En el 2002, en una encuesta hecha a médicos en tres países europeos y en los Estados Unidos, el 72% dijo que las cualidades que mejor describían a un buen médico eran la compasión, la preocupación, su trato agradable, que preste atención a quien le habla, y su destreza en la comunicación.
De esta manera, sentían que podían ayudar a sus pacientes a estar más saludables y a vivir mejor.
Cuando se les preguntó cómo establecían la diferencia entre un "trastorno mental" y una enfermedad física, el 65% dijo que los exámenes físicos y las pruebas clínicas de diagnóstico deberían primero descartar problemas físicos.
Los psiquiatras rara vez hacen pruebas físicas y diagnostican. Consultan una lista de comportamientos previamente empaquetada y hacen el "diagnóstico". Solamente les resta prescribir la droga psicoactiva.
Mientras tanto, para combatir el poco interés en la psiquiatría, la Asociación Psiquiátrica Mundial publicó un "Currículo Medular de Psiquiatría para Estudiantes de Medicina". Su objetivo es entrenar a todos los futuros médicos a identificar y tratar la enfermedad mental.
Los autores declaran ingenuamente: "Como la mayoría de los estudiantes no se especializarán en psiquiatría, es de fundamental importancia que adquieran actitudes apropiadas" y se les deberían enseñar no solamente en psiquiatría, sino en todas las demás materias.
En una lista de los factores que serían deseables en la reforma de la salud mental, Robert Whitaker, autor de Mad in America (Locos en América), afirmó:
"Sin embargo, a la cabeza de esta lista se pediría simplemente honestidad. Dejen de decir a los que han recibido un diagnóstico de esquizofrenia que sufren de demasiada actividad de dopamina o serotonina y que las drogas ponen de nuevo en "equilibrio" estas sustancias químicas del cerebro. Toda esa palabrería es una forma de fraude médico, y es imposible imaginar que a cualquier otro grupo de pacientes, por ejemplo personas que tienen cáncer o enfermedades cardiovasculares, se les engañe de esta manera".
El Dr. David B. Stein, psicólogo clínico y profesor asociado de psicología dice:
"A los médicos se les entrena para curar. Ellos realmente quieren ayudar. A menudo afirman que no tienen alternativa, que la única manera de ayudar a estos niños (con TDAH, desorden de aprendizaje) es con drogas. Además, los padres y los profesores continuamente los atacan insistiendo en que les den una receta. Quieren que los niños con mal comportamiento estén de inmediato bajo control. A algunos médicos no les gusta hacer esto; muchos desean tener una alternativa".
A medida que los diagnósticos y tratamientos psiquiátricos causan más impacto en la vida de las personas a través de la medicina general, es necesario enfatizar las alternativas. Las siguientes alternativas son el resultado de años de trabajo con profesionales de la salud calificados para abordar estas cuestiones médicas.
1) Examinar el Problema Físico Subyacente
El Medical Evaluation Field Manual (Manual de Evaluación Médica del Campo) del Departamento de Salud Mental de California afirma:
"Los profesionales de la salud mental que trabajan dentro de un sistema de salud mental tienen la obligación profesional y legal de reconocer la presencia de enfermedades físicas en sus pacientes.... las enfermedades físicas pueden causar un trastorno mental en el paciente, (o) pueden empeorarlo".
En 1998, el Consejo Social Sueco citó varios casos de acciones disciplinarias contra psiquiatras, incluyendo una en la que el paciente se quejaba de dolores de cabeza, vértigos y tambaleo cuando caminaba. El paciente se había quejado de estos síntomas con el personal psiquiátrico cinco años antes de que un examen médico revelara que tenía un tumor cerebral.
EL Dr. Thomas Dorman dice:
"... por favor recuerden que la mayoría de las personas sufren de enfermedades orgánicas. Antes que nada, el personal clínico debería recordar que la tensión emocional relacionada con una enfermedad crónica o una condición dolorosa puede alterar el temperamento del paciente. En el ejercicio de mi profesión me he encontrado con incontables personas que padecen dolor crónico de espalda, a las cuales se había etiquetado como neuróticas. Una declaración típica de estos pobres pacientes es: "pensaba que realmente me estaba volviendo loco". Con frecuencia, dijo el doctor Dorman, el problema era "simplemente el problema de un ligamento de la espalda que no se había diagnosticado".
2) Ayudar sin Drogas que Alteren la Mente
El psiquiatra alemán Paul Runge dijo que ha ayudado a más de 100 niños sin usar drogas psiquiátricas. También ha ayudado a reducir las dosis de drogas prescritas por otros médicos.
