PIEDRAS VIVAS
CLE02 37
El Tercer Mandamiento
02 - No Jurar En Falso
Una Perspectiva Bíblica De Los Juramentos de Pacto
La cultura contemporánea enfrenta una creciente crisis de integridad. El carácter obligatorio y solemne de la palabra de una persona es quebrantado de la manera más frívola. Una perspectiva bíblica de los juramentos pactales y de las promesas nos hace un llamado al más alto compromiso, si acaso aún más doloroso, de cumplir con nuestra palabra.
"Juro decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad".
"Te tomo para ser mi esposa dada en matrimonio y prometo y pacto ante Elohim y estos testigos ser tu amante y fiel esposo, en enfermedad y en salud, hasta que la muerte nos separe".
"Solemnemente juro que cumpliré fielmente con el oficio de Presidente... y si así no lo hiciere, Dios y la patria me lo demanden".
Cuando uno firma un documento jurando que la información que contiene es verdadera, él está haciendo un juramento. Cuando una novia y un novio prometen permanecer casados hasta que la muerte los separe, están haciendo un juramento. Cuando un individuo entra en un contrato, él está haciendo un juramento. Cuando un testigo en una corte jura decir toda la verdad y nada más que la verdad, él está haciendo un juramento.
Cuán a menudo hemos escuchado estos juramentos durante juicios, bodas e inauguraciones. Pero cuán raro es que la gente en realidad honre tales juramentos se evidencia por la cantidad de perjurios, divorcios, y la demagogia. Y el asunto no termina allí. Tristemente, la gente (aún los creyentes) violan sus pactos y votos a capricho, como si la verdad fuera prescindible y sus promesas, desechables. Al actuar así, se muestran a sí mismos culpables de ignorancia, indiferencia o insensibilidad hacia su responsabilidad bíblica de honrar sus palabras en general y sus juramentos y votos en particular. Simplemente, nos hemos vuelto una sociedad y una congregación sin integridad verbal, una sociedad y una congregación que carece de personas que den valor a la palabra y que honren sus juramentos.
Por esa razón, es importante examinar lo que las Escrituras tienen que decir acerca de nuestra responsabilidad de honrar nuestros juramentos. Después de definir lo que constituye un juramento y probar que las Escrituras no prohíben todos los juramentos, vamos a ver un par de lineamientos escriturales para tomar juramentos, en caso de ser necesarios, y refutaremos las excusas comunes que la gente profiere para violar sus juramentos. Este estudio, entonces, tiene la intención de ser una revisión concisa de lo que las Escrituras tienen que decir sobre los juramentos.
Definiendo Los Juramentos
Quizás no hay mejor lugar para comenzar esta exposición sobre los juramentos que por explicar lo que queremos decir cuando hablamos de juramentos. En forma simple, un juramento es una promesa. Más particularmente, un juramento o promesa es simplemente un acuerdo tomado entre una persona y otra por el cual aquel que toma el juramento:
1) explícita o implícitamente apela a Elohim para que sea testigo y sancione lo que ha dicho o con lo cual se ha comprometido a sí mismo, y
2) invoca a Elohim para juzgar y vengar Su nombre en caso de que lo que diga sea falso o aquello a lo cual se ha comprometido nunca llegara a efectuarse.
En primera instancia, quiero que queden muy pero muy claro que UNA PROMESA ES DE POR SÍ UN JURAMENTO, AÚN CUANDO NO SEA HAYA "FORMALIZADO" SIGUIENDO LOS PASOS DEL MISMO. Un juramento requiere ese compromiso de palabra. Hoy la sociedad lo ha reemplazado por documentos firmados, depositando en la firma de la persona lo que debería estar por fuerza en su palabra, y le da mayor importancia a un papel garabateado que a la palabra de un hombre. Esto es así porque los hombres han perdido su palabra y han dejado de ser confiables. Sin embargo, ante los cielos las cosas continúan manejándose por las Leyes de Yahweh, nada ha cambiado y cuando cada uno comparezca delante del juez en Aquel Día, SERÁ JUZGADO DE ACUERDO A SU LEY, NO A LAS LEYES HUMANAS. De manera que la liviandad que hemos adquirido a través de aceptar las reglas humanas como la máxima expresión de justicia solamente nos hundirá en nuestra propia culpa.
