Los artículos de los periódicos a menudo pregonan las "maravillas" de las investigaciones psicofarmacéuticas actuales para el tratamiento de los "problemas" y "discapacidades" emocionales y de aprendizaje que tienen los niños".
Parecen razonables. Parecen convincentes.
¿Sería posible que alguien objetara la posibilidad de hacer que quienes tienen problemas tuvieran una vida normal?
Los padres de Daniel podrían objetar, así como los de Cory.
Podrían discutir con vehemencia y pasión.
Y con aproximadamente 17 millones de niños en edad escolar etiquetados con un trastorno mental que requiere que sean químicamente controlados por medio de potentes drogas psiquiátricas que alteran la mente; están muy lejos de estar solos.
¿Quiénes son Daniel y Cory y por qué sus padres objetan? Son niños que no sólo son incapaces de llevar una vida normal debido a las llamadas drogas "milagrosas"; SINO QUE TRÁGICAMENTE YA NO ESTÁN ENTRE NOSOTROS, debido a esas drogas.
Lo invito a que analice el ejemplo anterior más de cerca, desde el punto de vista de los niños, porque la realidad y las etiquetas podrían no reflejar lo mismo cuando se trata de las "drogas psiquiátricas del momento".
Reflexionemos en algunas palabras y cómo las usan. Por ejemplo, "normal". Probablemente usted tiene su propia idea de lo que es un tipo de vida normal. ¿Implica el consumo de drogas psiquiátricas potencialmente peligrosas que alteran la mente y son aditivas? ¿Implica depender por completo de tales drogas para permanecer normal?
¿Qué hay de la palabra "medicamentos"?
¿Tranquiliza su mente al presentarle imágenes de un benigno jarabe para una tos prescrito por un bondadoso médico de cabecera? Nada puede estar más lejos de la verdad. Un medicamento psiquiátrico es una droga adictiva muy poderosa.
Luego está la palabra "científico", usada a menudo en la psiquiatría para añadir legitimidad a sus pronunciamientos.
Según el World Book Diccionary, la palabra implica "sistemático, preciso, exacto". Esas características no tienen nada que ver con la psiquiatría o su prima la psicología. Otros ejemplos de palabras que sufren en sus manos son "valores", "bien", "mal", "seguro", e incluso "educación". Esto es la sutil propaganda del psiquiatra y el psicólogo en acción: dar nuevas definiciones a las palabras. De algún modo, estando en sus manos, las cosas simplemente parecen retorcerse y al final caer a pedazos.
El problema es que su propaganda a nivel mundial respecto al tema de los niños y la educación ha engañado totalmente a personas bien intencionada: padres, maestros, y políticos por igual, diciendo que el comportamiento "normal" (ahí está la palabra de nuevo) de la infancia ya no es normal; que es una enfermedad mental. Y además que sólo administrando drogas de forma continua y rigurosa drogadicción desde temprana edad, quizás podrá el niño "afligido" salir adelante en las peores circunstancias de la vida. ¿Quién hubiera pensado hace 40 años que llegaríamos a esto? Sin embargo, estamos aquí, y la cruel realidad es que a causa de esto, vidas jóvenes y valiosas alrededor del mundo están en un grave peligro de ser permanentemente dañadas e incluso de nosotros perderlas.
Contrario a la opinión psiquiátrica no expresada, los niños no son "animales experimentales" son seres humanos que tienen todo el derecho de esperar protección, cuidado, amor y la oportunidad de alcanzar todo su potencial en la vida.
Sólo se les negará esto si se les sujeta con las camisas de fuerza verbales y químicas que son las etiquetas y las drogas de la psiquiatría.
Estamos publicando este informe para denunciar las mentiras y la propaganda que se está llevando a cabo, para dar una perspectiva y una información no está fácilmente disponible a los padres y otras personas interesadas, y lo más importante, para ayudar a volver a introducir cordura y control al cuidado y a la educación de nuestros hijos.
Los niños son nuestro futuro.
Lo que está en juego no es otra cosa que nuestro propio futuro.
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