En las organizaciones sociales hay personas que se entusiasman mucho con poder brindar una asistencia social, y le prestan un servicio al público con diligencia. Este tipo de cualidades, que provienen del ser natural del hombre, no contienen el elemento de Mashiaj; en lugar de ello, contienen el elemento de Adam, y éste está contaminado con el elemento de haSatán. Todo lo que tenemos en lo natural proviene de Adam. No sólo los elementos negativos provienen de Adam, sino también los positivos. Por lo general pensamos que una vez que somos salvos, debemos rechazar los elementos negativos de Adam y conservar los positivos, e incluso introducirlos en la Novia. Así pues, si por naturaleza somos personas mansas, compasivas, magnánimas, caritativas, diligentes y condescendientes, introducimos tales cosas en la Novia después de que somos salvos porque pensamos que estas cualidades agradan a Elohim. Sin embargo, estos elementos aún pertenecen a Adam. Quizás los demás nos elogien y nos sintamos agradecidos con Elohim, pensando que estas virtudes son el resultado de la operación de Elohim en nosotros. Pero eso no es cierto. Debemos comprender que los elementos que poseíamos antes de ser salvos son naturales, no espirituales, pues provienen de Adam, un ser creado, y no del Mashiaj resucitado. Por consiguiente, nunca debemos pensar que nuestras cualidades naturales provienen de Mashiaj.

 

La salvación de Mashiaj se puede ver hasta cierto punto en un hermano recién salvo; sin embargo, hablando con propiedad, es difícil detectar el elemento de Mashiaj en él. Aunque Mashiaj vive en él y él posee la vida de Mashiaj, aún está en forma de semilla, y debemos reconocer que no hay mucho de Mashiaj que haya sido forjado en él ni se expresa por medio de él. Aunque la salvación que ha experimentado por medio del arrepentimiento lo ha librado de los pecados más graves, él aún es incapaz de expresar mucho del elemento de Mashiaj. Aunque se siente agradecido con Elohim, ama la Novia y le gusta relacionarse con los kadoshim, no tiene mucho del elemento de Mashiaj que se manifieste en él. Esto se debe a que no ha sido edificado, a que no tiene mucho de Mashiaj edificado en él. Si bien se ha arrepentido y es un creyente, sin embargo, Mashiaj no ha sido edificado en él ni tampoco se expresa por medio de él.

 

Por un lado, reconocemos el hecho de que es salvo y testificamos que esto es la obra que Mashiaj, por Su gracia, ha hecho en él; por otro, debemos comprender que no hay mucho de Mashiaj en él. Su gozo y exultación son la obra de Mashiaj, pero sólo tienen una pequeña medida de Mashiaj. Supongamos que un hermano recién salvo da un testimonio, muy lleno de regocijo y exultación. No obstante, si alguien le dijera: "Tú acabas de ser salvo, y ahora necesitas leer más las Escrituras y orar más", probablemente su semblante le cambiaría y se sentiría descontento. Este cambio en su semblante es la expresión de Adam. Mientras testificaba, podíamos ver a Mashiaj en él, pero ahora que se muestra descontento, nos damos cuenta de que no tiene mucho del elemento de Mashiaj.

 

Es necesario que la obra de edificación opere mucho en una persona para que Mashiaj se manifieste en ella. No podemos esperar que alguien que ha sido salvo en la mañana exprese a Mashiaj al mediodía. Probablemente exprese a Mashiaj en la mañana, y manifieste a Adam en la tarde, y luego exprese la carne en la noche. En Qorintiyim Bet/2 Corintios 5:17 dice: "Si alguno está en Mashiaj, nueva creación es; las cosas viejas pasaron; he aquí son hechas nuevas". Sin embargo, Qolasiyim/Colosenses 3:10a dice: "Y vestido del nuevo hombre, el cual se va renovando". Un creyente debe experimentar la obra de edificación de Elohim. Podemos comparar esto al nuevo hombre, el cual, aunque ya nos fue puesto, aún se está renovando.

 

Desde la perspectiva de Elohim todo es nuevo, y la Nueva Yahrushalayim ya ha sido edificada; sin embargo, desde la perspectiva humana, aún no nos hemos despojado completamente del viejo hombre, sino que seguimos vestidos de él. Por consiguiente, es necesario que pasemos por un proceso. Si bien es cierto que somos salvos y tenemos a Mashiaj en nuestro interior, externamente seguimos siendo Adam. Podemos comparar a Adam a una gruesa capa de caucho que nos envuelve. Sin embargo, hay un tesoro escondido en nosotros, que es Mashiaj mismo. En un instante Mashiaj entra en nosotros en el momento de nuestra salvación, pero no es tan sencillo que Mashiaj salga y se manifieste en nosotros. Para ello es necesario que nos sean quitadas las capas de la vieja creación, una por una. Sólo entonces Mashiaj podrá salir de nosotros y expresarse por medio nuestro.

