PIEDRAS VIVAS
CLE02 94
El Ojel Moed 26
La Santificación Para Ser Sacerdotes
02: La Ofrenda Por El Pecado
Aharón, el sumo sacerdote, tuvo la experiencia de Pésaj en Mitzrayim. En cuanto al llenar de las manos de Aharón, la del pecado fue la primera ofrenda que se le presentó a Elohim. ¿No fue esto una repetición de Pésaj? ¿No estaba incluida la ofrenda por el pecado en Pésaj? Estas preguntas son difíciles de contestar. Todos experimentamos Pésaj cuando fuimos salvos. ¿Por qué, entonces, necesitamos la ofrenda por el pecado? ¿Por qué al llenar las manos de los sacerdotes había la necesidad de la ofrenda por el pecado?
Cuando fuimos salvos y experimentamos Pésaj, nuestros pecados fueron perdonados. No obstante, cuando venimos a Elohim, todavía necesitamos la ofrenda por el pecado. No importa por cuánto tiempo hemos sido salvos, siempre que vamos a servir a Elohim, necesitamos la ofrenda por el pecado, ya que todavía estamos en la carne, en la vieja creación. Para servir a Elohim como sacerdotes se requiere de la ofrenda por el pecado. Hasta para entrar en contacto con Elohim en la mañana se requiere de ésta. Servirle a Elohim como un sacerdote es un gran asunto, y tener contacto con Él en la mañana puede parecer comparativamente pequeño, pero en ambos casos necesitamos la ofrenda por el pecado y la de la transgresión, y en ambos casos estamos entrando en Su presencia para ministrarle y ser ministrados por Él, para comer en Su presencia, pero para eso necesitamos primero que Él sea alimentado.
Esto es lo que les harás al consagrarlos para que me sirvan como sacerdotes: Toma un novillo joven de la manada y dos carneros sin tacha... Entonces ordenarás a Aharón y a sus hijos. Conduce al novillo al frente de la Carpa de Reunión, y que Aharón y sus hijos pongan su manos sobre la cabeza del novillo. Degüella el novillo delante de Yahweh, a la entrada de la Carpa de Reunión, y toma un poco de sangre del novillo y ponla en los cuernos del altar con tu dedo; luego derrama el resto de la sangre en la base del altar. Toma toda la grasa que cubre las entrañas, la protuberancia sobre el hígado, y los dos riñones con la grasa que tienen, y conviértelos en humo sobre el altar. Al resto de la carne del novillo, su cuero y su estiércol, les prenderás fuego fuera del campamento; es una ofrenda por el pecado. Shemot 29:1,10-14
Ya vimos que los sacerdotes necesitaban ponerse las vestiduras sacerdotales exteriormente y ser llenados internamente con el alimento, y que ambas cosas representan aspectos diferentes de Mashiaj.
Shemot 29:1 y 10-14 habla acerca del becerro que se ofrecía como la ofrenda por el pecado de los sacerdotes. Esta ofrenda es Mashiaj buscando la manera de llenar nuestro vacío. Este vacío es un asunto de hambre interna. Si tenemos hambre estamos vacíos por dentro. Las vestiduras sacerdotales representan a Mashiaj cubriendo nuestra desnudez. Cuando lo tenemos a Él como nuestras vestiduras sacerdotales, ya no estamos desnudos. Por el contrario, tenemos una expresión de gloria y hermosura. Esto quiere decir que externamente tenemos a Mashiaj cubriendo nuestra desnudez. Pero aún necesitamos que Mashiaj nos llene por dentro. A fin de llenar nuestro vacío por dentro, Mashiaj debe ser nuestra ofrenda por el pecado.
