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CUY 14 - El Servicio Que Ministra Gracia

CUY 14

El Servicio Que Ministra Gracia

Según Kefá Alef/1 Pedro 4:10, todos los miembros son mayordomos de la multiforme, o múltiple, gracia de Elohim. Es necesario que hablemos en detalle sobre este tema. Éste no es un pensamiento común a todos los kadoshim. La gracia de Elohim no sólo tiene una faceta, sino que es multifacética. Según los pentecostales, la gracia consiste en hablar en lenguas. Si uno no habla en lenguas, uno no tiene la gracia. Según aquellos que propugnan sanidades, la gracia es un milagro. Si uno no experimenta milagros, uno no tiene la gracia. Sin embargo, el B'rit Hadashá nos muestra que servir un vaso de agua a los santos es también un aspecto de la gracia. Ayudarse entre hermanos constituye otro aspecto de la gracia. Ayudar a preparar la casa en la que habrá una reunión (aún cuando no se trate de nuestra casa propia), y ayudar al finalizar la misma a limpiar, es otro aspecto de la gracia. Si algún hermano está turbado por alguna circunstancia y nos unimos para orar con él, este es otro aspecto de la gracia. La gracia de Elohim es multiforme.

 

La congregación de los kadoshim es la Novia, por eso es el sistema más excelente, y debe contar con la vida comunitaria más elevada. En semejante sociedad con tal vida comunitaria, se necesitan muchas clases de servicio. Cada uno de estos servicios representa un aspecto de la gracia que los santos se ministran mutuamente. Por consiguiente, como miembros del Cuerpo de Mashiaj, todos los kadoshim son mayordomos de la multiforme gracia de Elohim. Por una parte, somos miembros del Cuerpo de Mashiaj y, por otra, somos mayordomos de Elohim. Los mayordomos son personas a quienes se les ha encomendado ministrar el rico suministro a los demás. Un mayordomo es uno que siempre provee para las necesidades de otros; de manera que debemos ayudar a los santos a comprender que cada hermano y cada hermana que participa de la vida de congregación de kadoshim como miembro de Mashiaj DEBE ASPIRAR A CONVERTIRSE EN UN MAYORDOMO DE ELOHIM, porque Él nos ha encomendado esta tarea a todos por igual. Todos somos miembros, todos somos mayordomos. Cuando apenas comenzamos, recibimos, luego comenzamos a dar mientras continuamos recibiendo, hasta el fin de nuestros días.

 

Tenemos la tendencia a pensar en estas cosas con nuestra mente cristiana, y por eso dejamos fuera demasiadas cosas en nuestra mente. Creemos que la "iglesia" es lo mismo que la Novia, y en verdad pueden tener algunos pocos puntos en común, PERO LA NOVIA ES MUCHO MÁS QUE UNA IGLESIA. Inclusive es mucho más que una congregación o asamblea de kadoshim. La Novia es la vida de todos los kadoshim en unidad EN TODOS LOS ÁMBITOS DE LA VIDA. No es un lugar donde reunirse una vez por semana, ni siquiera todos los días. La Novia es un organismo vivo que debe ministrar no sólo las enseñanzas básicas de nuestra fe, y tampoco no sólo llevar las buenas nuevas a los perdidos, sino por sobre todas las cosas, la Novia debe regular nuestras vida, ayudando a la disciplina individual de los kadoshim y a la aplicación corporativa de sus funciones, para que nuestro estilo de vida corresponda a los mandamientos de Yahweh, para no ser conformados al mundo.

 

En la Novia debemos aprender a vivir no sólo en un lugar de reunión sino en nuestras casas, en nuestros lugares de trabajo (que también deben ser aptos según las Escrituras), con nuestras familias, amigos, hermanos y hermanas, y también en nuestras relaciones inevitables con el mundo. No se trata de que aprendamos una lista de rituales o de fiestas, se trata de ser quebrantados en nuestro viejo hombre a fin de que Mashíaj crezca en nuestro interior, para que pueda manifestar nuestros dones y seamos así capacitados para servirnos unos a otros.

 

De esta manera, no se trata de "elegir diáconos" para el servicio en las reuniones, sino en CONVERTIRNOS EN DIÁCONOS A TIEMPO COMPLETO, EN TODO MOMENTO Y EN TODO LUGAR. Lo mismo es válido para cualquier cargo mencionado en las Escrituras. La Novia tiene, como ya vimos, una serie de ministerios que deben ser activados por medio de la función de los kadoshim, a través de los dones que cada uno recibe del Ruaj y desarrolla en Mashíaj. Pero también debemos funcionar exactamente de la misma forma en el resto de los ámbitos de nuestras vidas. Este ha sido el mayor error de la cristiandad: limitar la expresión de su "creencia" a los fines de semana y circunscribirla al ámbito de su iglesia, mientras se comportaban como el resto de los incrédulos en sus actividades mundanas: trabajo, estudios, amistades, entretenimiento, etc. Porque el mundo no es capaz de distinguirlos a primera vista de sí mismos, el testimonio de los cristianos ha sido dejado de lado por hipócrita e irrelevante. No debe ser así con los kadoshim en la Novia. Nuestro testimonio debe ser en cada aspecto de nuestra vida, de manera que el mundo exclame: "¡Miren cómo se aman los creyentes de Yahshua entre sí!" y desee eso para sí mismo.

