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Alerta, Nos Están Terraformando - Candidiasis Crónica




Vamos a hablar de la candidiasis crónica desde el punto de vista de la nutrición ortomolecular. Esta terapia es todavía muy desconocida, así que lo mejor es empezar explicando en qué se basa:


La nutrición ortomolecular consiste en darle a las células los nutrientes adecuados y en las dosis adecuadas, para que funcionen lo mejor posible. Es una terapia que, ante todo, respeta la individualidad bioquímica de la persona. Esto significa que no trata la enfermedad sino al individuo enfermo. Dos personas con candidiasis siempre serán tratadas respetando esta individualidad. Por ejemplo, una puede que sea tratada con una dieta rica en proteína, alimentos cocinados y vitamina C y zinc... y, en cambio, otra, con los mismos síntomas, puede necesitar más carbohidratos, alimentos crudos, y nutrientes como la vitamina A y biotina. Debido a esta individualidad bioquímica, resulta difícil dar charlas o escribir artículos, porque en éstos estamos condicionados a hablar en términos generales. De todas formas, teniendo esto en cuenta, vamos a compartir las pautas generales para el tratamiento de la candidiasis crónica.


Es de vital importancia que diferenciemos dos grandes grupos de pacientes que sufren de candidiasis:


El grupo de los pacientes diagnosticados, que incluyen principalmente pacientes con cándidas vaginales y/u orales, los que sufren de enfermedades inmunodepresoras, los que están recibiendo quimioterapia, y los diabéticos. En estos casos las manifestación candidíasica es muy clara y las pruebas de laboratorio suelen diagnosticarla.

Por otro lado, está el grupo de pacientes no diagnosticados, que suele ser la mayoría de las personas que sufren de candidiasis crónica. Este grupo se caracteriza por presentar una sintomatología muy extensa, muy confusa, cíclica y recurrente pero, sin embargo, las analíticas y pruebas de laboratorio suelen ser normales. Debido a esta falta de diagnóstico, y, por consiguiente, a la ausencia de tratamiento, la candidiasis suele hacerse crónica. Este artículo va enfocado a este tipo de candidiasis, la candidiasis crónica.


El tema de la candidiasis ha sido criticado extensamente. Se dice que es una enfermedad de moda y que muchos terapeutas pecan de interpretar cualquier síntoma como candidiasis. Sin embargo, no podemos negar que esta enfermedad es un mal de nuestro tiempo. Es una desequilibrio fruto de nuestro estilo de vida moderno: Jamás nos hemos alimentado tan mal como hoy en día, y jamás hemos tomado tantos antibióticos, hormonas sexuales sintéticas y corticosteroides como en la actualidad. Precisamente estos factores son algunos de los más importantes en el desarrollo de esta enfermedad.



¿QUÉ ES LA CANDIDIASIS?


La candidiasis es una infección causada por una levadura de la familia de las Candidas. Existen unas 150 especies de cándidas distintas, por ejemplo la Candida Kruse, Candida Glabrata, Candida tropicalis, Candida parapsilosis etc. Sin embargo, la más común en nuestro organismo es la Candida Albicans.



Las levaduras están presentes en todos nosotros poco después de nacer y viven en armonía con nosotros. Se encuentran en la piel, aparato digestivo y genitourinario. Su función es absorber cierta cantidad de metales pesados para que no entren en la sangre, nos ayudan a degradar restos de carbohidratos mal digeridos, y junto con las bacterias mantienen nuestro equilibrio intestinal y el pH.


La flora intestinal y vaginal junto con el sistema inmunitario nos ayudan a mantener estas levaduras bajo control.


Sin embargo, existen una serie de factores que pueden deprimirnos el sistema inmunitario y desequilibrar la flora intestinal, causando el crecimiento excesivo de estas levaduras y, por consiguiente, la enfermedad.


Estos factores son:


  • Exceso de azúcar o carbohidratos refinados: Éstos son el alimento principal de las cándidas. A parte de alimentarlas directamente, los azúcar y harinas refinadas aumentan los niveles de glucosa en la sangre, a través de la cual, también podemos alimentarlas.

  • Agua del grifo: El cloro destruye la flora intestinal, y el flúor deprime el sistema inmunitario.

  • Uso de antibióticos, cortisona y hormonas sexuales sintéticas: Los antibióticos destruyen la flora intestinal bacteriana, pero no las cándidas. Esto hace que puedan crecer sin ningún microorganismo que las controle. Por otro lado, la cortisona deprime el sistema inmunitario, y las hormonas sintéticas, entre otros daños, destruyen ciertos nutrientes (como la vitamina B6) vitales para la salud del sistema inmunitario.

