PIEDRAS VIVAS
SEN 01
El Cuerpo Y La Cabeza
La Palabra De Sabiduría (Jokmáh)
La primera mención de este don espiritual de sabiduría se encuentra en Shemot 28:2-3:
Haz vestiduras sagradas para tu hermano Aharón, para dignidad y ornamento. Después darás instrucciones a todos los que tengan habilidad, a quienes yo haya concedido el don de sabiduría, para que confeccionen las vestiduras de Aharón, para consagrarlo a mi servicio como sacerdote. Shemot 28:2-3
El ruaj de sabiduría es un don que es necesario para construir las vestiduras sagradas para todos los sacerdotes de Elohim. Hoy, estamos siendo preparados para asumir el sacerdocio de Melki-Tsedeq, pero el patrón es el mismo. Las prendas de transfiguración se nos reservan actualmente en el cielo:
Sabemos que cuando nuestro tabernáculo, el que nos resguarda aquí en la tierra se derrumbe, tenemos un edificio permanente de Yahweh, un edificio que no está hecho por manos humanas, para resguardarnos en el cielo. Qorintiyim Bet 5:1
Pero debemos construir prendas temporales adecuadas utilizando las prendas celestiales como un patrón, nuestras vestiduras de lino. No que seamos nosotros mismos quienes preparemos nuestra justificación, pero "el lino fino representa los actos justos de los santos" (Hitgalut 19:8). El lino fino no es la justificación sino la santificación.
Esto es similar al hecho de que el verdadero Templo está en el cielo:
Después de esto miré, y el santuario de la Morada del testimonio se abrió en el cielo... Hitgalut 15:5
...pero debemos construir un templo aquí en la tierra según el modelo celestial:
Conforme al favor de Elohim que se me ha dado, como perito arquitecto he puesto el fundamento, y otro está edificando encima. Pero cada uno mire cómo edifica encima, porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Yahshúa el Mashíaj. Si alguien edifica sobre este fundamento con oro, plata, piedras preciosas, madera, paja u hojas, la obra de cada uno será evidente, pues el día la descubrirá. Porque por el fuego se revelará; y a la obra de cada uno, sea la que sea, el fuego la probará. Si permanece la obra que alguien ha edificado sobre el fundamento, él recibirá recompensa. Si la obra de alguien se quema, él sufrirá pérdida; pero él mismo se salvará, aunque apenas, como por fuego. ¿No saben ustedes que son templo de Elohim, y que el espíritu de Elohim mora en ustedes? Qorintiyim Alef 3:10-16
Lo mismo ocurre con estas prendas.
La lección es que se necesita el ruaj de sabiduría para construir (o tejer) las vestimentas sagradas, la vestimenta de los justos, que son los actos de justicia que ellos realizan en la tierra, aquellas obras "que Elohim preparó de antemano para que anduviésemos en ellas" (Efesiyim 2:10).
Una persona puede ponerse la vestimenta de la salvación como creyente de Pésaj, pero Shavuot nos ha dado el don espiritual de sabiduría para llevarnos a la fiesta de Sukot, donde seremos vestidos "de nuestra habitación que viene del cielo" (Qorintiyim Bet 5:2).
Sí, los dones del Ruaj son importantes y no, no todos han desaparecido. No todos reciben el don de la sabiduría, por supuesto, pero Elohim ha distribuido todos los dones entre su pueblo. LA DISTRIBUCIÓN EN SÍ ESTÁ DISEÑADA PARA HACERNOS DEPENDIENTES DEL CUERPO CUANDO NECESITAMOS DONES QUE NOSOTROS MISMOS NO TENEMOS.
El Tanaj no carece del conocimiento de los dones espirituales. El problema es que a menudo no los reconocemos o no los relacionamos con la lista en Qorintiyim Alef 12. Pero veamos, por ejemplo:
Entonces Yahoshúa hijo de Nun quedó lleno de espíritu de sabiduría porque Mosheh le había impuesto las manos; y los yisraelitas le hicieron caso, haciendo como Yahweh le había mandado a Mosheh. Devarim 34:9
No es difícil equiparar el ruaj de sabiduría que se administró a Yahoshúa cuando Moshe impuso sus manos sobre él, con el don espiritual de la sabiduría que vemos en Qorintiyim Alef 12:8.
Además, Shaúl dice:
No descuides el don espiritual dentro de ti, que te fue otorgado a través de la profecía con la imposición de manos por parte del presbiterio. Timotio Alef 4:14
Vemos, entonces, que los dones espirituales no empezaron con Shavuot en el B'rit Hadashá, ni fue una práctica nueva dotar a los hombres de dones espirituales por medio de la "imposición de manos". Esta práctica ha tenido una larga historia QUE SE REMONTA AL MENOS A LA ÉPOCA DE MOSHE Y YAHOSHÚA.
