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CLE02 86

El Ojel Moed 18

El Tabernáculo Y El Sacerdocio

Como vimos, los últimos dos pasukim del capítulo 27 hablan acerca del alumbrado de las lámparas del tabernáculo. Estos pasukim nos proporcionan la respuesta que buscábamos al motivo por el cual se menciona el sacerdocio después de terminado de describir el Tabernáculo: no podemos tener el tabernáculo sin el sacerdocio, tampoco podemos tener el sacerdocio sin el tabernáculo. Estos pasukim demuestran que una vez edificado el tabernáculo, se necesitaba que el sacerdocio encendiera las lámparas. Esto indica, desde el punto de vista espiritual, que el sacerdocio y el tabernáculo forman una sola entidad. En la tipología de estos dos capítulos, Elohim nos revela que Su pueblo redimido es el tabernáculo y también el sacerdocio.

 

El tabernáculo es la morada de Elohim. Pero, ¿cómo es posible que tal morada sea un pueblo viviente? Él cumplimiento de estos tipos en el B'rit Hadashá pone al tabernáculo y al sacerdocio juntos. En Kefá Alef 2:5 dice que somos edificados como casa espiritual hasta ser un sacerdocio santo.

 

...para que también se los use como piedras vivas para edificar una casa espiritual, sacerdocio santo, a fin de que ofrezcan sacrificios espirituales, agradables a Elohim por medio de Yahshúa el Mashíaj. Kefá Alef 2:5

 

La gramática de este pasuk nos muestra que la "casa espiritual" y el "sacerdocio santo" están en aposición (cuando una construcción gramatical explica a la otra). Esto quiere decir que estos términos se refieren a la misma cosa. Así que la casa espiritual es el sacerdocio santo.

 

 

La palabra sacerdocio se refiere a dos cosas. En primer lugar, denota el conjunto de sacerdotes, un grupo de sacerdotes que trabajan y sirven juntos. Segundo, denota el servicio sacerdotal, el trabajo o ministerio que llevan a cabo los sacerdotes. Muchos lectores de las Escrituras dan énfasis al segundo significado. Pero en Kefá Alef 2:5 el sacerdocio no se refiere a la función de los sacerdotes, sino al grupo de sacerdotes que viven, sirven, y trabajan juntos. Aquí el sacerdocio no es una serie de tareas; es un conjunto de sacerdotes que han sido edificados juntos para vivir y servir como una entidad. Este sacerdocio es una casa. De igual modo, los santos que han sido edificados juntos son una casa espiritual. Éste es un pueblo. Mi punto es que la casa y el sacerdocio son una sola entidad.

 

La congregación hoy es primeramente la casa de Elohim. Nosotros, los creyentes estamos siendo edificados juntamente hasta ser una casa espiritual. Esta casa es un cuerpo que sirve, a saber, un pueblo que sirve. El término bíblico para esta unidad es el sacerdocio.

 

 

Una Casa Viviente

 

No somos una casa sin vida. Por el contrario, somos una casa llena de vida. La congregación como la casa espiritual de Elohim no puede carecer de vida. Sin embargo, por muchas generaciones los creyentes no se han dado cuenta de que la congregación debe ser algo viviente. Algunos al hablar de la "iglesia" se refieren a un edificio tal como una capilla o una catedral. Como han utilizado la expresión "iglesia", han terminado aplicando el término al conjunto de creyentes y a los edificios donde se reúnen, y a veces ambos estaban muertos. Pero la congregación no es una entidad sin vida. Más bien, la congregación se constituye de Mashiaj y su pueblo redimido, porque es la Novia. Esto significa que la congregación es viviente. Por lo tanto, nunca debemos referirnos a la congregación como un edificio. Una capilla, una catedral o un salón de reunión no son la congregación. Todos necesitamos ser liberados de la tradición y dejar de referirnos al lugar donde nos reunimos como la congregación. La congregación es una casa edificada con vida, llena de vida y se constituye de vida.

 

Si la congregación como la casa de Elohim no se constituyera de vida y no fuese edificada con vida, ¿cómo podría ser el sacerdocio? Esto sería imposible. El sacerdocio es un grupo de personas que están llenas de vida.

 

Por un lado, nosotros los creyentes, somos una casa espiritual, por otro, somos el sacerdocio, un conjunto de sacerdotes. La casa y el sacerdocio son uno. La casa espiritual es el sacerdocio, y el sacerdocio es la casa espiritual.

 

Si no somos la casa espiritual, no podemos ser el sacerdocio y viceversa, pero, si somos la morada de Elohim, el tabernáculo, indudablemente somos un conjunto de sacerdotes. De igual modo, si no somos un conjunto de sacerdotes, entonces tampoco somos la morada de Elohim.

 

Para formar una casa se debe edificar con materiales. Si solamente tenemos los materiales amontonados en el lugar donde debería estar el edificio, sería imposible tener una casa. Sólo tendríamos una montaña de materiales. Estos podrían estar organizados a fin de demostrar su excelencia, pero no tendríamos una casa. Sólo cuando se edifican los materiales se obtiene una casa.

 

El principio es el mismo en cuanto al sacerdocio. Ya que el sacerdocio es igual a la casa, y la casa depende de que los materiales sean edificados, POR TANTO, EL SACERDOCIO TAMBIÉN REQUIERE QUE LOS SANTOS SEAN EDIFICADOS.

 

Sabemos que el sacerdocio requiere la edificación de los creyentes, ya que es una casa espiritual. En cuanto a la casa espiritual podemos entender la necesidad de edificación, pero en relación con el sacerdocio no es tan evidente.

 

Todos somos los materiales para la casa espiritual de Elohim. Pero, ¿hemos sido edificados para formar la casa de Elohim? ¿Tienen ustedes la seguridad y la paz de decir que son parte de la casa de Elohim? En nuestras localidades ¿están los creyentes siendo edificados como casa espiritual? Es probable que la mayoría de los creyentes no tenga la paz de decir que en realidad han sido edificados como la casa de Elohim.

