¿Podría usarse una nueva tecnología para el armamento de alimentos conocida como interferencia de ARN para el control de la población?
Los ingenieros genéticos encontraron la manera de hacer que los cultivos de alimentos crezcan fragmentos de ARN que pueden usar al estilo de las armas biológicas para interferir con las propiedades fisiológicas de cualquier especie que ingiera los alimentos. Por ejemplo, puede hacer que el maíz crezca características que matarán a las plagas cuando lo comen, por lo que no se necesitarán pesticidas en absoluto. Esto, por supuesto, es presentado como una buena noticia para la humanidad, ya que podría eliminar la necesidad de pesticidas, pero hay una gran advertencia: esta misma tecnología también podría utilizarse para atacar no solo a las plagas sino también a los seres humanos.
Hay muchas posibilidades aquí. Por ejemplo, los cultivos de alimentos se pueden diseñar para causar infertilidad en humanos y algunos sospechan que ya se está haciendo; la caída de los conteos de esperma parece indicar que algo está sucediendo realmente.
Un estudio reciente de la Universidad Hebrea de Jerusalén que se publicó en Human Reproduction Journal Update reveló que la producción de espermatozoides humanos disminuyó en un 59.3 por ciento entre 1973 y 2011, lo que representa un gran declive que podría tener serias implicaciones. Gran parte de ella ha sido atribuida a la exposición química, específicamente a los castradores químicos como la atrazina. Después de todo, las gotas de esperma son particularmente prevalentes en naciones occidentales como Estados Unidos, donde los alimentos transgénicos se consumen ampliamente.
Esta estadística es algo de lo que los defensores del control de la población seguramente están satisfechos. Muchos creen que se está haciendo intencionalmente, y muestra cuán posibles son estos escenarios aterradores. ¿Hasta dónde va esta agenda de control de la población?
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