PIEDRAS VIVAS
SEN 04
La Manera Más Excelente
De Ejercitar los Dones
Ustedes deben anhelar los mejores dones; pero ahora les voy a mostrar un camino todavía más excelente: Si yo hablo en los idiomas de los hombres y de los mensajeros, pero no tengo amor, vengo a ser como un címbalo que resuena o un platillo que retiñe. Si tengo profecía y entiendo todos los misterios y todo conocimiento; y si tengo toda la fe necesaria para trasladar los montes, pero no tengo amor, nada soy. Si reparto todos mis bienes, y si entrego mi cuerpo para que lo quemen, pero no tengo amor, de nada me sirve. El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es celoso. El amor no es jactancioso, ni es arrogante. No es grosero, ni es egoísta. No se irrita, ni lleva cuentas del mal. No se alegra de la injusticia, sino que se alegra con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, cesarán los idiomas y se acabará el conocimiento... Pero por ahora tres cosas permanecen: la fe, la esperanza y el amor; pero el mayor de ellos es el amor. Persigan el amor; y anhelen los dones espirituales, pero sobre todo, el de profecía. Qorintiyim Alef 12:31; 13:1-8,13; 14:1
Qorintiyim Alef 12:31 a 14: 1 habla de amor. Estos capítulos están estrechamente relacionados, porque las Escrituras no se dividieron inicialmente en capítulos o pasukim. El capítulo 12 habla de varios dones y cómo ejercerlos. El capítulo 14 habla del regalo más provechoso para la congregación, que es profetizar, hablar por el Adón. Pero entre estos dos capítulos, el capítulo 13 habla de la excelente manera de ejercer los dones, es decir, de la manera en que estos dones deben ministrarse.
En el pasuk 31 del capítulo 12, el apóstol Shaúl dice: "les voy a mostrar un camino todavía más excelente". Esta palabra tiene dos significados en griego: "camino" y "método". Shaúl habla de amor en los capítulos 13 y 14. El amor es la manera de ejercitar los dones y edificar a la congregación, y también es la manera en que se ministran los dones. Si no tenemos amor, nuestros dones son inútiles. Los dones deben ministrarse en amor para que exista una verdadera función. El amor es la única manera de ejercer los dones. Y el amor es siempre algo que FLUYE HACIA AFUERA. Si únicamente sentimos amor hacia adentro, seremos egoístas e individualistas; en verdad, eso ni siquiera es amor. El amor se manifiesta únicamente de forma horizontal, a través de otros. Si no nos relacionamos con nuestros hermanos en el Cuerpo, no tendremos la experiencia del amor del Ruaj fluyendo a través de nosotros. El amor por la familia, los amigos, la pareja, son amores de la carne. Hasta los incrédulos los experimentan. Por eso se nos pide que entreguemos esos amores para que nos sean devueltos en resurrección, para que aprendamos a amar a través de Mashíaj y no de nuestra propia carne. Si todos hiciéramos esto y lo pusiéramos en práctica, con el tiempo todas las relaciones humanas mejorarían notablemente.
Después de definir el amor en el capítulo 13, el apóstol dice que debemos perseguir el amor y los dones espirituales (14:1). El amor en este pasuk no es algo innato; es algo que necesita ser perseguido. Necesitamos perseguir el amor y desear dones espirituales. En otras palabras, los dones funcionan en coordinación con el amor. Los dones espirituales son inútiles sin amor, y el amor en sí mismo se queda corto, necesita de los dones para "canalizarse" a través de ellos, para manifestarse al mundo. Debemos tener dones espirituales y amor. El amor es la forma más excelente y la mejor manera de ejercer los dones. Necesitamos mantener la verdad en amor para que el Cuerpo crezca en amor.
