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CLE02 53

El Octavo Mandamiento 01 - ''No Robarás''

No deberíamos tener muchos problemas para entender este mandamiento. Hurtar es apropiarnos sin permiso de algo que pertenece a otra persona. Pero ¿qué prohíbe Elohim en este mitzvah? Yahweh prohíbe no solamente el robo:

 

¿No saben que los injustos no heredarán el reino de Elohim? No se engañen... ni los ladrones, ni los avaros... heredarán el reino de Elohim. Qorintiyim Alef 6:9-10

 

¡Ay de ti, que saqueas, y nunca fuiste saqueado; que haces deslealtad, bien que nadie contra ti la hizo! Cuando acabes de saquear, serás tú saqueado; y cuando acabes de hacer deslealtad, se hará contra ti. YeshaYah 33:1

 

También llama robo a todos los medios malos y engaños con los cuales tratamos de apoderarnos del bien de nuestro prójimo:

 

Las multitudes le preguntaban: "Y ¿qué vamos a hacer?". Él les respondía: "El que tiene dos túnicas que le dé al que no tiene, y el que tiene comida haga lo mismo". También fueron unos publicanos para sumergirse y le preguntaron: "Rabí, ¿qué haremos nosotros?". Él les decía: "No cobren más de lo que se les ha ordenado". También unos soldados le preguntaron: "Y nosotros, ¿qué haremos?". Él les dijo: "No hagan extorsión ni denuncien falsamente a nadie, y conténtense con sus salarios". Luka 3:10-14

 

...que ninguno agravie ni engañe en nada a su hermano; porque el Adón es vengador de todo esto, como ya les hemos dicho y testificado. Tesaloniyim Alef 4:6

 

Ya sea por la fuerza o con apariencia de derecho, como son el peso falso o la mala mercadería:

 

Las balanzas falsas son una abominación a Yahweh; la balanza honrada le agrada. Mishlei 11:1

 

Pesas y balanzas honradas son de Yahweh; todas las pesas en la bolsa son obra suya. Mishlei 16:11

 

Así ha dicho Adonay Yahweh: "¡Basta, oh gobernantes de Yisrael! Aparten la violencia y la destrucción; actúen según el derecho y la justicia; dejen de expulsar de sus propiedades a mi pueblo, dice Adonay Yahweh. Tengan balanzas justas, efá justo y bato justo. Yahjezquel 45:9-10

 

No tengas en tu bolsa pesas alternas, una más grande y una más pequeña. No tengas en tu casa medidas alternas, una más larga y otra más corta. Debes tener pesas completamente honradas y medidas completamente honradas, si quieres durar mucho en el suelo que Yahweh tu Elohim te está dando. Porque todo el que hace esas cosas, todo el que negocia con engaño, es aborrecible para Yahweh tu Elohim. Devarim 25:13-16

 

También la moneda falsa, la usura, o por cualquier otro medio prohibido por Elohim.

 

¿Quién morará en tu monte santo? (...) el que presta su dinero sin exigir intereses... Mizmor 15:5

 

Ustedes, en cambio, amen a sus enemigos y hagan el bien y presten sin esperar ningún provecho... Luka 6:35

 

Además, prohíbe toda avaricia y todo uso inútil de sus dones. Cada uno de estos aspectos está atestiguado por textos de ambos testamentos.

 

Hurtar viola la ley de Elohim sobre la propiedad. La primera norma que Elohim dio al hombre está relacionada con la propiedad. Cuando puso a Adam en el huerto del Eden le mandó que "lo guardase" (Bereshit 2:15-17). Esto establece por primera vez el principio de la propiedad. Después, en el resto del Tanaj, Elohim enseña a su pueblo la diferencia entre poseer y robar. La ley de la propiedad reconoce que unos tienen más que otros, pero todo el mundo es propietario de algo. Este principio queda claro cuando Kefá recordó a Ananías que mientras retuviera la propiedad en su poder podía hacer con ella lo que quisiera.

 

Entonces Shimón Kefá le dijo: "Jananyah, ¿cómo es que el Satán invadió tu corazón para que mintieras al espíritu de santidad y retuvieras secretamente parte del precio del campo? Si se quedaba sin vender, ¿no seguía siendo tuyo? Y después de vendido, ¿no estaba el precio en tu poder? ¿Cómo es que se te ha ocurrido una cosa así en tu corazón? No has mentido a los hombres sino a Elohim". MaAseh 5:3-4

 

El pecado no consistió en que se guardara parte del dinero de la venta, sino que mintiera a Elohim. Yahshua, en algunas de las parábolas, toma como referencia el derecho sobre la propiedad (Luka 15). Si todo el mundo tiene alguna posesión y Elohim reconoce este hecho, por muy pequeña que sea, apoderarse de ella a la fuerza o con engaño significa violar este derecho que Elohim nos ha dado. Sin embargo, ciertas posesiones pueden haber sido obtenidas ilegalmente o inmoralmente.

 

Hurtar es también el deseo de conseguir algo a cambio de nada, aprovecharse del esfuerzo de otros sin costo alguno para el ladrón, salvo si es sorprendido y detenido. Es el ruaj codicioso del que nos habla Agur y por las comparaciones vemos que nunca está satisfecho:

 

La sanguijuela tiene dos hijas: "Dame" y "Dame". Hay tres cosas que son insaciables; porque nunca dicen: "Basta": la Fosa, un vientre estéril, la tierra que no consigue suficiente agua, y el fuego que nunca dice: "Basta". Mishlei 30:15-16

 

Robar es pecado porque revela un ruaj codicioso que dice: "¡Dame! ¡Dame!". El robo es la sanguijuela de la sociedad, y no me refiero aquí únicamente al robo a mano armada, sino al que cometen tantos políticos y empleados gubernamentales de todo nivel, entre otros.