 

Kefá escribe exhortándonos y animándonos a que seamos edificados como casa espiritual. Tal vez se pregunten por qué en este pasuk se menciona primero la casa y luego el sacerdocio. Este orden se basa en la secuencia que presenta Shemot. El sacerdocio debe seguir al tabernáculo, la casa. ¿Por qué debe darse la casa espiritual primero? ¿Por qué la congregación debe ser la morada de Elohim y luego ser el sacerdocio? La necesidad de ser edificados es la respuesta. Debido a la necesidad de la edificación, la congregación debe ser, primero, la casa de Elohim, antes de poder ser el sacerdocio. El sacerdocio depende de la casa, depende de las piedras. El Tabernáculo es tipo también de cada uno de los creyentes de forma individual, por lo que se necesita primero el crecimiento de las piedras, para que puedan ser edificadas en conjunto, y sólo entonces podrá surgir el sacerdocio. Para que exista sacerdocio, es indispensable primero tener sacerdotes, y para eso debemos ser moldeados. El sacerdocio es algo que únicamente puede surgir donde YA HAY SACERDOTES, no nuevos creyentes, recién nacidos, personas en la carne. Personas en este nivel espiritual no pueden levantar sacerdocio porque son aún demasiado carnales y divisivos.

 

Muchos sostienen que "ya somos sacerdotes". Nuevamente, repetimos que TODAS LAS COSAS NOS HAN SIDO DADAS EN PLENITUD POR MASHÍAJ, QUIEN CONQUISTÓ TODO PARA NOSOTROS... EN LOS PLANOS CELESTIALES. En el plano terrenal, sin embargo, otros son los tiempos. Allá Él consiguió todo de una vez y para siempre PORQUE Él ES PERFECTO. Nosotros debemos esperar el tiempo determinado, y mientras tanto, vamos por el sistema "proceso y crecimiento". Aunque hemos recibido la gracia de ser llamados a ser sacerdotes, para serlo DEBEMOS SER EDIFICADOS. Y no individualmente, sino corporativamente, en la Novia.

 

Como los materiales para el edificio de Elohim, hemos sido escogidos, predestinados, llamados, salvados, perdonados, justificados, reconciliados y regenerados. Aunque somos tales materiales, debemos preguntarnos si hemos sido edificados con otros para formar la casa de Elohim. Hoy entre los creyentes existen muchas enseñanzas acerca de cómo ser espirituales, poderosos o victoriosos. Pero las Escrituras no dan énfasis en cómo ser santo o cómo ser espiritual. Más bien, el énfasis está en el edificio de Elohim.

 

Mencionamos que sin la edificación de los santos, no podemos tener el sacerdocio. Tal vez tengamos sacerdotes en la congregación, pero si ellos no han sido edificados, no tenemos la casa. La casa depende de la edificación de los sacerdotes. En primer lugar, debemos tener el edificio. Entonces este edificio será el sacerdocio. Pero no habrá sacerdocio si no hay edificación, porque el sacerdocio es servicio, y también lo es la edificación.

 

 

Los sacerdotes en el Tanaj no servían de manera aislada o individual. Por el contrario, servían todos juntos en coordinación. Este no era un servicio individualista. Aún cuando un sacerdote hacía algo por sí solo, lo hacía en el sacerdocio, en el conjunto de sacerdotes. Lo que hiciera, estaba dentro de las tareas sacerdotales. Su servicio personal estaba en coordinación con el grupo de los sacerdotes que servían.

 

Un ejemplo de esta coordinación es lo que sucede en mi cuerpo cuando uso mi mano para tomar un libro. Por un lado es la mano la que toma el libro, pero la mano no actúa separada o individualmente; sino como parte de mi cuerpo. Al hablar se aplica el mismo principio. Aunque es mi boca la que habla, no está separada de mi cuerpo. La boca habla en coordinación con el cuerpo. Estos son buenos ejemplos para demostrar que los sacerdotes sirven juntos en coordinación; no de una manera individual. Ellos son una unidad coordinada, un cuerpo. Por esta razón, viven, sirven y trabajan juntos.

 

Si leemos el libro de Vayikra cuidadosamente, veremos que los sacerdotes también comían juntos. Hasta al comer eran un conjunto. Esto indica que vivían de manera comunal. Esta vida corporativa de los sacerdotes, sin embargo, no es igual a lo que se conoce como comunas. No debemos confundir una comuna con la forma corporativa de vida que tienen los sacerdotes en el sacerdocio.

 

 

Los Dos Aspectos De La Congregación

 

Cuando estamos edificados juntamente, llegamos a ser la congregación como morada de Elohim. Entonces espontáneamente somos la congregación en el segundo aspecto, a saber, el del sacerdocio. Nosotros somos un pueblo que le sirve a Elohim como sacerdotes. Tales sacerdotes no sirven de una manera individual; ellos sirven como un conjunto. Esta es la razón por la cual en el B'rit Hadashá se describe la congregación como una casa, un sacerdocio, y un Cuerpo. Nosotros, la congregación, somos el Cuerpo de Mashiaj. En este Cuerpo hay muchos miembros, pero ninguno actúa de forma individual.

 

En la tipología del libro de Shemot, Elohim usa dos asuntos para describir la función de la congregación. En primer lugar, la congregación funciona como la morada de Yahweh. Sin la congregación, Elohim no tiene un hogar. Él sería como una persona que vaga por el desierto, sin hogar. Pero, con la congregación Elohim tiene un hogar, y Él está en Su hogar ahora. Por lo tanto, la congregación funciona como casa de Elohim, Su morada. Otra función de la congregación es servirle a Elohim. Al proporcionarle una morada a Yahweh, también le servimos. La morada de Elohim es un grupo de sacerdotes que sirven. El tabernáculo y el sacerdocio en el libro de Shemot tipifican esta doble función de la congregación. Todos debemos ver que la congregación tiene una doble función, ser la casa de Elohim y servirle.

 

 

Vida Y Edificación

 

Elohim creó al hombre con un ruaj para que lo recibiera a Él como vida. Según el capítulo 2 de Bereshit, al hombre se le presenta la vida divina en forma del árbol de la vida. El pasuk 9 dice: "También el árbol de la vida en medio del huerto". El pasuk 10 nos dice: "Y salía de Eden un río para regar el huerto, y de allí se repartía en cuatro brazos". Desde el lugar en que estaba el árbol de la vida, fluía un río hacia los cuatro extremos de la tierra. Los pasukim 11 y 12 hablan del oro, del bedelio y del ónice. Como dijimos ya antes, en su estudio, estos asuntos están relacionados con los puntos cruciales de la vida y la edificación. En Bereshit 2 tenemos el árbol de la vida y los materiales para la edificación de Elohim.

 

Resulta muy interesante comparar este relato con los últimos dos capítulos de Hitgalut. En Hitgalut 22 tenemos también el árbol de la vida y el río del agua de vida. Pero cuando llegamos al final de las Escrituras, los materiales para la edificación se encuentran en el edificio, la Nueva Yahrushalayim. La Nueva Yahrushalayim contendrá los mismos materiales que se mencionan en Bereshit 2: el oro, la perla (bedelio) y las piedras preciosas.