Cualquier cosa en la que nos comprometamos, aún sin jurar, YA ES EN SÍ UN COMPROMISO QUE TIENE EL VALOR DE UN JURAMENTO. Y eso porque, como ya vimos, nosotros cargamos con el Nombre del Padre. Mashíaj nos ha dado ese gran privilegio, nos ha dado Su Nombre, y ese Nombre contiene el del Padre. Él nos selló con el Ruaj, y nos dio toda autoridad que a Él le fue dada, para que seamos sus representantes sobre la tierra, en imagen, representación, dominio y ministerio. Por lo tanto, usar el Nombre equivale a ejercer autoridad. Donde está el Nombre, ahí está la autoridad. Es como si nos hubiera dado su chequera en blanco, con la autoridad de usarla como queremos, PORQUE ÉL SE HARÁ RESPONSABLE DE LO QUE HAGAMOS CON LO QUE ÉL NOS DA. Tal vez esto nos traiga un poco de regreso al lugar en que deberíamos colocarnos porque hemos recibido no sólo tan enorme salvación y bendición, sino mucho más, TAN ENORME RESPONSABILIDAD DE REPRESENTAR AL PADRE A TRAVÉS DEL HIJO SOBRE LA TIERRA. ¿Estamos representándolo correctamente? ¿Cumplimos con todas las promesas que hacemos? (Recordemos que basta dar nuestra palabra, o sea, decir que sí lo haremos, para habernos comprometido, y que lo que está en juego es el Nombre que llevamos en nuestro interior). ¿O nos disculpamos como hacen todos los del mundo, poniendo excusas por las cuales se supone que no pudimos hacer lo que prometimos? ¿O mentimos, diciendo que sí haremos algo QUE NO DESEAMOS HACER, porque no hemos aprendido a confrontar las situaciones que nos presionan o empujan a hacer cosas que no deseamos hacer (Y NO ESTAMOS HABLANDO DE COSAS MALAS), y después entonces no lo hacemos y nos disculpamos como podemos, agregando mentira sobre mentira? Recuerden: TODAS ESTAS COSAS ESTÁN AUMENTANDO NUESTRA LISTA DE DEUDAS.
No se trata solamente del Nombre de Yahshua ha Mashiaj, sino de ESTAR EN EL NOMBRE DE YAHSHUA HA MASHIAJ, Y HACER LAS COSAS DESDE ESA POSICIÓN DE AUTORIDAD. Si leemos la Palabra de Elohim y procuramos andar por la senda espiritual, es posible que frecuentemente digamos que actuamos en el Nombre del Adón Yahshua o hacemos algo en el Nombre de Yahshua ha Mashiaj, sin saber en realidad lo que significa ESTAR en este Nombre. Si no sabemos cómo conducirnos en el Nombre del Adón Yahshua, no podemos ni siquiera ser creyentes. Por lo tanto, necesitamos entender el significado de ESTAR en el Nombre del Adón Yahshua.
Quisiera que todos respiren hondo y comprendan la magnitud de este asunto. Puede parecer maravilloso a primera vista (y lo es, ciertamente), pero también implica un peligro SI INSISTIMOS EN MANEJARNOS EN LA CARNE. Mashíaj se hará cargo de todo cheque en blanco que emitamos con Su sello, Él cubrirá los errores, pero cuidado, porque también disciplinará a los que crean que pueden malgastar Sus fondos. Ya sabemos lo que sucedió con el siervo malo y con los buenos siervos que hicieron producir más a partir de lo que se les había confiado. Los buenos siervos produjeron más fruto, pero el siervo malvado no produjo nada y fue lanzado en las tinieblas de afuera. Los que insistan en amar más al mundo que a Mashíaj, sufrirán pérdida. Entonces cuidado con lo que queremos producir, PORQUE SÓLO LOS FRUTOS DEL RUAJ CUENTAN. La carne puede tomar esa autoridad y hacer producir cosas para la carne, pero si lo que hacemos NO ES PARA EL REINO, ESTARÁ FUERA DE SU VOLUNTAD, POR MUY BUENO QUE PUEDA PARECER. Una misma cosa buena y correcta puede ser realizada desde los dos ámbitos, y en su fuente radica la diferencia. Practicar un bien cuya finalidad NO ES EL REINO DE FORMA DIRECTA no es correcto. Pero si practicamos ese mismo bien CUANDO EL RUAJ LO DETERMINA, el resultado, aunque sea algo visible en lo material, será de acuerdo a Su Voluntad. Esta es una de las lecciones más difíciles que debemos aprender.
Ahora que hemos comprendido que una promesa y un juramento son equiparables en cuanto a la inevitabilidad de su cumplimiento (sólo la muerte de una de las partes puede impedir que sea cumplida, y si se incumple por cualquier otro motivo, la parte a la cual fue prometido deberá decidir qué hacer: si perdonar, si dar otra oportunidad, o si condenar. Como podemos ver, esto nos tiene a todos amarradísimos y entrelazados unos con otros, el mundo está bajo una red de amarraduras tan densa como opresiva, y lo único que puede cortarla es LA LEY DEL JUBILEO: EL PERDÓN. Entonces, debemos aprender a liberar a otros, pero también a cumplir nuestras promesas.
No Jurar En Falso
Con este entendimiento básico acerca de los juramentos, necesitamos ahora conocer lo que las Escrituras tienen que decir acerca de ellos, en su aplicación práctica. El punto escritural de partida es el Tercer Mandamiento que estamos estudiando. Muchos creyentes asumen incorrectamente que este pasuk enseña meramente que no debiésemos maldecir usando el nombre de Elohim. En efecto, como ya mencionamos, el tercer mandamiento sí enseña que no debiésemos maldecir usando el nombre de Elohim. Pero enseña mucho más, porque ya debemos estar comprendiendo la importancia de Su Nombre.
