PIEDRAS VIVAS
CLE02 67
El Pacto Sellado 1
Los Hechos Físicos
Acabamos de estudiar las leyes del pacto que Elohim hizo con Yisrael. Esto se conocería como el Antiguo Pacto una vez que Mashiaj viniera y estableciera lo que se llama el Nuevo Pacto. Ambos pactos son de tipo matrimonial, con Elohim como el esposo y el pueblo como esposa (YirmeYah 2:2-3, 32-35; Efesiyim 5:25-27). Yahweh deseaba una relación de amor con su pueblo, no de amo y esclavo. Ahora bien, muchos creyentes, aún autodenominados mesiánicos pero provenientes del cristianismo, insisten en un concepto que a primera vista puede parecer correcto, pero que lleva a una conclusión errada. El cristianismo, de hecho, lleva este asunto más allá, y asegura que, como Yisrael fue infiel, ahora la Iglesia tiene una gran responsabilidad para no caer como Yisrael lo hizo, y se apoyan en Ivrim 2:1-4 para sustentar esto.
En verdad, Yisrael nunca tuvo la menor chance de no ser infiel... de la misma forma en que la iglesia actual tampoco la tuvo ni la tiene. La ley nunca fue dada para que ninguno la guardara, ni en el Antiguo ni en el Nuevo Pacto. No es a través de ningún pacto que somos salvos, sino a través de Mashíaj, QUE ES UNA PERSONA VIVA. Es a través de que Él viva en nosotros, no de que cumplamos su ley, ni siquiera de la forma en que tantos creen que hacen, cuando obedecen las cosas. La obediencia externa no puede sino conducir a todos al legalismo, no hay otro fin para ella. Hablaremos de esto un poco más adelante.
En los últimos capítulos de Shemot que hemos estudiado hemos visto cómo Yahweh presenta SU pacto al pueblo de Yisrael. A diferencia de los pactos que el Adón había hecho con Noaj y Avraham (los cuales eran unilaterales, más en forma de promesas de Elohim y por lo tanto no requerían una aceptación formal por parte de Noaj o Avraham), el que estaba haciendo con Yisrael SÍ requería una aceptación formal. Esta aceptación formal es también llamada ratificación. Así que vamos a ir al capítulo 24 para ver cómo este pacto entre Elohim e Yisrael fue formalmente ratificado.
Entonces le habló a Mosheh y le dijo: "Sube donde Yahweh, con Aharón, Nadav y Abihú, y setenta ancianos de Yisrael, e inclínense desde lejos. Solamente Mosheh se acercará a Yahweh; los demás no se acercarán, ni subirá el pueblo con él". Shemot 24:1-2
Yahweh le dice a Moshe que él, Aharón y sus dos hijos Nadav y Abihú, y los 70 líderes (probablemente los líderes de los ancianos de Yisrael), se acercaran a Elohim. No podemos estar seguros si el número 70 es preciso o es simbólico; porque en la literatura hebrea los números redondeados como éste a menudo son simbólicos. Podría ser que el número 70 fuera realmente el número real, porque es simbólico de totalidad. Esto es, este grupo representa a Yisrael completamente.
Todos deben postrarse a la distancia. Probablemente esto quiere decir que ellos no debían cruzar la línea marcada que separaba la Montaña Santa donde Elohim estaba, del piso del valle; sólo Mosheh podía cruzar esa línea y poner pie en el Monte Sinay.
Moshe subió, y cuando él regresó, fue con instrucciones de Yahweh de recitar nuevamente todas los mishpatim que Elohim le había dado a Yisrael, que nosotros vimos enumeradas en Shemot capítulos 19—23. El propósito era presentar al pueblo los TÉRMINOS del pacto; y ellos respondieron:
Mosheh fue y le repitió al pueblo todas las órdenes de Yahweh y todas las reglas; y todo el pueblo respondió a una voz, diciendo: "¡Todo lo que Yahweh ha ordenado lo haremos!". Shemot 24:3
Ahora, vamos rápidamente a repasar unos cuantos términos hebreos, davar y mishpat. Ya los estudiamos a fondo en CLE02 61 - Los Mishpatim de Yahweh 01 - Introducción. Porque donde dice en Shemot 24:3 que Moshe habló todas "las órdenes" y "las reglas" (o tal vez en sus Biblias dice "las palabras" o "leyes", o algo similar), en el hebreo original dice que lo que Moshe habló al pueblo fue los Mishpatim y las Devarim de Elohim (ha Mishpatim... ha Devarim).
Recordemos que la palabra hebrea para los Diez Mandamientos es DAVAR, justamente, "palabra". Los Diez Mandamientos son entonces ASERET HADEVARIM, en castellano, las diez palabras. Entonces, DESPUÉS de que Yisrael recibiera las 10 devarim en Shemot 20, Elohim dice, en el pasuk 1 de Shemot 21, que Él ahora le daría a Yisrael Sus MISHPATIM, Su sistema de justicia, lo que yo creo que nosotros debemos caracterizar apropiadamente como Su Besorah, como ya estudiamos. Así que como sería completamente apropiado y necesario, Moshe volvió a hablarle al pueblo los 10 Mandamientos (davar) y luego todas las mishpatim de Shemot 21-23, a la cual ellos respondieron que iban a obedecer. Esto era un procedimiento de operación común para ratificar un pacto en aquellos tiempos: Yahweh pasó sus "condiciones" a Moshe, para que Él se las leyera al pueblo, Y ELLOS ESTUVIERON DE ACUERDO.
Muchos han dicho que los yisraelitas fueron ignorantes al decir que harían todo, pero ignoran el funcionamiento de los pactos. SI LOS YISRAELITAS NO HUBIERAN CONCORDADO, SIMPLEMENTE NO HUBIERA HABIDO PACTO. Ahí se acababa todo. Ellos necesitaban (ignorantemente o no) concordar con los términos establecidos por Yahweh. Si no hubieran estado de acuerdo, el pacto no se hubiera establecido. Pero ésta era la primera parte del Plan de Yahweh, para que Mashíaj naciera DENTRO DE LA PLANTA YISRAEL. De esa manera Él estaba calificado para pagar las deudas DE TODOS LOS QUE HABÍAN FIRMADO EL PACTO, lo cual incluiría a futuro a todos los que fueron dispersados por todo el mundo, extendiendo así la salvación a los gentiles, por medio del Nuevo Pacto.
Mosheh entonces puso por escrito todas las órdenes de Yahweh. Temprano por la mañana, erigió un altar al pie del monte, con doce pilares por las doce tribus de Yisrael. Shemot 24:4
Se nos dice que Moshe escribió esas palabras; a diferencia de lo que algunos teólogos liberales quieren que nosotros creamos, el hecho es que se nos dice aquí mismo que todas las leyes dadas hasta ese momento fueron registradas, escritas, en esa ocasión, NO MÁS TARDE, O CUANDO SE ACORDARON, NI TAMPOCO QUE UNOS SACERDOTES, SIGLOS DESPUÉS, ESCRIBIRÍAN LEYES SEGÚN SUS MENTES HUMANAS Y HARÍA CREER A LA GENTE QUE ERAN MÁS ANTIGUAS. No, de ninguna manera.