  • Embarazo: Durante este etapa los niveles de progesterona aumentan, induciendo a las glándulas endometriales a producir glucógeno, lo cual favorece el crecimiento de las Candidas vaginales. Por otro lado, unos niveles altos de progesterona pueden provocar resistencia a la insulina, causando un exceso de glucosa en la sangre y favoreciendo el crecimiento de las cándidas.

  • Estrés continuo: Un exceso de cortisol deprime el sistema inmunitario, aumenta los niveles de glucosa y destruye la flora bacteriana intestinal.

  • Disminución de las secreciones digestivas: La falta de ácido clorhídrico y de enzimas digestivas impide la correcta digestión de los alimentos, produciendo fermentación y putrefacción intestinal. Esto genera sustancias irritantes para la mucosa intestinal, favoreciendo el desequilibrio de la flora intestinal y el crecimiento de las cándidas.

  • Falta de nutrientes: Necesitamos una gran cantidad de nutrientes necesarios para mantener el sistema inmunitario sano, regular las hormonas, mantener una producción sana de secreciones digestivas y regular la glucosa, factores todos de vital importancia para el control de las cándidas. Cuando sufrimos desnutrición, las cándidas tienen más oportunidad de crecer.



SÍNTOMAS


Los síntomas de la candidiasis son muchos y pueden ser muy variados. Es muy importante saber por qué la candidiasis puede producir estos síntomas, para entender mejor este desequilibrio. Muchas personas con candidiasis son tratadas como pacientes hipocondríacos, deprimidos y/o ansiosos. Desafortunamente, hay mucha gente con candidiasis, que no ha sido diagnosticada, y a cambio, están tomando Prozac, Seroxat o ansiolíticos. Parte de esto, es debido a que, normalmente, la candidiasis se relaciona únicamente a los síntomas propios y localizados que crea la infección. Por ejemplo, en general con la candidiasis vaginal sólo se contemplan los síntomas localizados en la vagina; con una candidiasis oral, se presta atención únicamente a los síntomas propiamente de la boca... y los tratamientos son locales. Sin embargo, la candidiasis hay que analizarla en su conjunto, hay que ir más allá de su manifestación localizada.



Un punto muy importante que normalmente suele ser ignorado a la hora de diagnosticar y tratar la candidiasis, es que su origen suele ser intestinal, aún cuando estemos contemplando una candidiasis vaginal o de las uñas.


Ahora veremos la complejidad de esta enfermedad.


Cuando la candidiasis prolifera en el intestino puede cambiar su anatomía y fisiología. Esto quiere decir que puede dejar de ser una levadura y convertirse en un micelio fungal. Se sabe que las cándidas son organismos dimórficos y pueden existir en estas dos formas. En su estado de levadura no es invasiva, mientras que en estado fungal produce rizoides (o raíces muy largas) altamente invasivas que pueden penetrar en la mucosa. Esto puede causar una excesiva permeabilidad de la mucosa intestinal, permitiendo la introducción a la sangre de sustancias (toxinas, proteínas mal digeridas, etc) que pueden actuar como antígenos alterando severamente el sistema inmunitario. Por otro lado, una excesiva permeabilidad intestinal puede, a su vez, deteriorar los receptores nutricionales celulares, favoreciendo la malabsorción y, dando como resultado, una desnutrición.


Se sabe que las cándidas en su estado fungal pueden producir 79 productos tóxicos, por ejemplo, etanol, formaldehido, etc, pero entre ellos el más abundante es el acetildehido. Esta sustancia altamente tóxica es producida por las cándidas al convertir el azúcar en alcohol. Parte de los efectos del acetildehido son:


  • Formación de sustancias vasoactivas, como la adrenalina, produciendo síntomas como nerviosismo, pánico, miedo, taquicardias y sofocos.

  • Interferencia con los receptores del la acetilcolina, importante para la memoria y el sistema nervioso.

  • Producción de histamina, y por lo tanto, inflamación en cualquier parte del cuerpo.

  • Bloqueo de enzimas metabólicas, lo cual puede llevar a bloqueos en la formación de neurotransmisores, por poner un ejemplo.

  • Destrucción de la vitamina B6, la cual es importante para la protección de las membranas mucosas, el fortalecimiento del sistema inmunitario, el equilibrio del sistema hormonal y la producción de ácido clorhídrico y enzimas digestivas.

  • Depresión del sistema inmunitario.

  • Destrucción del glutatión y la cisteína, necesarios para desintoxicar el organismo.

  • Reacción con la dopamina, lo cual puede causar depresión, insomnio e incapacidad de respuesta ante el estrés.