Tocando La Autoridad De La Cabeza
En el capítulo anterior dijimos que en nuestro servicio para edificar la congregación, primero debemos tocar la autoridad de la Cabeza y luego tocar el corazón de Elohim, es decir, tocar Su amor. Tocar la autoridad de la Cabeza resolverá la mayoría de los problemas, porque la mayoría de los problemas en la congregación son el resultado de no tocar la autoridad de la Cabeza. Por ejemplo, difundir rumores es un problema particular en los grupos, e inconscientemente trae la muerte. Aunque los santos a menudo reciben una provisión de vida en su comunión entre ellos, nuestras conversaciones no están libres del veneno de la muerte, que se transmite a través de los rumores, entre otras formas. Si difundimos los rumores a la ligera, no estamos bajo la decisión de la Cabeza y no hemos tocado Su autoridad. Por lo tanto, podemos causar muchos problemas en la congregación, cosas que no edifican sino que destruyen.
Los rumores a menudo son falsos, inexactos e infundados, pero sobre todo son cobardes y escondidos, porque nunca enfrentan de manera honesta y directa. Incluso si las cosas de las que se habla son precisas y verdaderas, ¿podemos decir que tenemos la autoridad de la Cabeza y la orden de la Cabeza para repetir tales cosas en nuestro discurso, con terceras personas que no están implicadas en el asunto? Si estamos bajo la autoridad de la Cabeza, no hablaremos sin Su permiso u orden. Independientemente de si nuestras palabras son verdaderas, no nos atreveríamos a sobrepasar la Cabeza. Una vez que tocamos la Cabeza, no tendremos mucho más que decir. Los que han tocado el trono no hablarán a la ligera. Sus palabras no sólo serán verdaderas, correctas y precisas, sino que hablarán sólo lo que está permitido por el trono.
Muchos santos tienen un problema relacionado con su hablar porque nunca han sido tratados por el Adón con respecto a este asunto. Por ejemplo, algunos necesitan contar TODO lo que hacen. La mayor parte de lo que hablan es completamente irrelevante para los demás; pierden su tiempo "rehaciendo mentalmente" lo que hicieron y contándoselo a los demás, y así también les hacen perder el tiempo a otros en cosas banales que no edifican. Perder el tiempo charlando con otros es un problema para muchos, que no saben contenerse ni priorizar sus actividades, y cuando comienzan parecen un coche sin frenos; nada los detendrá hasta que hayan agotado su tiempo y deban correr para hacer lo que no hicieron, sin mencionar el hecho de que ese tiempo perdido habría rendido más si lo hubieran empleado en cosas de provecho para la edificación.
Muchos hermanos y hermanas no pueden guardar nada para sí mismos; una vez que saben algo, DEBEN contárselo a alguien. Este es un grave defecto también, una actitud que puede provocar mucho dolor y separaciones. Este tipo de personas inmaduras, evidentemente no pueden ser asignadas a visitar a otros hermanos.
Tenemos que ser muy cuidadosos con respecto a nuestro discurso. Si tocamos el trono y somos gobernados por el Adón, no podremos contarles a los demás nada que hayamos oído o presenciado, a menos que Él mismo nos dé la orden. Esto no es una cuestión de regulación personal; se refiere al trono, porque nosotros no somos jueces.
Los discursos sueltos son a menudo la causa de conflictos y problemas en la congregación. Puede que no tengamos una intención cuando decimos cosas, pero otros pueden escuchar con una interpretación. En el proceso de comunicación, cuando emitimos un mensaje, se generan 4 mensajes al mismo tiempo: lo que digo, la intención con la que lo digo, lo que el otro entiende, y la intención con la que el otro comprende. Como podemos ver, hablar es algo más peligroso de lo que la mayoría cree, sobre todo cuando ese hablar está desconectado de la Cabeza. Una pequeña palabra puede envenenar a un hermano con la muerte. Si no estamos bajo el gobierno del trono, tendremos muchos problemas. Si servimos en la congregación por muchos años, nos contactaremos frecuentemente. Para evitar problemas entre nosotros, nuestro hablar debe ser gobernado. Esto no es una regulación. Sería inútil poner un letrero que diga: "No hables a la ligera". Todo esto es una cuestión de aceptar la decisión del trono, de someternos a Él.