 

Hurtar también genera violencia. Las leyes humanas distinguen entre robo, robo con allanamiento (al penetrar en una casa) y robo con agravantes (con intimidación). El segundo tipo siempre conlleva un atentado a la propiedad y el tercero siempre va acompañado de la violencia. Yaakov lo resume perfectamente:

 

¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre ustedes? ¿No surgen de sus mismas pasiones que combaten en sus miembros? Codician y no tienen; matan y arden de envidia, pero no pueden obtener. Combaten y hacen guerra. No tienen, porque no piden. Santiago 4:1-2

 

Todas las guerras son causa de la codicia, ya sea de poder, posesiones o principios; codiciamos algo y estamos dispuestos a pelear por ello. Y en ocasiones, lamentablemente, estos síntomas también aparecen en la Congregación cuando alguno codicia algo y está dispuesto a cualquier cosa para conseguirlo. También comprobamos que la mayoría de los ladrones van armados y están dispuestos a matar para apoderarse, en ocasiones, de alguna cosa insignificante. Una cosa lleva a la otra. Por otro lado, la respuesta al robo engendra igualmente violencia. La primera reacción de una persona a la que le han robado es la venganza. Por eso las leyes humanas limitan la agresión del que defiende sus propiedades, tal como sucedía en el Tanaj (Shemot 22:2-3) en que Elohim tuvo que poner límite a la reacción violenta que el robo suscita.

 

 

¿Qué convierte a alguien en un ladrón? El deseo de tener lo que no le pertenece. Ese deseo puede volverse tan fuerte que hasta lleve a gente buena a hacer cosas malas. En algunos casos, quienes se hacen ladrones nunca se arrepienten ni vuelven a hacer lo bueno. Una de esas personas fue un apóstol de Yahshua que se llamaba Judas Iscariote.

 

Judas sabía que robar era malo, porque le habían enseñado la Ley de Elohim desde niño. Cuando Judas creció, conoció al Adón y se convirtió en discípulo suyo. Yahshua y sus apóstoles viajaban y comían juntos. Todo el dinero del grupo se guardaba en una caja, y Yahshua se la dio a Judas para que la cuidara. Por supuesto, el dinero no le pertenecía a Judas. Pero Judas comenzó a sacar dinero de la caja.

 

Miriam, la hermana de Lázaro, tomó aceite de la mejor calidad y lo derramó sobre los pies de Yahshua. Pero Judas se quejó. Dijo que ese aceite se debería haber vendido para dar el dinero a los pobres. En realidad, lo que él quería era tener más dinero en la caja para poder robarlo (Yahanan 12:1-6).

 

Yahshua le dijo a Judas que dejara tranquila a Miriam, que había sido tan bondadosa. A Judas no le gustó que Yahshua dijera aquello, por eso fue a donde estaban los sacerdotes principales, los enemigos de Yahshua, y entregó a su Adón a cambio de 30 monedas de plata.

 

Otro fue Akán, que vivió en la época de Moshe, en el desierto. Akán vio un vestido hermoso, una barra de oro y algunas piezas de plata. Ninguno de esos objetos le pertenecía. Las Escrituras dice que eran de Yahweh porque el pueblo de Elohim se los había quitado a sus enemigos. Pero Akán los deseaba tanto que los robó (Yahoshúa 6:19; 7:11, 20-22).

 

Otro ejemplo. Un día, David observó a una hermosa mujer llamada BatSheva. Siguió mirándola y pensando en traérsela a su casa para estar con ella. Sin embargo, era la esposa de Urías. ¿Qué debería haber hecho David? David debería haber dejado de pensar en BatSheva, pero no lo hizo. Así que se la llevó a su casa y se encargó de que mataran a Urías. ¿Por qué hizo David aquellas cosas malas? Porque deseó a una mujer que era de otro hombre (Shemuel Bet 11:2-27).

 

Como David se arrepintió, Yahweh le permitió seguir con vida. Pero desde entonces, tuvo muchos problemas. Su hijo Avshalom quiso robarle el puesto de rey. Cuando la gente iba a ver a David, Avshalom los abrazaba y los besaba. Las Escrituras dice: "Avshalom siguió robándose el corazón de los hombres de Yisrael". Finalmente consiguió que aquellas personas quisieran que él fuera rey en lugar de David (Shemuel Bet 15:1-12).

 

¿Y qué fue lo que quiso el primer ladrón, HaSatán? Quiso que la gente lo adorara a él en vez de a Elohim. De manera que HaSatán estaba robando cuando hizo que Adam y Javá le obedecieran.

 

 

La Ley De La Restitución

 

Shemot 22 es el capítulo más básico que revela la mente de Elohim con respecto al robo. Los primeros cuatro pasukim dicen:

 

Cuando alguien robe un buey o una oveja, y lo mate o lo venda, pagará cinco bueyes por el buey, y cuatro ovejas por la oveja. Si al ladrón lo sorprenden forzando su entrada y lo matan a golpes, no hay culpa de asesinato en este caso. Si ha salido ya el sol, hay culpa de asesinato en ese caso. Él tiene que hacer restitución; si no tiene los medios, será vendido por su robo. Pero si lo que robó –sea buey, o asno, u oveja– se encuentra vivo en su poder, pagará el doble. Shemot 22:1-4

 

Quien es encontrado culpable de robo (atrapado en el acto o con el producto del hurto) debe pagarle a su víctima doble restitución (Shemot 22:4). Es decir, debe devolver lo que es robado y luego pagar a su víctima un segundo artículo (o su equivalente monetario). Por lo tanto, lo que pretendía robar a su víctima vuelve sobre su propia cabeza, como si su víctima le hubiera robado el mismo artículo.

 

Como podemos ver, el principio de restitución es siempre doble en las Escrituras, ya que ya hemos visto que en el caso de asesinato la pena es la muerte, "vida por vida".

 

La víctima, en esencia, le hace al ladrón lo que el ladrón le hizo a él. Así es como Elohim mide la justicia. Cuanto mayor es el delito, mayor es el pago de restitución. El juicio siempre encaja con el crimen.

 

Sin embargo, si un ladrón no puede devolver lo que ha sido robado, ya sea porque ya lo vendió o lo mató, entonces el ladrón debe pagar cuatro veces (Shemot 22:1). La ley se revela en términos de ovejas, porque eso era fácil de entender en aquellos días.

 

La ley también dice que si un hombre roba un buey (y no puede devolverlo con vida), deberá restaurarlo cinco veces (Shemot 22:1). Esto se debía a que un buey era una herramienta de trabajo del hombre. En aquellos días, el buey era el tractor de un hombre, y sin él no podía realizar su trabajo de campo. Por lo tanto, robar el buey de un hombre provocaba más daño que robar una oveja, por lo que la pena era mayor.

