En 2017 se otorgó el Premio Nobel en Fisiología o Medicina a tres biólogos de los Estados Unidos por su descubrimiento de genes maestros que controlan los ritmos circadianos del cuerpo.
Su cuerpo no solo contiene un reloj biológico, sino una amplia variedad de relojes que regulan todo, desde el metabolismo hasta el funcionamiento psicológico.
A largo plazo, escatimar en el sueño —que es una forma segura de desregular su reloj circadiano— puede contribuir a una gran cantidad de problemas crónicos de salud. También aumenta el riesgo de accidentes y errores en sus labores.
Como lo señaló NPR, "los estudios demuestran que si descontrola su ciclo de sueño y el tiempo de vigilia del cuerpo, la presión sanguínea aumenta, se liberan hormonas del hambre y la regulación del azúcar en la sangre va a la baja. Con el tiempo... esto podría sentar las bases para enfermedades metabólicas como la diabetes".
De hecho, las investigaciones demuestran que reducir el sueño nocturno durante solo una hora aumenta la expresión de los genes asociados con la inflamación, excitabilidad inmunológica, diabetes, riesgo de cáncer y estrés.
Incluso los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) han declarado que la falta de sueño es una epidemia de salud pública, señalando que la falta de sueño se ha relacionado con una amplia variedad de problemas de salud. Esto incluye pero no se limita a:
Menor capacidad para aprender o recordar
Menor productividad en el trabajo y rendimiento escolar deficiente
Menor capacidad para llevar a cabo sus labores
Menor rendimiento deportivo
Reducción de la creatividad en el trabajo o en otras actividades
Reducción del tiempo de reacción
Mayor riesgo de padecer problemas neurológicos que van desde la depresión y la demencia, hasta la enfermedad de Alzheimer
Mayor riesgo de diabetes tipo 2, obesidad, cáncer, presión arterial alta, osteoporosis y enfermedades cardiovasculares
Disminución de la función inmunológica
Disminución de la regulación de las emociones y la percepción emocional
Mayor susceptibilidad a las úlceras estomacales
Contribuye al envejecimiento prematuro al interferir con la producción de la hormona del crecimiento que normalmente es liberada por la glándula pituitaria durante el sueño profundo
Los empleados que cambian de turno, quienes tienen insomnio y los viajeros que cambian de husos horarios están lejos de ser los únicos afectados por las interrupciones circadianas. El simple hecho de quedarse despierto hasta tarde viendo la televisión, trabajando en la computadora (o navegando por la red en su iPad o teléfono celular) tendrá un efecto igualmente perjudicial.
La luz azul emitida por la tecnología de las pantallas inhibe la producción de melatonina de manera muy eficaz, lo que le dificulta dormir y permanecer dormido toda la noche. Los campos electromagnéticos (EMFs) de este tipo de tecnologías también tienen efectos significativos.
La Desincronización de los Relojes Corporales Es un Factor Subyacente de las Enfermedades Crónicas
Mientras que el reloj maestro de su cerebro sincroniza sus funciones corporales para que coincidan con el ciclo de 24 horas del día y la noche, todos y cada uno de los órganos, de hecho cada célula, tiene su propio reloj biológico. ¡Son muchos relojes!
Fred Turek, un científico circadiano de la Universidad de Northwestern, dice que fue un descubrimiento bastante sorprendente. Incluso se ha demostrado que la mitad de los genes están bajo control circadiano y se activan y desactivan en ondas cíclicas.
Turek sugiere que una buena forma de ver todos estos relojes corporales es imaginar el reloj de cada órgano como un instrumento en una orquesta. Todos ellos, aunque tienen ritmos ligeramente diferentes, están sincronizados con el reloj maestro —el director de esta analogía— su cerebro.
Cuando estos relojes se desfasan, se producen problemas de salud. Tome el ejemplo de un trabajador que cambia de turnos: su cerebro le está diciendo que, como es de noche, no debería estar comiendo.
Sin embargo, dado a que estará dormido durante las horas normales de alimentación, termina comiendo a la mitad de su turno, que resulta ser en la madrugada. Ahora, esto toma al páncreas por sorpresa.
Al escuchar al reloj maestro en el cerebro, no está esperando comida y, por lo tanto, no está preparado para esa labor. Sin embargo, cuando llega la comida, tiene que liberar insulina de todas maneras, a pesar de las señales contrarias.