Este tipifica a Mashiaj siendo fuerte y rico en vida. Vimos que Aharón y sus hijos ponían sus manos sobre la cabeza del becerro, lo cual representa a los creyentes-sacerdotes siendo identificados con Mashiaj. Según el pasuk 11, Moshe debía matar al becerro delante de Elohim A LA PUERTA DEL TABERNÁCULO DE REUNIÓN. Esto significa que Mashiaj fue inmolado por Elohim, representado por Moshe, delante de Elohim y frente a Su pueblo:
Pero Yahweh escogió quebrantarlo por padecimiento, para que, si se puso como ofrenda por la culpa, pudiera ver descendencia y tener una vida larga, y que por su medio prosperara el propósito de Yahweh. YeshaYah 53:10
Ya mencionamos que el quemar de la grosura que cubría las vísceras, el hígado y los dos riñones representa las riquezas y la dulzura del ser interno de Mashiaj ofrecido a Elohim para Su satisfacción. Quemar la carne del becerro con su piel y estiércol fuera del campamento representa el ser externo de Mashiaj siendo sacrificado por los creyentes en la tierra para su redención, la carne que fue sacrificada, habiendo sido hecha pecado.
Dos Tipos De Quemado
La ofrenda por el pecado no era alimento para los sacerdotes. Ésta se quemaba completamente.
Toma toda la gordura que cubre las entrañas, la protuberancia sobre el hígado, y los dos riñones con la grasa que tienen, y conviértelos en humo sobre el altar. Al resto de la carne del novillo, su cuero y su estiércol, les prenderás fuego fuera del campamento; es una ofrenda por el pecado. Shemot 29:13-14
Estos pasukim nos hablan de dos tipos de quemado diferentes. El primero, que se describe en el pasuk 13, es el quemado de la grosura del hígado y de los riñones sobre el altar. Esto produce un olor fragante que subía a Elohim para Su satisfacción. Era como cuando se quemaba el incienso, el cual no era para juicio ni purificación, sino para el deleite de Elohim. La palabra hebrea que se traduce "quemar" en el pasuk 13 es CATÁR (H6999), el mismo término que se usa para quemar el incienso (véase los pasukim 18 y 25), y significa literalmente ahumar, es decir, convertir en humo. Los sacerdotes quemaban el incienso como olor agradable para satisfacer a Elohim. Elohim disfrutaba del aroma del incienso. En cuanto a la ofrenda por el pecado, la grosura interna y algunas otras partes se quemaban para el deleite de Elohim.
Este quemar satisfacía los requisitos de Elohim, los cuales se dividen en tres categorías principales: Su justicia, santidad y gloria. Elohim es justo, es santo y está lleno de gloria. Por lo tanto, Su justicia, santidad y gloria exigen algo de nosotros. Si carecemos de la gloria de Elohim y no correspondemos a Su justicia y santidad, fallamos en cumplir con Sus requisitos y por ende somos condenados.
La grosura de la ofrenda por el pecado satisfacía los requisitos de Elohim. La grosura del becerro proviene de la riqueza del mismo. Esto tipifica lo dulce y rico de la perfección de Mashiaj y satisface los requisitos de la justicia, santidad y gloria de Elohim. Quemar la grosura y las otras vísceras produce un olor grato para la satisfacción de Elohim; Él es completamente satisfecho con esto. Por tanto, el primer tipo de quemado se refiere a que la ofrenda por el pecado satisfacía a Elohim completamente.
El segundo tipo de quemado se describe en el pasuk 14, era el de la carne, la piel, y el estiércol fuera del campamento. Estas partes de la ofrenda eran quemadas con el fuego del juicio. No se hacía sobre el altar, sino fuera del campamento, lo cual representa abandono y juicio. Como podemos ver, se trataba de las partes "carnales" del animal: la carne, la piel que lo recubría y el estiércol (cuando un ser vivo muere, sus intestinos dejan de retener sus heces). Todas estas partes representan nuestro viejo hombre, el cuerpo de muerte.
Por un lado, Mashiaj era aceptado como olor grato a Elohim, para satisfacer todos Sus requisitos; por el otro, Mashiaj era abandonado, condenado, juzgado y quemado fuera del campamento, fuera de la morada de Elohim y lejos del pueblo de Elohim.
