Destruyendo La Vida
- Anunciadora de Sion
- 27 ago 2019
- 3 Min. de lectura

Cualquier persona que se haya atrevido a atravesar la sección de "farmacología clínica" de los empaques de información de las drogas para llegar a la lista de "reacciones secundarias" sabe que "el consentimiento informado" es un nombre inapropiado en el caso de las personas de la tercera edad, es una charada cruel.
A manera de referencia, la siguiente es una lista parcial de los efectos secundarios de drogas psiquiátricas que se les recetan a las personas mayores:
Los Tranquilizantes Menores
Los tranquilizantes menores o benzodiacepinas pueden causar aletargamiento, mareos, confusión, nerviosismo, problemas sexuales, alucinaciones, pesadillas, depresión severa, inquietud extrema, insomnio, náuseas y temblores musculares. Ataques epilépticos y muerte han ocurrido al dejar repentinamente el uso de tranquilizantes menores. Por consiguiente, es importante dejar de tomarlos solamente bajo la supervisión médica apropiada, incluso si las drogas solamente se han tomado durante un par de semanas.
Los Tranquilizantes Mayores
Los tranquilizantes mayores, también llamados antipsicóticos, "neurolépticos" (que atacan los nervios), frecuentemente causan dificultades para pensar, mala concentración, alucinaciones, pesadillas, monotonía emocional, depresión, impedimento y disfunción sexual.
Físicamente, pueden causar diskinesia tardía (aparición repentina e incontrolable de calambres y espasmos musculares dolorosos, retorcimiento, contorsión, movimientos tipo muecas, retorcimientos especialmente de las piernas, cara, boca y lengua, produciendo gesticulaciones del rostro con un fruncimiento de ceño horripilante).
Esto incluye también la acatisia, una incapacidad severa para mantenerse quieto que, según muestran algunos estudios, puede causar agitación y psicosis. Un efecto potencialmente fatal es "el síndrome neuroléptico maligno" el cual incluye rigidez muscular, estados mentales alterados, pulso o presión sanguínea irregular y problemas cardíacos. Además, la muerte coronaria silenciosa"... puede ser una de las amenazas más serias del uso prolongado de drogas", de acuerdo a William H, Philpott, médico general y Dwight K. Kalita Ph. D., en Brain Allergies (Alergias del Cerebro).
Antidepresivos
Los antidepresivos tricíclicos pueden causar estado sedativo, adormecimiento, aletargamiento, dificultad para pensar, confusión, incapacidad para concentrarse, problemas de memoria, pesadillas, sentimiento de pánico y extrema inquietud, también alucinaciones, reacciones maniáticas, delirio, ataques, fiebre, reducción del conteo de glóbulos blancos (con riesgo de infección), daño al hígado, ataques cardíacos, infartos, violencia y pensamientos suicidas.
Inhibidores Selectivos de la Recaptación de la Serotonina
Los antidepresivos Inhibidores Selectivos de la Recaptación de la Serotonina (SSRI) pueden causar dolores de cabeza, náuseas, ansiedad, agitación, insomnio, sueños salvajes, pérdida de apetito, impotencia y confusión.
Se calcula que entre el 10 y el 25 % de los pacientes que usan SSRI experimentan acatisia, a menudo acompañados con pensamientos suicidas, hostilidad y comportamiento violento. También se estima que los síndromes de abstinencia afecten al 50% de los pacientes dependiendo del tipo de droga SSRI que se trate. En 1998, investigadores japoneses también reportaron en Lancet, la revista de la Asociación Médica Británica, que cantidades sustanciales de estos antidepresivos pueden acumularse en los pulmones y pueden liberarse en niveles tóxicos cuando se receta un segundo antidepresivo.
Antipsicóticos de Nueva Generación
Uno de cada 145 pacientes que participaron en las pruebas clínicas para drogas antipsicóticas atípicas (nuevas) murió, sin embargo esas muertes nunca se mencionaron en los impresos científicos. Treinta y seis pacientes que participaban en las pruebas clínicas cometieron suicidio.
Ochenta y cuatro pacientes sufrieron "un evento adverso serio" de algún tipo, que fueron definidos por la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) como un evento de amenaza de muerte, o uno que requería hospitalización; el nueve por ciento de los pacientes abandonaron las pruebas clínicas debido a los eventos adversos, que fue un índice similar a esos tratados con los antiguos antisicóticos por lo tanto, no hubo mayor mejoramiento en los tratamientos antiguos, a los lanzados originalmente.
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