Datos recientes demuestran que entre mayor es la cantidad de mascotas a las que los bebés se encuentran expuestos a temprana edad, menor es su riesgo de presentar alergias, sibilancias y dermatitis atópica
Las verdaderas alergias son mediadas por la exposición a proteínas extrañas en el medio ambiente, lo que puede desencadenar la producción de anticuerpos de inmunoglobulina-e (IgE). Según la Academia Americana de Alergia, Asma e Inmunología, hasta el 40 % de la población mundial es sensible a algún tipo de proteína extraña.
Según la Fundación de Asma y Alergia de América, en los Estados Unidos, más de 50 millones de habitantes experimentan algún tipo de reacción alérgica cada año, y es la sexta causa principal de enfermedades crónicas; además, los padecimientos alérgicos, alergias estacionales y alimenticias son los problemas de salud más comunes que afectan a los niños.
Las salas de urgencias de los Estados Unidos registran cerca de 200 000 visitas al año tan solo de personas que padecen alergias alimenticias. Los desencadenantes más comunes de una reacción potencialmente mortal, llamada anafilaxis, son los medicamentos, alimentos y picaduras de insectos.
Las alergias estacionales pueden provocar rinitis alérgica, también llamada fiebre del heno. Así mismo, las reacciones alérgicas pueden presentarse con síntomas cutáneos, como eczema, urticaria y dermatitis de contacto.
Cada año, el costo total de las alergias estacionales es superior a los 18 000 millones de dólares y el costo total de las alergias alimenticias es superior a los 25 000 millones de dólares.
Por lo tanto, disminuir el número de personas que las padece, así como la gravedad de sus síntomas podría ayudar a reducir el costo para las familias y la comunidad, con el fin de mejorar la calidad de vida de los pacientes. Hay diversas estrategias que han demostrado tener verdadero potencial para disminuir los síntomas.
¿Cuáles son los factores que desencadenan las alergias?
Una alergia es una reacción exagerada del sistema inmunológico ante una proteína extraña. Los típicos alérgenos son el polen, ácaros, sustancias químicas, caspa animal y diversos alimentos. La primera vez que su cuerpo enfrenta un alérgeno, las células plasmáticas liberan IgE específica para la proteína.
Estas moléculas se adhieren a la superficie de los mastocitos que se encuentran en los tejidos de la superficie, como la piel y membranas mucosas nasales. Los mastocitos median una respuesta inflamatoria al liberar diversas sustancias químicas, una de ellas es la histamina.
La segunda vez que el cuerpo se encuentra con este alérgeno, los mastocitos se activan en pocos minutos y liberan una poderosa combinación de histamina, leucotrienos y prostaglandinas. Esta liberación desencadena una serie de síntomas relacionados con alergias, como estornudos, escurrimiento nasal, dolor de garganta y picazón en los ojos.
La histamina puede ocasionar la contracción que las vías respiratorias, como el asma, o hacer que los vasos sanguíneos sean más permeables, filtren fluidos y provocar urticaria. Los leucotrienos pueden causar una hipersecreción de mucosidad que se manifiesta como una secreción nasal. El Colegio Americano de Alergia, Asma e Inmunología explica lo siguiente:
"Una de las maravillas del cuerpo humano es que puede defenderse contra invasores dañinos, como virus o bacterias. En algunas personas, el cuerpo podría reaccionar a sustancias inofensivas como el polvo, moho o polen, al producir un anticuerpo llamado inmunoglobulina E (IgE).
En el proceso, pueden experimentarse algunos síntomas desagradables y, en casos extremos y potencialmente mortales...
Puede ocurrir una reacción alérgica en cualquier parte del cuerpo, pero por lo general se presenta en la piel, ojos, revestimiento estomacal, nariz, senos nasales, garganta y pulmones, que son las partes donde se sitúan células especiales del sistema inmunológico para combatir a los invasores que son inhalados, ingeridos o entran en contacto con la piel".
Tener mascotas puede disminuir el riesgo de alergias en los niños
Un estudio reciente descubrió que los niños que viven con gatos y perros cuando son bebés tienen menos probabilidades de desarrollar alergias después, durante su infancia.
El estudio, realizado en Suecia, en el que participaron más de 1 200 niños, entrevistó a padres de niños cuando tenían entre 6 y 12 meses de edad o completaron cuestionarios sobre el hecho de tener mascotas y la incidencia de asma, eczema y rinoconjuntivitis alérgica.
Los investigadores encontraron que la cantidad de alergias había disminuido en función del número de mascotas que tenían las familias. Un tercio de los niños en familias que no tenían mascotas desarrollaron alergias; mientras que, en los hogares con cinco o más gatos y perros ninguno de los niños desarrolló alergias.
Los investigadores controlaron muchos factores, pero aun así persistió el vínculo entre tener mascotas y un menor riesgo de desarrollar alergias. El autor principal, Dr. Bill Hesselmar, profesor asociado de la Universidad de Gotemburgo, señaló que tener mascotas solo era uno de los factores para disminuir el riesgo de alergias.
