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SEN 22 - La Obediencia De Los Vencedores

SEN 22

La Obediencia De Los Vencedores 01

Un vencedor es uno que ha aprendido a ser un siervo obediente de Elohim. Uno debe ser un sirviente antes de poder ser un verdadero hijo, ya que incluso los hijos deben aprender obediencia como sirvientes cuando aún son menores:

 

Digo, además, que entre tanto que el heredero es niño, en nada difiere del esclavo, aunque es dueño de todo; más bien, está bajo guardianes y mayordomos hasta el tiempo señalado por su padre. GalutYah 4:1-2

 

Una marca de un creyente inmaduro es que espera tener los privilegios de un hijo antes de llegar a la madurez. Piensan que son hijos sólo porque han "nacido de nuevo" en la familia de Elohim. Pero no se dan cuenta de que estar en la familia de Elohim requiere el crecimiento para aprender responsabilidad, para que sepan cómo usar sabiamente la autoridad con la mente de Mashiaj.

 

 

Shavuot Y Obediencia

 

Romaniyim 10:17 nos dice que "la fe viene por el oír". En el idioma hebreo del Tanaj, la palabra SHEMAH puede significar "escuchar" o "obedecer". Podemos traducirlo de cualquiera de las dos maneras y seguir estando correctos. En otras palabras, EL CONCEPTO BÍBLICO DE ESCUCHAR A ELOHIM NO PUEDE SEPARARSE DE LA OBEDIENCIA A LO QUE UNO HA ESCUCHADO. Si una persona dice haber escuchado a Elohim hablar, pero no obedece Su voz, entonces esa persona realmente no ha escuchado nada. Esto es lo que quiso decir el apóstol Yaakov cuando escribió:

 

Así también la fe, si no tiene obras, está muerta en sí misma... Ya ven ustedes que al hombre se lo justifica por las obras y no solamente por la fe. Yaakov 2:17,24

 

Esto ha confundido a muchas personas que piensan que el apóstol Yaakov contradecía al apóstol Shaúl (Romaniyim 3:28 a 4:5). Pero este no es el caso. Ambos estaban correctos. Shaúl tuvo razón al separar la justificación de la santificación, es decir, Pésaj de Shavuot. Pero Yaakov tenía razón al poner las obras con fe, es decir, la obediencia con el oír.

 

La enseñanza de Shaúl nos dice que Pésaj y Shavuot son dos fiestas diferentes que conmemoran dos ocasiones diferentes. YISRAEL SALIÓ DE EGIPTO ANTES DE RECIBIR LA LEY EN EL MONTE SINAY. POR LO TANTO, LA JUSTIFICACIÓN ES POR FE, SEPARADA DE LA OBEDIENCIA A LA LEY.

 

La enseñanza de Yaakov nos dice que en la fiesta de Pésaj, Yisrael recibió la revelación de que debían matar a un cordero y poner la sangre en los postes de las puertas y en los dinteles de sus casas. Escuchar esa palabra no era suficiente. Tuvieron que actuar en consecuencia para salvar a sus primogénitos de la muerte. Por lo tanto, la obediencia es el resultado de la fe, y sin obediencia, no hay fe genuina en absoluto.

 

Si hemos sido justificados por la fe y creemos que Yahshua ha Mashiaj murió por nuestros pecados y resucitó por nuestra justificación, entonces hemos comenzado nuestro viaje a la Tierra Prometida. Hemos dejado "Egipto", el lugar donde estábamos atados al pecado. Ahora somos parte de la congregación, la Novia, así como los que salieron de Egipto eran parte de la Congregación en el desierto (MaAseh 7:38). Esto significa que ahora somos CIUDADANOS del Reino. A los ciudadanos bajo Moshe se les permitió entrar al atrio exterior del Tabernáculo.

 

Había tres partes en el Tabernáculo de Moshe: el atrio exterior, el Lugar Santo y el Lugar Santísimo. Al considerarnos a nosotros mismos como el templo de Elohim, estas tres partes del Tabernáculo corresponden al cuerpo, alma y ruaj. Pero también podemos ver estas tres partes en términos de nuestro lugar actual en el Reino: Ciudadano del Reino, Sacerdote y Cuerpo del Sumo Sacerdote. (Hoy somos un sacerdocio de Melki-Tsedeq, no un sacerdocio levítico).

