top of page
CLE02 47 - El Sexto Mandamiento 02 - Cul

CLE02 47

El Sexto Mandamiento 02

Culpa De Sangre 02

Arrepentimiento Y Corrección

 

La importancia del arrepentimiento radica en el hecho de que es un cambio de mentalidad o forma de pensar. Es poner la mente de Mashiaj. Este ha sido siempre el objetivo de la historia y el propósito subyacente de la ley. Los juicios de la ley son de naturaleza correctiva y nunca fueron diseñados simplemente para infligir un castigo, porque el profeta dice: "cuando la tierra experimente tus juicios, los habitantes del mundo aprenderán justicia" (YeshaYah 26:9).

 

Mashiaj, nuestro Redentor, no perdonó automáticamente a los que no tenían ley en Su muerte en el madero, como algunos lo han enseñado, a pesar de que Él ciertamente tenía esa opción, al igual que cualquier redentor de sangre. En cambio, en Su sabiduría, Él trabaja para lograr el arrepentimiento, para que el perdón pueda beneficiar al pecador, en lugar de enseñarle que la gracia es una excusa para pecar más. Por eso, ÉL NOS COMPRÓ.

 

Elohim juzga como un padre, no como un juez impersonal. Por lo tanto, cuando nuestros propios hijos pecan, a menudo se nos obliga a responsabilizarlos, a fin de enseñarles la gravedad del pecado y las consecuencias de sus acciones. Si bien los padres pueden fingir estar enojados con el niño que ha pecado, un buen padre juzga desde la posición del amor y la misericordia, y todo juicio está diseñado para corregirlos y llevarlos a un lugar de madurez y responsabilidad.

 

Sin embargo, muchas personas han vivido de acuerdo con su propio interés, a menudo victimizando a otros sin tener que rendir cuentas durante su vida. Las ofensas siguen sin resolverse, y la injusticia prevalece en la tierra continuamente. Por esta razón, el juicio del Gran Trono Blanco es necesario para que todos los pecados no resueltos se hagan responsables. El primer propósito del Gran Trono Blanco es revelar a toda la humanidad la verdad de Mashiaj, el horror del pecado y la gracia que lo supera todo. Cuando los hombres se iluminen en el Gran Trono Blanco, donde se revela toda la verdad y se descubren todos los secretos, "toda rodilla se doblará y toda lengua confesará que Yahshua ha Mashiaj es el Adón" (Filipiyim 2:10-11).

 

Este arrepentimiento universal será el comienzo del entrenamiento mundial para conocer a Elohim, porque Shaúl dice que "nadie puede decir: "Yahshua es el Adón", excepto por el Ruaj haKodesh" (Qorintiyim Alef 12:3). Por lo tanto, en el Gran Trono Blanco, todos los hombres expresarán su fe en Él. Esta es la primera porción del "lago de fuego" que los bautizará, un fuego diseñado para purificarlos del pecado por la convicción del Ruaj haKodesh (Yahanan 16:7-9).

 

Y así, en el Gran Trono Blanco, toda la humanidad comenzará a estar sujeta a la ardiente ley de Elohim. Todos los que no lograron poner su fe en Yahshua ha Mashiaj como el que pagó la pena por sus pecados serán juzgados por la ley de fuego de acuerdo con sus obras (Hitgalut 20:12). Ninguno de ellos tendrá activos con los cuales pagar restitución por sus pecados cometidos durante su vida, por lo que la ley dice que deben ser "vendidos" a la servidumbre (Shemot 22:3) hasta que se pague su deuda.

 

Serán vendidos a los creyentes, ya que se les dará autoridad a ellos para gobernar y reinar con Mashiaj sobre los demás hasta que el gran Jubileo libere a toda la creación en la libertad gloriosa de los hijos de Elohim (Romaniyim 8:19).

 

Durante ese tiempo de juicio legítimo, los creyentes enseñarán con palabras y entrenarán con el ejemplo, para que ellos también puedan comenzar a poner la mente de Mashiaj durante este tiempo de servicio y entrenamiento. Ese tiempo será largo, pero terminará con el Jubileo de la Creación.

 

Elohim es especialmente misericordioso con los que se arrepienten:

 

¿Acaso quiero yo la muerte del impío?, dice Adonay Yahweh. ¿No vivirá él, si se aparta de sus caminos? Yahjezquel 18:23

 

¡Por vida mía, que no quiero la muerte del impío, sino que el impío se aparte de su camino y viva!, dice Adonay Yahweh. ¡Apártense, apártense de sus malos caminos! ¿Por qué morirán, oh casa de Yisrael? Yahjezquel 33:11

 

Así es cómo piensa Elohim, y así es cómo quiere que pensemos nosotros.

 

La misericordia de Elohim —su perdón— está disponible para todos los pecadores, incluso los asesinos. Elohim quiere perdonarnos, pero también exige que nos arrepintamos. Sin arrepentimiento no hay perdón. Él quiere que dejemos de quebrantar sus mandamientos y que nos volvamos a Él con el corazón contrito y humillado. Luego debemos pedirle perdón y ser bautizados. El bautismo es un acto con el que mostramos que nuestro viejo yo ha muerto y ha sido sepultado en una tumba de agua junto con Mashiaj (MaAseh 2:38; Romaniyim 6:4). Y si ha muerto y hemos resucitado en Mashíaj, ya no podemos practicar la antigua forma de vivir y pensar, incluyendo odios y rencores.