También Shlomó tenía un don divino de sabiduría (Melajim Alef 4:29), que le dio la capacidad de administrar el juicio justo (Melajim Alef 3:28). Shemot 35:31-34 enumera más dones espirituales:
Él lo ha llenado (a Bezalel) con el Ruaj de Elohim – con SABIDURÍA, ENTENDIMIENTO y CONOCIMIENTO referente a todo tipo de artesanía. El es maestro de diseño en oro, plata, bronce, cortando piedras preciosas para montar, tallando madera y todas las otras artesanías. Yahweh también le ha dado a Oholiav el hijo de Ajisamaj, de la tribu de Dan, LA HABILIDAD PARA ENSEÑAR a otros. Shemot 35:31-34
Hay más dones del Ruaj que los enumerados en Qorintiyim Alef 12. De hecho, Yaakov 1:17 nos dice que "todo lo bueno que se otorga y todo don perfecto es de arriba".
Lo importante es saber que los dones espirituales no se introdujeron en Shavuot, ni están limitados al B'rit Hadashá. Judíos y cristianos deberían aprender este punto. Los dones espirituales han estado con nosotros desde el principio, porque el Ruaj haKodesh ha estado con nosotros desde el principio de los tiempos. Sabiendo esto, está claro que también deberíamos definir estas palabras de acuerdo con sus definiciones hebreas, ya que aunque Shaúl escribió en griego a una audiencia griega, estaba usando palabras griegas para expresar patrones de pensamiento hebreos.
La sabiduría, entonces, se revela en el juicio, es decir, la capacidad de una persona para discernir la verdad y emitir un veredicto apropiado de acuerdo con la mente de Elohim, como se establece en la ley. Así sucede con Shlomó, cuya capacidad para discernir la verdad asombró a la gente de su época. Jokmáh es inteligencia en el juicio, para ser perspicaz y discernir. Como todas las cosas hebreas, Jokmáh está arraigado en la ley, porque proviene de Elohim y es una expresión de Su propio carácter.
Recordemos que Shaúl, en los primeros dos capítulos de su carta, halló necesario distinguir entre "la sabiduría de este mundo" y "la sabiduría de Elohim".
Más bien, hablamos la sabiduría de Elohim en misterio, la sabiduría oculta que Elohim predestinó desde antes de los siglos para nuestra gloria. Ninguno de los príncipes de este mundo conoció esta sabiduría; porque si ellos la hubieran conocido, nunca habrían ejecutado en el madero al Maestro glorioso. Más bien, como está escrito: "Cosas que ojo no vio ni oído oyó, que ni se han concebido en el pensamiento humano, son las que Elohim ha preparado para los que lo aman". Pero a nosotros Elohim nos las reveló por el Ruaj; porque el ruaj todo lo escudriña, aun las cosas profundas de Elohim. Pues ¿quién de los hombres conoce las cosas profundas del hombre, sino el ruaj del hombre que está en él? Así también, nadie ha conocido las cosas profundas de Elohim, sino el Ruaj de Elohim. Y nosotros no hemos recibido el ruaj de este mundo, sino el Ruaj que procede de Elohim, para que conozcamos las cosas que Elohim nos ha dado gratuitamente. De estas cosas estamos hablando, no con palabras enseñadas por la sabiduría humana, sino con las enseñadas por el espíritu, interpretando lo espiritual por medios espirituales. Pero el hombre natural no acepta las cosas que son del Ruaj de Elohim, porque para él son locura; y no las puede comprender, porque hay que discernirlas espiritualmente. En cambio, el hombre espiritual lo juzga todo, mientras que a él nadie lo juzga. Porque, ¿quién conoció la mente del Adón? ¿Quién lo instruirá? Pero nosotros tenemos la mente del Mashíaj. Qorintiyim Alef 2:7-16
La sabiduría de este mundo proviene del "ruaj del mundo" (pasuk 12), mientras que el don de la sabiduría proviene del Ruaj de Elohim. No podemos decir que porque es "conocimiento" o es "sabiduría" proviene del árbol equivocado, porque estaríamos diciendo que YAHWEH NO TIENE CONOCIMIENTO NI SABIDURÍA ALGUNA.