Por lo tanto, debemos tocar el trono para el servicio que construye la congregación. El trono gobernará sobre nosotros y terminará los elementos de la vieja creación en nosotros. Las piedras deben limpiarse primero antes de que puedan usarse. En la congregación somos piedras. La vida de Mashiaj puede compararse con el cemento, y el Ruaj HaKodesh puede compararse con el agua. Para que podamos unirnos adecuadamente, la suciedad y el polvo primero deben eliminarse de nosotros. Este lavado no se logra por el efecto redentor de la sangre preciosa; ESTÁ RELACIONADO CON EL GOBIERNO DEL TRONO. Cuando somos gobernados por el trono, somos purificados en experiencia. Hay ciertas cosas que no puedo hacer y ciertas cosas que no puedo decir debido al trono. El trono también me prohíbe tener ciertas actitudes y ciertos pensamientos. Si vivimos bajo el gobierno del trono, Elohim nos purificará en nuestra experiencia.
El asunto más importante de tocar la autoridad de la Cabeza es que conocemos nuestro lugar en el Cuerpo. Esto es importante. Si tocamos el trono y vivimos bajo el gobierno del trono, estaremos unidos, y la congregación será edificada.
Tocando El Amor De Yahweh
En nuestro servicio para edificar la congregación, también necesitamos tocar el corazón de Elohim, que es el amor. Por un lado, debemos estar bajo la regla, la restricción y el trato del trono; por otro lado, debemos estar llenos de amor cuando interactuamos con otros. Cuando una persona, que ha sido disciplinada por el Adón, es dura consigo misma, también puede ser dura con los demás. Esta es una situación desequilibrada. Necesitamos tocar el trono, y también debemos tocar el amor. Debemos tocar la autoridad de Mashiaj, y debemos tocar el amor de Elohim. Incluso si estamos siendo severamente disciplinados por el Adón, todavía necesitamos estar llenos del amor de Mashiaj. Solo entonces nuestro servicio en la congregación será genuino. Nuestro servicio para edificar a la congregación no se centra en cuánto hacemos, sino en cuánto amamos.
Muchos buscan "reglas" para guardar, sobre todo en los comienzos, todos quieren "agradar a Elohim". Y eso es bueno y es lícito, pero a veces se fijan demasiado en la forma y dejan de lado el contenido. Abba no nos da reglas para que no consigamos cumplirlas, pero muchas veces no podemos PORQUE INSISTIMOS EN CUMPLIRLAS EN NOSOTROS MISMOS. Esa es la mayor falla de la mayoría. Muchos entonces, cuando no pueden alcanzar el bienestar deseado, pero temerosos de hacer una acusación directa, dicen cosas como "no es la voluntad de Elohim", o las declaran "doctrina herética". Eso equivale a negar lo que su incompetencia les ha impedido lograr, y para justificarse, declaran "verdes" a las uvas que no alcanzan. Pero no las alcanzan no porque sean objetivos inalcanzables ("Elohim es fiel y no dejará que reciban pruebas mayores de las que pueden soportar, sino que junto con la prueba dará la salida, para que la puedan resistir", Qorintiyim Alef 10:13), sino porque NO HAN BUSCADO LA AUTORIDAD DE MASHÍAJ Y EL AMOR DE YAHWEH PARA QUE SEAN SU FUERZA. Intentaron en sus propias fuerzas y fallaron, entonces dicen que eso es inalcanzable, con lo cual declaran que Elohim les impide alcanzar ese objetivo porque no es Su voluntad. Están diciendo que la voluntad de Yahweh es que no lo alcancen, que no quiere darles eso y no tienen explicaciones. En el fondo, se sienten tristes, decepcionados y resentidos, pero como tienen TERROR de aceptar que están discutiendo con Él y no se atreven a acusarlo de forma directa, lo hacen de forma indirecta. A veces lo que no decimos implica mucho más que lo que sí decimos.