 

Uno de los hermosos ejemplos de la misericordia y el perdón de Elohim es el llamamiento y la conversión de Shaúl. Antes de su conversión, él había dado personalmente su voto para la ejecución de algunos creyentes (MaAseh 26:10), de manera que, aún indirectamente, era un asesino según la Ley. Pero Elohim lo perdonó, lo cual desde entonces vino a ser un ejemplo de la gran misericordia de Yahweh. Sin embargo, una vez más, LO PERDONÓ PORQUE SHAÚL SE ARREPINTIÓ, no porque sí. La salvación de Yahshua está al alcance de todo el mundo, Él murió por todos, pero es necesario que CUANDO ÉL SE ACERQUE A NOSOTROS (no somos nosotros los que lo buscamos, como vemos del caso de Shaúl y del de todos nosotros) nos volvamos a Él aceptando Su ayuda y arrepintiéndonos. Muchos pueden desear ser salvos, pero al negarse a arrepentirse o perdonar, se encadenan a sí mismos, PORQUE EL PERDÓN SÓLO PUEDE SER DADO AL ARREPENTIDO.

 

En Timotio Alef 1:13-16, Shaúl nos habla de sí mismo:

 

"Habiendo yo sido antes blasfemo, perseguidor e injuriador... fui recibido a misericordia porque lo hice por ignorancia, en incredulidad. Pero la gracia de nuestro Adón fue más abundante con la fe y el amor que es en Yahshua ha Mashíaj. Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Yahshua ha Mashíaj vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero. Pero por esto fui recibido a misericordia, para que Yahshua ha Mashiaj mostrase en mí el primero toda su clemencia, para ejemplo de los que habrían de creer en él para vida eterna".

 

 

Los Asesinatos Sin Resolver

 

En la actualidad un asesinato sin resolver se considera como asunto sólo de la policía y de los tribunales. No era así bajo la ley mosaica. La responsabilidad recaía sobre toda la ciudad. La ley decía:

 

Si en la tierra que Yahweh tu Elohim te está asignando para poseerla se halla alguien a quien han matado en el campo, y no se conoce la identidad del homicida, tus ancianos y tus magistrados saldrán y medirán las distancias desde el cadáver hasta los poblados cercanos. Los ancianos del poblado más cercano al cadáver deben tomar entonces una novilla de la manada, que nunca la hayan trabajado, que nunca haya halado yugo; y los ancianos de ese poblado traerán su novilla a un valle de torrente, que no se haya arado ni sembrado. Allí en el valle le romperán el pescuezo a la novilla. Los sacerdotes, los hijos de Leví, se acercarán; porque Yahweh tu Elohim los ha escogido a ellos para ministrarle y para pronunciar la bendición en el nombre de Yahweh, y todo pleito y caso de asalto está sujeto a su decisión. Entonces todos los ancianos del poblado más cercano al cadáver se lavarán las manos sobre la novilla cuyo pescuezo rompieron en el valle. Y harán esta declaración: "Nuestras manos no derramaron esa sangre, ni nuestros ojos vieron el hecho. Absuelve, Yahweh, a tu pueblo Yisrael a quien redimiste, y no permitas que la culpa por la sangre del inocente quede entre tu pueblo Yisrael". Y serán absueltos de culpa por ese homicidio. Así eliminarás de tu medio la culpa por la sangre del inocente, porque estarás haciendo lo que es correcto a la vista de Yahweh. Devarim 21:1-9

 

Analicemos el paralelismo alegórico. La Tierra Prometida es un tipo del mundo restaurado, del cual tendremos un adelanto en el Milenio, pero al cual sólo entraremos en plenitud después del mismo, cuando haya cielo nuevo y tierra nueva. Si encontraban un muerto (un incrédulo), buscaban la congregación más cercana, a ella le correspondería LIMPIAR LA TIERRA DE SANGRE. La sangre derramada por homicidio quedaba "sin cubrir". La tierra no la cubría, no la aceptaba, y la culpa de sangre pendía sobre ella y afectaría a la ciudad que estuviera más próxima. Por lo tanto, los ancianos de la ciudad (no los sacerdotes, véase bien) llevaban una novilla nueva, la llevaban a un valle y le quebraban el pescuezo. No se degollaba la novilla como un sacrificio de expiación, con parte de su sangre siendo puesta sobre el altar. La novilla se mataba por medio de quebrarle la cerviz, y así tomaba el lugar del asesino, no para quitarle la culpa de sangre, sino para quitársela a la ciudad sobre la cual de otro modo estaría la culpa por el derramamiento de sangre. Por supuesto, si más tarde se hallaba al asesino y se demostraba su culpa, éste sería ejecutado.

 

 

Las Leyes De La Guerra

 

La ley en sí es una guerra contra el crimen. Pero mientras que la mayoría de las leyes tratan con las relaciones sociales dentro de la comunidad, hay ocasiones en que las naciones victimizan a otras naciones. En esos casos, la ley se aplica internacionalmente. Elohim mismo juzga a las naciones para restaurar el orden legal en esta Corte Suprema.