 

Si Elohim nos concede el tiempo para completar el estudio-camino de los primeros cinco libros de las Escrituras, o sea, la Torah, veremos que estos son libros acerca de la edificación. Además, los libros históricos, desde Yahoshua hasta Ezrah, NehemYah y Ester, también están relacionados con la edificación. De hecho, el tema principal de estos libros es la edificación de Elohim. Cuando todo en cuanto a la edificación de Elohim iba bien, la situación del pueblo de Yisrael era muy buena, pero cuando la edificación tenía dificultades, la situación era muy distinta.

 

En los libros proféticos la edificación es uno de los temas principales. El libro de Yahjezquel tiene muchos capítulos que contienen la visión de la edificación de Elohim. Ya que el deseo de Yahweh es la edificación, este es el tema de todo el Tanaj.

 

Sin duda alguna las Escrituras dicen mucho acerca de la salvación. No obstante, las Escrituras no culminan con la salvación, sino con el edificio de Elohim, la Nueva Yahrushalayim. A través de toda las Escrituras vemos muchos asuntos relacionados con la edificación. En Bereshit tenemos los materiales para la edificación y en Shemot tenemos la edificación del tabernáculo.

 

 

Los Materiales Preciosos Para La Edificación

 

Los tres materiales preciosos en Bereshit 2: el oro, la perla (el bedelio) y el ónice, se pueden ver en el tabernáculo y en el sacerdocio. Sabemos que en el tabernáculo hay abundancia de oro. Sabemos que el pectoral y las hombreras del efod que llevaba el sacerdote tenían piedras preciosas. Sin embargo, en el tabernáculo, en lugar de perla estaba la plata. La plata representa la redención. En Bereshit 2 está la perla pero no la plata, ya que AÚN NO EXISTÍA EL PECADO. Además, en la Nueva Yahrushalayim habrá perlas en lugar de plata, ya que para ese entonces no habrá más necesidad de la redención. Pero entre Bereshit 2 y Hitgalut 21, definitivamente existe la necesidad de la redención, que es representada por la plata. Por esta razón, en Qorintiyim Alef 3:12 Shaúl menciona el oro, la plata y las piedras preciosas; pero no habla de la perla. La razón por la cual Shaúl menciona la plata y no la perla es que en esta era existe la necesidad de la redención. Entonces, en la edificación del templo en el Tanaj, se utilizaron estos mismos materiales.

 

Shaúl recibió una revelación maravillosa por parte de Elohim acerca de la edificación. Su mención del oro, la plata y las piedras preciosas en Qorintiyim Alef 3 concuerda completamente con el pensamiento de que antes de la caída del hombre en Bereshit no existía el pecado, por tanto no se necesitaba la redención. Pero luego de que el pecado entró en el hombre, era necesaria. En la eternidad no se necesitará la plata, ya que no habrá más pecado. Pero después de la caída y antes de la Nueva Yahrushalayim en la eternidad, debemos tener la plata. Una vez más vemos cuán consistentes son las Escrituras. Lo que Shaúl escribió acerca de la edificación es consistente con la revelación de toda la Escritura.

 

La verdadera espiritualidad es un asunto de edificación. Sin la edificación, o sea, la casa espiritual, no hay santificación, ni espiritualidad, ni poder espiritual. Tal vez un hermano parezca ser noble, santo y espiritual, pero si no es parte del edificio de Elohim, su supuesta riqueza espiritual se convertirá en bancarrota espiritual. La razón para esta condición es que sin la edificación no hay protección ni cubierta.

 

 

Nutridos Para La Edificación

 

Indudablemente Kefá, como uno de los apóstoles principales, aprendió mucho en su vida junto a Yahshua. En su primera epístola, un libro corto de sólo cinco capítulos, él habla claramente acerca de la edificación. Él nos dice que necesitamos ser nutridos a fin de ser edificados como casa espiritual.

 

...deseen como niños recién nacidos la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcan para salvación... para que también se los use como piedras vivas para edificar una casa espiritual, para que sean un sacerdocio santo, a fin de que ofrezcan sacrificios espirituales, agradables a Elohim por medio de Yahshúa el Mashíaj. Kefá Alef 2:2

 

Según estos pasukim, el alimento es propicio para el edificio, la casa espiritual, y esta es para el sacerdocio santo. Kefá habla, en el pasuk 9, del real sacerdocio:

 

Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido, para que anuncien las virtudes de aquel que los ha llamado de las tinieblas a su luz admirable. Kefá Alef 2:9

 

Cuando recibimos el alimento y somos edificados como casa espiritual, como un sacerdocio santo y real, mostramos la excelencia y las virtudes de Aquel que nos llamó.

 

 

En general, los creyentes de hoy se esfuerzan en vano por ser santos, espirituales y poderosos. Se han escrito muchos libros con el propósito de ayudar a los creyentes a ser santos y victoriosos. ¿Cuánta ayuda podemos recibir de estos libros realmente? Yo diría que la ayuda que ofrecen es muy poca o nula.

 

Aún las personas más santas y espirituales han cometido muchas faltas. Sabemos que los fracasos son diferentes a las faltas. Puede que una persona no haya tenido ningún fracaso, pero si muchas faltas. Las faltas en las vidas de los creyentes más espirituales se deben a la falta de la edificación.

 

Muchos santos han aprendido a confiar en Elohim, cómo ser disciplinados por Él y cómo tener la experiencia del madero. También conocen los principios de la vida de resurrección. Pero aunque conozcan todo eso, si no tienen edificación en el Cuerpo, el resultado finalmente será nulo.

 

 

La Meta De Yahweh

 

En las Escrituras y en la vida creyente, los asuntos más básicos son la vida y la edificación. Si no le permitimos a Elohim tener Su edificación entre nosotros, seremos un fracaso en lo que al propósito de Elohim se refiere. La edificación es la única meta de Yahweh. Él desea la Nueva Yahrushalayim por la eternidad. Hoy Él desea la congregación, porque de ella surgirá la Nueva Yahrushalayim.

 

En el Tanaj podemos ver que la meta de Elohim siempre ha sido la edificación. En el desierto Él requería que se levantara el tabernáculo. Después en la tierra santa, la tierra de Kenaán, Él deseaba que se construyera un templo. Muchos pasukim en los Tehilim hacen mención del templo. Esto indica que conforme a la experiencia de los salmistas, la espiritualidad, la victoria y el poder están relacionados con el templo. Este mismo principio se aplica a nosotros hoy. La congregación es el templo para nosotros. Nuestra espiritualidad, victoria y poder deben estar relacionados con la congregación. Pero es muy triste, hasta trágico, que muchos creyentes no se interesan por la congregación y algunos hasta se oponen a ella.