 

Una vez que hayamos salido de Egipto y nos hayamos convertido en ciudadanos del Reino, tenemos el derecho a ir al "Monte Sinay" para experimentar Shavuot. Esto se menciona a veces como una "segunda obra de gracia" en nuestras vidas, aunque en verdad es una sola, o una parte decurrente de la primera. Un verdadero pentecostal es aquel que puede entrar en el Lugar Santo del Tabernáculo. Sólo los sacerdotes podían entrar en el Lugar Santo, pero ni siquiera ellos podían entrar aún en el Santo de los Santos. Por lo tanto, un verdadero pentecostal es más que un simple CIUDADANO del Reino. También es un SACERDOTE del Reino. y en este sentido, aunque hemos recibido al Ruaj de forma parcial, en garantía nada más por ahora, ya deberíamos estar ministrándonos unos a otros y ministrando al mundo.

 

El patrón del Tanaj para esto se ve en el hecho de que todos los de la tribu de Leví eran ciudadanos del Reino, pero sólo los descendientes de Aharón eran sacerdotes. El resto de la tribu de Leví, con todo, también eran separados (eran parte de la familia levita) y ministraban de diferentes formas, tenían sus tareas asignadas al servicio del templo, pero no eran sacerdotes ordenados. Entre ellos estaban los qehatitas, los meraritas y los gershonitas.

 

Shavuot es la fiesta de la entrega de la ley. Celebra el día en que Elohim le dio a Yisrael los Diez Mandamientos en el Monte Sinay en Shemot 20, y también el día en que Yisrael se negó a escuchar a Yahweh directamente, pidiendo que Moshe fuera su intermediario.

 

Ese día, Yisrael sentó un terrible precedente al negarse a escuchar la voz de Elohim directamente para sí mismos, un precedente que ha "teñido" el comportamiento en general de la gente que vendría mucho tiempo después, en la Era de Shavuot, la que estamos terminando. Querían que un hombre, un predicador profesional, escuchara a Elohim y luego les dijera lo que Él decía. Así que Elohim concedió su petición a los yisraelitas, y esta petición se trasladó a los creyentes de la Era Pentecostal, en su comportamiento. EN LUGAR DE ESCRIBIR SU LEY EN SU CORAZÓN POR SU VOZ, ÉL LES DIO LA LEY EN TABLAS DE PIEDRA. Si la gente quería escuchar la voz de Elohim, tenían que leer las tablas que no tenían vida. No entendieron que "la fe viene por el oír" (Romaniyim 10:17), y que "sin fe, es imposible agradarle" (Ivrim 11:6).

 

Ciertamente, uno puede recibir fe leyendo tablas de piedra (o la palabra escrita, que llamamos las Escrituras). PERO ESA FE SÓLO SERÁ VIVA A TRAVÉS DE LA ACCIÓN DEL RUAJ HAKODESH. Esto es lo que significa "la letra mata, pero el Ruaj vivifica". Hasta las Escrituras pueden ser letra muerta, si las tomamos sin el Ruaj, y eso han sido para muchos. Pero Él también habla por muchos otros medios, como hermanos (profecía, que no es andar haciendo predicciones sino contar las revelaciones del Ruaj), y también las señales de los tiempos. Tampoco podemos pasar por alto esa voz directa de Elohim y aún esperar ver crecer nuestra fe. Debemos aprender a escuchar a Elohim tanto si estamos leyendo la Palabra, o escuchando a un predicador, u observando los signos de los tiempos. Lo externo en sí mismo no producirá fe en nosotros. La fe viene cuando vemos a Elohim y escuchamos su voz en esas partes externas, de la unión de las dos cosas, lo externo y lo interno.

 

Yahweh desea una relación personal y directa con cada uno de nosotros. Esto es lo que nos separa de aquellos que adoran al "dios desconocido". Elohim no se contenta con lanzarnos las Escrituras y luego dejarnos que descubramos cómo vivir de acuerdo con ellas. Él opera en nosotros por medio de Su Ruaj en cada momento del día, y si sólo escucháramos, podríamos ser guiados siempre por esa voz interior, pero silenciosa.

 

Esto es Shavuot. Desafortunadamente, el Yisrael histórico estableció un patrón en Shemot 20 que rechazó el verdadero significado de Shavuot. Todos OYERON los Diez Mandamientos, y entonces vemos que incluso hoy en día se conoce esta parte de la ley en la Congregación. Pero el resto de la ley se le dio a Yisrael sólo de manera indirecta, ya que Moshe fue el único que escuchó el resto de la ley cuando ascendió al monte en Shemot 20:21. Por eso en la Congregación de hoy el resto de la ley permanece oculta para la mayoría de la gente. Ellos no lo estudian, porque no es una revelación para ellos. Hay un velo sobre sus ojos que no se quita excepto por la revelación del Ruaj haKodesh, quien sólo puede dar vida a esta Escritura. Este velo no ha sido colocado únicamente sobre los ojos de los judíos que rechazan a Mashíaj, también sobre los creyentes que rechazan la Ley, esa que debe ser escrita en los corazones y que ellos juran que ya fue abolida.