 

Devarim 20 nos da el bosquejo principal de las leyes de la guerra. El capítulo supone, por supuesto, que la guerra que se está contemplando es justa y que Elohim ya ha dictado el fallo en Su Divina Corte con respecto a la disputa internacional. En las religiones de la mayoría de las naciones, se asumía que su dios simplemente quería imponer su voluntad sobre las otras, y que sus dioses les ayudarían (al "pueblo elegido") a extender su poder y territorio. La gente normalmente no pensaba en tales conquistas en términos de restaurar el orden legal del universo. La guerra se libraba generalmente con motivos egoístas, con poca o ninguna consideración por el bienestar de otras personas.

 

Pero el Elohim de las Escrituras no es como esos otros dioses. Cuando Yahshua vino a revelar el corazón del padre, encontramos que tenía tanta compasión por los samaritanos y romanos como por su propia tribu. De hecho, la propia ley ordenaba que los yisraelitas amaran a los extranjeros como a sí mismos:

 

El extranjero que reside con ustedes será para ustedes como uno de sus ciudadanos; lo amarán como a ustedes mismos, porque ustedes fueron extranjeros en la tierra de Mitsráyim: Yo Yahweh soy su Elohim. Vayikra 19:34

 

Así que la instrucción de Yahweh de hacer la guerra a otras naciones no se basó en el interés propio, sino en la aplicación de la ley para los delitos reales contra Elohim o su nación.

 

Los kenaanitas, por ejemplo, habían rechazado al Creador y habían dado Su derecho soberano de reinado a dioses falsos que habían impuesto leyes injustas que victimizaban a muchas personas. No obstante, el juicio para destruir a los kenaanitas se basó en sus obras, su práctica de la injusticia, el asesinato de bebés inocentes en ceremonias religiosas y otras prácticas corruptas.

 

Si los kenaanitas se hubieran arrepentido de estas prácticas y se hubieran sometido a Yahoshúa (tipo de Yahshua), podrían haber evitado la pena de muerte que Elohim les había impuesto como nación. El arrepentimiento sincero hubiera resultado en su incorporación a la nación de Yisrael. Habrían dejado de ser kenaanitas, y su ciudadanía habría sido transferida por la fe de un reino de oscuridad al Reino de luz.

 

De hecho, la oración sobre Kenaán fue pronunciada por la maldición de Noaj en Bereshit 9:25. Por lo tanto, la pena de muerte fue impuesta a Kenaán. Sin embargo, Yahweh siempre aplica un tiempo de gracia para que la nación se arrepienta.

 

Los que no cumplan con el requisito del Tribunal Divino durante el período de gracia deben pagar la multa, como hicieron los kenaanitas. Porque los kenaanitas no creyeron lo que Elohim había decretado, ni siquiera escucharon, ni entendieron. En vez de eso, optaron por luchar contra Yisrael.

 

El punto es que Elohim levantó a la nación de Yisrael para ejercer la autoridad en Su nombre para hacer cumplir Sus leyes y Sus juicios. Por lo tanto, Yisrael fue llamado a hacer la guerra a los kenaanitas ofensores. No fue un juego de poder ver qué dios era más poderoso. La guerra no era simplemente una cuestión de obtener tierras para Yisrael a expensas de los kenaanitas. No era simplemente una cuestión de interés propio. Yahweh no declaró la guerra sólo porque odiaba a los kenaanitas y amaba a los yisraelitas. De hecho, cuando vemos la historia completa y cómo comenzó con la maldición de Noaj sobre Kenaán, vemos a un Elohim misericordioso, lleno de gracia, que ya había dado a los kenaanitas más de 800 años para arrepentirse y cumplir con el juicio de la corte divina.

 

Esto revela la mente de Mashiaj en lo que concierne a la justicia internacional. Cualquiera que desee reinar con Mashiaj debe aprender a emitir Sus juicios de acuerdo con Su voluntad y mente. Esta es la única manera en que todas las naciones desearán convertirse en estados en el Reino de Mashíaj, cuando la roca crezca para llenar toda la tierra, como nos dicen Daniyel 2:35 e YeshaYah 2:2-4.

 

El Mizmor 67:4 nos dice que todas las naciones se regocijarán cuando los juicios de Elohim se apliquen a las naciones:

 

Que se alegren y se regocijen las naciones, porque riges a los pueblos con equidad, y guías a las naciones de la tierra. Mizmor 67:4

 

Esto pinta un cuadro de justicia internacional que se basa en el amor. No pinta un cuadro de Yisrael haciendo la guerra a las naciones para someterlas como esclavos del pueblo elegido (idea que sí tiene el sionismo actual edomita). Es una imagen de respeto internacional, debido al asombroso sistema de amor y justicia que Elohim ha establecido, una vez que la gente entiende la ley de Mashiaj.

 

Cuando una nación comete una injusticia con otra, ésta tiene el derecho de apelar ante la Corte Internacional de Justicia de Elohim. Si Yisrael es la parte ofensora, Elohim dictará justicia contra Yisrael. Si Yisrael es la víctima, Elohim gobernará en su favor. La justicia de Elohim es imparcial, porque eso también es la ley.