Luego Moshe construyó un altar. Recordemos que un altar no es un monumento, es un lugar donde ofrecemos sacrificios. Es un lugar donde típicamente un animal es muerto ritualmente. Y Moshe también puso 12 piedras para representar las 12 tribus de Yisrael. Estas son típicamente llamadas "piedras verticales", MATSTSEBÁ (H4676), que eran un memorial usualmente relacionado con un acto de Elohim. El uso de piedras verticales era común y corriente en el Medio Este antiguo, por eso también a veces es traducida esta palabra como "ídolos" o "postes" o "columnas" (que fueron creciendo hasta llegar a los obeliscos), memoriales a falsos dioses. Acá podemos comprender que la columna no es en sí "maligna", sino que lo negativo es A QUIÉN ES LEVANTADA.
Luego nosotros vemos el ritual de sacrificio; esto es necesario y común en todos los pactos del Oriente (ver CLE01 39 - El Pacto de Sangre). Los animales eran muertos y luego los cortaban en mitades. Los pedazos del animal sacrificado eran colocados alrededor del altar, y luego usualmente, las dos partes envueltas en el pacto caminaban juntas entre medio de las partes del animal cortado. A nosotros no se nos dice si esto sucedió aquí, pero es casi inimaginable que no sucediera.
Designó algunos jóvenes de entre los yisraelitas para que presentaran ofrendas quemadas y sacrificaran bueyes como ofrendas de bienestar para Yahweh. Mosheh tomó una parte de la sangre y la puso en recipientes, y la otra parte de la sangre la roció sobre el altar. Shemot 24:5-6
Interesantemente se nos dice que algunos "jóvenes" fueron enviados a hacer el sacrificio. Muchos comentaristas dicen que era necesario que los hombres fueran jóvenes, presumiblemente porque eran fuertes, porque eran toros los que iban a ser sacrificados, y los toros eran pesados y grandes. Sin embargo, esta es la razón verdadera: los hombres jóvenes de los cuales se habla no eran simplemente cualquier "hombre joven", ellos eran los primogénitos. Nosotros vemos en este pasaje no que eran hombres fuertes levantando una carga pesada mientras que los otros realizaban el ritual; más bien ellos en realidad hacían el procedimiento de sacrificio. ¿Por qué los sacerdotes levitas no hicieron el sacrificio? Después de todo esa era su responsabilidad primaria. Respuesta simple: PORQUE EL SACERDOCIO TODAVÍA NO HABÍA SIDO ESTABLECIDO, aunque lo será en breve, como ya estudiaremos.
Antes que el sacerdocio fuera establecido, cada familia (por separado) cumplía con cualesquiera que fueran los rituales que llevaban a cabo tradicionalmente, y nosotros no sabemos precisamente en qué consistían esos rituales. El sacrificar animales y comida y objetos sagrados era normal y habitual a través de todas las culturas del Este conocidas y probablemente los yisraelitas en Egipto hacían algo similar. De hecho, sabemos que los patriarcas hacían sacrificios, son ampliamente mencionados en las Escrituras. Pero la pregunta es, ¿quién dentro de esa familia hacía esos sacrificios o rituales? Nuestra respuesta habitual sería que era el varón mayor o el padre (o tal vez el abuelo, si vivía en esa familia extendida). Pero ese no era el caso; más bien, era el hijo primogénito era el que desempeñaba esas funciones. Recordemos que primogénito no quiere decir el varón de mayor edad de una familia; sino que quiere decir el primer hijo que la esposa de un hombre tiene de él. El padre o el abuelo de esa casa no era necesariamente el primogénito, si el hijo hubiera alcanzado la edad.
Esta realidad de la vida hebrea va a jugar un papel importante más tarde en el libro de Vayikra y luego en Bamidbar. El primogénito tenía la posición del "sacerdote de la familia"; pero sólo hasta que el Adón estableciera un sacerdocio oficial (el cual saldría de la tribu de Leví, como ya estudiaremos). Una vez que este sacerdocio fuese establecido, las familias individuales ya no podrían llevar a cabo sus propios sacrificios, en sus propios altares, y a su propia manera. Significativamente, miles de primogénitos yisraelitas perdieron su valioso estatus de sacerdote de familia por causa de los ídolos. Y más tarde en la Torah nosotros vamos a encontrar una sutil mención a la renuencia de parte de las familias de abandonar sus rituales privados, y de primogénitos a renunciar a sus derechos como sacerdote de familia y entregárselo a ciertos miembros de la tribu de Leví, sobre todo en el libro de Shoftim.
Entonces tomó el registro de la alianza y se lo leyó en voz alta al pueblo. Y ellos dijeron: "¡Todo lo que ha dicho Yahweh lo haremos, y obedeceremos!". Shemot 24:7
Acá puede parecer una repetición, pero en verdad esta es la "oficialización" del pacto. La primera vez, las condiciones fueron leídas para que la gente supiera con lo que debían concordar, y ellos concordaron. Esta segunda vez, fue ya la "ceremonia oficial", y la concordancia de esta segunda vez fue la "firma", la aceptación oficial del pacto por parte del pueblo yisraelita, porque en esta segunda vez INTERVENÍA EL SACRIFICIO Y LA SANGRE.
Mosheh tomó la sangre y la roció sobre el pueblo y dijo: "Esta es la sangre de la alianza que hace ahora Yahweh con ustedes, tocante a todos estos mandatos". Shemot 24:8
Estas fueron las palabras que Yahshua citó en el momento de ratificar el Nuevo Pacto:
...porque esto es mi sangre de la alianza, la cual se derrama para el perdón de los pecados de muchos. MattiYah 26:28
Las palabras de Yahshua daban cumplimiento a la promesa del pacto dado a Moshe e Yisrael, la primera parte de la Obra del Padre.
Una parte de la sangre había sido rociada sobre el altar para purificarlo, y la otra parte de la sangre había sido puesta en tinajas, y ahora fue rociada sobre "el pueblo yisraelita". ¿La razón? Esto significaba que la sangre del pacto los incluía o los cubría a ellos.
Ahora bien, tenemos que comprender que Moshe no roció la sangre sobre cada individuo del pueblo, estaríamos hablando de varios millones de personas. Es evidente que hubieran sido necesarios demasiados animales para conseguir toda esta sangre, por lo que debemos comprender ahora CUÁL FUE LA FINALIDAD DE SEPARAR A 70 ANCIANOS. Este número representa la completitud total. Tanto el 7 como el 10 representan lo completo, pero mientras el 7 se refiere a la plenitud y la perfección en el ámbito espiritual, perfección divina, el 10 está restringido a las cosas físicas o de la tierra. 7 x 10, entonces, es la plenitud en la tierra determinada por el cielo. En este sentido, muchas veces se lo utiliza como la totalidad, como "todos". Esos 70 ancianos representaban a la totalidad de Yisrael, y ellos fueron los rociados "en nombre" de todo el pueblo.
Luego, en el pasuk 9 algo extraordinario e inesperado sucede: Elohim permite que Aharón, sus dos hijos y los 70 ancianos crucen la pared fronteriza y pongan pie en Su Santa montaña.
