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Restricción Psiquiátrica, Un Asesinato

Foto del escritor: Anunciadora de SionAnunciadora de Sion


Se puede estar expresando lo obvio al decir que no se supone que el "cuidado" psiquiátrico mate pacientes, y nadie espera que los pacientes se mueran en hospitales psiquiátricos. Sin embargo, esto es lo que sucede cada día, silenciosamente, bajo la mirada vigilante de los psiquiatras en instituciones psiquiátricas alrededor del mundo.


A Randy Steel de 9 años no le agrada tomar un baño en el servicio psiquiátrico donde fue admitido. Como resultado del forcejeo, Randy vomita y deja de respirar, mientras los miembros del personal lo restringen a la fuerza. Luego de revivirlo, fue rápidamente transferido a otro hospital donde muere al día siguiente. Más tarde los registros del hospital muestran que Randy ha sido restringido 25 veces en 28 días antes de su muerte. A pesar de la evidencia del flujo de sangre de su nariz, boca, ojos, ano y las contusiones en su cara y abdomen, nunca se hicieron cargos criminales. En la audiencia legislativa del estado en el 2003, la mamá de Randy, Holly, mostrando las fotos de la autopsia de su hijo, suplica: "Yo espero que ningún otro niño tenga que morir así".


En 1998, el personal psiquiátrico forzó a la canadiense Stephanie Jobin de 13 años de edad (ya medicada con cinco drogas psiquiátricas diferentes) a ponerse boca abajo en el piso, empujaron un colchoncillo sobre ella, se sentaron para sujetarla y sostuvieron sus pies. Luego de luchar por 20 minutos, Stephanie dejó de respirar. Su muerte fue decretada como accidente.


También en 1998, Andrew McClain de 11 años de edad, murió de asfixia traumática (sofocación) y compresión del pecho cuatro días después de haber sido admitido en la institución psiquiátrica de Connecticut.


Andrew había desobedecido las instrucciones del asistente psiquiátrico de moverse a otra mesa durante el desayuno. Dos miembros del personal lo restringieron poniéndose uno de ellos sobre el niño en un cuarto de reclusión acolchonado.


Los "procedimientos" restrictivos son quizá las evidencias más visibles de las prácticas barbáricas que los psiquiatras escogen para llamarlas terapias o tratamientos.


Y como estos ejemplos claramente demuestran, tal brutalidad no se suaviza, como la compasión humana podría considerar apropiado, ni siquiera por el bien de la juventud.


Desde 1969, la Comisión de Ciudadanos por los Derechos Humanos (CCDH) ha investigado y revelado las muertes resultantes directamente del "cuidado" psiquiátrico. En 1970, la CCDH documentó 100 muertes inexplicables en los hospitales de Camarillo California y en el Hospital Metropolitano del Estado. Un hombre de 36 años de edad, fue encontrado muerto boca abajo en una cama donde había sido restringido con grilletes de cuero. Una anciana fue encontrada muerta en el armario de un hospital dos semanas después de que el personal informó a los familiares que ella estaba perdida.


En 1999, trabajando con legisladores y medios informativos, la CCDH ayudó a revelar la espantosa verdad de 150 muertes por privación, solo en los Estados Unidos, ocurridas cada año sin haber sido justificadas. Al menos 13 de las muertes durante un período de dos años fueron niños, algunos tan pequeños como de seis años.


Las medidas tomadas para frenar el número de muertes han tenido poco efecto. En 1999, a pesar de la aprobación de regulaciones federales que limitan las restricciones en los Estados Unidos, en el 2002


Otros nueve niños murieron por sofocación o paro cardíaco como resultado de procedimientos restrictivos violentos.


En el año 2000 en Japón, se aprobaron regulaciones prohibiendo el uso de restricciones físicas en ancianos, después de descubrir que los hospitales psiquiátricos privados estaban encarcelando a la fuerza y restringiendo ilegalmente a ancianos. 3 Aún así, la violencia continuó.


En el 2003, el Dr. Masami Houki, jefe de la Clínica psiquiátrica de Houki en Japón, fue acusado de homicidio involuntario después de que le tapó la boca a una paciente de 31 años con un pañuelo de papel, le pegó con cinta adhesiva su boca, le inyectó un tranquilizante, le amarró sus manos y sus pies y la forzó a echarse en el asiento de atrás del auto, mientras la transfería a la clínica. Ella llegó muerta.


Houki es uno de los pocos psiquiatras- en verdad, uno de los pocos trabajadores psiquiátricos-que ha sido acusado con cargos criminales por muertes debido a procedimientos restrictivos violentos, llamados eufemísticamente "terapia restrictiva humanitaria". Mientras tanto, miles de personas de todas las edades continúan muriendo por insensibles asaltos físicos semejantes en los servicios psiquiátricos alrededor del mundo.


La razón de esto es muy simple. "Asalto" es por definición un intento o intento aparente de infringir daño a otro usando fuerza ilegal, conforme a la capacidad de dañar a esa persona. "Ataque" se define como cualquier ataque ilegal u otro inapropiado uso de la violencia física o coerción infringida en un ser humano sin su consentimiento.


Los procedimientos restrictivos psiquiátricos y todos los otros procedimientos psiquiátricos, califican como "asalto y ataque" en todo aspecto, excepto en uno; son legales. La psiquiatría se ha establecido sobre la ley, desde donde puede asaltar y atacar a sus infortunadas víctimas con una completa falta de responsabilidad, todo en nombre del "tratamiento".






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