 

Así hará el resto de la congregación. Habrá una misma ley para ustedes y para el residente extranjero; será una ley perpetua a través de las edades. Ustedes y los extranjeros serán iguales delante de Yahweh; el mismo ritual y la misma regla aplicará a ustedes y al extranjero que resida entre ustedes. Bamidbar 15:16

 

¡ASÍ QUE LEYES MOSAICAS PARA JUDÍOS, Y NOAJIDAS PARA GENTILES, ES UN ENGAÑO SATÁNICO!

 

Cuando esta ley se aplica en la Corte Internacional de Justicia de Elohim, vemos que Elohim juzga a todas las naciones de manera imparcial de acuerdo con los principios de la ley que emanan de su propia voluntad y carácter. Todas las naciones fueron creadas para ajustarse a su imagen, y Él tiene la intención de gobernarlas todas.

 

Por lo tanto, las leyes de la guerra deben llevarse a cabo de acuerdo con Sus instrucciones, y luego sólo cuando Él nos guía a la batalla. Bajo esas circunstancias, matar en tiempo de guerra no es un asesinato, pero toda guerra que se realiza fuera de los parámetros de la ley de Elohim es un asesinato, y la nación culpable (no soldados individuales) es responsable.

 

 

¿Se Contradicen Las Escrituras?

 

Pero hay otros que se refieren a este mandamiento al tratar de mostrar que las Escrituras se contradicen. Algunos insisten en que las Escrituras se contradice, y señalan que ordena no matar pero luego envía a los yisraelitas contra otros pueblos, a exterminar naciones enemigas (Devarim 7:1-2,16; 12:31; Yahoshúa 6:12-21). De modo que ¿realmente mandó Elohim: "No matarás"? ¿Y esto hace categóricamente inadmisibles las guerras y la pena capital, como si fueran contradicciones?

 

Como ya dijimos, la correcta traducción de "No matarás" es "No asesinarás", con esta simple frase ya encerramos la discusión, porque no es lo mismo matar que asesinar.

 

Es digno de notarse que de las 47 veces que se emplea RATSÁJ en las Escrituras Hebreas, 33 veces se hace con referencia a las ciudades de refugio de Yisrael, que acabamos de estudiar. Otros pasukim indican que RATSÁJ generalmente aplicaba al acto de quitar una vida humana ilegalmente, contrario a la ley de Elohim. Notemos las cosas que se mencionan asociadas con ello en Hoshea 4:2:

 

El perjurio, la deshonestidad, y el asesinato, y el robo y el adulterio son rampantes; crimen sobre crimen.

 

Como se muestra en lo dicho respecto al castigo del asesino deliberado, no todo caso de quitar una vida humana se consideraba asesinato, ni estaría prohibido por el sexto mitzvah. Después del diluvio Yahweh le dijo significativamente a Noaj:

 

"Cualquiera que derrame la sangre del hombre, por el hombre será derramada su propia sangre, porque a la imagen de Elohim hizo él al hombre". Bereshit 9:6

 

Sí, aun antes de dar a Yisrael un código de leyes, Elohim permitió la pena capital. "El derramar la sangre del hombre" por medio de asesinarlo era lo que el Sexto Mandamiento prohibía, no la ejecución legal de un asesino.

 

Esto nos ayuda a reconocer lo apropiado del uso de RATSÁJ en conexión con el rey Ajav. El rey codiciaba la viña de Navot y a fin de conseguirla dejó que mataran al hombre. Esto no fue la ejecución legalmente justificada de alguien que hubiera cometido una ofensa capital en Yisrael. Fue un acto ilegal que tiró una vida, algo prohibido por el sexto mandamiento. Ajav era un "asesino" y merecía morir.

 

Ocurrió algún tiempo después: Navot el yezreelita tenía una viña en Yezreel, junto al palacio de Ajav, rey de Shomrón. Ajav le dijo a Navot: "Dame tu viña para que me sirva como huerto de verduras, ya que está junto a mi palacio. Yo te daré a cambio otra viña mejor. O si prefieres, te pagaré su precio en dinero". Pero Navot le respondió: "¡Yahweh me libre de darte lo que he heredado de mis padres!". Ajav se fue a su casa desanimado y enfadado por la respuesta que le había dado Navot de Yezreel, porque le dijo: "No te voy a dar lo que he heredado de mis padres". Se acostó en su cama, volteó la cara y no quiso comer. Izével, su esposa, fue donde él y le preguntó: "¿Por qué está tan desanimado tu ruaj que no quieres comer?". Y él le respondió: "Porque hablé con Navot el yezreelita y le propuse: "Véndeme tu viña por dinero; o si prefieres, te daré otra viña por ella". Y él respondió: "No te voy a dar mi viña". Su esposa Izével le dijo: "Ya es tiempo de que te muestres como rey sobre Yisrael. Levántate, come algo, y alégrate; yo te voy a conseguir la viña de Navot de Yezreel". Entonces ella escribió cartas en nombre de Ajav, las selló con su anillo y las envió a los ancianos y los nobles que habitaban en la misma ciudad con Navot. En las cartas escribió lo siguiente: "Proclamen un ayuno y sienten a Navot frente a la asamblea. Sienten frente a él a dos hombres perversos para que testifiquen contra él diciendo: "¡Tú has maldecido a Elohim y al rey!". Entonces sáquenlo y apedréenlo hasta que muera". Los hombres de su ciudad –los ancianos y los principales que vivían en su ciudad– hicieron como les mandó Izével, tal como estaba escrito en las cartas que ella había enviado: proclamaron un ayuno y sentaron a Navot frente a la asamblea. Luego vinieron los dos hombres perversos y se sentaron frente a él; y estos hombres perversos testificaron contra Navot públicamente, diciendo: "Navot ha maldecido a Elohim y al rey". Entonces lo sacaron de la ciudad y lo apedrearon hasta que murió. Melajim Alef 21:1-13