Hay sabiduría y conocimiento anímicos, y hay sabiduría y conocimiento espirituales. Como Shaúl ya distinguió entre los dos en los primeros capítulos de su carta, no lo analiza más en el capítulo 12. Sin embargo, debemos leer el capítulo 12 con esto en mente, ya que esta comprensión del alma y el ruaj es fundamental para el capítulo 12.
El don de palabra de sabiduría es, finalmente, un paso más allá del don de sabiduría. La persona puede ser muy sabía, pero el don de la palabra de sabiduría es el don de dar a los demás la palabra sabia en el momento correcto, esa palabra que siempre proviene del Ruaj. Va mucho más allá del conocimiento (que es básico para tener sabiduría) de las Escrituras, y también más allá de la práctica personal y vivencias y aplicación de las verdades bíblicas a la vida personal (que es lo que da la sabiduría). La palabra de sabiduría es el don de ministrar esa vida que ha sido aprendida y aprehendida al resto del Cuerpo. Este don se basa en el don del conocimiento y también en la profecía, ya que profetizar también es hablar de Yahweh desde Su Palabra.
La Palabra De Conocimiento (Da'ath)
El segundo don del Ruaj es la palabra de conocimiento. El conocimiento es información, pero el don del conocimiento va más allá del aprendizaje, que obviamente puede tener cualquier ser humano, sea o no creyente. Éste es un conocimiento que proviene de la conexión de nuestro ruaj con el Ruaj, a través de la función de la intuición. No es un conocimiento o comprensión "mentales", razonados, sino alguien que, de alguna forma, la persona "sabe" que ha recibido del Ruaj (porque el Ruaj siempre lo confirma).
Este conocimiento a menudo viene sin ninguna comprensión, a veces hasta sin relación con nada, aunque a veces viene como respuesta a alguna pregunta que hayamos realizado. Si está acompañado por la comprensión, entonces tanto la sabiduría como el conocimiento operan simultáneamente. Los dones a menudo operan en pares cuando funcionan de manera práctica.
El conocimiento bíblico se refiere esencialmente a la adquisición de la verdad. A principios de la década de 1900, muchos eruditos de la escuela de la Alta Crítica, con una mentalidad carnal, tomaron las Escrituras y concluyeron que estaba escrita por hombres no inspirados. Shavuot se rebeló contra esto y el péndulo se inclinó en la dirección opuesta. Muchos descartaron el conocimiento en favor de la ignorancia inspirada. Nunca en el equilibrio justo.
El conocimiento fue desacreditado, y la verdad fue derribada con él. Muchos equiparaban el conocimiento con el árbol del conocimiento del bien y el mal en el Jardín, y no querían formar parte de él. En su rechazo al conocimiento, también rechazaron la verdad que el Ruaj haKodesh siempre está ofreciendo. Sin verdad, tales personas carecían de mucho conocimiento de Elohim. Mishlei 1:22 dice que los necios odian el conocimiento. Conocer a Elohim no requiere cierto nivel de ignorancia natural. Decir esto, y afirmar que Él nos conforma a Su imagen y semejanza quiere decir que tenemos un Elohim ignorante, o que ama la ignorancia, y eso es una blasfemia. Más bien, debemos subordinar nuestro conocimiento del alma a lo que nuestro ruaj transmite del Ruaj haKodesh.
Ya hemos visto desde Qorintiyim Alef 2:14-15 que el conocimiento proviene de dos fuentes principales: el alma y el ruaj. El conocimiento almático de Elohim se puede obtener leyendo las Escrituras, pero el conocimiento espiritual se obtiene al "conocer" (bíblicamente hablando) la Palabra. Mientras entendamos la diferencia, podremos discernir la calidad del conocimiento por el cual vivimos.
Una de las funciones del Ruaj haKodesh es convencer de pecado, como leemos:
Cuando ese venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. Yahanan 16:8
Así también leemos:
Si el pecado que él ha cometido se hace conocido a él, él traerá como su ofrenda un macho cabrío sin defecto... Vayikra 4:23
Hay algunos que enseñan que el conocimiento del pecado es algo malo. Creen que eso es "el conocimiento del mal" del árbol. Si pecan, preferirán no saberlo. "Ojos que no ven, corazón que no siente", como dicen. Así, evitan leer la ley, porque, como Shaúl dijo en Romaniyim 3:20, "A TRAVÉS DE LA LEY VIENE EL CONOCIMIENTO DEL PECADO". Toman esto como una advertencia de no estudiar la ley, para no sentirse culpables, creyendo que la ignorancia los disculpará. Pero esto es una tergiversación de la intención de Shaúl, porque ¿cómo puede un hombre arrepentirse (cambiar) sin reconocer primero lo que debe ser cambiado? ¿Cómo puede el Ruaj haKodesh convencernos de pecado si nos negamos a reconocer que los actos sin ley son pecado y no alcanzamos la gloria de Elohim? Lo que dice Shaúl es que por la Ley nos viene el conocimiento del pecado (su comprensión), no que la ley nos enseña a pecar, otra blasfemia.