Los niños que vivían en un hogar con más hermanos o que nacieron por parto natural también presentaron menor riesgo. Los investigadores encontraron que estar expuesto durante el período neonatal fue crucial para disminuir los síntomas de la dermatitis atópica, sibilancias y otros síntomas de alergia.
De hecho, los niños de hogares que incluían un perro después del nacimiento no parecían presentar los mismos beneficios que los que nacieron en una casa donde ya vivía un perro.
Comer miel producida localmente puede disminuir los síntomas de las alergias estacionales
Una segunda contramedida natural que podría disminuir los síntomas de alergias estacionales es utilizar miel producida en su localidad.
En un estudio publicado en International Archives of Allergy and Immunology, los investigadores descubrieron que las personas que consumían miel local experimentaban menos alergias que quienes consumían miel regular o solo usaban medicamentos.
Los investigadores registraron 44 participantes con una edad promedio de 33 años que tenían alergia al polen de abedul diagnosticada por un médico. La mitad de ellos recibieron miel regular o de polen de abedul todos los días en cantidades cada vez mayores, de noviembre a marzo. El grupo de control estuvo compuesto por 17 pacientes, quienes tomaron su medicamento habitual para las alergias.
Entre abril y mayo, los participantes registraron diariamente sus síntomas de rinoconjuntivitis y otros síntomas de alergia, así como su uso de medicamentos. Durante la temporada de polen de abedul, los que tomaron miel de polen de abedul informaron 60 % menos síntomas totales y el doble de días sin síntomas.
También, reportaron 70 % menos días con síntomas severos, y tomaron 50 % menos antihistamínicos, en comparación con el grupo de control.
Si bien, las diferencias entre los que tomaron miel regular y los que tomaron miel de polen de abedul no fueron significativas en general, los datos demostraron que las personas que tomaron la miel de polen de abedul utilizaron menos antihistamínicos que el grupo de miel regular.
Por lo tanto, concluyeron que los participantes que tomaban miel de polen de abedul controlaban significativamente mejor los síntomas de sus alergias, en comparación con las personas que solo utilizaban medicamentos convencionales, y que los controlaban ligeramente mejor que quienes tomaban miel regular.
Es importante considerar que si bien, la miel de producción local podría disminuir sus síntomas de alergias estacionales, también podría desencadenar una grave reacción alérgica a los alimentos, incluyendo shock anafiláctico. Evidentemente, no debe consumir la miel si alguna vez has tenido alguna reacción adversa en el pasado.
Además, cada cucharadita puede contener casi 4 gramos de fructosa. Si decide emplear miel, debe comenzar a utilizarla gradualmente para asegurarse de no presentar una reacción, así como considerar los gramos de fructosa. Para tener una salud óptima debe mantener un consumo inferior a 25 gramos diarios de fructosa total de todas las fuentes.
Estrategias para disminuir los síntomas de alergia
Dado que las alergias pueden influir en diversos sistemas del cuerpo, se necesita un enfoque multifacético para abordar y disminuir las reacciones. Junto con las estrategias antes mencionadas anteriormente, creo que es importante comenzar por promover un intestino saludable y optimizar los niveles de vitamina D.
Casi el 80 % del sistema inmunológico se encuentra en el intestino, por lo que es fundamental apoyar la salud digestiva.
Las reacciones alérgicas comienzan con una respuesta anormal del sistema inmunológico. Una de las razones comunes por las que podría manifestar un sistema inmune hiperactivo es debido al síndrome del intestino permeable.
Cuando se crean espacios entre las células que recubren el tracto intestinal, sustancias que solo deben estar en el tracto digestivo podrían acceder a ellos. Entre ellas, las proteínas sin digerir que pueden causar reacciones alérgicas y son un factor coadyuvante de alergias estacionales.
Así mismo, los alimentos que consume podrían desempeñar un rol crucial en la protección del revestimiento intestinal.
El gluten, azúcar, fructosa, lectinas y alimentos transgénicos son los culpables de contribuir o agravar el síndrome de intestino permeable. Mientras tanto, los alimentos altos en fibra y tradicionalmente fermentados son dos componentes de apoyo significativo para el microbioma intestinal y les proporcionan nutrientes esenciales a las bacterias beneficiosas.
También, es crucial optimizar los niveles de vitamina D, ya que puede ayudar a sustentar el sistema inmunológico.
Opciones de hierbas y suplementos eficaces
Si padece alergias o asma, dos de sus prioridades deben ser abordar la alimentación y optimizar su salud intestinal. La naturaleza también proporciona una serie de compuestos para ayudar a proporcionar alivio al apoyar el sistema inmunológico y bloquear los síntomas. Así que, considere las siguientes medidas:
Aumente su consumo de grasas omega-3 de origen animal — Es de suma importancia obtener cantidades suficientes de grasas omega-3 de origen animal de alta calidad a través de la alimentación. Las grasas DHA y EPA del aceite de pescado y de kril son potentes antiinflamatorios.
Disminuya la cantidad de grasas omega-6 dañadas — Además de incluir grasas omega-3 en su alimentación, también debe disminuir la cantidad de grasas omega-6 que consume porque es muy importante mantener la proporción de estas dos grasas.
