Por lo tanto, ustedes ya no son extranjeros ni forasteros, sino conciudadanos de los consagrados y miembros de la familia de Yahweh (...) En él también a ustedes se los edifica juntamente para morada de Yahweh en el espíritu. Efesiyim/Efesios 2:19, 22
Porque por un solo espíritu nos sumergimos todos en un solo cuerpo, tanto yahuditas como griegos, tanto esclavos como libres; y a todos se nos dio a beber de un solo espíritu. Pues el cuerpo no consiste de un solo miembro, sino de muchos (...) Si todo el cuerpo fuera ojo, ¿dónde estaría el oído? Si todo fuera oreja, ¿dónde estaría el olfato? Qorintiyim Alef/1 Corintios 12:13-14, 27
La primera pregunta que todo creyente hace, inmediatamente después de su conversión, está relacionada con el hecho de unirse a una congregación. Ya hablamos acerca de ser separados del mundo (Ver Serie CBC 06 - Consagración y Separación); pero esto no quiere decir que uno solamente necesite separarse del mundo y que todo termina allí. En un sentido positivo, también es necesario que se una a la Novia. (La expresión "unirse a la iglesia/congregación" no es apropiada, pero la tomaremos prestada por ahora).
La Necesidad De Unirse A La Novia
Cuando una persona es salva, debe comprender que la vida del creyente tiene tanto un aspecto individual como un aspecto corporativo. En lo que concierne al individuo, éste ha recibido la vida del Mashíaj y, por tanto, puede disfrutar de comunión con Él y orar individualmente. Un individuo puede encerrarse en un cuarto y creer en el Mashíaj por sí mismo. Sin embargo, si él solamente conoce el aspecto individual, su testimonio no será completo. De hecho, tal individuo no podrá permanecer firme por mucho tiempo en tales condiciones, ni tampoco crecerá mucho. Durante los dos mil años de historia de la Novia, ha habido muchos que pensaron que podían ser creyentes de manera individualista. Ellos pensaban que podían vivir como ermitaños, enclaustrándose en la cima de una montaña y preocupándose única y exclusivamente por tener comunión con el Mashíaj. Pero las lecciones espirituales que tales personas consiguieron experimentar fueron muy superficiales y no pudieron resistir la tentación. Si el entorno les era favorable, ellos se desarrollaban muy bien. Pero si el entorno les era adverso, no eran capaces de perseverar. No por nada Mashíaj mismo dijo que NO DEBÍAMOS SER SACADOS DEL MUNDO (sí separarnos y mantenernos apartados de sus costumbres):
No ruego que los quites del mundo, sino que los protejas del maligno. Ellos no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Yahanan/Juan 17:15-16
TENEMOS QUE DARNOS CUENTA DE QUE LA VIDA CREYENTE TIENE OTRO ASPECTO: EL ASPECTO CORPORATIVO. Según las Escrituras, en lo concerniente al aspecto corporativo, nadie puede ser un creyente solitario. En primer lugar, la Palabra de Elohim nos dice que cuando una persona es salva, ella se convierte en un miembro de la familia de Elohim, llega a ser un hijo de Elohim. Esta es la revelación bíblica. Una vez que alguien nace de nuevo, él nace en la familia de Elohim y llega a ser, junto con muchos otros creyentes, un hijo de Elohim.
En segundo lugar, las Escrituras nos muestran que todas las personas salvas conforman la morada de Elohim, Su casa.