 

 

El hecho de que Mashiaj brote de nuestro interior no es algo que forma parte de nuestra constitución natural, ni es algo que obtenemos en el momento de nuestra salvación. En el momento en que somos salvos, sentimos gozo y paz, y también amamos al Mashíaj. Sin embargo, para tener el elemento de Mashiaj necesitamos pasar por la edificación. Una persona que ha sido quebrantada por el Mashíaj puede sentir si el entusiasmo y el fervor de los hermanos y hermanas son como nubes que con el tiempo desaparecen. Pero cuando ella habla por el Mashíaj, pone su confianza en la gracia del Mashíaj y en el poder del Ruaj haKodesh para que sean derribados su entusiasmo, fervor y amor natural que tiene para el Mashíaj. Esta clase de hablar producirá dos resultados. El primero es que algunos kadoshim reciben misericordia en su interior y son iluminados por el Ruaj haKodesh, de tal modo que se dan cuenta de que su entusiasmo, su fervor, su diligencia y su amor, proceden de su ser natural, y no de Mashiaj. Al ser iluminados de esta manera, ellos son quebrantados y derribados, pues condenan el fervor, el entusiasmo y la diligencia. Ven que estas cosas no proceden de Mashiaj mismo, sino que han reemplazado a Mashiaj, han usurpado el lugar que le corresponde a Mashiaj y aun están en contra de Mashiaj. Los kadoshim que reciben misericordia de parte del Mashíaj son alumbrados en su interior, de tal modo que ven lo que procede del hombre y lo que procede de Mashiaj.

 

El segundo resultado es que otros kadoshim rechazarán la gracia y estarán en desacuerdo con el mensaje. Probablemente piensen: "¿Qué hay de malo con amar al Mashíaj? ¿Qué hay de malo con que nos sintamos entusiasmados? ¿Qué de malo hay con que seamos fervientes?". Pero apenas estos kadoshim afronten oposición, dejarán de estar entusiasmados y fervientes, y en lugar de ello, se deprimirán y simplemente se apartarán. Estos son creyentes carnales.

 

UNA PERSONA QUE ES DOTADA POR YAHWEH Y TIENE UN MINISTERIO DEBE REALIZAR LA OBRA DE DERRIBAR, COMO TAMBIÉN LA OBRA DE EDIFICAR. Debe derribar las cosas que provienen del hombre, y debe edificar las cosas que provienen de Mashiaj. Cuando un grupo de kadoshim experimenta la obra demoledora de Elohim, quizás no se sientan muy vivientes ni entusiasmados, ni amen al Mashíaj como solían hacerlo. Sin embargo, después de cierto periodo de tiempo, tocarán algo de Mashiaj, algo sólido en su interior. Ésta es una porción del elemento de la plenitud de Mashiaj que se expresa por medio de ellos.

 

Cuando los kadoshim se reúnen juntos, a menudo se muestran muy entusiasmados y activos. Este entusiasmo y afán es muy perjudicial para los creyentes. Cuando una persona no ama al Mashíaj, se muestra indiferente a todo, pero tan pronto como se despierta en ella el amor hacia el Mashíaj, lo que más puede perjudicarlo es que se entusiasme mucho y se vuelva activo, PORQUE LO HARÁ TODO EN EL ALMA Y NO EN EL RUAJ. A menudo las personas consideran que estar entusiasmados y activos es una señal de espiritualidad, y no se dan cuenta de que Elohim realiza en nosotros la obra de derribar todo nuestro entusiasmo y actividad. Mashiaj es viviente, no es uno que está ocupado; Mashiaj es fuerte, no es uno entusiasmado. Una persona puede estar llena de Mashiaj, llena de Su vigor, y no estar ocupada ni entusiasmada. Si entendemos los asuntos espirituales, podremos discernir lo que es espiritual y lo que es entusiasmo, como también lo que proviene de Mashiaj mismo y lo que proviene del entusiasmo. Aquello que no ha sido derribado es únicamente entusiasmo y afán. Únicamente aquello que ha sido derribado y edificado es algo sólido, espiritual, y que proviene de Mashiaj.

 

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