Todos los sacrificios representan a Mashíaj, pero también nos representan a nosotros como lo que nosotros mismos ofrecemos. Por supuesto, son también cuadros de una realidad espiritual: la carne y la gordura representan diferentes aspectos de nuestro crecimiento: la carne que sometemos al madero es la que arde completamente para expiación (la carne que debe ser juzgada y pasada a través del fuego), la grasa cuyo humo sube es lo que obtenemos de Mashíaj y ofrecemos a Yahweh como olor grato, el Mashíaj que se forma en nosotros es ofrecido a Yahweh para que lo disfrutemos juntos. Luego estaban las partes de la carne que debían ser comidas, disfrutadas como alimento que nos consubstancia con Mashíaj. Tenemos que ver los sacrificios con ojos espirituales, para poder comprender que Mashíaj NO VINO A ABOLIR NADA, NI SIQUIERA "REEMPLAZÓ" LOS SACRIFICIOS ANIMALES. Él simplemente vino a traer la realidad de esos cuadros.
Mashiaj Como La Ofrenda Por El Pecado
La ofrenda por la transgresión se encarga de nuestros pecados, pero la ofrenda por el pecado se encarga de nuestro pecado, a saber, nuestra naturaleza pecaminosa. Si queremos ser los sacerdotes que sirven a Elohim, debemos darnos cuenta de que, aunque hemos sido salvos, AÚN TENEMOS LA NATURALEZA PECAMINOSA. Nosotros tenemos el viejo hombre con su naturaleza pecaminosa, y (si hemos creído en Mashíaj), el nuevo hombre. Cuando llegue la hora de nuestra muerte, quienes tengan el nuevo hombre tendrán su "segunda oportunidad" y serán glorificados, porque en su interior tienen la vida eterna.
Esta naturaleza satánica del viejo hombre existirá en nuestro cuerpo hasta que seamos transfigurados. Puedo testificar que no importa cuánto tiempo hayamos sido salvos, nuestra naturaleza pecaminosa NO CAMBIA. Por eso es inútil toda tentativa de "maquillarla". Nunca debemos creer en la doctrina de la erradicación, la cual plantea que la naturaleza pecaminosa es erradicada de una persona cuando cree en Mashiaj. No, nuestra naturaleza todavía existe, y Shaúl describe esta situación en el libro de Romaniyim. Por lo tanto, siempre que vamos a servirle a Elohim como sacerdotes, debemos recordar que tenemos esta naturaleza y que necesitamos a Mashiaj como nuestra ofrenda por el pecado para que Él se encargue de ésta.
Mashiaj ha cumplido con todos los requisitos de Elohim para satisfacerlo, y ha llevado el juicio de Elohim por nosotros. Nuestra naturaleza pecaminosa ha sido juzgada en Él. Siempre que tomamos a Mashiaj como nuestra ofrenda por el pecado, nos juzgamos pecadores, incluso el pecado como tal. Necesitamos a Mashiaj como nuestra ofrenda por el pecado y ser juzgados una y otra vez. En Romaniyim 8:3, Shaúl se refiere a Mashiaj como la ofrenda por el pecado cuando dice que Elohim envió a Su Hijo en semejanza de la carne de pecado y en cuanto al pecado, condenó al pecado en la carne.