 

La situación entre el pueblo de Elohim es muy desanimante. Así es hasta en los grupos de creyentes que son espirituales. La razón de esto es la falta de la edificación. Donde no hay ejad, no está la Casa de Yahweh. No somos salvos para ir a edificar nuestras casas, sino para edificar la Casa de Yahweh. Él se ocupará de levantar nuestras casas caídas, pero requiere que nosotros nos ocupemos en primer lugar de Su Obra. Y no en los ratos libres.

 

Elohim no ha obtenido Su meta de la edificación. Sin el edificio ¿cómo podemos tener el sacerdocio? Es imposible tener el sacerdocio sin el edificio. Los sacerdotes no son creyentes individuales; por el contrario, son un conjunto; el sacerdocio se compone de sacerdotes que han sido edificados con otros. Además, el servicio sacerdotal se lleva a cabo en conjunto y coordinación. Este sacerdocio corporativo es lo que Elohim está buscando hoy día. Sin embargo, la mayoría de los creyentes insisten en ser sacerdotes ficticios de un templo imaginario... no sirven ni son edificados, y viven en un ilusión que tarde o temprano desmorona como humo.

 

Si estamos fuera de la meta de Elohim, ¿qué podremos obtener? No podremos hacer nada para llevar a cabo el propósito de Elohim.

 

 

La Edificación Y El Sacerdocio

 

En los siguientes mensajes estudiaremos en detalle las vestiduras sacerdotales. Luego veremos que la expresión de Mashiaj, la cual es representada por las vestiduras, es en realidad un edificio. El sumo sacerdote no se ponía el efod para protegerse del frío o mantenerse caliente. Más bien, éste tenía como propósito la edificación; servía para unir el pectoral a las hombreras. Estas hombreras sin duda alguna son una fuerte señal de la edificación. En el pectoral las piedras preciosas estaban incrustadas en oro. Y el pectoral estaba unido al efod. Las hombreras en las que estaban grabados los nombres de las doce tribus de Yisrael también estaban conectadas al efod. Esto nos muestra que el efod estaba relacionado con la edificación.

 

Cuando el sumo sacerdote se presentaba frente a Elohim para recibir Su dirección, éste debía llevar puesto el pectoral con el Urim y el Tumim. Esto significa que debía llevar el edificio. Si el sumo sacerdote no llevaba puesto el pectoral, podía alabar a Yahweh, quemar el incienso y encender las lámparas, pero no podía recibir la revelación de Elohim. El recibir la revelación de Yahweh requiere del pectoral junto con el Urim y el Tumim.

 

El sacerdocio, sin el edificio, se desvanecería. No podemos tener el sacerdocio sin el edificio. La situación entre los creyentes de hoy es muy desanimante debido a la falta de edificación.

 

 

Un Remanente Preservado

 

Mi corazón está entristecido por la condición del pueblo de Elohim. No solamente me decepciona la oposición en contra de la restauración de Elohim, sino mayormente la falta de edificación. Sin embargo, aunque la situación no sea muy animante debemos creer que así como Elohim preservó a siete mil personas en los días de EliYah, también ha preservado un remanente en la actualidad. Cuando EliYah estaba desanimado, pensando que él era el único que había permanecido fiel a Elohim, Él le dijo que no se desanimara, ya que había preservado a siete mil que no había doblado sus rodillas a Baal. En la actualidad, Elohim también ha preservado un grupo de Su pueblo. Él es soberano, y debemos alabarlo por Su soberanía.

 

Debido a nuestra limitación humana, puede ser que aspiremos a que la restauración de Elohim aumente y se multiplique rápidamente. El resultado es que aquellos que no tienen un corazón genuino para Elohim no toman el camino de la restauración. Desisten antes, se desvían, buscan las respuestas rápidas y fáciles. En el pasado vimos como Elohim ha purificado Su restauración. Esta purificación era una prueba para ver quiénes de verdad tenían un corazón por los intereses de Elohim.

 

Todos debemos ver que la meta de la restauración de Elohim es recobrar a Mashiaj como la vida y nuestro todo, a fin de que seamos transformados y edificados. Cuando seamos edificados juntos, Elohim tendrá un edificio. Este edificio es el sacerdocio.

 

 

Seis Cosas

 

Traerás a tu hermano Aharón, con sus hijos, de entre los yisraelitas, para que me sirvan de sacerdotes: Aharón, Nadav y Abihú, Elazar e Itamar, los hijos de Aharón. Haz vestiduras sagradas para tu hermano Aharón, para gloria y hermosura. Y tú hablarás a todos los sabios de corazón, a quienes yo he llenado de espíritu de sabiduría, para que hagan las vestiduras de Aharón, para consagrarle para que sea mi sacerdote. Estas son las vestiduras sagradas que habrán de hacer: el pectoral, el efod, el manto, la túnica bordada, el turbante y el cinturón. Harán esas vestiduras sagradas para tu hermano Aharón y sus hijos, para que me rindan servicio sacerdotal. Shemot 28:1-4

 

Los sacerdotes debían llevar vestiduras especiales. Los militares deben llevar el uniforme apropiado. Mucho más los sacerdotes, ya que en las Escrituras, la vestidura implica una cobertura de naturaleza y comportamiento. Como un grupo de servidores, los sacerdotes del Tanaj debían llevar vestiduras designadas para los sacerdotes. Shemot 28:4 menciona que estas vestiduras incluían seis cosas: el pectoral, el efod, el manto, la túnica bordada, el turbante y el cinturón.

 

El pectoral se componía de doce piedras preciosas incrustadas en oro. Debajo de éste estaba el efod. En hebreo efod quiere decir unir. El efod era parecido a un chaleco. La túnica era un vestido largo que se extendía desde los hombros hasta los pies, que cubría completamente el cuerpo del sacerdote. Elohim requería que los sacerdotes se cubrieran por completo, que ninguna parte de su cuerpo estuviese al descubierto. El manto se coloca encima, es más corto normalmente que la túnica, pero no tenemos medidas exactas. Además de estas cuatro cosas, estaban el turbante y el cinturón. El turbante era una cubierta para la cabeza, y el cinturón se usaba para ceñir los lomos.

 

 

La Expresión De Mashiaj

 

En los próximos mensajes estudiaremos en detalle cada una de las vestiduras sacerdotales. Pero en este mensaje la meta es que tengamos un entendimiento general de la importancia de las mismas.

