Ya vimos que para tener la plenitud de Elohim, necesitamos tener la autoridad de Elohim, y que para tener la coordinación propia del Cuerpo, debemos asirnos a la Cabeza. Cuando vemos estos dos asuntos juntos, llegamos a la siguiente conclusión: hay orden en el Cuerpo y la coordinación del Cuerpo se encuentra principalmente en este orden.

 

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La Autoridad Soberana De Elohim

 

Toda la creación de Elohim expresa Su autoridad soberana. En otras palabras, vemos la autoridad soberana de Elohim en toda Su creación. Por ejemplo, en la astronomía las revoluciones de las estrellas o de los planetas demuestran la absoluta autoridad de Elohim. Ivrim/Hebreos 1:3 dice que Mashiaj sostiene y sustenta "todas las cosas con la palabra de Su poder". En el universo vemos la soberanía de Elohim en los asuntos de mayor trascendencia así como también en los asuntos más insignificantes, como el crecimiento de una hoja de hierba. Muchas leyes y principios nos hablan de la soberanía de Elohim. Sin Su soberanía, no podría haber leyes ni principios. Las leyes y los principios del universo dependen de la autoridad de Yahweh y son la expresión de Su autoridad.

 

Si en un lugar todo estuviera en caos, ciertamente no habría ninguna autoridad, ninguna soberanía. Sin embargo, cuando todo está limpio y en orden, esto indica que hay autoridad, que hay soberanía. A pesar de que el universo fue corrompido, en cierta medida aún se conserva en orden; todo funciona como es debido y se encuentra en buen orden. Esto nos habla de la autoridad soberana de Elohim. Donde hay orden, allí hay autoridad. Asimismo, lo más crucial en el Cuerpo de Mashiaj es que esté en buen orden. Cuando hay orden, hay coordinación y no hay confusión. El asunto del orden está relacionado con la autoridad.

 

Si no hay orden, un cuerpo deja de ser un cuerpo; se desplomará y no podrá permanecer de pie. Una persona es más fuerte cuando está en posición vertical, es decir, es más poderosa cuando está de pie. Estar de pie es estar en posición vertical. Cuando una persona está sentada, no está completamente en posición vertical; y cuando se acuesta está en posición horizontal. Cuando un cuerpo humano se desploma, ya no está más en posición vertical, sino que yace tendido, y ninguno de sus miembros cumple ninguna función. Un cuerpo que yace en el suelo no sólo carece de poder, sino que además ha perdido su función. Un cuerpo fuerte está en posición vertical, porque sólo en esta posición puede caminar y avanzar. Para estar en posición vertical, un cuerpo requiere de orden, y este orden es la autoridad.

 

Aparentemente es el cuerpo el que sostiene la cabeza; sin embargo, el cuerpo no podría estar en pie si le quitaran la cabeza. Esto es maravilloso. Por consiguiente, es difícil determinar si el cuerpo sostiene la cabeza, o si la cabeza es la que mantiene al cuerpo. Si le cortáramos un brazo al cuerpo, el cuerpo aún podría estar de pie, pero si le cortáramos la cabeza, el cuerpo no podría seguir en pie. Por consiguiente, el cuerpo subsiste en virtud de la cabeza. Si la cabeza perdiera su posición y orden, no habría autoridad en el cuerpo, y el cuerpo entonces quedaría paralizado, se desplomaría, y sería completamente inútil. Esto no sólo se aplica a la relación entre el cuerpo y la cabeza, sino aún más a la relación entre todos los miembros del cuerpo. No podemos poner los pies encima de los hombros; ni tampoco poner los hombros debajo de los pies. Si alguien intentara hacer esto, su cuerpo se desplomaría. Por consiguiente, el ejemplo del cuerpo humano nos muestra claramente que el asunto del orden existe en el Cuerpo de Mashiaj.