Por otro lado, las Cándidas encajan en los receptores hormonales de las células compitiendo con hormonas, pero también pueden crear receptores de nuestras propias hormonas en sus superficies. Esto puede causar un bloqueo y desequilibrio del sistema hormonal y un sinfín de problemas como síntomas premenstruales, infertilidad y endometriosis, entre otros.


Algunas levaduras como la Cándida krusei y la Parapsilosis producen tiaminosa, una enzima que destruye la vitamina B1. La falta de esta vitamina puede producir síntomas como irritabilidad, dolores musculares, falta de concentración, dolor de estómago, estreñimiento y taquicardias.


También previene la conversión de la vitamina B6 en su forma activa, piridoxal-5-fosfato. Esto puede causar síntomas como retención de líquidos, depresión, irritabilidad, temblores musculares o calambres, falta de energía y piel muy seca.


Debido al grado de toxicidad en el que se encuentra el paciente con candidiasis, el hígado tiene que filtrar una gran cantidad de químicos. Para que esto ocurra, las dos fases de desintoxicación de este órgano, la fase 1 y 2, requieren nutrientes como el zinc, selenio, cobre, magnesio, vitaminas B y C, glutatión, sulfuro, glicina y ácidos grasos esenciales, que debido a la mala absorción intestinal es muy posible que no se encuentren en las cantidades necesarias para que la desintoxicación se lleve a cabo correctamente. Este proceso de autointoxicación puede agravar el estado del paciente con candidiasis crónica cuando se encuentra en presencia de perfumes, humos u otros químicos inhalantes.


Una vez vista la forma en que funciona esta enfermedad, voy a mencionar los síntomas más comunes en pacientes con candidiasis crónica, que normalmente no han sido diagnosticados:


  • Fatiga

  • Malestar general

  • Dolores de cabeza

  • Distensión abdominal

  • Diarreas y/o estreñimiento

  • Indigestión

  • Ardor estomacal

  • Deseo de comer carhohidratos (dulces, pasta, pan, etc)

  • Depresión

  • Mareos

  • Sensación de resaca por las mañanas

  • Dolor de articulaciones y músculos

  • Molestias vaginales (picores, irritación, heridas etc)

  • Retención de líquidos

  • Insomnio

  • Infecciones crónicas

  • Alergias

  • Picor anal

  • Afonía

  • Congestión nasal

  • Ahogo

  • Problemas de uñas

  • Molestias oculares y de oídos


Las enfermedades y desequilibrios relacionados con una candidiasis crónica son:


  • Enfermedad de Crohn

  • Colitis

  • Síndrome del intestino irritable

  • Artritis reumatoide

  • Lupus

  • Asma

  • Psoriasis y eccema

  • Sinusitis

  • Esclerosis múltiple

  • Fibromialgia

  • Síndrome de la fatiga crónica

  • Hipotiroidismo

  • Hipoglucemia

  • Depresión y estados de ansiedad

  • Anemia

  • Acné

  • Urticaria

  • Alergias


Como vemos, el tema de la candidiasis no se limita a una sintomatología localizada.



DIAGNÓSTICO


Este tema es muy complejo. Las pruebas de laboratorio no garantizan el diagnóstico de una candidiasis crónica intestinal.


En general, la prueba que se utiliza para detectar una candidiasis intestinal es el coprocultivo de heces. Los laboratorios, en esta prueba, a no ser que el médico lo especifique, no buscan cándidas porque la teoría es que estas levaduras en el intestino no son patógenas. Sin embargo, es raro que el médico lo especifique ya que apenas hay conciencia de este tema. Si, por el contrario, el médico o terapeuta especifica que se busquen levaduras, el laboratorio analiza si hay un crecimiento excesivo de éstas basándose en el ojo clínico del laboratorista. Este método no es muy eficaz ya que no siempre el problema radica en la cantidad sino en el estado en que se encuentran las cándidas.


Por otro lado, la mayoría de las células de las cándidas se adhieren a la pared de la mucosa intestinal, por lo cual es difícil que aparezcan en los análisis de heces. Y, en algunos casos, muchas de estas células mueren mientras el especimen se transporta o durante la espera del análisis.


Es importante no descartar la enfermedad, sólo por el hecho de que las pruebas de laboratorio resultan negativas. Es mejor basar el diagnóstico en una evaluación detallada del paciente: síntomas, historial clínico, análisis de su dieta...


En EE.UU. muchos médicos y terapeutas opinan que el protocolo clínico para la candidiasis presenta tan poco riesgo y costo (sobre todo la dieta) que debería considerarse en cualquier enfermedad crónica.





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