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A Pala y Espada



Cuando Sanbalat, Toviyah, los árabes, los amonitas y los de Ashdod oyeron que proseguía la restauración de los muros de Yerushalem y que se había comenzado a cerrar las brechas, se encolerizaron mucho, y conspiraron todos juntos para venir a combatir contra Yerushalem y dejarla en confusión. Por causa de ellos oramos a nuestro Elohim, y pusimos una guardia contra ellos de día y de noche...

Entonces distribuí al pueblo por familias, detrás de la muralla en sus partes más bajas y en sus partes descubiertas, con sus espadas, sus lanzas y sus arcos. Después decidí exhortar a los nobles, a los prefectos, y al resto del pueblo: “¡No les tengan miedo! Piensen en Yahweh el Grande y Temible, y combatan por sus hermanos, por sus hijos, por sus hijas, por sus esposas y por sus casas!”...

Desde ese día, la mitad de mis hombres trabajaba en la obra, y la otra mitad empuñaba las lanzas, los escudos, los arcos y las corazas. Y los oficiales estaban detrás de toda la Casa de Yahudah que reedificaba el muro. Los cargadores estaban bien ocupados, con una mano trabajaban en la obra y con la otra empuñaban el arma. Los que edificaban llevaban cada uno su espada ceñida al cinto mientras edificaban. El trompetista estaba junto a mí. Entonces les dije a los nobles, a los prefectos, y al resto del pueblo: “La obra es grande y amplia; nosotros estamos dispersos sobre la muralla, lejos unos de otros. En el lugar donde oigan el sonido de la corneta, reúnanse allí con nosotros; ¡nuestro Elohim combatirá por nosotros!”

Nehemías 4:7-9, 13-14, 16-20



 

Es bastante fácil discernir dos grupos entre los creyentes, que se manifiestan muy claramente sobre todo en situaciones críticas: los "espiritualistas" y los "prácticos".


Los espiritualistas son aquellos que han decidido que lo único que debe hacer un creyente es orar. En general, su tendencia es a actuar muy poco y son los menos comprometidos... a menos que los llamen para reuniones de oración. Si se aproxima un huracán, no cierran las ventanas; ellos oran para que sean cerradas. Y si el huracán arrasa con la casa, razonarán que no oraron lo suficiente.


Ya los prácticos son todo lo contrario. Tienen muy poca paciencia para las oraciones y no se dan del todo con los espiritualistas, a los que consideran perezosos. Correrán en todas direcciones ejecutando mil acciones preventivas, pero difícilmente recordarán pedir la dirección del Eterno ANTES de actuar. Están llenos de energía y sobre todo de ACCIÓN. Los más jóvenes entre ellos son los que siempre pretenden salir a servir a Elohim apenas han sido bautizados, pero raramente están dispuestos a ser disciplinados y preparados. Los bebés recién nacidos no pueden enseñar nada a nadie, pero ellos no aceptan estas limitaciones y creen que todo lo pueden... en sí mismos.


Al parecer resulta difícil encontrar el equilibrio entre los creyentes, que siempre andan oscilando entre los dos extremos, a veces inclusive con la duda atroz de cuál de los dos será el correcto, aunque la mayoría de las veces parece más un enfrentamiento entre hinchadas de fútbol: "mi equipo es el mejor".


Pero como de costumbre, las Escrituras nos muestran lo que Yahweh pretende de sus hijos: creyentes que en una mano cargan la pala para trabajar en la Obra, mientras con la otra ciñen la espada para defenderse de los ataques enemigos. Un creyente que está tan dispuesto a la acción como a la oración, pero siempre UNA SUBORDINADA A LA OTRA.


No hay acción sin oración previa,

pero tampoco hay oración

sin acción que la acompañe.

Sin embargo, alguno dirá que tú tienes fe, y yo tengo obras. ¡Pues muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras! Yaakov/Santiago 2:18

Pedir y no hacer nada es lo mismo que frotar una lámpara mágica o jugar a la lotería. Y salir a buscar las cosas por nuestros medios es autosuficiencia y rebeldía. Necesitamos entender, EN TODAS LAS COSAS DE NUESTRA VIDA, que debemos buscar siempre el correcto equilibrio entre dos cosas que Yahweh aprueba, y no inclinarnos hacia el lado que mejor se nos da, simplemente porque nos resulta más fácil. Es parte de nuestra disciplina para crecimiento "someter el cuerpo, y ponerlo en servidumbre", porque ¿qué tipo de sacrificio ofreceríamos si sólo hiciéramos las cosas que poco trabajo nos cuestan?

El creyente equilibrado siempre se dispone a orar ante la situación crítica, aún en medio del peligro. Cuando Nehemías estaba sirviendo al rey, pues era su copero, el mismo inquirió acerca de su semblante decaído, y ésta era una situación peligrosa, que llegó a alarmar a Nehemías, ya que los reyes no tenían mucho agrado de las personas tristes. Entonces, él le respondió que su tristeza se debía a que su ciudad estaba en ruinas, y el rey le preguntó cuál era su deseo, y en ese preciso momento, en medio del peligro, en medio de una conversación con otra persona, Nehemías hizo algo poderoso: "Entonces oré al Elohim de los cielos,y dije al rey...". Nehemías se puso en presencia directa con el Padre, le pidió mentalmente su protección e iluminación en lo que pediría a continuación, NO CON PALABRAS SINO EN SU ESPÍRITU, y Yahweh respondió inclinando el favor del rey a sus deseos.