Básicamente, la presencia de alimentos exige que el páncreas ignore las señales del reloj maestro del cerebro, pero al hacerlo, el órgano se desincroniza de ese reloj principal.
La investigación demuestra que cada uno de los órganos tiene básicamente su propio ritmo de actividad y descanso —los momentos del día o la noche en que la función está en su punto máximo y los momentos en que la función está en su punto más bajo.
Esta es la razón por la que las personas que consumen su alimento principal más temprano durante el día pierden más peso que aquellos que lo consumen a altas horas de la noche— lo cual de hecho es 25 % más peso, que es una diferencia bastante significativa.
Su metabolismo no funciona de forma optima a altas horas de la noche, por lo que las calorías consumidas no se metabolizan de forma tan eficiente como durante la primera parte del día cuando la actividad corporal y metabolismo se encuentran en su punto máximo.
Varios otros estudios también han demostrado que trabajar en el turno de noche aumenta el riesgo de padecer obesidad. Un análisis de 28 estudios que involucró a más de 270 000 personas encontró que los trabajadores del turno de la noche tenían un 23 % más probabilidades de tener obesidad que los trabajadores del turno de día.
Los Riesgos de Padecer Enfermedades Graves y los Efectos de Medicamentos También Aumentan y Disminuyen con la Regularidad Cíclica
Como cada órgano tiene su propio ritmo, el riesgo de padecer un grave problema de salud relacionado con cada órgano y los efectos de la medicación aumentará y disminuirá con la regularidad cíclica.
Por ejemplo, su presión arterial está ligada a un ritmo que provoca un aumento más rápido de la presión a primera hora de la mañana, por lo que los medicamentos para la presión arterial son más efectivos cuando se toman antes de levantarse de la cama.
También es un 49 % más propenso a sufrir un derrame cerebral entre las 6 am. y el mediodía que en cualquier otro momento del día, debido a la confluencia de ciertos ritmos circadianos. Sorprendentemente, la toxicidad de cualquier medicamento también puede fluctuar entre un 20 y un 80 % dependiendo de la hora del día en que lo tome.
Como señaló Clifford Saper, profesor de neurociencia de la Escuela de Medicina de Harvard, "la idea errónea más común es que las personas creen que no tienen que seguir las reglas de la biología, y que pueden comer, beber, dormir, jugar o trabajar cuando quieran".
Los Genes que Controlan su Ritmo Circadiano
Para entender cómo funciona en realidad el reloj biológico, en un principio Hall y Rosbash se basaron en los experimentos de la mosca de la fruta que fueron realizados por Seymour Benzer y Ronald Konopka en la década de 1970. De hecho, Benzer y Konopka fueron quienes descubrieron que las mutaciones en un solo gen, llamado simplemente el gen del tiempo, podrían alterar el ritmo circadiano de la mosca de la fruta.
Con el uso de tecnologías que no estaban disponibles en los años 70, incluida la tecnología del ADN recombinante, Hall y Rosbash finalmente pudieron responder la pregunta "¿Qué está haciendo exactamente el gen del tiempo?", Como se explica en The Guardian:
"Con moscas de la fruta, el equipo identificó un gen 'del tiempo', que codifica una proteína dentro de la célula durante la noche que luego se degrada durante el día en un ciclo de retroalimentación interminable...
Los científicos descubrieron que ese mismo gen existe en los mamíferos y que se expresa en una pequeña área del cerebro llamada núcleo supraquiasmático o SCN. Por un lado, está vinculado a la retina en el ojo, y por otro lado se conecta a la glándula pineal del cerebro, que bombea la hormona del sueño melatonina".
Young, el tercer científico en compartir el prestigioso Premio Nobel de Fisiología o Medicina, fue responsable de identificar otro gen con el que interactúa el gen del tiempo, lo cual forma un reloj biológico coherente que regula el sueño, sus niveles de hormonas, metabolismo, la conducta y más.
En resumen, la proteína codificada por el gen del tiempo--que se expresa en su SCN--se llama PER. Una vez más, el PER aumenta por la noche, y se degrada y disminuye lentamente durante el día.
El segundo gen, llamado el "gen atemporal", codifica una proteína llamada TIM. Esta proteína funciona en conjunto con la proteína PER para regular el gen del tiempo en su SCN (y por lo tanto, los niveles de la proteína PER), lo que crea un ritmo oscilante que aumenta y disminuye cada 24 horas.
FUENTE: Dr Mercola
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