El amor es capaz de soportar las faltas de los demás, pero ciertamente nuestro amor humano NO ES CAPAZ DE ESO. Cada vez que nos irritamos con otra persona por el motivo que sea, estamos reaccionando con nuestros sentimientos humanos. Existe una ira santa, Yahweh la tiene, por lo que no podemos decir que enojarse es un sentimiento malo en sí mismo, porque como nosotros, caídos, carecemos del elemento de justicia y del amor que equilibrarían ese enojo, LO MANIFESTAMOS DE MALA FORMA. Por eso es indispensable que, para crecer individualmente y para ser edificados en la Novia, toquemos la autoridad y el amor del trono.
Aquellos a quienes les gusta enfocarse en las deficiencias de los demás carecen del amor que viene de lo alto, están usando su amor carnal, que es corto, escaso y lleno de miedos. El amor carnal es un amor condicional y competitivo. Centrarse en las deficiencias de los demás y no poder soportar sus faltas son indicios de una escasez de amor. La explicación del amor en Qorintiyim Alef 13 se basa en dos puntos: no centrarse en las faltas de los demás y soportar los errores de los demás. El comienzo del pasuk 4 dice: "El amor sufre mucho". Este sufrimiento no es sufrimiento relacionado con las aflicciones, sino con el sufrimiento de los errores de otros. No necesitamos amor cuando sufrimos aflicciones, pero necesitamos amor cuando otros nos maltratan. Este tipo de amor es sufrido. No enfocarse en las faltas de los demás es "no tener en cuenta el mal" (pasuk 5). No es que no sepamos las faltas de los demás, sino que no permitimos que sus fallas creen problemas dentro de nosotros, ni nos resentimos emocionalmente por ellas. No las apoyamos ni las respaldamos, pero no nos ofendemos ni nos resentimos, oramos para que sean despertados de sus errores y obtengan comprensión, y también para ser iluminados en caso de que los equivocados seamos nosotros.
El capítulo 13 da principalmente una definición negativa de amor, de lo que NO ES:
El amor no es celoso. El amor no es jactancioso, ni es arrogante. No es grosero, ni es egoísta. No se irrita, ni lleva cuentas del mal. No se alegra de la injusticia... Qorintiyim Alef 13:4-6
Y luego concluye con lo que el amor SÍ HACE:
...se alegra con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. Qorintiyim Alef 13:6-7
Nuestro mayor problema es la falta de amor entre los santos; por lo tanto, es fácil para nosotros notar las faltas de los demás y criticarnos unos a otros. Sin duda es mucho más fácil ver las cosas desde afuera que desde adentro, pero si en vez de usar esto para ayudar a los demás lo usamos para criticarlos y así poder desviar la atención de nuestras propias faltas y errores, NO TENEMOS AMOR. Sin amor no podemos ayudar a los santos. En nuestra condición actual no podemos tolerar a quienes nos ofenden. Esto demuestra que no tenemos amor. Si estamos cortos de amor, nuestro servicio no construirá la congregación, destruirá a otros y nos destruirá a nosotros mismos. El ejercicio práctico de los dones depende del amor. Muchos santos buscan involucrarse en servicios que implican relacionamiento, como visitas, predicar a personas, reuniones de grupos, enseñanza, etc., pero su servicio es inútil sin amor. Nuestra visita será ineficaz, y no podremos construir los santos si nos centramos en sus faltas y no podemos dejar de comentar sus errores.
Esto se aplica no sólo a las visitas, sino también a muchos otros asuntos. Para que los dones, el trabajo y nuestras actividades manifiesten su función, deben realizarse con amor. Un hermano puede cometer un error u ofendernos, pero aún debemos amarlo. Nuestras funciones se manifestarán en la congregación cuando tengamos ese amor.
