PIEDRAS VIVAS
CUY 06
El Propósito Y El Resultado
De Pagar El Precio
El propósito de pagar el precio es darle a Elohim la oportunidad de realizar en nosotros lo que Él desea hacer. Pagar un precio significa que permitimos que Elohim ocupe el primer lugar en nuestro ser, de modo que Él sea nuestra vida e incluso se mezcle totalmente con nosotros sin ningún estorbo, limitación ni dificultad. Debemos renunciar a nuestro modo de vivir, preferencias, inclinaciones, futuro e intereses personales, a fin de obtener a Mashiaj, porque Él desea reemplazar todo lo que tengamos. Debemos entregarle todo lo que tengamos. Cuanto más le entreguemos, más recibiremos. Cuanto menos le entreguemos, menos recibiremos. Si no le entregamos nada, no recibiremos nada; pero si le entregamos todo, lo recibiremos todo. Debemos pagar el precio y negarnos a nosotros mismos, renunciando a nuestra familia, carrera y futuro y desechando todo lo que reemplace a Elohim. De esta manera, Elohim vendrá a nosotros para ser nuestra vida, poder, naturaleza y contenido.
Si alguien cree en Yahweh, pero no está dispuesto a pagar el precio para ganar a Mashiaj, entonces la salvación que experimentará sólo consistirá en que será perdonado de sus pecados y recibirá la vida eterna. El aspecto de la salvación que incluye el perdón de pecados y recibir la vida eterna, ya ha sido preparado por Elohim para todos, y lo único que hay que hacer es recibirlo. Sin embargo, a fin de que Elohim se mezcle con nosotros, debemos renunciar a todo lo que tenemos. Por eso, en MattiYah dice que necesitamos comprar aceite (25:8-9), y Hitgalut/Revelación dice explícitamente que necesitamos comprar oro, vestiduras blancas y colirio (3:18). La palabra comprar, en estos dos pasajes, fue proferida por Yahweh mismo. Shaúl no usó la palabra "comprar"; más bien, dijo: "Lo he perdido todo... para ganar a Mashiaj..." (Filipiyim 3:8). En principio, tanto perder como comprar tienen que ver con pagar un precio. La medida de nuestra pérdida determinará el grado en que Mashiaj se forje en nosotros. Si nos aferramos a lo que tenemos, no habrá manera de ganar a Mashiaj.
Los primeros creyentes vendieron todo lo que tenían por amor al Adón (MaAseh Shlichim/Hechos 2:44-45; 4:32). Antes, ellos habían estado bajo el poder de todas esas cosas, por lo cual no le daban a Elohim la oportunidad, el terreno ni la manera de forjarse en ellos. Pero, con el tiempo, se dieron cuenta de que no debían tener como meta esas cosas, sino que su única meta debía ser Elohim mismo. Por tanto, aborrecieron todas estas cosas y sufrieron la pérdida de todas ellas. El joven rico mencionado en las Besoroth amaba al Adón y deseaba seguirlo; no obstante, se fue entristecido (MattiYah 19:16-22). ¿Por qué se fue entristecido? Porque no estaba dispuesto a vender sus posesiones. Debido a que lo afanaban estas cosas, Mashiaj no tenía cabida en él. Muchas veces las cosas que más nos atan al mundo no son simplemente las posesiones. Podemos ser pobres pero amar las cosas del mundo como la familia, los amigos, los entretenimientos, el trabajo, la carrera, etc., al punto de no estar dispuestos a dejarlas de lado.
Siempre que alguien es ocupado por su reputación, futuro, posición, poder y familiares, no hay manera de que Mashiaj ocupe el primer lugar en esa persona. Yahweh dijo que nadie puede servir a dos señores (6:24), lo cual significa que nadie puede tener dos amores. Este asunto no se resuelve simplemente por la fe. No es una cuestión de creencia, sino de obediencia.
