top of page

Tercera Edad: Diagnóstico Falso Por Lucro Económico

Foto del escritor: Anunciadora de SionAnunciadora de Sion


Para los psiquiatras el envejecimiento es "un desorden mental", una enfermedad para lucrar, para la cual no hay cura, pero para la que ellos felizmente proveen un sin fin de recetas de drogas psicoactivas o ECT. En 1999, se pagaron 194 millones de dólares por servicios psiquiátricos en casas de reposo en los EE. UU.


Adicionalmente se les pagaron mil millones por tratamientos dados a las personas de la tercera edad en hospitales psiquiátricos.


En los EE. UU. la ley federal deja una puerta abierta para la psiquiatría cada residente de una casa de reposo debe tener una "evaluación de salud mental. "Esto excluye pruebas para enfermedades físicas, para determinar deficiencias nutricionales o para descartar otras causas de estrés.


El 28 de Junio de 2001 una enfermera del hospital psiquiátrico del Centro Rock Creek de Illinois, encontró a un paciente de 53 años de edad sin responder luego de ser drogado por comportamiento "hostil y lisuras". Horas después, el hombre murió. Una autopsia mandatoria reveló que el hombre murió de esclorosis multiple (multiple sclerosis, MS). En el formulario de admisión estaba escrito "MS". No obstante, la esclorosis multiple fue ignorada por el personal psiquiátrico. Oficiales de la instalación después le dijeron a los investigadores que ellos creían que "MS" quería decir "estado mental" (mental status, MS).


En su libro Prescription for Nutritional Healing (Prescripción para Curación Nutricional), el conocido columnista de medicina/salud y conductor, el Dr. James Balch, dice: "la senilidad ocurre a edad avanzada pero no es realmente común en las personas de la tercera edad. Muchos de esos diagnósticos como senilidad son en realidad sufrimiento de los efectos de drogas, depresión, sordera, tumores cerebrales, problemas de tiroides, del hígado o de los riñones.
Las perturbaciones nerviosas, la embolia, y el mal funcionamiento cerebral son considerados síntomas del síndrome de la senilidad. Muy a menudo, la causa es una deficiencia nutricional".

El Dr. Sidney Walker, III, en su libro A Dose of Sanity (Una Dosis de Cordura), aborda este ejemplo de cuán fácil es diagnosticar mal a un anciano:


"... un hombre de 71 años de edad quien siempre había tenido buena salud, de repente empezó a mostrar deterioro mental dramático. Su memoria empobreció mucho, empezó a caminar arrastrando los pies, cayó en apatía y se volvió incapaz de hacer tareas fáciles. Sus doctores le dieron un "diagnóstico": demencia incurable. Después de un deterioro posterior, su esposa lo llevó a un hospital en donde un urólogo le diagnosticó un problema de la próstata. La cirugía de la próstata —que aparentemente no tenía relación alguna con la senilidad del hombre— produjo un cambio notable en su comportamiento. Su confusión y su melancolía desaparecieron, le volvió la memoria tan buena como había sido siempre, y sus otros síntomas de senilidad se desvanecieron por completo.

En la mayoría de los casos, las personas de la tercera edad simplemente están sufriendo de problemas físicos relacionados con su edad. Sin embargo, el Dr. Roberto Cestari, médico general de Italia dice: "La respuesta de la psiquiatría a los problemas básicos de la edad es etiquetarlos como "depresión", como pérdida de facultades mentales, o inclusive una enfermedad y cuando la persona se queja o protesta ante esta indignidad, su protesta se etiqueta luego como una enfermedad mental, a menudo como "demencia".

Si una persona mayor no puede acordarse dónde están sus zapatos o si ya pagaron la cuenta de la luz de ese mes, los psiquiatras aseguran que ella está manifestando síntomas de demencia, motivo suficiente para llevarla a una casa de descanso o a un hospital psiquiátrico.


Debajo de todo esto existe todo un fundamento de criterio fraudulento en lo que se refiere al "diagnóstico".


Hablamos particularmente del Manual de Diagnóstico y Estadística para Desórdenes Mentales (DSM) de la Asociación Psiquiátrica Americana, y de la sección de enfermedades mentales de la Clasificación Internacional de Enfermedades (ICD-10). Por medio de estos recursos la psiquiatría tiene acorralada como" enfermedad mental" cualquier debilidad mental de la vejez. Dichas etiquetas son utilizadas para recluir involuntariamente a las personas de la tercera edad en una institución psiquiátrica, tomar el control de sus finanzas, atropellar sus deseos en cuanto a sus negocios y propiedades o a sus necesidades de cuidados de salud y además estafando su seguro médico. La lista de enfermedades físicas que la psiquiatría a anexado a la "demencia" incluye:


  • Demencia debido a trauma de la cabeza

  • Demencia debido a la enfermedad de Parkinson

  • Demencia debido a la enfermedad de Huntington

  • Demencia debida a la enfermedad de HIV


Y en caso de que ninguna de estas sirva, hay una categoría general:


  • "Demencia debido a... (indique la condición médica general no listada anteriormente)".


Al testificar ante el Comité de Finanzas del Senado de los EE. UU. en el 2001, Michael F. Mangnano, Inspector General del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) informó que la compañía de seguros de un paciente de 95 años con Alzheimer recibió una factura por $3000 dólares por 40 sesiones de hipnoterapia. De manera no sorprendente, en los informes médicos el doctor decía que el paciente no escuchaba ni cooperaba. El HHS declaró que el tratamiento del paciente era "médicamente innecesario" e "inadecuado".


La demencia y la enfermedad de Alzheimer son campos muy lucrativos para la psiquiatría, a pesar de que son enfermedades puramente físicas y las atienden los neurólogos.


Expertos médicos en Alzheimer dicen que el 99% de estos casos no deben estar en manos del psiquiatra.


De la misma manera los psiquiatras no tienen el derecho a tratar a los ancianos.






Comments


bottom of page