Conduce al novillo al frente del Ojel Moed, y que Aharón y sus hijos pongan su manos sobre la cabeza del novillo. Degüella el novillo delante de Yahweh, a la entrada del Ojel Moed... Shemot 29:10-11
HOY NOSOTROS DEBEMOS PONER LAS MANOS SOBRE MASHIAJ E IDENTIFICARNOS COMPLETAMENTE CON ÉL. Él es nuestro sacrificio por el pecado. No digo "pecados", sino "pecado". Nuestros pecados (en plural) han sido perdonados (y los nuevos que continuamos cometiendo requieren el mismo proceso: arrepentimiento, confesión, reparación y reversión de la conducta), pero nuestro pecado (en singular) habita en nosotros, en nuestro viejo hombre, y requiere de un sacrificio diario. Por supuesto, no se trata de un sacrificio literal de animales y ni siquiera se trata de volver a clavar a Mashíaj en el madero cada día, sino por el contrario, SE TRATA DE CLAVAR NUESTRA CARNE EN EL MADERO CADA DÍA:
Les decía entonces a todos: "Si alguno quiere seguirme, niéguese a sí mismo, tome su madero cada día y sígame". Luka 9:23
Si queremos servir a Elohim como sacerdotes, debemos darnos cuenta que todavía tenemos la naturaleza pecaminosa y que necesitamos experimentar a Mashiaj como nuestra ofrenda por el pecado. Nuestro ser es pecaminoso. Somos pecadores, aún el pecado mismo. ¡Cuánto necesitamos a Mashiaj como nuestra ofrenda por el pecado! La mayoría está convencida de que "la sangre de Yahshua lavó todos sus pecados", pero mezclan "pecados" (que ciertamente fueron lavados) con "pecado", ese "cuerpo de muerte" del cual habla Shaúl:
¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte? Romaniyim 7:24
SHAÚL YA ERA SALVO, YA HABÍA CREÍDO, Y AÚN ASÍ ESTÁ ASEGURANDO QUE EN SU INTERIOR HAY UN CUERPO QUE CARGA CON LA MUERTE. Es increíble que tantos creyentes hoy se crean mejores que Shaúl y aseguren que ya no hay pecado en ellos, cuando Shaúl no se atrevía a mentir tan descaradamente.
Esta es la razón por la cual él dice también:
"Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros viniésemos a ser justicia de Elohim en Él". Qorintiyim Bet 5:21
La dulzura y riqueza de la perfección de Mashiaj satisface a Elohim, al ser ofrecido para Su satisfacción. Como la ofrenda por el pecado, Mashiaj fue abandonado por Elohim y juzgado en nuestro lugar. El lavamiento de la Palabra acaba con nuestra corrupción externa, pero la ofrenda por el pecado se encarga de la naturaleza pecaminosa que tenemos por dentro. Para ser un sacerdote, no es suficiente confesar que hemos sido corrompidos por el tráfico terrenal y que necesitamos ser lavados. Debemos tener en cuenta que nosotros, los sacerdotes, aún tenemos la naturaleza pecaminosa y somos pecadores. Por lo tanto, necesitamos que Mashiaj sea nuestra ofrenda por el pecado. Lo necesitamos con toda su perfección para ser quemado y satisfacer a Elohim. También para llevar el juicio por nosotros.
Tenemos Una Naturaleza Pecaminosa
Si vemos que tenemos una naturaleza pecaminosa y ponemos nuestras manos sobre Mashiaj para identificarnos totalmente con Él, estaremos protegidos y, según la tipología, preparados para disfrutar de la comida de los sacerdotes. Si queremos ser los sacerdotes que sirven a Elohim, necesitamos el lavamiento externo de la Palabra, y también ponernos a Mashiaj como nuestra vestidura. Además, necesitamos la alimentación y la llenura interna. Esta alimentación requiere de una limpieza más profunda, llevada a cabo por Mashiaj como nuestra ofrenda por el pecado. Esta limpieza se encarga de nuestra naturaleza pecaminosa. Siempre que vamos a servir a Elohim como un sacerdote, debemos confesar que nuestra naturaleza todavía es pecaminosa. Si no se presta atención a esto, no podremos disfrutar al Mashiaj que es tipificado por los carneros, los panes, las tortas y las hojaldres, todos sin levadura. No podemos disfrutar a Mashiaj adecuadamente si no reconocemos que tenemos la naturaleza pecaminosa y que lo necesitamos como nuestra ofrenda por el pecado.
Después de muchos años de experiencia, tengo la certeza de que nací pecaminosa, que nací pecadora con la naturaleza pecaminosa. De hecho, nací pecado. Esta naturaleza no ha cambiado en todos estos años que he estado en Elohim. Cuanta más cuenta me doy de esto, más tomo a Mashiaj como mi ofrenda por el pecado. Por un lado, reconocer que tengo tal naturaleza y tomar a Mashiaj como mi ofrenda por el pecado me lleva a ser juzgada y a la sumisión. Por otro, me preserva, porque me quita toda la confianza en mí misma. Me recuerda una y otra vez que en mi carne no soy otra cosa que pecado.