Amor Practicante
Ahora consideraremos la práctica del amor. Aunque las Escrituras no dicen practicar el amor sino perseguir el amor (14:1), la práctica se incluye en la búsqueda del amor. No buscamos algo para no usarlo. Por ejemplo, para seguir una educación, debemos practicar el estudio. Del mismo modo, para perseguir el amor, debemos practicar el amor. Sin práctica, es inútil perseguir el amor a través de la oración. Si queremos tener amor, debemos buscar el amor a través de la oración y también a través de la práctica.
Y es de esa manera que Él responde a nuestras oraciones, y esto vale para todas las que hagamos. Si oramos pidiendo recibir más amor para edificar a los santos, NO RECIBIREMOS AMOR SINO SITUACIONES EN LAS QUE SEREMOS PUESTOS A PRUEBA PARA APRENDER A PRACTICARLO. Como normalmente reaccionamos como de costumbre, es decir, con muy escaso amor, una vez pasada la prueba nos sentimos mal porque hemos continuado haciendo lo mismo de siempre, nos culpamos por nuestra ineficacia y culpamos (a escondidas y disimuladamente) al Padre porque no respondió nuestras oraciones... ¡pero sí lo hizo! FUIMOS NOSOTROS LOS QUE NO COMPRENDIMOS QUE NO ERA UNA PRUEBA SINO UNA OPORTUNIDAD DE EJERCITAR ESE AMOR.
Así debemos tomar todas las situaciones negativas de nuestra experiencia de vida. No son "desgracias" que nos suceden, sino OPORTUNIDADES PARA CRECER, en el ámbito que a cada uno nos toque. Si dejamos de llorisquear por lo mal que nos va, cómo nos duele, "por qué a mí" y todas esas cosas que normalmente hacemos, y en vez de eso le agradecemos por darnos la oportunidad de practicar eso que nos falta, y le rogamos que nos supla abundantemente, Él nos ayudará y capacitará para superar las pruebas, y con el ejercicio continuo y la práctica, se transformará en nuestra costumbre interior. Eso es el crecimiento de nuestro Mashíaj interior.
Usaré algunos ejemplos para hablar sobre la práctica del amor. Estamos acostumbrados al estilo de organización de las denominaciones, que no varía mayormente de unas a otras. Muchos grupos en el cristianismo organizado tienen pastores y predicadores. La mayoría de las denominaciones tienen uno o dos pastores y, a veces, varios pastores asociados, que son responsables del cuidado de su congregación.
Pero nuestro servicio no debe ser como las denominaciones. Debemos regresar a las Escrituras, y TODOS LOS SANTOS DEBEN PRACTICAR EL SERVICIO EN LA CONGREGACIÓN COMO SE REVELA EN EL B'RIT HADASHÁ. No podemos confiar en los llamados pastores o predicadores, porque ellos tienen su función específica, NO TODAS LAS FUNCIONES. Debemos dar a todos los santos la responsabilidad y la oportunidad de servir, no sólo como oportunidad, sino como RESPONSABILIDAD Y DERECHO. No somos más "ovejas y pastores" a tiempo completo, somos ovejas mientras crecemos y nos capacitamos para ser pastores. No ovejas eternamente, sobrecargando de trabajo a unos pocos y cargándonos de culpas al no hacer producir nuestros talentos.
Si vamos a pensar como Yahweh, si tenemos la mente de Mashíaj, la Novia está destinada a crecer. ¿Quién debería entonces ser responsable de cuidar de los nuevos santos que Yahweh va agregando día a día? Hay una necesidad de muchos sirvientes para recoger esta carga, muchos obreros para la mies. En una situación normal, cada servicio debe tener un grupo de creyentes. Para que su servicio no se acumule y los mate, los que sirven deben tener más experiencia y deben cuidar a unos pocos creyentes para comenzar, e ir adquiriendo práctica y cada vez más experiencia, y también ir capacitando a otros en el servicio, ayudándolos a descubrir sus dones y sus funciones... ESTE ES EL CRECIMIENTO EXPONENCIAL DE LA NOVIA.
