Existe una gran cantidad de información errónea sobre las vitaminas, las deficiencias de vitaminas y qué hacer si descubre si es deficiente en alguna vitamina. Para ayudar a aclarar esta confusión, Insider habla sobre las nueve deficiencias de vitaminas más comunes y cómo tratarlas. Estas deficiencias incluyen hierro, vitaminas D, B12, B2 y K2, así como calcio, potasio, magnesio y folato.
Y aunque la foto del artículo sugiere que la suplementación es una forma de tratar la deficiencia, la mejor forma de hacerlo es a través de la alimentación, o en el caso de la vitamina D, a través de la exposición al sol. Puede obtener vitamina B12 de alimentos como huevos, carne, hígado, mariscos y leche. En el caso de la vitamina B2, debe asegurarse de incluir los mismos alimentos en su alimentación, junto con vegetales verdes.
Las otras deficiencias de vitaminas y minerales incluyen:
Vitamina D3:
La vitamina D3 beneficia la salud cardíaca e inmunológica. Cada vez más evidencia demuestra que esta vitamina desempeña un papel muy importante al ayudar a prevenir enfermedades y mantener una salud óptima.
La vitamina D afecta a los receptores de vitamina D que se encuentran en todo su cuerpo, además, influye en casi 3 000 de los 30 000 genes que tiene. De acuerdo con un estudio a gran escala, los niveles óptimos de vitamina D pueden reducir hasta en un 60 % su riesgo de cáncer.
Mantener niveles óptimos de vitamina D puede ayudarlo a prevenir a menos 16 tipos diferentes de cáncer, incluyendo el cáncer de páncreas, pulmón, ovario, próstata y piel. Sin embargo, no debe olvidar que la vitamina D trabaja en sinergia con la vitamina K2 y el magnesio.
El magnesio es un componente muy importante porque si no tiene los niveles adecuados de este mineral, su cuerpo no puede utilizar apropiadamente la vitamina D que está tomando como suplemento.
Y aunque todavía no se ha determinado cual es la proporción óptima entre la vitamina D y K2, para obtener sus beneficios debe tomar entre 100 a 200 microgramos (mcg) de K2. Algunos de los indicadores de insuficiencia de vitamina K2 incluyen osteoporosis, enfermedades cardíacas y diabetes.
Folato:
Este importante nutriente desempeña un papel crítico en la metilación del ADN y ser deficiente en folato durante el primer trimestre del embarazo es uno de los principales factores de riesgo de los defectos del tubo neural como espina bífida, anencefalia y exencefalia.
El folato también puede reducir su riesgo de cáncer, pero es muy importante que no confunda el folato con el ácido fólico, un ingrediente que muchas veces aparece como ingrediente para “fortificar” los alimentos procesados. Los estudios confirman que el folato podría proteger contra el cáncer de mama y útero, mientras que fortificar los alimentos con ácido fólico se ha relacionado con un aumento en el riesgo de cáncer colorectal.
Una de las razones por las que el ácido fólico no tiene los mismos efectos que el folato es que su cuerpo lo metaboliza de forma diferente.
El folato natural se metaboliza en tetrahidrofolato (THF) en el intestino delgado. Mientras que el ácido fólico sintético se reduce y metila en el hígado, donde se requiere de la enzima dihidrofolato reductasa (DHF) para convertir el ácido fólico en la forma activa de THF que puede ser utilizada por su cuerpo (el THF es capaz de cruzar la barrera hematoencefálica, lo que ayuda a explicar los beneficios del folato sobre los trastornos neurológicos).
Hierro:
El hierro es uno de los suplementos nutricionales más populares, pero la verdad es que debido a que muchos alimentos procesados y vitaminas están fortificados con hierro, es más común tener exceso que deficiencia de este mineral.
Pero, si bien el hierro es necesario para la función biológica, cuando obtiene demasiado, puede causar un daño tremendo. Por ejemplo, si no se tratan, los niveles elevados de hierro pueden contribuir con problemas de salud como cáncer, enfermedades cardíacas, diabetes y trastornos neurodegenerativos como gota.
Por desgracia, en lo primero que piensan las personas cuando escuchan la palabra “hierro” es en anemia o deficiencia de hierro. Esto apunta hacia la necesidad de asegurarse de checarse los niveles de hierro al menos una vez al año, pero en especial, resalta la importancia de no suplementarse con hierro a menos que su médico le indique que tiene una deficiencia.
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