La investigación publicada en mayo del 2019, encontró que el dióxido de titanio del tamaño de las nanopartículas administrado en el agua potable impactó la microbiota intestinal en ratones de una manera que podría desencadenar enfermedades inflamatorias del intestino o cáncer colorrectal. Según explican los autores:
"Aunque el TiO2 [dióxido de titanio nanométrico] tuvo un impacto mínimo en la composición de la microbiota en el intestino delgado y el colon, encontramos que el tratamiento con TiO2 podría alterar la liberación de metabolitos bacterianos en vivo y afectar la distribución espacial de bacterias comensales in vitro al promover la formación de biopelículas.
También encontramos una expresión reducida del gen de la mucina 2 del colon, el cual es un componente importante de la mucosa intestinal, así como un aumento de la expresión del gen de la defensina beta, lo que indica que el TiO2 afecta significativamente la homeostasis intestinal.
Estos cambios se asociaron con la inflamación del colon, como se demostró en la disminución de longitud de las criptas, la infiltración de células T CD8 +, el aumento de macrófagos y el aumento de la expresión de citoquinas inflamatorias.
"Estos hallazgos demuestran colectivamente que el TiO2 no es inerte, sino que altera la homeostasis intestinal, que a su vez puede preparar al huésped para desarrollar la enfermedad."
Wojciech Chrzanowski, profesor asociado y experto en nanotoxicología del University of Sydney's School of Pharmacy y el Sydney Nano Institute, le mencionó a Science Daily:
"Existen cada vez más pruebas de que la exposición continua a las nanopartículas crea un impacto en la composición de la microbiota intestinal, y dado que esta protege nuestra salud, cualquier cambio en su función influye en la salud general.
"Este estudio presenta evidencia fundamental de que el consumo de alimentos que contienen el aditivo alimenticio E171 (dióxido de titanio) afecta a la microbiota intestinal, así como a la inflamación intestinal, lo que podría provocar patologías como las enfermedades inflamatorias intestinales y cáncer colorrectal."
El dióxido de titanio nanométrico altera la homeostasis intestinal
Otro estudio publicado recientemente en la revista Environmental Science: Nano buscó determinar si el dióxido de titanio nanométrico podría afectar la función de la barrera intestinal, cuyo objetivo es proteger al cuerpo de amenazas externas, en tal caso, de qué manera.
Para hacerlo, los investigadores cultivaron dos tipos de células colorrectales para "reconstituir un epitelio intestinal secretor de moco in vitro, "que luego fue expuesto a tres agentes diferentes: dióxido de titanio nanométrico, anatasa pura (forma mineral del dióxido de titanio), o mezcla de anatasa y rutilo (dos formas minerales de dióxido de titanio). Según informaron los autores:
“Se utilizaron dos escenarios de exposición: Exposición aguda durante 6 a 48 horas después de la diferenciación celular (21 días después de la siembra), o exposición repetida durante el curso de la diferenciación celular, es decir, dos veces por semana durante 21 días después de la siembra.
Las células epiteliales expuestas repetidamente a TiO2 desarrollaron un perfil inflamatorio, junto con un aumento de la secreción de moco. La integridad epitelial no se modificó, pero se alteró el contenido de las bombas de flujo xenobiótico de la familia de casetes de unión de ATP (ABC).
En conjunto, estos datos demuestran que el TiO2 desajusta moderada pero significativamente numerosas características que contribuyen a la función protectora del intestino."
Todas las nanopartículas se unen a las bacterias intestinales
Según un estudio publicado el año pasado, todas las nanopartículas que existen en los alimentos pueden unirse a todos los tipos de bacterias intestinales, aunque en grados diferentes, lo que altera el ciclo de vida y la actividad de las bacterias dentro del cuerpo.
Aunque los autores sugieren que estas características pueden causar que las nanopartículas sean utilizables en la medicina (podrían utilizarse para impulsar el microbioma intestinal hacia una dirección positiva), también pueden causar muchos problemas. Como se señaló en Medical News Today, el cual informó los siguientes hallazgos del equipo:
“En comparación con las partículas más grandes derivadas de los mismos materiales, las nanopartículas cuentan con un área de superficie mucho más extensa en relación con su tamaño, y son capaces de cruzar barreras biológicas. Dichas barreras incluyen la capa de moco que recubre los tejidos, como el intestino.
Por ello, es probable que su destino en el intestino humano varíe mucho de aquellas contrapartes a gran escala derivadas de los mismos materiales. Según los autores del estudio, "por lo tanto, es importante garantizar que cualquier ingrediente alimenticio habilitado para nano sea seguro para su aplicación alimenticia"
La inhibición de infecciones es un posible resultado que podría ser beneficioso, como por el H. pylori. El equipo lo descubrió al experimentar con nanopartículas de sílice en cultivos celulares.
Sin embargo, una perspectiva potencialmente inquietante que surgió en otros experimentos fue que la unión a las nanopartículas podría causar que algunas bacterias hostiles fueran menos visibles por el sistema inmunológico. Tal resultado podría aumentar las respuestas de la inflamación, entre otras cosas."
La cuarta sección de "Nanotoxicity", presenta lo siguiente:
“Las nanopartículas cuentan con la propiedad única de una mayor área de superficie por unidad de volumen. Esto hace que se comporten de manera completamente diferente a sus contrapartes en masa. Las nanopartículas cuentan con mayores probabilidades de reaccionar con diversas entidades biológicas, como lípidos y proteínas o células en general.
Las nanopartículas pueden atravesar la membrana celular al ingresar en diversos órganos y activar respuestas inflamatorias u otras respuestas inmunitarias.
Para prever las consecuencias desconocidas del uso de nanopartículas, se necesitan realizar estudios nanotoxicológicos. Una prueba de toxicidad común involucra células u organismos sometidos a una dosis específica de sustancias químicas (nanopartículas, en caso de estudios nanotoxicológicos), así como la medición de la respuesta celular durante un período de tiempo.
Según los autores, numerosos factores pueden afectar la toxicidad de las nanopartículas, incluyendo la dosificación, la reactividad química, la distribución de la carga, el tamaño y la forma de la partícula, así como el área de su superficie. Otros factores influyentes abarcan el hecho de que "la interacción entre la nanopartícula y la membrana biológica puede ser física o química."
La Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos no regula las nanopartículas en los alimentos
Aunque la Unión Europea ha solicitado que los nano ingredientes diseñados se encuentren indicados claramente en la etiqueta de los alimentos, no existen dichas reglas en los Estados Unidos. Y EL PROBLEMA ES QUE EN LATINOAMÉRICA HACEMOS LO QUE EUA HACE. Si allá no hay reglas, acá menos...
Cuando se solicitó mayor información, la Administración de Medicamentos y Alimentos de los Estados Unidos, le explicó a The Guardian que "no existen disposiciones específicas en la Ley Federal de Alimentos, Medicamentos y Cosméticos, que regule los nanomateriales en los alimentos."
FUENTE: Mercola
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