A veces los creyentes se preguntan cómo un hermano que es espiritual y tiene experiencia puede caer en pecados serios. Debemos saber que todos somos capaces de tal pecado, porque esa raíz está en nuestro interior. Veamos a David por ejemplo. David, por supuesto, era un santo del Tanaj. Realmente estaba santificado y escribió muchos himnos espirituales, y el propio Yahweh dijo que él era un hombre "conforme al corazón de Yahweh". Pero ¿estaba erradicada la naturaleza de David? Ciertamente, no. Por satisfacer su lujuria, hizo matar un hombre, y luego tomó a su esposa. Más adelante evitó aplicar la justicia a sus propios hijos, y también tuvo que pagar por eso. Hasta alguien santificado como David era completamente capaz de pecado. David no llegó a ser santo después de este pecado; él ya lo era a los ojos de Yahweh. No obstante, de igual modo cayó en pecado.
Supongamos que cuando David fue tentado a pecar, hubiese recordado que era pecaminoso y le hubiese ofrecido una ofrenda por el pecado a Elohim. En ese caso, probablemente no habría cometido el pecado. Es posible que David cometiera el pecado porque temporalmente olvidó cuán pecaminoso era. El perdió la noción de su naturaleza pecaminosa. Debemos aprender de esta experiencia a que no debemos tener la más mínima confianza en nosotros mismos.
Por ejemplo, un hermano y una hermana (solteros o casados pero con otra persona que no sea su cónyuge) no deberían tener largas conversaciones en privado. Hacer esto indica que no estamos conscientes de que necesitamos a Mashiaj como nuestra ofrenda por el pecado. Si recordamos continuamente esta necesidad, no nos envolveremos en largas conversaciones con miembros del sexo opuesto en privado. Tal vez pueda parecernos inocente y "normal" (a los ojos del mundo sobre todo), pero Yahweh sabe que esa es una puerta abierta para el pecado que habita en nuestra carne. Por eso Iyov dice:
He hecho una alianza con mis ojos para no fijarme en una virgen. Iyov 31:1
Nosotros tenemos la tendencia a minimizar las cosas, pero Yahweh nos pide que cortemos de raíz con lo que puede llegar a convertirse en pecado. Tal vez no llegue a consumarse, pero nosotros nunca sabemos qué clase de pensamientos pueda tener la otra persona, y al final, las "fantasías" de nuestra mente existen, aún cuando sean muy internas y las reprimamos. No debemos reprimir los pensamientos, sino nuestra conducta, que es la que los produce.
Redimidos De Nuestra Naturaleza Pecaminosa
Conforme a 29:10-14, el becerro era una ofrenda por el pecado. Este se llevaba al tabernáculo de reunión, Aharón y sus hijos ponían sus manos sobre la cabeza del mismo, y luego se sacrificaba delante de Elohim. Un poco de la sangre se ponía sobre los cuernos del altar, y el resto se vertía al pie del altar. Las partes tiernas del becerro se quemaban sobre el altar, y el resto, la carne, la piel y el estiércol se quemaban fuera del campamento. Este es el cuadro de la ofrenda por el pecado.
Esta ofrenda siempre debe recordarnos nuestra naturaleza pecaminosa. Aunque no hayamos cometido pecado, pero como somos descendientes de Adam, tenemos la naturaleza pecaminosa. No sólo eso, es pecado como tal. Esto significa que en nuestra carne sólo somos pecado. Por lo tanto, a fin de servir de manera práctica, primero debemos experimentar a Mashiaj como nuestra ofrenda por el pecado. Todos los días, temprano en la mañana, debemos ofrecer Mashiaj a Elohim como tal ofrenda. Espontáneamente esto nos recordará que somos pecadores, hasta el pecado como tal. Nuestra naturaleza es pecaminosa, y somos una totalidad del pecado.
