Es un hecho médico bien demostrado que las enfermedades físicas no diagnosticadas y no tratadas crean los mismos síntomas mentales que la psiquiatría escoge para definirla como un “desorden psiquiátrico”.
En medicina, existe un criterio estricto para llamar a una condición enfermedad. Además de un grupo de síntomas predecibles, la causa de los síntomas o alguna comprensión de su fisiología (función) deben ser establecidas. La Malaria es una enfermedad causada por un parásito que es transmitido de un individuo infectado a otro no infectado por la picadura de un mosquito particular. Sus síntomas incluyen escalofríos periódicos y fiebre.
En la ausencia de una fisiología o causa conocida, un grupo de síntomas, que se supone están relacionados, es llamado un desorden.
"En psiquiatría, todos sus diagnósticos son llamados desórdenes porque ninguno de ellos son enfermedades demostradas", dice el Dr. Joseph Glenmullen, de la Escuela Médica de Harvard.
En realidad, la psiquiatría nunca ha avanzado más allá de sus teorías, conjetura y opinión.
En 1995 El Dr. Rex Cowdry, director del Instituto Nacional para la Salud Mental (NIMH), testificó ante el Congreso de los Estados Unidos, diciendo: "Durante más de cinco décadas, la investigación asistida y conducida por NIMH definió los síntomas esenciales de las enfermedades mentales severas.... Sin embargo no conocemos las causas. No tenemos todavía los métodos para "curar" estas enfermedades".
Las definiciones de estos "síntomas esenciales" constituyen el Manual de Diagnóstico y Estadística para Desórdenes Mentales (DSM) de la Asociación Psiquiátrica Americana, y su compañero, la sección de desórdenes mentales de la Clasificación Internacional de Enfermedades, (ICD). Decidido por medio del voto de los miembros de la Asociación Psiquiátrica Americana, los "desórdenes" psiquiátricos y psicológicos no están basados en la ciencia.
Los profesores Herb Kutchins de la Universidad de Sacramento, California y Stuart A. Kirk del la Universidad Albania de Nueva York, autores de Making us Crazy (Enloqueciéndonos) declaran: "Definitivamente hay ilusiones acerca del DSM además de una fuerte necesidad entre sus miembros a creer que sus sueños de excelencia científica y de utilidad se han hecho verdad, que sus criterios para diagnosticar han reforzado la validez, la confianza y la precisión de sus diagnósticos usados por las clínicas de la salud mental".
El sabor amargo de la medicina es que el DSM ha fracasado totalmente en el intento de medicalizar a muchísimas personas que tienen problemas.
Tal como el Dr. Thomas Dormán, un internista y miembro del Colegio Real de Médicos del Reino Unido y Canadá, escribió: "En suma, el negocio completo de crear categorías psiquiátricas de "enfermedad" formalizándolas con consensos y posteriormente atribuirles códigos diagnósticos, los cuales a su vez llevan a su uso para las cuentas de seguros, no es otra cosa que un fraude sistematizado extendido proporcionando a la psiquiatría un aura pseudo-científica. Los perpetradores están, por supuesto, alimentándose de la olla pública".
Sin embargo "la medicina amarga" es mucho más que la falla del DSM, y los psiquiatras son mucho más que simples fraudes viviendo como reyes a costa del público.
La dura realidad es que en sus manos, estos manuales de "diagnóstico" han sido usados para decidir el futuro de las personas, frecuentemente llevándolos al asalto brutal y a la muerte.
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