Nehemías ORÓ pidiendo el favor de Yahweh

y ACTUÓ pidiendo un favor al rey.

Una y otra vez, ante cada distinta embestida, Nehemías interrumpe brevemente lo que está haciendo y pronuncia una oración simple pero precisa. Él está tan acostumbrado a orar a Yahweh, que puede detener en cualquier momento su actividad y con confianza dirigirse al Altísimo. No necesita retirarse a un cuarto privado, ni alzar las manos ni arrodillarse. Podría hacer todas esas cosas, PERO NO LE SON INDISPENSABLES PARA ENTRAR EN LA PRESENCIA DE SU ELOHIM.

En Nehemías vemos un ejemplo de cómo debemos tener equilibrio entre lo espiritual y lo práctico. Él está dispuesto a orar en cada momento que surge una dificultad; sin embargo, toma las precauciones que son necesarias. Él ora a Yahweh y al mismo tiempo establece una guardia de día de y de noche (4:9), SEGURO DE QUE SU GUARDIÁN SE OCUPARÁ DE TODO CUANDO ÉL DISPONGA SU PARTE. Él ha recibido una comisión definitiva del Altísimo. Sabe que lo que está haciendo es la voluntad divina y no tiene duda que Él va a ayudarlo, pero no espera que Yahweh haga nada si ellos no se disponen a la lucha. Al final, los creyentes somos Sus soldados y Él es nuestro general, y para que Él batalle nuestras luchas es necesario que seamos Su ejército siempre dispuesto.


Entonces, Nehemías manda que "Los que edificaban en el muro, los que acarreaban, y los que cargaban, con una mano trabajaban en la obra, y en la otra tenían la espada" (4:17). Frente a la amenaza de un ataque por sorpresa hace que los trabajadores se dediquen en forma alternada al trabajo y a la defensa. Además de eso, los coloca a cada uno resguardando a sus propias familias. Ellos no van a estar peleando una guerra "sin una causa clara". Ellos van a estar defendiendo a sus hermanos, hijos, hijas y esposas.

Y la promesa es que cuando el enemigo ataque, sonará la trompeta, y los soldados-obreros deberán entonces reunirse en torno a su sonido, porque en ese momento "nuestro Elohim combatirá por nosotros".

La obra de Yahweh siempre ha estado bombardeada por el Enemigo, Él siempre coloca tentaciones o tropiezos, y cuando nada consigue por esos medios, recurre a amenazas y atentados. Él agrede a los creyentes en todos los ámbitos, les quita la seguridad económica, les roba la salud, les agota la paciencia, abusa del estrés, los esclaviza y golpea de mil formas, y todo eso lo hace siempre CON EL ÚNICO PROPÓSITO DE QUE RENEGUEMOS DE NUESTRO YAHWEH ELOHIM. Y a pesar de que los dolores son fuertes y reales, mis amados, no cedamos nunca, porque "YAHWEH su Elohim los está probando, para averiguar si ustedes en verdad aman a YAHWEH su Elohim con todo su corazón y ser" (Devarim/Deuteronomio 13:3).



 


Después de leer las enseñanzas de nuestro Manual de Vida, ciertamente todos queremos parecernos a Nehemías. Queremos ser equilibrados, acordarnos de orar todas las veces, de ponernos a Su disposición antes y no después... como normalmente acostumbramos hacer.

Hermanos/as, estas disposiciones sólo se adquieren con años de disciplina y paciencia. Y la disciplina de Yahweh no siempre es agradable pero sí útil y buena para nuestro crecimiento. Ciertamente Él nos quebrantará de formas que podrán parecernos muy duras en el momento, pero que comprendemos cuando vemos los frutos que producen. De manera que mejor no nos quejemos, no lloremos a cada golpe que recibimos porque Él nos asegura que "Yo reprendo y disciplino a todos los que amo. Sé, pues, celoso y arrepiéntete" (Hitgalút/Revelación 3:19). No lloremos, porque ÉL NO NOS ESTÁ CASTIGANDO, NOS ESTÁ CONFORMANDO.


PORQUE NOS AMA NOS DISCIPLINA,

PARA QUE DEMOS FRUTOS.


Si no nos amara, no nos podaría nunca, seríamos como la vid de algún desconocido, librada a su suerte y cuidados. Seríamos como el resto de las vides del mundo. Pero como somos Su propiedad escogida, Él nos golpea paraque, con el dolor, abramos los ojos y veamos realmente lo que está en nuestro interior, y aprendamos a no confiar en nosotros mismos. Por eso nos pide que nos arrepintamos, pero para que lo hagamos sabe que debe golpearnos, PORQUE NO VEMOS NADA POR NUESTRA CUENTA.

Disfrutemos de los momentos de paz y alegría que nos brinda, pero aprendamos a pasar a través de los "valles de sombra" por los que nos conduce para limpiarnos y purificarnos, porque a pesar de que en esos momentos el dolor nos ciega y no sentimos casi Su presencia, ÉL JAMÁS NOS ABANDONA.

Shalom ubrajot, seamos hermanos equilibrados y enfrentemos la lucha que realmente tenemos a nuestra frente, con una pala en una mano y con la espada en la otra.




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