 

En caso de robo, un jefe de familia no era responsable si mataba a un ladrón en la noche (Shemot 22:2-3). Esto era porque era probable que no pudiera ver si el ladrón estaba armado y era peligroso. Pero si se encontraba con el ladrón durante el día, no era lícito matarlo, a menos que, por supuesto, representara una amenaza directa, en cuyo caso podría ser asesinado en defensa propia.

 

Estas son las leyes básicas de la restitución que se encuentran en las Escrituras y en la mente de Elohim.

 

En el B'rit Hadashá, leemos que un recaudador de impuestos llamado Zaqueo se arrepintió de su pecado de recaudar más impuestos de lo que se debía.

 

Entonces Zakay, puesto en pie, le dijo al Adón: "Mira, Adón, la mitad de mis bienes le doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado". Luka 19:8

 

Zaqueo entendió la ley en Shemot 22, y sabía que así era como un hombre debía arrepentirse de su pecado de robo. En el mundo de la congregación sin ley de hoy, hemos llegado a esperar gracia sin arrepentimiento o arrepentimiento sin restitución. Pero Yahshua reconoció la fe en el corazón de Zaqueo por su disposición a pagar la restitución.

 

 

Negativa A Pagar Restitución

 

Si un ladrón se negaba a pagar la restitución como lo exige la ley, podría ser condenado a muerte por su falta de arrepentimiento:

 

...y comparece ante los sacerdotes levíticos, o ante el magistrado a cargo en ese momento, y preséntale tu problema. Cuando ellos te anuncien el veredicto en el caso, tú llevarás el veredicto que se te anuncie en ese lugar que escoja Yahweh, observando escrupulosamente todas las instrucciones que se te den. Debes actuar en armonía con las instrucciones que te den y las reglas que te entreguen; no debes desviarte del veredicto que te anuncien ni a la derecha ni a la izquierda. Si un hombre actúa presuntuosamente y desatiende al sacerdote encargado de servir allí a Yahweh tu Elohim, o al magistrado, ese hombre debe morir. Así eliminarás el mal de Yisrael: todo el pueblo oirá y tendrá temor y no actuará presuntuosamente otra vez. Devarim 17:9-13

 

Ese hombre no sería condenado a muerte por el robo original, sino por desobediencia al tribunal, al negarse a arrepentirse y restituir. Por supuesto, no es probable que un hombre persistiera en su negativa a pagar la restitución si realmente entendiera que la consecuencia sería la pena de muerte. Es por eso que Devarim 17:13 dice:

 

Entonces todas las personas oirán y tendrán miedo, y no volverán a actuar presuntuosamente.

 

Si un hombre es declarado culpable de pecado pero está convencido de su inocencia, el procedimiento adecuado sería someterse a la decisión del tribunal, pero apelar el caso ante el Tribunal Divino y dejar que Elohim investigue y emita un veredicto desde Su Trono. Yahshua hizo esto cuando se sometió como un cordero a la matanza, sabiendo que el Padre lo justificaría. La prueba se encontraría en Su resurrección y ascensión al trono.

 

 

El Beneficio Del Arrepentimiento

 

El Tercer Mandamiento proporciona una manera de apelar por la justicia de Elohim en los casos en que la justicia en la tierra no es posible. Si un hombre roba a su vecino y no hay un testigo que demuestre su culpabilidad, la víctima tiene el derecho de apelar su caso ante la Corte Suprema del Cielo y esperar que Elohim administre la justicia a su manera y en su propio tiempo.

 

Pero, ¿y si un ladrón se arrepiente y confiesa su pecado, aunque no haya testigos que lo condenen? Normalmente, a un ladrón se le exigiría pagar al menos el doble de restitución a su víctima. Como ya hemos demostrado, algunas restituciones fueron cuádruples e incluso quíntuples. Sin embargo, un ladrón arrepentido debe pagar sólo una quinta parte de la restitución (junto con la devolución de los artículos robados, por supuesto).

 

"Habla a los yisraelitas: "Cuando un hombre o una mujer cometa alguna falta contra otra persona, siendo así infiel a Yahweh, y esa persona reconozca su culpa, confesará la falta que ha cometido. Hará restitución de la suma principal y le añadirá una quinta parte, dándosela a quien haya perjudicado. Bamidbar 5:6-7

 

Este pasaje se encuentra a pocos pasukim antes de la ley de los celos. Estas leyes se agrupan para mostrar ejemplos de pecado sin testigos. En cada caso, a una persona se le pide que confiese si es culpable, pero como no hay pruebas suficientes para establecer la culpa en una corte terrenal, estos casos deben manejarse de manera diferente. Si no confiesa su pecado, entonces se le puede pedir a cualquier sospechoso que haga un juramento de inocencia en la Corte Divina. Pero si un pecador se arrepiente y confiesa su pecado, paga sólo una quinta parte del valor del artículo robado como restitución.

 

 

La Propiedad Trae Responsabilidad

 

La mayoría de los casos de robo son obvios para las personas hoy en día, pero hay algunos casos que son más oscuros a menos que estudiemos la ley. Por ejemplo, ¿qué sucede si una fogata se sale de control y quema campos que son propiedad de otros? Esto no es exactamente un robo (a menos que se haga deliberadamente, por supuesto), por lo que Shemot 22:6 nos dice que en caso de tales accidentes, el que inició el incendio sólo es responsable de reemplazar o pagar por los daños.

 

Cuando alguien haga un fuego y este se extienda a las malezas, de manera que consuma el grano amontonado, o el que está en la espiga, o toda la siembra, el que comenzó el fuego debe hacer restitución.

 

Específicamente, el que enciende el fuego es responsable de él mientras el fuego esté vivo. Como propietario (al crear el fuego), es responsable de todos los daños a la propiedad de otros hombres.

 

Hay otros casos donde la propiedad trae responsabilidad.

