudadanos y los convencen de que sus impuestos (su diezmo) debe ser utilizado para crear más armas y defensa, y así por delante...

 

 

El Mandamiento Del Amor

 

El primer mandamiento está escrito en forma de prohibición, pero lo que prohíbe revela lo que ordena. Nos apartamos de los "otros dioses", los que engañan y destruyen. Pero lo hacemos para amar y servir al único Elohim verdadero.

 

Cuando preguntaron a Yahshua cuál era el primer mandamiento de la ley. En respuesta, él no citó el texto del mandamiento como aparece en Shemot 20:3, sino su expresión positiva que se encuentra en Devarim 6:5, como ya citamos antes. El dijo:

 

"Amarás al Adón tu Elohim con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el grande y el primer mandamiento". MattiYah 22:37-38

 

En otro momento, haSatán tentó a Mashiaj:

 

Otra vez el Acusador lo llevó a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y su gloria. Y le dijo: "Todo esto te daré, si te postras y me adoras". MattiYah 4:8-9

 

Era un ataque directo y descarado al primer mandamiento. Constituía un paquete que lo encerraba todo: dinero, sexo y poder. "Todo esto puede ser tuyo", le dijo.

 

Aquí sí sería lógico esperar que Yahshua le contestara citando el texto de Shemot 20:3. Pero esta vez se refirió a otra expresión positiva del mandamiento, la de Devarim 10:20: "Al Adón tu Elohim adorarás, y sólo a Él servirás".

 

En ambos casos, el Adón no enfocó su atención en los dioses falsos. No mencionó lo que el mandamiento prohíbe, sino lo que ordena.

 

 

¿Por Qué Fallan Los Dioses?

 

Durante siglos, millones de personas trataron de poner en práctica los ideales de muchas filosofías y doctrinas que enseñaban principios de abnegación y altruismo que se parecen, en cierto modo, a las enseñanzas de Yahshua. ¿Por qué esas doctrinan nunca pudieron producir la sociedad ideal que soñaban? Estos eran los esfuerzos de la carne para producir fruto para la viña de Yahweh. Todas las ideas humanas fallan por la misma razón. Todas las visiones utópicas, todos los sueños visionarios de imaginarias soluciones para el mundo se estrellan en la realidad humana, porque todas ellas se basan en la idea de que si decimos a las personas que necesitan cambiar, y si realmente logramos convencerlas de ello, entonces cambiarán. Pero saber hacer lo bueno no es suficiente, ni tampoco creerlo, ES NECESARIO PONERLO EN PRÁCTICA.

 

La verdadera moralidad viene de un corazón renovado por la gracia. El apóstol Shaúl dijo:

 

No se amolden a este mundo; más bien, transfórmense por la renovación de su entendimiento, de modo que puedan discernir cuál sea la voluntad de Elohim, lo bueno, lo agradable y lo íntegro. Romaniyim 12:2

 

"Verificar cuál es la voluntad de Elohim" significa más que la habilidad de dar la respuesta correcta en asuntos de conducta moral. Involucra más que tener información. No podemos "verificar" algo, descubrir la verdad y a la vez permanecer indiferentes. Antes, tenemos que hacerlo parte de nuestras vidas. Y esto será posible sólo cuando hayamos sido transformados por la renovación de nuestras mentes.

 

Este cambio radical, que es la base de una vida recta, no es un proceso natural. No es fruto de acondicionamiento ni de técnicas de razonamiento moral. El salmista comprendió esto porque exclamó:

 

"Crea en mi, oh Elohim, un corazón limpio, y renueva un ruaj recto dentro de mí". Mizmor 51:10

 

La renovación que resulta en verdadera moralidad es un acto de creación; es un don de Elohim.

 

De modo que si alguno está en el Mashíaj, es una nueva criatura; las cosas viejas pasaron; ahora todo se ha hecho nuevo. Qorintiyim Bet 5:17

 

La adoración, igual que el amor, es una actitud del corazón. Es una disposición y decisión de conceder a Yahweh Su lugar como Elohim, de colocarlo en el trono y darle el lugar de soberano, haciéndolo el Rey de nuestra vida.

 

Reconocer la soberanía de Elohim significa, además, que no trataremos de someterlo a nuestro criterio personal. Debemos rechazar la idea de que podemos creer en Él sólo en la medida en que somos capaces de entender o explicar Su naturaleza. De ser así, el punto de partida para creer sería el ateísmo, y avanzaríamos hacia la fe sólo a través de esfuerzos racionales. Además, Elohim quedaría limitado por el tamaño de nuestra capacidad mental. Esto no quiere decir que la fe desconoce o desprecia el valor de la razón o de las evidencias que la sustentan. No creemos en Él a ciegas porque para creer en Él es necesario CONOCERLO, algo que sólo se produce a través del Ruaj.

 

El conocimiento de Elohim y su adoración no empiezan con el razonamiento humano, sino con la revelación. Es decir, Elohim primero tuvo que revelarse. No podemos descubrirlo a través de nuestros propios esfuerzos, como tantos insisten al no darse cuenta de que ningún estudio reemplazará la presencia del Ruaj. La comprensión que se puede alcanzar así es puramente racional, carnal. La máxima revelación de Elohim tuvo su máxima expresión en Yahshua ha Mashiaj. "Ningún ser humano ha visto jamás a Elohim", dijo el apóstol; "el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer" (Yahanan 1:18).

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