Entonces Mosheh y Aharón, Nadav y Abihú, y los setenta ancianos de Yisrael subieron; y vieron a Elohim de Yisrael: bajo sus pies había una semejanza de un pavimento de zafiro, como el mismo cielo en pureza. Sin embargo Él no levantó la mano contra los dirigentes de los yisraelitas; ellos contemplaron a ha'Elohim, y comieron y bebieron. Shemot 24:9-11
Primero les había ordenado que no ultrapasaran los límites, y ahora les permitía hacerlo. ¿Por qué? PORQUE LA SANGRE DE ESE SACRIFICIO DEL PACTO HABÍA HECHO EXPIACIÓN POR LOS PECADOS DE LA GENTE, Y AHORA SUS REPRESENTANTES PODÍAN ACERCARSE A ELOHIM. Esto es EXACTAMENTE igual con nosotros y Mashiaj: cuando nosotros aceptamos a Yahshua como nuestro Adón y Salvador, somos espiritualmente "rociados" con Su sangre, es decir, cubiertos con Su sangre, y AHORA nosotros podemos acercarnos a Elohim, puros ante Sus ojos, mientras que antes no podíamos.
Y dice que ellos vieron a Elohim. Aunque, considerando que "ningún hombre puede ver a Elohim y vivir", y que la descripción de lo que ellos vieron es algo muy similar a lo que Yahanan 1400 años más tarde iba a ver (esa es, el área, donde Elohim estuvo parado y se pavimentó con piedras preciosas) esto debió de haber sido una visión. Muchos estudiosos dicen que lo que sucedió aquí probablemente sea bastante similar a lo que sucedió con Avraham en el momento de cortar el pacto que Elohim hizo con él... una manifestación visual de Elohim en la forma de un humeante crisol del fuego se le apareció a Avraham. Obviamente el humeante crisol del fuego NO era la imagen verdadera del Adón y lo que esos hombres a quienes se les permitió subir al Monte Sinay vieron NO fue la real imagen de Elohim. Esto queda claro porque "la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados" (Ivrim 10:4), de manera que esas personas estaban "cubiertas" parcialmente, o temporalmente, por así decir. Esto era un símbolo, uno de los cuadros que Yahweh quería dejar pintado para nosotros, para comprender Su Obra. Nosotros hoy tenemos ese acceso aunque aún es parcial. Accedemos al trono a través de nuestro intercesor, Yahshua ha Mashíaj, pero llegará el momento en que seremos completamente sacerdotes a imagen y semejanza de Mashíaj, y tendremos ese acceso plenamente liberado.
Y, ellos CENARON EN PRESENCIA DE ELOHIM, contrario a los resultados normales de ver la presencia de Elohim, lo cual es destrucción. Por su vez, esto es una sombra de lo que sucederá durante las Bodas del Cordero... El comer juntos la cena es otra parte indispensable del ritual del pacto. El mismo encierra y completa el pacto. Nuevamente, nuestro pacto, nuestra unión con Mashiaj HOY no está completa; pero estará 100% completa en cuanto se formalice el Pacto de Mashiaj, cuando nosotros, los que hayamos aceptado los términos de este pacto, fe en Yahshua de Nazaret, sentados a los pies de nuestro Adón, cenemos con Él en las Fiestas de las Bodas del Cordero.
Entonces Mosheh y Aharón, Nadav y Abihú, y setenta ancianos de Yisrael subieron; y vieron a Elohim de Yisrael: bajo sus pies había una semejanza de un pavimento de zafiro, como el mismo cielo en pureza. Shemot 24:9-10
Debajo de los pies de Elohim, vieron algo que tenía la apariencia de una gran piedra transparente. Ya que las palabras humanas no pueden describir esta escena, el pasuk 10 dice que vieron "como un pavimento de zafiro, semejante al cielo cuando está sereno". La palabra "como" indica que el lenguaje humano no puede describir apropiadamente esta visión maravillosa. Moshe sólo pudo comparar lo que vieron debajo de los pies de Elohim con un zafiro transparente, que se parecía al cielo en su claridad.
El pasuk 11 continúa y declara: "Vieron a Elohim y comieron y bebieron". Mientras miraban a Elohim, comieron y bebieron. Al experimentar una visión maravillosa, fueron refrescados por el comer y el beber. Los que estaban en el monte vieron algo que nadie más había visto. El pueblo de Elohim, que había sido redimido, aniquilado y reemplazado recibió una maravillosa visión de Él, incluso de sus pies.
Recibir esta visión de Elohim significa adorarlo a Él. Shemot 24:1 afirma que los que subieron al monte con Moshe debían adorar de lejos. Pero en los siguientes pasukim, no se dice nada acerca de la adoración a Elohim. Si leemos este capítulo cuidadosamente y con mucha reflexión, nos preguntaremos CUÁNDO LO ADORARON. La adoración en este capítulo consiste en contemplar a Elohim, en comer y beber. Esta es la verdadera adoración, la adoración que Elohim desea. Él no quiere que lo adoremos postrándonos delante de Él, sino que lo disfrutemos y lo adoremos con este deleite. Eso es lo que hacían los antiguos yisraelitas cuando subían al templo: COMÍAN EN SU PRESENCIA:
...y gasta el dinero en todo lo que desees –ganado, ovejas, vino, u otra bebida embriagante, o cualquier cosa que desees. Y debes festejar allá, en presencia de Yahweh tu Elohim, y regocijarte con tu familia. Devarim 14:26
También es lo que hacían los primeros convertidos:
Y continuaban perseverando en la enseñanza de los Enviados, en el compartir unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones... Todos los días asistían unánimemente al Templo, partían el pan en las casas, y comían juntos con alegría y sencillez de corazón. MaAseh 2:42,46
¿Han estado en alguna capilla o en una catedral en donde la gente adora a Elohim al comer, beber, regocijarse y disfrutarle? Esta clase de adoración es totalmente opuesta a nuestro concepto religioso. No obstante, esta es la adoración descrita en el pasuk 11: "Vieron a Elohim, y comieron y bebieron". Ésta fue la manera en que lo adoraron a Él. Al adorarle a Él, debemos comer y beber a Mashíaj, nuestro pan y nuestra agua viva, y compartir este alimento con nuestros hermanos. Esto debe ser realizado tanto de forma física como espiritual.
No debemos analizar las Escrituras según nuestra mentalidad natural, ni tampoco intentar sistematizar la doctrina bíblica. Yahanan 1:18 afirma que nadie ha visto jamás a Elohim, pero Shemot 24 declara que los setenta ancianos y los demás que acompañaban a Moshe vieron a Elohim. Aún vieron los pies de Elohim. En Qolasiyim 1:15, Shaúl habla del Elohim invisible. ¿Cómo el Elohim invisible puede ser visto? Estas preguntas nos recuerdan que las Escrituras son divinas, espirituales y misteriosas y no pueden ser sistematizadas ni analizadas por la mente natural. Sin embargo, en sencillez de comprensión, siendo que ya hemos comprendido muchas veces que Mashíaj es la manifestación de la gloria del Padre, es a Él a quien vieron. Debemos comprender que Mashíaj es la imagen del Padre, A TRAVÉS DE QUIEN Él HA ELEGIDO MANIFESTARSE, y es la misma imagen a semejanza de la cual estamos siendo conformados (y como Mashíaj es la semejanza del Padre, somos conformados a semejanza de Yahweh por lo tanto). Nadie ha visto al Padre, pero muchos han visto al Hijo, y a través de Él, han visto a Elohim.