 

Cuando alguien destape un pozo, o cave un pozo y no lo tape, y un buey o un asno caiga en él, el responsable por el hoyo deberá hacer restitución; le pagará el precio al dueño, pero se quedará con el animal muerto. Shemot 21:33-34

 

En otras palabras, uno no puede simplemente culpar al buey o al burro por caer en el pozo por estupidez o descuido. La muerte del animal es su propio juicio, pero el propietario del pozo es responsable, así como el que enciende un incendio es responsable de cualquier daño que el fuego pueda causar a la propiedad de otros hombres.

 

Otro caso similar es el que se encuentra en Shemot 22:5:

 

Cuando alguien suelte sus animales para que pasten en el terreno de otro, y permita así que se despoje un campo o una viña, debe hacer restitución por lo mejor de ese campo o viña.

 

No está claro si la intención de esta ley se refiere a un acto intencional o no intencional. De cualquier manera, sin embargo, el propietario es responsable y debe pagar la restitución por las acciones de su animal. Puede afirmar ignorancia, pero sigue siendo responsable como el dueño del buey.

 

 

Abuso De Confianza

 

Otro caso es cuando un hombre puede confiarle a su vecino sus bienes mientras sale de la ciudad. Si un ladrón vino y robó esa propiedad encomendada, ¿se debe responsabilizar al vecino?

 

Cuando alguien le dé dinero o valores a otro para que se los guarde, y los roban de la casa de la persona –si encuentran al ladrón, este pagará el doble; si no encuentran al ladrón, el dueño de la casa depondrá delante de ha'Elohim que él no le ha puesto la mano encima a la propiedad del otro. En toda acusación de apropiación ilegal –relativa a un buey, un asno, una oveja, un vestido, o a cualquier otra pérdida, en la que una parte alega: "Esta es"– el caso de ambas partes vendrá delante de ha'Elohim: aquel a quien Elohim declare culpable le pagará el doble al otro. Shemot 22:7-9

 

Tengamos en cuenta también que a los jueces se llaman elohim. Esto se debe a que representan al Creador y su gobierno en la administración de su ley. Elohim en estos casos es alguien que está en una posición de poder o autoridad sobre los demás. El Creador tiene este título, pero también se aplica a aquellos bajo Él en posiciones de gobierno.

 

Los casos como éste a menudo son difíciles de saber si un vecino efectivamente ha robado la propiedad encomendada, o si un ladrón la robó de su casa sin su conocimiento. Si hay evidencia, entonces los jueces debían juzgar de acuerdo con ella. Sin embargo, si faltaban pruebas, el caso se remitiría a la Corte Suprema del Cielo mediante un juramento, como dicen los siguientes pasukim:

 

Cuando alguien le dé a otro un asno, un buey, una oveja, o cualquier otro animal para que se lo cuide, y se muera o resulte herido o se lo lleven sin que haya testigo, un juramento delante de Yahweh decidirá entre los dos que uno no le echó mano a la propiedad del otro; el dueño debe aceptar eso, y no se hará restitución. Shemot 22:10-11

 

Como dice Ivrim 6:16, "un juramento como confirmación es el fin de toda disputa". Si el vecino hace un juramento de inocencia pero es realmente culpable, viola el Tercer Mandamiento, y Elohim mismo juzgará el caso por su cuenta.

 

En la ley de Hammurabi, cada vez que alguien depositaba dinero o bienes con otra persona, tenía que tener un recibo de depósitos y testigos, sin los cuales no podía reclamar su propiedad. Esta ley parece estar en el contexto de un banco comercial o negocio de almacenamiento hecho con fines de lucro. Bajo la Ley de las Escrituras, si una persona utilizara un banco o una empresa de almacenamiento, debe asegurarse de poder demostrar de alguna manera que los bienes son suyos, para protegerse contra posibles robos por parte del empresario. Sin embargo, si la identificación pudiera hacerse de manera positiva, una persona no necesitaría un recibo de depósito y testigos. Según la ley de Hammurabi, parecería que si un hombre perdiera su recibo de depósito, perdería sus bienes sin importar cuántos testigos pudieran confirmar que los bienes eran suyos.

 

La ley de Hammurabi también dice que la persona que tiene la propiedad en fideicomiso es totalmente responsable si es robada mientras está en su poder. Es su responsabilidad rastrear al ladrón, y si no puede encontrarlo a él o a la propiedad, debe pagarle al propietario en su totalidad, siempre que el propietario tenga su recibo. Esto es diferente de la Ley de Elohim, por supuesto, en que si no hay evidencia de que el fideicomisario haya robado los bienes, sólo tiene que jurar ante el tribunal que no lo robó ni ayudó al ladrón a robarlo.

 

La ley aquí no especifica qué hacer si la pérdida fue causada por el descuido del administrador. Sólo rige sobre la pérdida accidental, donde el fideicomisario no es responsable.

 

Sin embargo, en otras situaciones, cuando el descuido resulta en lesiones o pérdidas, la persona descuidada es totalmente responsable. Aplicando el principio de responsabilidad, podríamos suponer razonablemente que la pérdida de propiedad por descuido del fideicomisario es su responsabilidad, y que debe reemplazar los bienes perdidos o dañados.

 

 

Secuestro

 

La ley de Hammurabi exigía la pena de muerte si un hombre secuestraba al hijo de un hombre libre (párrafo 14). La Ley de Elohim no hace distinción entre clases de personas, diciendo en Shemot 21:16:

 

Y el que secuestra a un hombre, ya sea que lo venda o se encuentre en su poder, será condenado a muerte.

 

El secuestro exige la pena de muerte, porque no hay forma de pagar una restitución doble sin que una parte inocente pague por el delito de la parte culpable.

 

 

Objetos Perdidos

 

Si ves extraviado el toro o la oveja de tu hermano, no lo ignores; debes regresárselo a tu hermano. Si tu hermano no vive cerca de ti o no sabes quién es, te lo llevarás para tu casa y permanecerá contigo hasta que tu hermano lo reclame; entonces se lo devolverás. Debes hacer lo mismo con su asno; harás lo mismo con su vestido, y así también harás con cualquier cosa que pierda tu hermano y que tú la encuentres: no debes permanecer indiferente. Devarim 22:1-3

 

Si un hombre pierde algo, y otro lo encuentra, el buscador no puede reclamar lo que ha encontrado. Debe devolverlo al legítimo dueño. Si el propietario legítimo no puede ser localizado, él debe cuidar la propiedad hasta que el propietario venga a buscarla. Esta ley se da en términos de bueyes, ovejas, burros e incluso prendas de vestir.