 

Las vestiduras sacerdotales indican que los que sirven a Elohim como sacerdotes deben tener una expresión especial. Estas vestiduras pueden ser comparadas al uniforme de un policía. Cuando vemos a alguien vestido de policía, sabemos que es un policía, porque su uniforme lo expresa. Esto también es cierto en cuanto a las vestiduras de un juez en una corte. Estos dos casos nos muestran el hecho de que la ropa representa la expresión interna. Según el B'rit Hadashá, las vestiduras sacerdotales representan la expresión de Mashiaj. Cada aspecto de estas vestiduras representa un atributo o virtud de Mashiaj. Por lo tanto, éstas son la expresión de Mashiaj por parte de los servidores.

 

Las vestiduras sacerdotales, así como su expresión, calificaban a los sacerdotes. Si los sacerdotes llevan otro tipo de vestiduras, no estarían calificados para servir como tales. De nuevo podemos usar como ejemplo el uniforme de policía. Un policía debe llevar el uniforme apropiado cuando está de guardia. El uniforme es lo que lo califica para ese servicio. Si llevara otra ropa, aunque sea muy fina y costosa, no estará calificado. Para estar calificado debe llevar el uniforme de policía. Siguiendo el mismo principio, la expresión de Mashiaj califica a los sacerdotes para servir. Tal vez digamos que somos los sacerdotes, pero ¿tenemos la expresión de Mashiaj que nos califica para servir como sacerdotes? La expresión de Mashiaj determina si estamos calificados o no para ser los sacerdotes. Esta expresión es lo que nos califica.

 

Las vestiduras sacerdotales también santifican a los sacerdotes. Éstas los separaban de la otra gente. Esto también sucede en el caso de un policía con uniforme. Si un hombre con un uniforme de policía se acerca a nosotros y nos habla, con toda seguridad le mostraremos respeto. Pero si alguien sin el uniforme apropiado trata de actuar como si fuera un policía, no le mostraremos el mismo respeto, o al menos exigiremos ver sus credenciales que le dan ese derecho. Por no llevar puesto el uniforme no será considerado diferente a los demás. Del mismo modo, los sacerdotes estaban santificados, separados para Elohim, por sus vestiduras. Shemot 28:3 dice: "Que hagan las vestiduras de Aharón, para consagrarle para que sea mi sacerdote". En este pasuk consagrar significa separar para Elohim, para Su propósito único. Los sacerdotes eran consagrados por medio de la expresión de Mashiaj. Si expresamos a Mashiaj, esta expresión nos calificará y nos santificará.

 

Los pasukim 2 y 4 de Shemot 28 hablan de "las vestiduras sagradas". El pasuk 3 dice que las vestiduras de Aharón lo consagraban para servir como un sacerdote para Elohim. Las palabras "sagradas" y "consagrar" indican que un sacerdote de Elohim debe estar separado para Él, para Su propósito. Estar separado de esta manera es lo mismo que ser sagrado y consagrado.

 

El significado de las vestiduras sacerdotales es la expresión de Mashiaj en el sacerdocio. Esto quiere decir que las vestiduras representan a Mashiaj vivido por el sacerdocio. No sólo tenemos a Mashiaj como corporificación de Elohim, la naturaleza divina de Mashiaj, la humanidad elevada de Mashiaj, y el Ruaj de Mashiaj con los pasos de su proceso, sino también tenemos la expresión de Mashiaj.

 

Si en nuestro diario vivir no tenemos la expresión de Mashiaj, todo lo que hagamos en las reuniones de la congregación será una hipocresía. Nuestro hablar y actividades en las reuniones serán hipócritas. Si no tenemos las vestiduras sacerdotales, no estamos calificados o equipados para encender las lámparas. Lo que califica a un sacerdote para encender las lámparas que están en el Lugar Santo es la expresión de Mashiaj. Como sacerdotes que encienden las lámparas necesitamos la expresión apropiada de Mashiaj. La conjunción "y" al principio del capítulo veintiocho indica que las vestiduras sacerdotales son necesarias para el alumbrado de las lámparas.

 

Como sacerdote, ¿qué tipo de vestiduras, qué expresión, tenemos en las reuniones de la congregación? Si tratamos de encender las lámparas en el santuario sin tener la expresión apropiada de Mashiaj, la cual es tipificada por las vestiduras sacerdotales, experimentaremos una muerte espiritual. Esto quiere decir que tendremos la experiencia de muerte divina ya que no estaremos vestidos adecuadamente a los ojos de Elohim. Los sacerdotes necesitan una túnica larga que los cubra completamente. Mashiaj es esta túnica sacerdotal.

 

Si nuestro hablar en las reuniones es hipócrita, o sea, que no expresa a Mashiaj genuinamente, experimentaremos muerte, y ésta traerá tinieblas. Por lo tanto, si queremos encender las lámparas que están en el santuario, debemos llevar las vestiduras sacerdotales. En los mensajes siguientes estudiaremos en detalle el significado de las diferentes vestiduras. Veremos que describen varios aspectos de la expresión de Mashiaj. En este mensaje mi meta era mencionar de manera general que necesitamos la expresión de Mashiaj para estar equipados y calificados para encender las lámparas que están en la morada de Elohim. Todos debemos llevar una túnica sacerdotal.

 

 

Para Gloria Y Hermosura

 

Shemot 28:2 dice: "Y harás vestiduras sagradas a Aharón tu hermano, para gloria y hermosura". Las palabras "gloria" y "hermosura" abarcan mucho. La palabra traducida como gloria es KABOD (H3519), que implica "peso", en este sentido gloria, esplendor. La frase "para gloria" significa expresar la divinidad de Mashiaj:

 

Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros, y vimos su gloria, una gloria como del unigénito del Padre, lleno de amor y verdad. Yahanan 1:14

 

Él es el reflejo de Su gloria y la expresión exacta de Su ser, quien sustenta todas las cosas con su palabra poderosa... Ivrim 1:3a

 

Yo les he dado la gloria que tú me has dado, para que sean uno, así como también nosotros somos uno. Yahanan 17:22

 

La gloria se refiere a la divinidad de Mashiaj. En nuestra expresión de Mashiaj debe haber algo de la naturaleza divina. Esta es tipificada por el oro que era parte de las vestiduras sacerdotales. Esto tipifica que la divinidad, la naturaleza divina, es parte de la expresión de Mashiaj. Un sacerdote debe expresar la divinidad de Mashiaj.

 

Si leemos las Besoroth con detenimiento, veremos que aunque Yahshua de Nazaret tuvo un vivir humano, SU HUMANIDAD EXPRESABA LA GLORIA DE ELOHIM. Esto quiere decir que la divinidad estaba presente en Su vivir humano, la cual es tipificada por el oro en las vestiduras sacerdotales. El Adón Yahshua verdaderamente expresó la gloria de Elohim. Yahanan 1:14 dice que ellos contemplaron su gloria. Los discípulos contemplaron la gloria de Yahshua, la gloria del Hijo unigénito de Elohim. Además, Ivrim 1:3 dice que Mashiaj expresa a Elohim con los atributos divinos.