Debemos aplicar el relato de Shemot 24 a nuestra experiencia espiritual. Fuimos redimidos, hemos experimentado el aniquilamiento del madero y por lo menos hasta cierto punto, hemos experimentado ser sustituidos por Mashiaj. Podemos testificar que fuimos introducidos en la comunión con Elohim. Al principio, esta comunión es algo oscura. Pero finalmente, durante el transcurso de nuestra comunión con Él, el cielo se hace claro y aún hermoso. Luego parece que percibimos cierto elemento espiritual. Este elemento puede ser comparado con el zafiro transparente, que es tan claro como el cuerpo de los cielos. Cuando experimentamos esta comunión, es difícil decir dónde estamos. Esto supera las palabras. Si hemos experimentado a Elohim de esta manera, es una señal de que nuestra comunión con Él ha sido enriquecida y elevada.
Mencionamos que en los capítulos 19 y 20, la comunión entre los hijos de Yisrael y Elohim era oscura, porque una nube de tinieblas espesas estaba presente. Sin embargo, en el capítulo 24, después de que la sangre del pacto fuese rociada sobre el pueblo, el cielo se aclaró. No hubo relámpago ni ninguna amenaza, tensión, ni dificultad. Todo el ambiente se tranquilizó y apaciguó. ¿No han entrado en este ambiente en su comunión con Elohim? ¿No han experimentado esta clase de situación en su contacto con Él?
Podemos recibir la visión celestial del edificio de la morada de Elohim sólo cuando estamos en este ambiente claro. Esto era necesario para recibir la visión del tabernáculo en el Tanaj, y también es necesario para tener la visión de la congregación hoy. Sin embargo, la gran mayoría de la gente estaba al pie del monte y no podía recibir esta visión. Quizá hayan visto algo, pero no tenían una visión tan amplia como los que acompañaban a Moshe en el monte.
Si no han tenido la clase de visión espiritual descrita aquí (que evidentemente no es LITERAL sino espiritual), es que aún deben llegar al monte Sinay y permanecer allí con el altar, los sacrificios y la sangre. Luego en su comunión con Elohim, el cielo finalmente se aclarará. Podemos alcanzar Su Presencia cuando entramos en comunión con Él, comemos y bebemos con Él a Mashíaj para nuestro crecimiento y santificación, y para el placer del Padre.
Permanecer Con Yahweh Bajo Su Gloria
Yahweh le dijo a Mosheh: "Sube a mí en el monte y espera allí, y te daré las tablas de piedra con las enseñanzas y mandamientos que he escrito para instruirlos". Así que Mosheh y su ayudante Yahoshúa se levantaron, y Mosheh subió al monte de ha'Elohim. A los ancianos les había dicho: "Espérennos aquí hasta que regresemos a ustedes. Tienen a Aharón y a Jur con ustedes; que todo el que tenga un asunto legal se acerque a ellos. Shemot 24:12-14
En el pasuk 12 Yahweh llama a Moshe de regreso a Su montaña, y le da las 10 Palabras ahora escritas en tablas de piedra por el mismo dedo de Elohim. Interesantemente Yahoshúa fue con Moshe; aún cuando Yahoshúa es mencionado brevemente y luego no se dice nada más acerca de él. Esto muestra cuán temprano Elohim había comenzado el proceso de separar y entrenar a Yahoshúa, hijo de Nun, el próximo líder de Yisrael.
Yahoshua ayudó a Moshe y lo ministró. He estudiado este capítulo muchas veces, pero no he podido saber dónde se encontraba Yahoshua cuando Moshe estaba con Elohim recibiendo "las tablas de piedra, y la ley, y mandamientos" (pasuk 12). En el pasuk 14, Moshe dijo a los ancianos:
A los ancianos les había dicho: "Espérennos aquí hasta que regresemos a ustedes. Tienen a Aharón y a Jur con ustedes; que todo el que tenga un asunto legal se acerque a ellos. Shemot 24:14
El uso de "nosotros" indica que Yahoshua no permaneció con los ancianos. Entonces ¿qué hizo, y a dónde fue?
Después que Mosheh subió al monte, la nube cubrió el monte. Shemot 24:15
No se dice ni una sola palabra acerca de Yahoshua. El hecho de que no podemos localizarlo tiene un gran significado espiritual. En nuestra experiencia, podemos llegar a la etapa de ver a Elohim bajo un cielo claro sin alcanzar la etapa de permanecer con Él bajo Su gloria. En ese momento, parece que no podemos ser ubicados. Los demás no saben dónde estamos, y nosotros mismos no lo sabemos. Por una parte, no podemos volver a la experiencia de ver a Elohim bajo un cielo transparente; por otra parte, todavía no hemos entrado en la gloria. La razón es sencilla: en nuestra experiencia espiritual de comunión con Elohim, seguimos siendo Yahoshua; todavía no somos Moshe. Así como no somos capaces de localizar a Yahoshua en el resto de Shemot 24, tampoco podemos ser ubicados por los demás ni podemos decir dónde estamos. Este es un aspecto de la experiencia de nuestra comunión con Elohim.
Aharón y Hur fueron dejados a cargo en el campamento. Hur no era un hijo de Aharón, pero la tradición dice que él era su yerno. Al menos era obvio que, aún por encima de los hijos de Aharón, Hur fue un hombre especialmente seleccionado para ser el asistente de Aharón.
Después que Mosheh subió al monte, la nube cubrió el monte. La Presencia de Yahweh hizo morada en el Monte Sinay, y la nube lo ocultó por seis días. En el séptimo día llamó a Mosheh de en medio de la nube. Ahora la Presencia de Yahweh parecía a los ojos de los yisraelitas como un fuego consumidor en la cumbre del monte. Mosheh entró a la nube y subió al monte; y Mosheh permaneció en el monte por cuarenta días y cuarenta noches. Shemot 24:15-18
Se nos dice que la gente de Yisrael fue testigo de la gloria de Elohim (en hebreo KAVOD) que quemó como un fuego inextinguible en el tope de la Montaña Santa, abajo en el valle en el cual todos los millares de ellos acamparon. Y, en el tope de la montaña, rodeado por la presencia impresionante de Yahweh, Moshe permaneció allí por 40 días y 40 noches, recibiendo la enseñanza más importante e intensa que un hombre jamás haya experimentado. También se nos dice que los primeros seis días la nube escondió la presencia de Elohim, y en el séptimo día el Adón comenzó a darle a Moshe más instrucciones. Aquellos primeros seis días eran como una preparación para Moshe; un tiempo de contemplación espiritual antes de que él estuviese delante de la misma presencia del Elohim Todopoderoso. Esto es un paralelo con la semana espiritual humana y con la de la humanidad: 6 días el hombre trabajará y al séptimo descansará; 6000 años hay para el "trabajo" del hombre, pero en el Milenio entrará en el reposo de Mashíaj y dejará de hacer sus obras vanas. Aún así, vemos que buena parte del pueblo, incluyendo a los ancianos rociados que habían podido subir una parte del monte, QUEDAN AFUERA. Tenemos personas entrando en la Gloria de Yahshua (Moshe, que representa a los vencedores), personas a mitad de camino (los "levitas desviados" de Yahjezquel 44 y 48), y personas que sólo fueron rociadas "nominalmente" (el pueblo, a través de sus representantes).