 

Pero, ¿qué hay de las guerras de Yisrael? ¿Violaron el mandato que correctamente traducido dice "No debes asesinar"?

 

NO, NO LO VIOLARON. La verdad es que las Escrituras nunca usan el término RATSÁJ respecto a ninguna de esas guerras. Cuando los yisraelitas guerreaban en obediencia al mandato de Elohim, no estaban obrando ilegalmente. El que los autorizaba a hacerlo y los dirigía era el Legislador Supremo. Estas guerras no tenían por objeto conquistar territorios ilimitados, como es el caso con muchas guerras nacionales de tiempos recientes. No fueron guerras motivadas por la avaricia económica. Tampoco fueron guerras que violaban tratados de paz o pactos de no agresión legalmente arreglados, como lo han sido algunas guerras de la historia moderna.

 

No existe absolutamente ninguna nación en la tierra hoy día que esté enteramente compuesta de personas que adoran a Yahweh, a quienes Él dirija milagrosamente por medio de profetas y que tengan una concesión divina para poseer cierta porción de la Tierra. Pero todo eso fue cierto en el caso del antiguo Yisrael. Yahweh había notado que los habitantes de Kenaán estaban empapados de iniquidad, totalmente depravados, no se habían arrepentido dentro del tiempo de gracia que se les había otorgado, y merecían la ejecución (Bereshit 15:13-21; Vayikra 18:24-25). Elohim, como dueño de toda la Tierra, determinó utilizar a su recién nacido pueblo de Yisrael como la mano ejecutora de los kenaanitas, así como en otro momento usaría a los asirios y babilonios contra Yisrael. De esta manera, Yisrael fue la mano del juicio de Elohim.

 

Por lo tanto, cuando los yisraelitas ejecutaban los juicios legales y moralmente rectos de Yahweh, o defendían la tierra que Elohim les dio, no se les podía culpar de violar el mandato: "No debes asesinar", YA QUE ELLOS ERAN LOS VENGADORES DE SANGRE ENVIADOS POR YAHWEH CONTRA LOS CRIMINALES DE KENAÁN.

 

¿Qué hay de los creyentes? Si quieren soñar que están libres de las leyes, arriésguense. Pero si ya han comprendido que la ley no ha sido abolida sino perfeccionada y elevada a niveles más altos espirituales, comprenderán que no somos libres de incumplir ni una til ni una jota de las Escrituras. Pero para los duros de cerviz, vale la pena que recuerden que Yahweh ESTABLECIÓ CONVENIO CON LA HUMANIDAD A TRAVÉS DE NOAJ DESPUÉS DEL DILUVIO:

 

De la sangre de vida de ustedes yo pediré cuentas: se las pediré a toda bestia; al hombre también le pediré cuentas por la vida humana; a cada hombre por la de su prójimo. "A cualquiera que derrame la sangre de un hombre, otro hombre le derramará la suya; porque Elohim hizo al hombre a su imagen". Bereshit 9:5-6

 

Ya que el Sexto Mandamiento simplemente declaró lo que Elohim ya le había dicho a la entera familia humana por medio de Noaj (y esto CONVERTIRÍA A TODOS EN NOÁJIDAS, al final de cuentas, porque ni Avraham existía aún), todavía estamos obligados a evitar el asesinar. En realidad, los capítulos finales de las Escrituras nos advierten que los asesinos que no se arrepientan experimentarán la "muerte segunda":

 

Pero, para los cobardes e incrédulos, para los abominables y homicidas, para los fornicarios y hechiceros, para los idólatras y todos los mentirosos, su herencia será el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda". Hitgalut 21:8

 

Felices los que guardan sus mandamientos, para que tengan derecho al árbol de la vida y para que entren en la ciudad por las puertas. Pero excluidos quedarán los perros, los hechiceros, los fornicarios, los homicidas, los idólatras y todo el que ama y practica la mentira. Hitgalut 22:14-15

 

Esto nos ayuda a ver la importancia de no participar en quitar vidas humanas sin la autorización específicamente declarada de Elohim.

 

De modo que la traducción "No matarás" realmente no comunica el verdadero mensaje del Sexto Mandamiento, como muchos han utilizado para torcer la verdad. La traducción más correcta es: "No asesinarás". El entender esto nos ayuda a reconocer que las guerras justas de Yisrael no violaron ese mandato. Y podemos comprender mejor su significado en relación con nuestra conducta y actitud respecto a tomar la vida de un ser humano.