Día a día empleamos parte de nuestro tiempo pensando en nosotros mismos. Cuando hacemos esto, no pensamos que somos pecaminosos. Por el contrario, pensamos que somos muy buenos. Sin embargo, pensar de esta manera puede causarnos problemas en cuanto al sacerdocio. ¿Cómo podemos servir a Elohim como sacerdotes de manera práctica mientras seguimos pensando que somos buenos? ¡Es por esto que tenemos dificultad al colaborar con otros! Tenemos problemas con los demás al trabajar juntos principalmente porque pensamos que somos mejor que ellos. Por lo tanto, debemos recordar que somos pecaminosos por naturaleza y ofrecer Mashiaj a Elohim como nuestra ofrenda por el pecado.
Si la experiencia de Mashiaj como la ofrenda por el pecado nos recuerda nuestra naturaleza, ¿cómo es que podemos discutir con otros? ¿Podría un hermano pelear con su esposa? Claro que no. Si un hermano recordara continuamente que tiene una naturaleza pecaminosa, se controlaría al discutir con su esposa.
Es muy importante que veamos que para ser sacerdotes de manera práctica, debemos experimentar a Mashiaj como nuestra ofrenda por el pecado. Nosotros que queremos ser los sacerdotes de Elohim debemos tener presente en nosotros que somos pecado. Si tenemos tal entendimiento y realización, nos discutiremos con los demás. Conocer que tenemos una naturaleza pecaminosa y ofrecer Mashiaj a Elohim como nuestra ofrenda por el pecado nos protegerá y nos preservará a fin de que podamos servir a Elohim como Sus sacerdotes.
Todos los días necesitamos a Mashiaj como nuestra ofrenda por el pecado. Después de levantarnos en la mañana, necesitamos recordar y aceptar una vez más, que somos pecaminosos por naturaleza, que nacimos siendo pecadores, y que necesitamos a Mashiaj como nuestra ofrenda por el pecado. Si, hemos sido regenerados, pero nuestra naturaleza pecaminosa continúa con nosotros. Tenemos el Ruaj haKodesh en nuestro ruaj, pero nuestra naturaleza todavía es pecaminosa. Por lo tanto, si queremos disfrutar a Mashiaj como el carnero, el hojaldre, las tortas y el pan, debemos aplicarlo como nuestra ofrenda por el pecado. Esto nos preparará para disfrutarlo más a Él.
La ofrenda por el pecado no debe ser una doctrina. Todos necesitamos tener más experiencia de Mashiaj como nuestra ofrenda por el pecado. Que seamos animados a experimentar a Mashiaj de esta manera más y más.
Necesitamos Ser Llenados Con Mashiaj
Un punto importante que hemos cubierto hasta ahora es, como mencionamos al comienzo, QUE PARA SER SACERDOTES NECESITAMOS SER LLENADOS CON MASHIAJ. Todos debemos darnos cuenta de esto: SIN MASHIAJ, ESTAMOS TOTALMENTE VACÍOS, Y NO TENEMOS NADA QUE SATISFAGA A ELOHIM NI A NOSOTROS. Antes de ser salvos, estábamos absolutamente vacíos. No teníamos nada que nos llenara ni nos calificara para servir a Elohim. Pero la intención de Yahweh es santificarnos, separarnos para que seamos Sus sacerdotes. Para esto, Él necesita llenar nuestro vacío para que podamos satisfacerlo a Él. Como en nosotros no hay nada de bueno, YAHWEH TIENE QUE DARSE A SÍ MISMO EN NUESTRO INTERIOR PARA QUE SEAMOS SACERDOTES A TRAVÉS DE NUESTRO MASHÍAJ INTERIOR, Y TAMBIÉN TIENE QUE LLENAR NUESTRAS MANOS DE MASHÍAJ COMO NUESTRAS OFRENDAS Y SACRIFICIOS.
