Decirles A Otros
Pero si no te hace caso, lleva contigo a uno o dos más, para que todo asunto conste según la boca de dos o tres testigos. MattiYah/Mateo 18:16
Si a pesar de que usted busca a su hermano y conversa con él con una motivación pura, una actitud correcta y palabras amables, él se niega a oírlo, entonces vaya e infórmele a otros. Sin embargo, USTED DEBE DECIRLES A OTROS ÚNICAMENTE CUANDO EL HERMANO QUE COMETIÓ EL AGRAVIO SE HA NEGADO A ESCUCHARLE. No debemos dar este paso a la ligera.
SI SURGE ALGÚN PROBLEMA ENTRE DOS HIJOS DE ELOHIM, Y AMBOS PRESENTAN DICHA SITUACIÓN AL MASHÍAJ Y TOMAN LAS MEDIDAS CORRESPONDIENTES, EL ASUNTO SERÁ FÁCILMENTE RESUELTO. Cualquier problema que se genere entre hermanos y hermanas debe ser resuelto directamente por las personas involucradas. Sólo se debe informar a otros hermanos cuando el hermano que nos ofendió haya rehusado escuchar nuestra amonestación. El propósito de decirles a otros no es para fomentar los chismes, sino a fin de invitar a otros a amonestar, ayudar y tener comunión junto con ellos.
Aquellos "uno o dos más" que se mencionan en este pasuk, deben ser personas de peso en su medida espiritual. A estos debemos exponerles el caso y pedirle su opinión. Por su parte, estos hermanos deben saber discernir si la falta está con el hermano que ofendió o no. Los hermanos maduros deben orar y considerar el asunto delante del Mashíaj, y entonces arbitrar conforme a su discernimiento espiritual. Si ellos sienten que la culpa la tiene el hermano que ofendió, deberán ir a dicho hermano y decirle: "Usted se ha equivocado en este asunto. Al hacer esto se ha alejado del Mashíaj. Ahora para ser restaurado debe arrepentirse y confesar".
"Para que todo asunto conste según la boca de dos o tres testigos". Estos "dos o tres testigos" no deben ser personas que les guste hablar en exceso. Es mejor no invitar a personas muy habladoras a tales reuniones, pues ellas no podrán convencer a los hermanos involucrados; es preferible invitar a aquellos que son dignos de confianza, honestos, espirituales y experimentados delante del Mashíaj.
De esta manera, por boca de estos dos o tres testigos constará toda palabra.
Finalmente, Debemos Decírselo A La Congregación De Creyentes
Si no les hace caso a ellos, dilo a la congregación; y si no le hace caso a la congregación, considéralo como un gentil y publicano. MattiYah/Mateo 18:17
Si no podemos resolver el problema por nosotros mismos, debemos pedirle a uno o dos que nos ayuden. Sin embargo, si el que ofendió todavía rehúsa oírlos, tenemos que decirlo a la congregación de creyentes. Esto no significa que debemos comunicar el problema públicamente a toda la congregación de creyentes, sino que debemos decírselo a los responsables de la congregación de creyentes. No se trata de hacer un escándalo sino de colocar a la persona rebelde delante de los más conectados con el ruaj, los que mayor experiencia espiritual tienen, aquellos que pueden inspirar mayor respeto por parte del hermano, buscando hacerla entrar en razón por su propio bien, y no para obtener un desagravio. Si la conciencia de la congregación de creyentes también considera que aquel hermano actuó mal, ciertamente así debe ser. Si aquel que cometió el agravio es una persona que anda delante de Elohim, deberá renunciar a su propia perspectiva y parecer, y deberá aceptar el testimonio de los dos o tres testigos. Si no acepta el testimonio de dos o tres testigos, por lo menos deberá aceptar el veredicto de la congregación de creyentes. El parecer unánime y el juicio de la congregación de creyentes refleja lo que hay en el corazón del Mashíaj. EL HERMANO DEBE COMPRENDER QUE ESTÁ MAL IGNORAR LO QUE DICE LA CONGREGACIÓN DE CREYENTES, Y DEBE SER MANSO; EN LUGAR DE CONFIAR EN SUS PROPIOS SENTIMIENTOS O JUICIOS DEBE ACEPTAR EL SENTIR QUE TIENE LA CONGREGACIÓN DE CREYENTES.
¿Qué sucedería si aún se rehusara a oír? El pasuk 17 añade: "Y si no le hace caso a la congregación, considéralo como un gentil y publicano". Estas son palabras muy severas. Si él rehúsa oír a la congregación de creyentes, todos los hermanos y hermanas de la congregación de creyentes ya no deben tener comunicación con él. Puesto que dicho hermano rehúsa reconocer su problema, la congregación de creyentes deberá dejar de considerarlo hermano y considerarlo como no creyente, y cortar toda comunión con él. Esa persona, al negarse a aceptar el parecer del Cuerpo, YA NO TENER COMUNIÓN CON EL MISMO. Debe ser considerado como un gentil, es decir, un incrédulo. Ninguno de los hermanos debe tener comunión con él. Puede venir cuando quiera y se puede ir de igual manera; sin embargo, todos deben considerarlo un extraño. Si los hijos de Elohim tienen tal actitud en unanimidad, será fácil que tal hermano sea restaurado. EL PROPÓSITO DE ESTA DISCIPLINA ES LA RESTAURACIÓN.
En verdad les digo que todo lo que ustedes prohíban en la tierra habrá sido prohibido en el cielo, y todo lo que permitan en la tierra habrá sido permitido en el cielo. MattiYah/Mateo 18:18
Este pasuk está relacionado con los anteriores, y nos muestra que el Mashíaj en el cielo reconocerá lo que la congregación de creyentes haga en la tierra. SI UNA PERSONA REHÚSA OÍR A LA CONGREGACIÓN DE CREYENTES, ESTA LE TENDRÁ POR GENTIL Y PUBLICANO, Y NUESTRO MASHÍAJ EN EL CIELO RECONOCERÁ LO MISMO.
Los pasukim 19 y 20 también están relacionados con los pasukim que los preceden:
Otra vez les digo que, si dos de ustedes se ponen de acuerdo en la tierra para pedir cualquier cosa, se la concederá mi Padre que está en el cielo. Porque donde dos o tres están congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
¿Por qué el pasuk anterior dice: "Para que por boca de dos o tres testigos conste toda palabra"? Debido a que, como podemos ver aquí, el principio de los dos o tres es el principio de la congregación de creyentes. CUANDO DOS O TRES CONSIDERAN UN ASUNTO DE MANERA UNÁNIME ANTE ELOHIM Y ACTÚAN DE MANERA UNÁNIME, YAHWEH RESPALDA TAL DECISIÓN. Los pasukim de MattiYah/Mateo 18:18-20 hacen referencia a la resolución de los conflictos que se suscitan entre hermanos. Cuando un asunto se presenta delante de dos o tres personas y luego a toda la congregación de creyentes, el Padre reconoce en los cielos la decisión que se tome.
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