 

 

Someternos A La Autoridad De La Cabeza

 

Todos los creyentes deben someterse a la Cabeza y permanecer sujetos a la autoridad de la Cabeza. Efesiyim 4:15 y Qolasiyim/Colosenses 2:19 dicen que debemos asirnos a la Cabeza; esto implica autoridad. La manera en que nos sometemos a la autoridad de la Cabeza es asirnos a la Cabeza y crecer en todo en aquel que es la Cabeza. Si estos dos pasukim no hicieran referencia a la autoridad, no habría necesidad de hablar de la Cabeza; simplemente bastaría hablar de Mashiaj. Sin embargo, estos pasukim no hablan de Mashiaj únicamente con relación a la vida, sino que nos hablan de la Cabeza en relación con la autoridad. Ser la Cabeza está relacionado con el asunto de la autoridad. Debemos crecer en Mashiaj y también en aquel que es la Cabeza. Crecer en aquel que es la Cabeza es la manera en que nos sometemos a la autoridad de la Cabeza, permitiendo que la Cabeza tenga autoridad en todo.

 

Algunos kadoshim permiten que el Mashíaj tenga autoridad sobre el servicio que le rinden a Elohim y al Mashíaj, pero no le permiten tener autoridad sobre sus finanzas ni en su vida familiar. Ellos permiten que el Mashíaj tenga autoridad sobre algunos asuntos, pero no en otros. Aunque simplemente somos humanos, para Yahweh somos personas difíciles y complicadas, pues difícilmente cedemos a la autoridad del Mashíaj en todo asunto. Es posible que permitamos que el Mashíaj rija sobre la ropa que vestimos, pero no sobre nuestras lecturas. No obstante, a medida que avancemos en el Mashíaj, creceremos en todo en aquel que es la Cabeza y le permitiremos tener autoridad sobre nosotros. Si deseamos conocerlo como la Cabeza, debemos conocer Su autoridad. Si hay algún asunto que no esté bajo Su autoridad, algún asunto en el que Él no sea la Cabeza, esto indica que nosotros somos los que tenemos la autoridad y que nos hemos entronizado a nosotros mismos. Si no nos sometemos a la Cabeza en todas las cosas tendremos problemas en el Cuerpo de Mashiaj. Si no mantenemos el orden apropiado en nuestra relación con la Cabeza, si el asunto de nuestra posición con respecto a la Cabeza no es completamente resuelto, tendremos problemas en el Cuerpo.

 

Lo que determina si nuestra coordinación con los demás miembros del Cuerpo es armoniosa o no, es nuestra posición con respecto a la Cabeza. ¿Nos sometemos a Su autoridad, o nos ubicamos en el mismo nivel que Él? ¿Nos sometemos completamente a Él o sólo en parte? Si tenemos algún problema con la Cabeza, tendremos problemas con el Cuerpo. No podemos esperar tener una buena relación con los miembros si no tenemos una buena relación con la Cabeza. Únicamente cuando nuestra relación con la Cabeza sea apropiada, también lo será nuestra relación con los demás miembros. Efesiyim 4:15 dice que debemos crecer "en todo en aquel que es la Cabeza, Mashiaj". Esto implica autoridad. Debemos conocer la Cabeza, honrar la Cabeza y permitirle que Él sea el Mashíaj, y tenga autoridad y derecho sobre nosotros. Si este asunto no se resuelve, tendremos problemas con el Cuerpo. Incluso si estamos en paz unos con otros en la Novia, en nuestro interior aún habrá quejas y problemas.

 

Como se puede ver, el asunto de la autoridad dentro del Cuerpo no es una cuestión de jerarquías internas, como la mayoría de las denominaciones sostiene aplicando Romaniyim 13:1 fuera de contexto (sin citar jamás el contexto dado por el pasuk 3 de que se está hablando de gobiernos de naciones y no de jerarquías "religiosas"), aunque tampoco es una cuestión de anarquía. El Cuerpo debe estar correctamente estructurado según las funciones determinadas a cada uno por el Ruaj haKodesh, y también estructurado según el nivel de crecimiento de los miembros, haciendo que los más avanzados en el Camino sean el apoyo de los más nuevos y débiles, no como superiores jerárquicos sino como servidores, como Yahshua enseñó:

 

Entonces Yahshúa los llamó y les dijo: "Ustedes saben que los gobernantes de los gentiles se adueñan de ellos, y los grandes ejercen autoridad sobre ellos. Pero entre ustedes no será así. Por el contrario, el que quiera ser grande entre ustedes debe hacerse servidor de los demás; y el que anhele ser el primero entre ustedes, debe hacerse servidor de ustedes; igual que el Hijo del Hombre, que no vino para que le sirvan sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos. MattiYah 20:25-28

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