 

Las vestiduras sacerdotales eran tanto para la hermosura como para gloria. La hermosura en 28:2 se refiere a la expresión de la humanidad de Mashiaj. Su divinidad se relaciona con la gloria, y Su humanidad a la hermosura.

 

La palabra "hermosura" es TIFARÁ (H8597), y significa belleza, viene de TIFERET, relucir. En este caso, es expresar la humanidad de Mashiaj:

 

Porque somos hechura de Elohim, creados en el Mashíaj Yahshúa para hacer las buenas obras que Elohim preparó de antemano para que anduviésemos en ellas. Efesiyim 2:10

 

Los evangelios revelan que en la vida y en el diario vivir de Yahshua podemos ver la gloria divina y también Su hermosura humana. En Elohim la divinidad y la humanidad se mezclan de una manera perfecta. Están mezcladas como los hilos en un tejido. En Yahshua la gloria divina ha sido tejida con la hermosura humana. Por esta razón, en Él contemplamos la gloria divina y la hermosura de Sus virtudes.

 

Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido, para que anuncien las virtudes de aquel que los ha llamado de las tinieblas a su luz admirable. Kefá Alef 2:9

 

Aquí las virtudes o excelencias son la gloria divina (los atributos divinos), y la hermosura humana son las virtudes que se expresan en la humanidad.

 

Si vivimos a Mashiaj y Él vive en nosotros, será expresado. Si tenemos tal expresión, otros se darán cuenta de que en nuestro vivir hay algo glorioso. A la vez, tendrán el sentir de que en nuestro diario vivir hay una expresión hermosa de las virtudes humanas. En la expresión de Mashiaj se pueden ver la gloria divina y la hermosura humana.

 

Por treinta y tres años y medio, Yahshua expresó la gloria divina con la hermosura humana. Él tuvo esta expresión cada hora, cada minuto de Su vida en la tierra. La gloria divina y la hermosura humana nunca le faltaron ni por un momento.

 

Sin embargo, nosotros somos diferentes a Yahshua en este asunto. Tal vez expresemos a Elohim con Su gloria y hermosura en la mañana, pero más tarde, expresamos algo pobre y bajo. Es como si la gloría divina se hubiera ido y la hermosura humana hubiera desaparecido. En su lugar, expresamos la vida natural caída. Yo debo confesar que ésta es mi experiencia a menudo. En este asunto, todos somos iguales, y padecemos la misma enfermedad espiritual. La única diferencia que puede haber entre nosotros es el grado en que esto ocurre, tanto en frecuencia como en intensidad. A medida que avanzamos y crecemos, y sometemos nuestra carne, con mayor frecuencia e intensidad reflejaremos a Mashíaj.

 

Pero debido a que mayormente expresamos más la vida natural caída que a Mashiaj con la gloria divina y la hermosura humana, debemos pedir a Elohim Su misericordia, humillarnos, rogarle que nos conceda Su gracia para poder expresar cada vez más la gloria divina y la hermosura humana de Yahshua; es decir, que seamos conformados a Su imagen y semejanza. Necesitamos este tipo de vivir para estar consagrados y ser aptos para estar en el sacerdocio.

 

Quisiera hacer énfasis en el hecho de que lo que nos consagra y nos hace aptos para ser el sacerdocio es una vida que expresa a Mashiaj con la gloria divina y la hermosura humana. Este es un asunto práctico, real y concreto. Está más allá de la simple teoría o comprensión mental de este asunto. Si no estamos expresando la gloria divina y la hermosura humana, estamos separados del sacerdocio, del conjunto de los sacerdotes. Nosotros somos los que "tejemos" nuestras vestiduras espirituales con el material de la gloria y la hermosura de Mashíaj, siempre unidos a Él. Separados de Él, no podemos tejer nada.

 

Estas vestiduras sacerdotales no son las vestiduras de lino fino, nuestra cobertura de justicia. Esas son indispensables para poder entrar en el atrio y también, claro, para poder entrar en el Ojel Moed propiamente dicho. Por eso el sacerdote lleva, debajo de todo, la túnica. Esa es la túnica de la justicia que hemos recibido de Mashíaj, pero aún sobre ella debemos colocar el resto de las partes, que no se elaboran separados de Yahshua. En sí, nada hay que podamos hacer separados de Él, pero podemos recibir las túnicas de lino fino sin recibir el resto de las ropas de los sacerdotes. Y vemos también que además, las vestiduras del Sumo Sacerdote también eran diferentes de las del resto de los sacerdotes. De manera que vemos que hay diferentes niveles a los cuales debemos acceder. Recordemos que el Sumo Sacerdote es el único que tiene acceso al Lugar Santísimo.

 

Algunos podrán argumentar que Yahshua es nuestro Kohen Gadol, y eso es verdad. Sin embargo, debemos dejar de negar que ESTAMOS SIENDO PREPARADOS COMO SACERDOTES COMPLETOS. La comprensión de las cosas espirituales, ya lo hemos dicho muchas veces, no puede compararse con la comprensión material. En su momento, cuando seamos glorificados, todos seremos semejantes a Mashíaj en todo, excepto en Su Obra, y ministraremos a Yahweh de manera directa, como está escrito:

 

Verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes. Hitgalut 22:4

 

Para ver su rosto, es necesario ser Sumos Sacerdotes. Por ahora, sólo somos aprendices, pero no debemos conformarnos con ser aprendices de sacerdotes, sino ir al fondo del deseo de Yahweh: que el hombre sea su Sumo Sacerdote a plenitud, en la imagen perfecta de Yahshua ha Mashíaj.

 

Si estamos separados de Yahshua, entonces no estamos en el edificio, y tampoco estamos en el sacerdocio. Pero siempre que expresamos la gloria divina mezclada con la hermosura humana, estamos verdaderamente en el edificio. Y así podemos ser edificados como el sacerdocio. Como ya hemos dicho, tanto el sacerdocio como la edificación son cosas corporativas, no individuales.