Hay quienes se niegan a reconocer algo negativo en sí mismos. Se les ha enseñado a no "confesar" nada negativo, porque se les ha dicho que tal confesión de alguna manera crea la condición. Pero:
Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad. Pero si decimos que no hemos pecado, lo hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros. Yahanan Alef 1:8-10
Así es como "andamos en la luz", como él dice en el pasuk 7. Así es como reconocemos la verdad y tratamos con ella. Nunca se esperó que nos revolcáramos en la culpa toda nuestra vida. Pero si no tenemos el conocimiento del pecado en nuestras vidas, ¿cómo podemos aplicarle la sangre de Yahshua? ¿Cómo podemos crecer espiritualmente? ¿Cómo podemos dar fruto? ¿Qué encontrará en el día de su visitación, sino ciegos que aprietan sus ojos para no ver?
Y el don de la palabra de conocimiento también va más allá del conocimiento mismo. Ciertamente podemos alcanzar un excelente nivel de conocimiento de la Palabra, genuino, proveniente de nuestra conexión con el Ruaj, y aún así no tener el don de transmitirlo. El don de la palabra de conocimiento es muy importante para la función de maestros, evidentemente.
Fe Y Verdad
En Qorintiyim Alef 12:9 Shaúl enumera la "fe" como el tercer don espiritual, diciendo: "a otro, fe por el mismo Ruaj". Shaúl implica que la fe (como un don del Ruaj) no se da necesariamente a todos los creyentes, sino que "a otro". Sabemos, por supuesto, que la fe básica es necesaria para la justificación, porque somos" justificados por la fe" (Romaniyim 3:28; 5:1), de manera que aquí Shaúl no se refiere a esa fe.
Además, sabemos que "LA FE VIENE POR ESCUCHAR" (Romaniyim 10:17), lo que significa que nadie Yahweh fe si no escucha la voz interior de Elohim. Por lo tanto, incluso ser justificado por la fe es un don de Elohim, porque Elohim debe hablar antes de que un hombre pueda escuchar y responder.
Sin embargo, la fe como don espiritual va más allá de la justificación. La justificación de la fe es una experiencia de Pésaj, mientras que el don de la fe es una experiencia pentecostal. Por lo tanto, hay más de un nivel de fe que Elohim nos ha dado. Vemos esto reflejado en la declaración de Shaúl:
Porque en él se revela la justificación que concede Elohim, que es por la fe y para la fe; como está escrito: "Pero el justo vivirá por la fe". Romaniyim 1:17
Debemos entender que esto significa que la justicia de Elohim se revela, capa por capa, de la fe de Pésaj a la fe pentecostal, y, por extensión, a la fe de Sukot. Yisrael escuchó la palabra y guardó Pésaj por fe. Por lo tanto, pudieron salir de Egipto y ser llamados "la congregación en el desierto". Pero cuando llegaron al Monte Jorev y se negaron a escuchar la voz de Elohim (Shemot 20:18-21), no pudieron aumentar su fe al nivel de Shavuot.
Su fe, entonces, era limitada. Su fe fue suficiente para que ellos fueran llamados "la congregación", pero no era suficiente para ser llamados vencedores. Por esta razón, Ivrim 3:19 nos dice que no pudieron ingresar a la Tierra Prometida "por su incredulidad", es decir, su falta de fe. La advertencia implícita es que necesitamos la verdadera fe pentecostal para llegar a la Tierra Prometida.
Entonces leemos la advertencia:
Así que temamos, mientras permanezca aún la promesa de entrar en su reposo, no vaya a ser que alguno de ustedes parezca quedarse atrás. Ivrim 4:1
La palabra hebrea para la fe es AMAN, que es ser fiel. Es la raíz de EMETH, que significa "verdad". Ya que la fe viene al escuchar, la fe genuina llega al escuchar la verdad. Uno no se salva al escuchar una mentira, porque las mentiras vienen del mundo, no de Elohim. Entonces, una vez más, debemos considerar la fuente de lo que creemos que es verdad.