Como ya dijimos, SHUA (vano) también significa FALSO. Así que el pasuk podría ser traducido en al menos dos diferentes formas: 1) No jurarás usando el nombre de Elohim y así amarrándolo a una mentira, y No jurarás (usarás) el nombre de Elohim falsamente. El significado básico es el mismo, son como dos caras de una misma moneda: deberíamos refrenarnos de apelar al nombre de Elohim para confirmar o dar testimonio de una falsedad.
Entonces, el tercer mandamiento primariamente prohíbe el apelar a Elohim para confirmar una falsedad. Pero al igual que con todas las Diez Palabras, lo mayor incluye lo menor. El sexto mandamiento, por ejemplo, meramente prohíbe el matar injustificado; también prohíbe el asesinato y los sentimientos de maldad (MattiYah 5:21-24).
En la misma forma, el mandamiento de no invocar a Elohim para dar testimonio de una falsedad también prohíbe todas las formas menores de irreverencia relacionadas con el nombre de Elohim. Así pues, el tercer mandamiento prohíbe cualquier falta de temor, honor y reverencia a Elohim y cualquier profanación o abuso de cualquier cosa por la cual Elohim se dé a conocer a Sí mismo, especialmente en nuestro hablar. Debemos refrenarnos de hacer cualquier cosa que desmerezca la gloria debida al nombre de Elohim en nuestras vidas.
Pero el tercer mandamiento no solamente prohíbe cierta conducta; también requiere afirmativamente que nosotros, todo el tiempo, temamos, honremos y reverenciemos a Elohim y Su más santo nombre lo mismo que Sus títulos, atributos, ordenanzas y obras, especialmente en nuestro hablar. Por lo tanto, el tercer mandamiento requiere que honremos nuestros juramentos y nos prohíbe violarlos. Cuando apelamos a Elohim por medio de juramentos, debemos honrar a Elohim por medio de honrar nuestros juramentos.
Los Juramentos, ¿Válidos O Inválidos?
A través de los años, algunos creyentes han enseñado que el tercer mandamiento en particular y la Escritura en general prohíben todos los juramentos. Para apoyar este argumento presentan pasajes donde encontramos el mandamiento tan a menudo citado: "Sobre todo, hermanos míos, no juren". Y a primera vista estos pasajes parecen prohibir todos los juramentos.
"También oyeron que se les dijo a los antiguos: No jurarás falsamente; sino que cumplirás a Yahweh tus juramentos. Pero yo les digo que no juren de ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Yahweh; ni por la tierra, porque es la tarima de sus pies; ni por Yahrushalayim, porque es la ciudad del Gran Rey. No debes jurar ni por tu cabeza, porque no puedes hacer que se vuelva blanco ni negro un solo cabello. Que su hablar sea "sí" o "no". Pues lo que va más allá de esto, procede del mal. MattiYah 5:33-37
Pero sobre todo, hermanos míos, no juren, ni por el cielo, ni por la tierra, ni por ningún otro juramento. Más bien, sea su sí, sí; y su no, no; para que no caigan bajo condenación. Yaakov/Santiago 5:12
Sin embargo, al interpretar estos pasajes cuidadosamente veremos que Mashiaj estaba sencillamente corrigiendo los abusos y malas interpretaciones farisaicas y de los escribas de los estándares de Elohim en lo que se refiere a los juramentos. Cuando son interpretados a la luz del contexto general de la Escritura como un todo y a la luz del contexto particular, veremos que lejos de prohibir todos los juramentos, Mashiaj (y Yaakov/Santiago, al citarlo) prohibieron solamente los juramentos ilegales (no bíblicos).
Mientras algunos creyentes enseñan que la Escritura prohíbe todos los juramentos, otros enseñan que la Escritura solamente permite los juramentos públicos (es decir, juramentos dados en un contexto público, usualmente proferidos por oficiales públicos). Ambas perspectivas simplemente no están en concordancia con el peso total de la Escritura. Muchos juramentos en la Escritura son hechos entre individuos privados actuando únicamente en una capacidad privada: Avraham a Avimélej (Bereshit 21:23); el sirviente de Avraham a Avraham (Bereshit 24:31); Yitzjak a Avraham (Bereshit 26:31); Yaakov a Labán (Bereshit 31:53-54); Yaakov a Yósef (Bereshit 47:31); Reubén a Yaakov (Bereshit 42:37); David a Yahonatan y éste a David (Shemuel Alef 20:1-42); David a Simei (Shemuel Bet 19:21-23); Bóaz a Ruth (Ruth 3:13); OvadYah a EliYah (Melajim Alef 18:10). Simplemente no existe una diferenciación entre los juramentos públicos y los privados en las Escrituras.
Al contrario, el contexto general de la Escritura, cuando es estudiado cuidadosamente, revela que Elohim no prohíbe todos los juramentos.