En tercer lugar, a los creyentes en forma colectiva se les llama el Cuerpo de Mashiaj. Somos miembros los unos de los otros y juntos conformamos el Cuerpo de Mashiaj. Junto con muchos otros, somos hijos de Elohim en la familia de Elohim
Después de haber creído en el Mashíaj, una persona no sólo recibe una vida individual sino también una vida que nos vincula a muchas otras personas. Como miembros de la familia de Elohim, y como aquellos que constituyen Su morada y conforman el Cuerpo de Mashiaj, nosotros formamos parte de un todo mucho mayor. ASÍ PUES, NOS ES IMPOSIBLE SUBSISTIR EN UNA CONDICIÓN DE AISLAMIENTO. SI TRATAMOS DE HACERLO, CON TODA CERTEZA NO PODREMOS PARTICIPAR DE LA PLENITUD Y LAS RIQUEZAS DE ELOHIM. Podemos ser personas muy útiles, pero si no estamos unidos a los demás, seremos como un retazo de tela que ha sido cortado del resto o como el repuesto de una gran maquinaria; por ende, nos resultará imposible expresar la luz de la plenitud propia de la vida más elevada de todas. La plenitud de dicha luz existe solamente en la Novia.
Es imposible vivir en una familia con otros cinco hermanos y hermanas, y no relacionarse con ellos. Si soy el hijo único de mi padre, no tengo que relacionarme con ningún hermano o hermana en la familia porque no los tengo. Pero si tengo cinco hermanos y hermanas, dejo de ser el hijo único, y solo soy uno de los cinco hijos de mi padre. ¿Cómo podría entonces dejar de relacionarme con mis otros hermanos y hermanas, y seguir siendo el hijo único de mi padre? ¿Acaso podría encerrarme en un cuarto y decirles a los demás: "No me molesten. No tengo nada que ver con ustedes. Yo soy el unigénito". ¿Puede uno hacer tal cosa?
Una vez que alguien cree en el Mashíaj, no se convierte en el hijo único de Elohim, sino que es uno entre muchos millones de hijos de Elohim. Este no puede encerrarse y ser así, el hijo unigénito de Su Padre. De hecho, la naturaleza misma de la vida que tal persona ha recibido, no le permitiría hacer esto. Quizás en su familia natural, usted sea el hijo único. Pero desde el día que usted creyó en el Mashíaj, está obligado a tener comunión con otros hermanos y hermanas. No podrá rehuir tal comunión. Cierto día, usted nació en la familia más numerosa que existe en este universo. Ninguna otra familia es tan grande como la suya, pues tiene millones y millones de hermanos y hermanas. No es posible desdeñarlos simplemente porque sean muchos. Debido a que usted es solamente uno entre muchos otros, es necesario que usted conozca a tales personas, tenga comunión con ellas y se relacione con ellas. Si no desea verlas, es dudoso que sea, verdaderamente, un hermano o hermana. Si ha nacido de Elohim, se sentirá atraído hacia aquellos que también han nacido de Elohim. Pero si puede aislarse de ellos, es dudoso que sea un hijo de Elohim.
Si alguien dice: "Yo amo a Elohim" y odia a su hermano, es mentiroso. Porque el que no ama a su hermano a quien ha visto, no puede amar a Elohim a quien no ha visto. Yahanan Alef/1 Juan 4:20
El concepto de ser creyentes solitarios no constituye en absoluto un concepto creyente. Este concepto no es propio de un creyente, ni debería serlo. En nuestra familia, debemos ser hermanos para todos nuestros hermanos y hermanas para todas nuestras hermanas. ¿No debería esto también cumplirse aún más en la familia de Elohim? Esta relación surge espontáneamente de la vida divina y está impregnada de amor. ¡Sería muy extraño que uno no sintiera afecto hacia sus propios hermanos y hermanas, o que no tuviera el deseo de comunicarse con ellos! NO DEBEMOS OLVIDAR QUE, SI BIEN NOSOTROS RECIBIMOS LA VIDA DIVINA INDIVIDUALMENTE PARA LLEGAR A SER HIJOS DE ELOHIM, ESTA MISMA VIDA TAMBIÉN ESTÁ EN MILES DE OTROS QUE, IGUALMENTE, SON HIJOS DE ELOHIM. Así pues, yo solamente soy uno entre muchos hermanos. La naturaleza misma de la vida que poseo no me permite ser una persona individualista, pues es propio de dicha vida el deseo de comunicarse con los demás hermanos y hermanas.
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