Experimentos recientes en ratones de laboratorio autista establecieron una conexión entre el autismo humano y los efectos negativos del herbicida glifosato, alertó un espeluznante artículo del sitio científico Green Med Info.
El glifosato es el ingrediente activado presente en el herbicida prevalente Roundup, el cual se utiliza en cultivos alimentarios importantes. El producto químico tiene efectos deletéreos en la biología humana, como la interrupción de las bacterias benéficas encontradas en el intestino.
Los investigadores observaron los paralelos entre el aumento acentuado del uso de glifosato y un aumento en el número de casos de autismo durante el mismo período de tiempo. Ellos creían que el glifosato podría explicar muchos de los síntomas y métricas biológicas del autismo, informó Green Med Info.
Para probar su hipótesis, realizaron experimentos en ratones, un animal de laboratorio común que puede desarrollar un síndrome similar al autismo humano.
Los investigadores utilizaron modelos múltiples de ratones en su experiencia. Un modelo consistió en especímenes de la especie BTBR. Estos ratones son conocidos por sus microbiomas de intestino más débiles de lo normal.
Un segundo modelo fue creado a través de la contaminación del cerebro de una hembra preñada con un producto químico, haciendo que sus crías expresaran comportamientos autistas.
"Es evidente que estos ratones mutantes recapitulan casi toda la gama de síntomas autistas", observaron los investigadores.
El estudio descubrió que el autismo en ratones ocurrió cuando sus cerebros no consiguieron producir moléculas biológicas importantes como heparan sulfato (HS) que están involucradas en el desarrollo adecuado del cerebro y otras partes biológicas.
Los ratones BTBR son naturalmente incapaces de sintetizar el HS. El segundo modelo de ratones perdió la capacidad porque la contaminación química del cerebro de su madre encerró un gen que codifica una enzima usada en la síntesis del HS.
Existen paralelismos en estudios de autismo humano. Si los glucógenos no producen enzimas que ayudan a sintetizar el HS, el cerebro no se desarrolla correctamente, llevando a una mayor probabilidad de autismo en el niño.
El sitio Green Med Info citó un estudio anterior, también involucrando a las ratas BTBR, que reveló que problemas en el microbioma intestinal podría afectar el cerebro debido a la conexión bidireccional proporcionada por el eje del intestino-cerebro.
El hígado normalmente transforma el colesterol en ácidos biliares que se almacenan en la vesícula biliar o sintetizados por bacterias intestinales para liberar taurina y glicerina. Pero los hígados de las ratas BTBR produjeron cantidades menores de ácidos biliares y sus bacterias intestinales fueron menos eficientes en la síntesis de taurina.
Glifosato, el gran disruptor enzimático
El artículo trazó estas deficiencias genéticas la exposición intensa al glifosato a lo largo de muchas generaciones. El glifosato demostró interrumpir las enzimas responsables de la sintetización de ácidos biliares y taurina, y los cultivos contaminados por el herbicida habrían sido transformados en alimentos para ratones BTBR.
El producto químico también dificulta la producción del neurotransmisor serotonina y acetato, una molécula usada para alimentar procesos celulares. Los niveles bajos de serotonina y acetato son típicos en los niños autistas deprimidos y apáticos.
En resumen, el estudio concluyó que el glifosato puede vincularse al autismo, porque desactiva las enzimas importantes y los procesos vitales implicados en el desarrollo sano y el crecimiento de seres vivos como los ratones y los humanos.
El glifosato goza de un uso generalizado como herbicida y agente de secado. Es pulverizado en trigo, caña de azúcar y otras culturas fundamentales que alimentan a numerosos estadounidenses ya sus hijos.
De acuerdo con los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), 2017 ha visto los niveles más altos registrados de autismo en los últimos tiempos. Casi uno de cada 36 niños en Estados Unidos es considerado autista.
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