Aquel mismo día el Paroh les ordenó a los capataces y supervisores del pueblo, y dijo: “No le provean más al pueblo la paja para hacer ladrillos como antes; que vayan ellos mismos a recoger la paja. Pero impónganles la misma cuota de ladrillos que han estado haciendo hasta ahora; no se la reduzcan, que son unos flojos; por eso es que claman: ‘¡Déjennos ir a sacrificarle a nuestro Elohim!’ Que les den trabajo más pesado a los hombres; que se ocupen en eso y no presten atención a promesas engañosas”. Shemot/Éxodo 5:6-9
Las muchas frustraciones que pone el Paroh/Faraón
La historia del éxodo de los hijos de Yisrael, la salida de Mitzrayim, nos muestra cuán difícil fue para ellos salir de allí. Mitzrayim trató de retenerlos una y otra vez. Cuando por primera vez ellos intentaron salir, Paroh/Faraón sólo permitió que salieran los varones, mientras que los niños y los ancianos tenían que permanecer en Mitzrayim. Él sabía que haciendo esto, los fuertes no podían ir muy lejos y que con el tiempo regresarían. La estrategia de haSatán es evitar que nos separemos totalmente de Mitzrayim. Por eso Moshe, desde un principio, rehusó las tácticas retardatorias que el Paroh/Faraón quería ocasionar. SI DEJAMOS EN MITZRAYIM ALGUNA POSESIÓN O PERSONA, NO PODREMOS IR MUY LEJOS, PORQUE ESO NOS HARÁ REGRESAR.
Recuerden lo que Paroh/Faraón le dijo la primera vez a Moshe: "Vayan y sacrifiquen a su Elohim dentro del país" (Éxodo 8:25). Después le dijo que no fueran muy lejos; y en la tercera ocasión, Paroh/Faraón dijo a Moshe que sólo los varones podían irse; y por último, dijo que todo el pueblo podía salir, pero que el ganado y las ovejas tenían que quedarse atrás. LO QUE DESEABA EL PAROH/FARAÓN ERA PERSUADIRLOS A QUE SIRVIESEN A ELOHIM ALLÍ EN MITZRAYIM. Esta era su premisa básica. El faraón estaba dispuesto a permitir que ellos fueran hijos de Elohim, siempre y cuando permanecieran en Mitzrayim, porque sabía que si una persona servía a Elohim allí, no le sería fácil tener un testimonio adecuado y, al final, tendría que servir al Paroh/Faraón. Aunque deseara ser un siervo de Elohim, terminaría siendo siervo de haSatán.
SI USTED INTENTA SERVIR A ELOHIM EN EL MUNDO, TERMINARÁ SIENDO ESCLAVO DE HASATÁN, PRODUCIENDO LADRILLOS PARA ÉL. ÉL NO LE SOLTARÁ, Y SI LO HICIERA, NO LE DEJARÁ IRSE MUY LEJOS y sólo permitirá que los varones vayan, mas el resto tendrá que quedarse. HaSatán conoce muy bien MattiYah/Mateo 6:21: "Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón", y conoce que una persona y su tesoro van juntos. HaSatán sabía que si Paroh/Faraón retenía el ganado y las ovejas, el pueblo no podría ir muy lejos y, a la postre, iría en pos de su ganado y sus ovejas. Pero Elohim quería que el ganado y las ovejas fueran en pos de sus dueños.
Desde el momento en que una persona es salva, debe ir al desierto y llevar consigo a los suyos y todos sus tesoros. Si no lo hace, regresará a Mitzrayim y no podrá separarse del mundo. Elohim manda que quienes le sirven se separen del mundo.
Nuestra senda: el desierto
Si anhelamos tener un testimonio apropiado, no basta con confesar con nuestra boca: "Creo en el Adón Yahshua", sino que también tenemos que salir del mundo y separarnos del mismo. Esto nos llevará un paso más adelante. No podemos ser creyentes mudos; sin embargo, tampoco basta con solamente abrir la boca para confesar nuestra fe. Tenemos que separarnos del mundo y poner fin a nuestras antiguas amistades, nuestros vínculos sociales y toda otra relación que tengamos con el mundo. Debemos valorar la posición que ahora tenemos en el Adón y abandonar la posición que teníamos en el pasado. No sólo nosotros debemos salir de Mitzrayim, sino también nuestras posesiones. Aunque otros digan que somos insensatos, no debemos escucharlos; debemos salir de Mitzrayim hoy mismo. Desde el momento en que nos hicimos creyentes, Mitzrayim ha dejado de ser nuestra senda. Ahora nuestra senda es el desierto.
Esto es relativamente fácil a muchos en cuestiones más o menos "visibles". Sin embargo, todos tropiezan en asuntos más profundos, porque como hemos nacido dentro del mundo, creemos que muchas cosas que hacemos "están bien". Por ejemplo, estamos convencidos de que debemos enviar a nuestros hijos a la escuela y la universidad "para que se forjen un futuro". Sin embargo, la educación que reciben en el sistema educativo no es sino ADOCTRINAMIENTO MENTAL PARA AMOLDARSE AL MUNDO Y SERVIR A HASATÁN. Las Escrituras nos dicen claramente:
Instruye al niño en el camino que debe andar; y cuando viejo, no se apartará de él. Mishlei/Proverbios 22:6
Esta orden es para LOS PADRES, no para maestros o educadores desconocidos, que les inculcan filosofías mundanas hábilmente mezcladas con "conocimientos útiles". ¿CÓMO CONSEGUIREMOS APARTARNOS DEL MUNDO CUANDO PERMITIMOS QUE NUESTROS NIÑOS PERMANEZCAN ALLÁ PRISIONEROS DE FARAÓN? Ellos seguirán siendo conformados a la moda de Mitzrayim, y nosotros no tardaremos en regresar por ellos y seguir sus costumbres nuevamente.
Desde que comprendemos que la educación como la conocemos es una invención de apenas un par de siglos y que su única finalidad no es capacitar a los niños para su crecimiento personal sino amoldarlos para ser útiles al sistema satánico, no debemos continuar creyendo que el sistema educativo es algo bueno para nuestros hijos, mucho menos que Yahweh lo respalda.
Y una vez que comprendemos a respecto de este punto de la educación, seremos capaces de PROFUNDIZAR Y MIRAR TODOS LOS ÁMBITOS DE NUESTRAS VIDAS: TRABAJO, CULTURA, ENTRETENIMIENTO, VIDA SOCIAL, ECONOMÍA, etc. Cuando hagamos esto, nos sorprenderemos de comprender que TODO LO QUE CREÍAMOS QUE HACÍAMOS "BIEN" NUNCA ESTUVO RESPALDADO POR EL ETERNO, porque las cosas del mundo se oponen a Él.
Los creyentes formamos parte del mundo en un sentido físico, vivimos en él, PERO SOMOS PEREGRINOS Y EXTRANJEROS. Como tales, debemos ocuparnos de mantener nuestra propia "cultura", nuestro modo de vida, que poco y nada tiene a ver con el mundo.
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