Primero, la Escritura nos manda a jurar en el nombre de Elohim en ciertas ocasiones. Por ejemplo, la Escritura manda al pueblo de Elohim:
"A Yahweh tu Elohim temerás, y a Él sólo servirás, y por Su Nombre jurarás". Devarim 6:13
Entonces, lejos de prohibir todos los juramentos, Yahweh aprueba los juramentos legales hasta tal punto que Él promete edificar a aquellos que juren por Su nombre:
Y si aprenden los caminos de mi pueblo, para jurar por mi nombre – "¡Por vida de Yahweh!"– tal como una vez enseñaron a mi pueblo a jurar por Baal, entonces ellos serán edificados en medio de mi pueblo. YirmeYah 12:16
Aún en los asuntos mundanos de la vida, tal como confirmar la verdad entre vecinos que están disputando, Elohim manda a Su pueblo a jurar delante de Él:
Cuando alguien le dé a otro un asno, un buey, una oveja, o cualquier otro animal para que se lo cuide, y se muera o resulte herido o se lo lleven sin que haya testigo, un juramento delante de Yahweh decidirá entre los dos que uno no le echó mano a la propiedad del otro; el dueño debe aceptar eso, y no se hará restitución. Shemot 22:10-11
Debido a que la Escritura manda al pueblo de Elohim a jurar por Su Nombre, entonces no puede prohibir todos los juramentos. ¡Yahweh no manda a hacer lo que simultáneamente condena!
Segundo, la Escritura también nos enseña que el jurar es un acto de confesión y adoración religiosa. Ya vimos en Devarim 6:13 que Elohim nos manda a jurar en Su nombre precisamente porque jurar en el nombre de Yahweh no es sino una manera de adorarle y temerle, como repite:
Debes respetar a Yahweh tu Elohim: sólo a Él adorarás, a Él te aferrarás, y por Su Nombre jurarás. Devarim 10:20
YeshaYah confirma esta conexión entre jurar y adorar; cuando profetiza acerca de asirios y egipcios que vienen para participar de una relación de pacto con Elohim, él dice que ellos jurarán en el nombre de Elohim:
En ese día, habrá cinco ciudades en la tierra de Mitsráyim que hablarán la lengua de Kenaán y jurarán lealtad a Yahweh de los Ejércitos... YeshaYah 19:18
Pero, ¿exactamente cómo es que jurar es un acto de confesión y adoración? Cuando juramos apropiadamente en el nombre de Elohim, confesamos diversas cosas acerca de Él. Para comenzar, confesamos que Yahweh existe. Es más, confesamos muchos de los atributos de Elohim que nos son revelados en la Escritura: testificamos que Él es omnipresente y omnisciente, que Él es eterno e inmutable, que Él es justo y verdadero, que Él es poderoso e iracundo. Al confesar Su existencia y atributos también confesamos que Él es el Juez Supremo sobre toda la tierra y que somos responsables delante de Él por todo lo que hacemos y decimos. Aunque la palabra de los hombres puede fallar, la palabra de Elohim nunca falla.
Aunque los hombres pueden fallar, Él nunca falla. Al tomar juramentos en nombre de Elohim confesamos a Yahweh como el árbitro último de verdad, y adoramos al Elohim de Verdad en ruaj y en verdad.
Tercero, la Escritura nos ofrece muchos ejemplos de aquellos que juraron; ejemplos que se nos manda a seguir.
Elohim mismo jura. David, anticipando el sacerdocio eterno de Mashiaj, exclama bajo la inspiración del Ruaj:
Yahweh ha jurado y no se retractará: "Tú eres sacerdote para siempre, según el orden de Melki-Tsedeq". Mizmor 110:4
El autor de la epístola a los Ivrim nos dice que Elohim juró no solamente demostrando que lo que David anticipó había sido cumplido plenamente en Mashiaj:
A los otros los hicieron sacerdotes sin juramento, mientras que a éste lo hicieron por el juramento del que le dijo: "Juró Yahweh y no se arrepentirá: "Tú eres sacerdote para siempre". Ivrim 7:21
...sino también al decirnos que Elohim juró cuando hizo Su pacto con Avraham:
"Porque cuando Elohim hizo la promesa a Avraham, no pudiendo jurar por otro mayor, juró por sí mismo". Ivrim 6:13
Si bien es cierto que nunca seremos perfectos de este lado del tiempo que llamamos eternidad, se nos manda, sin embargo, a imitar la perfección de Elohim y a ser como Él es:
Así que sean ustedes perfectos, como su Padre celestial es perfecto. MattiYah 5:48
Por tanto, sean imitadores de Elohim como hijos amados... Efesiyim 5:1
Si Elohim confirmó Su Palabra con juramentos en Su nombre, y si somos mandados a imitar a Elohim, entonces SI LA OCASIÓN SE PRESENTA, LA ESCRITURA NOS PERMITE JURAR LEGALMENTE EN EL NOMBRE DE ELOHIM. Como tal, la Escritura no puede, sin contradecirse a sí misma, prohibir todos lo juramentos, como algunos pretenden asegurar.
Lo que es verdad acerca del Padre es igualmente verdad con respecto al Hijo por tres razones. Primero, la deidad de Mashiaj implica que lo que es verdad de Elohim es verdad también de Mashiaj; de allí que, porque que Elohim juró, Mashiaj juró.