 

Somos afortunados de tener esta ley, porque Elohim mismo tiene muchas "ovejas perdidas" (Yahjezquel 34:16). Cuando las encontramos, debemos cuidarlas hasta que Elohim venga a buscarlas. Las congregaciones o denominaciones que reclaman a las ovejas de Elohim como si fueran propias son culpables de robo. Deben considerarse a sí mismos como administradores y no como dueños de las ovejas perdidas. Yahjezquel 34 habla de los pastores que explotan y comen las ovejas como si fueran sus dueños.

 

Obtenemos mucha información sobre un problema serio de la congregación al comprender las leyes de las ovejas perdidas y las leyes de robo. Aquellos que se niegan a estudiar la ley por lo general se encuentran con falta de sabiduría y entendimiento que se nos ofrece en la ley y en el Octavo Mandamiento.

 

 

Objetos Prestados Dañados

 

Otro caso es si un hombre toma prestado el equipo de su vecino, y ese equipo se rompe mientras lo usa. ¿Quién es responsable de arreglar el equipo?

 

Cuando alguien le tome a otro (un animal) prestado y se le muera, o se le golpee, sin que el dueño esté con él, tiene que hacer restitución. Si su dueño estaba con él, no se necesita hacer restitución; pero si era alquilado, tiene derecho a cobrar el alquiler. Shemot 22:14-15

 

Entonces, si alguien toma prestado el equipo y se rompe, el prestatario debe repararlo antes de devolverlo, a menos que el propietario también haya sido contratado para trabajar con su propio equipo. Es importante tener la revelación de Elohim sobre esto para evitar disputas sobre la responsabilidad.

 

 

El Robo De Los Primogénitos De Elohim

 

No retendrás lo mejor del primer producto de tus lagares. Me darás el primogénito de entre tus hijos. Harás lo mismo con tu ganado y tus rebaños; siete días se quedará con su madre; al octavo día me lo darás. Shemot 22:29-30

 

Elohim reclama a todos los hijos primogénitos del hombre o la bestia. Deben ser entregados a Elohim en el octavo día. Si los hombres no lo hacen, es un crimen de robo contra Elohim. Pocos siguen esta ley hoy, porque no han escuchado esta ley.

 

Esto es parte de la ley de los primeros frutos, donde Elohim reclama los primeros frutos de la cosecha, los rebaños y las manadas, y de nuestros primogénitos hijos. Esto también profetiza de los hijos de Elohim, los vencedores, que deben ser presentados a Elohim en el momento de la primera resurrección en Hitgalut 20:4-6. La ofrenda de los primeros frutos santifica la cosecha y es la señal de que la cosecha puede comenzar.

 

Así también vemos que cuando la primera resurrección presente los hijos de Elohim al Padre, entonces comenzará la cosecha de almas más grande y más productiva. Hitgalut 20:6 indica que esta cosecha durará mil años, tiempo durante el cual el Reino de Elohim crecerá hasta que llene toda la tierra (Daniyel 2:35).

 

El conflicto histórico se ha centrado alrededor del primogénito, al menos desde los días de Moshe, cuando el Faraón ordenó que todos los hijos varones de Yisrael fueran arrojados al río Nilo (Shemot 1:22). Fue un intento satánico de matar al libertador que iba a venir.

 

Años después, en el momento del nacimiento de Yahshua, el rey Herodes, inspirado por el mismo ruaj maligno, trató de matar a los niños de Beth-Léjem. Una vez más, bebés inocentes fueron asesinados en el intento de robar al Hijo de Elohim y evitar que Él recibiera el trono de Su herencia.

 

En años más recientes, vemos que se hizo el mismo intento por la legalización del aborto en 1973. El intento es inútil, por supuesto, pero para 2013 más de 55 millones de bebés fueron asesinados por el mismo ruaj que motivó a Faraón y Herodes. Uno podría etiquetar esto como un intento de robo del primogénito (además de neto asesinato). En cualquier caso, es parte de un conflicto mayor sobre el Trono y la primogenitura.

 

 

La Usura Es Robo

 

Entre los pueblos de la antigüedad era frecuente que se cobrase un interés muy alto por los préstamos, y se castigaba con severidad a quienes no podían devolverlos. Según algunos registros antiguos, el interés que debía pagarse por el arrendamiento de un campo podía ascender a la mitad de la cosecha, y no se consideraba ilegal el que un mercader tuviese que devolver el doble de lo que pedía prestado. (Código de Hammurabi).

 

En el Yisrael de la antigüedad, sin embargo, la situación era muy diferente. Generalmente, los israelitas prestaban dinero o alimento a sus compatriotas si habían sufrido reveses económicos, y la Ley prohibía que se les exigiera el pago de interés.

 

Si le prestas dinero a los del pueblo, a los pobres entre ustedes, no actúes con ellos como un prestamista: no les exijas intereses. Shemot 22:25

 

La ley distingue entre préstamos a extranjeros y préstamos a ciudadanos que viven de acuerdo con las leyes del Reino.

 

No le cobres intereses por préstamos a tu hermano, sea en dinero, en alimento, o en cualquier otra cosa que pueda cobrarse como interés; pero puedes cobrar intereses por préstamos a los extranjeros. No debes cobrar intereses por préstamos a tu hermano, para que Yahweh tu Elohim te bendiga en todas tus empresas en la tierra en la que vas a entrar para poseerla. Devarim 23:19-20

 

El "extranjero" en este caso es alguien que vive fuera del Reino. La presunción es que esa persona vive según un conjunto diferente de leyes. En aquellos días bajo la ley de Bavel, la tasa de interés era de alrededor del 20% sobre moneda y grano. Bavel no prohibió los intereses sobre el dinero (usura). Un ciudadano del Reino no estaba obligado a prestar dinero sin interés a un extranjero que, a su vez, no veía nada malo en cobrarle a los demás intereses sobre un préstamo. Él podría ser tratado de acuerdo a su propio estándar de medida (MattiYah 7:2).

