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Cómo ser un ruaj con el Ruaj haKodesh 5



Tomen también el casco de la salvación y la espada del ruaj, que es la palabra de Elohim, orando en todo tiempo en el ruaj con toda oración y ruego, vigilando con toda perseverancia y ruego por todos los consagrados. Efesiyim/Efesios 6:17-18
El espíritu es el que da vida; la carne no aprovecha para nada. Las palabras que yo les he hablado son espíritu y son vida. Yahanan/Juan 6:63


Cuando leemos las Escrituras, debemos prepararnos para tener comunión con Elohim


Antes de leer las Escrituras, primero debemos prepararnos, pues no estamos leyendo el periódico o un libro secular, sino la Palabra de Elohim. Primero, debemos pedirle al Adón que nos limpie, que nos perdone nuestras transgresiones, que nos muestre las que no hemos visto y que nos ayude a corregirlas. Este es un proceso de PURIFICACIÓN, equivalente al lavado de las manos del sacerdote antes de entrar al templo. Nosotros no necesitamos lavarnos las manos ritualmente como los judíos insisten en hacer aún hoy, siguiendo costumbres de hombres. Nosotros ya hemos sido lavados de todos nuestros pecados cuando fuimos sepultados con Yahshua en Su muerte y recibimos el bautismo. Hoy, cada vez que nos presentamos a él sólo necesitamos LAVARNOS LOS PIES (limpiarnos de las transgresiones presentes en las que aún andamos)


Yahshúa le dijo: "El que se ha lavado no tiene necesidad de lavarse más que los pies, pues está todo limpio. Ya ustedes están limpios..." Yahanan/Yohanan/Juan 13:10

Debe quedar claro que este lavamiento es para PURIFICACIÓN, para acceder a la SANTIFICACIÓN que recibiremos al entrar en Su presencia, y no para salvación. Nosotros ya somos salvos. Y aunque todos nuestros pecados ya fueron perdonados, debemos confesar todos los pecados ACTUALES en los que tropezamos en nuestro andar diario, para purificarnos y limpiarnos, de manera que no haya barreras entre nosotros y Elohim. Si hacemos esto, estaremos en comunión con Elohim. En aquel momento, estaremos en el Ruaj de Elohim, y cuando leamos las Escrituras, todo será diferente.



Recibir la Palabra con toda oración


Luego, debemos orar-leer la Palabra; no sólo leerla. A través de los siglos, todos los que amaron al Adón y se entregaron al estudio de las Escrituras practicaron el orar-leer, aunque no le hayan dado este nombre. Algunos se refirieron a ello diciendo que debíamos leer las Escrituras en oración. Leer las Escrituras en oración equivale a orar-leer.


Nosotros enseñamos la práctica de orar-leer basándonos en Efesios:


Tomen también el casco de la salvación y la espada del ruaj, que es la palabra de Elohim, orando en todo tiempo en el ruaj con toda oración y ruego, vigilando con toda perseverancia y ruego por todos los consagrados. Efesiyim/Efesios 6:17-18.

Shaúl tomaba (recibía) la Palabra de Elohim con toda oración y petición. El no solamente oraba de una manera general, sino que también hacía peticiones de manera específica. La oración es general, mientras que la petición es específica. Por eso Shaúl oraba "con toda oración y ruego".


En primer lugar, cuando oremos-leamos no es necesario cerrar nuestros ojos; MANTENGÁMOSLOS FIJOS EN LA PALABRA MIENTRAS ORAMOS. En todos los libros de las Escrituras no he encontrado un solo pasuk que diga que debemos cerrar nuestros ojos para orar; pero sí hay uno que dice que Yahshua LEVANTÓ LOS OJOS AL CIELO y habló con el Padre. Él elevó su mirada al cielo mientras oraba.


En segundo lugar, no es necesario componer o inventar nuestras oraciones. Sencillamente oren-lean la Palabra. Oren las palabras de las Escrituras tal y como están escritas. Con el tiempo, usted verá que ¡toda las Escrituras es un libro de oración! Abran la página de las Escrituras que están leyendo, y empiecen a orar usando esos pasajes de la Palabra.


CUANDO LAS PALABRAS SON SÓLO PALABRAS, ELLAS SON LETRAS IMPRESAS; NO SON EL RUAJ. PERO CUANDO LAS PALABRAS ENTRAN EN NUESTRA MENTE A TRAVÉS DE NUESTROS OJOS Y NOSOTROS COMENZAMOS A ORAR USANDO NUESTRO RUAJ, ELLAS LLEGAN A SER EL RUAJ. Y CUANDO LAS PALABRAS LLEGAN A SER EL RUAJ, ELLAS SON VIDA.


Cuando oramos lo que leemos en la Palabra, convertimos en oración los pasukim que leemos. Al orar, debemos olvidarnos de todo lo que no sea el Adón y Su Palabra. Esto significa que cuando buscamos al Adón, sólo tenemos una cosa en mente, Él llega a ser lo único que tenemos en nosotros. Y más no puede haber, porque su gloria es tan grande, que expulsa cualquier otro pensamiento.





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