Segundo, si leemos el Mizmor 110:4 y Ivrim 7:21, a los que ya nos referimos antes, observaremos que en el Mizmor Elohim jura que Él proveerá un eterno Sumo Sacerdote (juramento) mientras que en Ivrim 7:21 Elohim ha honrado Su juramento (cumplimiento). Elohim el Padre hizo el juramento; Elohim el Hijo lo cumplió plenamente. Así pues, la misma vida del Hijo fue el mismo cumplimiento de un juramento hecho por el Padre.
Tercero, Mashiaj en realidad se comprometió bajo juramento cuando fue interrogado por Caifás, el sumo sacerdote tal y como se registra en la Besorah de MattiYah. Después de que Mashiaj permaneció en silencio durante la fase acusatoria de su juicio, Caifás ordenó a Mashiaj exclamando:
"Te conjuro por el Elohim viviente, que nos digas si eres tú el Mashiaj, el Hijo de Elohim. Yahshua le dijo: Tú lo has dicho" MattiYah 26:63-64a
Literalmente traducido Caifás le dijo a Mashiaj "Te conjuro (te exhorto bajo juramento)" o "te demando responder en Nombre de Yahweh". La presión de la orden se afirma en la frase "por el Elohim viviente". Mashiaj respondió a Caifás en la forma hebrea clásica de afirmar directamente un juramento, pero no había respondido antes porque no buscaba defenderse. Sólo cuando se le ordenó hacerlo en el Nombre del Padre, Él respondió. En otras palabras, al contestar el juramento solemne de Caifás Mashiaj asumió un juramento de que lo que Él estaba diciendo era verdad, su afirmación estaba bajo juramento a Yahweh. Así que, en virtud de Su deidad, sacerdocio y juicio, Mashiaj juró.
Así como somos ordenados a imitar a Elohim, así también somos mandados a imitar a Mashiaj.
"El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo". Yahanan Alef 2:6
El ejemplo de Mashiaj nos enseña que bajo ciertas circunstancias podemos hacer juramento. Ya que la Palabra Viviente es perfectamente habitada por la palabra escrita, la contiene en plenitud, y ya que la Palabra Viviente juró, la palabra escrita no puede prohibir todos los juramentos.
La Palabra de Elohim no solamente registra los ejemplos del Padre y el Hijo; también registra para nuestro beneficio e instrucción el ejemplo del Apóstol Shaúl quien a menudo respaldó lo que dijo con juramentos:
Porque testigo me es Elohim... Romaniyim 1:9
Pues Elohim me es testigo de cómo los añoro a todos ustedes... Filipiyim 1:8
Pero yo invoco a Elohim por testigo sobre mi vida... Qorintiyim Bet 1:23
Porque, como ustedes saben, nunca usamos palabras lisonjeras ni tampoco palabras como pretexto para la avaricia; Elohim es testigo... Ustedes son testigos, y Elohim también... Tesaloniyim Alef 2:5,10
Los conjuro por el Adón que se lea esta carta a todos los hermanos. Tesaloniyim Alef 5:27
Invocar a Yahweh como testigo y respaldo de algo que decimos es otra forma de juramento. Estamos afirmando lo que se dice bajo Su respaldo para que nos castigue si lo que decimos es mentira, de la misma forma que resultaría en un juramento de promesa. Este es el tipo de juramento que normalmente se realiza en las cortes de justicia. Conjurar es poner a alguien bajo juramento a Yahweh de lo que se dice es la verdad.
Como podemos ver, no hay escasez de pruebas bíblicas de que Shaúl hizo juramentos. Si surge la necesidad LA ESCRITURA PERMITE LOS JURAMENTOS. Si alguien nos conjura, DEBEMOS RESPONDER, y no podemos negarnos, como es costumbre de algunas denominaciones. El propio Mashíaj no se resistió ante eso.
A partir de esta breve revisión de la Escritura hemos visto que la Escritura manda al pueblo de Elohim a tomar juramentos legales, nos informa que tomar un juramento es un acto de confesión y adoración religiosa, y nos recomienda los ejemplos del Padre, Mashiaj y Shaúl, todos los cuales tomaron juramentos. Así pues, interpretar a Mashiaj (y a Yaakov) como prohibiendo todos los juramentos es introducir contradicción en la Escritura misma, lo mismo que en el Padre, en Mashiaj y en Shaúl ya que, en base a esta interpretación, todos ellos juraron contrario a la Escritura. Por lo tanto, el contexto general de la Escritura no apoya la noción de que la Escritura prohíbe todos los juramentos.