 

Si un miembro de tu pueblo se ha empobrecido, así que no se puede sostener entre ustedes, lo asistirás como lo harías con un extranjero o un residente temporal, para que pueda continuar viviendo con ustedes. No le cobres interés ni de otra forma obtengas ganancia de él, sino teme a Elohim, para que tu hermano pueda continuar viviendo con ustedes. Vayikra 25:35-36

 

En otras palabras, un hermano debía ser tratado con amor, así como uno debía tratar a un extraño o un peregrino con amor. "No le preste un interés usurero". El texto hebreo usa dos palabras separadas que significan "interés, usura". Las palabras son TARBIYTH, "porcentaje" y NESHEK, "picadura o mordedura de una serpiente, mordida", lo que implica opresión. Por lo tanto, la usura es considerada como una mordedura de una serpiente.

 

Aunque el israelita recto obedecía la ley divina respecto a prestar dinero sin cobrar interés, parece ser que la costumbre de cobrar interés se popularizó, lo que causó dificultades a los deudores necesitados.

 

Hubo un gran clamor del pueblo y de sus mujeres contra sus hermanos yahuditas. Unos decían: “Nuestros hijos y nuestras hijas son muchos; necesitamos conseguir grano para comer y vivir”. Otros decían: “Tenemos que empeñar nuestras tierras, nuestras viñas y nuestras casas para comprar grano y no pasar hambre. Y otros decían: “Hemos tomado prestado dinero contra nuestras tierras y viñas para pagar el tributo del rey”. Ahora, nosotros somos tan buenos como nuestros hermanos y nuestros hijos tan buenos como los de ellos; sin embargo, estamos sometiendo a nuestros hijos y a nuestras hijas a la esclavitud –algunas de nuestras hijas han sido ya sometidas– y no tenemos posibilidades, porque nuestras tierras y viñas están en poder de otros”. Yo me enojé muchísimo cuando escuché su clamor y estas quejas. Después de meditar el asunto cuidadosamente, censuré a los nobles y a los prefectos, diciéndoles: “¿Ustedes están cobrando los préstamos que les hicieron a sus hermanos?” Luego congregué contra ellos una gran asamblea, y les dije: “Nosotros hemos hecho todo lo posible por rescatar a nuestros hermanos yahuditas que habían sido vendidos a los gentiles; ¡ahora ustedes van a vender a sus hermanos, para que tengamos que comprarlos otra vez! Ellos se quedaron callados, pues no encontraron qué responder. Y yo continué: “Lo que ustedes están haciendo no está bien. Ustedes deben actuar con respeto a nuestro Elohim, para no darles a nuestros enemigos de las naciones motivos para que nos reprochen. También yo, mis hermanos y mis criados tenemos reclamos de dinero y grano contra ellos. ¡Abandonemos ahora esos reclamos! Devuélvanles enseguida sus tierras, sus viñas, sus olivares y sus casas, y [abandonen] los reclamos que les están haciendo por las cien piezas de plata, por el grano, por el vino y por el aceite. Ellos respondieron: “Se lo devolveremos y nada les exigiremos; haremos como tú dices”. Convoqué a los sacerdotes y les hice jurar que cumplirían esa promesa. NehemYah 5:1-12

 

...(si) presta con usura o cobra intereses, ¿vivirá tal hijo? ¡No vivirá! Si hace todas estas abominaciones, morirá irremisiblemente; su sangre recaerá sobre él. Yahjezquel 18:13

 

En ti (Yahrushalayim) reciben soborno para derramar sangre. Cobras usura e intereses, y te aprovechas de tu prójimo con extorsión. Te has olvidado de mí, dice Adonay Yahweh. Yahjezquel 22:12

 

Las Escrituras censuran al que rehúsa devolver un préstamo:

 

El malvado pide prestado y no paga; el justo es generoso y sigue dando. Mizmor 37:21

 

...y a la vez animan a prestar a los necesitados:

 

Sin embargo, si hay una persona necesitada entre ustedes, uno de tus parientes en cualquiera de tus asentamientos en la tierra que Yahweh tu Elohim te está dando, no endurezcas tu corazón ni cierres tu mano contra tu pariente necesitado. Más bien, debes abrir tu mano y prestarle lo suficiente para cualquier necesidad. Cuídate de abrigar este bajo pensamiento: “El año séptimo, el año del perdón, se acerca”, de modo que seas tacaño con tu pariente necesitado y no le des nada. Él clamará a Yahweh contra ti, e incurrirás en culpa. Dale algo enseguida y no te pese cuando lo hagas, porque a cambio Yahweh tu Elohim te bendecirá en todos tus esfuerzos y en todas tus empresas. Porque nunca dejará de haber necesitados en tu tierra, por lo cual te mando: ábrele tu mano al pariente pobre y necesitado en tu tierra. Devarim 15:7-11

 

En todo tiempo es generoso, y presta, su linaje es una bendición. Mizmor 37:26

 

Todo le va bien al hombre que presta generosamente, que maneja sus asuntos con equidad. Nunca será conmovido; al benévolo lo recuerdan siempre. Mizmor 112:5-6

 

El que es generoso con el pobre le presta a Yahweh; él le pagará a su debido tiempo. Mishlei 19:17

 

 

Esta prohibición bíblica de la usura se reconoció en el año 529 EC, cuando el emperador Justiniano reformó completamente el sistema legal del Imperio Romano y lo modificó, como mejor entendió, para ajustarse a la ley bíblica. La ley de Justiniano se convirtió en la base del derecho europeo durante más de mil años. Sin embargo, el papado permitió que los judíos prestaran dinero a intereses, e incluso la Iglesia les prestó dinero regularmente a lo largo de los siglos. Ocasionalmente, la Iglesia usaría la ley que prohíbe la usura para justificar la cancelación de las deudas.

 

La Iglesia debería haber tenido un estándar de medida para todos los hombres, incluidos los judíos, pero esto no se hizo (como tantas otras cosas). Esta debilidad e inconsistencia eventualmente dio paso a la legalización de la usura en la Iglesia misma. Esto ocurrió después del Tratado de Letrán en 1929.