 

Lo que se expresa en nuestro vivir no es sólo un asunto de doctrina; es cosa práctica y de la experiencia de vida. Si analizamos nuestra experiencia, nos daremos cuenta de que siempre que nos separamos de los santos y hemos sido individualistas, inmediatamente hemos expresado la vida natural caída en lugar de expresar a Mashiaj con la gloria divina y la hermosura humana. Aquellos que tienen trabajos seculares probablemente tienen mayores dificultades para expresar la gloria divina y la hermosura humana, sobre todo en este mundo actual, y hasta aquellos que trabajan para el ministerio puede que fallen en esto. Hasta los que aman a Elohim, y al ministerio, y desean ayudar en el servicio tal vez no estén en realidad edificados con otros. Por el contrario, algunos podrían estar aislados e individuales. Siempre que nos separamos de los kadoshim, dejamos de expresar la gloria divina o la hermosura humana.

 

Alabamos a Elohim porque en la vida de congregación hemos sido verdaderamente agraciados por Él. Los hermanos y hermanas en la congregación siempre son ejad genuinamente. No obstante, por lo menos en ocasiones no tenemos la expresión de la gloria divina y la hermosura humana en nuestro servicio. Esto quiere decir que no llevamos nuestras vestiduras sacerdotales, las vestiduras sagradas para gloria y hermosura. Si nos falta la gloria divina y hermosura humana, no tenemos el sacerdocio, ya que no estamos calificados ni tenemos la consagración necesaria para el sacerdocio. Necesitamos estar continuamente vestidos. Espero que recibamos la ayuda de esta palabra y reconsideremos nuestra situación y condición, día tras día.

 

 

Aferrados A Mashiaj

 

Sólo el sumo sacerdote tenía el derecho de ponerse el efod. Esto significa que como creyentes no tenemos en nosotros el poder o la fuerza de ponernos lo que el efod representa. Sólo Mashiaj lleva verdaderamente el efod. Sólo Él tiene el poder de aferrar y la fuerza para ceñir, de manera que nosotros sólo podemos representarlo EN LA MEDIDA EN QUE ESTAMOS UNIDOS A ÉL. Si aspiramos a ser sumos sacerdotes de Mashíaj, necesitamos estar en Él y Él en nosotros. Separados de Él, nada podemos hacer. Ni siquiera podríamos ser simples sacerdotes. Mashiaj nos aferra, nos une y nos sostiene en Él. Podemos decir que Mashiaj nos une a Sí mismo. El poder que sostiene es Su gloria divina y hermosura humana.

 

Debemos recordar que el efod era la pieza de las vestiduras que se usaba para sujetar todo lo que se colocaba sobre el Sumo Sacerdote. Había tres cosas sujetadas al efod: las dos hombreras y el pectoral. Debido a esto, también estaban sujetadas, unidas, ceñidas del Sumo Sacerdote mismo. Una vez unidas a él, no se podían caer. Este es el significado del efod.

 

Mashiaj, como el Sumo Sacerdote, tiene el poder que sujeta, la fuerza que amarra, la habilidad para unir. Nosotros no tenemos este poder, ni fuerza, ni habilidad, no en nosotros mismos. Sólo lo tenemos en parcialidad y eso también depende de la medida en que permitamos que la Ley de Yahweh (el propio Mashíaj) sea grabado en nosotros.

 

En ocasiones los creyentes hablan acerca de la manera en que Elohim los sostiene, los abraza y los mantiene. Cuando yo era joven, pensaba que Yahshua nos sostenía como un pastor sostiene a un cordero en sus brazos. Yo me imaginaba a Elohim como Aquel que nos abraza y nos lleva por este camino. Pero si analizamos el cuadro del efod veremos que Él no sólo nos sostiene, sino que nos une y aferra a Si mismo, tal como en el caso de las piezas con el efod. Sostener no es tan importante como aferrar, y sujetar no es tan importante como ceñir y unir. Nosotros estamos aferrados de Mashiaj; estamos atados a Él, y no por nuestra fuerza sino por la suya. Es cierto que Mashiaj nos sostiene y nos lleva, pero no nos lleva como un pastor carga en sus brazos a una oveja. Más bien, Él nos lleva tal como el sumo sacerdote llevaba el efod que estaba aferrado fuertemente de las hombreras y del pectoral. Nosotros estamos amarrados a Él.

 

Mashiaj sostiene a todo el pueblo de Elohim por medio de Su gloria divina y hermosura humana. Esto quiere decir que Su gloria divina y hermosura humana son la fuerza para que estemos aferrados de Él.

 

Luego toma dos piedras de ónice y graba sobre ellas los nombres de los hijos de Yisrael: seis de sus nombres en una piedra, y los nombres de los otros seis en la otra piedra, en el orden de su nacimiento. Shemot 28:9-10

 

Estas piedras de ónice grabadas con los nombres de los hijos de Yisrael nos representan a nosotros, los creyentes, a todo el pueblo de Yisrael. Por lo tanto, éstas representan al pueblo redimido de Elohim. El pasuk 12 dice:

 

"Y pondrás las dos piedras sobre las hombreras del efod, para piedras memoriales a los hijos de Yisrael; y Aharón llevará los nombres de ellos delante de Yahweh sobre sus hombros por memorial".

 

Esto significa que el pueblo redimido de Elohim está sobre los hombros de Mashiaj. No estamos sobre sus brazos como ovejas; sino que estamos sobre Sus hombros como piedras de ónice. Somos las piedras preciosas sobre el efod, la pieza que aferra, la cual se compone de la gloria divina y de la hermosura humana.

 

La palabra hebrea para "ónice" es SHÓAM (H7718). Es interesante saber que la expresión "shohám" (שהם) podría remitirse a la raíz "séh", que significa "cordero", o bien a la raíz "shovéh", que significa "ser semejante".

 

Es la primera piedra preciosa mencionada en la Torah. En sus primeras líneas se nos cuenta que la "tierra de Hávilá" era rica en ónice en los albores de la historia:

 

"El oro de aquella tierra es bueno; allí hay bedelio y ónice". Bereshit 2:12

 

Aharón es un tipo del Mashíaj (es decir, lo representa proféticamente). Aharón llevaba los nombres de Yisrael ante Yahweh siempre que él entrara en la Tienda, y se identificaba a sí mismo con ellos. Justamente la expresión que se ha traducido "para piedras memoriales a los hijos de Yisrael", debería en verdad decir: "como piedras de recuerdo a favor de los hijos de Yisrael". Esto quiere decir que aquellas piedras harían que Aharón recordara siempre en su pensamiento y en sus oraciones a los hijos de Israel, fijando permanentemente en ellos su pensamiento, y ello lo prepararía para recibir la profecía concerniente a los asuntos de los hijos de Israel.

