La biología sintética representa un salto cuántico en biotecnología, mucho más allá de transferir genes entre especies: busca construir microorganismos vivos auto-replicantes, completamente nuevos, que tengan el potencial (parcialmente probado / parcialmente teórico) de convertir cualquier biomasa o insumo de carbono en cualquier producto que pueda fabricarse a partir de carbono fósil, y mucho más. En otras palabras, desde la perspectiva de la biología sintética, el recurso base para el desarrollo de materiales comercializables y “renovables“ (que no sea petróleo) no lo encontramos solamente en el 23.8 % de la biomasa terrestre que ya se usa y comercializa anualmente, sino también en el restante 76.2% de biomasa que ha permanecido hasta hoy fuera de la economía del mercado.
La biología sintética está en la atención de Naciones Unidas y gobiernos. Dicha tecnología fue un punto en la agenda del Convenio sobre Diversidad Biológica de la ONU durante su reunión en Hyderabad, India, a mediados de octubre de 2012, donde los gobiernos acordaron continuar monitoreando la tecnología e informar sobre ello en las reuniones futuras del CBD.
Hablar de una nueva plataforma de manufactura basada en la “reprogramación” de formas de vida, suena como ciencia ficción y como algo muy lejano de las realidades de la agricultura en el Sur global. Sin embargo —como en previas revoluciones agrícolas e industriales— la industria de la biología sintética, desarrollada en el Norte global, está cambiando el panorama económico para los agricultores del Sur (y a mayor velocidad), detonando una nueva ola de acaparamientos de tierra para usar la biomasa y compitiendo por arrebatar el mercado de commodities del que muchas economías del Sur han dependido por décadas o siglos. Al tiempo que se acelera el acaparamiento de tierras y biomasa, la biología sintética incrementa el valor económico de la explotación de gas natural mediante controvertidos procesos como “fracking”: está en proceso el diseño de microbios sintéticos para usar ese tipo de gas natural como su fuente de carbono.
La biología sintética en números
EN 2012, la industria de la biología sintética evolucionó para convertirse en un sector global, bien financiado y en rápida expansión con productos ya en el mercado y muchos más en preparación para aparecer ante el público en los próximos dos o tres años.
Crecimiento veloz: Según BCC Research, las ventas de productos fabricados con biología sintética tuvieron un valor de $ 1,600 millones de dólares en 2011 y se espera que crezcan a $10,800 millones de dólares para 2016. Un estudio reciente identificó casi 3 mil investigadores activos dedicados a la biología sintética en 40 países, financiados por 530 entidades diferentes —principalmente en Estados Unidos, Europa, China y Japón.
Cambio de foco: Tres cuartas partes de la actividad de la biología sintética se ha enfocado al desarrollo de microbios artificiales para producir la siguiente generación de biocombustibles, bioplásticos y compuestos químicos por parte de las empresas de energía y químicas (tales como BP, Shell, DuPont, Total). Sin embargo, la industria está cambiando rápidamente de foco hacia la producción de materiales que se obtenían de productos botánicos —caucho, saborizantes, fragancias y aceites esenciales así como productos medicinales naturales. La nueva ola de inversionistas la integran las compañías de cosméticos, aditivos y fragancias más grandes del mundo, fabricantes de fármacos y procesadores de ingredientes para alimentos (Novartis, Givaudan, International Flavours & Fragances Inc., Roquette Frères). La ola más reciente en las configuraciones empresariales de la biología sintética se refiere a la transformación del gas natural en productos de alto valor.
• Los grandes actores: Una investigación realizada por el Grupo ETC y organizaciones aliadas en 2011 encontró que, los líderes en inversión global y los desarrolladores de productos de biología sintética son seis de las 10 más grandes empresas químicas, seis de las 10 más grandes compañías energéticas, seis de los 10 principales comercializadores de granos y las siete farmacéuticas más grandes del mundo.
Muchas de esas en colaboración con actores financieros que a su vez han invertido muchos miles de millones de dólares en capital social en más de 100 empresas de biología sintética especializadas que comienzan.
En venta: El grupo ETC encontró más de 20 diferentes productos que ya se comercializan o que serán lanzados al mercado en 2013. Ejemplos de productos de biología sintética ya en el mercado incluyen dos bioplásticos derivados del maíz, que venden DuPont y la compañía Archer Daniels Midland; el sabor a toronja “natural” que vende Allylix Inc de Estados Unidos; ácido shikímico derivado sintéticamente, ingrediente clave en el fármaco tamiflu, y un suavizante cosmético, el escualeno, así como un biodiesel derivado de azúcares que vende Amyris Inc en Brasil.
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FUENTE: ETCGroup.com
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