 

El Papa Pío XI hizo un tratado con Mussolini que estableció a la Ciudad del Vaticano como un Estado de la ciudad. Mussolini pagó al Vaticano $90 millones para compensar a la Iglesia por su pérdida de los Estados Papales en 1870. Las inversiones de la "donación de Mussolini" aumentaron a $ 2 mil millones para 1939. El dinero se utilizó para crear el Instituto de Agencias Religiosas (el Banco del Vaticano) el 27 de junio de 1942. El Vaticano comenzó a ejercer la práctica regular de la usura. La usura fue quitada silenciosamente de su lista de pecados.

 

Por medio de la usura, los banqueros han ganado un enorme poder sobre los gobiernos, esclavizando a las personas sin su conocimiento. Tal es el resultado de despenalizar el pecado. Las naciones están bajo la maldición de la ley que se encuentra en Devarim 28:43-45:

 

El extranjero en tu medio se alzará sobre ti cada vez más alto, mientras tú te hundes cada vez más bajo: él será tu acreedor, pero tú no serás su acreedor; él será la cabeza y tú la cola. Todas estas maldiciones te caerán, te seguirán y te alcanzarán, hasta que quedes eliminado, porque no le hiciste caso a Yahweh ni guardaste los mandamientos y las leyes que te ordenó.

 

También se debe mencionar que si configuramos una cuenta que genera intereses en un banco o alguna otra institución financiera en este sistema babilónico actual, no es una violación de la ley bíblica. El sistema financiero de hoy es una entidad de Bavel. Por lo tanto, si le dan algún interés sobre su préstamo a un banco, es como prestarle dinero a un extranjero que no está suscrito a las leyes de Elohim. Son extranjeros en el sentido bíblico, por lo que no está prohibido obtener intereses sobre dichas cuentas bancarias o anualidades.

 

 

Fraude

 

Es el engaño deliberado o perversión de la verdad para inducir a otra persona a deshacerse de algo valioso que le pertenece o a renunciar a un derecho legal. El significado básico de la palabra hebrea que se traduce "defraudar" (ASHÁQ) es abusar de la fuerza, poder o autoridad sobre otros. Por eso también se traduce "oprimir". (Qohelet/Eclesiastés 4:1; YeshaYah 52:4). El verbo griego APOSTERÉO significa "privar; defraudar; despojar". (Qorintiyim Alef 7:5; Mordejai 10:19; Timotio Alef 6:5). El nombre griego DÓLOS ("fraude"; MaAseh 13:10) también se traduce "engaño", y en castellano es nuestra palabra dolo. (Mordejai 7:22).

 

El fraude sobre el que tratan las Escrituras por lo general está relacionado con los negocios. La ley de Elohim prohíbe el fraude comercial. Los yisraelitas tenían que comportarse honradamente unos con otros, y la Ley protegía específicamente al jornalero.

 

No defraudarás a tu prójimo. No cometerás robo. La paga del obrero no quedará en tu poder hasta la mañana. Vayikra 19:13

 

No abuses de un obrero necesitado y pobre, sea hermano o extranjero en una de las comunidades de tu tierra. Devarim 24:14

 

Miren cómo clama el jornal de los obreros que cosecharon sus campos, el que fraudulentamente ustedes han retenido. Y los clamores de los que cosecharon han llegado a los oídos de Yahweh de los Ejércitos. Yaakov  5:4

 

Yahshua incluyó el mandato de no defraudar entre los "mandamientos" de Elohim.

 

"Tú conoces los mandamientos: No cometas asesinato, no cometas adulterio, no robes, no des falso testimonio, no defraudes, honra a tu padre y a tu madre". Mordejai 10:19

 

Asimismo, en las Escrituras se consideran fraudulentas las formas falsas de religión. Shaúl condenó al hechicero Elimas por practicar el fraude y la maldad al "torcer los caminos correctos de Yahweh", lo que resultó en que fuese herido con ceguera (MaAseh 13:8-11). Las falsas religiones roban el espacio a la única verdadera, la adoración de Yahweh nuestro Creador.

 

Las Escrituras condenan con frecuencia el fraude y las prácticas fraudulentas, a la vez que señalan que Elohim juzgará a los defraudadores y librará a su pueblo de ellos.

 

No pongas tu confianza en la extorsión, no pongas la lujuria en el robo; aunque la riqueza aumente, no pongas el corazón en ellas. Mizmor 62:10

 

El que retiene lo que se le debe al pobre ofende a su Hacedor, el que le muestra piedad al necesitado lo honra. Mishlei 14:31

 

El que oprime al pobre para aumentar sus ganancias, o que da al rico, ciertamente se empobrecerá. Mishlei 22:16

 

Un príncipe sin discernimiento es un opresor cruel, pero uno que odia la avaricia prologará su vida. Mishlei 28:16

 

Ay de los que planean perversidad y proyectan el mal en sus camas; cuando llega la mañana lo ejecutan, porque tienen el poder. Codician los campos y se los roban; las casas, y las cogen. Defraudan a los hombres de sus casas, y a la gente de sus tierras. MijaYah 2:1-2

 

 

Justicia En Las Actividades Económicas Y Laborales

 

¿Por qué debe interesarnos la justicia en las actividades económicas y laborales?

 

Cuando Yahshua dijo: "No de pan solamente debe vivir el hombre", dio por sentado que necesitamos alimentarnos (Luka 4:4; Devarim 8:3). En la mayoría de los casos, esto implica que uno mismo, o alguien de la familia, tiene que trabajar para conseguir el sustento. Así sucedía entre los siervos de Elohim de la antigüedad. Algunos trabajaban por cuenta propia, como los agricultores, los tejedores, los ebanistas o los alfareros. Otros, sin embargo, eran patronos, y contrataban obreros cuando llegaba la cosecha y cuando había que elaborar harina, aceite de oliva o vino. También había comerciantes, dedicados a la compraventa de bienes, y otros prestaban distintos servicios, como los techadores y los músicos (Shemot 35:35; Devarim 24:14, 15; Melajim Bet 3:15; 22:6; MattiYah 20:1-8; Luka 15:25).