El pacto de la sangre de Yahshua también es el fundamento de todo nuestro crecimiento y madurez en Mashiaj:
Y el Elohim de la paz, que por la sangre de la alianza eterna levantó de entre los muertos a nuestro Adón Yahshúa, el gran Pastor de las ovejas, los haga aptos en todo lo bueno para hacer Su voluntad, haciendo Él en nosotros lo que es agradable delante de Él por medio de Yahshúa el Mashíaj. A Él sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén. Ivrim 13:20-21
Nuestro trato con Elohim a través del Nuevo Pacto sigue el mismo patrón de pacto que el de los yisraelitas:
-
La palabra de Elohim es leída.
-
Se debe de hacer un sacrificio (nosotros tenemos el de Yahshua, que es perfecto).
-
Se debe recibir (aceptar) la Palabra de Elohim.
-
Se debe recibir la Sangre del Sacrificio (ser rociados, cubiertos).
Moshe sencillamente roció la sangre sobre el altar y sobre los ancianos, uniendo así a las partes contratantes en un solemne pacto. Aplicada al pueblo, la sangre también simbolizaba limpieza del pecado y consagración al servicio divino.
De allí en adelante, Elohim los consideró como su propiedad especial; eran Suyos:
Pero ahora, así dijo Yahweh –el que te creó, oh Yaakov; el que te formó, oh Yisrael: "No temas, que yo te redimiré; te he llamado por tu nombre; tú eres mío. YeshaYah 43:1
Liberados del pecado, nosotros también llegamos a ser siervos de Elohim:
Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de su Hijo Yahshúa nos limpia de todo pecado. Yahanan Alef 1:7
Pero ahora, libres del pecado y hechos servidores de Elohim, obtienen el beneficio de una consagración que culmina en vida eterna. Romaniyim 6:22
Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido, para que anuncien las virtudes de aquel que los ha llamado de las tinieblas a su luz admirable. Ustedes en el tiempo pasado no eran pueblo, pero ahora son pueblo de Yahweh; no habían alcanzado misericordia, pero ahora han alcanzado misericordia. Kefá Alef 2:9-10
En Shemot 24, la mayoría del pueblo se encontraba al pie del monte Sinay, algunos estaban en el monte muy lejos de Elohim, y Moshe estaba en la cima del monte bajo la gloria de Elohim. Un ejemplo de esta diferencia en cuanto al grado de distancia de la gente con Elohim es el Tabernáculo, con el atrio, el Lugar Santo, y el Lugar Santísimo. El pueblo al pie del monte estaba en el atrio, alrededor del altar. Los setenta ancianos, junto con Aharón, Nadab, Abiú y Hur, estaban en el monte, en el Lugar Santo. Moshe en la cima del monte estaba en el Lugar Santísimo, donde se encontraba la gloria de Yahweh. Más adelante, después de que el tabernáculo fuese construido, el sumo sacerdote pudo entrar en la gloria de Elohim en el Lugar Santísimo, donde él podía recibir revelación y visión de Elohim acerca de Su pueblo. El principio es el mismo en Shemot 24 con Moshe en la cima del monte bajo la gloria de Elohim, recibiendo mandamientos de Elohim para poder enseñar al pueblo.
En una época yo decía lo mismo que muchos cristianos: que hoy todos somos sacerdotes y no tenemos ni clero ni laicado. Sin embargo, este concepto está equivocado. Como todas las cosas, no resiste la prueba de caminar las Escrituras. En primer lugar, somos hoy tan sacerdotes y reino como hemos sido cabalmente liberados del pecado PARA TODOS FINES PRÁCTICOS. El sacrificio de Yahshua es cabal y la promesa del Padre es firme, pero es justamente eso: PROMESA. Hoy los creyentes hemos recibido el Ruaj de la promesa que nos sella, PERO SEGUIMOS CARGANDO CON NUESTRO VIEJO HOMBRE. Si esto no fuera así, Shaúl no se habría quejado de tener una ley de pecado aún en su interior.
Como todas las cosas de las Escrituras, confundimos los hechos con la promesa. En la eternidad, es decir, donde Elohim está, NO HAY DIFERENCIA ALGUNA. Lo que Él haya dicho, YA ES y ciertamente será. Ya para nosotros existe una diferencia entre la promesa y la acción cumplida de esa promesa, y lo vemos como dos cosas separadas. Lamentablemente, NO PODEMOS TRATAR DE VER LAS COSAS ESPIRITUALES CON NUESTRA MENTE CARNAL. A pesar de que no cabe la menor duda de que seremos sacerdotes, la verdad es que hoy aún no ejercemos plenamente como tales, aunque si le permitimos, muchos estamos siendo capacitados.
Estas diferencias entre los tres grupos no sólo representan tres tipos de personas, sino también tres niveles en nuestra vida de crecimiento. Muchos santos se encuentran en el atrio con el altar y la sangre rociada, otros han entrado en el Lugar Santo para disfrutar comunión con Elohim hasta cierto grado, y algunos están en el Lugar Santísimo, bajo Su gloria.
En realidad Moshe era el único en recibir la visión directa del tabernáculo. Los setenta ancianos que adoraban de lejos no recibieron la visión directamente. Durante los cuarenta días en que Moshe estuvo con Elohim en la cima del monte, ellos estaban esperando. Le tomó cuarenta días a Moshe para recibir una visión detallada de la morada de Elohim.
Debemos considerar el cuadro descrito en Shemot 24 y preguntarnos dónde estamos en nuestra comunión con Elohim. ¿Estamos con el pueblo al pie del monte, estamos con los del monte, o somos Moshe en la cima del monte? Quizá algunos de nosotros somos Yahoshua, que no puede ser ubicado, porque en nuestra experiencia estamos entre el cielo transparente y la gloria de Elohim en la cima del monte. Entre los creyentes contemporáneos, existen distintos grados de comunión con Elohim y diferentes grados de acercamiento a Él. La mayoría están en el atrio, es decir, al pie del monte. Otros un número más pequeño, está en el monte, es decir, están en el Lugar Santo. Muy pocos han llegado a la cima del monte, es decir, están en el Lugar Santísimo morando con Elohim bajo Su gloria.