Si consume alimentos procesados de forma cotidiana podría alterar el equilibrio entre las grasas omega-3 y omega-6, así como causar una inflamación precursora de asma.
Consuma vegetales fermentados o probióticos — Los investigadores descubrieron que tomar probióticos durante la temporada de alergias había disminuido los síntomas y se cree que podría deberse a un mayor porcentaje de células T reguladoras, que a su vez puede aumentar la tolerancia del cuerpo a los síntomas de la fiebre del heno.
Haga ejercicio con regularidad — El ejercicio (en especial al aire libre, si padece asma) es muy importante, ya que puede ayudar a normalizar los niveles de insulina.
Quercetina — Es un poderoso antioxidante con propiedades antivirales y antialérgicas comprobadas. Este flavonoide, presente en diversos tipos de plantas —incluyendo a las cebollas, manzanas, té verde y uvas— puede estabilizar la membrana de los mastocitos y evitar la liberación de agentes inflamatorios e histamina. La eficacia de la quercetina puede mejorar gracias a la vitamina C, por lo que algunos suplementos comerciales contienen una combinación de quercetina y vitamina C. La capacidad de la quercetina para fortalecer las membranas de los mastocitos no es inmediata y puede demorar hasta seis semanas para surtir efecto. Es más efectiva cuando es tomada como preventivo y continúa utilizándose durante la temporada de alergias.
Bromelina — Esta enzima, presente en la piña, también es más efectiva cuando se utiliza como preventivo. La enzima puede ayudar a disminuir la inflamación nasal y adelgazar la mucosidad, lo que podría facilitar la respiración. Sus propiedades mucolíticas comprobadas pueden sustentar la función normal del tejido y mejorar su absorción. Los suplementos se pueden dividir en dos dosis entre alimentos con el estómago vacío para maximizar su absorción. Además, la bromelina es comercializada como un antiinflamatorio natural para tratar enfermedades como la artritis, y puede absorberse más fácilmente cuando es tomada junto con la vitamina C y quercetina.
Metilsulfonilmetano (MSM) — MSM es el primer metabolito oxidado del dimetilsulfóxido (DMSO) y un compuesto de azufre natural que se encuentra en los vertebrados. Cuando tiene niveles insuficientes de MSM, las células se endurecen y se vuelven rígidas, lo que podría impedir la eliminación adecuada de partículas extrañas y radicales libres.
El azufre (sulfonilo) en el MSM es uno de los compuestos más críticos del cuerpo y es tan seguro e importante como la vitamina C, a diferencia de los azufres dañinos, como los sulfas, sulfatos, sulfitos y sulfuros. Este se encuentra comúnmente en la leche de vaca, carne, mariscos, frutas y vegetales, y se cree que puede contribuir con los sulfonilos y bloquear la receptividad de la histamina en los tejidos de las fosas nasales, lo que podría disminuir los síntomas. Como suplemento, la mayoría tolera hasta 4 gramos diarios con pocos efectos secundarios leves y conocidos.
Petasita (Petasites hybridus) — Es un antihistamínico natural utilizado para tratar la tos y el asma desde el siglo XVII. Desde entonces, los investigadores han identificado compuestos en la petasita que pueden ayudar a disminuir los síntomas del asma al inhibir los leucotrienos e histaminas, que son responsables de agravar los síntomas de esta enfermedad. Pero hay una advertencia, ya que la petasita pertenece a la familia de la ambrosía, por lo que no debe utilizarla si es alérgico a la ambrosía, caléndula, margarita o crisantemo. Además, la hierba sin procesar contiene una sustancia llamada alcaloide pirrolizidina, que es tóxica para el hígado, riñones y podría causar cáncer. Sin embargo, muchos de estos alcaloides han sido eliminados en los productos comerciales.
Sello de oro (Hydrastis canadensis) — Puede ser útil para tratar las alergias estacionales. Los estudios clínicos sugieren que la berberina —el ingrediente activo de esta planta— tiene propiedades antibacterianas y potenciadoras del sistema inmunológico.
Aceite de eucalipto — Este aceite esencial puro puede tener propiedades curativas y beneficiosas para las membranas mucosas. Puede añadir una gota del aceite en una bola de algodón y olerlo a lo largo del día; agregue unas gotas en el agua para hacer vaporizaciones, o en el agua de la bañera.
Vitamina C — Es un antihistamínico natural presente en las frutas y vegetales, también puede encontrarlo en forma de suplemento. Muchas personas podrían producir heces blandas al consumir dosis altas de vitamina C oral convencional, pero la vitamina C liposomal no causa ese efecto secundario y proporciona niveles sanguíneos similares a la vitamina C por vía intravenosa sin el costo o inconvenientes. El médico neurópata, Doni Wilson, dijo para The Huffington Post, "...Debe tomar 500 a 1000 mg, tres veces al día, para disminuir sus síntomas".
Té verde — Este té alto en nutrientes ha demostrado la capacidad de inhibir fuertemente la activación de los mastocitos y liberación de histamina, ya que puede disminuir los síntomas de las alergias al polen de cedro.
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