El Contexto Particular
Lo que es cierto del contexto general de la Escritura como un todo, es también cierto del contexto particular del pasaje en cuestión: este pasaje prueba más allá de duda que Mashiaj está simplemente corrigiendo los abusos farisaicos y las malas interpretaciones de la Ley. Mashiaj constantemente contrasta lo que los antiguos dijeron acerca de la Ley con lo que Elohim dice acerca de la Ley, al repetir la fórmula: "Ustedes oyeron que se les dijo a los antiguos... Pero yo les digo...". Los fariseos, por ejemplo, enseñaban que la Ley prohibía solamente el asesinato; Mashiaj enseñó que la Ley, apropiadamente entendida, también prohibía el odio. Los fariseos enseñaban que la Ley solamente prohibía el adulterio; Mashiaj enseñó que la Ley, apropiadamente entendida, también prohibía la lujuria. Los fariseos enseñaban que uno debía amar a su prójimo y odiar a su enemigo cuando la Ley afirmaba lo primero ¡pero nunca jamás enseñó lo segundo!
De hecho, el concepto de odiar a los enemigos parece haber sido enseñado por dos diferentes escuelas de pensamiento judío anteriores al tiempo de Mashiaj: algunos de los rabinos por un lado, y la comunidad Esenia por otro (La Regla de la Comunidad, también conocido como el Manual de Disciplina). El punto importante, para los propósitos de est estudio, es que Mashiaj no está refutando la Ley en sí misma; más bien Él está refutando las malas interpretaciones de la Ley que los fariseos y los escribas hacían, además de las añadiduras que le hacían. Ese es el contexto particular o local del pasaje en cuestión.
"¡Pobres de ustedes, guías ciegos, que dicen: "Si uno jura por el santuario, no significa nada; pero si jura por el oro del santuario, queda obligado". ¡Necios y ciegos! ¿Cuál es más importante: el oro o el santuario que santifica al oro? También dicen ustedes: "Si uno jura por el altar, no significa nada; pero si jura por la ofrenda que está sobre el altar, queda obligado". Ciegos, ¿cuál es más importante: la ofrenda o el altar que santifica a la ofrenda? Pues el que jura por el altar, jura por el altar y por todo lo que está sobre él. Y el que jura por el santuario, jura por el santuario y por Aquel que habita en él. Y el que jura por el cielo, jura por el trono de Elohim y por Aquel que está sentado en él. "¡Pobres de ustedes, escribas y fariseos hipócritas; porque dan el diezmo de la menta, del anís y del comino; pero han desatendido las cosas más importantes de la Torah, que son: la justicia, la compasión, y la fe. Estas cosas son las que hay que cumplir, aunque sin omitir aquéllas. MattiYah 23:16-23
De igual forma, Mashiaj corrigió las concepciones farisaicas equivocadas con respecto a los juramentos. De este pasaje es aparente que los fariseos pensaban que uno podía jurar tan a menudo como quisiera, en tanto que no lo hiciera falsamente y en tanto que uno no jurara en el nombre literal de Elohim. Los oponentes de Yahshua aparentemente juraban frecuentemente y casi sobre cualquier cosa. Mashiaj ataca ambos errores decididamente al mostrarles a los fariseos que los cielos, la tierra, Yahrushalayim y aún sus propias cabezas tienen su último punto de referencia en Elohim: el cielo es el trono de Elohim; la tierra es el estrado de Sus pies; Yahrushalayim es la ciudad del Gran Rey; ¡y es ese Rey quien controla aún los cabellos de nuestra cabeza! En otras palabras, cuando ellos juraban por el cielo, ellos juraban por el Elohim del cielo porque el universo y todo en ese universo está estampado con Su gloria. Al jurar en esas formas los fariseos fallaban en no ver que todavía tomaban el Nombre de Elohim en vano, no importaba cuánto quisiera disfrazar sus palabras.
Quebrantando Los Juramentos
Hablando de forma general, quebrantar un juramento es violar el Tercer Mandamiento y pisotear el Nombre Santo de Elohim. Igual que con muchos mandamientos divinos, no hay en las Escrituras espacio para artimañas en lo que se refiere a quebrantar un juramento o promesa, pero los hombres inventan astutas excusas y racionalizaciones de auto-justificación para quebrantarlos. Veamos entonces algunas razones ILEGÍTIMAS para quebrantar juramentos.
1. Cambio En Las Circunstancias
Tan extraño como pueda parecer, algunos aseguran que las circunstancias cambiantes los absuelven de honrar los juramentos previamente hechos (eso lo aplican en todas partes del mundo hoy, sobre todo las grandes empresas, y así terminan siempre perjudicando a los más pobres, porque el sistema judicial está vendido). Nada podría ser más contrario a la esencia entera de la Escritura en lo que se refiere a los juramentos. Por ejemplo, David pregunta:
¿Quién puede subir al monte de Yahweh? ¿Quién puede quedarse en su lugar santo? El que tiene manos limpias y corazón puro, que no ha dedicado su vida a cosas vanas, ni ha jurado con engaño. Mizmor 24:3-4
Si alguien hace un voto, no importa cómo sus circunstancias puedan cambiar, debe hacer "conforme a todo lo que salió de su boca":
Si un hombre hace un voto a Yahweh o hace un juramento que impone una obligación sobre sí, no debe faltar a su promesa; debe cumplir todo lo que ha salido de su boca. Bamidbar 30:2
Debes cumplir lo que ha pasado por tus labios y realizar lo que has prometido voluntariamente a Yahweh tu Elohim, pues hiciste la promesa con tu propia boca. Devarim 23:23
No sólo es esta excusa antibíblica, sino que es también ilógica porque se burla rotundamente de la misma razón por la cual hacemos juramentos en primer lugar: hacemos una valoración de nuestras circunstancias y nos comprometemos nosotros mismos a la veracidad de nuestra palabra o a un particular curso de acción, sabiendo perfectamente bien que nuestras circunstancias pueden cambiar con el tiempo. Si alguna vez hubo un personaje Bíblico que pudo haber usado este tipo de "escape" ese fue Jefté. Pero, en lugar de violar su juramento de entregar su hija a Yahweh, resueltamente declaró: "porque le he dado palabra a Yahweh, y no podré retractarme" (Shoftim 11:35).