La Presencia de Yahweh hizo morada en el Monte Sinay, y la nube lo ocultó por seis días. En el séptimo día llamó a Mosheh de en medio de la nube. Ahora la Presencia de Yahweh parecía a los ojos de los yisraelitas como un fuego consumidor en la cumbre del monte. Shemot 24:16-17
Resulta muy difícil describir la apariencia de la gloria de Elohim. Aquí, la gloria es comparada con una nube y también con un fuego consumidor. En realidad, la gloria de Elohim no es ni una nube ni fuego. No podemos describir plenamente lo que es la gloria de Elohim. Esto nos recuerda que como seres humanos, podemos entender las cosas espirituales solamente hasta cierto grado. Simplemente no es posible entender completamente estas cosas.
La Comprensión Espiritual
Ahora vamos a estudiar todas estas cosas desde el punto de vista espiritual. Después de la promulgación de la Davar y de los Mishpatim, Elohim le dijo a Moshe que llevara a los líderes de Yisrael al monte a fin de que permanecieran con Él para que recibieran la visión del tabernáculo que debían construir como Su morada en la tierra. El libro de Shemot empieza con la redención de Elohim y concluye con Su morada. Elohim necesita que Su pueblo sea Su morada en la tierra.
Está errado aquí interpretar que Mashíaj tuvo que venir porque el Pueblo Elegido había caído. Es necesario comprender que el rescate nunca fue planeado para un pequeño grupito reducido. Yahshua había perdido mucho más que eso: TODA LA HUMANIDAD ESTABA PERDIDA. De manera que lo que Yahshua vino a rescatar y redimir fue a TODA LA HUMANIDAD. La primer parte de este plan ocupaba el levantamiento del pueblo, la planta de la cual debía nacer el Mashíaj Salvador. Había que preparar "la cuna" para que el bebé naciera. Y cuando creció, ejecutó su parte y se hizo sacrificio. Ahora podía dar por encerrado ese Antiguo Pacto y establecer uno nuevo, esta vez que pudiera dar cabida A CUALQUIERA QUE LO DESEARA. Mashíaj no vino a salvar únicamente a su Pueblo caído, sino a toda la humanidad (pueblo incluido, claro). Es inútil insistir en linajes de sangre para sentirse especiales y seguros: YAHWEH BUSCA REDIMIR TODA LA CREACIÓN, TODO LO PERDIDO.
Cumpliendo los pasos necesarios, Elohim primero rescató a Su pueblo, los liberó del cautiverio egipcio, y los llevó al desierto para tener una comunión íntima con Él. En los mensajes acerca de los capítulos diecinueve al veintitrés, vimos la comunión íntima y completa que Yahweh tenía con Su pueblo escogido y redimido. En esta comunión, Elohim se reveló a ellos. Él dio a conocer la clase de Elohim que es. Muchos creyentes, tanto judíos como cristianos y hasta los mesiánicos, piensan que el dar los Diez Mandamientos era simplemente un decreto de la ley. Eso es cierto SÓLO EN LA SUPERFICIE DEL PLANO MATERIAL, PERO NO EN LA REALIDAD DEL PLANO ESPIRITUAL. Dar la ley era la revelación de lo que Elohim es. Esto significa que por medio de la promulgación de la ley, Elohim se reveló a Su pueblo escogido y redimido.
En el Tanaj, la ley es llamada el testimonio:
Cuando terminó de hablar con él en el Monte Sinay, le dio a Mosheh las dos tablas de la Alianza, tablas de piedra escritas con el dedo de Elohim. Shemot 31:18
Este testimonio es un cuadro, una fotografía de Yahweh. La ley con sus ordenanzas nos muestra la clase de Elohim que tenemos. Al leer los Diez Mandamientos y todos los Mishpatim de la ley, podemos apreciar la imagen de Elohim.
La clase de ley que promulgan los legisladores siempre revela la clase de personas que son. De hecho, la ley que promulga una persona, siempre revela a esa persona. En el mismo principio, la Davar en el capítulo 20 con los mishpatim en los capítulos 21 al 23 nos dan un cuadro detallado de Elohim, mostrándonos lo que Él es. ÉL ES ESA LEY PERFECTA. Cumplir esa ley (si alguien pudiera) ES SER PERFECTO COMO ÉL ES. Y eso, no por obediencia, sino Por NATURALEZA, porque SOMOS esa Ley. Eso significa que Él la grabará en nuestros corazones. Por esta razón, no debemos conformarnos con sólo recitar los Diez Mandamientos. Conocer los mandamientos acerca de no tener dioses ajenos, no hacer imágenes ni adorarlas, ni usar el nombre de Elohim en vano, guardar el shabat, honrar a sus padres, no cometer homicidio ni adulterio, no robar, no dar falso testimonio ni codiciar, no es suficiente. Conocer no es SER. Mientras tengamos que aprender acerca de esos mandamientos, CONTINÚAN SIENDO EXTERNOS A NOSOTROS. Entonces, podemos cuanto mucho HACER la ley, pero no SER la Ley. Nuestro Padre, al contrario, ES LA LEY. Por eso, tenerlo a Él en nuestro interior es tener esa Ley que tantos quieren abolir.
Es crucial entender que la ley es un cuadro que revela la clase de Elohim que nos escogió, llamó y redimió. Le damos gracias a Elohim por el cuadro claro de Sí mismo que Él nos ha dado en los capítulos 20 al 23. Aquí vemos que Elohim es santo y justo, y que Él está lleno de amor y luz. Por ser santo, no hay nada común en Él. Por ser justo, no hay ninguna injusticia en Él. Ya que Él es amor y luz, no hay odio ni tinieblas en Él.
En los mishpatim que encontramos en los capítulos 21 al 23 vemos claramente la edificación de Elohim. Ya dijimos que en esas ordenanzas tenemos el madero y la redención de Mashiaj. Por lo tanto, mediante la Davar y los mishpatim, tenemos una revelación de Elohim y Su edificación.
Después de dar esta revelación de Sí mismo y Su edificación a Su pueblo, la intención de Elohim era revelar el deseo de Su corazón. Y el deseo del corazón de Elohim consiste en TENER UNA MORADA CON EL HOMBRE EN LA TIERRA. Después de un tiempo de comunión íntima con Su pueblo redimido, Elohim deseaba abrir Su corazón y darle a conocer el deseo de Su corazón, el cual es tener una morada en la tierra.
Es una lástima que hoy muchas personas redimidas por Elohim ni siquiera tienen una comunión íntima con Él. Muchos creyentes apenas conocen a Elohim, y no saben nada de Su edificación. No obstante, por la misericordia de Elohim, algunos santos han entrado en comunión íntima con Él. En esta comunión, han llegado a conocer lo que Elohim es, y por lo menos hasta cierto grado, lo que constituye Su edificación. Sin embargo, en muy pocas ocasiones encontramos a creyentes que realmente han sido introducidos en el deseo del corazón de Elohim y ven que Su deseo consiste en tener una morada en la tierra.
En las reuniones de los creyentes contemporáneos, en las congregaciones y "servicios", raras veces oímos un mensaje sobre el edificio de Elohim, aunque sí hablen de la comunión entre Elohim y el hombre. Se puede exhortar a los creyentes a pasar tiempo en la presencia de Elohim y tener comunión con Él. ¿Pero dónde están los mensajes sobre la edificación? Es necesario que los creyentes empiecen a aprender que PARA SER DE VERDAD TEMPLOS DEBEMOS SER EDIFICADOS. Algunos parecen pretender ser templos con la misma apariencia de chozas que tenían antes de ser salvos, y eso es un desprecio a nuestro Creador. Este asunto está descuidado por los creyentes contemporáneos.
