Así que trajeron de nuevo a Mosheh y a Aharón delante del Paroh y él les dijo: "¡Vayan y adoren a Yahweh su Elohim! ¿Quiénes son los que van a ir?" Mosheh contestó: "Iremos todos, jóvenes y viejos: iremos con nuestros hijos e hijas, nuestros rebaños y manadas; porque tenemos que observar la festividad de Yahweh". Pero él les dijo: "¡Que Yahweh esté contigo si yo tengo intenciones de dejar ir a los niños contigo! Claramente, tienes malas intenciones. ¡No! Vayan ustedes los hombres y adoren a Yahweh, ya que eso es lo que ustedes quieren". Y los expulsaron de la presencia del Paroh (...) Entonces Yahweh le dijo a Mosheh: "Extiende tu mano hacia el cielo para que haya oscuridad sobre la tierra de Mitsráyim, una oscuridad que se pueda palpar". Mosheh extendió su brazo hacia el cielo y una oscuridad densa descendió sobre toda la tierra de Mitsráyim por tres días. La gente no se podía ver unos a otros, y por tres días nadie se pudo levantar de donde estaba; pero todos los yisraelitas disfrutaban de luz en sus moradas. El Paroh entonces convocó a Mosheh y dijo: "¡Vayan y adoren a Yahweh! Sólo sus rebaños y sus manadas deberán dejar atrás; aun sus niños pueden ir con ustedes". Pero Mosheh dijo: "Usted debe proveernos sacrificios y ofrendas quemadas para ofrecer a Yahweh nuestro Elohim; nuestros animales irán también con nosotros –ni una pezuña se quedará atrás; porque de ellos tenemos que escoger para la adoración a Yahweh nuestro Elohim; y no sabremos con qué vamos a adorar a Yahweh hasta que lleguemos allá". Shemot/Éxodo 10:8-11,21-26
Por eso, ¡Salgan de en medio de ellos, y apártense! dice Yahweh. No toquen lo inmundo, y yo los recibiré... Qorintiyim Bet/2 Corintios 6:17
En las Escrituras hay muchos mandamientos con respecto a nuestra separación del mundo. El Kitbé HaKodesh/Antiguo Testamento da numerosos ejemplos y enseñanzas al respecto. Por ejemplo: Mitzrayim/Egipto, Ur de los caldeos, Babilonia y Sodoma tipifican al mundo en sus diferentes aspectos. Mitzrayim/Egipto representa el gozo del mundo; Ur de los caldeos representa las religiones del mundo; Bavel, la rebelión del mundo; y Sodoma, los pecados del mundo. Debemos salir de Mitzrayim/Egipto y también salir de Ur de los caldeos, tal como lo hizo Avraham. Lot se fue a Sodoma, y el pueblo de Yisrael estuvo cautivo en Babilonia. Todos nosotros también debemos salir de esos lugares. Las Escrituras se valen de cuatro lugares diferentes para representar el mundo y mostrarnos cómo el pueblo de Elohim sale de estos distintos aspectos del mundo.
El resultado de la redención es salir del mundo
Elohim salvó a los israelitas mediante el Cordero de la pascua. Cuando el mensajero de Elohim salió a dar muerte a todo primogénito de la tierra de Mitzrayim, el ángel de la muerte pasó de largo ante las puertas untadas con la sangre. En la casa cuya puerta no hubiera sangre, moriría el primogénito. Esto no tenía nada que ver con que si la puerta era buena o mala, si el dintel y los postes eran especiales, si era una buena familia la que vivía en esa casa, o si el primogénito honraba a sus padres. Lo único que contaba era que la sangre estuviera allí. MORIR O NO MORIR NO DEPENDE DEL NIVEL SOCIAL DE LA FAMILIA NI DEL COMPORTAMIENTO DE UNO, SINO DE LA SANGRE. El factor básico de la salvación es la sangre, lo cual no tiene nada que ver con nosotros mismos.