 

 

¿Es Justa La Pena Capital?

 

Algunas personas quizás consideren que la sociedad ha progresado al eliminar la pena capital. Pero, al considerar la ley que Elohim le dio a Yisrael, se hace obvio que, más bien que ser demasiado severa, la pena capital por asesinato realmente reflejaba el elevado concepto que Elohim tiene de la vida, no sólo en general, sino sobre una base personal. Hay que recordar que la ley mosaica provino del Soberano del universo. Ciertamente Elohim tenía los intereses del hombre en mente cuando incorporó este rasgo en la ley de Yisrael.

 

Pero, de hecho, la pena capital se originó más de 850 años antes del pacto de la ley, cuando Yahweh habló a Noaj, como acabamos de citar arriba. Por lo tanto, esta ley es aplicable a todo el género humano, porque todas las personas actualmente sobre la tierra provienen de la familia de Noaj.

 

Bajo esta ley, la autoridad legalmente constituida podía con justicia ejecutar al asesino voluntario. ¿Es este el modo creyente de ver el asunto? Sí, porque Shaúl, escribió a los creyentes concerniente a los gobiernos mundanos:

 

Porque los gobernantes no están para atemorizar al que hace lo bueno, sino al que hace lo malo. ¿Quieres vivir sin temor a la autoridad? Haz lo bueno y tendrás su alabanza; porque ella es un agente de Elohim para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no es en vano que lleva la espada; porque es un agente vengador de Elohim para castigar al que hace lo malo. Romaniyim 13:3-4

 

La pena de muerte, aún así, continúa siendo tema de debate para muchos. Por lo general, los oponentes de la pena de muerte la consideran cruel. Pero los apoyadores creen que ésta frena el crimen.

 

Es ineludible el hecho de que ésta es una cuestión cargada de emoción, porque en ella está envuelta la vida, la más preciosa posesión del hombre. ¿Quién está mejor capacitado para resolver el asunto? El Supremo Dador de la Vida, Yahweh Elohim (Tehilim 36:9; YeshaYah 42:5). Sin duda, Yahweh también tiene el derecho de hacer leyes que gobiernen su don de la vida. Por supuesto, sus pensamientos y caminos son más altos que los de los hombres.

 

Porque Yahweh será nuestro juez; Yahweh será nuestro legislador, Yahweh será nuestro rey; él nos librará. YeshaYah 33:22

 

"Porque mis planes no son sus planes, ni mis caminos son sus caminos" –declara Yahweh. YeshaYah 55:8

 

Así es que, puede que al principio uno no comprenda o aprecie a cabalidad las regulaciones de Elohim. Sin embargo, sus decretos no son desamorados, injustos o defectuosos.

 

Solamente en esto debe uno enorgullecerse, en ferviente devoción a mí. Porque yo Yahweh actúo con bondad, justicia y equidad en el mundo; porque en estas cosas me deleito –declara Yahweh. YirmeYah 9:24.

 

No se puede decir que Yahweh se opone a la pena capital en sí misma, aunque él ciertamente no aprueba todas las ejecuciones. Por desobedecer la ley divina, Adam y Javá sufrieron la pena de muerte, tal como Elohim lo decretó (Bereshit 2:16-17; 3:17-19; 5:5). Yahweh ejecutó a los malhechores durante el diluvio global en los días de Noaj y en las inicuas Sodoma y Gomorra (Kefá Bet 2:5-6). Por medio de autoridades humanas en el Yisrael de la antigüedad, en ciertas ocasiones Elohim hizo que se ejecutara la pena capital.

 

Él les dijo: "Así dice Yahweh, el Elohim de Yisrael: Cada uno de ustedes póngase la espada al muslo, pasen de aquí para allá y de allá para acá de puerta en puerta a través del campamento, y maten hermano, vecino y pariente". Los levitas hicieron como Mosheh había encargado; y como tres mil del pueblo cayeron aquel día. Shemot 32:27-28

 

Cuando Yisrael estaba en Shitim, el pueblo se profanó prostituyéndose con las mujeres Moavitas, quienes invitaban al pueblo a sus sacrificios para su deidad. El pueblo participó de ellos y adoraron aquella deidad. Así Yisrael se apegó a Baal Peor, y Yahweh se enojó con Yisrael... Cuando Pinjás, hijo de Elazar el sacerdote, vio eso, salió de la asamblea y, tomando una lanza en la mano, siguió al yisraelita hasta la alcoba y los traspasó a los dos, al yisraelita y a la mujer, por el vientre. Entonces se detuvo la plaga contra los yisraelitas. Los que murieron de la plaga sumaron 24,000. Yahweh le habló a Mosheh y le dijo: "Pinjás, hijo de Elazar hijo de Aharón el sacerdote, ha apartado mi ira de los yisraelitas al desplegar entre ellos su pasión por mí, de modo que no barrí al pueblo yisraelita en mi pasión. Bamidbar 25:1-3,7-11

 

 

Las autoridades humanas frecuentemente han clasificado el asesinato como una ofensa capital. El apóstol Yahanan escribió:

 

