PIEDRAS VIVAS
CUY 05
Aprender A Pagar El Precio
En Nuestro Vivir Diario
En algún momento determinado, todos nos hemos propuesto crecer espiritualmente y ser útiles para Yahweh. Sin embargo, tal búsqueda —si la llevamos a cabo por nuestra propia cuenta— a menudo puede convertirse en algo formal y, por ende, podrá llegar a ser algo inconsistente con la realidad. La verdadera búsqueda debe realizarse en cada aspecto de nuestro diario vivir.
En ninguna parte encontramos que Mashíaj presidiera formalmente una reunión cuando estuvo en la tierra, porque Él no estaba atado por las formalidades. Más bien, Él guió a Sus discípulos a que lo siguieran en su vivir diario. Aún cuando viajaban de un lugar a otro, ellos continuaban yendo en pos de Él (MattiYah 5:1; 8:23; 9:10; 13:1-2,10,36; 16:13; 17:1-2; 24:1-3). En el Tanaj, leemos que Guidón y sus seguidores fueron probados en su vivir diario respecto a la manera en que bebían agua (Shoftim/Shoftim/Jueces 7:4-8). Este debe ser el principio que gobierne nuestra búsqueda espiritual. No debemos orar sólo cuando entremos en un cuarto especial, ni predicar ni trabajar sólo cuando entremos en el salón de reunión o cuando subamos a la plataforma, ni siquiera sólo cuando entremos en Su presencia en ese horario que muchos determinan para "orar". Si sólo oramos, predicamos y trabajamos en tales ocasiones, eso indica que meramente estamos guardando formalidades religiosas, inclusive aún si muchas de esas veces entramos realmente en Su presencia en el ruaj.
Podemos ir en pos de Mashíaj en toda ocasión, ya sea que estemos en la montaña o en la playa, en la carretera o en casa. Es en nuestro diario vivir donde la gente puede detectar si en verdad seguimos al Adón y donde en verdad podemos ser útiles para Él. Si en nuestro vivir diario no podemos trabajar para Yahweh, tampoco lo podremos hacer en tiempos programados. El verdadero obrero es aquel que ofrece ayuda y suministro espirituales a los demás con cada movimiento y acción que tome durante el curso de su vida diaria normal. Solamente esto es real. Nuestro vivir debe ser real, y no religioso. Todas las personas con las que tengamos contacto y todas las cosas que nos sucedan cada día, en todo tiempo y en todo lugar, son oportunidades que se nos presentan para que paguemos el precio y procuremos ser útiles para Yahweh.
Un Precio Básico Que Debemos Pagar
Un precio básico que necesitamos aprender a pagar en nuestra búsqueda diaria de Yahweh consiste en que los jóvenes deben recibir ayuda de los mayores, y los mayores deben hacer todo lo posible por ayudar a los jóvenes. A fin de manifestarnos ante Yahweh como aquellos que verdaderamente buscan crecimiento espiritual, debemos prestar la debida atención a estos dos asuntos. Por una parte, DEBEMOS HACER TODO LO POSIBLE POR RECIBIR LA AYUDA DE TODO AQUEL QUE SEA CAPAZ DE AYUDARNOS Y, POR OTRA, DEBEMOS HACER TODO LO POSIBLE POR AYUDAR A AQUELLOS QUE NECESITEN DE NUESTRA AYUDA. Esta es la verdadera búsqueda. Es aprender a dar pero también a recibir, porque en ambos aspectos está el verdadero intercambio de la comunión entre hermanos. Y en este sentido intercambiamos todo tipo de cosas mientras el ruaj nos va disciplinando. Algunos deben aprender a ministrar vida a otros, y son puestos en situaciones en las que los demás les pedirán consejo, debiendo responder con vida y no sólo con palabras mentales. Otros deben aprender a liberarse de su egoísmo material, y son condicionados a ser generosos y ayudar a los kadoshim y al ministerio. Otros deben aprender obediencia y sumisión, y así con todo.