 

Desde el día de nuestra salvación, todos hemos sido sostenidos por Mashiaj. Sin embargo, ¿sabíamos acaso qué es lo nos ha sostenido todo este tiempo? Tal vez algunos digan que Mashiaj es poderoso y que somos sostenidos por Su poder. Es cierto que Yahanan 10:28 indica esto: "Y Yo les doy la vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano". Esto declara que el poder de Mashiaj nos sostiene. En Yahanan 10:29 Yahshua continúa diciendo: "Mi Padre me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de Mi Padre". Hay dos manos que sostienen a los creyentes: la mano del Hijo y la mano del Padre.

 

 

La Experiencia De Estar Aferrados A Elohim

 

Necesitamos preguntarnos cómo somos aferrados de Elohim en nuestra experiencia. Puede que algunos digan que están aferrados por la fe. Tal vez oren pidiendo que Yahshua le dé la fe para poder creer que están en Su mano y que Él los aferra. Muchas veces he orado de esta manera. He tenido muchas experiencias de este tipo de oración y de esta manera de creer. Pero mientras oro de esta manera, tal parece que menos confío en Elohim. Cuanta más fe le pido, menos fe tengo. Muchos creyentes han tenido experiencias similares a esta. El Padre nunca nos dará fe: Él nos colocará en situaciones en las cuales nosotros podamos salir de la carne y, en el ruaj, manifestar la gloria divina y la hermosura humana de Mashiaj. No hay necesidad de que tratemos de creer en Él. No es una cuestión de esfuerzo, sino una cuestión de POSICIÓN. Como todas las cosas espirituales, no tiene una explicación que nos quite todas las dudas acerca de si "es así" como se hace o no, son cosas que SE EXPERIMENTAN, y con el tiempo el Ruaj nos indica que eso que ahora estamos viviendo es lo que habíamos pedido. Normalmente no nos damos cuenta ni siquiera cuando comenzamos a experimentarlo; sólo nos damos cuenta cuando ya estamos bastante afirmados.

 

El poder que aferra no viene por pedir con fe; sino por lo que Él es y tiene y que ya es nuestro, por lo cual lo experimentamos y lo vivimos. El Adón tiene la gloria divina y la hermosura humana. Él es glorioso y es hermoso. Siempre que nos detenemos ante Él y lo admiramos, estamos aferrados de una manera práctica en nuestra experiencia. No hay necesidad de que tratemos de creer o confiar en Él, debido a que ya estamos ceñidos de Él.

 

Creo que muchos de nosotros hemos tenido esta experiencia al leer las Besoroth. Por medio de leer acerca de la vida de Mashíaj en la tierra, vemos Su gloria divina y Su hermosura humana y estamos ceñidos de Él. Luego sentimos que estamos seguros y a salvo. Nos damos cuenta de que nunca nos separamos de Él. Esta es la experiencia del efod.

 

¿Tenemos nosotros un efod como éste? Yo estoy muy segura de que no lo tengo. Tampoco Aharón lo tenía. Por ahora somos sólo representantes en aprendizaje, no tenemos la plenitud que se necesita para sostener a nadie. Si ustedes me estudian a mí, no se ceñirán a mí. Estoy carente de la gloria divina y de la hermosura humana. Aunque seamos sus representantes, no podemos ceñirnos a ningún humano, aún cuando Él mismo lo haya levantado. El único que nos da la unidad entre todos es el propio Mashíaj, nuestro efod. Pero aún cuando no tenemos la capacidad, estamos llamados a imitarlo en todo, aunque sea parcialmente.

 

 

Los Materiales Para El Efod

 

Ellos, pues, recibirán el oro, las telas azules, púrpuras y escarlatas, y el lino fino. Harán el efod de oro, de tela azul, púrpura y escarlata, y de lino fino torcido, elaborado con diseños. Shemot 28:5-6

 

Mashiaj tiene un efod de oro, azul, púrpura, carmesí, y lino torcido. Son los mismos materiales que para la primer cubierta del Tabernáculo, el velo y las cortinas de entrada. Aquí el oro se refiere a un hilo de oro. Primero se golpeaba el oro para formar unas placas delgadas y luego se cortaba en hilos que se entretejían en la tela. El oro representa la divinidad de Mashiaj. El azul representa lo celestial que Él es, y el púrpura Su realeza, que Él es rey. El carmesí representa la obra redentora que efectuó sacrificándose a Sí mismo por medio del derramamiento de Su sangre. El lino fino representa la vida humana de Elohim. La torcedura del mismo nos indica Sus sufrimientos.

 

El oro, el azul, el púrpura y el carmesí estaban tejidos con el lino fino torcido para hacer el efod, la pieza de las vestiduras que se usaba para ceñir. Esta pieza nos ciñe, nos aferra, nos une a Mashiaj. Estamos unidos a Él de una manera hermosa y gloriosa. Tanto la divinidad como la humanidad están entretejidas en el efod. En el efod vemos lo celestial y la realeza de Mashiaj; también vemos Su obra redentora. Ya que el efod incluye todos estos elementos, Mashiaj tiene el poder para sostenernos. El tiene la fuerza para ceñirnos a Él.

 

Tal parece que este mensaje contiene más que simplemente una palabra objetiva acerca de Mashiaj. De hecho, el asunto del efod es muy subjetivo y está relacionado con la experiencia. Nos muestra cómo disfrutar a Mashiaj y cómo experimentarlo a Él.

 

 

Y su cinto de obra primorosa que estará sobre él, será de la misma obra, parte del mismo; de oro, azul, púrpura, carmesí y lino torcido. Shemot 28:8

 

La palabra en hebreo que se traduce "cinto" (o cinturón, ceñidor, etc.) es EFUDDÁ (H642), el femenino de efod. Ésta también refuerza la idea de que el efod se usaba para ajustar, ceñir y atar. Como ya vimos, se componía de la divinidad de Mashiaj, Su realeza y lo celestial que es, Su redención y Su fina humanidad. Por lo tanto, en el efod vemos la gloria divina de Mashiaj y Su hermosura humana, Su propia naturaleza como vestidura fina siendo colocada sobre los que buscan ser sumos sacerdotes como Él, a Su imagen y semejanza. Si eso buscamos, deberemos recibir no sólo las vestiduras de lino fino, sino mucho más el manto azul (que ya estudiaremos) y el efod. También al efod estudiaremos más a fondo más adelante.

 

Cuando el Kohen Gadol estaba junto con los otros sacerdotes, el sobresalía como el más divinamente glorioso y el más humanamente hermoso, ya que era el único que tenía el efod junto con las hombreras y el pectoral. Ninguno de los otros sacerdotes tenía un efod. El efod era una pieza especial, hermosa y gloriosa, y es la gloria y la belleza del Mashíaj que nosotros reflejamos también.

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