"Ustedes saben que ningún homicida tiene vida eterna permaneciente en él". Yahanan Alef 3:15

 

Al ser conmovidos emocionalmente, quizás por el periodismo sensacionalista, algunos tal vez piensen que la ejecución de asesinos es cruel. Pero, ¿no se podría decir lo mismo de sus actos violentos cometidos por ellos y otros como ellos, que privan a otros de sus vidas? A menudo, también "el asesino mata al afligido y al pobre" (Iyov 24:14). Y aunque el mero sentimiento no es la base de todo el juicio en estos asuntos, ¿quién puede pasar por alto la angustia de los que quedan en duelo? Ciertamente no se puede administrar justicia sin dar retribución a las víctimas, QUE SIGUEN SIENDO LAS ÚNICAS CAPACES DE PERDONAR AL ASESINO.

 

 

Algunos quizás pregunten: "¿Frena realmente el crimen la pena capital?". Yahweh, que conoce bien la hechura del hombre, dice que sí lo hace. Concerniente a los apóstatas, se nos dice:

 

Si tu hermano, el propio hijo de tu madre, o tu hijo o tu hija, o la esposa de tu intimidad, o tu amigo íntimo te incita en secreto, diciendo: "Ven, vamos a adorar otras deidades" –las cuales tú ni tus padres han experimentado– de entre las deidades de los pueblos a tu alrededor, sea cerca de ti o lejos, en cualquier parte de un extremo de la tierra al otro: no consientas ni le hagas caso. No le muestres ninguna piedad ni compasión, y no lo encubras; sino quítale la vida. Que tu mano sea la primera contra él para darle muerte, y después la mano del resto del pueblo. Apedréalo, porque trató de apartarte de Yahweh tu Elohim, que te sacó de la tierra de Mitsráyim, de la casa de esclavitud. ASÍ TODO YISRAEL OIRÁ Y TEMERÁ, Y TALES MALDADES NO SE VOLVERÁN A HACER EN TU MEDIO. Devarim 13:6-11

 

En ciertas ocasiones las autoridades humanas han ejecutado injustamente a personas por actos triviales de maldad. Por esto, los gobernantes mundiales tendrán que asumir su responsabilidad delante del "Juez de toda la tierra". Además, a veces los inocentes han sido muertos.

 

Yahweh no es responsable por las parodias de justicia que resultan en muerte por ejecución, porque Él es justo. De manera que todas las torceduras y ataques que se puedan hacer en Su contra o de Su Ley, deberán también ser respondidas delante de Su tribunal en Aquel Día.

 

 

Dentro de la misma manipulación ideológica y condicionamiento mental que atravesamos en este sistema satánico, existe otro punto que, irónicamente, también es centro de debates: qué es matar legalmente y que es asesinato. Así, un general de brigada norteamericano jubilado que ahora es profesor de derecho en la Universidad de Columbia planteó la cuestión en cuanto a si hay "alguna diferencia significativa entre matar a un niñito desde un avión, o por el fuego directo del arma de un soldado de infantería". Comentó que "durante la II Guerra Mundial muchos miles de infantes murieron quemados en Berlín, Tokio, Hamburgo y otras ciudades enemigas, y a estas acciones ciertamente se les consideró operaciones militares legítimas". Entonces pasó a hacer una distinción entre el matar a niños y otros civiles por bombas arrojadas desde aviones y los muertos por soldados a punta de arma de fuego.

 

Pero, ¿qué dice la Palabra de Elohim? No establece distinción entre las dos cosas. No hay tal figura de "operaciones militares legítimas". Es imposible considerar la posibilidad de que el ejército que nos defiende LANCE BOMBAS CONTRA LOS PROPIOS DEFENDIDOS (sean o no de su propio país, aún si se trata de fuerzas aliadas). Es verdad que en tiempos pasados la nación de Yisrael sirvió de ejecutora de Elohim para exterminar a los inicuos y depravados kenaanitas. Pero, ¿qué nación hoy puede mostrar algún mandato que Elohim le haya dado para que sirva como su ejecutora? Sólo Yahweh Elohim, el Dador de vida, tiene el derecho de decir bajo qué condición se puede quitar la vida humana, y por eso todas estas acciones están siendo anotadas.

 

Por supuesto, muchas personas jamás pensarían en utilizar un arma de fuego o arrojar una bomba. ¿Podrían esas personas, sin embargo, ser culpables de homicidio delante de Elohim, sin, quizás, siquiera estar conscientes de ello? Sí, podrían. ¿Cómo?

 

La ley de Elohim que fue dada a Moshe nos ayuda a entender el asunto. La ley mosaica sostenía que la muerte que fuera el resultado de negligencia criminal incurría en culpa por homicidio, y con toda lógica. Ya hemos mencionado que, si un toro corneaba a un hombre y lo mataba, el toro debía ser muerto. Pero si el dueño del toro sabía que su toro era acorneador y no lo mantenía restringido, tanto el toro como su dueño pagaban con su vida. Igualmente, trasladando al ejemplo actual, si un país no consigue controlar el alcance de sus bombas, QUE LAS RESTRINJA. De esta manera, muchos ciudadanos están, indirectamente, cargando con deudas nacionales por negligencia acerca de vidas inocentes.