Alabamos a Elohim porque el libro de Shemot no tiene solamente 23 o 24 capítulos, sino 40. El capítulo 24 es un puente que conecta los 23 primeros capítulos con los últimos 16. En este mensaje y en el siguiente, caminaremos sobre este puente y pasaremos de una sección de Shemot a otra. Cuando lleguemos al otro lado, que se compone de los capítulos 25 al 40, veremos el deseo del corazón de Elohim acerca del tabernáculo construido por Su pueblo en la tierra. Aunque anhelemos llegar al otro lado, no podemos hacerlo sin pasar cierto tiempo en el puente.
Entonces le habló a Mosheh y le dijo: "Sube donde Yahweh, con Aharón, Nadav y Abihú, y setenta ancianos de Yisrael, e inclínense desde lejos. Solamente Mosheh se acercará a Yahweh; los demás no se acercarán, ni subirá el pueblo con él". Shemot 24:1-2
Elohim tenía un propósito determinado al requerir que estos líderes subieran a la montaña. Quería mostrarles la visión, el diseño, el plano del tabernáculo como Su edificio. Él quería mostrarles Su deseo, pero ellos NO PODÍAN ACERCARSE A SU PRESENCIA. También eso debían comprender: que la humanidad caída no tiene la menor probabilidad de reconectarse con Elohim, a menos que Él mismo provea la solución. Por este motivo, antes de revelarles los planos de Su Tabernáculo, Yahweh les presentó la ley, la aceptaron y firmaron el pacto. Únicamente entonces, como acabamos de ver, ellos estuvieron en condiciones de ascender un poco más a Su presencia.
Quisiera que quede claro que la revelación que recibió Moshe en el monte de Elohim constaba de dos partes: la primera parte era la promulgación de la ley en comunión íntima con Elohim; la segunda fue la revelación del diseño de Su edificio. Antes de que fuera dada la segunda parte de la revelación, se le pidió a Moshe que bajara, llamara a los líderes, y los subiera al monte. Esto indica que la segunda parte de la revelación era aún más crucial que la primera. Moshe no debería recibirla solo, él tenía que llevar a Aharón, Nadab, Abihu y los setenta ancianos. Elohim le mostraría solamente en ese momento el plano de su edificio.
En el pacto de la promulgación de la Ley, vimos que teníamos un altar, y doce columnas "según las doce tribus de Yisrael" (pasuk 4). Luego se presentaron dos clases de ofrendas: los holocaustos y los sacrificios de paz (pasuk 5). No hubo sacrificio por el pecado, sacrificio expiatorio, ni ofrenda de harina. Por lo tanto, tenemos el altar, las columnas, los sacrificios y la sangre. En el transcurso de los siglos de la historia, no se promulgó ningún otro pacto de esta manera.
Si queremos entender el significado espiritual de todas estas cosas, debemos entender que en la promulgación de la ley, la intención de Elohim NO FUE EXHORTAR A SU PUEBLO ESCOGIDO PARA QUE GUARDARA LA LEY. No obstante, muchos creyentes piensan que la intención de Elohim al dar la ley era que la obedecieran. Ellos dicen que si Elohim no esperaba que Su pueblo guardara la ley, ¿entonces por qué se la dio? Como joven creyente, yo también tuve este concepto. Pero si ésta hubiera sido la intención de Elohim, Él hubiera actuado de una manera muy malvada. Esperar que un pueblo caído guarde la ley de Elohim puede compararse con pedirle a un perro que vuele como un pájaro. Elohim jamás sería tan insensato como para pedir tal cosa.
Pero si recordamos que en realidad la ley es un retrato de una persona todopoderosa y divina: Elohim mismo, las cosas se ven de forma muy diferente. Hemos visto que la ley revela que, como Aquel que es único, Elohim es santo, perfecto, totalmente único. Además, Él es recto y lleno de amor y luz. Las leyes que Él promulgó en realidad son descripciones de sus numerosas virtudes y atributos. En contraste claro con Elohim, el pueblo era caído, pecaminoso, vil y totalmente corrupto. La caída y la corrupción de ellos fueron expuestas por medio de los mishpatim, y especialmente aquellos que se refieren a la fornicación, el robo, y la brujería. ¿Cómo podría entonces este pueblo caído guardar la ley divina de un Elohim santo y recto? ¡Imposible! Si pensamos de esta manera, no hemos crecido espiritualmente mucho más que aquellos "primitivos" yisraelitas. Ni siquiera los cristianos, que insisten en decir que eso pueden hacerlo a través de Mashíaj (lo cual es verdad en parte), entienden lo que están diciendo, porque TODOS LOS CRISTIANOS SE CONSIDERAN YA 100% ESPIRITUALES. Ellos olvidan que dentro suyo la carne continúa activa (y demasiado viva, lamentablemente), y que en la mayoría de los casos es la única que gobierna sus vidas. Su ignorancia de las Escrituras los lleva a creer que ya están en "plenitud" (soberbia propia), cuando la realidad de sus vidas pecaminosas es una constante bofetada en sus rostros. Lo cierto es que en la Era de Shavuot estamos en una "doble vida", con el viejo y el nuevo hombre luchando en nuestro interior, como Shaúl dejó claro. La pena es que la mayoría ha votado por el viejo hombre, quien aún gobierna invicto.
No, en verdad Elohim jamás cometería el error de asumir que el hombre caído pueda guardar Su ley santa. El no dio la ley con esta intención, ni siquiera después del Nuevo Pacto.
Desde el punto de vista humano, ya que existía un pacto entre Elohim y el hombre, la ley sirvió como la condición de este pacto. Moshe sirvió de intermediario para la promulgación del pacto. Según el concepto natural, Elohim debía haber exigido que el pueblo hiciera un juramento, y lo sellara con su sangre, y luego que hiciera un voto de obedecer la ley divina bajo pena de muerte. Esto quizá sea la manera humana, pero no fue la manera en que lo hizo Moshe. Moshe no dijo: "Oh hijos de Yisrael acabo de bajar del monte donde recibí la ley santa promulgada por Elohim. Ahora ustedes deben ser fieles en obedecer la ley. Deben hacer un juramento. Les pido que sellen este compromiso con su propia sangre". Ciertamente esta no fue la manera en que el pacto fue promulgado.
La Ignorancia De Los Hijos De Israel
Shemot 24 expone la ignorancia de los hijos de Yisrael, que es la misma que presenta todo creyente recién nacido (y muchos más viejos también).
Mosheh fue y le repitió al pueblo todas las órdenes de Yahweh y todas las reglas; y todo el pueblo respondió a una voz, diciendo: "¡Todo lo que Yahweh ha ordenado lo haremos!". Shemot 24:3
El pueblo habló de una manera insensata no sólo una vez, sino dos. Esta primera vez, como ya estudiamos, fue la presentación de las condiciones, y la segunda vez sería en la aceptación legal del pacto.
