PIEDRAS VIVAS
CUY 03
El Precio En Las Besoroth:
Dejar Todo Para Seguir A Mashíaj
Las Besoroth mencionan muchas veces que Yahweh llamó a diversas personas. En el sentido estricto de la palabra, Yahweh no hace un llamado únicamente para que las personas sean salvas, sino para que lo sigan. Y seguirlo implica pagar un precio. Por ejemplo, hay pasukim en las Escrituras tales como:
"Vengan conmigo, y los haré pescadores de hombres". MattiYah 4:19
...y le dijo: "¡Sígueme!" MattiYah 9:9
...ve y vende tus bienes y dalo a los pobres... luego ven y sígueme. MattiYah 19:21
"Sígueme y deja que los muertos entierren a sus muertos". MattiYah 8:22
"Ninguno que ha puesto su mano en el arado y sigue mirando atrás, es apto para el reino de Elohim". Luka 9:62
Dijo esto indicando con qué muerte Kefá había de glorificar a Elohim. Después de haber dicho esto le dijo: "Sígueme". Yahanan 21:19
Estos pasukim nos muestran, una y otra vez, cuán grande es el precio que deben pagar aquellos que desean seguir al Adón.
En las Besoroth leemos que el único requisito que Yahshua pedía de aquellos que Él había llamado, era que renunciaran a todas sus posesiones:
Así que, cualquiera de ustedes que no renuncie a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo. Luka 14:33
Así fueron llamados los primeros discípulos a seguir al Adón. Por ejemplo, Kefá dijo:
"Nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido". MattiYah 19:27
Todo significa "todas las cosas". Si una persona tiene cinco mil dólares y los da, y otra tiene cincuenta mil y también los da, entonces ambos dieron todo lo que tenían. No se trata de la cantidad que da cada uno, sino de darlo todo. Ante Yahweh, ambos han pagado el mismo precio. Un día, Yahshua alabó a una viuda porque echó dos leptos en el erario del templo, ya que ella, de su escasez echó todo lo que tenía, todo su sustento (Mordejai/Marcos 12:42,44). Por tanto, pagar el precio no necesariamente significa que gastemos mucho, sino que demos todo lo que tengamos. Aquel que echa todo lo que tiene, es uno que paga el precio. Yahweh nunca se fija en la cantidad que damos; más bien, Él presta atención a si hemos dado todo lo que teníamos.
El "todo" requerido en las Besoroth se refiere a todo lo que tengamos, lo cual incluye a nuestros padres, cónyuge, hijos, hermanos, hermanas, casas, negocios, títulos académicos, posiciones, fama, preferencias, ambiciones y nuestra vida. Todas estas cosas son el precio que requerimos pagar conforme a las Besoroth. Sin embargo, muchos de nosotros todavía no hemos cortado totalmente la relación que tenemos con nuestros familiares. Esto no significa que debemos cortar literalmente toda relación con otros seres humanos; más bien, significa que debemos cortar todas las ataduras emotivas con ellos. En pocas palabras, Yahweh desea que renunciemos a todo lo que tengamos. Este es el requisito más severo que Él exige de nosotros.
Cada vez que tenemos contacto con Yahshua, Él exige algo de nosotros; y esto siempre será así. Él nunca está satisfecho con el precio que ya hemos pagado. Cada vez que nos toca, Él pide algo de nosotros. De hecho, la presencia de Yahweh se hace más evidente cuando Él exige algo de nosotros. Por nuestra parte, la única vez que no sentimos que Él exige algo de nosotros es cuando hemos perdido nuestra comunión con Él. Por parte de Yahweh, lo que Él exige de nosotros cesará sólo cuando se establezcan el cielo nuevo y la tierra nueva.
Ahora estamos en el tiempo cuando Yahweh puede ganar y usar al hombre a fin de que éste haga Su obra. Por tanto, Él requiere continuamente algo de nosotros, y estos requisitos están llegando a ser cada vez mayores. Al principio, lo que Yahweh exige es poco, pero gradualmente Sus requisitos se vuelven mayores, más profundos y más severos. Si suprimimos el sentir interior de que Él desea algo de nosotros, sufriremos gran pérdida porque interrumpiremos nuestra comunión con Él. Si transcurre un largo tiempo así, Mashíaj no podrá abrirse paso en nosotros y, como consecuencia, se verá obligado a ir a alguien más. No obstante, si accedemos a lo que Él exige, aprendemos a obedecer y estamos dispuestos a pagar el precio, cada vez seremos más sensibles al sentir interior, hasta el punto en que casi todo el día percibiremos que Yahweh exige algo de nosotros.
Si no cumplimos lo que Él exige de nosotros ni estamos dispuestos a pagar el precio, se producirán dos resultados. Primero, por nuestra parte, seremos como el joven que se fue entristecido (MattiYah 19:22). Segundo, por parte de Yahweh, Él no podrá poner de manifiesto nuestra utilidad. Por eso, es preferible equivocarnos al tratar de obedecer, que desobedecer por completo; además, es preferible obedecer en exceso, que no obedecer lo suficiente. Si cumplimos lo que Yahweh exige, entonces también se producirán dos resultados. Primero, nos llenaremos de gozo, y segundo, Yahweh podrá poner de manifiesto nuestra utilidad.
Debemos darnos cuenta de que el requisito básico para ser de utilidad al Adón, es acceder a Sus exigencias. La persona que accede a lo que Él exige, será usada por Yahweh aunque no conozca muy bien la verdad. Esta persona será usada por Él aunque no ore con frecuencia. El poder que obtenemos al pagar el precio cumpliendo lo que Yahweh exige, con frecuencia es mayor que el poder que recibimos mediante muchas oraciones. El poder que recibimos al pagar el precio cumpliendo lo que Yahweh exige, con frecuencia es mayor que el poder que recibimos mediante el derramamiento del Ruaj haKodesh. La gente presta mucha atención al derramamiento del Ruaj haKodesh, pero no ven que en el día de Pentecostés, aquellos que recibieron el derramamiento del Ruaj haKodesh habían pagado un precio muy alto. Ellos renunciaron a todo para estar en Yahrushalayim en el aposento alto, donde perseveraron unánimes en oración (MaAseh/Hechos 1:13-14).
A muchas personas les gustaría recibir el poder que se obtiene mediante el derramamiento del Ruaj; sin embargo, no están dispuestas a aprender la lección de pagar el precio necesario. Por eso, aunque llevan a cabo muchas obras, estas no perduran ni tienen un efecto duradero. Si un obrero desea que su obra permanezca y que perdure, debe aprender la lección respecto a pagar el precio. El que la obra permanezca dependerá de cuánto el obrero haya aprendido esta lección. El poder que se requiere para realizar la obra de Yahweh radica en que uno aprenda esta lección, y para aprender esta lección, debemos pagar el precio. La utilidad de una persona ante Yahweh depende del precio que ésta pague ante Él. Todos admiramos el que personas como Shaúl y Pedro fueran tan útiles para Yahweh, pero olvidamos que ellos pagaron un precio muy elevado ante Él. Si actualmente no somos útiles para Yahweh, la razón radica en que no hemos estado dispuestos a pagar el precio, no hemos estado dispuestos a cumplir lo que Él exige ni hemos estado dispuestos a renunciar a nuestra reputación, educación, posición, futuro y toda nuestra vida; por eso, no percibimos la presencia de Yahweh, raramente tenemos contacto con Él en comunión y, naturalmente, somos de poca utilidad para Él.