 

Por supuesto, la edificación se realiza mayormente en las reuniones (aunque debe ser continuamente aplicada a todos los ámbitos de nuestra vida), por eso es allí donde comenzamos el aprendizaje, el quebrantamiento, y donde mayormente conseguimos ponerlo en práctica. En cualquier tipo de reunión, sea física o virtual, existe una serie de requisitos necesarios para que pueda ser llevada a cabo. Por ejemplo, si fuera una reunión física, deberá ser preparada la casa donde nos reuniremos. Si contratásemos a alguien para que limpie el local, eso crearía cierta atmósfera. Pero si todos los santos atienden a esta labor de limpiar el salón de reunión con mucha oración, eso haría una gran diferencia. Esto se aplica a toda acción que debamos realizar, tanto en las reuniones como en nuestras casas. El salón de reunión se convertiría en un santuario, cuya edificación y preparación fue hecha por el amor de los kadoshim unidos. Jamás debiéramos considerar como algo insignificante aspirar la alfombra del local, o limpiar una ventana, o cualquier otra actividad de servicio. Esto incluye actividades virtuales, como convidar personas a nuestras reuniones, difundir material, colaborar en el trabajo de elaboración, etc. Existen tantas tareas en la Novia, basta disponernos.

 

Ciertamente tenemos la expectativa de que todos los hermanos y hermanas ejerzan su función al hablar en las reuniones. Sin embargo algunos hablan demasiado, mientras otros no hablan nunca. Ambos extremos son almáticos, y no pueden ser considerados aceptables. Ambos deben ser trabajados, quebrantados y reemplazados por Mashíaj, a fin de que estos hermanos y hermanas puedan ejercer su función en la Novia. Con esto no queremos decir que debamos obligar a nadie a participar o no, este tipo de actitud también sería almático. La participación en las reuniones debe ser mucho más que lo que acostumbran en las reuniones cristianas, mucho griterío, mucho "amén" y mucha confirmación recurrente. Si los hermanos están en el ruaj, TODOS SON DE UN MISMO PARECER Y UN MISMO SENTIR, y no es necesario estar afirmándolo a cada momento. Al contrario, hacer estas cosas demuestra la condición descontrolada de nuestra alma.

 

Si se les pide a ciertos santos que ejerzan una función para la cual no han sido dotados por el Ruaj (no estamos hablando de nuestras habilidades naturales), será como colocarlos en un ataúd. No debemos hacer esto. Debemos ayudarlos a descubrir el don que han recibido, a ser quebrantados para desarrollarlo y ejercer la función para la cual el Padre los destinó de antemano. Mientras tanto, existen muchas formas en las que pueden ejercer la función básica de COMUNIÓN: ayudando a otros en lo que sea necesario, y esto puede ir desde limpiar hasta organizar notas en una computadora, si la persona sabe cómo hacerlo. Este tipo de funciones básicas nos ayudan en el ejercicio inicial de la disciplina de nuestra conducta y en el quebrantamiento de nuestras almas. Y siempre se comienza por el servicio a los demás, porque mucho más bienaventurado es dar que recibir. Cuando hayamos comprendido este principio en nuestra vida, estaremos en verdad capacitados para ejercer en plenitud nuestra función en el Cuerpo.

 

 

Sin importar lo que hagamos al servir en asuntos prácticos, si verdaderamente lo hacemos en nuestro Ruaj, ciertamente la gracia estará con nosotros. Entonces, mediante lo que hagamos, ministraremos Mashiaj como gracia a los demás. Primero, nosotros debemos experimentar la gracia de Mashiaj en medio de nuestras propias circunstancias (Qorintiyim Bet/2 Corintios 12:9). Luego, podremos ministrar gracia a los demás mediante nuestro servicio. Debemos recalcar nuevamente aquí que a fin de experimentar a Mashiaj como gracia, Él siempre nos da una determinada clase de circunstancia. El Adón muchas veces nos manda sufrimientos y dificultades a fin de que podamos experimentar a Mashiaj como gracia. En algunas circunstancias que Elohim ha dispuesto para nosotros, experimentamos la gracia y la acumulamos, a fin de tener una reserva de gracia para nuestra vida creyente. Entonces al servir tendremos algo de gracia que podamos ministrar a los demás.

 

Así, nuestro servicio no tiene como meta llevar a cabo ciertas cosas, ni siquiera cuando se trata de aspirar la alfombra del salón. Nuestra meta es infundir a Mashiaj en calidad de gracia a los demás. Al servir juntos, podemos infundirnos gracia mutuamente. No debiéramos chismear, murmurar, criticar ni hablar en vano. Nuestra conversación debe ser una comunión en la que nos infundimos gracia los unos a los otros. Necesitamos obtener gracia para ministrarla a los demás. En realidad, nuestra meta no es mantener limpio el salón de reunión, sino ministrar Mashiaj en calidad de gracia a los demás.

 

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