Por eso, al final dla Besorah de Juan, un libro que frecuentemente alude a la fe (Yahanan 1:12; 3:15-16, 18, 36; 6:40; 20:31), se menciona el asunto del amor. Muchos lectores de las Escrituras reconocen que Yahanan 21 fue añadido de último momento por el autor. Los primeros veinte capítulos dla Besorah de Yahanan hablan acerca de la fe, pero el último capítulo, el capítulo veintiuno, habla acerca del amor:
Después de comer, Yahshúa le dijo a Shimón Kefá: "Shimón hijo de Yahanan, ¿me amas tú más que éstos? Él le dijo: "Sí, Maestro; tú sabes que te quiero". Yahshúa le dijo: "Apacienta mis corderos". Le volvió a decir por segunda vez: "Shimón hijo de Yahanan, ¿me amas? Le contestó: "Sí, Maestro; tú sabes que te quiero". Yahshúa le dijo: "Pastorea mis ovejas". Y le dijo por tercera vez: "Shimón hijo de Yahanan, ¿me quieres?" Kefá se entristeció de que le preguntara por tercera vez si lo quería; y le dijo: "Maestro, tú conoces todas las cosas. Tú sabes que te quiero". Yahshúa le dijo: "Apacienta mis ovejas. Yahanan 21:15-17
Kefá y Yahanan no tenían dificultades en cuanto a la fe; sin embargo, a menos que ellos dejaran los barcos de pesca y las redes, no podrían ganar a Mashiaj. Hoy día, muchos creyentes se mantienen en lo que revela Yahanan 20, pero ¿cuántos creyentes experimentan esto en el capítulo veintiuno? Frases tales como "más que éstos" (pasuk 15) y "cuando ya seas viejo" (pasuk 18), indican que se requiere que paguemos un precio a fin de que Mashiaj tenga la oportunidad de llenarnos abundantemente consigo mismo.
Como vemos en Yahanan 20, Pedro ya era salvo; no obstante, interiormente él no le había cedido mucho espacio a Mashiaj. Pedro había recibido la abundante vida eterna, pero Mashiaj no lo había llenado suficientemente. Por eso, Yahweh dijo: "¿Me amas más que éstos?" (21:15). Para amar más al Adón, él tenía que pagar un precio. Si sólo tenemos fe, no podemos decir que para nosotros el vivir es Mashiaj, no podemos conocer el poder de la resurrección de Mashiaj ni tampoco podemos decir que Elohim es quien realiza en nosotros tanto el querer como el hacer. Yahshua dijo:
Si alguno viene a mí y no me ama más que a su padre, madre, mujer, hijos, hermanos, hermanas y aun su propia vida, no puede ser mi discípulo... Así que, cualquiera de ustedes que no renuncie a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo. Luka 14:26,33
Si fuera suficiente sólo tener fe, no habría sido necesario que Shaúl corriera la carrera:
¿No saben que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero sólo uno lleva el premio? Corran de tal manera que lo obtengan. Y todo el que lucha se disciplina en todo. Ellos lo hacen para recibir una corona corruptible; nosotros, en cambio, para una incorruptible. Por eso yo corro así, no como a ciegas; peleo así, no como quien golpea al aire. Qorintiyim Alef/1 Corintios 9:24-26
Pero subí de acuerdo con una revelación y les expuse la Buena Noticia que estoy proclamando entre los gentiles. Esto lo hice en privado ante los dirigentes, para asegurarme de que no corro ni he corrido en vano. GalutYah 2:2
He peleado la buena batalla; he acabado la carrera; he guardado la fe. Timotio Bet 4:7
Ni tampoco habría él proseguido a fin de recibir la recompensa en el futuro:
...prosigo a la meta hacia el premio del supremo llamamiento de Elohim en el Mashíaj Yahshúa. Filipiyim 3:14
El Resultado De Pagar El Precio
¿Cuál es el resultado de pagar el precio? El resultado es que, cuando uno se entrega a sí mismo a Elohim y le entrega a Él todo lo que poseemos, entonces Él se mezcla completamente con nosotros. El pago del precio no se efectúa meramente para que recibamos una recompensa y reinemos en el futuro; más bien, se efectúa para que renunciemos a todo lo que somos y tenemos, a fin de que Yahweh y todo lo que Él tiene se añada a nosotros y se mezcle con nosotros. Aquellos que reinarán son los que Elohim ha llenado de Sí mismo; los que entrarán en el reino y recibirán la recompensa son aquellos que Mashiaj ha llenado de Sí mismo; los que participarán en la resurrección son aquellos que hoy ya viven en el poder de la resurrección de Mashiaj. Estrictamente hablando, los que entrarán en el reino no son meramente aquellos que han pagado el precio; más bien, son aquellos que han pagado el precio y, por eso, están llenos de Mashiaj. No es el precio en sí lo que nos hace aptos para entrar en el reino, ni es el precio en sí lo que nos hace aptos para ser reyes y sacerdotes; más bien, es el Mashiaj con el que hemos sido llenados lo que nos introduce en el reino y nos hace aptos.