Hablamos de pagar el precio porque es algo que cuesta. Sin embargo, no debemos por eso considerarnos víctima de las circunstancias. Muchos tienden a sentirse victimizados por las situaciones que deben vivir, por ejemplo, problemas con la familia, enfermedades, problemas económicos, etc., y tienden a aceptarlos pero con un sentimiento de ser "mártires de la causa", sin comprender que no están "sufriendo por Mashíaj" en esas circunstancias, como si fueran víctima de la maldad de otros o del mundo. Esas cosas que suceden son DISCIPLINA PERMITIDA POR EL PADRE PORQUE EN SU INTERIOR ESTAS PERSONAS DEBEN ELIMINAR CIERTOS COMPORTAMIENTOS. Y esos comportamientos son altamente negativos, no deben pensar que sufren injustamente para eliminarlos. A pesar de que ciertamente existe un grado de sufrimiento cuando hablamos de 'pagar el precio", no podemos sentirnos como mártires sin culpa, porque estamos siendo librados de nosotros mismos, no de tratos injustos. Las circunstancias que nos rodean, sean cuales fueren, no son sino las herramientas externas que nos ayudarán en nuestra purificación, que es siempre interna y de nosotros mismos.
Sin embargo, generalmente lo que sucede es que la gente busca a los que pueden darle la respuesta que desean escuchar. Andan de uno a otro buscando lo que ya tienen en mente, y eso no es buscar la verdad. Por eso cuando encuentran a los que los tratan con una supuesta piedad y misericordia, y les dicen "pobre, que eso no te suceda nunca", no los rechazan diciéndoles "aléjate, haSatán, que me eres piedra de tropiezo", sino que aceptan ese falso consuelo y se apartan del camino que Yahweh les está indicando. Si Él permite que estas cosas nos sucedan, es porque son necesarias para forjar a Mashíaj en nuestro interior, resistirnos a ellas o inclusive sentirnos víctima de las circunstancias es no aceptar Su disciplina purificadora. No olvidemos que Shaúl y Silas cantaban en la prisión.
Buscar a aquellos que nos pueden dar las respuestas o el tratamiento que deseamos recibir no es pagar el precio, sino vivir conforme a nuestras propias preferencias. Debemos derribar el hábito de buscar la compañía de aquellos cuyo gusto y temperamento son similares a los nuestros, porque en el Cuerpo de Mashíaj, que es la Novia, hay todo tipo de personas, todas diferentes y creadas por Yahweh, cada una con su nivel de "camino andado". Esta costumbre de buscar nuestro propio deseo se debe a que no están dispuestos a pagar el precio de acudir a los que les dirán la verdad a pesar de que pueda no parecer agradable. Un verdadero creyente no tratará de suavizar el camino del hermano con palabras de consuelo, por muy "aceptables" que las mismas puedan parecer al alma. Un creyente verdadero siempre mostrará las partes que están en la oscuridad y que deben ser traídas a la luz, a pesar del sufrimiento que ese precio implique, y ciertamente mostrar estas cosas no hace que estén maltratando, retando o tratando de inferiores a sus hermanos menores (menores porque están siendo guiados, no porque sean inferiores). No son ellos los que vienen a corregir al hermano, él está siendo tratado por Yahweh mismo, y si está buscando apoyo es porque siente que Yahweh lo está tratando injustamente, aunque no se dé cuenta de que está haciendo esto. Esta situación ocurre principalmente por el hecho de que estamos en la carne y que no estamos dispuestos a negar nuestro yo.
Los mayores deben ayudar a los jóvenes porque están conscientes de tal responsabilidad, y los jóvenes deben acudir a los mayores porque perciben que necesitan tal ayuda, y ambos deben dar y recibir unos de otros. Esto es el servicio apropiado.
No debemos esperar a que inicie una reunión para servir; más bien, debemos servir mientras trabajemos en la oficina, mientras cumplamos nuestras responsabilidades en el hogar, e incluso cuando estemos de viaje durante nuestro tiempo libre. Esto es semejante al hecho de que una madre no puede olvidar a sus hijos, ya sea que esté en casa o lejos de ésta, esté trabajando, esté haciendo mandados o esté participando en alguna actividad recreativa. Las verdaderas lecciones respecto a seguir a Mashíaj se aprenden en el diario vivir, y el verdadero tiempo para servir es durante las actividades cotidianas.