Externamente, estamos vestidos con Mashiaj como la túnica, el manto, el efod, y el pectoral. Todas estas vestiduras tipifican diferentes aspectos de Mashiaj cubriendo nuestra desnudez. Ahora que estamos cubiertos con Él, ya no estamos desnudos. Mashiaj como nuestra vestimenta nos califica para servir como sacerdotes.
La vestimenta de los sacerdotes los calificaba para servirle a Elohim. Sus vestiduras sacerdotales se pueden comparar con un uniforme. En muchos empleos, las personas deben usar un uniforme para estar calificados para trabajar. Por ejemplo un policía y una enfermera deben llevar el uniforme apropiado. Esto es así también para un juez y un médico. Cuando vestimos a Mashiaj, Él viene a ser la vestimenta que nos califica para servir a Elohim como sacerdotes. El es la cubierta de nuestra desnudez, y ésta NO ES UNA CUBIERTA EXTERNA SINO INTERNA. Ésta NO ES LA SANGRE. Aunque decimos que "nos vestimos", NO NOS VESTIMOS EXTERNAMENTE, SINO QUE "NOS REVESTIMOS DE MASHÍAJ", NOS VESTIMOS DE ÉL EN NUESTRO NUEVO HOMBRE. Por eso, toda tentativa de "revestirnos" de Mashíaj externamente está destinada a fallar.
Internamente, Mashiaj es nuestro alimento y fuerza. Él llena el vacío que tenemos dentro de nuestro ser.
Para llenar nuestro vacío interno, Mashiaj tiene que resolver el problema básico con Elohim, el problema de nuestra naturaleza pecaminosa. En nuestra carne somos pecadores. En realidad, SOMOS PECADO. Según Romaniyim 7, nada bueno mora en nosotros, a saber, en nuestra carne, ya que no somos otra cosa que pecado. Por lo tanto, Mashiaj ha llegado a ser nuestra ofrenda por el pecado para resolver nuestro problema básico con Elohim y ser llenados internamente.
Preparándonos Para Disfrutar A Mashiaj
Un segundo punto crucial relacionado con servir a Elohim como sacerdotes es que, siempre que vayamos a servirle, debemos confesar que tenemos una naturaleza pecaminosa. Cada mañana necesitamos ofrecer la ofrenda por el pecado. Esto es tener en cuenta de que en nuestra carne no hay nada más que pecado.
Si prestáramos atención a que tenemos tal naturaleza ¿sería posible que discutiéramos con otros o peleáramos con ellos? Ciertamente que no. Ya que somos pecaminosos, ¿QUÉ DERECHO TENEMOS A DISCUTIR CON OTROS? ¿QUÉ RAZÓN TENEMOS PARA SER ORGULLOSOS O PENSAR QUE SOMOS SUPERIORES A OTROS? La razón por la que hacemos tales cosas es que pensamos que somos mejores que los demás. Esta actitud demuestra que hemos olvidado lo que somos, que somos pecaminosos, que nos hemos salido de nuestro ruaj y que estamos actuando en la carne. Si recordáramos que somos pecaminosos por naturaleza, hasta el pecado mismo, no seríamos orgullosos.
Ofrecer a Mashiaj como la ofrenda por el pecado prepara la manera para que lo disfrutemos a Él. Si ofrecemos a Mashiaj como nuestra ofrenda por el pecado en la mañana, seguramente durante el día lo disfrutaremos, tal vez como un carnero, como el pan, las tortas o los hojaldres. Si no recordamos esta ofrenda cada día, no tendremos la base para disfrutar a Mashiaj. Es muy probable que carezcamos del deleite de Él durante ese día. Como resultado de no tener tal deleite, estaremos vacíos. ¿Cómo podemos, entonces, ser satisfechos internamente para servir a Elohim como sacerdotes? Seremos sacerdotes de nombre y de posición, pero no de realidad. Todos los creyentes son sacerdotes, pero en realidad la mayoría de ellos no tienen la base para servir como tales.