Todos los que sirven, deben seguir la guía del Adón de acuerdo con Su disposición y encontrar santos para servir. Si nos quedamos en casa sentados cómodamente nunca serviremos a nadie, y nuestra función básica es el servicio. Si los santos son débiles, están enfermos o no asisten a las reuniones, debemos ser responsables y conocer su situación. Debemos ser responsables de sus problemas espirituales y de las lecciones que necesitan aprender ante el Adón. En otras palabras, los santos son nuestros corderos, y nosotros somos sus pastores, pero no para serlo eternamente. Tenemos que lograr que cada santo crezca y se convierta en un pastor en su función (es decir, en el ámbito en que fue colocado por el Ruaj), para que a su tiempo se ocupe de los que vienen atrás.
Si practicamos de acuerdo con este principio, estaremos aplicando un principio muy básico que podemos observar en toda entidad biológica: la expansión y multiplicación celular que se reproduce en función a su órgano designado, para crecimiento y edificación del cuerpo como un todo.
Compartir la responsabilidad es una práctica de amor. No podemos hablar de amor sin hablar de práctica, porque el amor no es simplemente una cuestión de sentimientos. Toda madre sabe que no puede amar a un niño simplemente con sus emociones. Un niño crece no por los sentimientos de su madre sino por su cuidado práctico. Ya sea que una madre sea feliz o no, debe hacer diariamente muchas cosas por su hijo. Ella no puede decir: "No le daré nada de comer a mi hijo hoy, porque no soy feliz. Le daré el doble mañana, cuando me sienta mejor". Esto no es amor práctico. El amor genuino es muy práctico. Por ejemplo, si por acuerdo con el Adón hay siete u ocho hermanos a mi cargo, debería cuidarlos ya sea que yo me sienta feliz o no en un momento dado. Debo soportarlos constantemente. Cuando hay tal cuidado práctico por amor, los santos crecerán en el Adón.
Para servir en la congregación, no sólo debemos tocar el trono de Elohim, sino también tocar su corazón. Una vez que toquemos su corazón, amaremos a los santos al cargarlos y cuidarlos, y sabremos con certeza qué santos están bajo nuestro cuidado. No les estoy enseñando un método. Sólo estoy señalando una manera. Los que sirven deben primero tener un corazón para servir al Adón y un corazón de amor. Entonces, será efectiva la responsabilidad que tienen de tal amor.
La mayor necesidad de la congregación es practicar el amor. Muchos creyentes sienten que la congregación necesita predicar la Besorah, pero salvar a muchas personas no ha aumentado el número de creyentes en las reuniones de la congregación. Las personas se bautizan, pero se van poco después porque no somos responsables de ellas. ¿Cómo puede una congregación grande recibir atención completa de unos pocos que sirven? Los creyentes recién bautizados son como bebés recién nacidos; dependen del cuidado de los creyentes mayores. En lugar de cuidar a los nuevos creyentes, les permitimos que asistan a las reuniones cuando lo deseen y se caigan cuando tropiezan. No muchos nuevos creyentes son capaces de soportar tal abandono.
Si los que sirven están dispuestos a practicar el amor y soportan de siete a ocho nuevos creyentes, tarde o temprano veremos resultados significativos. A medida que más personas se salvan con el tiempo, los nuevos creyentes que han estado bajo nuestro cuidado aprenderán espontáneamente a cuidar a los demás. Este es el principio de dar fruto según el tipo de persona. Si soportamos a nuestra próxima generación de esta manera, no será difícil que cuiden a los nuevos creyentes, y permanecerán en la congregación. Espero que todos hagamos ejercicio para practicar el amor.