2. El Juramento Que Es "Imposible" De Cumplir
Quizás el que argumenta que una circunstancia cambiante le alivia de su obligación de honrar su juramento está diciendo en realidad que el juramento es imposible de realizar y consecuentemente no puede llevarlo a cabo. El peligro de este argumento, sin embargo, es que la mayoría de la gente dice que algo es imposible (aquello que no puede objetivamente ser hecho) cuando en realidad quieren decir que es indeseable (aquello que subjetivamente uno no quiere hacer). Obviamente uno no puede violar un juramento simplemente porque no desea realizar o cumplir sus obligaciones bajo el juramento.
3. Juramento Involuntariamente Impuesto Por Una Autoridad Legítima
En numerosos casos, individuos en las Escrituras fueron forzados a tomar juramentos. En ninguna parte es condenada o negada esta práctica, dando por hecho que EL JURAMENTO NO REQUIERA LO QUE ELOHIM PROHÍBE O NO PROHÍBA LO QUE ELOHIM REQUIERE. De hecho, vemos que Yahweh se opone a que faltemos a nuestra palabra, como en la parábola de las águilas:
"Dile a la raza rebelde: "¿No han entendido qué significan estas cosas?". Di: "El rey de Bavel vino a Yahrushalayim, tomó a su rey y a sus magistrados, y los llevó consigo a Bavel. También tomó a uno de la descendencia real e hizo un convenio con él, poniéndolo bajo juramento (...) Pero (ese príncipe) se rebeló contra él al enviar embajadores a Mitsráyim para que le diesen caballos y mucha gente. ¿Prosperará? ¿Escapará el que hace estas cosas? ¿Podrá romper el convenio y quedar ileso? ¡Por vida mía, que morirá en medio de Bavel, en el lugar donde habita el rey que lo hizo reinar, cuyo juramento menospreció y cuyo convenio con él rompió!, dice Adonay Yahweh (...) No escapará, pues menospreció el juramento para invalidar el convenio; porque después de haber dado la mano, hizo todas estas cosas. Por tanto, así ha dicho Adonay Yahweh, ¡por vida mía, que traeré sobre su cabeza mi juramento que menospreció y mi convenio que quebrantó! Yahjezquel 17:12-13,15-16,18-19
Sin embargo, cuando el juramento requerido va contra Yahweh mismo, ES OBLIGACIÓN NEGARSE AUNQUE ESO PUEDA PROVOCAR SANCIONES O HASTA LA MUERTE. Esto se ejemplifica por el caso de los amigos de Daniyel, que se negaron a adorar a la estatua (jurar por otros dioses), arriesgando sus vidas.
4. Juramentos A Incrédulos
Igual que con los juramentos impuestos involuntariamente por autoridades legítimas así la Escritura confirma los juramentos a los incrédulos, desde que la finalidad del juramento no es pecaminosa. Un caso clásico es el de los gabaonitas:
Pero los yisraelitas no los atacaron, ya que los capitanes de la comunidad les habían jurado por Yahweh, el Elohim de Yisrael. Toda la comunidad protestó contra los capitanes, pero todos los capitanes le respondieron a toda la comunidad: "Nosotros les juramos por Yahweh el Elohim de Yisrael, por lo tanto no podemos tocarlos. Esto es lo que les vamos a hacer: Les perdonaremos la vida, para que no venga la ira sobre nosotros a causa del juramento que les hicimos". Yahoshúa 9:18-20
Y también el que ya mencionamos de las águilas. Como podemos ver, YAHWEH NO DISCULPA A SUS HIJOS POR QUEBRANTAR JURAMENTOS HECHOS A INCRÉDULOS, como sí afirma el Talmud.