 

En MaAseh 2, el velo fue quitado de los ojos de los 120 discípulos en la sala superior. Superaron los efectos de la decisión de sus antepasados. Los 120 decidieron que sí querían escuchar el resto de la revelación de Elohim. No estaban satisfechos con lo que habían oído en tiempos pasados. No estaban satisfechos con la vista parcial y la audiencia parcial. Querían que Yahshua sanara su ceguera parcial, así como Yahshua sanó al hombre nacido ciego en el capítulo noveno de Yahanan. Ellos sí querían una relación directa con Yahweh, querían la ley escrita en sus corazones, no únicamente externa. Entonces vino el derramamiento del Ruaj. pero lo lamentable es que, con el pasar del tiempo, los creyentes fueron regresando de a poco al patrón yisraelita de Shavuot, y de tener el derecho de un acceso directo al Lugar Santo, retrocedieron asustados y se volvieron al atrio exterior, pidiendo una vez más que otros fueran sus intermediarios, y así nació el catolicismo y su representatividad. Fue superado un poco con el protestantismo, pero en seguida volvió a caer en la misma postura. Esta parece ser el comportamiento estandarizado propio de la Era de Shavuot. A pesar de que hubo avivamientos que recuperaron cosas perdidas, una vez pasados, se volvía al comportamiento de siempre: dependiente de terceros.

 

Ellos querían una relación indirecta con Elohim, no para un poco de tiempo, no para los comienzos, cuando todos tienen dudas y buscan la ayuda de los hermanos mayores, no, ellos querían eso PARA EL RESTO DE SUS VIDAS. Este fue y es el comportamiento tanto de los yisraelitas como de los creyentes de Shavuot. Eso es lo que ha hecho la generación de Pentecostés, sentándose en bancos de escuela eternos, escuchando a los intermediarios que han levantado para sí mismos, que les dicen las doctrinas que a cada uno le agrada escuchar, y preguntándose por qué han "cesado los dones", cuando se han negado a usar el mayor que recibieron en su interior, que es la llave que los abre a todos.

 

 

Siempre ha sido el deseo de Yahweh guiarnos por la acción directa del Ruaj haKodesh. Esto fue representado bajo la conducción de Moshe por la columna de fuego de noche y la columna de nube de día que llevó a Yisrael en el desierto. Sin embargo, los hombres tienen una mentalidad carnal y parecen tener dificultades para escuchar la voz de Elohim. Algunos tienen corazones rebeldes que se niegan a escuchar, y otros tienen mucha idolatría del corazón que les impide escuchar.

 

Por esta razón, Elohim dio primero la ley en tablas externas (en piedra y en rollos). Pero Yahweh prefiere escribir la ley en nuestros corazones por la palabra hablada, ya que eso interioriza la palabra y la hace parte de nuestra naturaleza. Pero pocos parecen ser capaces de escuchar esa palabra, y por eso se nos ha dado un registro escrito de la palabra. Los hombres estudian esta palabra escrita ya sea con la mente carnal o por la mente espiritual, con resultados diferentes aún hoy, en que ya estamos casi terminando la Era de Shavuot/Pentecostés.

 

El Ruaj haKodesh no fue dado como una mejor alternativa a la ley, o como un sustituto de la ley. El Ruaj haKodesh fue dado para que pudiéramos conocer la mente de Elohim cada vez que Él habla a través de Su Palabra, QUE ES LA LEY. Las cosas que estaban escritas en el pasado estaban en gran parte ocultas a los hombres, y la comprensión de estas cosas sólo podía ser revelada por la acción directa del Ruaj haKodesh. En otras palabras, el Ruaj haKodesh es el iluminador de la ley, el que nos da entendimiento. Esto fue lo que Yahshua hizo personalmente mientras caminaba con los discípulos. Pero cuando los dejó corporalmente, el Ruaj haKodesh se convirtió en su sustituto de esta manera.