El Dr. L. M. J. Pelsser del Centro de Investigación para la Hiperactividad y el TDAH en Middelburg, Holanda, encontró que el 62% de niños a los que se les había diagnosticado "TDAH" mostraron mejorías importantes en su comportamiento como resultado de un cambio de dieta en un período de tres semanas.
La Dra. Mary Ann Block, que ha ayudado a miles de niños a salir de drogas psiquiátricas sin contratiempos y a mantenerse fuera de ellas, dice: "Muchos médicos no hacen exámenes físicos antes de prescribir drogas psiquiátricas... (Los niños) van a ver a un médico, pero el médico no hace un examen físico ni busca algún problema de salud o de aprendizaje antes de diagnosticar TDAH y prescribirle drogas al niño.
Así no fue como me enseñaron a practicar la medicina.
En mi formación médica, me enseñaron a hacer una historia clínica completa y un examen físico. Me enseñaron a considerar algo llamado "diagnóstico diferencial". Para hacer esto, uno debe considerar todas las posibles causas implícitas en los síntomas".
LA DRA. BLOCK HACE PRUEBAS DE ALERGIA Y DISEÑA SOLUCIONES BASADAS EN LA DIETA PARA LOS PROBLEMAS "DE COMPORTAMIENTO". CITA UN ESTUDIO DEL JOURNAL OF PEDIATRICS (DIARIO DE PEDIÁTRICOS) (1995) QUE MUESTRA QUE LA SACAROSA PUEDE INCREMENTAR 10 VECES LA ADRENALINA EN LOS NIÑOS, LO QUE TIENE COMO RESULTADO "DIFICULTAD PARA CONCENTRARSE, IRRITABILIDAD Y ANSIEDAD".
3) Las Drogas Psicotrópicas Pueden Enmascarar Problemas Físicos de los Niños De acuerdo a los expertos en el campo de la educación y de la medicina, el comportamiento no deseado o hiperactivo proviene de muchas fuentes que incluyen, pero no se limitan a, alergias, sustancias agregadas a los alimentos, toxinas ambientales, descanso inadecuado, algunos medicamentos, a no saber estudiar, a pasar palabras que no se han comprendido en su totalidad, y a estar aburrido con el programa de estudios debido a una inteligencia o habilidad creativa excepcional.
El libro del psiquiatra Sydney Walker, The Hyperactivity Hoax (El Engaño de la Hiperactividad), menciona una variedad de razones para el comportamiento hiperactivo:
"Niños con tumores cerebrales en una etapa temprana pueden desarrollar síntomas de hiperactividad o atención deficiente. Lo mismo puede suceder con niños envenenados con plomo o pesticidas. También niños con principios tempranos de diabetes, enfermedades del corazón, parásitos, infecciones virales o bacterianas, desnutrición, lesiones en la cabeza, trastornos genéticos, alergias, exposición al mercurio o al manganeso, ataques de epilepsia leve, y cientos (si, cientos) de otros problemas médicos, menores, mayores o inclusive que amenazan la vida. Sin embargo, todos estos niños están etiquetados como hiperactivos o con TDA".
El Dr. Walker observó que prescribir drogas psicotrópicas para una enfermedad que no existe es una tragedia, ya que "el enmascarar los síntomas de los niños permite que los trastornos subyacentes continúen y en muchos casos, empeoren".
El Dr. Walker comparó el fenómeno con el de un paciente que va a ver a un médico porque tiene hinchada una pierna y el doctor lo diagnostica como una "protuberancia", le da una aspirina y nunca determina si la protuberancia es un tumor, una picadura de insecto o gangrena.
Existen muchísimas otras alternativas funcionales, aparte de las drogas psiquiátricas, y sería muy difícil mencionarlas todas. Por otra parte, la psiquiatría preferiría decir que no hay ninguna y luchar para que sigan sin conocerse. Esto deja al médico con una alternativa entre el hecho y la ficción, entre la cura y la coacción, y entre la medicina y la manipulación.
Respetamos totalmente a la medicina que se practica como medicina, con espíritu de honestidad, con empeño ético, y con la debida consideración a la primordial importancia de las necesidades y la salud del paciente. Sin embargo, nos oponemos por completo a la seducción y a la contaminación de la medicina a manos de médicos simuladores, cuyos fracasos amenazan no solamente con pervertir la posición, el honor, la humanidad y el valor de la medicina, sino también con arruinar las vidas de millones de pacientes que simplemente recurrieron a la medicina para recibir ayuda.
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