5. Juramento Hecho Bajo Aflicción
Muchos juramentos, debido a la solemnidad y seriedad con la cual debieran ser declarados, son proferidos bajo situaciones de aflicción y congoja, pero eso tampoco disculpa el cumplimiento. David reconoció muy bien esta verdad cuando declaró:
"Entraré en tu casa con holocaustos; Te pagaré mis votos, que pronunciaron mis labios y habló mi boca, cuando estaba angustiado". Mizmor 66:13-14
Una Razón Legítima Para Quebrantar Juramentos
Habiendo refutado las excusas más comunes que la gente ofrece para violar sus juramentos, ahora debemos volvernos brevemente a la única razón bíblica para violar un juramento: SI EL OBJETIVO DEL JURAMENTO ES PECAMINOSO. Ya que uno mismo nunca puede comprometerse con obligación a pecar, ese "juramento" es inválido desde su comienzo y consecuentemente, no tiene carácter obligatorio. Por definición, uno no puede quebrantar un juramento que no existe. El pecado, en tal situación, no se encuentra en quebrantar un juramento ilegítimo, sino en hacerlo, porque cumplir un juramento de matar, por ejemplo, ya es en sí mismo un pecado. Por supuesto, para comenzar nadie debería hacer tal tipo de juramentos, y es poco probable que un verdadero creyente lo haga. Es más plausible que sea el caso de incrédulos, en cuyo caso todos sus juramentos podrían ser cancelados simplemente creyendo en Mashíaj y naciendo de nuevo. Sin embargo, en el caso de que alguien haya hecho un juramento después de creer, que implique cometer algún pecado, Yahweh ciertamente no avalará ese juramento. De manera que la persona deberá ver la forma de resolver el caso.
Votos Y Juramentos
Lo que pensamos, decimos y hacemos se convierte en lo que sembramos; y por tanto en lo que cosechamos. Lo que hablamos se volverá a nosotros. Es por ello, que nosotros somos lo que hablamos. Si sembramos semillas saludables, segaremos bendiciones y una buena cosecha. Si sembramos inmoralidad y un hablar perverso, invitaremos a la pobreza física, espiritual, emocional y/o financiera. Por medio de nuestros pensamientos, de nuestro hablar y de nuestro estilo de vida, unimos nuestras almas a una vida llena de bendiciones o a una vida llena de maldiciones. Nosotros somos responsables por los votos y juramentos que hacemos. Por tanto, si fallamos al guardarlos somos responsables por ellos. Nuestros pensamientos y acciones deben honrar nuestra promesa a Yahshua y reflejar Su estilo de vida. Sin embargo, si nuestro estilo de vida produce un fruto opuesto a nuestra confesión, ese fruto expondrá donde está lo que hemos sembrado en nuestro corazón.
Cuando hagas un voto a Yahweh tu Elohim, no tardes en pagarlo, porque Yahweh tu Elohim te lo requerirá, y habrás incurrido en culpa; mientras que no incurres en culpa si te abstienes de hacer el voto. Debes cumplir lo que ha pasado por tus labios y realizar lo que has prometido voluntariamente a Yahweh tu Elohim, pues hiciste la promesa con tu propia boca. Devarim 23:21-23
Si estamos en Yahshua, también somos llamados el pueblo de Su Palabra, un pueblo de integridad y de honra. Por tanto, así como Elohim guarda Sus promesas para nosotros, nosotros somos de la misma manera, hacedores de Su Palabra.
"Yo ya me voy por el camino que nos toca a todos. Reconozcan con todo su corazón y su ánimo que ni una sola de las buenas promesas que les hizo Yahweh su Elohim ha fallado en cumplirse; todas se han cumplido en ustedes, ni una sola ha fallado". Yahoshúa 23:14
Si nosotros hemos experimentado algo traumático o penoso en nuestras vidas (ya sea por otra persona o por un accidente físico, espiritual o emocional), eso no tiene el derecho de moldear nuestro futuro de manera negativa, a menos que nosotros lo permitamos. Nosotros podemos cambiar el mundo que nos rodea, eligiendo tener una actitud moral de corazón, perdonando a otros y tornándonos del todo (teshuvah) de las experiencias dolorosas, para poder continuar hacia adelante.
Nosotros tomamos decisiones cada día y cada hora en el reino en el que caminamos: en el de las bendiciones o en el de las maldiciones, esa es nuestra elección:
¡Regocíjense en el Adón siempre! Otra vez lo digo: ¡Regocíjense! Que la amabilidad de ustedes sea conocida por todos los hombres. ¡El Maestro está cerca! Por nada estén afanosos; más bien, presenten sus peticiones delante de Elohim en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Elohim, que sobrepasa todo entendimiento, guardará sus corazones y sus mentes en el Mashíaj Yahshúa. En cuanto a lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honorable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre, si hay virtud alguna, si hay algo que merece alabanza, piensen en esto. Filipiyim 4:4-8
...porque la ira del hombre no produce la rectitud que requiere Elohim. Por lo tanto, desechen toda inmundicia y la maldad que sobreabunda, y reciban con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar sus vidas. Pero sean practicantes de la palabra, y no solamente oidores, que se engañan a sí mismos. Yaakov 1:20-22
Y reiteró: "Lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre. Porque de adentro, del corazón del hombre, proceden los malos pensamientos, las fornicaciones, los robos, los homicidios, los adulterios, las avaricias, las maldades, el engaño, la lujuria, la envidia, la blasfemia, la insolencia y la insensatez. Todas estas maldades proceden del interior y contaminan al hombre. Mordejai 7:20-23