 

Es cierto que los procedimientos técnicos pueden parecer distintos, pero el criterio de Yahweh sobre las actividades que realizamos es el mismo. En los mensajes que transmitió por boca de los profetas, Elohim indicó que espera que su pueblo se comporte con rectitud en todas esas facetas de la vida. Examinemos algunas indicaciones sobre este tema y pensemos en formas de demostrar la justicia divina.

 

Elohim declaró mediante MalajiYah:

 

Pero antes me adelantaré a contender contra ustedes, y actuaré como un acusador implacable contra los que no me tienen respeto: los que practican hechicería, que cometen adulterio, que juran falsamente, que le roban a los obreros su salario, y que pervierten (la causa de) la viuda, el huérfano, y el extranjero, dijo Yahweh de los Ejércitos. MalajiYah 3:5

 

Yahweh censuró a quienes trataban injustamente a sus empleados o asalariados. ¿Era muy grave aquel pecado? Pues bien, Elohim lo puso al mismo nivel que la hechicería, el adulterio y la mentira, y los creyentes sabemos que Él condenará a los "fornicadores y los que practican hechicería (...) y todos los mentirosos" (Hitgalut 21:8).

 

Lo que ocurría en el trabajo no era una simple cuestión de ética humana; estaba implicada la justicia de Yahweh.

 

En su parábola sobre los jornaleros de una viña, Yahshua ha Mashiaj reconoció que el propietario tenía el derecho de fijar la retribución y las condiciones laborales (MattiYah 20:1-7, 13-15). Al mismo tiempo, hay otro detalle significativo en esa parábola: todos los obreros recibieron un denario, es decir, la paga diaria convenida, sin importar que hubieran trabajado la jornada completa o no. También observamos que el dueño no se aprovechó de los jornaleros para aumentar sus propias ganancias (YirmeYah 22:13).

 

Si contratamos a una persona, ¿por qué debemos preocuparnos de que reciba el trato debido? Si poseemos un negocio y tenemos empleados, o incluso si contratamos los servicios de alguien, ¿qué puede decirse del salario, las exigencias y las transacciones económicas? ¿Se ajustan a lo que indica MalajiYah 3:5? Es bueno planteárselo, porque las Escrituras también condenan a quienes defraudan a los asalariados. Yaakov les dice que Yahweh se opone a ellos (capítulo 5). Por lo tanto, se puede afirmar con toda razón que la persona injusta en el pago del "salario del trabajador" no conoce de verdad a Yahweh, porque no imita la justicia divina.

 

Ahora veamos por qué estaba Yahweh en contra de ciertos hombres influyentes del tiempo de Hoshea:

 

Los oficiales de Yahudah han actuado como los que mudan los linderos: sobre ellos derramaré mi ira como agua. Hoshea 5:10

 

¿Qué abuso denunciaba Hoshea? Pues bien, las parcelas donde se ganaban el sustento los agricultores de Yahudá tenían los linderos, o límites, marcados con piedras o estacas. Por eso, loa que "mudan los linderos" achicaban el terreno y así privaban al labrador de parte de su medio de vida; de hecho, le estaban robando. Por lo tanto, Hoshea comparó a los príncipes de Yahudá, que deberían haber sido defensores de la justicia, a ladrones de tierra.

 

No mudes los linderos de tu vecino, establecidos por generaciones previas, en la propiedad que se te entregará en la tierra que Yahweh tu Elohim te está dando para que la poseas. Devarim 19:14

 

Maldito el que cambie los linderos de su vecino. –Y todo el pueblo dirá: "Así sea". Devarim 27:17

 

La gente remueve los linderos, roba rebaños y los apacienta; se llevan el asno de los huérfanos, y toman en prenda el buey de la viuda; a los necesitados los desvían del camino; a todos los pobres de la tierra los fuerzan a esconderse... Iyov 24:2

 

No quites los linderos antiguos que pusieron tus ancestros. Mishlei 22:28

 

El principio es válido para comerciantes, patronos, empleados y clientes, para todos los que intervienen en contratos o acuerdos. Como sabemos, algunos negociantes no quieren poner las cosas por escrito, porque creen que así les será más fácil incumplir lo prometido o exigir más de lo acordado. Otros sí firman contratos, pero con cláusulas en letra pequeña preparadas para manipular la situación en beneficio propio, aunque perjudiquen a la otra parte.

 

No mudes antiguas piedras de los linderos; no invadas el campo de huérfanos, que ellos tiene un Pariente poderoso, y Él ciertamente defenderá la causa de ellos. Mishlei 23:10-11

 

MijaYah aclara otros aspectos de la justicia:

 

¿Hay aún en casa del impío, tesoros de impiedad y medida escasa que es detestable? ¿Daré por inocente al que tiene balanza falsa y bolsa de pesas engañosas? Sus ricos se colmaron de rapiña, y sus moradores hablaron mentira, y su lengua es engañosa en su boca. MijaYah 6:10-12

 

Hoy en día no medimos los productos en efás, sino en litros, y no los pesamos en unidades antiguas, con pesas de piedra, sino en kilos. Pero el punto que transmite MijaYah sigue estando claro. Los mercaderes y negociantes de su época eran tramposos: estafaban a sus clientes con pesas y medidas alteradas. Elohim llama "inicuo" al hombre cuya "lengua es mañosa", sea al hablar o al hacer transacciones comerciales (Devarim 25:13-16; Mishlei 20:10; Amoz 8:5).

 

¿Qué puede decirse hoy de la advertencia de MijaYah sobre pesas y medidas alteradas? ¿Influye en la forma en que conducimos nuestros negocios o nos comportamos como empleados? Desde luego, debería darnos en qué pensar, porque existen muchas maneras de defraudar a los demás. Hay contratistas deshonestos que preparan el hormigón con menos cemento de lo habitual o de lo estipulado por ley. Agregar agua a la leche y otras adulteraciones son artimañas antiguas. Otros profesionales usan en las zonas ocultas materiales de una calidad que no corresponde al precio abonado. Y hay comerciantes que hacen pasar por nuevos artículos usados. Seguramente hemos oído hablar de estos y otros "trucos del oficio" utilizados para aumentar las ganancias. ¿Sentimos la tentación de emplearlos? Debemos tener siempre en cuenta que los ojos de Yahweh están sobre Sus hijos, por lo que aunque creamos que nadie nos ve, Él sí lo hace.

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