Si deseamos ser llenos de Mashiaj, necesitamos pagar un precio. El elemento de Elohim no podrá ser forjado en nuestro interior a menos que el elemento nuestro personal desaparezca. Si estamos escasos del elemento de Yahweh, no maduraremos a tiempo. Si estamos escasos del elemento de Mashiaj, no seremos aptos para reinar y ministrar. Por consiguiente, el resultado de pagar el precio no consiste en que entraremos en el reino para recibir la recompensa, sino en que recibirá más de Yahweh y de Mashiaj. Así, aquellos que están llenos de Elohim y de Mashiaj madurarán temprano y serán reyes y sacerdotes.
Si los hijos únicamente piensan en recibir las posesiones de sus padres, pero no aman a sus padres, son tan irrazonables como los ladrones. Si no pagamos el precio, ni amamos a Elohim ni vamos en pos de Yahweh, pero, a la vez, todo el día únicamente pensamos en que seremos salvos del castigo y recibiremos la recompensa, entonces estamos soñando. Por el contrario, si los hijos no están interesados en las posesiones de sus padres sino que, más bien, solamente se ocupan por amarlos y complacerlos, con el tiempo todo lo que los padres poseen será de los hijos. No debemos considerar que el premio y un reinado sean la meta de nuestra búsqueda. La meta a la cual proseguimos debe ser Yahweh y Mashiaj, y hemos de pagar cualquier precio para obtenerla. Si perseguimos esto con sencillez de corazón, ¿cómo no vamos a madurar temprano? ¿Cómo no vamos a recibir la recompensa?
Hemos dicho una y otra vez que el propósito de pagar el precio es que obtengamos a Elohim a fin de que Él se añada y se mezcle con nosotros, de modo que así reemplace todo lo que somos. Todos aquellos que tienen este deseo, voluntariamente rechazan su propia vida natural y su propia forma de ser, y toman la vida y naturaleza de Elohim. Ellos viven y andan no por su propia sabiduría, sino por la sabiduría de Elohim, y renuncian a sus posesiones, familiares, fama y posición; todo lo que desean es que Elohim se forje en ellos para ser su todo. A esto se refiere las Escrituras cuando dice que debemos renunciar a todo y seguir al Adón, y que debemos estimar como pérdida todas las cosas a fin de ganar a Mashiaj. Esto es lo que significa pagar el precio, y éste es el resultado de pagar el precio. Solamente las personas que pagan el precio experimentan que Elohim realiza en ellas así el querer como el hacer, magnifican a Mashiaj todo el tiempo —ya sea por vida o por muerte—, y pueden decir que para ellas el vivir es Mashiaj. Ellas están llenas de Mashiaj, llenas de Elohim, y son de utilidad para Elohim.