 

Este es el principio de responsabilidad de comunidad (que llega a convertirse en nacional). Si uno pertenece o colabora con organizaciones que derraman sangre, favorecen la contaminación, financian otras organizaciones que hacen esas cosas, etc., entonces en virtud de su asociación participaría de su culpa por homicidio. Así, las Escrituras muestran que la entera tribu de Binyamín fue considerada responsable por la muerte de cierta mujer porque rehusó entregar a sus asesinos para que se les castigara:

 

Y el levita, el esposo de la mujer asesinada, respondió: "Mi concubina y yo vinimos a HaGuivah de Binyamín a pasar la noche. Los habitantes de HaGuivah se propusieron hacerme daño. Se reunieron contra mí alrededor de la casa por la noche; querían matarme, y ultrajaron a mi concubina hasta que murió. Así que yo agarré a mi concubina y la corté en pedazos y los envié por todas partes del territorio de Yisrael. Porque se había cometido un atroz acto de depravación en Yisrael. Ahora, todos ustedes son yisraelitas; ¡produzcan un plan de acción aquí y ahora!". Entonces se levantó todo el pueblo, como un solo hombre, y declararon: "¡No regresaremos a nuestros hogares, no entraremos a nuestras casas! (..). Así que todos los hombres de Yisrael, unidos como un solo hombre, se juntaron contra el poblado. Y las tribus de Yisrael enviaron hombres por toda la tribu de Binyamín, diciendo: "¿Qué maldad es esta que ha ocurrido entre ustedes? Vengan, entreguen a esos canallas en HaGuivah para que les demos muerte y erradiquemos el mal de Yisrael". PERO LOS BINYAMINITAS NO CEDIERON A LAS DEMANDAS DE SUS HERMANOS YISRAELITAS. (..). Porque los yisraelitas habían subido y llorado delante de Yahweh hasta la mañana. Habían consultado a Yahweh: "¿Debemos hacerle la guerra otra vez a nuestros paisanos los binyaminitas?". Y Yahweh respondió: "Marchen contra ellos". Shoftim 20:4-8, 11-13, 20:23

 

Al negarse a entregar a los asesinos, toda la tribu de Binyamín se hizo culpable de asesinato, y provocaron su casi extinción.

 

Al asociarse y respaldar estas organizaciones, se unen a ellos. Muchos no comprenden cómo, de esta manera, recibirán el justo castigo que espera a los seguidores del AntiMashíaj, por insistir en seguir la religión inventada de un grupo de falsos judíos que continúan esperando un Mashíaj propio, que no es Yahshua ha Mashíaj.

 

Los que no quieren que Elohim los encuentre culpables tienen que salirse de todas las organizaciones culturales, sociales y religiosas que no enseñan y practican los mandamientos que se señalan en su Palabra las Escrituras. Los católicos están ligados a una organización que, además del paganismo, tiene relaciones comerciales comprobadas con el negocio de armas, drogas, aborto, prostitución y pedofilia en todas partes del mundo. Si para los católicos éstas no pasan de difamaciones, debería bastarles el hecho de que el Vaticano tenga un Banco propio, contradiciendo todo mandamiento de pobreza que pretenden hacer cumplir a los demás.

 

A los ojos de Elohim, el mundo de HaSatán tiene las manos manchadas de sangre inocente. Sus gobiernos, representados en las Escrituras como bestias feroces, han matado a millones y millones de personas, entre ellas muchos siervos de Yahweh.

 

Muchos imperios mercantiles e instituciones científicas han colaborado con las potencias políticas para crear las armas más espantosas que puedan imaginarse, sacando ganancias astronómicas. No hay duda: "el mundo entero yace en el maligno" (Yahanan Alef 5:19).

 

Sin embargo, los seguidores de Yahshua pueden vivir libres de culpa de derramamiento de sangre, tanto a nivel individual como colectivo. ¿Por qué? Porque "no somos parte del mundo", si es que en verdad andamos en Sus caminos y nos esforzamos día a día por vivir vidas separadas para Él.

 

Antes de encontrar a Mashíaj y que el Ruaj nos moviera hacia estos caminos en que hoy avanzamos, de restauración, todos apoyábamos, de una manera u otra, al mundo dominado por HaSatán. Por eso compartíamos, en cierta medida, su culpa. Sin embargo, tomamos un nuevo camino, pusimos fe en el sacrificio de Mashiaj y dedicamos la vida a Elohim. el Ruaj vino y nos movió a comprender muchas cosas, como aún es el caso que nos convence de errores todos los días y nos ayuda a limpiarnos de las levaduras de siglos de negligencia, paganismo y tradiciones humanas, pero también de aceptación de un mundo que promueve como buenas tantas cosas que hoy comprendemos son malas. Si en lugar de negarnos a escuchar Su voz, atendemos y obedecemos, por difícil que resulte, nos beneficiamos con Su misericordia y protección espiritual, "tiempos de refrigerio de la presencia de Yahweh" (MaAseh 3:19). Esta protección nos recuerda a las ciudades de refugio, son como un oasis donde los creyentes podemos vivir en medio del mundo satánico.

 

bottom of page