Puesto que somos salvos por gracia y fuimos redimidos por la sangre del Cordero, no debemos olvidar que en cuanto la sangre nos redime, debemos prepararnos y salir. Una vez que somos redimidos por la sangre, no debemos pensar en comprar casas y seguir viviendo en Mitzrayim. No, todos debemos salir esa misma noche. Antes de la medianoche, los israelitas sacrificaron el cordero y rociaron la sangre con hisopo; después comieron apresuradamente, con sus lomos ceñidos y los bordones en sus manos, porque tenían que salir inmediatamente.
EL PRIMER RESULTADO DE LA REDENCIÓN ES NUESTRA SEPARACIÓN DEL MUNDO, LA CUAL CONSISTE EN ABANDONAR EL MUNDO AL SALIR DE ALLÍ. ELOHIM JAMÁS REDIME A UNA PERSONA PARA DEJARLA EN EL MISMO ESTADO Y PARA QUE SIGA VIVIENDO EN EL MUNDO. Y ESTO ES MÁS LITERAL DE LO QUE GENERALMENTE PENSAMOS.
Tan pronto somos redimidos por la sangre, nos convertimos en extranjeros y peregrinos en esta tierra. Así que debemos salir de Mitzrayim y separarnos del mundo inmediatamente. No debemos seguir morando allí.
Una hermana, mientras enseñaba en la reunión de niños la historia de Lázaro y el rico, les preguntó: "¿Desean ser el rico o ser Lázaro? Acuérdense que el rico disfruta en esta era, pero sufrirá en la próxima, mientras que Lázaro sufre hoy, pero disfrutará en la era venidera. ¿Cuál de estos dos quisieran ser?". Una niña de ocho años le respondió: "Mientras yo esté viva, quiero ser el rico, pero cuando muera, quiero ser Lázaro".
MUCHAS PERSONAS SON ASÍ, CUANDO NECESITAN LA SALVACIÓN, CONFÍAN EN LA SANGRE DEL CORDERO, PERO DESPUÉS DE QUE SON SALVOS POR LA SANGRE, SE ESTABLECEN FIRMEMENTE EN MITZRAYIM, ESPERANDO OBTENER EL BENEFICIO DE LOS DOS LADOS.
Recuerden que la redención que la sangre efectúa nos salva del dominador de este mundo. Cuando la sangre nos redime, nos convertimos inmediatamente en extranjeros y peregrinos en esta tierra. ESTO NO QUIERE DECIR QUE YA NO VIVAMOS EN EL MUNDO, SINO QUE FUIMOS SEPARADOS DEL MUNDO. Así que, cuando se aplica la redención, el resultado es este: somos separados del mundo. Tan pronto somos redimidos, el curso de nuestra vida cambia y tenemos que dejar el mundo. La sangre separa a los vivos de los muertos y, también separa a los hijos de Elohim de la gente del mundo. Una vez redimidos, ya no podemos permanecer en el mundo.
Salir del mundo es mucho más que lo que suponemos, mucho más que dejar de lado viejas costumbres: se trata de DEJARLO TODO DE LADO, y eso incluye todos los ámbitos de nuestra vida: salud, trabajo, economía, servicio, educación, alimentación, gobierno, cultura... Ahora somos nuevas criaturas, y todas las cosas del mundo ya no sirven para nuestra edificación, debemos hacerlas a un lado como lo que son: basura. Sin duda en el primer momento puede parecernos sorprendente afirmar que debemos dejar de lado esas cosas, y sin embargo no es de eso de que se trata, sino de que NO PODEMOS SEGUIR FABRICANDO LADRILLOS PARA FARAÓN, NO PODEMOS SEGUIR TRABAJANDO PARA EL SISTEMA. No hemos sido llamados a dejar el mundo, sino a separarnos de él, y debemos redescubrir la forma de trabajar para Yahweh dentro del mundo, no simplemente "ganarnos la vida" o "hacernos un futuro".
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