Entonces tomó el registro de la alianza y se lo leyó en voz alta al pueblo. Y ellos dijeron: "¡Todo lo que ha dicho Yahweh lo haremos, y obedeceremos!". Shemot 24:7
Esto demuestra que estaban ciegos espiritualmente. En su condición caída y natural, no vieron lo que era Elohim y no se conocían a sí mismos. Tenían una confianza insensata en ellos. En verdad, ellos trataron el pacto con Yahweh como si hubiera sido un pacto entre hombres. Sin revelación ni visión, muchos creyentes contemporáneos son idénticos a los hijos de Yisrael en este aspecto. Nosotros también podemos estar bajo la influencia del concepto religioso y pensar que podemos obedecer la ley de Elohim. Pero todos necesitamos el altar, las columnas, los sacrificios y la sangre, en una revelación especial. Debemos aplicar la sangre y ser reemplazados por Mashiaj para convertirnos en un reflejo de Elohim.
Shemot 24:1-8 es un cuadro de la edificación de Elohim. Según este cuadro, no debemos ser los observadores de la ley. Por el contrario, debemos ser aniquilados y reemplazados para ser pilares como testimonio viviente de Elohim, un reflejo de Él en Mashiaj. Debemos dejar de hablarle a Elohim de una manera insensata, prometiendo hacer todo lo que Él diga. Pronunciar este juramento o promesa a Elohim equivale a hablar de una manera natural. Simplemente no tenemos el medio de cumplir esta promesa. Nuestras vidas están llenas de fracasos y fallas. ¿Qué base tenemos para prometerle a Elohim que cumpliríamos Sus requisitos? Necesitamos la redención, el aniquilamiento, el reemplazo, y la reconstitución. En lugar de hacer promesas ridículas, debemos orar: "Adón, no tengo nada y no puedo hacer nada. Pero contigo hay posibilidad de ser redimidos, aniquilados y reemplazados. Adón, al forjarte en mí, Tú puedes reconstituirme y hacer de mí una columna viviente como Tu testimonio". Que todos veamos que Elohim desea forjarse a Sí mismo dentro de nosotros y en reconstituirnos consigo mismo para que seamos Su testimonio. Este es el significado del altar, las columnas, los sacrificios, la sangre y la conversación insensata de los hijos de Yisrael en Shemot 24.
La religión instruye a la gente a adorar a Elohim y a obedecer sus mandamientos. El judaísmo, el catolicismo y el protestantismo tienen este énfasis. No obstante, este énfasis se conforma al concepto natural del hombre. Bajo la influencia de este concepto, podemos hacer todo lo posible por guardar las leyes de Elohim y ser aprobados por Él y complacerle. Podemos pensar que Elohim dio la ley a Su pueblo para que al obedecer a la ley pudiese mantener una buena relación con Él. Este concepto es natural y religioso, totalmente contrario a la intención de Elohim en Su edificación.
Ya dijimos que la manera usada por Moshe para promulgar la ley era muy distinta de lo que podíamos esperar de manera común. En lugar de pedirle al pueblo que sea fiel y que observe la ley, Moshe promulgó el pacto por medio del altar, las columnas, los sacrificios y la sangre. Al promulgar el pacto de esta manera, Moshe parecía decir al pueblo que a pesar de la condición pecaminosa y corrupta de ellos, sin ninguna esperanza en su condición caída, Elohim haría de ellos columnas que fuesen Su testimonio. Como hemos recalcado continuamente, esto sólo puede producirse por medio del madero de Mashiaj, por Su sangre, y por Él mismo. Por el madero, somos redimidos y aniquilados, por la sangre, somos lavados de nuestros pecados, y por Mashiaj somos reemplazados, reconstituidos nuevamente. Mientras estamos en proceso de ser reemplazados por Mashiaj, a menudo le fallamos a Elohim. No obstante, tenemos la sangre que nos limpia.
Yahweh está obrando para aniquilarnos y reemplazarnos a fin de hacer de nosotros columnas, el reflejo de Elohim en Mashiaj. El hecho de ser este pilar equivale a magnificar a Mashiaj en nuestro vivir diario.
Esta es la edificación de Elohim. Si vemos la manera en que la promulgación del viejo pacto describe la edificación de Elohim, nos volveremos del concepto natural y religioso al concepto de Elohim y a Su intención en Su edificación.
En los Diez Mandamientos, no vemos la redención, el aniquilamiento, ni el reemplazo. Tampoco vemos la sangre redentora, el altar, y los sacrificios. Por supuesto, el altar y los sacrificios están mencionados más adelante. Aunque la ley no describe la edificación de Elohim, la promulgación de la ley describe efectivamente la edificación de Elohim. Además, en YirmeYah 31 y Yahjezquel 36, leemos algo acerca de otro pacto. Estos capítulos nos muestran que Elohim inscribirá sus leyes dentro de nuestro ser, cambiará nuestro corazón, nos dará un nuevo ruaj, y pondrá Su ruaj dentro de nosotros para reemplazarnos a través de hacer crecer a este nuevo hombre, que es Mashíaj mezclado con nosotros, y Él también nos perdonará y nos limpiará.
Ya no necesitarán enseñarse unos a otros y decirse unos a otros: “Hazle caso a Yahweh”; porque todos ellos me harán caso, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande – declara Yahweh. Porque yo perdonaré su iniquidad y no me acordaré más de su pecado. YirmeYah 31:34
Entonces esparciré sobre ustedes agua pura, y serán purificados de todas sus impurezas. Los purificaré de todos sus ídolos. Yahjezquel 36:25
Estos pasukim indican que Elohim nos lavará, limpiará y perdonará. Por tanto, no nos deben desanimar nuestros fracasos, pecaminosidad e impureza.
No obstante, el punto principal acerca de la promulgación del pacto no es que somos perdonados o limpiados, sino que la naturaleza de Elohim está puesta dentro de nosotros como ley de vida. Así como la ley de pecado es la naturaleza de haSatán, también la ley de vida es la naturaleza de Elohim. Al inscribir Su naturaleza dentro de nosotros como ley de vida, Elohim cambia nuestro corazón, nos da un nuevo ruaj, y se imparte dentro de nosotros como el Ruaj. De esta manera, somos gradualmente reemplazados y reconstituidos para ser un testimonio viviente, un retrato vivo, de lo que Elohim es. Esta es la manera de ser el reflejo de Elohim.
Mediante el ministerio de Shaúl en el B'rit Hadashá, vemos que Elohim desea reconstituirnos de Mashiaj y por tanto hacer de nosotros Su testimonio. Para eso recibimos nuestro nuevo hombre, y Kefá afirma que somos participantes de la naturaleza divina (Kefá Bet 1:4). Esta declaración es la más elevada del ministerio de Kefá, pero él no explica claramente que Mashiaj esté en nosotros o que Mashiaj sea forjado dentro de nosotros. Shaúl es el apóstol que presenta los detalles de cómo somos aniquilados por el madero y reemplazados por Mashiaj para ser un testimonio viviente de nuestro Elohim. Que todos los hermanos vean esta revelación y experimenten la tremenda diferencia que efectúa en nuestra vida creyente.