Cuando escuchamos y respondemos a la palabra de Elohim, la fe genuina es evidente. Muchos tienen "fe" en otros dioses o profetas, pero tal "fe" no tiene poder para justificar o salvar. En verdad, lo que esa gente tiene es esperanza, no fe, porque ninguno de ellos ha sido justificado de hecho. La justificación por la fe viene sólo al escuchar la voz de Elohim. La verdadera audición es evidente cuando una persona cree que la Palabra es verdadera. Así que el Mizmor 119:142 dice: "Tu ley (o Tu palabra, DAVAR) es verdad" (emeth). En el Mizmor 119:151 leemos, "todos tus mandamientos son verdad". De hecho, el Mizmor 119:160 dice: "la suma de tu palabra es verdad".
Aquí radica el problema, porque no todos los creyentes en la congregación realmente creen esto. Su creencia se mezcla con la incredulidad. Algunos, por ejemplo, rechazan la ley, y al hacerlo, ESTÁN RECHAZANDO SU VERDAD. Otros rechazan los dones del Ruaj, y al hacerlo, TAMBIÉN ESTÁN RECHAZANDO SU VERDAD. En otras palabras, la fe de estos creyentes es parcial. Para decirlo de otra manera, su fidelidad a la verdad es defectuosa.
Es precisamente por esta razón que la fe tiene más de una capa. Por definición, todos los creyentes tienen fe en el nivel de Pésaj, porque si no creen que la sangre de Yahshua ha Mashiaj tiene el poder de limpiar el pecado, ni siquiera son creyentes. Pero no todos los creyentes han aumentado su nivel de fe a un nivel pentecostal, EN EL QUE ESTÁN DISPUESTOS A ESCUCHAR LA VOZ DE ELOHIM AL HABLAR DE SUS MANDAMIENTOS.
Incluso aquellos que se llaman a sí mismos pentecostales a menudo rechazan la ley, pensando que es carnal, por lo que muy poca de la ley está escrita en sus corazones (Ivrim 8:10). Elohim ofreció escribir su ley en los corazones de Yisrael en el tiempo de Moshe, pero se negaron. Por lo tanto, Elohim le dio la ley a Moshe, que estaba dispuesto a escuchar, y la inscribió en tablas de piedra. Esos eran los corazones de piedra, y muchos aún hoy tienen la ley escrita en corazones de piedra, no de carne.
El punto es que la ley permaneció externa bajo el Antiguo Pacto, a menos que las personas desarrollaran oídos espirituales mediante los cuales pudieran escuchar y creer las promesas de Elohim bajo el Nuevo Pacto.
El don de la fe, entonces, que viene al escuchar la verdad que es inherente a la ley divina, se transfiere de tablas de piedra o rollos a las tablas del corazón. Cuando la ley está escrita en el corazón, una persona comienza a asumir la naturaleza de Mashiaj. Ya no tiene que obedecer una palabra externa impuesta sobre un corazón no dispuesto; hace las obras de Mashiaj por naturaleza, no por compulsión. Él va más allá de la obediencia en un acuerdo, porque esa fe le permite hacer "obras mayores que éstas", que no es hacer milagros y portentos sino permitir que el Mashíaj crezca en su interior.
Esto es posible sólo a través del don de la fe.
Sin embargo, incluso la fe pentecostal no es la forma más elevada de fe, porque es un momento de crecimiento y aprendizaje. Shavuot es, como sabemos, una fiesta con levadura (Vayikra 23:17) que necesita el bautismo de fuego para detener la acción de la levadura. Shavuot es la fiesta del desierto. La fiesta de Sukot es el objetivo de Shavuot, que significa la entrada de uno a la Tierra Prometida. Por lo tanto, Shavuot es un momento en el que aún estamos aprendiendo la obediencia hasta que lleguemos a un acuerdo total.
Podemos medir nuestros propios corazones preguntándonos si estamos de acuerdo con su ley, o simplemente cumpliendo Sus mandatos cuando somos guiados por el Ruaj. CADA VEZ QUE DEBEMOS SOMETER NUESTRA PROPIA VOLUNTAD A LA VOLUNTAD DE ELOHIM, MUESTRA QUE LAS DOS VOLUNTADES PERMANECEN EN DESACUERDO Y, POR LO TANTO, TODAVÍA ESTAMOS EN ENTRENAMIENTO DE OBEDIENCIA.
Cuando una persona comienza a someter su voluntad rebelde a la ley de Elohim, se producen muchas quejas. Nos sometemos, pero vamos "pateando y gritando". Cuando llegamos al lugar donde los mandamientos de Elohim son lo que haríamos de forma natural y con alegría, entonces se puede decir que estamos de acuerdo.
Ese es el más alto nivel de fe.