La Manera De Alimentarnos De Mashiaj
Mi carga en cuanto a Shemot 29 no es presentarles una doctrina, tal como poner la sangre sobre los cuernos del altar, o derramar de la sangre al pie del altar. Mi carga es demostrar cuánto necesitamos ser llenos con Mashiaj y alimentarnos de Él. Las sombras son maravillosas porque describen la realidad espiritual de Mashíaj, pero debemos concentrarnos de forma superior en esa realidad y no en las sombras mismas. Esto es válido para TODAS las sombras, aunque esto no significa que las dejemos de lado. Siempre hay otros a los cuales debemos enseñar lo que ya hemos aprendido, por eso Yahweh ordenó a su pueblo que guardara las cosas, para mostrarlas y enseñarlas "a sus hijos". No sólo tenemos hijos en la carne, sino también hijos espirituales, y como tales, todos pasan por el proceso de nacer de nuevo y ser como bebés a los que se les enseñan la realidad por medio de las sombras.
El capítulo 29 de Shemot nos presenta la manera de ser sacerdotes llenos. Sin embargo, esta manera no es muy común. Aún darnos cuenta de lo que nos revela este capítulo es maravilloso, mucho más que hacer un análisis externo y superficial de las "raíces hebreas". TODO EL MENSAJE DE YAHWEH APUNTA A QUE, A TRAVÉS DE MASHÍAJ, EL HOMBRE REGRESE A SER UNO CON SU CREADOR A FIN DE SER RESTAURADO A LA FUNCIÓN PARA LA CUAL FUE CREADO. En esta etapa de transición actual, TODOS LOS CREYENTES (incluyendo cristianos, judíos y mesiánicos) estamos siendo llamados a regresar a las raíces, no a cualquier otra parte de la planta. LA RAÍZ ES UNA SOLA: MASHÍAJ. Muchos han leído este capítulo (y las Escrituras en general) muchas veces sin darse cuenta de las verdaderas riquezas que debemos comer. Tal vez veamos las ofrendas, el lavamiento y la aplicación de la sangre, pero no el alimentarnos de Mashiaj, y sin esto no seremos verdaderos sacerdotes de la orden de Melki-Tsedeq.
Dudo que haya libros que hablen acerca de lo que Shemot 29 revela. La mayoría de los creyentes no ven este asunto debido a que no están en la línea de la vida. Esta es la razón por la cual llamamos a nuestro estudio de las Escrituras un estudio-camino: porque seguimos el camino trazado por el Padre, cumplido por el Hijo, de la mano del Ruaj vivificante que habita en nosotros. Esto también se aplica a nuestro estudio de Shemot 29. Por medio de este capítulo vemos que necesitamos ser llenados con Mashiaj. Lo que necesitamos es LA EXPERIENCIA DE VIDA. Siempre que hablo acerca de un asunto de vida en un capítulo de las Escrituras, me ocupo de eso principalmente y no me baso en los puntos doctrinales, porque "la letra mata, pero el Espíritu vivifica" (Qorintiyim Bet 3:6).
Algunos maestros de las Escrituras tienen mucho que decir acerca de la ofrenda por el pecado. Su argumento puede ser muy interesante de una manera doctrinal. Puede ser muy atractivo, pero al fin y al cabo nos distraerá de la vida y nos llevará a un entendimiento mental de las enseñanzas doctrinales de la tipología. Nosotros hablamos acerca de Shemot 29 desde otra perspectiva. Como sombra que es, no lo dejamos de lado, pero escarbamos para encontrar la realidad que representa, porque esa es la que otorga VIDA. Es por esto que debemos ofrecer la ofrenda por el pecado a fin de ser preparados para disfrutar a Mashiaj.
Que todos veamos la necesidad de ser llenados con Mashiaj y nos demos cuenta de que todavía tenemos una naturaleza pecaminosa y que a diario, temprano en la mañana, necesitamos ofrecer a Mashiaj como nuestra ofrenda por el pecado. Esta naturaleza merece ser condenada, quemada, como lo fue la ofrenda por el pecado fuera del campamento. Si ofrecemos a Mashiaj como tal con este entendimiento, seremos preservados, y tendremos la manera de disfrutar más a Mashiaj.