 

Les he hablado estas cosas mientras todavía estoy con ustedes. Pero el Consolador, el ruaj de santidad que el Padre enviará en mi nombre, ese les enseñará todas las cosas y les hará recordar todo lo que yo les he dicho. Yahanan 14:25-26

 

Por lo tanto, el Ruaj haKodesh no es un sustituto de la ley, sino un sustituto de Yahshua, la Palabra. Entendiendo esto, no caeremos en ninguna de las dos trampas: legalismo o anarquía (anomia=sin ley). En cambio, aprenderemos a seguir la guía del Ruaj haKodesh, quien nunca nos dirá que violemos la ley de Elohim. El Ruaj puede llevarnos a violar las tradiciones de los hombres, su comprensión (correcta o errada) de la ley, pero no la ley como Elohim quiso que se entendiera desde el principio.

 

Se ha dicho que Yahshua a menudo violó la ley divina. Los fariseos creyeron esto, y lo clavaron en el madero con una acusación de blasfemia por pretender ser el Mashíaj. No pudieron encontrar otro cargo contra él. Poncio Pilatos encontró al Cordero de Elohim sin mancha, diciendo: "No encuentro culpa en Él" (Yahanan 19:4). Se requería que los corderos de Pésaj estuvieran sin mancha (Shemot 12:5). Si Yahshua fuera culpable de pecado, no habría calificado como el Cordero de Elohim para quitar nuestro pecado. El pecado es la anarquía:

 

Todo el que comete pecado también infringe la ley, porque el pecado es infracción de la ley. Yahanan Alef 3:4

 

 

El Significado De La Obediencia

 

La mayoría de los creyentes entienden que Elohim quiere que sean obedientes. Algunos, por error, hacen de la obediencia un requisito previo para la salvación (justificación), y esto los pone bajo la atadura de tratar de ser lo suficientemente buenos como para merecer la salvación. Esa opinión es sostenida por aquellos que no conocen la diferencia entre Pésaj y Shavuot. Pésaj nos trae justificación por la fe, aparte de las obras (Romaniyim 3:28). Shavuot, sin embargo, nos lleva a la obediencia y no puede ser separado de nuestras obras.

 

En Shavuot, somos guiados por el Ruaj para hacer lo que Elohim nos guía (o nos dice) que hagamos cada día. Ese es el significado de la obediencia. Afecta directamente todo lo que hacemos. Si una persona dice estar llena del Ruaj, pero se niega a ser obediente, no es un verdadero creyente de la Era de Shavuot.

 

Shaúl dice que conducimos la guerra espiritual para este propósito:

 

Pues aunque somos humanos, no batallamos según lo humano; porque las armas de nuestra batalla no son humanas, sino que tienen poder divino para demoler fortalezas. Derribamos los argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Yahweh; y ponemos todo pensamiento en cautiverio a la obediencia del Mashíaj. Qorintiyim Bet 10:3-5

 

El apóstol Kefá lo confirma diciendo:

 

Como hijos obedientes, no se conformen a las pasiones que antes tenían, cuando estaban en su ignorancia. Antes bien, así como aquel que los ha llamado es santo, también sean santos ustedes en todo aspecto de su manera de vivir... Kefá Alef 1:14-15

 

No necesitamos discutir este punto, ya que la mayoría de las personas entienden que la obediencia es una virtud. Como lo veo, el problema más importante es que las personas han disociado la obediencia de la ley. No es que los primeros cinco libros de Moshe representen toda la ley. No lo es. LA LEY ES LA PALABRA ESCRITA COMPLETA, JUNTO CON CADA PALABRA HABLADA QUE ELOHIM HA DICHO A LOS HOMBRES EN FORMA INDIVIDUAL. LO QUE ELOHIM LE DIGA A LOS HOMBRES QUE HAGAN ES UNA LEY, SIMPLEMENTE PORQUE REQUIERE OBEDIENCIA. Claro que la ley, vista de esta forma, a veces aplica a todos, a veces a algunos, de acuerdo a la orden que sea enviada. Si Él nos ordena algo para nuestra vida personal, eso es una Ley, aunque no necesariamente deba aplicarse a los demás. Y si ordena algo que es para todos, entonces es una ley general. Toda orden suya es Ley para sus hijos obedientes. El problema es cuando sus hijos andan más en la carne que en el ruaj, y creen que tienen la opción o el derecho de evitar obedecer cuando la orden no les agrada, o que pueden "tomarse el tiempo necesario" para acostumbrarse a la idea. Pero todo lo que Él nos pide que hagamos es una Ley y será cumplida, colaboremos o no. Este punto será la diferencia esencial que hará la separación entre la cebada y el trigo, la compañía de los vencedores de la compañía del trigo.

 

El único requisito para alcanzar esto es que oremos para conocer la voluntad de Elohim en cada orden. Si tratamos de obedecer de acuerdo con nuestra comprensión carnal, podemos estar seguros de que fallaremos independientemente de nuestras "buenas intenciones".

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